Por: Arturo Woodman
Expreso, 18 de Abril del 2023
Las calles y avenidas de Lima están llenas de rompemuelles, ocasionando una serie de inconvenientes y gastos extras en mantenimiento de los vehículos que las transitan. Últimamente, se aprecia que gran parte de las pistas se encuentran en mal estado, debido al anormal tráfico que soportan por las lluvias y, sobre todo, por el hecho de que los camiones sobrecargados también las utilizan.
Este problema tiene que abordarse con interés, por las diferentes municipalidades y, si no lo realizan, la Municipalidad de Lima debe efectuar ese trabajo preventivo y descontarles de los fondos que administran. Las municipalidades afectadas por las inundaciones solicitan fondos especiales al Gobierno Central, que son destinados para resolver los inconvenientes presentados por las lluvias o inundaciones ocurridas.
Retomando el problema que tienen las pistas y vías principales, producido por el tráfico y por no controlar el peso por llanta de los camiones o tráileres sobrecargados, los que ocasionan el quebramiento de las superficies, produciendo gastos extras a los municipios y una fuerte incomodidad a los usuarios al circularlas.
Las municipalidades reciben del Estado fondos apropiados para tener sus calles y avenidas en buen estado. No es aceptable que no realicen ningún trabajo de reparación o, por lo menos, poner una capa de asfalto sobre la pista deteriorada.
Estos inconvenientes se observan en las pistas que están ubicadas en municipalidades como Miraflores, Barranco, San Isidro y otras que cuentan con los fondos apropiados, destinados para mantenimiento de sus pistas y dar buen servicio a sus usuarios. Además, disponen de montos apreciables para mantener bien conservados sus jardines, parques y veredas.
Los alcaldes al estar en campaña, para asumir sus importantes responsabilidades, ofrecen de todo, pistas, jardines y veredas en buen estado, pero una vez que han logrado la alcaldía sus enfoques y ofrecimientos son lamentablemente olvidados.
En el norte del Perú, es conocido que cada 7 a 10 años arriba el fenómeno El Niño, que implica que la temperatura del mar suba 3 o 5 grados, provocando las evaporaciones del agua del mar a determinada altura, donde se condensa y produce una serie de lluvias torrenciales, confirmándose que el Norte es una zona en que la presencia del “Niño” produce inundaciones que complican la agricultura y el deterioro de las importantes obras de infraestructura de encauzamiento.
No existe duda de que en el Perú se producen diferentes apreciaciones o determinados acontecimientos, como el caso inusual en que Lima toma importancia a mejorar la presencia de “rompemuelles” y que distritos con fondos apropiados no resuelven mejorar sus pistas y se deterioran por el fuerte y pesado tráfico, maltratando a los vehículos que las utilizan.
Los inconvenientes de las pistas son solucionables y no tienen comparación con lo que está sufriendo el norte de nuestro país con la llegada del ciclón Yaku, que ha producido el calentamiento del mar, generando torrenciales lluvias en Tumbes, Piura, Lambayeque y La Libertad, ocasionando inundaciones y destrucción de sus precarias viviendas, pérdidas de infraestructuras y lamentables muertes de sus residentes, siendo un problema repetitivo cada vez que se presenta el “Niño”. Es lamentable que ambos problemas se presenten y no se resuelvan oportunamente.
Finalmente, en el norte del país, siempre se presentan problemas complicados, ocasionando lamentables pérdidas de vida, de viviendas y de infraestructura. Lo que debe preverse oportunamente.