El Perú es un país con enorme potencial que a pesar de la debilidad de la economía internacional puede seguir creciendo. Entre sus diversos atributos está su bono demográfico, que impactará positivamente en la creación y distribución de riqueza en el país. En cuanto a la clase media, se proyecta que incluya a más del 40% de la población, principalmente en los países emergentes.
En el Perú, del 2005 a la fecha, la clase media se ha incrementado del 25% de la población a casi el 60%. Un logro evidente de la expansión económica que ha vivido el país en los últimos años. Por si fuera poco, el MEF, como en su momento lo indicaron el Banco Mundial y el BID, anunció a principios de este año que el ingreso promedio per cápita en el Perú se incrementó en un 36.7% entre el 2004 y el 2012, “lo que refleja la solidez de la economía del país en las últimas dos décadas”.
El Perú todavía es un país emergente. Nos encontramos en una etapa temprana de nuestro desarrollo. Como indicó un informe del banco HSBC: “A medida que sus trabajadores estén cada vez mejor equipados con más maquinaria y tecnología, y su nivel de habilidades se eleve, su productividad [en el Perú] aumentará, el PBI seguirá creciendo y junto a ello los ingresos reales de los trabajadores.” (Ver en Lampadia (L): ¿Cómo podemos aprovechar nuestro bono demográfico?)
Según este informe el Perú “puede ser pequeño, pero es la estrella en nuestras proyecciones de América Latina”. También indica que el Perú puede ser uno de los países que más crezca durante los próximos cuarenta años, alcanzando el lugar 26 entre las economías más grandes del planeta si mantiene un crecimiento del PBI de 5.5% como promedio anual. (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?
Según las proyecciones, y como indica dicho informe, se espera que una parte relativamente grande de la población peruana se dirija al grupo de ingresos de la clase media en el 2030. Y para el 2050, habrá un aumento aún mayor de este sector, que seguirá aumentando durante las próximas décadas.
Esta revolución demográfica se debe principalmente a que países emergentes como el Perú tienen una población más joven que en el mundo desarrollado y por lo tanto, su edad promedio es menor. Significa que hay una alta cantidad de personas en el sector de la PEA (Población Económicamente Activa, entre 15 y 65 años), desenvolviéndose en el mundo laboral y generando ingresos. Además es en este sector donde se genera la mayor cantidad de gastos (bienes inmuebles, hogares, entretenimiento, etc.). Es la gente joven, con ingreso elevado, quien va a gastar, no las personas mayores.
Esto ya está sucediendo. La primera señal de una creciente clase media es el aumento del sector de servicios, algo que se puede apreciar con el mayor número de centros comerciales y lugares de entretenimiento y ocio por todo el Perú. La segunda, es que los consumidores empezarán buscando productos de bajo costo, por ejemplo el consumo de los productos chinos. Y tercero, países desarrollados ya vienen tomando interés en el Perú para aprovechar su creciente demanda, y están aumentando sus exportaciones a la región.
De acuerdo a las proyecciones del HSBC, al año 2030 el Perú contará con el 70% de su población ubicada en la clase media consolidada (con ingresos por persona y por día mayores a US$ 8.0), y un 10% en el grupo de altos ingresos, igualando a Chile y superando ampliamente a Colombia, que tendría solo al 50% de su población en los grupos de ingresos medios y altos. (L): Perú: Imparable crecimiento de la clase media.
El tener un bono demográfico alto en nuestro país nos da una gran ventaja competitiva y comparativa con respecto a otros países del mundo, especialmente con los más desarrollados. Mientras que ellos tienen que lidiar con más problemas de pensiones y de falta de mano de obra, nosotros tenemos a la mayor parte de nuestra población en la etapa productiva y de consumo de sus vidas.
Esta ventaja se ve alimentada también por una esperanza de vida que crece más cada día y, gracias al crecimiento económico a nivel mundial y a los saltos exorbitantes de la tecnología moderna, probablemente siga aumentando de la actual de 75 años (Perú, la era solamente 43 años en 1950) a una mayor. Esto alargará el rango de la PEA ya que poco a poco se tendrá que ir considerando a gente mayor a 65 años como población activa (se reconozca oficialmente o no), y un gran grupo de personas que, con el tiempo, serán altamente productivas por varios años más.
Estamos en una etapa crucial de la historia del Perú. Es el episodio con mayor posibilidad de expansión económica de nuestra historia antes de que nuestra población también envejezca. Si al impacto del bono demográfico le sumamos la futura demanda de commodities, como lo dice el mismo HSBC, (ver en (L): 2050: ¿El Perú en el puesto 26?), y si nos dedicamos a mejorar la educación, salud, instituciones, infraestructuras, los avances tecnológicos y una mejor y más eficiente gobernanza y un servicio civil meritocrático, nadie nos para. Es por eso que debemos estar preparados y capacitados para aprovechar esta oportunidad de la mejor manera posible. Debemos abordar nuestros retos sin remilgos y trampas ideológicas y lograr que el Perú crezca con todo el potencial que ya tiene. Como comentó Gastón Acurio (ver en (L): Gastón Acurio – Entrevista Iluminadora):
“El otro día estaba reunido en el Colegio Mayor Presidente de la República y los profesores me preguntaron lo siguiente: “¿Cómo has hecho para poner en valor la figura del cocinero como una actividad valiosa, respetable?”. Ellos se sentían frustrados porque la figura del maestro estaba venida a menos. Yo les conté, muy humildemente, lo que había visto desde chiquito en los años 80: un maestro que no hablaba de enseñar, sino de luchas sindicales, que alza el puño en señal de combate, ideologizado completamente”.
Ahora que todos estamos preocupados con el menor crecimiento de nuestra economía y que nuestras autoridades van reconociendo día a día, como declara hoy el ministro de economía, según la portada del diario El Comercio, vamos a tener que ser los ciudadanos los que vayamos viendo un poco más adelante, para proponer correcciones inmediatas. Ver en (L): La situación no está para tafetanes, se requieren acciones inmediatas. Lampadia