Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 26 de enero del 2022
“Hablamos de la gente que se supone que es la que más neuronas tiene del país y que termina comprometiéndose políticamente con este señor que a todas luces se acercaba a un encefalograma plano”.
Después de que Castillo nos haya reconfirmado –por enésima vez– sus limitadas competencias intelectuales con esta última penosa y vergonzosa entrevista al periodista Rincón en CNN (como bromean en la web, mañana seguramente La República va a publicar en portada que CNN es fujimorista), uno no puede menos que reírse mucho al acordarse cómo un nutrido grupo de científicos peruanos apoyó la candidatura presidencial de este inimputable intelectual, lo que confirma que un científico puede ser muy inteligente en su campo y adolecer, al mismo tiempo, de todo criterio básico y sentido común en el resto de la vida, cual lelo.
Así uno alucina que gente que ha destacado afuera y que es extraordinariamente pensante como los matemáticos Harald Helfgott, Neantro Saavedra y Marcel Morales o los expertos aeroespaciales Martín Canales y Jaime Estela hayan hecho así el ridículo de su vida, junto a María Quintana, Javier Verástegui, Víctor Gamarra, Marcel Morales, Leandro Rodríguez, Carlos Solano, Jorge Linares, Francisco Coronel y Luis Jáuregui y esos otros 57 científicos peruanos que subscribieron un comunicado de apoyo a… ¡Castillo!
Ojo, no es que uno se burle de ellos por apoyar a un candidato que representaba al marxismo más trasnochado y senderoide de los que compitieron. Eso es una opción política primitiva, pero era válido que estos científicos simpaticen con Perú Libre y Cerrón. Aquí de lo que hablamos es de la gente que se supone que es la que más neuronas tiene del país y que termina comprometiéndose políticamente con este señor que a todas luces se acercaba a un encefalograma plano. No me sorprende para nada que Modesto Montoya se haya subido al coche de Castillo: quería volver a su chambita en el IPEN y la hizo. Pero sí la verdad que alucino mucho a ese resto de científicos peruanos que vieron a su líder en… ¡Castillo! ¡Qué patéticos! ¡Jua, jua, jua!