Jorge Chamot
Noviembre 6, 2025
Para Lampadia
Nuestra serie ha estado analizando situaciones y oportunidades del sector minero-energético, pero ahora con la difusión de los posibles candidatos a las elecciones del 2026 tenemos que pensar en el futuro con más seriedad que hasta ahora. Ya que el gobierno de transición tiene otras cosas que hacer más urgentes y en base a lo que es conocido, el Sector Energía y Minas no es de su preocupación.

Alguien sugirió que en un pensamiento estoico que nos permite apreciar el momento y priorizar nuestros verdaderos intereses, está la dicotomía del control, que implica decisiones. Por un lado, nos debemos enfocar en las cosas que podemos influenciar, digamos nuestros pensamientos, acciones, y en términos prácticos, nuestras fortalezas, y por otro lado, no en las cosas que no podemos influenciar, sobre todo las circunstancias externas o externalidades, como la geopolítica y los mercados internacionales.
Me hace recordar la oración comúnmente atribuida a San Francisco de Asís: “Señor, dame Fortaleza para afrontar lo que puedo cambiar, Resignación para aceptar lo que no puedo cambiar, y Sabiduría para poder determinar la diferencia”. Entonces comencemos a pensar en el 2026, hay mucho por cambiar.
Es ya más que evidente que el Perú es macroeconómicamente estable (gracias al BCR y a pesar de la pobreza de nuestra clase política y sus avatares de los últimos años) y que dentro del ámbito de desarrollo capitalista que implica división de trabajo y especialización en lo que sabemos hacer mejor, tenemos que priorizar acciones para asegurar nuestras ventajas comparativas en un mundo inmensamente competitivo. Y sobre ello sí podemos actuar, lo digo a pesar de los recientes ataques a la globalización y al avance del comercio internacional, que, en mi opinión, seguirán su marcha de crecimiento a pesar de todo, haciéndonos a todos más interdependientes del resto.
Entonces, ¿qué es lo que sabemos hacer bien?: La minería, la agroindustria, la pesquería. De estos sectores vivimos y de sus exportaciones tenemos los récords de reservas, la estabilidad de nuestra moneda y la liquidez necesaria para cubrir nuestras importaciones.
Sin embargo, es aquí donde quiero hacer hincapié que no es que no reconozca la importancia de nuestro sector industrial, sino que pienso que nuestra industria debe reorientarse y concentrarse en priorizar agresivamente sus inversiones para darle valor agregado a los tres sectores mencionados. La sustitución de importaciones fracasó hace mucho tiempo, dejemos que otros hagan lo que saben hacer mejor, más eficientemente y por lo tanto, a niveles más económicos.
En minería, además de lo ya conocido sobre su contribución al PBI, la recolección de impuestos, su abrumadora participación de nuestras exportaciones, etc., ¿qué quiero decir con que la industria se concentre en darle un alto valor agregado a la minería?:
Por ejemplo, con un decidido impulso a la industria metal-mecánica en toda su gama de productos, que iría de la mano con otra refinería de metales y en especial otra de cobre, estaríamos pensando en grande. O pensar en una fábrica, la más grande del mundo, de todo tipo de huachas, o una de todo tipo de cables de cobre, o tantos “gadgets” que se podrían fabricar en el Perú que son básicamente aleaciones metálicas que podemos fabricar acá, ya los metales los tenemos casi todos. Energía tenemos, nuestros costos de producción son bajos y estamos frente a Asia, el mayor mercado potencial de esos productos.
Debemos de dar un paso decidido a que nuestro sector industrial se convierta, al hablar del ámbito minero-industrial, además de proveedor preferencial de equipos e insumos de la minería local, en exportador de los mismos a actividades mineras en otros países. Seguimos todavía importando grandes cantidades de equipos e insumos de países industrializados que con seguridad usan materias primas nuestras y pienso que esos equipos e insumos podríamos y deberíamos producirlos en el país. La culpa en parte es la falta de interés en incurrir en este rubro, pero también y sobre todo la falta de una estrategia de mediano y largo plazo enfocada en la internacionalización de nuestra producción.
Y no solamente productos sino servicios y soluciones tecnológicas especializadas. En un artículo anterior ya sugerimos la creación de un “Centro de Innovación Minero-Energética” que también se concentre en estos temas. No basta participar en ferias o convenciones una o dos veces al año, se requiere, además de la investigación y experimentación, una presencia permanente en el mercado al que se quiere llegar.
Ya en los últimos tiempos, a instancias de países extranjeros que han venido a firmar acuerdos de apoyo y colaboración sobre la producción de metales críticos (como ya he reportado, he preguntado en instancias internacionales: “What´s in it for us?”) necesitamos actuar desarrollando inteligencia de mercado y alianzas estratégicas realistas, sobre todo en obtener apoyo en investigación y desarrollo que se traduzca en la tan necesaria innovación, como ya explicáramos en nuestro artículo “Innovacion” (#45 de Agosto de este año).
Al incorporar la innovación como una herramienta para mejorar la productividad en nuestras operaciones en el país, se obtiene experiencia para posicionarnos e internacionalizar los productos y servicios que desarrollamos inicialmente para el territorio nacional. El nuevo énfasis en minería en países de nuestra región abre un mercado potencial a la espera de nuestros productos y futuras tecnologías mineras que estarían dispuestos a aceptar a nuestros proveedores. Nos sería fácil entender y ofrecerles productos y servicios adaptados a sus realidades operacionales, cultura y forma de hacer negocios en cada mercado, con estrategias puntuales de promoción y buscando los socios locales adecuados.
