Ante los cobardes asesinatos de estudiantes en Venezuela, la situación calamitosa de su economía (en la que escasea todo), la represión abusiva contra los medios de prensa (se les restringe la compra de papel para obligarlos a cerrar y callar), las voces de los demócratas de Latinoamérica se levantan indignadas (los diarios nacionales de estos días las recogen Aldo Mariátegui, Alfonso Baella, Eduardo Ponce, Mirko Lauer y muchos más), mientras que los gobiernos callan injustificadamente.
Como ya se ha señalado en Lampadia, la Carta Democrática obliga a los gobiernos a actuar enérgicamente en defensa de las libertades ciudadanas. A pesar de ello, se mantienen en un silencio cómplice, temerosos de enojar al autócrata venezolano, Nicolás Maduro y a los hermanos Castro. Como ha señalado, el presidente chileno, Sebastián Piñera, parte de este silencio se debe al triste papel de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que en su última declaración convalidó las prácticas dictatoriales.
Por esta razón, volvemos a reiterar que es necesario que se exija el retiro de los países democráticos de este foro (ver: El fin de la democracia Latinoamericana) que ha renunciado a la defensa de los valores democráticos para justificar las políticas abiertamente dictatoriales que se ejerce en Cuba, Venezuela y otras naciones de la órbita Chavista.
Así mismo invocamos a los demócratas de la región adherirse a la denuncia contra el CELAC promovida por un grupo de ciudadanos: http://chn.ge/1g8nLw2 Lampadia