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El asistente robótico que lo cambiará todo

Por: Andrés Oppenheimer
El Comercio, 9 de Enero del 2023

“He estado probando ChatGPT en las últimas tres semanas, y lo encuentro fantástico y peligroso al mismo tiempo”.

Cuando me preguntaron cuál creo que será el evento más transformador del 2023 no lo dudé ni un segundo: el nuevo ‘chatbot’ de inteligencia artificial ChatGPT. Va a cambiar nuestros trabajos, y probablemente nuestras vidas, como nada en los últimos tiempos.

El nuevo asistente virtual escribe correos electrónicos, trabajos académicos, ensayos escolares, planes de negocios, estrategias de marketing, noticias, tramas de películas y responde las preguntas de los clientes en el estilo que le pidamos. Ah, sí, también brinda asesoramiento psicológico y escribe programas de computación.

Imagínenlo de esta manera: así como el buscador de Google responde a una pregunta ofreciendo una lista de noticias o ensayos que tenemos que leer para obtener respuestas, este asistente robótico lee todos esos artículos, los digiere, y escribe la respuesta en el estilo que queramos.

Si queremos que nos escriba un texto que se lea como si hubiera sido escrito por un profesor universitario, lo hace. Si queremos que se lea como si hubiera sido escrito por un niño de siete años, también lo hace. Los maestros ya se están preguntando cómo van a calificar las tareas de sus alumnos a partir de ahora. (Respuesta rápida: adiós a los deberes escolares, bienvenidos de vuelta los exámenes presenciales).

El nuevo ‘chatbot’, que se lanzó de manera experimental y gratuita en diciembre, fue desarrollado por OpenAI, una compañía de inteligencia artificial fundada en el 2015 por varios líderes tecnológicos, incluido el fundador de Tesla y SpaceX (y, lamentablemente, ahora propietario de Twitter) Elon Musk y el cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman.

En el 2019 OpenAI recibió una inyección de mil millones de dólares de Microsoft y ahora está valorada en hasta US$29 mil millones, según “The Wall Street Journal”.

Yo he estado probando ChatGPT en las últimas tres semanas, y lo encuentro fantástico y peligroso al mismo tiempo. Es fantástico porque realmente puede digerir la información y producir textos originales mucho mejor que los asistentes virtuales como Siri y Alexa, o el motor de búsqueda de Google.

Pero ChatGPT también comete muchos errores. Cuando le pedí a ChatGPT que escribiera un ensayo sobre mí, generosamente me describió como un conocido periodista y escritor, pero citó entre mis entrevistas más memorables una con el presidente ruso Vladimir Putin. En rigor, he entrevistado a más de dos decenas de jefes de Estado, pero no a Putin.

Pero, más allá de sus errores fácticos, que estoy seguro disminuirán a medida que la máquina aprenda de ellos, lo más peligroso de estos nuevos ‘chatbots’ de inteligencia artificial será su potencial para difundir noticias falsas, el racismo y la violencia.

Tratando de probar si el ‘chatbot’ es racista, le pregunté: “¿Hay alguna raza superior?”. Su respuesta fue sorprendentemente buena. “No es apropiado hablar de ningún grupo racial o étnico como superior a los demás. Todos los humanos son intrínsecamente valiosos y merecedores de respeto, independientemente de su raza o etnia”, escribió el robot. Agregó que “el concepto de una raza superior se basa en la idea errónea y discriminatoria de que ciertos grupos raciales o étnicos son inherentemente superiores a otros, en función de características como la apariencia física, la inteligencia o los valores culturales. Esta creencia se ha utilizado para justificar prácticas políticas discriminatorias a lo largo de la historia, incluyendo la esclavitud, la segregación y el genocidio”. Concluyó diciendo que “no existe una base científica para la idea de una raza superior. Todos los humanos pertenecen a la misma especie y son biológicamente similares”.

¡Bravo! Sin embargo, ¿qué pasará si los futuros competidores de este ‘chatbot’ deciden tratar de atraer audiencias racistas y difunden mentiras neonazis? Al igual que las Naciones Unidas produjeron un tratado global de no proliferación de armas nucleares para evitar una catástrofe, debe haber un acuerdo global para establecer límites para la inteligencia artificial. Esta nueva tecnología cambiará el mundo, y depende de nosotros asegurarnos de que se use para el bien.

–Glosado y editado–

© El Nuevo Herald. Distribuido por Tribune Content Agency, LLC




La nueva realidad de la robótica

La nueva realidad de la robótica

La robótica sigue desarrollándose de a pocos, pero certeramente y un ecosistema que parecía asomarse sólo en las películas de ciencia ficción empieza a cobrar forma en la realidad, con especial énfasis en EEUU. Tal es así que hoy en día sus mercados ya incorporan la venta de robots que se erigen y transportan en la tierra con 4 extremidades y con 2 en algunos casos, tratando de emular algunas de las actividades humanas.

Con estas nuevas características los especialistas del sector empiezan a proyectar ocupaciones que podrían desarrollar estos robots en un futuro no muy lejano, las cuales comprenden desde la distribución de mercancías, la automatización de tareas en fábricas hasta el comportamiento autónomo bajo determinados contextos.

Toda esta realidad la describe a detalle un reciente artículo publicado por The Economist que compartimos líneas abajo.

Estos prometedores avances en la robótica consolidarán un proceso que ya veníamos advirtiendo en nuestras anteriores publicaciones en torno a la 4ta Revolución Industrial: un creciente re-alocamiento de empleos desde los sectores primarios y secundarios hacia los terciarios, principalmente servicios de mayor complejidad (ver Lampadia: Automatización demandará nuevos empleos y habilidades).

No debemos ceder a los análisis simplistas de los fatalistas quienes enuncian que los robots provocarán eventualmente una crisis del desempleo de grandes magnitudes. Por el contrario, si bien producirá un desplazamiento de la mano de obra, que será bastante progresivo y no en “saltos” como usualmente se advierte, también suscitará la creación de empleos que demanden desarrollar nuevas habilidades, más innovadoras que a la larga apuntalarán el crecimiento económico. Ello solo puede darnos mejores visos de que el mundo científico todavía tiene mucho por explorar para generar más desarrollo puesto que aún no se han explorado todas las tecnologías disponibles plenamente. Lampadia

Robótica
Los robots que caminan están llegando al mercado

Podrán ir donde la gente pueda, pero los bots existentes no pueden

The Economist
25 de agosto, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Pueden parecer cursi, pero un par de robots que aparecieron recientemente en la Planta de Transmisión Van Dyke de Ford Motor Company, en Detroit, son máquinas de trabajo prácticas. De hecho, pueden apuntar al futuro de la automatización. Poner robots en fábricas no es una idea nueva; unos 2.4 millones de ellos ya están funcionando en plantas de todo el mundo. Pero la mayoría de ellos son poco más que brazos gigantes, atornillados firmemente al suelo, que sueldan y pintan cosas. Aquellos pocos que tienen la movilidad para administrar tareas como entregar componentes lo hacen deslizándose sobre ruedas. Los nuevos dispositivos de Van Dyke son tipos de bestias bastante diferentes. Pueden caminar.

Este par de cuadrúpedos de color amarillo brillante se parecen un poco a perros, lo que llevó a uno a ser apodado Fluffy y al otro Spot (este último apodo es también el nombre oficial que le da a este modelo de robot la firma que los fabrica, Boston Dynamics, una subsidiaria de SoftBank). Sin embargo, la pareja no está allí para divertir a los trabajadores humanos de la fábrica, sino para realizar una tarea importante que Ford espera que le ahorre una tonelada de dinero. Con escáneres láser montados en la espalda, Fluffy y Spot pueden corretear por la planta de 200,000 metros cuadrados recolectando datos. Estos datos se utilizarán para construir un modelo informático detallado de toda la operación de fabricación. Este tipo de modelo se llama gemelo digital y los ingenieros de Ford lo usarán para averiguar cómo reorganizar la línea de producción para producir una nueva caja de cambios.

Con el paso de los años, los planes de fábrica se vuelven obsoletos a medida que se mueven las cosas y se introducen nuevos equipos. Examinar la planta de transmisión a mano llevaría semanas y costaría unos US$ 300,000. Ford reconoce que Fluffy y Spot, que pueden subir escaleras y arrastrarse a áreas difíciles de alcanzar, reducirán el tiempo requerido a la mitad y completarán el trabajo por “una fracción del costo”. Aunque Ford alquila los robots, Boston Dynamics los ha puesto a la venta por 75,000 dólares cada uno. A ese precio, pronto se pagarían por sí mismos realizando tareas como la que se estaba realizando en Van Dyke.

La gama Spot es la primera de los robots andadores de Boston Dynamics que se comercializa. Están empezando a aparecer más máquinas de este tipo de otras empresas y grupos de investigación. Algunos también son cuadrúpedos. Otros son bípedos. El tipo de dos piernas puede ser más ágil y, si está equipado también con brazos, se adapta mejor a tareas como levantar objetos u operar controles. Lo que todas estas máquinas tienen en común es que representan, perdone el juego de palabras, un gran paso adelante en la locomoción de los robots.

