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La izquierda tradicional debe quedar fuera del gobierno

Editorial

Después de las elecciones hemos recibido varios comentarios de nuestros seguidores sobre una supuesta inclinación política partidaria de Lampadia que no reflejan el origen ni el objeto de nuestros análisis. Asunto que consideramos necesario explicar, en contra de la tradición peruana de siempre callar y callar.

Análisis del desenfoque electoral

Nuestros análisis sobre la formación del nuevo gobierno pretenden rescatar lo más importante de nuestro comentario del 11 de abril, un día después de la primera vuelta electoral, en el que saludamos el voto de la ciudadanía que masivamente (hasta en un 80%) optó por “seguir construyendo sobre lo avanzado” y que rechazó los llamados al cambio de ‘modelo’ y a una nueva Constitución, así como la participación en el gobierno de los dueños de esas ‘ideas  muertas’.

Por lo tanto, el mandato popular era de que los dos ganadores de la primera vuelta, Fuerza Popular y Peruanos Por el Kambio, desarrollaran una segunda vuelta en que debatieran sobre los ‘por qué’ y los ‘cómo’ debíamos desarrollar las políticas públicas que permitieran que los peruanos consolidemos nuestro camino al bienestar común con la mayor consistencia posible y sin las confusiones y distracciones ideológicas que vienen entorpeciendo nuestro desarrollo.  

Lamentablemente, PPK decidió, desde el primer día, coquetear con los perdedores, especialmente con la izquierda tradicional y más radical: “voy a ir a la cárcel a conversar con Santos” (11 de abril 2016, 8:30 am). Sus alfiles toledistas (Bruce y Sheput) llegaron al extremo de alabar el plan de gobierno del Frente Amplio y las cualidades dialogantes del anti minero radical, el ex cura Arana. Y entre muchos otros gestos, promovieron la mala práctica política de firmar compromisos de acción de gobierno. Llegaron a firmar acuerdos hasta con 17 cúpulas gremiales y sindicales afines al Frente Amplio (en el compromiso con el sindicato de Sedapal, PPK, personalmente, se compromete a “NO privatizar Ni concesionar SEDAPAL ni las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS)”.

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Con esto, evidentemente, nuestros izquierdistas ya tienen su caballito de batalla para justificar sus futuras presiones políticas y sus acciones callejeras.

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Ya después de las elecciones, en las que PPK fue elegido como Presidente de la República, su Vice-Presidente, Martín Vizcarra y varios de sus voceros empezaron a plantear la posibilidad de gobernar pasando por el costado del Congreso de la República, que estará en manos de Fuerza Popular. Esto llegó hasta el planteamiento de hacer una alianza con los gobiernos regionales y locales para imponerle una agenda de gobierno al Congreso. Esta absurda idea habría sido ya descartada, sin embargo al cierre del evento cusqueño de la Cumbre de la Descentralización, el sábado pasado, PPK declaró: “Les pido que hagamos una alianza. Una alianza cuyo eco llegue hasta al Parlamento en la avenida Abancay en Lima. El eco es el Perú unido para hacer las obras que necesitamos” (como si el Parlamento estuviera tomado por una fuerza de ocupación extranjera).

En Lampadia consideramos que esta cercanía con las cúpulas de la izquierda tradicional es muy mala para el desarrollo del Perú. Nos explicamos:

Nuestras objeciones a las izquierdas peruanas

Todos los grupos de izquierda y los gremios laborales afines firmaron un documento, promovido por Tierra y Libertad (Arana), eufemísticamente llamado ‘nueva minería exige debate nacional’ en agosto del 2012 y lo presentaron al Presidente de la República, Ollanta Humala. Ver firmas y carátula del documento indicado:

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Los planteamientos del pos-extractivismo se pueden apreciar mejor en una publicación de estilo académico, ver a continuación: 

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Esta publicación fue desarrollada por varios economistas de izquierda, que acompañaron al uruguayo Eduardo Gudynas, el inspirador de este disparate en la región latinoamericana. Además, fue refrendada por varios centros de estudios y gremios peruanos, como puede verse a continuación:

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¿Pero qué es el pos-extractivismo?

Una teoría de corte ludista que pretende aislarnos del mundo global y llevar nuestras actividades productivas a satisfacer solo las necesidades más básicas, produciendo lo mínimo posible de energía, minerales, petróleo, madera y productos alimenticios entre otros.

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En el caso de los alimentos, en relación a las agroexportaciones, vinculadas al sector agrícola, donde todavía está el mayor número de  pobres, plantean que solo produzcamos lo que necesitamos para consumir nosotros y ‘tal vez’ nuestros países vecinos, si podemos convencerlos de adoptar la misma ‘filosofía’.

El sector agrícola solo puede crecer sostenidamente, llegando a muchos  estómagos. Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano? ¿Si 3 millones de agricultores tendrían que abastecer solo a los 27 millones de peruanos? Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos por agricultor. Pero si operamos en el mundo global y exportamos a mercados de unos 2,700 millones de personas, en teoría, cada agricultor podría abastecer a 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos.

