La minería moderna crea activos ambientales y en este artículo se propone que ayude a resolver los antiguos pasivos ambientales.
Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia
En setiembre pasado la ministra de Energía y Minas Cayetana Aljovín dio un anuncio que puede ser muy positivo para la legitimidad de largo plazo del sector extractivo. La ministra dijo: “Vamos a presentar este proyecto de ley al Congreso de la República, es decir, así como se utilizan los impuestos para proyectos de infraestructura se podrán utilizar para remediar terrenos impactados por la minería”.
De ser bien encaminada, la remediación ambiental por impuestos puede afectar de manera relevante la eficacia de la narrativa pro-minera frente a la anti-minera, mejorar las condiciones ambientales degradadas por pasadas malas prácticas mineras y mejorar la viabilidad de las inversiones mineras.
Según el último inventario realizado por el MINEM[i], el Perú tiene 8,854 pasivos mineros. De estos un 76.61% es decir 6,783 se encuentran pendientes de gestión. Los pasivos ambientales mineros funcionan como una oportunidad fantástica para los anti-mineros. Organizan visitas de líderes comunales de aquellas zonas donde se van a asentar proyectos mineros a áreas donde existan pasivos mineros, en estas visitas los activistas anti-mineros fungen de guías y explican cómo ese daño ambiental sería un efecto inevitable de la actividad minera. Por ejemplo, a los comuneros de las inmediaciones del Proyecto Conga se les llevo a la cercana provincia de Hualgayoc, que tiene 885 pasivos mineros originados por operaciones mineras que empezaron en el virreinato. En el extranjero también se da esta práctica, en el Salvador la contaminación del rio San Sebastián producto de antiguas prácticas mineras fue eficazmente utilizada en la difusión de una narrativa que terminó con la prohibición de la minería metálica en todo el país. Imágenes como la superior, referente al rio San Sebastián en el Salvador, son un recurso discursivo más poderoso que cientos de páginas de un EIA realizado bajo los más elevados estándares técnicos.
La minería moderna tiene el nivel tecnológico necesario para controlar y mitigar eficazmente sus efectos medioambientales. Sin embargo, para la mayoría de la población la comprensión de los efectos de la minería se da en función a las consecuencias de las operaciones mineras previas a la legislación ambiental. Es muy difícil para la población entender la magnitud de los cambios tecnológicos en el sector minero cuando la experiencia previa ha dejado ese legado negativo. Los pasivos mineros se convierten entonces en insumos de propaganda de los anti-mineros. En la actualidad se realizan documentales respecto a pasivos ambientales de una corporación con tecnología de décadas atrás y el mismo es presentado a comunidades a miles de kilómetros de distancia con el fin de maximizar el rechazo a la minera.
La idea que la minería genera un legado ambiental irremediable es uno de los principales recursos discursivos de los anti-mineros. La realización de obras por remediación ambiental envía poderosos mensajes a la población. El primero consiste en la viabilidad técnica para la minería moderna de mitigar sus efectos ambientales, el segundo manifiesta el interés y preocupación del sector minero por el medio ambiente y el tercero muestra que el Estado Peruano se preocupa por los efectos de largo plazo de las actividades mineras. Es decir, con ello se incide sobre tres campos de la lucha por la legitimidad de la minería, (a) los efectos ambientales atribuidos, (b) la caracterización ética de las empresas y (c) la credibilidad de la institucionalidad pública dedicada a controlar la actividad minera.
La minería moderna enfrenta un problema de credibilidad respecto a la calidad de sus planes de cierre de mina. Al ser relativamente reciente la aplicación de regulaciones y tecnologías ambientales modernas la inmensa mayoría de minas no ha realizado actividades de cierre significativas, se pide entonces que la población tenga fe respecto a lo que puedan hacer las empresas mineras veinte o treinta años en el futuro. Este acto de fe es difícil cuando se tiene, en el presente, pasivos mineros en las cercanías claramente visibles y que forman parte de la memoria histórica local sobre los efectos ambientales de la minería.
