Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 10 de junio de 2019
Para Lampadia
Este año la Universidad de Piura cumple 50 años de vida institucional… ¡nada menos! 50 años educando, creciendo, y sirviendo.
La UDEP… bueno fuera que más universidades peruanas sean de su talla. No hay, sino que poner un pie dentro de sus instalaciones para respirar el aire inconfundible de excelencia e integridad – tan propios – de la Universidad de Piura. Pasar del mundanal ruido a cualquiera de sus campus, produce una sensación de bienestar especialísima… que hay que vivirla para contarla.
Efectivamente, el campus Piura, el campus Lima, y el PAD – la Escuela de Dirección – en Monterrico, tienen una atmósfera especialísima que – aparte de paz y bien – propicia el estudio, la innovación, la amistad… y un profundo amor por el Perú. Yo doy fe de ello.
La excelencia se da en todas sus instalaciones y en todas sus carreras. Todos los niveles de estudio – pregrados, maestrías, y doctorados – son excelentes. Los cursos de extensión, diplomados, congresos y eventos… todo es excelente en la UDEP. En educación, economía y administración, comunicaciones, derecho, humanidades, ingeniería, medicina… la Universidad de Piura hace – tal cual reza su lema – mejores personas, mejores profesionales.
Es impresionante ver cómo ha crecido la UDEP desde que inició actividades en 1969. Recuerdo – como si fuera ayer – cuando algunos amigos emigraron a Piura para estudiar sus carreras profesionales en la – entonces – novísima universidad. Yo acababa de ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Y por ello doy gracias a Dios. Porque ¡vaya que la UNI abre puertas a sus egresados! ¡Y qué puertas!
Pero la UDEP es también una gran abre-puertas. Conozco a muchos estudiantes y profesionales egresados de la Universidad de Piura – jóvenes o no tan jóvenes – que vienen aportando grandemente al país con sus valores y conocimientos.
La semana pasada estuve por allá con ocasión del XXII Simposio Internacional de la Uva de Mesa (SIUVA Norte 2019). Y la verdad – como siempre – la pasé muy bien en Piura. Sin embargo ¡qué fea herida está dejando la fallida “Reconstrucción con Cambios”! La imagen del Estado inoperante, indolente, corrupto – y todo lo demás – es decepcionante. Eso de priorizar la confrontación entre el Gobierno Central, el Congreso, y el Poder Judicial; y desatender la reconstrucción del Norte es una ofensa a los miles de damnificados del Niño Costero del 2017.
En fin. Esperar poco – o nada – del Estado. A esa conclusión llegamos en el SIUVA Norte 2019. Nosotros mismos somos. Me refiero a la ciudadanía organizada y empoderada. El Estado no lo va a hacer. La reconstrucción de la infraestructura dañada por el Niño Costero 2017 va a tardar una eternidad. Mientras tanto, a arreglárselas como puedan.
A ese respecto, el sector agroexportador norteño se ha recuperado estupendamente. Y sin ninguna ayuda del Estado. Después de la tremenda caída en las exportaciones de uvas de mesa en la temporada 2017 / 2018 – precisamente por el desastre del Niño Costero – la campaña 2018 / 2019 denota una asombrosa recuperación.
En resumen, Piura va muy bien en lo privado. Pero mal – muy mal – en lo público. Muy bien en fruticultura de exportación. Excelente en educación universitaria, con la Universidad de Piura a la cabeza. Pero pésimo en asuntos del Estado. ¡Una lástima! Lampadia