Cuatro piernas bien, dos piernas mejor

Si los robots van a ir a donde van las personas, deben poder moverse de la misma forma que las personas. Las ruedas son inútiles para navegar por gran parte del mundo; pregúntele a cualquiera que use una silla de ruedas, dice Aaron Ames, experto en robótica del Instituto de Tecnología de California (Caltech). “Ahora podemos hacer que los robots caminen realmente bien”, dice. Sin embargo, estos robots pueden parecer un poco extraños. Cuando un torso con dos piernas unidas sale del laboratorio del Dr. Ames, causa un poco de sensación en el campus de Caltech. Pero esto es algo a lo que la gente tendrá que acostumbrarse, porque vendrán muchos más.

Sigue habiendo problemas y se necesitan mejoras. “Pero una vez que lleguemos allí, tendremos millones de robots andantes en entornos humanos”, dice Jonathan Hurst, cofundador de Agility Robotics, una empresa con sede en Albany, Oregon. Acaba de lanzar Digit, un robot bípedo de dos brazos que parece un avestruz. En la actualidad, Digit cuesta 250,000 dólares. Pero son los primeros días. A medida que se pongan a trabajar más robots andantes, su desarrollo se acelerará y sus volúmenes de producción aumentarán, lo que reducirá el costo de una máquina como Digit a decenas de miles de dólares.

Este proceso es similar al surgimiento de drones voladores. Alguna vez costaron millones y tenían usos limitados, hasta que los investigadores descubrieron cómo hacer que los aviones pequeños se desplazaran utilizando múltiples rotores coordinados.

¿Qué cambió? “Ahora entendemos las matemáticas de la locomoción en un grado mucho mayor”, explica el Dr. Ames. Los robots que caminan de la vieja escuela, como Asimo, un androide famoso presentado en 2000 por Honda, un fabricante de automóviles japonés, tienen pasos forzados. Caminan arrastrando los pies, colocando un pie adelante, verificando su equilibrio, moviendo el otro pie, volviendo a verificar su equilibrio, etc. “Cuando caminas, no haces eso”, dice. “Tus pies simplemente están bajando y agarrándote”.

¡Dé un paseo!

Los biomecánicos describen a veces la forma en que los humanos caminan como una caída controlada. Dar un paso implica balancear una pierna hacia afuera y colocarla hacia abajo con pequeñas correcciones subconscientes para mantener la estabilidad a medida que la masa del cuerpo por encima de ella se desplaza hacia adelante. Cada pierna funciona como un resorte. Estos movimientos son predecibles y, en los últimos años, los investigadores han descubierto cómo modelarlos matemáticamente. Junto con mejores actuadores para operar las extremidades de un robot y sensores que pueden medir las cosas con mayor precisión, estos modelos han hecho posible recrear este estilo de caminar en robots. No requiere ningún aprendizaje automático sofisticado o inteligencia artificial para hacerlo, solo una buena computación pasada de moda, agrega el Dr. Ames.

Es fácil concluir, como muchos lo hacen, que estos nuevos robots andantes simplemente imitan la naturaleza. Pero ese no es el caso. Un cuadrúpedo, al ser una plataforma estable, es un buen punto de partida para diseñar un robot andante. Después de coordinar las cuatro extremidades, conseguir un buen equilibrio y adaptar un sistema de visión que le permite al robot averiguar dónde poner los pies, los diseñadores de Spot terminaron con un problema. Michael Perry, jefe de desarrollo comercial de Boston Dynamics, dice que no es sorprendente porque la naturaleza ha estado desarrollando diseños eficientes durante mucho tiempo.

Los brazos también pueden realizar otras tareas útiles, como mover cajas en un almacén. Digit puede transportar hasta 20 kg. Es probable que la distribución y entrega de mercancías sea una aplicación importante para los robots andantes, reconoce el Dr. Hurst, especialmente ahora que el comercio electrónico ha experimentado un auge como resultado de las restricciones impuestas a raíz del covid-19. Algunos centros de distribución automatizados están configurados para sistemas robóticos convencionales fijos y con ruedas, pero estos generalmente se han construido de esta manera desde cero. La mayoría de los almacenes están diseñados pensando en las personas. Los robots con patas, que se mueven de manera similar a los trabajadores humanos, encajarían perfectamente.

Con un mayor desarrollo, los robots andantes realizarán tareas más complejas, como las entregas a domicilio. Ford está trabajando en esto con un robot Digit que viaja en la parte trasera de una camioneta. Aunque los robots con ruedas ya realizan algunas entregas, llegar a muchos hogares es complicado y puede implicar subir escalones o escaleras. “Las piernas son la forma en que le gustaría llegar a la mayoría de las puertas de entrada para entregar un paquete”, observa el Dr. Hurst.

Queda por ver exactamente cómo se podría hacer esto. A menos que estén en una misión preprogramada, la mayoría de los robots móviles requieren que un operador proporcione instrucciones básicas para, por ejemplo, proceder a cierto punto. Luego, el robot camina allí solo, evitando obstáculos y subiendo o bajando escalones y escaleras en el camino. Esto significa que un robot ambulante que realiza entregas puerta a puerta puede necesitar algún tipo de mapa digital del vecindario, para saber de antemano los caminos que puede atravesar y los macizos de flores que debe evitar. Eso podría implicar un gran esfuerzo de adquisición de datos, muy parecido a los que se utilizan para crear mapas digitales para automóviles sin conductor. De manera similar, en una fábrica o un almacén, un ser humano tendría que mostrarle las cuerdas a un robot ambulante antes de que lo dejara libre para trabajar por sí solo.

Autodeterminación

Un robot completamente autónomo que podría caminar en un entorno desconocido y decidir por sí mismo lo que tenía que hacer queda muy lejos. Una de las tareas más difíciles para un dispositivo de este tipo sería cuidar de forma autónoma a alguien en casa. El robot tendría que ser capaz de tomar numerosas decisiones complejas, como administrar el medicamento correcto, decidir si dejar entrar o no a extraños en la casa o saber cuándo sacar al perro a pasear. Sin embargo, muchos especialistas en robótica creen que algún día llegarán allí, o al menos se acercarán a esto.

Mientras tanto, la nueva generación de robots que se está desarrollando seguirá desarrollando las capacidades de las máquinas. En Boston Dynamics, Perry reconoce que, además de la topografía, Spot encontrará muchas funciones en la inspección y el mantenimiento. Dichos robots pueden, por ejemplo, entrar en entornos peligrosos como subestaciones eléctricas sin tener que desconectarlos de la red, como es necesario cada vez que entra un ingeniero humano.

En lugar de simplemente buscar problemas, el siguiente truco de Spot será tomar medidas para resolverlos, como activar un interruptor o abrir una válvula. Hará esto con un solo brazo manipulador que lo hace parecer menos un perro y más un Braquiosaurio de cuello largo. Un prototipo de esta configuración ya está circulando por las oficinas de la empresa, abriendo y cerrando puertas.

Esta versión de Spot debería salir a la venta el próximo año. En cuanto a Atlas, el humanoide de Boston Dynamics, es actualmente demasiado caro para generar una versión comercial. Pero las lecciones que se aprendan ayudarán a proporcionar la ingeniería necesaria para que vengan otros robots, dice Perry.

Es posible que algunos de estos robots andantes del futuro no se desplieguen en este mundo. En Caltech, el Dr. Ames cree que los robots con patas tendrán ventajas en la exploración planetaria, por ejemplo, para sortear terrenos difíciles y entrar en cuevas. Mientras tanto, en la Tierra, él y algunos colegas de otras instituciones están utilizando el nuevo conocimiento de la locomoción robótica para desarrollar prótesis ligeras para quienes no pueden caminar con facilidad y exoesqueletos motorizados para quienes no pueden caminar en absoluto. En un mundo no hecho para ruedas, esto plantea la tentadora perspectiva de que los robots andantes algún día ayudarán a librar al mundo de las sillas de ruedas. Lampadia




Crisis y oportunidades

Crisis y oportunidades

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

No es un secreto que en el Perú estamos viviendo simultáneamente, una seria crisis sanitaria y una grave crisis económica, probablemente esta última sea la que nos ha impactado más gravemente que a ningún otro país del mundo.

Siempre que estas cosas ocurren, uno debe tener claro que no es el momento para deprimirse, ni para distraerse con temas menores. Un líder tiene la obligación de ver a su alrededor e identificar cuáles pueden ser las oportunidades que podrían contribuir a salir de la crisis. En esta línea, leía un informe de Andrés Oppenheimer, quien analizaba la situación mundial y en particular, la tensión y guerra comercial entre China y Estados Unidos (USA).

Hace notar el informe que la corriente de “off-shoring” puesta de moda hace algunas décadas,  había trasladado las fábricas de grandes empresas americanas de USA a China y que, producto de este conflicto comercial, cerca del 76% de las empresas americanas que habían trasladado sus fábricas a China, ahora están en una corriente de “re-shoring” (planteándose el retorno a USA) o incluso de “near-shoring”, que buscaría acercar sus plantas al mercado y a la fuente de materias primas.

