Aldo Mariátegui
Perú21, 25 de setiembre del 2024
“Y en lo político se está dando una lucha fratricida entre el presidente Luis Arce y su exjefe Evo Morales, ambos del MAS”.
Hace rato que nadie le hace mucho caso en el planeta a la incorregible y remota Bolivia, pero lo que está sucediendo allá en estos momentos es grave y, siendo nuestro vecino, lo que ocurra podría repercutir de una manera u otra en Perú.
Lo económico está al rojo vivo en el país altiplánico, pues su absurdo modelo económico, ese que admiraban tanto Verónika Mendoza y los demás invertebrados de nuestra izquierda, ya colapsó al basarse en farrearse por años en consumo inmediato, despilfarro, corrupción y subsidios todo lo ganado con las exportaciones de gas, sin fomentar la exploración para reponer lo exportado, ni invertir sabiamente lo obtenido. Son como ese hombre que se gastó toda la plata de su paga de la quincena viviendo a todo dar en su primera semana y ahora le toca afrontar la segunda semana sin un centavo. Su artificial tipo de cambio fijo es insostenible y se les viene una maxidevaluación.
Ya la inflación y la escasez de combustible les está mordiendo. Y en lo político se está dando una lucha fratricida entre el presidente Luis Arce y su exjefe Evo Morales, ambos del MAS, con el segundo de estos intentando derrocar al gobierno y forzar además poder correr en las próximas elecciones con una “Marcha hacia la Paz”, que imita a la recordada “Marcha sobre Roma” con la que Mussolini y los fascistas capturaron el poder en Italia hace un siglo.
Es que Evo se cree el dueño de Bolivia y quiere ser presidente por cuarta vez, no escarmentando tras ese intento que provocó su caída y cuya principal víctima no fue él, sino la pobre expresidenta Jeanine Áñez, injustamente encarcelada hasta ahora por los rojos bolivianos y por quien la CIDH ni la OEA han movido un dedo. Es que la historia pequeña influye tanto como la grande y hay que reconocer que la aparición de determinados individuos nefastos puede arruinar a un país por décadas: Evo en Bolivia, los Castro en Cuba, Ortega en Nicaragua, Chávez en Venezuela, Perón en Argentina y Velasco con Abimael en el Perú.