La prevención en manos de ministerios, gobiernos regionales y locales no funcionó
Jaime de Althaus
Para Lampadia
Ocurrió lo que se temía: siete años después de creada la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), no había ninguna obra de prevención culminada cuando unas nuevas lluvias torrenciales arrasaron con todo. ¿Qué falló? El esquema planteado: durante sus casi cuatro primeros años de funcionamiento, la ARCC solo financiaba, no ejecutaba. Los ejecutores eran los ministerios y los gobiernos regionales y locales.
Se destinaron nada menos que 18 mil millones de soles para financiar 11 mil obras o intervenciones en 13 regiones, la gran mayor parte a cargo de gobiernos subnacionales, dentro de un incontrolable e inmanejable proceso de atomización de la obra y la gestión.
De ese monto, se destinaba 5,446 millones para la prevención propiamente dicha, y solo para hacer estudios y planes maestros. Los estudios se avanzaron muy poco y mal y recién se empezó a avanzar en este tema a partir de junio del 2020, cuando la ARCC se convierte en unidad ejecutora y se firma el acuerdo de gobierno a gobierno con el Reino Unido. Amalia Moreno, quien fuera directora ejecutiva desde comienzos del 2020 hasta junio del 2022, informa que recién entre enero y abril del 2021 se firmaron los contratos para:
- El Plan Maestro del río Piura que, si bien tuvo complicaciones, ya está listo y se está elaborando los expedientes técnicos de 40 obras, a punto de comenzar algunas de ellas cuando sobrevino el ciclón Yaku.
- Defensas ribereñas de los ríos La Leche y Motupe en Lambayeque, que ya se están comenzando a construir, reservorios y reforestación, aun en elaboración del expediente técnico.
- Defensas ribereñas río Tumbes, que ya tiene los diseños aprobados.
- Quebradas San Ildefonso y San Carlos de la Libertad, donde recién se ha comenzado a construir mientras se avanza el expediente técnico.
Hasta el 2020, con el esquema anterior, solo se había culminado 1,780 “intervenciones”. Entre el 2020 y junio del 2022, con la ARCC convertida en unidad ejecutora, se culminaron 6,227 intervenciones, según datos de Amalia Moreno.
El gobierno de Castillo cambió la dirección ejecutiva en junio del 2022 y es muy probable que se perdiera conocimiento de los procesos de contratación, capacidad técnica y de gestión.
El hecho es que las lluvias llegaron uno o dos años antes de que estas obras de prevención estuvieran listas.
La conclusión es que la reconstrucción o prevención sólo funcionan cuando la Autoridad encargada tiene una unidad ejecutora y una buena dirección ejecutiva. Si las unidades ejecutoras son los ministerios y sobre todo gobiernos subnacionales, el fracaso está asegurado.
Aquí hay que recoger la propuesta de Fernando Cillóniz, ya no solo para reconstrucción o prevención, sino para la obra pública, el agua potable y los servicios públicos en general: crear autoridades autónomas con alta calificación profesional al estilo del BCR para gestionar todos esos campos. Propuesta recogida por Lampadia con las ANAs (Autoridades Nacionales Autónomas especializadas en cada servicio público), ver: Contra la corrupción y los malos servicios públicos – Una nueva descentralización.