Por: Arturo Woodman
Perú21, 18 de mayo de 2021
Estamos próximos al Bicentenario de nuestra Independencia, lograda con la intervención del Gral. José de San Martín, proclamada el 28 de julio de 1821 en la Ciudad de Huaral e igualmente a pocos días de las elecciones presidenciales, donde tendremos que elegir entre los candidatos Castillo y Keiko, esperando continuar con un gobierno en democracia y libertad.
En lo que respecta a la celebración del Bicentenario, vemos con preocupación que el actual gobierno de transición, aparentemente ha olvidado la importancia de dicha fecha y esperamos organice un amplio programa de interés nacional, en que disfrutemos de las ceremonias protocolares, las fiestas conmemorativas y que cada región del país disponga de fondos para construir una obra que permita tener un especial recuerdo del Bicentenario. En Lima, sería interesante construir un atractivo y amplio Parque en la parte superior del Morro Solar, mejorando su actual ingreso y construyendo un teleférico.
En el Perú, gran parte de sus 200 años de República han transcurrido dentro del respeto constitucional, pero a lo largo del siglo pasado varios gobiernos fueron impuestos por golpes militares, entre ellos el de Sánchez Cerro, Manuel Odría, Pérez Godoy y Juan Velasco Alvarado.
Velasco Alvarado realizó un gobierno nacionalista autoritario, sin respeto a la propiedad privada, nacionalizando las principales actividades productivas: agricultura, pesca, minería, industria, etc., y pagando a los propietarios parte de su valor, con bonos a largo plazo que se devaluaron rápidamente con la inflación, resultando un acto confiscatorio.
Posteriormente, vino el primer intento de lograr imponer un gobierno totalitario comunista a través del terrorismo, encabezado por Abimael Guzmán (1980 – 1992) que produjo más de 60 mil muertes, miles de millones de pérdida en infraestructura y negativas paralizaciones del país, pero fue derrotado por las Fuerzas Armadas y PNP en el Gobierno de Fujimori.
Hoy después de un largo tiempo de importante crecimiento económico y reducción de la pobreza estamos a puertas de una elección donde hay que elegir entre el nefasto y siempre negativo sistema totalitario comunista, perdiéndose la libertad y democracia, con confiscaciones de la propiedad privada trayendo caos, pobreza y tristes éxodos masivos, tal como sucedió en Cuba y Venezuela. Y la otra posibilidad, es elegir un Gobierno de unión que respete nuestro derecho de vivir en libertad y democracia, sobre todo venciendo la pandemia para lograr positivamente la reactivación económica, reduciendo la pobreza y manteniendo la Economía Social de Mercado.
Lamentablemente, existe un grupo que no diferencia las alternativas que se nos presentan y proponen tomar la temerosa e inaceptable decisión de votar en blanco, argumentando errores cometidos en el pasado y sin darse cuenta que el momento no está para hacer este análisis, sino evitar caer al abismo, eligiendo un gobierno que no te quite nada, que corrija y mejore el país.
Finalmente, es preferible vivir en democracia y libertad, corrigiendo errores e implementando cambios para lograr un mejor país. El comunismo siempre ofrece mejoras al pueblo, pero al destruir las actividades productivas que generan trabajo e impuestos, terminaremos en caos, pobreza y éxodos.