En estas circunstancias, las compañías antes mencionadas deberán hacer un gran esfuerzo de inversión para trasladar sus fábricas y competir, sin la amenaza que, más adelante, medidas del gobierno chino puedan afectar sus operaciones.  Ciertamente, este proceso obliga a estas empresas a un serio análisis sobre los factores que puedan brindar; mejores condiciones de negocios, mayor rentabilidad y mayor estabilidad para su proyecto.

Creo que el Perú, que cuenta con una fuerza laboral joven, con salarios competitivos, una gran proximidad al mayor mercado (USA), es fuente de materias primas, cuenta con oferta suficiente de energía eléctrica y potencial de expansión, se encuentra en el mismo huso horario que USA y entre otras ventajas, cuenta con un tratado de libre comercio con este país, que contribuiría muchísimo en el análisis para la toma de decisiones de un “near-shoring”.

Lo más importante de este movimiento, sería traer al Perú una industria de transformación del siglo XXI, con alta tecnología, automatización y robótica. Con altos estándares ambientales y demandante de profesionales altamente calificados, en procesos e innovación permanente, especialistas en centros de control. Nuestros jóvenes técnicos y profesionales universitarios serían los grandes beneficiarios de este importante avance. Esto genera la ventaja colateral de introducir nuevas técnicas, prácticas y estándares en el resto de la industria peruana, lo que nos acerca mucho más a los mercados actuales y mejoraría la aceptación de estos en los mercados aún no conquistados, por el solo hecho de contar con la percepción de un mejor estándar de calidad.

A menos que este gobierno tenga asumido, que será uno intrascendente para la historia del Perú, es el momento de hacer un gran despliegue de nuestras fuerzas diplomáticas, comerciales y empresariales, para atraer esas posibles inversiones a nuestro país. Esa gran cantidad de empresas deben tomar una decisión trascendental y nosotros, que necesitamos un shock de inversiones, podríamos ofrecer condiciones estupendas, incluyendo estabilidad jurídica, para que opten por invertir aquí.

Si revisamos nuestro continente, pocos países tienen la posibilidad de armar un paquete competitivo y ganar la delantera. Entre los que podrían adelantarse están: Chile, con el inconveniente que tiene restricciones de energía eléctrica, tiene costos más altos, entre otros, de terrenos y hasta el año pasado, cuando la agitación política los frenó, nos hubiera podido sacar la delantera. Colombia, es otro de los países que podría apurar el paso y cuenta con condiciones legales, políticas y económicas semejantes a las nuestras, salvo la cercanía a la fuente de materias primas. Finalmente, México podría ser otro destino de estas inversiones y el gobierno americano probablemente quisiera usar este esfuerzo como un freno a las migraciones, en adición al tratado de libre comercio existente. Yo personalmente descartaría Argentina por su actual conducción política y tradicional inestabilidad en sus políticas económicas y falta de seriedad en sus compromisos comerciales. No veo a; Bolivia, Ecuador, Uruguay y Paraguay como posibles competidores. Mención aparte merece Brasil, pero las diferencias en su concepción de manejo económico, me parece neutralizarían, en parte, las condiciones naturales para competir.

Tal como sugiere el artículo de Oppenheimer, es el tiempo de organizar un equipo público-privado, económico, político, diplomático y empresarial, que se dedique a esta tarea con muy alta prioridad y sería, sinceramente, una tarea que podría revertir la inacción que nos está conduciendo a otro lustro perdido. Ciertamente, esta tarea requiere liderazgo y un renovado gabinete, que tenga una clara visión del mundo del siglo XXI y no le tenga miedo al mundo empresarial y de los negocios. Que no necesite limitarse a la dimensión de un pueblito para sentirse seguro y tenga capacidad de dar saltos grandes a nivel global.

Si tomamos la decisión de poner en valor nuestros proyectos mineros, atraer y conseguir la instalación en el Perú de las fábricas que requieren reubicarse y desarrollar la infraestructura requerida para toda esta fuerza productiva, esto implicaría un salto cualitativo y nos permitiría ofrecer un país de otra categoría para nuestra siguientes generaciones.

Ojalá nos escuchen y asuman el desafío, como un legado por el bicentenario de la independencia, porque “obras son amores y no buenas razones”. Lampadia




EY: Las 10 megatendencias que transformarán el futuro

EY: Las 10 megatendencias que transformarán el futuro

Vivimos en un mundo en constante movimiento y la innovación tecnológica reescribirá todas las industrias. En la mayoría de los sectores, las empresas se enfrentan actualmente a la necesidad urgente de transformarse, adaptarse y anticiparse a los cambios y disrupciones que caracterizan nuestra época actual.

Un nuevo estudio realizado por EY Perú (Ernst & Young), titulado ‘¿Qué nos traerá el futuro? Megatendencias, más allá de la disrupción’ en América Latina identifica las fuerzas primarias que lideran las megatendencias: la mejora humana (tecnología), el populismo (globalización) y el envejecimiento (demografía). Combinadas, estas dinámicas han generado lo que en EY se han identificado como las 10 nuevas ‘megatendencias’ que están dando forma a nuestro mundo y a la región.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

Estas megatendencias muestran cómo la potencialización de la tecnología, mediante la Cuarta Revolución Industrial con avances como la inteligencia artificial, Big Data y la robótica “reinventarán la forma en la que trabajamos, cambiarán nuestro comportamiento como consumidores y determinarán cómo se regula nuestro mundo”.

En total, EY plantea 10 megatendecias:

1. Industria redefinida: las barreras entre industrias y segmentos están desapareciendo con la innovación digital y otras fuerzas. La clasificación no será tan rígida, se incrementará la compra de empresas para ingresar a nuevos segmentos con el fin de abordar nuevos mercados, desarrollar nuevos modelos y expandir sus capacidades; así como generar alianzas entre sí.

2. Futuro del trabajo: los robots y la inteligencia artificial han llegado a permear el ámbito laboral. El análisis contempla los aspectos tecnológicos, demográficos, contratos sociales y sector público, liderazgo, aprendizaje y educación.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

3. Súper consumidor: el empoderamiento del súper consumidor es distinto, las personas se vuelven pasivas porque las computadoras toman decisiones por ellos. Se comunicarán con los mercados, las empresas y los gobiernos en un entorno distinto al de hoy mediante asistentes virtuales digitales.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

4. Diseño del comportamiento: los humanos estamos predispuestos a ser reacios a las nuevas tecnologías porque generan riesgos, sin embargo, existen sesgos cognitivos que nos llevan a sobreestimar sus amenazas.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

5. Regulación adaptativa: posiblemente nunca se llegará a un punto en el que la inteligencia artificial pueda redactar o modificar regulaciones de manera autónoma, pero si es posible imaginar algoritmos que analicen datos e identifiquen algunos insights. Este proceso debe darse de manera abierta, en tiempo real y ser dinámico.

6. Reasignando la urbanización: las ciudades están siendo rediseñadas por los desafíos de la sostenibilidad y los cambios en el transporte. Resulta vital tener en cuenta a futuro la sostenibilidad ambiental y el transporte con plataformas de viajes compartidos, vehículos autónomos y eléctricos.

7. Comunidades innovadoras: las ciudades tienen límites tales como las malas condiciones climáticas, escasez de recursos, contaminación y altos costos en bienes raíces. Esto provoca que los jóvenes y empresas opten por buscar lugares más baratos y así reducir la presión sobre las mega ciudades.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

8. Salud reinventada: el envejecimiento de las poblaciones y los estilos de vida cada vez más sedentarios han puesto los costos en una trayectoria complicada, por lo que se deberá proporcionar atención personalizada y de bajo costo a gran escala.

9. Comida a la medida: la industria alimentaria está experimentando las corrientes de la disrupción, enfocándose en desarrollar proteínas diseñadas, utilizando la biotecnología y digitalmente manejando granjas inteligentes y verticales, que sean sostenibles y generen mayor rendimiento en menor espacio.

10. Economía molecular: nuestra capacidad para manipular lo que queremos que suceda está incrementando. La investigación integrada, a través de disciplinas que abarcan la biología, informática, electrónica, matemáticas, física y química señalan que la nanotecnología está ingresando en su fase disruptiva.

Fuente: EY Perú (Ernst & Young)

Mientars que algunas tendencias ya han sido mencionadas en informes anteriores (Futuro del trabajo, Industria redefinida y Salud reinventada), las otras siete son completamente nuevas, dejando claro que la disrupción genera continuamente nuevas tendencias y un ritmo cada vez más rápido de cambios.

Para poder aprovechar estas megatendencias, necesitamos buena gobernanza y un excelente servicio civil, una mejor educación y salud, instituciones muy superiores e infraestructuras que nos hagan competitivos y que pongan el mundo moderno al alcance de nuestros pobres. Pero nada de esto se podrá lograr sin crecimiento económico, inversión privada y sin darles la oportunidad a todos los peruanos de tener trabajos dignos y los niveles de vida de los mejores países emergentes. Lampadia




Lecciones con miras al 2050

Lecciones con miras al 2050

Nadie sabe qué nos guarda hacia mitad del siglo. La Cuarta Revolución Industrial, la cual está relacionada con la robótica, la inteligencia artificial y Big Data, entre otras muchas tecnologías disruptivas, jugará un papel trascendental en la vida de los ciudadanos, empresas y naciones en los próximos años. Sin embargo, las revoluciones industriales traen consigo una disrupción económica, política y social y muchos temen o no quieren cambiar su status quo, el cual los frena de aprovechar los grandes beneficios de la revolución en la educación.

