A propósito de la creación de la ATU Lima-Callao
Por: Fernando Raventós
Para Lampadia, 25 de noviembre del 2018
El Congreso ha aprobado recientemente la Ley que crea la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, cuya sigla es ATU, ley que aún no ha sido promulgada, pero que vale la pena conocer porque aparentemente sería promulgada sin observaciones.
El objeto de la ley es garantizar el funcionamiento de un Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao que satisfaga las necesidades de traslado de sus pobladores.
Es una ley centrada en el transporte terrestre de personas que desgraciadamente no solo le resta importancia al transporte de mercancías, sino que al parecer considera esta actividad como una traba para el transporte de personas. Así, si bien entre las funciones complementarias de la ATU está aprobar el Plan de Desarrollo Logístico para el Transporte de Carga en Lima y Callao, esto lo va a hacer “recomendando restricciones de horario, circulación, detención o estacionamiento de vehículos de transporte de mercancías en el Territorio [provincia de Lima y provincia constitucional del Callao], considerando la capacidad y características de las vías, y con arreglo a la normativa vigente en la materia.” (Art. 7; c)
Es decir, la función principal de la ATU va a ser el transporte de pasajeros y solo de manera complementaria se va a ocupar del Plan de Desarrollo Logístico para el Transporte de Carga en Lima y Callao, pero, además, esta función complementaria la va a llevar a cabo estableciendo “restricciones” para el transporte de mercancías.
Si bien la creación de una institución que supere la actual dispersión de normas y autoridades, y garantice el buen funcionamiento de un Sistema Integrado de Transporte de Lima y Callao para pasajeros es algo deseable por todos, el desbalance que presenta en torno al transporte de mercancías, tema que considera complementario y donde se opta por una visión restrictiva, es cuestionable.
El transporte de mercancías es vital para una sociedad. En mega ciudades como Lima todo llega a su destino final través de camiones, no de barcos, ni de aviones y menos de trenes. Sin un oportuno flujo de mercancías los consumidores no encontrarían en el mercado los bienes indispensables para vivir, tales como alimentos, vestidos, etc.
Además, el Perú ya ha establecido que el comercio exterior es una política de Estado. ¿Cómo llegan los productos de exportación al puerto o al aeropuerto? En camión. ¿Cómo salen los productos de importación del puerto o del aeropuerto? En camión.
¿Qué significa una restricción horaria al transporte de mercancías? ¿Que si un avión llega a las dos de la tarde habrá que esperar hasta las doce de la noche para retirar la carga en camión? Eso es absurdo.
No hay que olvidar que en la provincia constitucional del Callao se encuentra el principal puerto del Perú y el principal Aeropuerto, por donde circula la mayor parte de la carga que entra o sale del Perú. ¿Es allí, en el principal punto logístico del país, donde se piensa restringir el transporte de mercancías, agravando la lentitud que tiene actualmente dicho transporte y los costos que ello genera?
Y no sólo estamos hablando de transporte de mercancías, hay que hablar de carga en general, incluso de camiones que mueven tierras y desmonte. La principal obra de infraestructura que el país tiene entre manos es la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, ubicado precisamente en el Callao, lo que va a implicar un intenso movimiento de camiones durante años, porque la obra va a demorar varios años.
En conclusión, considerar el problema del transporte en Lima y Callao como un problema principalmente de pasajeros es un grave error. Lima y Callao es la principal zona logística del Perú y también requiere de un sistema fluido de transporte de carga.
Suponer que el transporte de carga está reñido con el bienestar de la población es otro grave error, la satisfacción del consumidor se basa en un mercado bien abastecido y este se basa en la provisión oportuna mediante camiones.
La población requiere de trabajo para vivir y este lo proporciona en gran parte el comercio exterior que tiene como eje logístico Lima y Callao, limitar el transporte de carga afectaría gravemente el desarrollo económico del comercio exterior peruano.
Sin duda la defensa del transporte de carga va a requerir de un seguimiento constante de las acciones de la ATU Lima-Callao.