Por: Aldo Mariátegui
Perú21, 17 de agosto de 2021
El alias del octogenario canciller Béjar fue ‘Calixto’ cuando militó en las guerrillas marxistas de los 60 y ejecutó al hacendado Carrillo y un familiar en la hacienda Chapi (hecho que el coleguita Nicolás Lúcar, otrora troskista y cargador de Hugo Blanco, minimiza “porque ya pasó mucho tiempo”). Béjar ya nos estaba acostumbrando a sus disparates verbales, pero ya su última pachotada de acusar a la Marina de ser los terroristas primigenios y entrenados por la CIA fue mucho más allá de lo admisible y me imagino que ya no estará en el cargo al leerse estas líneas (para mucha preocupación de su amigazo, el también octogenario y marxista escritor González Viaña, que ve peligrar así su reciente y suculento nombramiento como agregado cultural en Madrid. ¡Renato Cisneros debe estar ya calentando!).
Sospecho que, más que referirse a que nuestra Armada creó a Sendero, Béjar debe haber aludido a esa leyenda urbana de los años del velasquismo, donde desde la izquierda se afirmaba que la Marina operaba un centro de espionaje telefónico conjuntamente con la CIA y que también fueron marinos los que colocaron sendos explosivos en el pesquero cubano Río Jobabo (anclado en el Callao) y en la residencia oficial naval situada en San Isidro, donde por aquel entonces vivía el almirante Faura, bastante impopular en su arma –junto a su colega Arce Larco– por ser incondicional con el dictador Velasco, quien había tenido siempre muchos roces con la Marina, especialmente en la seria crisis que le enfrentó al almirante Luis Vargas Caballero.
Para forzar la salida de Faura, la Armada sacó a todos sus buques en zafarrancho de combate (ver https://elmontonero.pe/columnas/el-dia-que-no-existio). Poco después llegaría el institucionalista almirante Jorge Parodi a liderar la Marina y purgaría totalmente a su oficialidad de velasquistas e izquierdistas. ¡Fuera ‘Calixto’!