Alfredo Ferrero
El Comercio, 29 de noviembre del 2025
“Los minerales críticos con yacimientos en el Perú y nuestra ubicación geográfica estratégica como hub logístico en el centro de Sudamérica son elementos claves para la geopolítica de hoy y para posicionar al Perú como socio estratégico continental”, escribe Alfredo Ferrero, Embajador del Perú en los Estados Unidos.
En un contexto global marcado por la transición energética, la digitalización y la creciente competencia comercial y geopolítica, los minerales críticos se han convertido en insumos estratégicos para el desarrollo económico y la seguridad nacional de las principales potencias del mundo.
Estados Unidos (EE.UU) ha identificado la necesidad urgente de asegurar cadenas de suministro resilientes y diversificadas para estos recursos. Por su parte, China amenaza con limitar sus exportaciones de minerales refinados y tierras raras para favorecer su posición frente a sus competidores estratégicos convirtiendo el tema de “tierras raras” en un elemento crucial en la guerra comercial y en las negociaciones de aranceles con EE.UU. La potencia que asegure el control de la producción de minerales críticos y abastecimiento de tierras raras podría obtener una posición trascendental en la competencia hegemónica por el liderazgo mundial, incluso como no ha sucedido en el pasado. Por ejemplo, en el caso del conflicto Ucrania-Rusia, el abastecimiento y suministro de minerales es uno de los componentes en las negociaciones pendientes para llegar a un acuerdo de paz definitivo.
¿Qué entendemos por minerales críticos? El término se ha utilizado para referirse a aquellos minerales esenciales para los sectores de defensa y desarrollo tecnológico. Se trata de insumos fundamentales en la fabricación de baterías, equipamiento militar, semiconductores, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. A pesar de su importancia estratégica para la economía, la seguridad nacional y la transición energética de los Estados, esa cadena de suministro enfrenta serios riesgos debido a su escasez, la concentración geográfica de su producción, la complejidad de su extracción y la inestabilidad política en algunos países productores. Si a estos factores se suma el actual contexto geopolítico de alta demanda, los países exportadores con reservas de estos recursos, como el Perú, se posicionan como socios globales claves para garantizar la estabilidad económica y la seguridad nacional de las principales potencias mundiales.
Estados Unidos está consciente de esta realidad y la importancia de ese tema es cada vez más evidente para las grandes potencias del mundo. Un estudio elaborado por el Center for Strategic and International Studies (CSIS) revela que el sector energético estadounidense depende en un 100% de importaciones para al menos 12 minerales críticos. Además, la creciente industria tecnológica del país —particularmente en el ámbito de la inteligencia artificial— ha generado una demanda exponencial de cobre, esencial para la construcción de centros de datos. Este aumento en la demanda se ha reflejado en el precio del cobre, que alcanzó un récord histórico en 2024 y cuya tendencia al alza continúa debido a que se proyecta una demanda superavitaria de la oferta. Además del cobre, otros minerales como el galio, germanio, silicio, paladio y tungsteno, son cruciales para la producción de semiconductores, elementos indispensables en casi todos los dispositivos modernos: desde teléfonos inteligentes y computadoras hasta automóviles y armamento militar.
Consciente de esta situación, la administración del presidente Donald Trump ha priorizado asegurar el suministro de minerales críticos como uno de los pilares de su agenda económica y de seguridad nacional. En los primeros 100 días de su mandato, Trump emitió tres órdenes ejecutivas dirigidas a fortalecer la cadena de suministro de estos recursos estratégicos y reducir la dependencia de fuentes extranjeras. Estas acciones forman parte de una estrategia integral que busca reindustrializar el país y mejorar su competitividad. Entre las principales acciones derivadas de estas órdenes ejecutivas destacan (i) elaborar una investigación sobre el impacto de las importaciones de minerales críticos procesados en la seguridad nacional; (ii) acelerar la exploración y explotación de minerales en el lecho marino estadounidense e internacional; y (iii) agilizar permisos, reducir obstáculos regulatorios y facilitar inversiones para impulsar la producción doméstica, especialmente en minerales como el cobre. Estas medidas refuerzan el compromiso y necesidad de EE.UU. con el desarrollo de una base industrial resiliente y con cadenas de suministro seguras para la transición energética y tecnológica del país.
En este escenario, el Perú —gracias a su vasta riqueza geológica, liderazgo en la producción de minerales como el cobre, el zinc y el estaño, y su estabilidad macroeconómica— se perfila como un socio clave para EE.UU. y como un actor central en el nuevo mapa estratégico de los minerales críticos. Perú es el segundo productor mundial de cobre, el tercer productor de zinc y uno de los países con mayores reservas de litio, así como con potencial para la producción de tierras raras en América Latina. Esta posición privilegiada, sumada a su marco legal para la inversión y su vocación minera de largo plazo, lo convierten en un proveedor estratégico mundial. El Perú es el único país de Sudamérica en donde dos de las más grandes empresas mineras estadounidenses, Newmont y Freeport McMoran, conviven y tienen operaciones mineras exitosas.
Asimismo, el Perú ha sido el primer país de Sudamérica en adherirse formalmente a la iniciativa Mineral Security Partnership (MSP), promovida por el Departamento de Estado de EE.UU., y al Blue Dot Network, que certifica proyectos de infraestructura bajo estándares de transparencia, sostenibilidad y calidad. Estas decisiones reflejan un firme compromiso del Perú con la seguridad de las cadenas de suministro globales y con la atracción de inversiones de calidad. En ese sentido, el Perú como un proveedor de minerales críticos, es un socio estratégico dispuesto a construir una alianza a largo plazo con Estados Unidos.
Desde la Embajada del Perú en los Estados Unidos, venimos priorizando activamente la agenda de inversiones y en particular la de minerales críticos como un componente clave de la relación bilateral con Estados Unidos. Hemos sostenido reuniones de trabajo con empresas mineras, ‘think tanks’ como el CSIS y con altos funcionarios de la actual administración estadounidense, con el fin de ir trazando una estrategia común para posicionar al Perú como socio estratégico global en este sector. Nuestro objetivo es construir una alianza mutuamente beneficiosa que permita al Perú atraer inversión, generar empleo y diversificar la economía, mientras contribuye al fortalecimiento de la seguridad energética y tecnológica de los Estados Unidos.
Los minerales críticos con yacimientos en el Perú y nuestra ubicación geográfica estratégica como hub logístico en el centro de Sudamérica son elementos claves para la geopolítica de hoy y para posicionar al Perú como socio estratégico continental.