Por lo tanto, podemos afirmar con toda la fuerza del mundo, que al pretender limitar la producción agrícola, la izquierda tradicional quiere condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna. Lo mismo se aplica evidentemente para los demás sectores.

Estos planteamientos, que no solo se dirigen a evitar el crecimiento económico, sino que además, pretenden reducir el tamaño de nuestra economía, son maniqueos e inmorales.

Estamos seguros que los peruanos no quieren estos planteamientos, ni a los que los promueven, cerca del próximo gobierno. Nosotros, para contribuir a evitarlo, seguiremos tercamente, haciendo las críticas necesarias. Esa es nuestra  obligación, tanto por nuestra ‘Misión’, como por Nuestro Compromiso con la Sociedad. Lampadia




Exigencias y compromisos pre asunción del gobierno

Exigencias y compromisos pre asunción del gobierno

Durante las últimas elecciones nacionales, tan particulares en muchos aspectos, se ha desarrollado una nueva práctica política, la de ‘cooptar’ a los candidatos con exigencias y compromisos a cambio de votos. Además, por lo que  estamos viendo, ésta se sigue extendiendo hacia el Presidente Electo.

Incluso se ha llegado al extremo de que algunos grupos de izquierda que dieron su apoyo electoral, exigen ahora al nuevo gobierno en formación que no vaya a gobernar según su Plan de Gobierno, sino cumpliendo los compromisos asumidos indicados.

En nuestra opinión, ésta práctica debiera prohibirse, pues aleja a los candidatos de un proceso adecuado para el establecimiento de las políticas públicas que un Estado responsable necesita llevar a cabo. En el caso de PPK, el próximo Presidente de la República, él firmó 17 compromisos pre electorales. El más pernicioso de ellos, según hemos reportado anteriormente, es el suscrito con el sindicato de Sedapal.

Ahora, antes de la asunción del mando, en la llamada ‘Cumbre de Descentralización’ en el Cusco, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) y la Asociación de Municipalidades del Perú (AMPE han planteado las exigencias que describimos líneas abajo. 

Correo: Se inicia la primera Cumbre de Descentralización

PPK en el Cusco con las Regiones

Los gobiernos sub nacionales piden más recursos, pero antes se necesitan reformas

El presidente electo Pedro Pablo Kuczynski ha recibido toda clase de pedidos de los presidentes regionales y alcaldes del Perú en su reciente viaje al Cusco. Él, a su vez, les ha propuesto una alianza, cuyo eco llegue al Congreso, para hacer las obras que el país necesita. Evidentemente tal alianza solo será posible en la medida en que el gobierno entrante acoja por lo menos parte de los planteamientos de los alcaldes y gobernadores regionales. El problema es que dichos planteamientos se centran principalmente en pedidos tales como el reinicio del proceso de descentralización fiscal y el incremento de la transferencia de dinero a las regiones y municipios del 25% (que actualmente manejan) al 50% del presupuesto nacional.

Para comenzar, esa cifra del 25% del presupuesto no es exacta. Es la que corresponde, efectivamente, al presupuesto aprobado para el 2016, pero durante la ejecución tal proporción cambia significativamente, pues, explica Carlos Oliva, ex viceministro de Hacienda, se incorporan saldos no gastados y se realizan transferencias.  Lo que vale, entonces, es el Presupuesto Institucional Modificado (PIM). “Al momento, el porcentaje del Gobierno Nacional (GN) ha bajado a 67.5%. El año pasado, el gobierno nacional terminó con un 63% del gasto Total”, explica Oliva. Lo que daría un 37% para las regiones.

Y el tema es que ese mismo porcentaje es engañoso porque incluye gastos que por naturaleza corresponden al GN, como Defensa, Interior, Justicia y Relaciones Exteriores, por ejemplo. Por eso, mucho más revelador es el porcentaje del gasto en Inversión. Y allí la realidad se invierte: el año pasado los gobiernos sub nacionales ejecutaron el 65% de la inversión pública, cuando hace 25 años esa cifra no pasaba del 5%. Se ha producido, pues, una descentralización muy fuerte de la obra pública.

El problema es que la obra pública descentralizada es muy deficiente. Para comenzar, se solicita más recursos, pero los que se tiene no se gastan. Según el informe “Estudio de la efectividad de la inversión pública a nivel regional y local” de la Contraloría General de la República, entre los años 2009 y 2014 el porcentaje de ejecución de la inversión a cargo de los Gobiernos descentralizados fue de solo 66%, un porcentaje inaceptable considerando las brechas existentes. Pero el tema se agrava considerando que el 43% de proyectos formulados por dichos gobiernos no se destinó a cubrir las brechas en los sectores básicos de Transporte, Educación, Salud, Agua y Saneamiento, sino a otros aspectos no prioritarios. Y pese a que el 30% de la ejecución de los gobiernos regionales se centró en el sector transportes, resulta que al 2014 el 90% de la Red Vial Departamental no estaba pavimentada.  

El informe describe otros problemas en la inversión pública sub nacional:  atomización, muchas obras por administración directa o por contrata a parientes y amigos y, por lo tanto, mucha corrupción. El 41% de la inversión pública en las municipalidades distritales se ejecuta por administración directa, modalidad ideal para el enriquecimiento ilícito.

