Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 4 de agosto de 2021
Recién ahora estos caviares se dan cuenta del monstruo que ayudaron a parir. Pensaron que iban a domesticar a Castillo, apartar a Cerrón y que les iba a repartir cargos públicos y compartir el poder. ¡Están tan desconcertados que incluso David Rivera, caviar coleguita que fue empleado en la PCM de PPK con Fernando Zavala, me echa la culpa de que los comunistas sean ahora gobierno porque nunca dejé de darle guerra a la argolla caviar que él integra! ¡Qué tal conchudez!
Como bien escribió ayer el lúcido Ricardo Uceda en su columna de LR: Hubo un amargo despertar de los progres. Buena parte de ellos habían apoyado a Perú Libre contra Fuerza Popular ignorando el supuesto riesgo de que el país siguiera el camino de Venezuela o Nicaragua, o prefiriendo correrlo para evitarse la ofensa moral que experimentarían votando por la hija de Alberto Fujimori (…). Las sorpresas se explican por varios prejuicios. Antes del 28 de julio había la extendida creencia de que Pedro Castillo tenía una ideología diferente a la de Vladimir Cerrón, y que era más dialogante y concesivo. Esta ilusión no tenía ninguna base objetiva. Castillo suscribió el marxismo leninismo de Perú Libre y en su trayectoria ha demostrado ser tanto o más radical que el exgobernador de Junín (…). No fueron diferencias ideológicas sobre el modelo económico y régimen político las que impidieron que Mendoza candidateara por el partido de Cerrón en 2016. Ella no quiso ir con alguien acusado de corrupción. Y ahora tampoco las hay. Nuevo Perú está claramente representado en el actual gabinete, con Anahí Durand como ministra de la Mujer.
PD.: Es una vergüenza que tengamos de canciller a Héctor Béjar, un guerrillero castrista que participó en esa columna subversiva que asesinó a dos civiles desarmados (Gonzalo y Miguel Carrillo) en la hacienda Chapi en setiembre de 1965.