Alfonso Baella Herrera
Expreso, 7 de setiembre de 2016
Es imposible dar el salto indispensable y urgente que la educación requiere si continuamos con el mismo equipo de personas y las mismas políticas que vienen del gobierno de Ollanta Humala y que inexplicablemente este Gobierno ha mantenido en premio nadie sabe a qué. El ministro y los viceministros son los mismos que nombró Ollanta y Nadine y que siguen en la era Kuczynski como una herencia inamovible. ¿Cuál es el mérito? ¿Qué métricas puede ofrecer? Pero, sobre todo, ¿cuál es el modelo educativo y el futuro que pretende Saavedra y su equipo?
La educación en el Perú tiene que estar en el debate público a partir de aceptar que los escenarios obli gan hoy a replantear el modelo de docente, de alumno, de contenidos y metodologías. Y es imposible definir esos escenarios sin entender la nueva y determinante relación entre la educación y el trabajo. Los trabajos y el tipo de profesional que pide hoy el mercado no vienen de nuestro sistema educativo que se ha quedado congelado en sistemas y modelos anacrónicos.
Si no reestructuramos la educación inicial, la primaria y la secundaria; y si no avanzamos hacia la técnica y universitaria de manera verdaderamente decididos a dar un salto cuántico no hay salida. Por eso es tan importante la cabeza y el liderazgo. El ministro Jaime Saavedra solo ha mostrado un excelente aparato mediático pero un equipo carente de ideas que nos permita pensar en superar a Chile o Colombia, rezagados en el contexto mundial, y menos en alcanzar a países como Corea del Sur, Japón o Canadá.
El ministro asistirá a la Comisión de Educación del Congreso de la República. Ojalá que los señores representantes exijan esas métricas, esos planes y esas visiones y que si no convencen pidan un cambio del titular de la cartera. La educación es un tema demasiado importante como para no exigir respuestas absolutamente satisfactorias. No estamos más en la época de Nadine y Ollanta y nada obliga a mantener herencias sin méritos.