Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
La cultura “Chicha” desarrollada en el Perú es tal, que a lo único que nos conduce es a la inoperancia, a la creación de cargos públicos sin capacidad de gestión ni presupuestos adecuados, pero, eso sí, con posibilidad de crear “peguitas” para todos los allegados y partidarios.
En nuestro país tenemos 24 departamentos (ahora les llaman regiones), 196 provincias y 1,838 distritos. Cada gobierno regional cuenta con un gobernador y un concejo regional. Cada municipalidad provincial y distrital cuenta con su correspondiente alcalde y concejo municipal, además de un “palacio de cada gobernación o municipalidad”, con gerencias y burocracia premunida de capacidad de generar ordenanzas de gobierno regional o municipal.
Sin duda alguna, estos gobernadores, alcaldes y concejales, están debidamente remunerados y se manejan con autonomías que, en muchos casos, interfieren entre ellas.
Por ejemplo; ordenanzas de municipios provinciales, que se cruzan con ordenanzas de municipalidades de sus distritos. Esto es, no sólo una maraña administrativa frondosa, sino costosa e inoperante.
Si miramos a nuestro vecino Chile, ellos cuentan con 16 regiones y 56 comunas. A todas luces, una estructura administrativa infinitamente más simple, menos costosa y de gestión mucho más expeditiva, con personal calificado y competencias claras.
No cabe duda, que no hemos aprendido nada de gestión pública y, o nos sobra el dinero o queremos dar múltiples oportunidades para generar puestos laborales y fomentar la corrupción. Como dirían en un examen de respuestas múltiples: ¡Todas las anteriores!
Pero nuestros congresistas siguen en su “tarea incansable” de crear más y más distritos. Esto que parece algo sin implicancias ulteriores, ya le dio a un afiebrado presidente como Petro, la oportunidad de reclamar territorio sobre “el recientemente creado distrito de Santa Rosa de Loreto”, en el departamento de Loreto. Pero, la conflictividad no sólo se genera a nivel internacional, sino que es motivo de conflictos cotidianos entre distritos vecinos.
Bueno pues, este mismo síndrome de creación de reparticiones políticas y “puestitos” de trabajo para los amigos partidarios o potenciales clientes, también se aplica en la educación.
Este congreso ha creado en setiembre de este año, 22 nuevas universidades públicas para 15 regiones, con lo que, de julio 2021 a la fecha, ya han creado 40 universidades públicas, que se agregan a las 49 universidades públicas preexistentes a este gobierno. ¿Tiene esto alguna lógica? Desde mi punto de vista, absolutamente no.
¿Crear más burocracias aporta algún valor? La creación de una universidad, un distrito, provincia o región, debe ser una decisión racional, que cuente con un proyecto sustentado técnicamente.
¿Por qué multiplicamos dependencias públicas sin propósito?
La respuesta finalmente es clara: tener más instituciones públicas, es la mejor manera encontrada por políticos incompetentes para saquear al Estado, a partir de la multiplicación de puestos improductivos y bien remunerados.
Según el Semanario de COMEX 1275, este fenómeno, después de una década de incompetentes en el gobierno, ya está impactando nuestra economía.
Así, la planilla en el sector educación del año 2023 es 2.5 veces la de 2013.
El salario base de los docentes se duplicó, aunque la calidad de la educación sigue deteriorándose. Muchos maestros se resisten a ser siquiera evaluados, no quieren rendir exámenes y, por supuesto, producen escolares incapaces de ingresar a la universidad y estudiantes universitarios que, en muchos casos, no adquieren la calidad educativa que les permita desempeñarse como profesionales en el sector privado.
Se reparten grados y títulos, maestrías y doctorados, como naipes. Lo suficiente como para llenar una hoja de vida que les permita acceder a un cargo público, pero que no crea ningún valor.
En el sector salud, para 2024, se cuadruplicó la planilla respecto al año 2013. Lo curioso es que, en ese lapso, el sueldo de los médicos se incrementó en 61%, mientras que el del personal no médico, creció en 138%.
Es cierto que, mejores sueldos atraen y retienen talento, pero hemos llegado a una situación curiosa.
El 73.9% del personal en el sector público, tiene educación superior, mientras que sólo el 42.9% del personal en el sector privado es profesional.
Y, lo más curioso es, que muchos “profesionales” llenos de diplomas del sector público, no serían contratados en el sector privado, por no cumplir con las exigencias académicas.
Las dos señales de alerta que debemos controlar:
- Entre 2011 y 2022, la remuneración promedio del sector público aumentó en 66%, mientras que subió sólo 27% en el sector privado.
Esto hizo que, durante los últimos 14 meses, los sueldos del sector público fueran 27% superiores a los del sector privado.
- Por otro lado, según la OIT, el salario promedio del sector público en el Perú, supera en 55% al del promedio laboral privado, mientras que en los países OCDE, esta diferencia alcanza a 16%, en Chile esa brecha es de 26%, en USA 10%, en Alemania 4% y en Francia, es el sector privado quien gana 10% más que el sector público.
Lamentablemente, esta es la herramienta más usada por los políticos para captar votantes.
¡Así no!
Lampadia