Jaime de Althaus
Para Lampadia
Al día siguiente del espectacular triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas en Argentina, el riesgo país había bajado 429 puntos, pasando de 1081 a 652. Esto traerá consigo una caída en las tasas de interés y un dólar algo más barato.
El resultado será la recuperación del crecimiento acelerado que venía teniendo Argentina desde mediados del año pasado hasta hace pocos meses, pero que se había frenado desde que el congreso kirchnerista empezó a aprobar leyes que golpeaban el equilibrio fiscal (algo que ya no podrán hacer), lo que llevaba a subir el riesgo país y por lo tanto la tasa de interés, secando los créditos. Esto se agravó a partir de la derrota del gobierno en las elecciones de la provincia de Buenos Aires en setiembre, que disparó aún más el riesgo país que es precisamente el riesgo de que vuelva el peronismo.
Para esas elecciones los kirchneristas le tendieron a Milei una trampa en la que sabían que no le quedaba más remedio que caer:
aprobaron en julio un elevado aumento a los jubilados que implicaba, nuevamente, romper el equilibrio fiscal, que es la piedra angular de la política económica del gobierno, de modo que Milei tuvo que oponerse y vetarlo, sin éxito. Los opositores lograron así ponerlo en contra de los jubilados, y perdió por amplio margen esa elección.
Pero pese a ello, a la ralentización de la economía y al retiro del mejor candidato que tenían que era José Luis Espert, denunciado de haber asesorado a un narco, y a otras acusaciones que incluían a su propia hermana, Milei hizo una campaña fulgurante en las provincias explicando que están a mitad de camino, que lo peor ya pasó y que no hay que aflojar porque el rumbo es el correcto pues ya se había bajado la inflación y sacado a 12 millones de argentinos de la pobreza.

De esa manera logró algo muy difícil: que la gente antepusiera el largo plazo a su situación inmediata, lo que reforzó con el eslogan de “La Libertad Avanza o Argentina retrocede” movilizando la idea de no regresar a las políticas que hundieron al país.
Fue, en buena cuenta, un plebiscito sobre modelos económicos, sobre el pasado socialista versus el futuro liberal. El resultado fue una amplia victoria que consolida el proyecto libertario para beneficio de los argentinos y de América Latina, que podrá tomar el modelo.
Porque no solo la economía retomará la velocidad que tenía, sino que la aumentará porque empezará a llegar la gran inversión que estaba en compás de espera desde el comienzo del gobierno esperando los resultados de esta elección.
El propio Milei ha descrito el contraste entre el lado chileno y el argentino de la cordillera: mientras el lado chileno exporta 50 mil millones de dólares en minerales, el argentino solo 4 mil. Se viene mucha inversión minera, que traerá consigo el desarrollo ferroviario para sacar el mineral. Y también gran inversión en inteligencia artificial, petroquímica y otras industrias gracias a la energía muy barata que proporcionará el gas de Vaca Muerta en expansión. Y así sucesivamente.
La economía se acelerará, asimismo, gracias a las reformas que ahora podrá aprobar construyendo acuerdos con otras bancadas en el Congreso. Son principalmente tres:
reducción de impuestos,
reforma laboral y
culminación la apertura comercial (porque todavía hay sectores relativamente protegidos).
Necesita reducir impuestos para liberar recursos que permitan expandir las empresas, lo que a su vez facilitará realizar la reforma laboral, sobre todo para incorporar a los informales.
Y con menores impuestos y mayor libertad laboral será mucho más fácil terminar de abrir la economía sin causar daño.
El objetivo declarado de Milei es convertir a la Argentina en la economía más libre del mundo, para llegar a ser en dos o tres décadas el país con el ingreso per cápita más alto del planeta. No cabe duda de que lo logrará. Lampadia