Un programa a gran escala de remediación de pasivos ambientales por impuestos tendría otra gran ventaja puesto que necesitaría hacer uso de profesionales del ambiente que pasarían a estar asociados laboralmente con el sector minero. Estos profesionales podrían ser útiles en la lucha de ideas respecto a la minería y sus efectos ambientales. Podrían ser voceros calificados frente a los medios de comunicación, generar materiales académicos y participar en actividades de incidencia frente a los hacedores de políticas públicas.
Esta iniciativa permitiría presentar a la inversión minera como una actividad con efecto ambiental neto positivo, en el que la afectación propia de la operación sería compensada con creces por los efectos positivos sobre zonas previamente degradadas. Esto sería un poderoso recurso discursivo frente a líderes de opinión y el público en general.
La remediación ambiental es una actividad más intensiva en uso de mano de obra no calificada que las actividades de extracción minera. Por ello, la remediación a gran escala incrementaría la articulación laboral entre la empresa y la población local justamente en aquellas áreas que por su afectación ambiental pasada podría ser la más propensa a la movilización anti-minera.
No es difícil incrementar los efectos positivos de esta iniciativa. En primer lugar, se debería permitir que los impuestos a ser descontados en obras por impuestos no se refieran únicamente al impuesto a la renta, muchos proyectos mineros requieren inversiones que maduran en muy largos plazos y puede tardar más de una década, desde el inicio de la inversión, antes que se generen utilidades. Para entonces se puede haber consolidado una opinión negativa respecto a los efectos ambientales de una empresa. Las empresas mineras pagan ingentes cantidades de otros impuestos (Como el selectivo al consumo de los combustibles) que de ser posible asignar a obras por impuestos podrían generar legitimidad para la minera durante la etapa exploración y construcción cuando la “mortalidad social” de un proyecto es más alta.
El efecto de construcción de legitimidad para las empresas y el sector será mayor si los esfuerzos se focalizan en pasivos mineros “emblemáticos” que han sido utilizados con mayor frecuencia en los esfuerzos propagandísticos de los anti-mineros. Con ello se reduce la efectividad de los esfuerzos de los anti-mineros por despertar el miedo entre la población. Los centenarios pasivos mineros de Hualgayoc y los de Cerro Pasco podrían ser un buen comienzo, su remediación mostraría a la sociedad el resultado de décadas de avance en las técnicas de remediación ambiental.
Para un despliegue rápido de la remediación el gobierno central debería generar un sistema simple y rápido para la presentación de proyectos de remediación por parte de las empresas mineras. Estas propuestas de remediación podrían ser aprobadas por un organismo del Estado focalizado en este tema. La posibilidad de evitar la aprobación de las autoridades sub-nacionales es necesaria puesto que en muchos casos las mismas son ineficientes, corruptas (Y desean canalizar parte de los recursos para sí mismas) , de postura anti-minera o combinaciones de estos factores de manera simultánea. El Estado también debe facilitar los mecanismos financieros para que las remediaciones realizadas en el presente se conviertan en un menor pago de impuestos en el futuro aplicando una tasa de interés justa.
Por el lado de las empresas mineras ellas deben comprender las ganancias en legitimidad de las acciones de remediación, construir en sus organizaciones la capacidad para poder realizar remediaciones a una escala mayor que la actual y visibilizar al máximo sus acciones de remediación frente a las comunidades locales. Una empresa minera podría remediar algún pasivo minero abandonado en las inmediaciones de sus operaciones, hacer uso intensivo de mano de obra local con lo que se integra con la economía local, y llevar a cabo visitas de la población local hacia áreas remediadas con el fin de generar confianza en sus capacidades ambientales.
Consideramos que la remediación ambiental por impuestos tiene el potencial de afectar de manera positiva la viabilidad de la minería en el Perú. Sin embargo, este potencial efecto positivo requiere de la voluntad tanto del gobierno nacional como de las empresas mineras. Pero para que ello ocurra se necesitara una comprensión cabal de la manera como estos pasivos afectan la legitimidad del sector minero. Lampadia
[i] Inventario expuesto en diciembre 2016, disponible en: https://pt.slideshare.net/BraulioCastilloAnyos/inventario-de-pasivos-ambientales-mineros-2016