No solo eso: la mayor parte de los proyectos que reciben la declaratoria de viabilidad por parte del SNIP no cumplen con los estándares de calidad solicitados por el propio SNIP. Y una vez ejecutados y entregados los proyectos, tampoco existe un sistema que permita monitorear cómo se lleva a cabo la operación y mantenimiento de los proyectos, ni es posible cuantificar cuánto se gasta en ello.

El resultado de todo lo anterior es que muchas obras terminan paralizadas o carecen del mantenimiento adecuado, con lo cual se deterioran y pierden funcionalidad. Es gasto en vano.

No cabe duda, entonces que se requiere reformar el sistema de inversión pública sub-nacional.  PPK propone, precisamente, la creación del Ministerio de Apoyo a las Regiones (MAR) y la descentralización de Proinversión para dar apoyo técnico y económico a las regiones y municipalidades. Proinversión realizaría estudios, priorizaría los proyectos dentro de un presupuesto quinquenal, los monitoreará y tendrá oficinas en los Gobiernos Regionales. Habría que conocer más en detalle de qué se trata.

Como fuere, dicha reforma tendrá que consensuarse en el Congreso con  Fuerza Popular, que propone algo distinto: un Sistema Integrado de Planeación de Políticas Públicas y Unidades de Gestión de Servicios y Procesos (UGSP) que identificarán las reformas para mejorar la calidad de la prestación de educación, salud, agua y saneamiento, así como de los procesos de inversión pública y acordarán las metas esperadas y los indicadores para dar seguimiento al avance de los planes.

Lo que no se puede hacer es sencillamente dar más recursos sin cambios estructurales, y no sólo en la inversión pública. También en los servicios públicos descentralizados, que suelen ser, asimismo, muy deficientes. En informe previo (ver en Lampadia: Empecemos a debatir la Reforma Política), explicamos los problemas y sugerimos algunas soluciones. Para comenzar, las funciones y competencias no están bien delimitadas entre los tres niveles de gobierno y no se sabe bien quién es responsable de qué: hay que hacer un buen trabajo de delimitación y redistribución de competencias. Luego, los procesos de certificación y acreditación de capacidades para asumir las funciones no se dieron, de modo que habría que hacer un nuevo proceso de recertificación y a partir de allí identificar brechas. Pero lo más grave fue que el gobierno central perdió capacidad de dirección, supervisión y control de las políticas sectoriales (ver “Análisis de la función rectora y sancionadora del Poder Ejecutivo”, Contraloría General de la República). Es indispensable recuperar esa capacidad rectora, supervisora, controladora y sancionadora. De lo contrario, el país se feudaliza y corremos el riesgo de enriquecer y facilitar el acceso de mafias al poder local o regional, como hemos visto que ha ocurrido en los últimos años en varios casos.  

Correo: Se inicia la primera Cumbre de Descentralización

Un sector que ha logrado recuperar cierto grado de autoridad sobre la aplicación descentralizada de las políticas y el seguimiento y monitoreo manejo de los servicios públicos sectoriales, ha sido el Ministerio de Salud, y sus avances podrían servir de modelo para otros sectores. En un próximo informe daremos cuenta de esos desarrollos a fin de ilustrar las reformas que podrían introducirse para mejorar la eficiencia de los gobiernos descentralizados. 

Lampadia




Agua Potable: Un servicio público menoscabado por la política

Agua Potable: Un servicio público menoscabado por la política

Después de haberse reestructurado el manejo de los servicios públicos de electricidad y comunicaciones, mediante las privatizaciones de los años 90, que permitieron una mejora sustancial de los servicios y el empoderamiento del Estado como el regulador de la actividad privada, hace prácticamente 20 años el país optó por mantener el servicio de agua potable y alcantarillado en manos del Estado.

A mediados de 1997, en la Embajada del Perú en Londres, durante una visita de Estado al Reino Unido del Presidente Alberto Fujimori, en una cena brindada por el Embajador Eduardo Ponce, con la presencia de inversionistas británicos, se produjo un incidente que tuvo consecuencias de largo plazo sobre el manejo del agua en el Perú.

Los representantes del Water and Sewage Authority, se pusieron malcriados con el Presidente del Perú, por los constantes cambios de planes, por los que no se concluían los términos de la reforma del servicio de agua con el ingreso de los capitales privados. Al final de la cena, el Ministro de Economía y Finanzas, don Jorge Camet Dickmann comentó, sotto voce: “se acabó la privatización de Sedapal, después de esto, el Presidente no irá adelante”.

Desde entonces, la politiquería ha ido solidificando un statu quo, a todas luces negativo: que impide a los ciudadanos el acceso a un servicio de calidad  y castiga a los más pobres a pagar por el agua hasta 15 veces más que las clases más acomodadas, que genera inmensas pérdidas de recursos públicos por inversiones inefectivas y; que permite la presencia de mafias corruptas que medran alrededor de las limitaciones de los pobres.

En el siguiente ensayo, Jaime de Althaus presenta un análisis de la situación del sector y la imperiosa necesidad de adoptar decisiones audaces e ingeniosas para salir de una trampa que no tiene cuando acabar. (Ver otras propuestas de reformas en nuestra biblioteca virtual: Estado del Siglo XXI).  

