Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Ecuador, Bolivia y Argentina ya viraron a la derecha. Posiblemente Chile lo haga también en la segunda vuelta de su elección presidencial. Mientras eso sucede en nuestra Región, el Perú no tiene una.

En el espacio político peruano, los analistas ubican a los partidos y candidatos a uno y otro lado. A la izquierda y a la derecha.
Los que están a la izquierda, exhiben su ubicación en el espacio político con convicción, con orgullo, con presunción y hasta con un aire, injustificado pero no menos visible, de superioridad moral.
Los que están a la derecha en cambio, se camuflan, disimulan, se travisten o tienen ideas que no corresponden a ese espacio político. Son una derecha acomplejada, que no se reclama como tal.
¿Por qué esta falta de convicción? ¿Por qué no se asumen como tales?
La primera respuesta es obvia. Porque muchos de ellos no son propiamente de derecha, son cualquier cosa menos políticos de derecha. Ninguno es Beltrán. Ninguno es Bedoya. Ninguno es Vargas Llosa de 1990. Pueden ser millonarios, empresarios, cucufatos, populares o militares, pero no son de derecha. Ser rico, empresario, zampahostias, cachaco o matón no te hace de derecha, por lo menos no de la derecha en la que yo creo.
La segunda respuesta parece menos obvia, pero también es necesario considerarla: no están intelectualmente formados para sostener un debate ideológico con nadie.
No pueden sostener por que la libertad es el fundamento de una sociedad antes que la igualdad.
No tiene idea del fundamento ético de la propiedad.
No saben porque la destrucción de la iniciativa individual por el Estado anula la prosperidad de una sociedad.
No han leído. Tal vez Hernando de Soto se salve de esta apreciación, pero su propia personalidad le impide ser actor relevante del elenco político.
La tercera respuesta es que perciben que ser de derecha no es popular. Tremendo error.
¡Como si el peruano mayoritario fuera de izquierda!
(Ver: A la Derecha hay sitio. Lampadia 31.01.2020)
¿Qué es ser de derecha?
- Ser de derecha es creer que el bienestar y prosperidad de cada ciudadano depende de sí mismo, de su trabajo, de su esfuerzo, de su inventiva y no de lo que el Estado le puede dar.
- Ser de derecha es creer en la libertad de las personas como valor fundamental, en la propiedad como la aspiración natural de toda persona que el Estado debe proteger y no entorpecer o robar.
- Ser de derecha es creer que el motor de la sociedad es la iniciativa de las personas o de las comunidades, que allí se genera la riqueza, la innovación, la prosperidad y no en el Estado que no es capaz de hacerlo.
- Ser de derecha es creer en la familia como célula básica de nuestra sociedad.
- Ser de derecha es creer no solamente en las libertades económicas de los individuos, sino también en sus libertades religiosas, morales, sexuales.
- Ser de derecha es ser respetuoso de la diversidad y creer en la solidaridad como complemento necesario de una sociedad libre, como la alternativa a la justicia social impuesta compulsivamente por el Estado mediante la confiscación o el expolio tributario.
En el Perú, hace más de 10 años, desde que los peruanos vimos como el socialismo del Siglo XXI llegado al Perú con el gobierno de Humala y Nadine sólo destacó por la millonaria corrupción brasilera apadrinada por Lula da Silva, volvimos, como el año 1995, hacia la ideas y opciones de derecha para defender nuestra libertad, nuestras oportunidades, nuestros empleos, la propiedad adquirida.
El 2016 pasaron a la segunda vuelta los dos partidos que podríamos considerar de derecha, sin embargo ambos, no estuvieron a la altura de ese mandato y se destruyeron entre sí, haciendo que izquierdistas y caviares asalten el poder.
En el 2021, los candidatos de ideas que igualmente se pueden considerar de derecha, sumaban más votos que el profesor Pedro Castillo o la señora Verónica Mendoza, sin embargo por estar atomizados le dieron el pase a la segunda vuelta al primero de ellos y el antifujimorismo se encargó del resto.
En las elecciones del 2026 los peruanos volverán a mirar a la derecha, sin embargo, allí no habrá nadie.
La diferencia entre izquierda y derecha existe y es real. O voto por el Estado y los que viven de él o voto por mí y por familia. Lo demás viene en esa dirección. Esa es la diferencia dicha en palabras sencillas. Los peruanos lo tienen claro pero no tienen alternativas.
En la izquierda lo tienen claro, votan por el Estado porque viven de él. Le llaman justicia social, responsabilidad social, distribución, equidad, etc.
El problema es que en la derecha no tienen idea.
El viraje de Latinoamérica es un aire fresco en una Región hastiada de las miserias generadas por el socialismo de Castro, Lula, Chávez, Ortega, Evo, Correa, Kirchner, Maduro, Petro y López Obrador.
Es la nueva Latinoamérica que comienza con Milei, Novoa, Paz Pereira, Kast o Kaiser.
Tenemos que ir en esa dirección y pensar más bien en sacudirla o preservarla del populismo, el mercantilismo, la xenofobia, el machismo, taras que siempre se adhieren y con las cuales se buscará descalificar y deslegitimar este viraje. Lampadia






