Iván Arenas
Perú21, 22 de agosto del 2025
“El país no ha terminado el proceso de formalización minera y ante los magníficos precios en el mercado la ilegalidad presionará”.
El domingo 6 de junio de 2021, el precio de la onza de oro en el mercado internacional cerró en US$1,535. Aún no se sabe, pero aquella fecha será de suma importancia en los próximos años y ese ciclo tumultuoso se cerrará con un golpe de Estado que no fue de tragedia sino de comedia. Al final de aquel domingo, el flash electoral dirá que Pedro Castillo ganaba las elecciones frente a una sorprendida Keiko Fujimori. Recuerde la fecha: es domingo 6 de junio de 2021 y el oro está a US$1,535 la onza.
Cuatro años después, al cierre de esta columna, el precio de la onza de oro en el mercado internacional gira alrededor de los US$3,300. Ojo: el precio del metal dorado ha aumentado en un 120% en unos pocos años. En el ínterin de ese sorpresivo crecimiento, la minería ilegal aurífera —camuflada en esa inmensa informalidad— ha desatado el ruido y la furia convirtiendo a algunos lugares, como Pataz, en el corazón de las tinieblas y la meca de las bandas criminales. La incertidumbre geopolítica y las guerras imperiales han desatado una desesperada compra de oro por parte de los bancos centrales. Observen este dato: en solo cinco años, el Banco Central de Polonia, que por historia ha sido un país víctima del imperialismo ruso, ha pasado de tener 225 a 515 toneladas de oro. La India — rodeado de sus enemigos históricos Pakistán y China, para poner otro ejemplo— ha pasado de tener 650 a casi 900 toneladas. Es la venganza de la geografía y lo pequeño que es el mundo.
Los estudios ya advierten que la onza de oro en el mercado internacional llegará a fines de 2026 a casi US$4 mil dólares. Meses atrás, en una columna aquí, mencioné que las mismas calificadoras advertían que el precio de la onza de oro llegaría a US$3 mil en estas fechas. Pero hay otro dato. En el mercado y de acuerdo a la mayoría de proyecciones técnicas, se estima que para 2030, el precio de la onza de oro podría rondar los US$8 mil. Una barbaridad, ¿no es cierto?
Si las proyecciones se cumplen en el papel deberíamos respirar con tranquilidad. El próximo presidente tendría una bonanza asegurada. Un nuevo superciclo. Sin embargo, hay un “pero”. El país no ha terminado el proceso de formalización minera y ante los magníficos precios en el mercado la ilegalidad presionará. Mire usted estos datos. En 2024 —en el papel— el país produjo 97 toneladas métricas finas de oro pero exportó 179. Una brecha de 81 toneladas aproximadamente. Formalizar, ese es el verbo. De lo contrario habrá “más Pataz”. Ojo, ya los cárteles mexicanos miran al Perú.