Somos competitivos en la exportación de minerales en general y si tuviéramos más, exportaríamos más. Pero debemos pasar a desarrollar nuevos sectores económicos basados en el conocimiento, la innovación, la valentía de entrar en actividades de riesgo.
Los países de referencia en estos temas son Australia y Canadá, con sofisticados sistemas de apoyo en marketing y promoción, y Chile ya le está dando vueltas a ideas sobre este tipo de actividad minero-industrial. No solo ven sus mercados tradicionales sino piensan globalmente.
Y para ponernos al día con las nuevas tendencias, la posibilidad de fábricas de la siguiente generación de baterías con el litio descubierto en Puno ya que existe una preocupación enorme sobre las necesidades previstas para la demanda de baterías. Estas no se van a construir ni en Bolivia (solo hay inversión China) ni en el norte de Chile (donde no hay suficiente energía), podrían construirse en Argentina, pero ¿por qué no en el Perú?. Se necesita tomar decisiones, y aunque suene inconsistente, antes de que se descubran que nuevos elementos podrían hacer que esa nueva generación de baterías ya no necesite litio.
Al entrar la minería a una nueva y ya comentada etapa de sostenibilidad e innovación, un nuevo nivel de colaboración multisectorial va a ser crítico para alcanzar mejores resultados ante los cambios tan bruscos que se avecinan. Se necesitará amplio apoyo ciudadano, y de infraestructura, educación y entrenamiento de personal, orden y seguridad.
En general, estos sectores (minería, agroindustria, pesquería), si los priorizamos, pero no con palabras y anuncios de proyectos, sino con facilidades y atractivos económicos, harán que regresen las inversiones frescas que los inversionistas buscan ante las demandas de los mercados. Muchas acciones requeridas son conocidas y caen por su propio peso.
Me permito repetir que los mercados internacionales ahí están y especialmente los de nuestros productos que justamente necesita el mundo. Esto es lo que se llama “A sellers´ market”, el comprador tiene que comprar y no hay suficiente oferta, y el vendedor está en mejor posición relativa. Este el momento en que la coyuntura de estos sectores en el ámbito internacional nos permite no solo aumentar las arcas de las reservas y la recaudación de impuestos, sino aumentar el empleo, crecer y desarrollar.
Asumiendo que las elecciones del 26 nos darán un mejor gobierno que los últimos, la tarea es enorme pero factible, y para estar a la altura, simplemente se tendrá que tomar DECISIONES. Plata hay, gente hay, la capacidad de aumentar nuestros recursos es inmensa.
¿Qué falta? Ya lo sabemos, aquí no hay ciencia ni hay que reinventar la pólvora, y nosotros mismos lo hemos estado diciendo en nuestros artículos, pero lo repetimos.
- Orden, respeto a la ley
- El estado debe regresar a proveer educación, salud, infraestructura, seguridad, y dejar la actividad económica al sector privado que se dedica justamente a generar riqueza
- Mejorar la infraestructura ferroviaria y portuaria (marítima, aérea y terrestre)
- Regionalizar el país en base a las prioridades y necesidades de los 3 sectores mencionados y capacitar al personal que manejará las futuras regiones
- Destrabar proyectos hoy atascados por la burocracia y la inmensidad de trámites
Mi propuesta:
1.- Al diseñar una política multisectorial que podríamos llamarla “Minero-energética-industrial”, constituir un grupo de trabajo permanente liderado por el Vice-Ministro de Minas y conformado por los Directores Generales de Promocion y Sostenibilidad Minera (del MINEM), de Desarrollo Empresarial (de Industria, PRODUCE), de Política de Promoción de la Inversión Privada (del MEF) y de representantes del Consejo de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (de PCM) y por supuesto de la SNI y la SNMPE Este grupo deberá plantear propuestas multisectoriales, así como establecer y asegurar las facilidades necesarias que otros organismos del Estado que podrían estar involucrados, las extiendan en plazos mínimos.
2.- Dentro de esa política multisectorial y con una nueva regionalización del país, establecer finalmente los polos de desarrollo de los que se habla ya por décadas. Estos polos de desarrollo (ya se han mencionado por ejemplo Bayóvar, Ilo y ahora Chancay) darán impulso definitivo a los sectores mencionados y ahora si agregamos el industrial, atraerán otras actividades que harán de estos polos verdaderos generadores de desarrollo y a la vez aseguren el éxito desde ya, la nueva regionalización que tendrá que diseñarse.
3.- Se han firmado sendos acuerdos con diferentes países para la explotación de minerales críticos, evidentemente por nuestra producción y reservas de uno de ellos (el cobre) y la expectativa del hallazgo y explotación de otros. Solo esperamos que estos acuerdos ya estén en pleno funcionamiento y recordemos que es la oportunidad de conseguir apoyo para nuestros planteamientos en artículos anteriores en relación al repotenciamiento del INGEMMET y la creación dentro del mismo, de un “Instituto del Cobre” y un “Centro de Innovación Minero-Energética”.
Lampadia






