Jaime de Althaus
Para Lampadia
La pobreza se redujo en -4.2% el 2021 en relación con el terrible año de la pandemia, pero en el área urbana se redujo mucho menos, como veremos. Y eso reclama medidas otro tipo de medidas, distintas a los programas tradicionales.
El 2021 la producción nacional creció 13.3%, pero la pobreza solo se redujo -4.2%: bajó de 30.1% a 25.9%. Eso significa que todavía está 5.7 puntos porcentuales por encima del nivel de pobreza que teníamos el 2019, que había bajado a 20,2% (ver gráfico).
Es obvio que, si no tuviéramos la incertidumbre política que sufrimos, y la pésima gestión gubernamental, el año pasado hubiésemos crecido aún más y este año podríamos estar avanzando a la velocidad de alrededor del 7%, considerando los precios de los minerales. Con esas cifras, el 2023 habríamos regresado al nivel de pobreza del 2019 y quizá menor aún. Sin embargo, al paso que vamos, si crecemos solo un 2% el 2022, es posible que la pobreza de este año no se reduzca o incluso vuelva a incrementarse, considerando además la inflación, que reduce el ingreso real de las personas. Es terrible el daño que el gobierno está haciendo a los más pobres.
Ahora bien, algo que debe llamar la atención es que la pandemia afectó mucho más al área urbana que a la rural, y la reducción de la pobreza el año pasado respecto del 2020 ha sido menor en el área urbana. Y si comparamos con el 2019, prepandemia, vemos que el área rural ya se recuperó, pero las zonas urbanas están 7.7 puntos por encima (más pobres) que en el 2019.
Fuente: INEI. “Evolución de la Pobreza Monetaria 2010 – 2021”
Eso se observa de una manera mas desagregada en el siguiente gráfico, donde vemos que los niveles de pobreza en Lima metropolitana estaban el 2021 casi 11 puntos por encima del 2019, mientras que en la sierra y selva rurales la pobreza incluso había bajado en ligera medida.
Lo que es coherente con el hecho de que la percepción de que el nivel de vida en el hogar empeoró el 2021 es bastante mayor en Lima Metropolitana y en la costa urbana:
Fuente: Javier Herrera (1)
Por supuesto, esta realidad ha llevado a los expertos en programas de lucha contra la pobreza, a demandar una nueva focalización más efectiva que incluya al sector urbano, ausente de dichos programas.
Sin embargo, mucho mejor que realizar transferencias de dinero a las familias, sería dinamizar la economía y generar empleo. Permitir que las inversiones florezcan y el empleo informal se potencie y formalice en lo posible. Así, el mejor programa para reducir drásticamente la pobreza urbana sería eliminar las trabas, requisitos, regulaciones y tributos que impiden la formalización de los emprendimientos, y que más bien se convierten en arma de chantaje para perseguirlos y extorsionarlos obligándolos a realizar pagar cupos para poder operar sin cumplir normas incumplibles.Ver en Lampadia: Agenda política vs. Agenda productiva – Empobrecimiento o Prosperidad
Así surgirán nuevas inversiones y crecerán los emprendimientos existentes. Según el experto Javier Herrera, “…la recuperación parcial del último año 2021 se ha logrado con poca redistribución. Ello se debe a múltiples factores aún no elucidados: poco crecimiento de los sectores orientados al mercado interno, recuperación aun no total del empleo, incremento del empleo inadecuado, con informalidad, y menores ingresos”. [1]
Por eso, lo que necesitamos es un programa de liberación de las fuerzas productivas, el restablecimiento de la libertad económica con una formalidad inclusiva.
Quizá sería necesario plantear eso como un programa social de reducción de la pobreza para darle prioridad y viabilidad política.
Lampadia
[1] Javier Herrera, Efectos redistributivos de la Inflación, crecimiento y programas sociales sobre la Pobreza Monetaria, Perú 2021