En el mundo de la tecnología, la pobreza es una tragedia
Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Puede ser que los pobres del Perú tengan la sensación de que las tecnologías modernas les están dando una mejor calidad de vida. Hoy todos tienen un celular y la mayoría cuenta ya con smart phones, televisores planos con pantallas muy grandes, etc., y todo a precios bastante reducidos.
Pero nuestras condiciones de vida están muy lejos de lo que ofrece el mundo moderno. No seamos complacientes con nuestra realidad. Tenemos el derecho y la capacidad de obtener algo mucho mejor de lo que tenemos.
El Perú tiene grandes oportunidades para ser efectivamente, un país rico. Tenemos gente trabajadora y creativa, más todos los recursos naturales que podemos necesitar, especialmente en el agro, la minería, la pesca y el turismo.
Lamentablemente, nuestros políticos han sembrado prejuicios y nubes mentales que no nos dejan ver la realidad de pobreza que nos lastra, ni las oportunidades de lograr un futuro de riqueza.
Si queremos salir de pobres, necesariamente tenemos que elegir un nuevo gobierno que nos asegure un gran salto de riqueza que nos permita ser ciudadanos del mundo moderno, del mundo de hoy, del que gozan en EEUU, Europa, y crecientemente en el Asia.
Tenemos que elegir un gobierno que nos iguale con las poblaciones más prósperas del planeta, que no solo tienen celulares y pantallas planas;
sino que tienen acceso a una excelente educación para el futuro;
acceso a salud de calidad, basada en esquemas de prevención diseñados para cada ciudadano;
infraestructuras sociales y económicas de última tecnología;
y un Estado que te haga más fácil emprender y trabajar,
un Estado que no confunda su rol ofreciendo lo que no sabe conseguir y trabando las iniciativas de ciudadanos y empresas.
Si no tenemos claro cuales son los roles básicos de la sociedad, el Estado a lo suyo, seguridad, justicia y buenos servicios públicos; y el sector privado a lo suyo, invertir, crear empleo de calidad, generar riqueza, ofrecer modernidad y aportar ingresos para el Estado; vamos a quedar atrapados en la mediocridad y en la pobreza.
Si no crecemos lo suficiente, todos vamos a perder la capacidad de ser ciudadanos exitosos del mundo desde el Perú. Las brechas que nos separan de los países más ricos crecerán, igual que las diferencias en ricos y pobres.
Pero lo más dramático será que los pobres quedarán excluidos eternamente del mundo del bienestar, fuera del impacto de las continuas y crecientes olas de saltos tecnológicos que ofrecerán grandes mejoras en todos los aspectos de la vida.
No hay que luchar contra la economía de mercado,
hay que traer a los pobres a la economía de mercado.
En el mundo de la tecnología, la pobreza es una tragedia.
No sigamos apartando a los pobres del Perú, del futuro de la humanidad.
Pudiendo sacarlos de la pobreza,
no hacerlo, es un crimen de lesa Patria.
Lampadia