Luis Carranza
Perú21, 14 de setiembre del 2025
«En un país en que el Gobierno aplica medidas populistas, la productividad puede no crecer y los salarios aumentan porque se decreta por ley”.
Las leyes de la física son enunciados que explican cómo se comporta la materia y la energía en el universo. Son válidas en todo lugar y en todo momento. Las leyes de la economía no.
La razón fundamental es que, mientras la física trata de entender cómo funcionan los átomos, las leyes de la economía tratan de predecir cómo se va a comportar el ser humano. A diferencia de los átomos, los humanos somos seres con expectativas, sentimientos y sesgos de comportamiento producto de nuestra evolución. Eso hace que ante un evento inesperado nuestro comportamiento sea distinto dependiendo de nuestras expectativas o de nuestros sentimientos. Por ejemplo, un programa de estabilización funciona mejor si existe credibilidad y la gente ajusta las expectativas de inflación. Si no hay credibilidad, los precios seguirán con tendencia inercial y el costo en desempleo será enorme.
Encima de esto, tenemos sociedades con distintas creencias y valores que hacen que un cambio en las reglas de juego pueda generar distintas respuestas según la cultura. Y peor aún, tenemos instituciones y Estados distintos que condicionan el comportamiento de las personas.
Eso hace que, si nos fijamos en el corto plazo en una relación entre dos variables, tengamos distintos resultados dependiendo dónde y cuándo lo estamos midiendo.
¿Eso significa que la economía no funciona? No. Muy por el contrario, significa que debemos tomar en cuenta todos los elementos relevantes para establecer esas regularidades y entender que en el largo plazo se cumplirán inexorablemente, así como las leyes físicas. Pero también explica por qué durante un tiempo las afirmaciones y actuaciones populistas no tienen el impacto negativo inmediato que la teoría económica predice.
En la física, la primera ley de la termodinámica afirma que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Esta ley la vemos en acción todos los días cuando hervimos el agua para tomarnos un café o cuando prendemos el carro para irnos a trabajar. Funciona igual de bien aquí y en cualquier lugar del mundo.
Pero así como tenemos esta primera ley de la termodinámica en la física, tenemos también una primera ley dinámica en la economía, y es que la productividad se transforma en empleos y/o en aumentos salariales. Lamentablemente, esto no funciona en el corto plazo igual en todos los países. En una economía liberal que apuesta por la inversión privada con instituciones eficientes, la productividad del país crecerá y esto se transformará en empleos y en aumento salarial. La combinación dependerá de qué tanto desempleo tenemos y qué sectores lideran el aumento de productividad.
Pero en un país en que el gobierno aplica medidas populistas, la productividad puede no crecer y los salarios aumentan porque se decreta por ley. En el corto plazo vemos que la primera ley de la dinámica económica no funciona, pero en el largo plazo veremos las consecuencias funestas a través de desempleo e inflación que deteriora el poder de comprar de los salarios nominales. Inexorablemente, al final del día, la caída de la productividad se verá reflejada en desempleo y menores salarios.
En el gráfico 1 podemos ver esta relación entre el salario promedio en dólares y el producto por habitante (como indicador de productividad laboral) en varios países en desarrollo de América y Asia. La relación es claramente positiva, aunque no es exacta. Un país con fuerte distorsión es Bolivia, que tiene un salario promedio equivalente al de Uruguay, pero con la tercera parte de la productividad. Ahora bien, si tomamos en cuenta el tipo de cambio paralelo, el salario en dólares cae a la mitad; si consideramos el fuerte desempleo y el ajuste económico que se tendrá que implementar, nuestro salario en Bolivia estará más cerca al de Indonesia. Ahí los bolivianos conocerán los resultados de la primera ley dinámica de la economía.
De otro lado, en el gráfico 2 podemos observar la dinámica salarial en el sector agroexportador peruano. Sector que viene creciendo en productividad laboral y que se ve reflejado en mejores salarios, los cuales crecen por encima del salario mínimo legal desde hace más de 20 años. En el 2000 la diferencia era de 40% y al 2024 es de 110%, más del doble.
Aquí en el Perú, estamos empezando a transitar por el camino de países como Bolivia, donde el Congreso aprueba por ley mayores salarios mientras va destruyendo la productividad de los sectores productivos. Si queremos lograr una mejora sostenida en el nivel de vida de los peruanos, con mayores salarios y más empleo, solo debemos preocuparnos por mejorar la productividad de nuestra economía.