La reforma del agua potable

Cuando el 8 de julio del 2011 el Presidente Alan García inauguró la  planta de tratamiento de agua de Huachipa, proclamó que se trataba de la planta de Tratamiento de Agua más moderna y grande de Sudamérica, que, junto con la construcción del Ramal Norte de 27 kilómetros de longitud y 10 kilómetros de túneles, garantizaría que 2 millones 400 mil limeños y chalacos de los distritos de Lurigancho-Chosica, San Juan de Lurigancho, Comas, Carabayllo, Los Olivos, Puente Piedra, San Martín de Porres y el Callao, tengan asegurado el abastecimiento de agua potable de manera permanente.

Han pasado 5 años desde esa inauguración, y esos objetivos no se han  cumplido. La infraestructura funciona a un quinto de su capacidad. Según Fernando Momiy, Presidente de la Sunass, la Planta debería proporcionar 5 m3 por segundo pero sólo da 1 m3. Para comenzar, el llamado Ramal Norte que va desde Huachipa hasta Comas pasando por San Juan de Lurigancho, tuvo problemas desde el día mismo de la inauguración, cuando se rompió el tubo por la presión del agua, inundando 5 manzanas de San Juan de Lurigancho. A partir de allí, la cantidad de agua que lleva es mínima. Y como si ello fuera poco, resulta que en noviembre de 2015, cuando los constructores Camargo Correa y Veolia iban a entregar la planta a Sedapal luego de 4 años de operación, justo antes de la venida del Niño, se descubrió que la bocatoma se estaba desmoronando, cayendo a pedazos. Camargo Correa realizó una reparación provisional, a cuenta de una reparación mayor que tendría que hacer si así lo determina un peritaje que Sedapal ha convocado pero que se declaró desierto en abril del 2016, programándose la segunda convocatoria para agosto del 2016. “Que se sepa, ni la Contraloría ni la fiscalía han determinado responsables”, señaló Momiy. “Lamentablemente es una obra pública y no una concesión”, agregó.

Daños en la Bocatoma de la planta de agua potable de Huachipa

No obstante, Ramón Huapaya, Gerente General de Sedapal, asegura que la razón por la que el Ramal Norte sólo transporta 1 m3 y 5, no son las fallas en la construcción, que en el caso del Ramal ya fueron reparadas, sino el retraso en el tendido de redes en Pachacútec y San Martín de Porres, que debió estar listo con simultaneidad a las obras mayores. Recién en diciembre de este año estaría operativo de modo que en ese momento el Ramal Norte conducirá 4 m3 de agua por segundo. Veremos.

Como fuere, si esos problemas ocurren en Lima, con Sedapal, que se supone es la empresa de agua potable más organizada del país, y en una obra ejecutada por empresas internacionales en un proyecto que costó más de 800 millones de soles, ¿qué no pasará en el interior del país con Empresas Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS) municipales cuya gestión, en su gran mayoría, es sumamente deficiente?

Graves problemas de gestión, corrupción y despilfarro presupuestal

El problema central de las EPS es que no son capaces de mantener adecuadamente las redes que manejan y menos aun de ampliarlas, porque tienen tarifas bajas o gastos de personal excesivos o mucha corrupción, y carecen de capacidad profesional para formular proyectos. Según la Sunass, las EPS no tienen proyectos ni proyectistas. La propia Sedapal sólo puede ejecutar 400 millones al año de los 650 millones que tiene disponibles.

En muchos casos las EPS se han convertido en botín laboral de los alcaldes, que ponen en ellas a allegados a quienes quieren favorecer con un empleo, sin consideración de capacidad o necesidad. El siguiente alcalde los despide, pero regresan vía judicial, en virtud de la estabilidad laboral absoluta que impera en nuestro país.

Como resultado muchas EPS tiene más personal del que necesitan y sin las calificaciones adecuadas. Y la corrupción cunde. El propio ex Ministro de Vivienda, Milton von Hesse, denunció que en Sedalib trabajadores venden por su cuenta el agua en algunos sectores periféricos de la ciudad. Es decir, la privatización de facto, a favor de trabajadores corruptos. Y el Premier Cateriano reveló hace unos meses que los puestos en Sedapal son hereditarios en virtud de convenios colectivos firmados con el sindicato. Inaudito.

Este es, pues, un sector que, con excepciones, ha sido abandonado al descontrol más absoluto y que ha terminado en manos de grupos que se benefician para su propio interés de un estado de cosas ruinoso e ineficiente.  

Por eso, por ejemplo, la instalación de micromedidores, que por ley es obligatoria, se cumple muy parcialmente. En el siguiente gráfico podemos ver, por ejemplo, que 10 EPS tienen un nivel de micromedición menor al 20%.