Yuval Noah Harari, el famoso historiador y escritor israelí que destaca por sus afiladas teorías sobre lo que nos espera en el futuro, sostiene que “gran parte de lo que los niños aprenden hoy probablemente sea irrelevante para 2050”. El autor publicó un capítulo de su más reciente libro en ‘Medium’ donde analiza cómo se debería educar a los niños de hoy para el futuro.

El primero de los cambios critica la tendencia generalizada de la educación que los obliga a memorizar una gran cantidad de datos. “En un mundo así lo último que un profesor necesita dar a sus alumnos es más información. Ya tienen demasiada. En cambio, las personas necesitan la capacidad de dar sentido a esa información, distinguir entre lo que es relevante y lo que no y, sobre todo, relacionarlas para conseguir una amplia imagen del mundo”.

Harari destaca que ahora se propone un método educativo llamado “las cuatro C”:

  1. Pensamiento Crítico
  2. Comunicación
  3. Colaboración
  4. Creatividad

Lo más importante, según ellos, será “lidiar con el cambio, aprender cosas nuevas y preservar el equilibrio mental en situaciones desconocidas”. Sobre todo, “reinventarse una y otra vez”.

En Lampadia hemos insistido en la necesidad de emprender una verdadera revolución educativa si queremos nivelarnos con los estándares educativos de los países más avanzados y enfrentar los retos que traerá la Cuarta Revolución Industrial a nuestros pobres. Ver en Lampadia: La educación está en crisis y nosotros estamos de fiesta, Tenemos que emprender una revolución educativa y Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años.

Si no emprendemos cuanto antes una verdadera revolución educativa, corremos el riesgo de que las brechas que separen a nuestra población más pobre de los ciudadanos del nuevo mundo de la ‘cuarta revolución industrial, los dejen para siempre en la marginalidad social, como lo afirma el historiador israelita, Yuval Noah Harari. Ver también en artículo Enderecemos el 2018 donde afirmamos que tenemos que nivelar a nuestros pobres con la población global y evitar que el nuevo mundo de la robótica y la inteligencia artificial los deje en los arrabales de la globalización. Lampadia

Lo que los niños necesitan aprender para triunfar en 2050

El arte de la reinvención será la habilidad más crítica de este siglo

Yuval Noah Harari

Medium
Del libro ’21 Lessons for the 21st Century’, Yuval Noah Harari (capítulo: Educación)
13 de setiembre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

La humanidad se enfrenta a revoluciones sin precedentes, todas nuestras viejas historias se están desmoronando, y hasta ahora no ha surgido ninguna nueva historia que las reemplace. ¿Cómo podemos prepararnos y preparar a nuestros hijos para un mundo de transformaciones sin precedentes e incertidumbres radicales? Un bebé nacido hoy tendrá treinta y tantos años en 2050. Si todo va bien, ese bebé seguirá existiendo en 2100 e incluso podría ser un ciudadano activo del siglo 22. ¿Qué debemos enseñarle a ese bebé que les ayudará a sobrevivir y prosperar en el mundo de 2050 o el siglo 22? ¿Qué tipo de habilidades necesitarán para conseguir un trabajo, entender lo que sucede a su alrededor y navegar el laberinto de la vida?

Desafortunadamente, dado que nadie sabe cómo será el mundo en 2050, por no hablar de 2100, no sabemos la respuesta a estas preguntas. Por supuesto, los humanos nunca han sido capaces de predecir el futuro con exactitud. Pero hoy es más difícil que nunca porque una vez que la tecnología nos permite diseñar cuerpos, cerebros y mentes, ya no podremos estar seguros de nada, incluidas las cosas que antes parecían fijas y eternas.

Hace mil años, en 1018, había muchas cosas que las personas no sabían sobre el futuro, pero estaban convencidas de que las características básicas de la sociedad humana no iban a cambiar. Si vivías en China en 1018, sabías que para 1050 el Imperio Song podría colapsar, los Khitans podrían invadir desde el norte y las plagas matarían a millones. Sin embargo, le quedó claro que incluso en 1050 la mayoría de las personas seguirían trabajando como agricultores y tejedores, los gobernantes seguirían dependiendo de los humanos para formar sus ejércitos y burocracias, los hombres todavía dominarían a las mujeres, la esperanza de vida seguiría siendo de unos 40, y el cuerpo humano seguiría siendo exactamente el mismo. Por esa razón, en 1018 los padres chinos pobres enseñaron a sus hijos a plantar arroz o tejer seda; los padres más adinerados les enseñaron a sus hijos a leer los clásicos de Confucio, escribir caligrafía o pelear a caballo, y les enseñaron a sus niñas a ser amas de casa modestas y obedientes. Era obvio que estas habilidades aún serían necesarias en 1050.

Para mantenerse al día con el mundo de 2050, se tendrá que hacer más que simplemente inventar nuevas ideas y productos, pero sobre todo, reinventarte una y otra vez.

En contraste, hoy no tenemos idea de cómo se verá China o el resto del mundo en 2050. No sabemos qué hará la gente para ganarse la vida, no sabemos cómo funcionarán los ejércitos o las burocracias, y no sabemos cómo serán las relaciones de género. Algunas personas probablemente vivirán mucho más tiempo que hoy, y el propio cuerpo humano podría sufrir una revolución sin precedentes, gracias a la bioingeniería y las interfaces directas entre el cerebro y la computadora. Mucho de lo que los niños aprenden hoy probablemente será irrelevante para el 2050.

En la actualidad, demasiadas escuelas se enfocan en acumular información en el cerebro de los niños. En el pasado, esto tenía sentido, porque la información era escasa e incluso el lento goteo de información existente era bloqueado repetidamente por la censura. Si vivías, por ejemplo, en una pequeña ciudad de provincia en México en 1800, era difícil para ti saber mucho sobre el mundo en general. No había radio, televisión, diario o biblioteca pública. Incluso si usted sabía leer y escribir y tenía acceso a una biblioteca privada, no había mucho más que leer aparte de novelas y tratados religiosos. El imperio español censuró en gran medida todos los textos impresos localmente y permitió que solo se importara desde el exterior un gran número de publicaciones revisadas. Lo mismo era cierto si vivías en alguna ciudad provincial en Rusia, India, Turquía o China. Cuando llegaron las escuelas modernas, enseñando a cada niño a leer y escribir e impartiendo los datos básicos de la geografía, la historia y la biología, representaron una mejora inmensa.

En contraste, en el siglo XXI, estamos inundados de enormes cantidades de información, y los censores ni siquiera intentan bloquearla. Más bien están ocupados difundiendo información errónea o distrayéndonos con irrelevancias. Si vives en una ciudad provincial de México y tienes un teléfono inteligente, puedes pasar muchas vidas leyendo Wikipedia, viendo TED Talks y tomando cursos gratuitos en línea. Ningún gobierno puede esperar ocultar toda la información que no le gusta. Por otro lado, es alarmantemente fácil inundar al público con informes contradictorios y pistas falsas. La gente de todo el mundo está a solo un clic de los últimos informes sobre el bombardeo de Alepo o las capas de hielo que se derriten en el Ártico, pero hay tantos informes contradictorios que es difícil saber qué creer. Además, muchas otras cosas están a solo un clic de distancia, lo que dificulta la concentración, y cuando la política o la ciencia parecen demasiado complicadas, es tentador cambiar a videos divertidos sobre gatos, chismes de celebridades o pornografía.

En un mundo así, lo último que un profesor necesita darle a sus alumnos es más información. Ya tienen demasiado de eso. En cambio, las personas necesitan la capacidad de dar sentido a la información, de distinguir la diferencia entre lo que es importante y lo que no lo es, y, sobre todo, combinar muchos bits de información en una imagen amplia del mundo.

En verdad, este ha sido el ideal de la educación liberal occidental durante siglos, pero hasta ahora, incluso muchas escuelas occidentales han sido un tanto flojas en su cumplimiento. Los maestros se permitieron enfocarse en impartir datos mientras alentaban a los estudiantes a “pensar por sí mismos”. Debido a su temor al autoritarismo, las escuelas liberales han tenido un horror particular hacia las grandes narrativas. Han asumido que mientras les demos a los estudiantes muchos datos y un mínimo de libertad, los estudiantes crearán su propia imagen del mundo, e incluso si esta generación no sintetiza todos los datos en una historia coherente y significativa sobre el mundo, habrá un montón de tiempo para construir una mejor síntesis en el futuro.

Ya nos hemos quedado sin tiempo. Las decisiones que tomemos en las próximas décadas darán forma al futuro de la vida en sí misma, y ​​podemos tomar estas decisiones basadas solo en nuestra cosmovisión actual. Si esta generación carece de una visión integral del cosmos, el futuro de la vida se decidirá al azar.

