Presentación del libro “El Fracaso del Socialismo” de Félix Álvarez Velarde en la PUCP
Ángelo Ramos,
Vicepresidente de Essentia PUCP, Estudiante de ciencias políticas y gobierno
Para Lampadia
“El Fracaso del Socialismo en el Mundo” no es solo un libro más en la larga bibliografía crítica al socialismo. Tiene un gran valor añadido, profundamente humano y profundamente intelectual, escrito por alguien que antes compartió el ideario socialista, que creyó en sus promesas, en su narración histórica y en su utopía.
Y que, a través del estudio, de la evidencia y de la honestidad consigo mismo, se convirtió, transitando hacia una comprensión más profunda de la libertad, de la persona y de las consecuencias devastadoras del socialismo en cada país donde se intentó aplicar. Ese tránsito, del socialismo a la libertad, engrandece aún más esta obra, porque no se escribe desde el prejuicio o el dogma, sino desde la experiencia intelectual y moral de quien cambió de rumbo al enfrentarse a la verdad.
Lo que esta noche hemos reafirmado, con la guía de nuestros invitados, es algo que la evidencia histórica muestra con absoluta claridad: El socialismo no solo fracasa; destruye, empobrece y deshumaniza. Y lo ha hecho en todas las partes donde intentó gobernar. No fracasa por falta de recursos, ni por errores administrativos, ni porque “no se aplicó bien”. Fracasa porque su diseño va en contra de la naturaleza humana.
El socialismo parte de una premisa imposible: que se puede reemplazar la libertad por planificación, que la creatividad humana puede ser dirigida desde un escritorio, que la propiedad puede colectivizarse sin destruir los incentivos que generan prosperidad.
Cada experiencia socialista en el mundo deja el mismo rastro: escasez, represión, destrucción moral y espiritual.
Es, además, incompatible con la visión cristiana de la persona. Mientras la fe cristiana exalta la libertad, el libre albedrío, la dignidad intrínseca y la responsabilidad moral, el socialismo reduce al individuo a un engranaje del Estado. En donde el cristianismo ve personas, el socialismo ve masas. Donde el cristianismo confía en la libertad ordenada, el socialismo exige obediencia ciega.
Muchos repiten que el socialismo “ya está muerto”, que es un debate antiguo, que nadie lo toma en serio. Y cometen el mismo error que cometió Francis Fukuyama en el último lustro del siglo pasado al exclamar el fin de la historia. Porque el Perú vivió un baño de realidad en el 2021, cuando un partido abiertamente marxista-leninista llegó al poder con un discurso anclado en esa vieja ideología.
Ese episodio demuestra que la ingenuidad es un lujo que no podemos darnos. El socialismo no desaparece porque la historia y los datos le sean adversos; persiste, muta y regresa.
Ahora bien, como agrupación universitaria de derecha conservadora, creemos profundamente en la libertad. Pero también, somos conscientes y sabemos, que defender la libertad no significa exacerbarla, pues la libertad sin responsabilidad se convierte en caos, y el caos destruye a la comunidad.
No defendemos la libertad simplemente porque es lo opuesto al socialismo. La defendemos porque es la condición indispensable para que cada persona pueda desplegar su dignidad. Pero esa libertad debe estar enmarcada en valores, en moral, en tradición, en sentido de pertenencia y en compromiso con el bien común.
Creemos en la libertad con responsabilidad, en la libertad que construye, que respeta, que cuida y que ordena.
Porque una libertad sin límites, desligada de la tradición, del orden moral y de esencia civilizatoria, aun cuando pueda oponerse al socialismo ortodoxo, termina abriendo espacio para su nueva mutación.
Porque en el vacío que deja la ausencia de raíces, aparecen con fuerza las ideologías identitarias que hoy conocemos como socialismo del siglo XXI o neomarxismo cultural: proyectos que disfrazan la misma lógica colectivista de siempre bajo banderas progresistas de “liberación absoluta”; pero que en el fondo reinstalan el mismo control, la misma ingeniería social y la misma fragmentación que el socialismo ha promovido.
De esa forma, va instalándose en la cultura, en el arte, en las redes, medios de prensa hegemónicos e instituciones académicas, de la cual, gran parte de nuestra comunidad universitaria, desgraciadamente, es parte.
Una sociedad sin anclaje moral no desplaza al socialismo: lo facilita en su versión más emocional y pasional.
Esta re-oxigenación socialista debe servirnos de recordatorio. Recordatorio de que el socialismo siempre regresa disfrazado, siempre busca un nuevo lenguaje para una vieja intención: control social, resentimiento y poder absoluto. No olvidarlo es parte de nuestra responsabilidad generacional.
Responsabilidad que toma más relevancia al establecerla dentro de un contexto en donde nos encontramos a puertas de un nuevo ciclo electoral en 2026. Y en contextos como este. la formación ideológica junto a la advertencia del colectivismo totalitario no es un lujo ni un pasatiempo: es un deber histórico.
Los países no caen en sistemas opresivos porque sus ciudadanos no sepan qué hacer, sino porque olvidan lo que no deben permitir jamás.
Por eso estos eventos importan. Por eso este libro importa. Por eso la presencia de nuestros invitados importa.
Cada uno aporta a un recuerdo colectivo que debemos mantener vivo: el socialismo no es una alternativa benigna que “hay que considerar”; es una advertencia histórica que nunca debe volver a instalarse en el Perú bajo ninguna de sus formas, ni tradicionales ni re-oxigenadas.
Quisiera concluir reafirmando que la libertad no se hereda; se conquista y se defiende. Nuestra generación, especialmente desde las aulas universitarias, tiene la responsabilidad de evitar la repetición de errores que ya destruyeron naciones y vidas enteras en el pasado.
Que este evento sea, entonces, un recordatorio de la misión que nos corresponde: mantener viva la defensa de la libertad con responsabilidad, de la dignidad humana por encima del Estado, y de los principios que hicieron grande a nuestra civilización.
Agradezco a todos por acompañarnos este día. Que este encuentro continúe mostrando a Essentia como la única agrupación realmente comprometida con los valores de la libertad, la vida y la familia dentro de nuestra casa de estudios.
Y que, por su puesto, marque un paso más en la construcción de un Perú que, con la ayuda de Dios, nunca más vuelva a caer en las promesas rotas del socialismo.
Muchas gracias!
Lampadia