Número de EPS según % de micro medición

 Fuente: Benchmarking Regulatorio de las EPS, 2014, Sunass

Como consecuencia, las EPS tienen que estar recibiendo frecuentemente transfusiones de sangre del presupuesto nacional incluso para subsistir y mantener las plantas y las redes. Son huecos negros. De hecho, las rehabilitaciones, ampliaciones o nuevas plantas se hacen siempre con dinero del gobierno central, no con fondos de las EPS. El Estado transfiere a las EPS, Gobiernos Regionales y Municipalidades alrededor de 3 mil millones de soles anuales para obras de saneamiento. Parte de eso es para reparar o rehabilitar redes deterioradas. Y, según Fernando Momiy, cuando, con ese dinero, el gobierno regional o la municipalidad llevan a cabo proyectos de agua potable que encargan o transfieren luego a las EPS, esos proyectos suelen tener problemas de diseño, formulación, ejecución, supervisión y financiamiento. El resultado  es una gran cantidad de obras inservibles, paralizadas, inconclusas o en arbitraje. Y si la obra se termina y entrega pero está mal hecha, lo que se tiene son elevados costos de operación y mantenimiento. En los últimos 10 años el Estado ha invertido 20 mil millones de soles en obras de saneamiento y Momiy se pregunta en qué se ha ido ese enorme monto.

Por eso, la cifra de incremento de la cobertura de agua potable y alcantarillado puede resultar engañosa. En efecto, según el documento “Benchmarking Regulatorio de las EPS, 2014” de la Sunass, la cobertura promedio del servicio del agua potable a nivel nacional en las poblaciones que están dentro de área de influencia de las 50 EPS se incrementó desde 82.4% en el año 2009 hasta 90.5% en el año 2014, y en el caso del servicio de alcantarillado, pasó  de 75.4% a 83.6% en el mismo periodo. Es notorio el caso de las EPS Pequeñas cuya cobertura pasó de 68.02% a 86.40% en esos mismos cinco años, un incremento de 18%. Pero precisamente lo que ocurre es que muchas de esas obras tienen problemas de diseño, operación y mantenimiento y a la larga no podrán mantener el servicio salvo que reciban una inyección del gobierno regional o nacional, como de hecho ocurre. 

Lo anterior se advierte, por ejemplo, en la cantidad de horas al día en las que hay agua potable en las viviendas atendidas por las EPS. Salvo Sedapal, donde el promedio de horas al día era 21.9, en las viviendas atendidas por las demás EPS el promedio de horas de agua estaba alrededor de 16. Y, como podemos ver en el siguiente tráfico, hay 10 EPS en las que la cantidad de horas diarias está por debajo de 12.

Número de EPS según cantidad de horas de agua/día

Fuente: Benchmarking Regulatorio de las EPS, 2014, Sunass

Con mucha frecuencia, como decíamos, los proyectos están mal hechos y no funcionan. El caso más conocido es el de la planta de tratamiento de aguas residuales  y el sistema de alcantarillado de Iquitos, una obra de alrededor de 800 millones de soles también que fue, sencillamente, una estafa, porque las aguas servidas se salen en medio de la ciudad, inundan las calles y no llegan nunca a la planta de tratamiento. Esta, a su vez, fue construida en una zona inundable, de modo que a la primera lluvia importante se colmó de agua y los equipos eléctricos se malograron. Y el ex gobernador regional está libre y campante.

Un estudio reciente de la Sunass revela que de las 200 plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) que existen en el país, ninguna funciona adecuadamente. Más de 90% carece de autorización de de la Autoridad Nacional del Agua para vertimiento y reúso, y no puede cumplir la normativa de Límites Máximos Permisibles ni de los Estándares de Calidad Ambiental, debido a las tecnologías que usan y a las características del cuerpo receptor. También incumplen la ley de Residuos Sólidos por falta de lugares adecuados para la disposición final de los lodos y residuos sólidos y/o por falta de aplicación de estrategias de reúso de los lodos. (Ver: http://www.sunass.gob.pe/doc/Publicaciones/ptar2.pdf)

La cuantiosa deuda al Fonavi

A los graves problemas de gestión, personal y corrupción de las EPS, se suman serios problemas financieros. En efecto, las EPS sufren unas cargas financieras muy gravosas que no pueden atender: se trata de la deuda que tienen con el FONAVI. Resulta que en los años 90 las EPS recibieron fondos del FONAVI para hacer obras de agua potable y alcantarillado, o asumieron la deuda contraída por pobladores para ese fin. El resultado es una deuda de 4,200 millones de soles entre casi todas las EPS, que, por supuesto, no han incorporado en la tarifa que pagan los usuarios, salvo en tres casos. No pueden pagar esa deuda y cuando lo hacen, no pueden hacer obra. Y el problema es que los fonavistas se cobran precisamente del pago de esa deuda, y como quienes los representan son funcionarios del MEF, éstos accionan y eventualmente embargan a las EPS.

Soluciones

Esta situación solo se resolvería aumentando las tarifas de una manera apreciable, lo que resultaría casi imposible considerando que eso requiere de una audiencia pública y que más bien el problema suele ser de retraso tarifario. Por lo demás, de nada serviría aumentar las tarifas si la gestión de las EPS sigue siendo una coladera.