Prendiendo el motor

Además de la información, la mayoría de las escuelas también se enfocan demasiado en brindarles a los estudiantes un conjunto de habilidades predeterminadas, como resolver ecuaciones diferenciales, escribir códigos de computadora en C ++, identificar sustancias químicas en un tubo de ensayo o conversar en chino. Sin embargo, como no tenemos idea de cómo será el mundo y el mercado laboral en 2050, no sabemos realmente qué habilidades particulares necesitarán las personas. Podríamos invertir mucho esfuerzo enseñando a los niños a escribir en C ++ o hablar chino, solo para descubrir que para 2050, la inteligencia artificial puede codificar el software mucho mejor que los humanos y una nueva aplicación de Google Translate le permitirá realizar una conversación casi sin fallas en Mandarín, Cantonés o Hakka, a pesar de que solo sepas decir “Ni hao”.

Entonces, ¿qué deberíamos estar enseñando? Muchos expertos pedagógicos argumentan que las escuelas deberían cambiar a la enseñanza de “las cuatro C”: pensamiento crítico, comunicación, colaboración y creatividad. Creen que, en términos más generales, las escuelas deberían minimizar las habilidades técnicas y enfatizar las habilidades [blandas] de propósito general para la vida. Lo más importante de todo será la capacidad de lidiar con el cambio, aprender cosas nuevas y preservar su equilibrio mental en situaciones desconocidas. Para mantenerse al día con el mundo de 2050, tendrá que hacer más que simplemente inventar nuevas ideas y productos, pero sobre todo, reinventarte una y otra vez.

Si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y no suena como ciencia ficción, es ciertamente falso.

Porque a medida que aumenta el ritmo del cambio, no solo la economía, sino el significado mismo de “ser humano” probablemente mute. Ya en 1848, el Manifiesto comunista declaró que “todo lo que es sólido se derrite en el aire”. Sin embargo, Marx y Engels estaban pensando principalmente en las estructuras sociales y económicas. Para 2048, las estructuras físicas y cognitivas también se fundirán en el aire o en una nube de bits de datos.

En 1848, millones de personas estaban perdiendo sus empleos en las granjas de las aldeas e iban a las grandes ciudades para trabajar en fábricas. Pero al llegar a la gran ciudad, era poco probable que cambiaran su género o agregaran un sexto sentido. Y si encuentraban trabajo en alguna fábrica textil, podían esperar permanecer en esa profesión por el resto de sus vidas laborales.

Para 2048, las personas podrían tener que hacer frente a las migraciones al ciberespacio, las identidades de género fluidas y las nuevas experiencias sensoriales generadas por los implantes de computadora. Si encuentran trabajo y significado en el diseño de modas actualizadas para un juego de realidad virtual en 3D, dentro de una década, no solo esta profesión en particular, sino todos los trabajos que exigen este nivel de creación artística pueden ser asumidos por A.I. Entonces, a los 25 años, podría presentarse en un sitio de citas como “una mujer heterosexual de 25 años que vive en Londres y trabaja en una tienda de moda”. A los 35 años, podría decir que es “una persona no específica de género”. sometidos a ajustes de edad, cuya actividad neocortical se lleva a cabo principalmente en el mundo virtual de NewCosmos, y cuya misión en la vida es ir a donde ningún diseñador de moda haya ido antes “. Simplemente espere a que un algoritmo encuentre (o cree) la combinación perfecta para usted. En cuanto a los significados del arte del diseño de modas, los algoritmos te superan de manera irrevocable, ya que ver tus logros más importantes de la década anterior te llena de vergüenza y no de orgullo. Y todavía tienes muchas décadas de cambio radical por delante.

Por favor, no tome este escenario literalmente. Nadie puede predecir los cambios específicos que presenciaremos en el futuro. Es probable que cualquier escenario particular esté lejos de la verdad. Si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y suena a ciencia ficción, probablemente sea falso. Pero, de nuevo, si alguien te describe el mundo de mediados del siglo XXI y no suena como ciencia ficción, es ciertamente falso. No podemos estar seguros de los detalles; el cambio en sí mismo es la única certeza.

Un cambio tan profundo bien puede transformar la estructura básica de la vida, haciendo de la discontinuidad su característica más destacada. Desde tiempos inmemoriales, la vida se dividió en dos partes complementarias: un período de aprendizaje seguido de un período de trabajo. En la primera parte de la vida, acumuló información, desarrolló habilidades, construyó una cosmovisión y construyó una identidad estable. Incluso si a los 15 pasabas la mayor parte del día trabajando en el campo de arroz de tu familia (en lugar de en una escuela formal), lo más importante que estabas haciendo era aprender: cómo cultivar arroz, cómo realizar negociaciones con los comerciantes de arroz codiciosos de la gran ciudad, y cómo resolver conflictos con la tierra y el agua con los otros aldeanos. En la segunda parte de la vida, usted confiaba en sus habilidades acumuladas para navegar por el mundo, ganarse la vida y contribuir a la sociedad. Por supuesto, incluso a los 50 años, continuaste aprendiendo cosas nuevas sobre el arroz, los comerciantes y los conflictos, pero estos eran solo pequeños ajustes a tus habilidades bien afiladas.

A mediados del siglo XXI, el cambio acelerado y la vida útil más larga harán que este modelo tradicional quede obsoleto. La vida se deshará en las costuras, y habrá cada vez menos continuidad entre los diferentes períodos de la vida. “¿Quién soy yo?” Será una pregunta más urgente y complicada que nunca.

Es probable que esto implique inmensos niveles de estrés. El cambio es casi siempre estresante y, después de cierta edad, a la mayoría de las personas no les gusta hacerlo. Cuando tienes 15 años, toda tu vida es cambio. Tu cuerpo está creciendo, tu mente se está desarrollando, tus relaciones se están profundizando. Todo está en flujo, y todo es nuevo. Estás ocupado inventándote. La mayoría de los adolescentes lo encuentran aterrador, pero al mismo tiempo, también es emocionante. Nuevas perspectivas se abren ante ti, y tienes todo un mundo por conquistar.

Cuando tengas 50 años, no querrás el cambio, y la mayoría de las personas han renunciado a conquistar el mundo. He estado allí, hecho eso, tengo la camiseta. Prefieres la estabilidad. Has invertido tanto en tus habilidades, tu carrera, tu identidad y tu cosmovisión que no quieres volver a empezar. Cuanto más duro hayas trabajado en la construcción de algo, más difícil será dejarlo y dejar espacio para algo nuevo. Es posible que aún aprecies nuevas experiencias y pequeños ajustes, pero la mayoría de las personas de 50 años no están preparadas para revisar las estructuras profundas de su identidad y personalidad.

Hay razones neurológicas para esto. Aunque el cerebro adulto es más flexible y volátil de lo que se pensaba, todavía es menos maleable que el cerebro adolescente. Reconectar las neuronas y reconfigurar las sinapsis es un trabajo duro. Pero en el siglo XXI, no puedes permitirte la estabilidad. Si tratas de aferrarte a una identidad, un trabajo o una cosmovisión estable, te arriesgas a que te dejen atrás ya que el mundo vuela contigo con un zumbido. Dado que es probable que aumente la esperanza de vida, es posible que posteriormente tenga que pasar muchas décadas como un fósil despistado. Para mantener la relevancia, no solo económicamente sino sobre todo socialmente, necesitarás la capacidad de aprender y reinventarte constantemente, ciertamente a una edad temprana como los 50 años.

El mejor consejo que puedo darle a un joven de 15 años es: no confíes demasiado en los adultos. La mayoría de ellos tienen buenas intenciones, pero simplemente no entienden el mundo.

A medida que la extrañeza se convierte en la nueva normalidad, tus experiencias pasadas, así como las experiencias pasadas de toda la humanidad, serán guías menos confiables. Los seres humanos como individuos y la humanidad en general tendrán que lidiar cada vez más con cosas que nadie había visto antes, como máquinas súper inteligentes, cuerpos diseñados, algoritmos que pueden manipular emociones con una precisión asombrosa, cataclismos rápidos provocados por el hombre y la necesidad de cambiar tu profesión cada década. ¿Qué es lo correcto que se debe hacer cuando se enfrenta una situación completamente sin precedentes? ¿Cómo debe actuar cuando se ve inundado por enormes cantidades de información y no hay absolutamente ninguna manera de que pueda absorberlo y analizarlo todo? ¿Cómo vives en un mundo donde la profunda incertidumbre no es un error sino una característica?

Para sobrevivir y florecer en un mundo así, necesitarás mucha flexibilidad mental y grandes reservas de equilibrio emocional. Tendrá que dejar de lado varias veces lo que mejor conoce y aprender a sentirse como en casa con lo desconocido. Desafortunadamente, enseñar a los niños a abrazar lo desconocido mientras se mantiene el equilibrio mental es mucho más difícil que enseñarles una ecuación en física o las causas de la Primera Guerra Mundial. No puedes aprender resiliencia leyendo un libro o escuchando una conferencia. Los propios maestros generalmente carecen de la flexibilidad mental que exige el siglo XXI, ya que ellos mismos son el producto del antiguo sistema educativo.

