Por: Arturo Woodman
Expreso, 17 de noviembre de 2020
A raíz de los últimos acontecimientos políticos, al vacar el Congreso irresponsablemente a Vizcarra y elegir como Presidente de la República a Merino, se incrementó la inestabilidad política, económica y social del país, originando marchas de protesta que derivaron en actos delincuenciales, con el lamentable fallecimiento de dos peruanos y la renuncia de Merino, que obliga al Congreso a elegir nuevo Presidente.
Aunque estamos en problemas deberíamos preocuparnos de las próximas elecciones y elegir un buen Presidente, que logre un Gobierno de unión y un Congreso responsable; de todos modos, estimo que debemos recordar las acciones que promovieron la preocupante crisis del país.
El inicio de los problemas se presentan a partir de los enfrentamientos entre el Gobierno de PPK y el Congreso de Keiko, los que no aprovecharon la extraordinaria oportunidad que se les presentaba de trabajar en coordinación, ya que ambos tenían similares objetivos para el correcto desarrollo del país.
Estos enfrentamientos llevaron al Congreso fujimorista a presentar una cuestionable vacancia de PPK por incapacidad moral permanente, quien para evitarla presentó su renuncia, obligándolo a permanecer detenido en su domicilio.
Como resultado de estos negativos acontecimientos, la presidencia recayó en el vicepresidente Vizcarra; este Gobierno populista, siempre recibió un considerable apoyo de la población (entre el 50% al 85%), pero no ha dejado ningún “legado” de importancia.
Su manejo de la pandemia no fue aceptable, pues el Perú logró el récord mundial de fallecidos por millón de habitantes y la pérdida considerable de puestos de trabajo, el fuerte crecimiento de la pobreza (28%), de la inseguridad y el decrecimiento de nuestro PBI (13%).
Previamente, Vizcarra, en un acto inconstitucional, cerró el anterior Congreso, prohibiendo la reelección de sus miembros y oponiéndose a la bicameralidad. Personalizó una campaña de “NO a la Corrupción”, pero terminó acusado por actos de corrupción (al igual que su ex premier Villanueva). El actual Congreso irresponsablemente, resolvió por mayoría su vacancia, sosteniendo su incapacidad moral permanente, a pesar que el 76% de la población (yo entre ellos) apoyaba la Gobernabilidad, sin que esto implicara su inmunidad.
La vacancia fue presentada por los congresistas del partido extremista de Antauro Humala y por los intereses nada éticos de Manuel Merino por llegar a la Presidencia , al no existir segundo vicepresidente, con sólo 5 mil votos, una amplia desaprobación y marchas populares de protesta.
A pesar de ello logró la presidencia y formó un Consejo de Ministros presidido por Ántero Flores-Aráoz, presentó el domingo su renuncia, indicando que el Consejo de Ministros, igualmente renunciante, se mantendría en sus ministerios hasta el nombramiento del próximo Presidente.
Esperemos que el Congreso en esta oportunidad actúe responsablemente, ajeno a intereses partidarios, pensando en que el Perú necesita una acertada decisión para superar el caos generado.
Finalmente, por la estabilidad y tranquilidad, tendremos que aceptar el nombramiento presidencial de Francisco Sagasti y preocuparnos en las próximas elecciones, eligiendo un Gobierno de unión y un Congreso que no destruya.