Capitalización de la deuda y APPs

La Sunass, entonces, propone una salida, a todas luces inteligente: que el Estado capitalice esas deudas, tome el control de las empresas y les consiga operadores solventes por medio de asociaciones público privadas. Es decir, aprovechar la deuda impagable de las EPS para resolver de una vez por todas el problema de gestión, de modo que los cuantiosos montos que invierte el Estado anualmente en saneamiento, en lugar de dilapidarse, se traduzcan en aumento real de la cobertura y de la calidad del servicio y se cierren las brechas existentes.

Activar el Fondo de Inversión Social en Saneamiento (INVERSAN)

Y para que los 3 mil millones vayan a proyectos realmente prioritarios y bien estudiados, la Sunass propone una segunda medida: activar el Fondo de Inversión Social en Saneamiento (INVERSAN), creado por la ley 29061 al final del gobierno de Alejandro Toledo pero que la administración siguiente, la de García, dejó de lado. La idea es transferir a ese fondo todos los años los 3 mil millones de soles que se gastan hoy de manera clientelista y sin planificación ni control alguno. Se trata de un fondo concursable, de modo que los recursos se asignarían a buenos proyectos de acuerdo a prioridades establecidas claramente, asegurando operación y mantenimiento, y no a los alcaldes o gobernadores regionales amigos del ministro.

Luego, a fin de que las EPS se avengan a tener tarifas reales, debería darse una ley por la que si la empresa no quiere aumentar la tarifa cuando es necesario, la diferencia la tenga que poner la Municipalidad de su presupuesto.

Catastros

Otra medida, sugerida por la Sunass, es algo que debería hacerse desde o por encargo del Ministerio de Vivienda: un catastro técnico que identifique donde están las redes en cada ciudad y qué antigüedad tienen, por un lado, y un catastro comercial, para saber con precisión quiénes son los usuarios pues, por ejemplo, hay muchas industrias que se camuflan como usuarios domésticos.

Resulta absurdo, por ejemplo, que muchas carreteras se ejecuten y mantengan por medio de asociaciones público privadas y esto no se pueda aplicar en el sector saneamiento, tan necesitado justamente de una gestión moderna y eficiente que garantice la ampliación, operación y mantenimiento de la infraestructura.

Compromisos políticos que deben superarse

Lamentablemente el plan de gobierno de Peruanos por el Kambio no contempla claramente la posibilidad de concesionar la administración de las EPS a asociaciones público privadas. Es más, en el acuerdo firmado con el sindicato de Sedapal, PPK se compromete a “no concesionar Sedapal ni las Entidades Prestadoras de Servicios de Saneamiento (EPS)”. Sorprende que el Presidente electo no se haya percatado de que lo que buscaban los sindicatos con este acuerdo era mantener el statu quo para conservar los privilegios y las prácticas corruptas antes mencionadas. Ver acta del compromiso:

Lo que ese plan plantea es que los usuarios estén representados en sus directorios de modo que tengan un incentivo para reducir las inmensas pérdidas de agua, y que las EPS con déficit en su gestión sean reincorporadas a la administración del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, específicamente al Organismo Técnico de la Administración de los Servicios de Saneamiento (OTASS), para su “reflotamiento” administrativo y financiero. 

La ley de la OTASS le permite aplicar un “Régimen de Apoyo Transitorio” a las EPS con problemas. Este régimen transitorio dura un máximo de 15 años. Durante ese plazo, la OTASS puede promover la participación del sector privado en la administración de la EPS intervenida. La pregunta es si una APP se interesará por un plazo que es relativamente corto. En todo caso, la solución que plantea la Sunass es más práctica y directa y debería ser considerada si queremos tener éxito.

Lo cierto es que el gobierno entrante tendrá que tener las ideas claras respecto de lo que debe hacerse en este sector vital si es que realmente quiere cerrar la brecha de agua potable. Si no resuelve el problema de gestión de las EPS, se seguirá derrochando inútilmente el dinero de todos los peruanos. 

Resolver esto es algo que requerirá un manejo valiente, pues las necesidades de saneamiento no pueden seguir postergándose por más tiempo. Tal como el propio PPK ha preconizado a lo largo de los últimos años desde la conducción de su ONG ‘Agua para todos’. Lampadia




El Estado no controla al Estado

El Estado no controla al Estado

Las autoridades de nuestro país suelen medir con diferente vara a las empresas (e instituciones) estatales y privadas. Un ejemplo de ello ocurrió hace unos días, nada menos que con la Municipalidad de San Isidro luego de que se produjera una fuga de gas. El alcalde  Manuel Velarde anunció que denunciará penalmente a la empresa Cálidda por exposición al peligro de más de 3 mil vecinos al producirse una fuga de gas la noche del martes 14 de abril en la cuadra tres de la avenida Las Flores. La razón de esta determinación se debería a que la mencionada empresa habría demorado casi seis horas en controlar el siniestro, lo que obligó a que se evacuaran a un gran número de residentes del lugar, al corte de la energía eléctrica y un embotellamiento del tráfico en hora punta.

Velarde señaló que exigirá que la empresa Cálidda pague una reparación civil a los vecinos afectados y que para ello iniciará un proceso legal que obligue a la empresa a hacerse responsable por no haber reparado la fuga de manera inmediata. “Vamos a iniciar un proceso de empadronamiento para que los vecinos puedan recibir una compensación económica por los gastos innecesarios que ocasionó la fuga.El evento pudo haberse evitado en media hora pero la empresa puso en la balanza sus intereses versus los del distrito y eso no puede ser admitido”, señaló a RPP.