La Revolución Industrial nos ha legado la teoría de la línea de producción de la educación. En el centro de la ciudad, hay un gran edificio de concreto dividido en muchas habitaciones idénticas, cada una equipada con filas de escritorios y sillas. Al sonar una campana, vas a una de estas habitaciones junto con otros 30 niños que nacieron el mismo año que tú. Cada hora, un adulto diferente entra y comienza a hablar. Todos los adultos están pagados por el gobierno. Uno de ellos le dice acerca de la forma de la tierra, otro le dice acerca del pasado humano, y un tercero le dice acerca del cuerpo humano. Es fácil reírse de este modelo, y casi todos están de acuerdo en que, sin importar sus logros pasados, ahora está en bancarrota. Pero hasta ahora no hemos creado una alternativa viable. Ciertamente, no una alternativa escalable que se pueda implementar en las zonas rurales de México en lugar de hacerlo solo en los suburbios ricos de California.

Hackeando a humanos

Entonces, el mejor consejo que puedo dar a un chico de 15 años atrapado en una escuela obsoleta en algún lugar de México, India o Alabama es: no confíes demasiado en los adultos. La mayoría de ellos tienen buenas intenciones, pero simplemente no entienden el mundo. En el pasado, era una apuesta relativamente segura seguir a los adultos, porque conocían el mundo bastante bien y el mundo cambiaba lentamente. Pero el siglo XXI va a ser diferente. Debido al ritmo cada vez mayor del cambio, nunca puede estar seguro de si lo que los adultos le están diciendo es sabiduría intemporal o sesgo anticuado.

Entonces, ¿en qué puedes confiar? ¿Quizás en tecnología? Esa es una apuesta aún más arriesgada. La tecnología puede ayudarlo mucho, pero si la tecnología gana demasiado poder sobre su vida, podría convertirse en un rehén de su agenda. Hace miles de años, los humanos inventaron la agricultura, pero esta tecnología enriqueció solo a una pequeña élite mientras esclavizaba a la mayoría de los humanos. La mayoría de las personas se encontraban trabajando desde el amanecer hasta el atardecer arrancando malezas, cargando cubos de agua y cosechando maíz bajo un sol abrasador. Te podría pasar a ti también.

La tecnología no es mala. Si sabes lo que quieres en la vida, la tecnología puede ayudarte a conseguirlo. Pero si no sabe lo que quiere en la vida, será muy fácil para la tecnología configurar sus objetivos para usted y tomar el control de su vida. Especialmente a medida que la tecnología mejora su comprensión de los seres humanos, es posible que cada vez te encuentres más sirviéndola, en lugar de que te sirva a ti. ¿Has visto a esos zombies que deambulan por las calles pegados a sus teléfonos inteligentes? ¿Crees que controlan la tecnología, o la tecnología los controla?

¿Deberías confiar en ti mismo, entonces? Eso suena genial en Sesame Street o en una película de Disney pasada de moda, pero en la vida real, no funciona tan bien. Incluso Disney se está dando cuenta. Al igual que Riley Andersen, la mayoría de las personas apenas se conocen a sí mismas, y cuando intentan “escucharse a sí mismas” fácilmente se convierten en presa de manipulaciones externas. La voz que escuchamos dentro de nuestras cabezas nunca es confiable porque siempre refleja propaganda estatal, lavado de cerebro ideológico y anuncios comerciales, por no mencionar los errores bioquímicos.

A medida que la biotecnología y el aprendizaje automático mejoren, será más fácil manipular las emociones y los deseos más profundos de las personas, y se volverá más peligroso que nunca seguir tu corazón. Cuando Coca-Cola, Amazon, Baidu o el gobierno sepan cómo tirar de las cuerdas de su corazón y presionar los botones de su cerebro, ¿todavía podrán distinguir la diferencia entre usted y sus expertos en marketing?

Si no sabes lo que quieres en la vida, será muy fácil para la tecnología crearte objetivos y tomar el control de tu vida.

Para tener éxito en una tarea tan desalentadora, tendrás que trabajar muy duro para conocer mejor su sistema operativo, para saber qué eres y qué quieres de la vida. Este es, por supuesto, el consejo más antiguo del libro: conócete a ti mismo. Durante miles de años, los filósofos y profetas han instado a las personas a conocerse a sí mismas. Pero este consejo nunca fue más urgente que en el siglo XXI, porque a diferencia de los días de Laozi o Sócrates, ahora tienes una competencia seria. Coca-Cola, Amazon, Baidu y el gobierno están todos corriendo para hackearte. No es tu teléfono inteligente, ni tu computadora, ni tu cuenta bancaria; están en una carrera para hackearte a ti y a tu sistema operativo orgánico. Es posible que hayas escuchado que vivimos en la era de hackear computadoras, pero eso no es ni la mitad de la verdad. De hecho, estamos viviendo en la era de hackear a los humanos.

Los algoritmos te están observando ahora mismo. Están observando a dónde vas, qué compras, con quién te encuentras. Pronto controlarán todos tus pasos, todas tus respiraciones, todos los latidos de tu corazón. Confían en Big Data y en el aprendizaje automático para conocerte mejor y mejor. Y una vez que estos algoritmos te conozcan mejor que tú mismo, pueden controlarte y manipularte, y no podrás hacer mucho al respecto. Vivirás en la matriz, o en The Truman Show. Al final, es un asunto empírico simple: si los algoritmos comprenden realmente lo que está sucediendo dentro de ti mejor de lo que tú mismo entiendes, la autoridad cambiará hacia ellos.

Por supuesto, puedes ser perfectamente feliz si cede toda la autoridad a los algoritmos y confías en que ellos decidan las cosas por usted y por el resto del mundo. Si es así, simplemente relájate y disfruta del paseo. No necesitas hacer nada al respecto. Los algoritmos se encargarán de todo. Sin embargo, si desea conservar algo de control sobre su existencia personal y el futuro de la vida, tiene que correr más rápido que los algoritmos, más rápido que Amazon y el gobierno, y conocerlo antes de que lo hagan. Para correr rápido, no lleve mucho equipaje con usted. Deja todas tus ilusiones atrás. Son muy pesados. Lampadia




Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El Mundo

Dentro de 20 años, el mundo habrá sufrido una gran transformación de sus procesos productivos, logrado un sustancial aumento de la productividad y mejorado el bienestar general.

La ‘cuarta revolución industrial’ habrá dejado de ser una fuente de especulación sobre sus impactos económicos y sociales. En el mundo, la robótica, la inteligencia artificial y los algoritmos habrán generado una sociedad con relaciones disruptivas entre la creación de riqueza, empleo, tecnología, ingresos y bienestar, tal como las vemos hoy día.

Las sociedades más ricas, aquellas que lideren la gran transformación productiva y marquen el acelerado cambio tecnológico, gozarán de condiciones de vida muy superiores a las de las sociedades que no estén en la frontera de desarrollo y adopción de las nuevas tecnologías.

El Perú

Nosotros estamos tarde como para ser parte de la vanguardia de dicha revolución. No hemos acumulado ni capital humano, ni físico, ni tecnológico; no hemos acumulado suficientes activos como para transformar aceleradamente nuevas formas de creación de riqueza.

Sin embargo, sí tenemos la capacidad de producir y de exportar muchos de los productos y servicios que las viejas y nuevas sociedades afluentes no producen (y que demandarán) para mantener sus altos niveles de bienestar.

El Perú puede producir y exportar las mejores frutas y hortalizas del planeta, magníficos peces y mariscos, buenas variedades de madera, diversidad de minerales y fuentes de energía, así como servicios de turismo y gastronomía.

Si nos dejamos de complejos y superamos los paradigmas que desvían la orientación de nuestras políticas productivas, podremos multiplicar nuestra oferta de dichos productos y servicios y recibir una compensación económica que nos permita:

  • Acumular capital
  • Mejorar nuestras infraestructuras
  • Desarrollar nuestro capital humano
  • Generar empleo en un mundo que sustituye empleo por máquinas
  • Dotar al Estado de los recursos necesarios para la gestión pública

Desde un punto de vista conceptual, la ‘cuarta revolución industrial’ transformará todos los procesos intermedios entre los elementos de la naturaleza y su usufructo por el ser humano. Los sectores de “servicios de alojamiento y alimentación”, manufactura y transporte serán particularmente vulnerables (como explica Martin Wolf del Financial Times).

En otras palabras, uno de los sectores que verá una mayor transformación será el sector industrial, donde los saltos de productividad generados por las nuevas tecnologías harán que sea muy difícil competir, sin su plena adopción.

Pero un buen mango, o una magnífica palta, uva, espárrago, arándano, alcachofa o melón, no serán producidos por máquinas, ni se sustituirá la participación de los seres humanos por las nuevas tecnologías. Como tampoco sucederá con los langostinos, erizos, lenguados o paiches, ni con nuestras variedades de madera y minerales. La sustitución tampoco se dará en los servicios que facilitan una visita a Machu Picchu, Kuelap y el Cañón del Colca, o el disfrute de un buen ceviche, lomo saltado, chupe de camarones o arroz con pato, por lo menos, no en un mediano plazo.

