Domingo García Belaunde
Perú21, 18 de noviembre del 2025
“En el área del derecho público (constitucional y administrativo), la cosa es realmente preocupante. Utilizan los amparos para cualquier cosa, como los hechos lo han demostrado”.
En reciente reunión en Tacna, que ha congregado al parecer a todos los jueces de la República, ha habido, por enésima vez, un reclamo para que se respete la independencia de los jueces y la autonomía del Poder Judicial. Y es curioso todo esto, pues nadie amenaza a los jueces, como es fácil constatar en los últimos meses, en donde vemos que más bien ellos hacen lo que les da la gana y no pasa nada.
Sin lugar a dudas los tiempos cambian y los usos del lenguaje también. Hace algunos años el problema básico era que los jueces no tuvieran interferencias del poder político y eventualmente del poder económico y por eso se pedía independencia y respeto.
Hoy las cosas han cambiado. En las primeras instancias y a veces también en las segundas, los jueces suelen ser muy cómodos, generalmente no escuchan a nadie y deciden de acuerdo al ánimo con que amanecen o al amigo al que quieren servir. Al margen de ello, y con las notables excepciones que nunca faltan, viven ayunos de conocimiento jurídico, vienen de las más bajas escalas del mundo universitario. Y en el mundo del derecho público, andan en el limbo. Y lo peor es que creen que saben, con lo cual el peligro aumenta.
Y es que en el área del derecho público (constitucional y administrativo), la cosa es realmente preocupante. Utilizan los amparos para cualquier cosa, como los hechos lo han demostrado. Para no mencionar casos recientes, recuerdo que hace años un famoso “jurista” con el apoyo de una jueza supernumeraria, detuvieron la elección por parte del Congreso de magistrados del Tribunal Constitucional (a quienes los despistados llaman “tribunos”) con una medida cautelar dentro de un amparo. Y no pasó nada. Y lo más llamativo es que los congresistas de entonces (también de muy bajo nivel) les hicieron caso.
Por cierto, que estos estropicios no van a desaparecer de la noche a la mañana y más bien tienden a aumentar, ante la indiferencia de la Corte Suprema. Entiendo que hay que replantear las cosas a futuro y enfocarlas modernamente.