La actitud de Velarde sería válida si es que efectivamente la responsabilidad de la fuga fuera de Cálidda y la actitud de la empresa reflejara las imputaciones del “valiente” alcalde, pero el incidente se debió a que un contratista de Sedapal que hacía trabajos en la zona rompió las tuberías de gas. No solo eso, los operarios huyeron dejando la maquinaria obstruyendo el lugar, lo que dificultó enormemente las tareas de refacción. A pesar, de ello, el alcalde no culpa a Sedapal (el contratante) por lo ocurrido, sino a la empresa de gas.

La autoridad edil solo declaró que se ha multado a la empresa contratista de Sedapal con una UIT (3,800 soles) porque, al romper la pista para realizar trabajos de reparación impactó en el ducto de gas natural produciendo la fuga.

Lo increíble es que las obras se efectuaron sin que se le pidiera a Cálidda los planos de sus tuberías y, obviamente, sin que se tomaran las precauciones del caso. Una negligencia gravísima que pudo haber producido un percance mayor o, como ha ocurrido en otros siniestros parecidos, dejar sin luz a varias cuadras al cortar la electricidad “involuntariamente”.

¿Por qué no se responsabiliza públicamente a Sedapal? Aunque, aparentemente, la Municipalidad estaría ahora analizando denunciar a esta empresa, en los medios de prensa solo se ha señalado a Cálidda, una compañía privada, como la responsable del incidente, supuestamente por demorarse en controlar la emisión de gas y no seguir los protocolos establecidos.

Lo cierto es que las demoras se debieron a que los operarios de Sedapal huyeron el lugar y no se podía retirar la maquinaria, como se señaló líneas arriba, y que dentro de los protocolos de este tipo de incidentes no se contempla cortar el servicio eléctrico ni evacuar a los vecinos. Estas medidas se tomaron por indicaciones expresas del alcalde cuando la unidad especializada de los bomberos y la empresa del gas ya estaban en la zona controlando el tema. Se debe recordar que el gas natural es un elemento seguro pues se disipa rápidamente en el aire al ser más liviano.

Aún así, sin tomar en cuenta todos estos considerandos, la Alcaldía prefirió responsabilizar a una empresa privada antes que a una estatal. ¿Por qué? Porque al Estado le cuesta, no puede o no le interesa fiscalizar al Estado. Difícilmente el Municipio (Estado) podrá sacarle un Sol a Sedapal (Empresa del Estado), pero si puede exprimir a una empresa privada. En este caso además, haciéndose el muy riguroso (¿para lucimiento personal?). El Estado prefiere siempre demonizar y culpar al privado.

En otras palabras, el Estado no controla al Estado. Por esa simple razón es que ninguna empresa debiera ser propiedad del Estado. De lo contrario, los ciudadanos, que son el fin último de cualquier empresa (como) consumidores, estarán desguarnecidos o engañados.

Esto acaba de suceder en el distrito más culto del país, no decimos rico, porque Echarate lo supera largamente en ingresos. En San Isidro se espera el mejor nivel posible de la acción del Estado, el mejor ejemplo, y también, el mejor entendimiento por parte de los ciudadanos y medios. Aprovechemos este incidente para volver a discutir sobre el rol del Estado y del sector privado en nuestra sociedad. Lampadia




Los Charros apuestan por la Inversión Privada

Los Charros apuestan por la Inversión Privada

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto logró que se apruebe una de las grandes reformas que seguramente convertirán a México en un líder del siglo XXI. El lunes 11 de agosto, Peña Nieto promulgó la reforma energética, con la cual se abolía uno de los más antiguos y poderosos monopolios estatales (PEMEX) y abría el sector petrolero y eléctrico a la inversión privada nacional y extranjera. “Logramos concretar las reformas que el país necesitaba para asegurar el bienestar de ésta y las futuras generaciones”,  señaló con satisfacción evidente. Así, tras casi año y medio de arduas negociaciones, debates y enfrentamientos políticos, finalmente vio la luz su reforma más audaz: la energética.

Este no es solo un cambio de corte económico. Es mucho más. Una transformación dramática en la forma en la que los mexicanos conciben y creen que debe funcionar el Estado. Y hasta, según varios entendidos, un asunto de identidad nacional.

La frase que mejor resume la importancia de este acto, es la del ex presidente Ernesto Zedillo (1994-2000): “Ni en mis más salvajes sueños esperé ver los cambios constitucionales alcanzados”.

Ni Zedillo, ni su antecesor, Carlos Salinas de Gortari (quien firmó el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y el Canadá) osaron tocar a la poderosa y monopólica empresa petrolera estatal (PEMEX). Un monopolio que se había convertido en “símbolo” de la dignidad revolucionaria mexicana y que había postergado el desarrollo petrolero del país por 30 años.