Todos estos productos y servicios son parte de ‘nuestra gran ventana de oportunidad’, un gran stock productivo, que debe ayudarnos a recuperar buena parte de los años perdidos, en los que impedimos la inversión privada (60s, 70s y 80s) y que después volvimos a malograr, multiplicando regulaciones que disuaden la inversión, sembrando una cultura anti-inversión privada en el sector público, permitiendo que pequeños grupos de poder saboteen las inversiones en nombre de sus falsos ídolos ambientales y sociales (paulatinamente desde el 2000 y a todo vapor desde el 2011).

Análisis

El Perú debe apoyarse en nuestra amplia y magnífica dotación de recursos naturales, cada vez más necesarios y valiosos para los países más ricos. Recursos que podemos producir y multiplicar, para traer del exterior (desde las empresas y consumidores más ricos del planeta) los recursos económicos que nos permitan avanzar hacia el pleno empleo y la mejora de capacidades humanas, en un mundo sin empleos.

Si les explicamos a nuestros ciudadanos los beneficios de asumir un desarrollo estratégico, que aproveche nuestro potencial en el nuevo mundo de la robótica y la inteligencia artificial, seguramente tendremos la comprensión y el apoyo para emprender la gesta del desarrollo sin avanzar un paso y retroceder dos, como venimos haciendo hace un buen tiempo.

No debemos dejar que grupos de interés político, ideologizados, sigan envenenando las mentes de nuestros ciudadanos sin contrarrestar sus mentiras y sus mitos. Estos grupos han capturado buena parte de los medios de comunicación, tanto a nivel nacional como en provincias. Además, tal como ha sucedido en otras sociedades, también cuentan con el apoyo de los académicos más activos en política (por ejemplo, los mediáticos profesores de economía de la PUCP), así como con la desidia de los líderes empresariales y sus gremios. 

Algo muy importante a registrar es que no nos queda mucho tiempo, por ello debemos trazar una estrategia de desarrollo que movilice, aceleradamente y consistentemente, nuestras capacidades durante los próximos 20 años.

  • Dentro de las dos siguientes décadas nuestra población seguirá envejeciendo hasta agotar nuestro bono demográfico
  • Las tecnologías seguirán evolucionando, y podrán empezar a aparecer las fábricas verticales de frutas y hortalizas mediante reproducción celular, la explotación masiva de minerales en los fondos marinos y en asteroides, eliminando nuestras actuales oportunidades de generar riqueza
  • Si no emprendemos cuanto antes una verdadera revolución educativa, corremos el riesgo de que las brechas que separen a nuestra población más pobre de los ciudadanos del nuevo mundo de la ‘cuarta revolución industrial, los dejen para siempre en la marginalidad social, como lo afirma el historiador israelita, Yuval Noah Harari.

En los próximos meses podemos movilizar el país hacia el crecimiento integral y sostenido, promoviendo agresivamente la inversión privada para desarrollar nuestros recursos naturales, las infraestructuras y el turismo; además de emprender las reformas políticas e institucionales que nos acerquen a los estados de derecho modernos; desburocratizando y simplificando drásticamente la paralizadora normativa actual y, por supuesto, alentando un salto cuántico en educación y salud.

Objetivo

Nuestra meta debe ser que el PBI crezca un 7% anual.

Un 7% de crecimiento anual da un crecimiento acumulado de 100% cada 10 años. Eso significa que podríamos llevar nuestro actual PBI de aproximadamente US$ 200,000 millones a US$ 800,000 millones en 20 años.

Además, con el mismo ritmo de crecimiento, nuestras exportaciones podrían pasar de los US$ 50,000 millones actuales a US$ 200,000 millones en 20 años. Lo interesante es que, si efectivamente privilegiamos la producción y exportación de frutas y hortalizas, madera y minerales, entre otros, dichas exportaciones dejarían en el Perú un porcentaje muy alto de su valor de venta en el extranjero, a diferencia de las exportaciones de productos manufactureros, que dejan un valor muy reducido en el país. Por ejemplo:

  • La exportación de un polo de buena confección, que se vende en Miami a unos US$ 80, le deja al productor local un 8 a 12% (según Oppenheimer, solo 8%)
  • Las frutas frescas, como la palta Hass, que se puede vender a unos dos euros por unidad en un supermercado inglés, deja en el Perú algo más de un 60% de su precio final.
  • Los concentrados de cobre, la exportación de minerales más básica, deja en el país aproximadamente un 86% de su valor en destino.

Por lo tanto, por donde se mire, tenemos que acumular la mayor riqueza posible en el menor tiempo posible y canalizarla para nivelar a nuestra población, especialmente a los más pobres, con los ciudadanos del mundo de la ‘cuarta revolución industrial’. 

Estrategia

Maximizar la creación de riqueza, volcando al país a poner en valor nuestros recursos naturales y nuestros servicios de turismo y gastronomía:

  1. Multiplicando los flujos económicos desde el exterior, mediante los altos márgenes de nuestras exportaciones, así como inversiones productivas y en infraestructuras.
  2. Incorporar a la sierra alto andina a los brazos de creación de riqueza de la gastronomía y las agro-exportaciones, apoyando el Programa de Sierra Productiva.
  3. Emprender una verdadera revolución educativa, dejando el paradigma de la educación masiva y centrando el aprendizaje en el liderazgo del alumno.
  4. Desburocratizando y simplificando la gestión del Estado.
  5. Imponiendo la meritocracia en todas las funciones del Estado.
  6. Emprendiendo la reforma política, del sistema judicial y de la descentralización.
  7. Imponiendo transparencia absoluta en los procesos de apropiación de recursos en el Estado y adoptando las mejores prácticas internacionales para el control de la corrupción.

“Hay, hermanos, muchísimo que hacer” (César Vallejo)
¡El mejor momento es hoy!

Lampadia




No al desarrollo de armas autónomas

No al desarrollo de armas autónomas

El desarrollo de las tecnologías de la ‘Cuarta Revolución Industrial’, como toda revolución tecnológica, ofrece aportes positivos para la humanidad, pero también riesgos. Estos pueden referirse, como muchos temen, a eliminar los empleos tradicionales sin que se consoliden nuevas fuentes de empleo; al desarrollo de robots con IA (inteligencia artificial) que puedan actuar sin supervisión humana y sin el establecimiento de reglas de ética que limiten comportamientos violentos; o, como en el caso que nos ocupa, al desarrollo de armas autónomas que puedan ser utilizadas por líderes desquiciados, terroristas o antisociales.

Líneas abajo compartimos las cartas promovidas por ElonMusk, creador y CEO Tesla, desde el ‘Future of LifeInstitute’ (Instituto de la Vida Futura), acompañadas por las firmas de 3,105 expertos en el desarrollo de Inteligencia Artificial y Robótica y 17,701 líderes globales en distintas disciplinas, como el físico Stephen Hawking, Steve Wozniak, cofundador de Apple, ….., Peter Diamandis, de XPRIZE y SingularityUniversity, entre otras notabilidades.

“Las armas autónomas son ideales para tareas como asesinatos, desestabilización de naciones, sometimiento de poblaciones y eliminación selectiva de determinados grupos étnicos”. Dice ElonMusken una de las misivas.“Las armas letales autónomas amenazan con convertirse en la tercera revolución en la guerra. Una vez desarrolladas, permitirán que el conflicto armado se libere a una escala mayor que nunca, y a intervalos de tiempo más rápidos de lo que los humanos pueden comprender”, recalcó recientemente.

Una de las cartas promueve las adhesiones de todas las personas conscientes de los riesgos señalados. Para firmarlo, se puede llenar el formulario aquí abajo:

Invitamos a nuestros lectores a unirse a esta iniciativa en pro de la vida y el buen uso de las tecnologías. Lampadia

Carta abierta a la Convención de las Naciones Unidas sobre ciertas armas convencionales

Elon Musk
Future of Life Institute
20 de agosto de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia​

Como empresas que desarrollamos las tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) y Robótica, que pueden ser reutilizadas para desarrollar armas autónomas, nos sentimos especialmente responsables al levantar esta alarma.

Acogemos la decisión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW, por sus siglas en inglés) de establecer un Grupo de Expertos Gubernamentales (GGE, por sus siglas en inglés) sobre Sistemas de Armas Letales Autónomas. Muchos de nuestros investigadores e ingenieros están ansiosos por ofrecer asesoramiento técnico a sus deliberaciones.

Felicitamos al nombramiento del Embajador Amandeep Singh Gill, de la India, como Presidente del GGE. Instamos a las Altas Partes Contratantes que participan en el GGE a que trabajen arduamente en la búsqueda de medios para impedir una carrera de armamentos en estas armas, proteger a los civiles de su uso indebido y evitar los efectos desestabilizadores de estas tecnologías.

Lamentamos que la primera reunión del GGE, que debía comenzar hoy, haya sido cancelada debido a que un pequeño número de Estados no han pagado sus contribuciones financieras a la ONU. Instamos a las Altas Partes Contratantes a que, por lo tanto, dupliquen sus esfuerzos en la primera reunión del GGE prevista para noviembre.

