Por: Yesenia Álvarez
Perú21, 10 de junio del 2022
“A diferencia de lo que planteaba el Gobierno y los políticos obstinados con una Asamblea Constituyente —que más bien no está prevista en la Constitución—, la aprobación de este dictamen nos invita a debatir sobre una reforma constitucional de forma democrática”.
Esta semana, la Comisión de Constitución del Congreso aprobó el dictamen que busca restablecer la bicameralidad y con ello se inicia el camino para que la ciudadanía dialogue democráticamente sobre esta reforma constitucional. Sin embargo, han aparecido inmediatamente en el debate público opiniones que desinforman y manipulan el debate.
Al respecto, el diario La República en su portada del 08.06.2022 señaló que “el Congreso se erige como Constituyente de facto” y en la misma fecha en el programa de YouTube La Encerrona su conductor dijo, en resumen, “que en la práctica esta comisión se ha convertido en una Asamblea Constituyente que quiere entronizar una dictadura congresal, que nadie la ha elegido como tal, pero se está tomando esas atribuciones”. ¡Inaudito! ¿Se pueden afirmar tremendos despropósitos y seguir presumiendo audacia y honestidad intelectual?
Esta reforma constitucional tiene aspectos positivos y criticables, pero que se buscan debatir antes de aprobarse. No tiene fundamento sostener que el Congreso se está tomando estas atribuciones o actuando de facto porque según el artículo 206 de la Constitución “toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso”, por tanto, este sí está facultado para reformar la Constitución y esta reforma puede ser parcial o total según el artículo 32. Entonces, no actúa de facto si tiene esa facultad y si, además, está siguiendo los cauces constitucionales.
Argumentos como que la ciudadanía ya rechazó mediante referéndum la reelección congresal y la bicameralidad tampoco tienen sentido en una democracia abierta a cambios y siempre que se sigan los mecanismos constitucionales, pero además porque la Ley N° 26300 en su artículo 43 señala que “si el resultado del referéndum deviene negativo, no podrá reiterarse la iniciativa hasta después de dos años”. Y estamos 2022, ya han pasado cuatro años.
A diferencia de lo que planteaba el Gobierno y los políticos obstinados con una Asamblea Constituyente —que más bien no está prevista en la Constitución—, la aprobación de este dictamen nos invita a debatir sobre una reforma constitucional de forma democrática. Ojalá haya espacio para un debate sano, honesto y sin manipulaciones.