La ineficiencia y corrupción son dos de los mayores lastres y que se expresan: en la forma en que ha caído la producción de barriles (26% entre el 2001 y el 2011 de 3.4 millones a 2.6), y en la inmensa deuda laboral y pensionaria (68 mil millones de euros, 12% de PBI mexicano). Además, acumula pérdidas de 2.7 dólares por barril que refina. Ver en Lampadia (L): Incentivos perversos de la burocracia. Este último link se refiere a un documento que se encuentra en la sección Presentaciones y Documentos de Lampadia, que es un power point que presentó Luis Pazos, economista y político mexicano, en el foro “América Latina: Oportunidades y desafíos”, organizado por la Fundación Internacional para la Libertad – Lima, 21 de marzo del 2013. Esta presentación es muy ilustrativa del problema mexicano pero también de la imperiosa necesidad de contar con funcionarios públicos de primer nivel, aspecto que esperamos sea primera prioridad de la política peruana.

Como lo explicó a la BBC el periodista Alberto Najar, “durante casi 70 años los mexicanos aprendieron que la expropiación del petróleo decretada en 1938 por el presidente Lázaro Cárdenas fue, después de la Revolución [de 1911], la mayor gesta heroica del siglo XX”. Lázaro Cárdenas, como se sabe, no es un presidente cualquiera, es una de las figuras constitutivas del PRI (Partido Revolucionario Institucional). Un intocable al que no se le puede criticar dentro de este partido, aunque su ideario ha sido fuertemente combatido por quienes deseaban modernizar el país. La reforma de Peña Nieto (líder de un renovado PRI), no es una más. Cierra un capítulo que ha durado 76 años.

Como ha señalado la revista Time (ver en L: La Nueva Misión de México): “Peña Nieto es un reformista nuevo y joven, prometió resultados audaces y tangibles a un país en gran medida resignado a la corrupción y la estasis. (…) el sector energético, manejado por el Estado, y el sistema tributario, (…)”. Él es miembro del partido que llevó  a México al borde de la ruina. Resucitó al PRI, que había perdido el poder después de 70 años, en manos de Vicente Fox (ex presidente de Coca Cola México), que tomó el control hace 14 años, pero no pudo hacer las reformas que ofreció, pues no logró control parlamentario.  

Los logros reformistas, y hasta revolucionarios, de Peña Nieto, se basan en los acuerdos políticos que logró con la oposición. En corto tiempo ha realizado reformas estructurales profundas y significativas en áreas clave: educación, telecomunicaciones, banca, tributos, políticas y, ahora, en energía y petróleo. Todas diseñadas para modernizar a México y convertirlo en un jugador global de primer orden.

La reforma le permitirá rápidamente a México empezar a producir el petróleo y la energía que necesita. Como señala El País “es una invitación a la inversión extranjera (…). [México] que cuenta con reservas  (3P = probadas, probables y posibles) de 44,530 millones de barriles, la decimocuarta nación con más crudo en el mundo. El mayor tesoro energético, el 52% del crudo, se hallaría en la parte profunda del golfo de México. (…) Cuando comience la explotación el esquema que entra en vigor será el de  regalías, un canon variable que oscilará con el precio de los hidrocarburos. Si el barril de crudo se encuentra por debajo de los 48 dólares, la regalía será del 7.5% del total. (…)”. Para precios superiores, según la opinión de varios analistas, las regalías suben al extremo de que algunos las consideran desincentivadoras.

Como de la reforma educativa Mexicana, el Perú tiene muchas lecciones que sacar de esta transformación (ver en L:  Educación: el ejemplo mexicano  e India, México y Colombia apuntan al futuro del nuevo mundo – La visión de país y reformas que el Perú necesita).

Mientras gran parte de los países del mundo, liderados por el Asia, pero seguidos por países como Polonia (ver en L: Polonia la nueva estrella europea), y más cerca nuestro Colombia y México apuestan por el desarrollo y bienestar de sus poblaciones, adoptando las mejores prácticas de gobierno, imitando y copiando las normas más modernas, alejándose de la ideología como fuente del desarrollo de políticas, rompiendo los mitos más acendrados; el Perú, que acaba de tener una milagrosa recuperación de 20 años en la que logramos salir del sétimo círculo del infierno, sigue contaminado por ideas del pasado y una filosofía política castrante y retardataria.

Por ejemplo, en educación, nos hemos acomodado con un sindicato monopólico como el Sutep, cuyo proyecto es la “lucha de clases” y no el magisterio. Basados en los mitos más torpes, hemos despreciado la inversión minera que nos ayudó a dar un salto socio-económico admirado en todo el mundo, y mantenemos los servicios de agua y desagüe en manos del Estado, arriesgando a toda nuestra población, desperdiciando el 40% del agua y, cargando a los pobres costos que multiplican por décuplos el que pagan los pobladores de más recursos.

Nuestro gobierno parece querer ubicarse en el camino de salida, pero todavía le quedan dos años, ¿se animarán por lo menos a convertir a Sedapal en un pool de concesiones que nos permita alcanzar un mejor servicio, mayor calidad y seguridad, con alcance pleno, costos uniformes y una buena supervisión del Estado? ¡Hagan algo, por favor, no podemos regresar a la cola de Latinoamérica nuevamente! Lampadia