El modelo económico chavista hace agua por todos lados. La confiscación de las empresas productivas, el intervencionismo estatal, el control de precios y divisas, el descalabro de PDVESA, la escasez de productos de primera necesidad, y la crisis política le pasan la factura al gobierno de Nicolás Maduro. Todo esto se refleja en el colapso de la economía venezolana y su parálisis productiva.
En los primeros tres meses del 2013, Venezuela apenas creció un 0.7% y, para el segundo trimestre, la mayoría de los economistas sostienen que podría ser igual a cero o incluso negativa, con lo cual ya se estaría hablando de un proceso recesivo con alta inflación. Por su parte, el FMI (Fondo Monetario Internacional) en su reporte de abril 2013 prevé que este año Venezuela crecerá solo 0.1%.
La excesiva participación estatal ha ahogado a la economía de ese país, pues ha apostado por utilizar todos los dólares provenientes del petróleo en dádivas a la población a cambio de reelecciones indefinidas, así como al proyecto continental albista. Sin embargo, el mal manejo de la empresa petrolera estatal ha puesto en serios aprietos a la caja fiscal y la disponibilidad de divisas.
Reportes difundidos en la prensa en los últimos meses dan cuenta de la difícil situación que se vive. Por ejemplo, Capital Economics asegura que la economía venezolana ya ha entrado en recesión, y pronostica que el PBI se contraerá un 1% este año. José Luis Saboín, economista de Ecoanalítica, explica que luego de un año electoral como fue el 2012, en que el gasto público creció 15% en términos reales, el 2013 no tendría el mismo estímulo fiscal por lo que proyectó que el PBI caería en 2.2%.
La inflación también se ha salido de control, entre enero y junio alcanzó el 25%, el mismo nivel de todo el año anterior. En los últimos 12 meses los precios aumentaron 39.6% según el mismo BCV (Banco Central de Venezuela), y los analistas prevén que pueda alcanzar el 100% al cierre del año.
Goldman Sachs ha sostenido que «Venezuela podría estar al borde de la hiperinflación».
Otro indicador del desastre es el del tipo de cambio, el oficial, devaluado recientemente, en un 40%, está en 6.3 bolívares por dólar, mientras el cambio paralelo ya llega a 33.4 bolívares por dólar. El gobierno continúa con el control de cambios y para esconder las devaluaciones hace unas subastas secretas de divisas, por las que las empresas se ven forzadas a pujar.
Peor imposible, estos son los resultados del socialismo latinoamericano, del Alba, del chavismo, y de los sueños de los nuevos sátrapas del continente. No nos olvidemos que hasta antes del chavismo, Venezuela era uno de los países más ricos de América Latina. Cuesta mucho trabajo entender cómo en el Perú, todavía hay gente, supuestos líderes políticos y académicos, que aplauden y promueven el modelo económico venezolano. L