Jaime de Althaus
Para Lampadia
La ideología socialista de Evo Morales y García Linera llevó a Bolivia a cometer los mismos errores que ya habían llevado a tantos países (incluido el Perú y la propia Bolivia en la década de los 80) a la crisis económica, a la pérdida de reservas, a la inflación y al empobrecimiento de su población. Fue la crónica de una muerte anunciada.
- Ya se sabía desde que nacionalizó el gas que la inversión se ahuyentaría y que por lo tanto tarde o temprano los yacimientos se quedarían sin reservas y que las exportaciones que tantos ingresos habían dado se reducirían al mínimo.
- Ya se sabía que al exportar cada vez menos y al congelar el tipo de cambio, el Banco Central se iría quedando sin reservas de modo que ni siquiera se podría importar gasolina.
- Ya se sabía que al congelar el precio de los combustibles y otros productos subsidiando el consumo, se generaría a la larga un déficit fiscal que estallaría en la inflación del 25% que hay ahora y que seguirá creciendo porque ya no hay reservas en el Banco Central para financiarlo y entonces no le queda sino acudir a la “maquinita” de la emisión monetaria desenfrenada.
- Ya se sabía que la fiesta redistributiva termina cuando se agotan los recursos del dispendio. Bolivia es un desastre, pero por supuesto el gobierno de Arce, del MAS, no hará el doloroso ajuste necesario, consecuencia de sus propias decisiones, sino que se lo dejará en herencia envenenada al gobernante de derecha que suba.
Si es Rodrigo Paz, esperemos que no cometa el error de realizar un ajuste gradual, que ya sabemos, también, que no funciona y solo sirve para acelerar la inflación.
Ojalá que el desplome del supuesto “modelo” boliviano haga ver a la población de Puno y del sur del Perú que las ideas como las de Evo Morales terminan empobreciendo al pueblo y hundiendo a los países.
Al parecer, sin embargo, es una lección que nunca se aprende. Es un pozo en el que siempre se cae. La atracción de la gravedad de las malas ideas es muy grande.
Lampadia