Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Gota a Gota se orada la piedra
Palabra a Palabra se educa la mente
En este 2025, año de Jubileo, de mis 75 años, y espero del último de esos nefastos 15 años de regresión política, económica y social del Perú, en Lampadia no he querido siquiera instalar un banner alusivo al aniversario patrio, ni hacer el tradicional ejercicio de comentar un balance de avances y retrocesos, ni compartir mis deseos para lo que queda del gobierno de emergencia de Dina Boluarte.
Esto, porque más allá de la celebración y del artículo correspondiente, que a muchos deja con la sensación del deber cumplido, creo efectivamente que La Patria es un compromiso de Vida.
Ese compromiso va más allá de lo celebratorio. Cuidarla y velar por su futuro es una tarea permanente. Ello implica participar en la vida ciudadana, desde la política o desde afuera, implica compartir nuestras ideas de futuro y propiciar la formación de ciudadanos informados y con criterio propio.
Y los que tenemos la visión de un futuro de éxito y claridad sobre los caminos de la prosperidad, estamos moralmente obligados a no descuidarnos ni un solo día. Gota a Gota se orada la piedra y Palabra a Palabra se educa la mente.
En los años 60, 70 y 80, con la revolución militar de izquierda nacionalista de Velasco y compañía, se jodió el Perú. Como podemos ver en el gráfico, comparándonos con Corea del Sur, mientras ellos crecían sin parar, nosotros retrocedimos y nos estancamos. Luego, desde Fujimori recuperamos el ritmo de crecimiento hasta el 2011, para volver a frenar.
Hace 15 años se jodió el Perú, otra vez
Lastimosa y paradójicamente, como producto de los vericuetos de la historia, la respuesta a la pregunta de Varguitas: “¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?”, la encarnó su propio autor, Mario Vargas Llosa, quién el 2010 llegó al Perú con el Nobel de Literatura bajo el brazo, un día de gloria, que duda cabe, pero en vez de mostrar algo de la grandeza que le sobraba, ‘Jodió al Perú’ con su sentencia de que el 2011 tendríamos que votar entre el sida y el cáncer, entre Keiko y Humala.
La debilidad emocional de Mario lo llevó a cometer este error, que terminó expresándose en su bendición a Ollanta Humala, quién terminó ganando las elecciones del 2011 por tan solo 445 mil votos, el 2.95% de los votos válidos.
¿Por qué se jodió el Perú desde el 2011?
Porque contrario a lo que muchos creen, el gobierno del nacionalismo de Humala fue fatal, y peor aún, hasta ahora solo hemos empeorado las cosas con gobiernos igualmente malos o peores, como los de PPK, Vizcarra, Sagasti, Castillo y Boluarte.
Humala es responsable de:
- Parar la inversión minera, el gran motor de nuestro crecimiento económico.
- Propiciar en las mentes de los peruanos un sentimiento negativo hacia la minería, en su versión formal y respetuosa de sus impactos sociales y ambientales.
- Confundir a los ciudadanos, con la oscura complicidad de la mayoría de los medios de comunicación, sobre las relaciones causa-efecto de las políticas públicas que nos brindaron la gran recuperación del país, bajando la pobreza de 60 a 20%, creando una nueva clase media del 40% de la población y eliminando la inflación, entre otros muchos éxitos.
- Instalar en el Estado miles de funcionarios ideologizados y anti-inversión privada, que con la absurda estabilidad laboral colada por Alva Orlandini en nuestra legislación, siguen allí, junto con los otros miles contratados por los siguientes gobiernos.
- Invirtió la causalidad del desarrollo que muestra que el crecimiento trae la redistribución, para caer en la falacia populista de distribuir para crecer.
Ya es hora de recuperarnos
Nuestras capacidades para crecer, mejorar los ingresos y de enrumbarnos al desarrollo integral y sostenido, en lo económico, social e institucional, están intactas.
La riqueza del Perú, expresada en su gente, que sigue gritando ¡Arriba Perú!, en nuestra historia, nuestra geografía y nuestros múltiples e infinitos recursos naturales, nos reclama una mejor puesta en valor de nuestra calidad de vida. Objetivamente, no es justificable que seamos un país pobre.
Tenemos todo para ser una sociedad de éxito, próspera y rica.
Solo necesitamos tener una mejor clase dirigente, un mejor gobierno. No necesitamos tener un gran gobierno, solo necesitamos un gobierno que nos deje trabajar, que no interfiera nuestras capacidades con las trampas de las ideologías y las burocracias.
El 2026 es un excelente momento para sacudirnos de nuestras lacras, para alejarnos de las ideologías castrantes y de optar por la libertad, por el libre mercado y la democracia liberal.
Informémonos sobre nuestro potencial de desarrollo, sobre nuestras capacidades, sobre los beneficios de la inversión privada, responsable del desarrollo de los países más exitosos.
Si nos preocupa apoyar a los empresarios, a pesar de ser un país de empresarios, no dejemos de ver que al Estado no lo controla ni supervisa nadie, en cambio, a la inversión privada la vigila el Estado, los mercados de valores, los medios de comunicación y el consumidor.
Ya es hora de hacer las cosas bien. Por amor a tu familia y a tu Patria.
Lampadia