Aldo Mariátegui
Perú21, 19 de agosto del 2025
“Feliz con que estas recientes elecciones en Bolivia hayan significado el fin de casi 20 años de desgobierno marxista y demagogia indigenista”.
Feliz con que estas recientes elecciones en Bolivia hayan significado el fin de casi 20 años de desgobierno marxista y demagogia indigenista. Evo Morales tuvo la suerte de asumir cuando las materias primas alcanzaban precios estupendos y que todo lo trabajado en anteriores gobiernos para la explotación de gas comenzase a rendir frutos.
Así, dispuso de bastante caja para farreársela, congelando el cambio, implementando subsidios y regalando el dinero con bonos. Los rojos son como aquel que cobra un viernes y vive a todo meter hasta el lunes, quedándose mendigo el resto de la semana. Por eso Bolivia ha pasado momentos muy difíciles desde hace tres años y ahora toca otra situación típica: vendrá la derecha para poner orden ejecutar un duro, necesario y antipático ajuste, mientras la izquierda, la culpable del estropicio, chillará “hambreadores” y no faltará el idiota que les crea.
Los otros grandes derrotados han sido las encuestadoras, que no vieron venir a Paz y ponían como puntero al magnate Doria. Al parecer, Paz fue el voto del “mal menor” para los evistas desilusionados (por eso ganó en la sierra), además que era la cara nueva del “cambio” y llevó como vicepresidente a un popular policía.
De paso, no dejaron correr mañosamente al popular outsider mileirista Jaime Dunne. Apellidarse “Paz” también le ayudó: es hijo del expresidente Paz Zamora y pariente del legendario Paz Estenssoro. Juega al caviarín, pero me dicen que es más de derecha de lo que aparenta electoralmente, pues promete demagógicamente no pactar con el FMI, un gaseoso “Capitalismo para todos” y una regionalización radical llamada “Agenda 50/50”.
Le faltan cuadros tecnocráticos y su lista congresal fue hecha con premura y por eso no le es confiable. Si me diesen a escoger, optaría por la conducción mucho más experimentada de su rival Quiroga, pero lamentablemente creo que Paz arranca como favorito. Ojalá que, gane quien gane, la derecha pacte y no se saquen cainitamente los ojos, como pasó en Perú.