César Burga Rivera
Perú21, 21 de setiembre del 2025
«La economía peruana creció a tasas que no fueron suficientes para mejorar el nivel de ingreso y la calidad de vida de los peruanos».
Polonia captó la atención del mundo cuando, en 1978, el cónclave del Vaticano tomó una decisión extraordinaria: nombró a Karol Wojtyla, obispo de Cracovia, como nuevo papa. Era el primer no italiano, en 500 años, en ser designado para el cargo. Pronto nos enteramos de que Juan Pablo II tenía una activa vida política en su país; era parte de un “triunvirato” donde, además, participaban:
a) El general Wojciech Jaruzelski, primer ministro, quien trataba de mantener en pie, con mano militar, un país colapsado como consecuencia de las políticas propias de un estado comunista.
b) Lech Walesa, líder del sindicato Solidaridad y principal opositor del régimen de Jaruzelski. Buscaba la democratización del país y mejores condiciones de vida para los trabajadores. Karol Wojtyla, ya siendo papa, apoyó su causa y le dio bastante visibilidad.
Los 80 estuvieron marcados por estas tensiones. En este contexto, Walesa ganó el Premio Nobel de la Paz 1983 “por su lucha por los sindicatos libres y los derechos humanos en Polonia”.
En 1989, al caer el Muro de Berlín, Polonia se encontraba sumida en una crisis profunda: hiperinflación, desabastecimiento y un aparato productivo dominado por empresas estatales ineficientes. Era, como gran parte de Europa del Este, un país atrapado en el colapso del comunismo.
Por lo tanto, no fue sorpresa que en 1990 Walesa ganara las elecciones presidenciales. Una vez en el cargo, este inició las reformas que llevaron a la transformación de un país comunista en uno con economía de mercado. ¿Qué ha sucedido desde entonces? Tres décadas después, Polonia es vista como uno de los grandes casos de éxito económico de Europa. ¿Cómo lo logró?
El shock inicial: disciplina y apertura
El punto de inflexión empezó cuando, entre 1989 y 1991, el ministro de Finanzas Leszek Balcerowicz: i) implementó una estrategia de “terapia de shock” que liberalizó los precios; ii) abrió la economía al comercio internacional: redujo los aranceles y eliminó las barreras paraarancelarias; y iii) aplicó disciplina fiscal y monetaria: redujo los subsidios estatales, se otorgó autonomía al banco central y se implementó una política monetaria restrictiva.
En un inicio, el impacto social fue duro, pues aumentó el desempleo y se dieron numerosas quiebras de empresas estatales. Sin embargo, en el mediano plazo se estabilizó la economía y se frenó la hiperinflación. El mensaje fue claro: sin estabilidad económica, no hay desarrollo.
El ingreso a la Unión Europea
Durante los noventa, Polonia avanzó rápidamente en su integración a la economía mundial:
i) Inició un proceso masivo de privatización de aproximadamente 500 empresas estatales.
ii) Creó instituciones para velar por la competencia e hizo una reforma del sistema judicial para proteger los contratos y la propiedad.
iii) Atrajo inversión extranjera otorgando incentivos fiscales en zonas económicas especiales, mejoras en la infraestructura y la predictibilidad de las decisiones públicas.
iv) Implementó reformas laborales y del sistema de pensiones.
v) Se realizó la preparación para la integración a la Unión Europea trabajando en la armonización de leyes, reglas ambientales, sanitarias y comerciales.
En 2004, Polonia se incorporó a la Unión Europea con lo que: i) ganó acceso a miles de millones de euros de inversión en infraestructura, educación, tecnología y medioambiente; ii) se aceleraron las exportaciones por su acceso al libre mercado de la UE; iii) se dio una migración laboral importante, lo que generó ingentes recursos por remesas; y iv) se consolidó la modernización institucional del país.
Había nacido el ‘tigre europeo’ y las condiciones estaban dadas para su crecimiento.
Perú y Polonia “partieron juntos” en 1990
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso me parecen pertinentes. Me explico: en 1990 Polonia salía del comunismo con crisis económica e hiperinflación. Perú salía de la heterodoxia económica del primer gobierno de Alan García, también con ambos temas más el flagelo del terrorismo. Ambos tenían estructuras productivas diferentes, pero, forzando el caso, ambos partían juntos en el esfuerzo de estabilizar sus economías y luego hacer que las mismas crecieran en beneficio de sus ciudadanos.
¿Qué ha sucedido en estos casi 35 años? Según el Banco Mundial, en 1990 el PBI per cápita de Polonia era el doble que el del Perú; en 2024 ya es el triple. ¿Cómo se explica el crecimiento de esta brecha a pesar de que el PBI de Perú creció a una tasa anual mayor (4.0% vs. 3.6%)?
La economía peruana creció a tasas que no fueron suficientes para mejorar el nivel de ingreso y la calidad de vida de los peruanos. Esto se dio porque fuimos menos eficientes invirtiendo nuestros recursos de capital y trabajo. Expresado en términos económicos: la productividad total de los factores se redujo, tal como lo muestra la gráfica preparada con base en información de Ceplan.
Estos descensos muestran que simplemente expandir los insumos —más capital o mano de obra— ya no es suficiente para sostener tasas de crecimiento elevadas si no van acompañados de mejoras institucionales, tecnológicas y de eficiencia. Para revertir esta tendencia, es crucial que el país fortalezca su marco regulatorio, impulse la innovación tecnológica y la transferencia de conocimiento, mejore la calidad de la educación técnica y universitaria, modernice su infraestructura física y digital, y fomente un entorno donde las empresas —especialmente las medianas y pequeñas— puedan aumentar su productividad. Es decir: el Perú tiene que hacer lo que ha hecho Polonia para salir de la llamada “trampa del ingreso medio”.
¿Queremos seguir creciendo sin mejorar nuestra eficiencia o dar el salto para convertirnos en el ‘tigre andino’? Entre 1990 y 2014 estábamos bien encaminados, pero la tendencia cambió. Los nuevos gobernantes del Perú tendrán que comprometerse a trabajar para que la eficiencia de la inversión crezca nuevamente de manera que el crecimiento económico sea sostenible. No queda alternativa. Es la única manera de asegurar mejores condiciones de vida para todos los peruanos.