“El hueco de capital de trabajo que tiene Petro-Perú no lo tiene ninguna empresa similar en el mundo”
Entrevista a Fernando De la Torre, Ex gerente corporativo de Finanza de Petro-Perú»
El Comercio, 18 de noviembre del 2025
Maritza Saenz
Exfuncionario de la petrolera sostiene que el déficit de capital de trabajo de la estatal no lo tiene ninguna empresa similar en el mundo y duda de la capacidad de su nuevo directorio.
Veinte días en promedio se esperó para la designación de un nuevo Directorio de Petro-Perú, presidido por Luis Alberto Canales. El nuevo equipo de trabajo tendrá la misión de mejorar los resultados financieros de la petrolera con un plan que tendrían que elaborar en menos de tres meses. No obstante, Fernando De la Torre, ex gerente corporativo de Finanzas de Petro-Perú y consultor especializado en reestructuración de deudas, duda que los números puedan mejorarse porque la empresa está severamente endeudada.
– ¿Qué referencias tiene sobre el nuevo presidente del Directorio de Petro-Perú?
Personalmente no lo conozco, no había escuchado jamás su nombre. Cuando salió publicado, llamé a unos contactos del sector —tanto en el segmento ‘upstream’ de exploración y producción, como ‘downstream’ de refinanciación y comercialización— y nadie lo conocía.
La información que conseguí en una búsqueda por redes sociales es que es un ingeniero petrolero y que ha trabajado como gerente de la Municipalidad de Talara. Eso parecería ser el rol más importante que ha tenido a lo largo de su ejercicio profesional, lo cual no guarda relación absoluta con Petro-Perú, ni en cuanto a la actividad o al giro del negocio, ni en cuanto al tamaño y la responsabilidad. Son dos cosas totalmente distintas.

– ¿En qué situación se asume Petro-Perú?
Los problemas de la petrolera son dos. Uno, el funcionamiento al nivel máximo y óptimo de la refinería de Talara, porque sigue reportando márgenes negativos o márgenes muy finos, lo cual es una evidencia innegable de que el tratamiento de recuperación de fondos a través de la unidad de ‘flexicoking’ [planta que procesa residuos de petróleo y los transforma en combustibles líquidos de alto valor comercial, como la gasolina y el diésel] no está funcionando como debería, a pesar de lo que diga la empresa. Se ha venido repitiendo respecto a la nueva refinería de Talara que iba a dejar márgenes de refinación de US$15 a US$20 por barril y no está llegando ni remotamente a eso.
El otro problema es el monto de la deuda. Si miramos la estructura de capital de la empresa, tenemos al cierre de septiembre — que es la última cifra publicada—, un apalancamiento de 3,8 veces el patrimonio, eso no es normal. El promedio a nivel mundial, el ‘benchmark’ para empresas como Petro-Perú, que básicamente son de refinación y comercialización, es de 0,75.
Tenemos un problema de deudas y si miramos también a nivel de capital de trabajo, la empresa cerró el tercer trimestre con US$ 1.300 millones en negativo. Y eso es después de que el Gobierno pateara al 2028 los US$ 1.000 millones que debían pagarse en agosto (de este año). En mi experiencia sobre reestructuración de empresas en crisis, considero que Petro-Perú ya cruzó la línea de no retorno. Hablar de salvar a Petro-Perú como es hoy día imposible.

– Aunque la ministra Miralles (titular del MEF) confía que el nuevo Directorio tenga en tres meses un plan para mejorar la situación financiera.
La ministra, por falta de experiencia en situaciones de este tipo, solo está expresando sus mejores deseos. Lo que puedo ver por el perfil de esos directores es que no tienen la experiencia ni conocimiento como para poder hacer un plan de salvataje distinto, donde el Estado no tenga que poner más dinero en esta empresa, y si lo pone que reciba algo a cambio.
– ¿Es una buena señal este cambio de Directorio?
No es buena señal. Dada la gravedad de la situación parecería ser que el presidente Jerí quiere pasarle el problema al próximo gobierno y que para ello está dispuesto a darle otro rescate con el dinero de todos a la “empresa sin dueño”.
– ¿Qué se espera del nuevo Directorio?, ¿tiene posibilidades de mejorar la situación financiera en el poco tiempo que le queda?
Si van a seguir haciendo más de lo mismo, es una pérdida de tiempo. Es más, puedo apostar que se va a requerir un nuevo rescate antes de Fiestas Patrias. No hay forma de que sobreviva como está ahorita.
El problema es que es un Directorio temporal. Yo estuve adentro, sé cómo es cuando el Directorio va a cambiar o está de salida. La orden del director simplemente no se acata.

– ¿De qué tipo de rescate estamos hablando?
De todas maneras, van a necesitar más dinero porque el hueco de capital de trabajo que tiene hoy día [Petro-Perú] no lo tiene ninguna empresa petrolera en el planeta. En junio de este año el pago a los acreedores del exterior por concepto de servicio de la deuda internacional —que son más o menos US$ 170 millones— lo ha hecho el MEF, no lo ha hecho Petro-Perú. La petrolera estatal va a cerrar el año con US$ 5 millones de Ebitda, de generación de flujo de efectivo; es decir, con todo lo que vende, solamente ha girado US$ 5 millones en todo el año.
Los rescates a las empresas se dan de diferentes maneras. La más cruda es inyectar dinero, pero hay otras formas; por ejemplo, si yo tengo una deuda por cobrar y la reprogramo en una fecha futura, estoy haciendo un rescate. Eso es lo que ha estado ocurriendo, pero el expresidente [Alejandro Narvaez] decía que eso no era un rescate. Si yo como accionista avalo la deuda para que la puedan refinanciar a un plazo más largo, también estoy dando un rescate.
– ¿Se debería realizar un cambio en el modelo de negocio?
Sí, porque en poco más de dos años y medio no se ha logrado operar de manera eficiente y eficaz la refinería. Yo no puedo deshacerme de esa inversión; la inversión ya está hecha. Lo que tengo que hacer es que esa inversión genere flujos positivos. Si estos señores no pueden, busquemos un operador mundial que siga vendiéndole a Petro-Perú a medida que Petro-Perú pague. Obviamente, si no le paga, va a vender [el combustible] a otro.
– ¿Eso no sería privatizar?
No, estamos hablando de concesionar o alquilar, no lo estamos vendiendo. La refinería sigue siendo propiedad de Petro-Perú, solamente que no la opera Petro-Perú, sino otro. Esto, porque la estatal ha mostrado su incapacidad para ello.
Hay una ley [n.° 30130 publicada el 2013] que indica que se puede vender hasta un 49% de las acciones y no menos de 5% debe ser colocado en la población peruana a través de un programa de participación ciudadana. Eso no necesita ninguna ley adicional, solo es cuestión de que el Directorio y su Junta General de Accionistas decidan hacerlo.
Si el Estado va a avalar un refinanciamiento porque, aparentemente, yo [Petro-Perú] le demuestro numéricamente que es lo único que queda por hacer, entonces el Estado asumiría la deuda estructural y la deuda de mediano plazo; es decir, los bonos y el préstamo sindicado, por US$4.000 millones. Pero no lo hará gratis: podría exigir esos US$4.000 millones en acciones clase B, que colocará en un fideicomiso como garantía. Entonces puede decirle a la petrolera, “si tú no me recompras esas acciones, yo simplemente las vendo a quien quiera comprarlas. Y si la refinería está concesionada, se las venderé al concesionario.






