Alonso Rey Bustamante
Perú 21, 25 de julio del 2025
«Pensar que una empresa estatal quebrada puede endeudarse en mejores condiciones es, por decir lo menos, absurdo, solo para burros».
En vez de ordenar la casa, el presidente de Petroperú ha optado por culpar al Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) de la debacle financiera de la empresa. Bien decía Einstein que la estupidez es infinita y aquí una prueba contundente de ella. Las declaraciones son de tal desconocimiento y ligereza, que uno solo puede pensar que no sabe nada.
Según el señor Alejandro Narváez, la tasa de interés de referencia es un obstáculo para pagar la deuda de Petroperú. Incluso sugiere que, si esta fuera más baja, podrían conseguir financiamiento más barato. Esa afirmación no solo es incorrecta: es absurda. Y viniendo del titular de una empresa pública con un historial financiero tan cuestionable, el comentario roza lo irresponsable, por no decir otra cosa.
La tasa de referencia del BCRP es una señal para el sistema financiero, no una garantía de condiciones favorables para cualquier actor. Mucho menos para una empresa con los resultados que hoy exhibe Petroperú: pérdidas por US$774 millones en 2024, tras haber perdido US$1,022 millones en 2023. Y este año, estima un resultado negativo adicional de US$223 millones. Con ese historial, pretender acceder a tasas más bajas que las del mercado es desconocer lo más básico de financiamiento. Si eso declara, ¿cómo estará manejando la empresa?
Incluso las compañías más sólidas enfrentan tasas reales superiores al 4.5%. Pensar que una empresa estatal quebrada puede endeudarse en mejores condiciones es, por decir lo menos, absurdo, solo para burros. El problema no está en el BCRP, sino en la propia gestión de Petroperú: en su falta de credibilidad y la gente poco capacitada que la administra, como los casi todopoderosos funcionarios de este gobierno menos que mediocre.
Más preocupante aún es que, pese a todo, se insista en justificar nuevos salvatajes con recursos públicos. En lugar de exigir eficiencia y rendición de cuentas, se sigue apostando por transferencias que comprometen las finanzas del Estado. ¿Cuántos años más deberá cargar el contribuyente con los errores de gestión?
El rol del BCRP es preservar la estabilidad monetaria, no subsidiar financieramente a una empresa pública. Sus decisiones son técnicas, no políticas. Desviar la atención hacia el banco central solo refleja una evasión de responsabilidades.
El país necesita instituciones que funcionen, no empresas que disparen contra quienes sí están haciendo bien su trabajo. Por favor desaparezcan al Ministerio de Trabajo, Petroperú (o al menos a su dizque presidente) y al Ministerio de Descultura (antes que desaparezca Machu Picchu).