Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 28 de abril del 2022
“El problema de fondo es la tendencia absurda y reaccionaria, nada moderna en que anda el arte de hoy. Una obra de collages feos habría sido vanguardista décadas atrás; hoy no aporta nada”.
Como bien me comentó una persona sagaz a propósito de esta polémica sobre el bodrio peruano que se exhibe en la Bienal de Venecia, y por el cual la caviarada snob e intelectualoide local se ha desgañitado tanto: “El tema aquí de fondo no es tanto que la obra de Herbert Rodríguez exhibida sea estéticamente horripilante, que lo es, o que lo vendan como un héroe antisistema y antisenderista a la vez. El problema de fondo es la tendencia absurda y reaccionaria, nada moderna en que anda el arte de hoy. Una obra adolescente así de collages feos e insolentes habría sido vanguardista décadas atrás, pero hoy no aporta nada nuevo, pues la temática punk sucia setentera es hace rato obsoleta. Además, estamos viviendo una época regresiva y escatológica, que no sale de la onda del urinario de Marcel Duchamp de 1917 para escandalizar, con artistas que ahora exhiben plátanos atados –que hasta se venden en millones al podrirse– o que usan los excrementos propios o de elefantes para pintar. Con el pretexto de ´conmover´ o ´conmocionar´ vale todo para atraer publicidad. Y lamentablemente el arte de hoy se ha encasillado en las mismas temáticas “políticamente correctas” tan de moda y tan obligatorias para que los artistas puedan ser aceptados y participen en el argollero mundillo del arte. Estás fuera de juego si no eres trans (gay ya fue), mujer, negra u otra minoría o no tocas ‘issues’ de moda, como acoso, esclavitud, discriminación, feminismo, colonialismo, LGTB, escatología o violación. Sin eso mejor ni te presentes a una feria que ni llegas a la puerta. Y los burgueses snobs occidentales que compran este arte financian la ideología que les exterminará. Andrade, el jurado y los curadores no se equivocaron. Cazaron bien lo que ahora quería la Bienal y su agenda ´woke´. Por eso mandaron ese mamarracho supuestamente transgresor y heroico a la vez y les ha ido bien. La caviarada local, además, les creerá unos genios y unos triunfadores”.