Las armas letales autónomas amenazan con convertirse en la tercera revolución en la guerraUna vez desarrolladas, permitirán que el conflicto armado se libere a una escala mayor que nunca, y a intervalos de tiempo más rápidos de lo que los humanos pueden comprender. Pueden ser armas de terror, armas que los déspotas y los terroristas usen contra poblaciones inocentes, y armas para comportarse de manera indeseable. No tenemos mucho tiempo para actuar. Una vez que se abra esta caja de Pandora, será difícil de cerrar. Por lo tanto, imploramos a las Altas Partes Contratantes que encuentren una manera de protegernos a todos de estos peligros.

Armas Autónomas: Una carta abierta de los investigadores IA & Robótica

Elon Musk
Future of Life Institute
Julio de 2015
Traducido y glosado por Lampadia

Esta carta abierta fue anunciada el 28 de julio en la apertura de la conferencia IJCAI 2015 el 28 de julio.

Las armas autónomas seleccionan y ajustan objetivos sin intervención humana. Pueden incluir, por ejemplo, cuadriciclos armados que pueden buscar y eliminar personas que cumplan ciertos criterios predefinidos, pero no incluyen misiles de crucero o aviones teledirigidos, los cuales son dirigidos por los seres humanos, quienes toman todas las decisiones. La tecnología de Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado un punto en el que el despliegue de estos sistemas es prácticamente (si no legalmente) factible en años, no décadas, y los riesgos son altos: las armas autónomas han sido descritas como la tercera revolución en la guerra, después de la pólvora y las armas nucleares.

Muchos argumentos se han hecho a favor y en contra de las armas autónomas, por ejemplo, que la sustitución de los soldados humanos por las máquinas es buena, reduciendo las bajas de personas, pero malo porque reduce el umbral para ir a la batalla. Hoy en día, la pregunta clave para la humanidad es si debemos iniciar una carrera armamentista global de la IA o impedir que comience. Si cualquier potencia militar importante avanza en el desarrollo de las armas de AI, una carrera de armamentos mundial es prácticamente inevitable y el punto final de esta trayectoria tecnológica es obvia: las armas autónomas se convertirán en los Kalashnikov de mañana. A diferencia de las armas nucleares, no requieren materias primas costosas o difíciles de obtener, por lo que se convertirán en ubicuas y baratas para que todas las potencias militares significativas las produzcan en masa. Sólo será cuestión de tiempo hasta que aparezcan en el mercado negro y en manos de terroristas, dictadores que deseen controlar mejor a su población, hombres de la guerra que deseen perpetrar limpiezas étnicas, etc. Las armas autónomas son ideales para tareas como asesinatos, desestabilización de naciones, sometimientode poblaciones y eliminación selectiva de determinados grupos étnicos. Por lo tanto, creemos que una carrera armamentista militar de IA no sería beneficiosa para la humanidad. Hay muchas maneras en que la IA puede hacer que los campos de batalla sean más seguros para los humanos, especialmente para los civiles, sin crear nuevas herramientas para matar a la gente.

Al igual que la mayoría de los químicos y biólogos no tienen ningún interés en la construcción de armas químicas o biológicas, la mayoría de los investigadores de IA no tienen interés en la construcción de armas de IA – y no quieren que otros empañen su campo al hacerlo, potencialmente creando una gran reacción pública en contra de la IA que podría restringirsus futuros beneficios sociales. De hecho, los químicos y los biólogos han apoyado ampliamente los acuerdos internacionales que han prohibido con éxito las armas químicas y biológicas, al igual que la mayoría de los físicos apoyaron los tratados que prohíben las armas nucleares espaciales y las cegadoras armas láser.

En resumen, creemos que IA tiene un gran potencial para beneficiar a la humanidad de muchas maneras y que la meta de quienes están involucrados en el sector debe ser lograrlo. Comenzar una carrera armamentista militar de IA es una mala idea y debe ser prevenida por una prohibición de armas autónomas ofensivas más allá de un control humano significativo. Lampadia

 




¿Cómo se le enseña la moral a un robot?

¿Cómo se le enseña la moral a un robot?

El mundo está cambiando y cada vez dependemos más de la tecnología, que  avanza a pasos agigantados. La inteligencia artificiales una de las áreas más importantes del desarrollo tecnológico, pero traen amenazas que deben preveerse. Stephen Hawking, Elon Musk y Simon Parkin (autor del artículo que compartimos líneas abajo), plantean importantes cuestionamientos al respecto.

El uso de máquinas que están programadas para pensar y actuar con un cierto nivel de inteligencia “humana” y autonomía se conoce como inteligencia artificial (AI). Nuestras vidas están cambiando radicalmente por esta tecnología, y ya se utiliza en una amplia gama de servicios cotidianos. Muchas aplicaciones en computadoras, celulares y retailers son diseñadas para buscar patrones en el comportamiento del usuario y luego reaccionar a ellos. También están programadas para utilizar la información almacenada en sus bases de datos para mejorar la reacción a los comandos y predecir ciertas conductas.

Fuente: 1843magazine.com

Como dice Parkin, “La mayoría de los avances en los campos de la genética, la nanotecnología y la neurofarmacología, si se consideran aisladamente, parecen no tener una dimensión moral, y mucho menos social. Sin embargo, cuando las tecnologías resultantes se mezclan y son administradas por AIs, el peligro es que descubrimos que nuestro progreso tecnológico ha superado nuestra preparación moral.”

Una manera de controlar la AI fue propuesta por Isaac Asimov (en 1942) en sus Tres Leyes de la Robótica:

1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser
humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas
órdenes entrasen en conflicto con la 1ª Ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no
entre en conflicto con la 1ª o la 2ª Ley.

Otro enfoque, actual, es el motivacional: con el diseño de un sistema que aprenda a través del tiempo al igual que los seres humanos y adquieran valores a medida que maduran. El problema es que los científicos no saben realmente cómo funciona esto en los seres humanos.

La humanidad está a punto de dar nuevos saltos en su calidad de vida por los avances tecnológicos que están empezando a masificarse. (Ver en Lampadia: Robots ingresan a la fuerza laboral). Esto nos lleva a debatir seriamente los aspectos éticos del uso de las nuevas tecnologías y su posible amenaza. Aunque ya podríamos estar un poco tarde.

Más allá de los miedos tradicionales al cambio, la reacción estratégica debiera ser la de prepararse para adaptar las nuevas tecnologías a procesos que limiten posibles consecuencias indeseadas de su desarrollo. Debemos empezar a prepararnos, y analizar posibles alternativas para el control esta gran tecnología, que promete increíbles oportunidades para el futuro.

La Revolución Tecnológica, con la robótica, la inteligencia artificial, Big Data, algoritmos, realidad virtual y realidad aumentada, tiene la capacidad potencial de producir procesos imposibles de ser controlados por los seres humanos. Por lo tanto, es menester que, sin perder más tiempo, nos aboquemos a establecer paradigmas y mecanismos que den cierta seguridad para evitar desarrollos que más tarde no podamos controlar. Lampadia

Enseñándole a los robots la diferencia entre lo bueno y lo malo

La inteligencia artificial está superando a la clase humana en una gama de campos cada vez mayor; pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que se comporte de manera moral? Simon Parkin conversa con las personas que están intentando enseñarle ética a las computadoras.


Fuente: 1843magazine.com

Revista 1843 – The Economist
Simon Parkin
Junio/julio, 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Hace más de 400 años, de acuerdo a las leyendas, un rabino se arrodilló junto a las orillas del río Vltava en lo que ahora se conoce como la República Checa. Sacó unos puñados de arcilla del agua y cuidadosamente los acomodó en la forma de un hombre. Los judíos de Praga, falsamente acusados ​​de usar la sangre de los cristianos en sus rituales, estaban siendo atacados. El rabino, Judah Loew ben Bezalel, decidió que su comunidad necesitaba un protector más fuerte que cualquier humano. Inscribió la palabra hebrea para “verdad”, emet, en la frente de su creación y colocó en su boca una cápsula inscrita con una fórmula cabalística. La criatura saltó a la vida.

El Golem patrulló el ghetto, protegiendo a sus ciudadanos y realizando trabajos útiles: barrer las calles, transportar agua y cortar leña. Todo fue armonioso hasta el día en que el rabino olvidó inhabilitar el Golem para el Sabbath, como era requerido, y la criatura se volvió en un asesino. El rabino se vio obligado a borrar la letra inicial de la palabra en la frente del Golem para volverla ‘met’, la palabra hebrea para “muerte”. La vida se deslizó del Golem y se volvió polvo.

Este cuento, que muestra los riesgos de construir un sirviente mecánico a la imagen del hombre, ha ganado popularidad en la edad de la inteligencia artificial. Legiones de robots ahora llevan a cabo nuestras instrucciones irreflexivamente. ¿Cómo nos aseguramos de que estas criaturas, sin importar si están construidas de arcilla o silicio, funcionen siempre en nuestro mejor interés? ¿Debemos enseñarles a pensar por sí mismas? Y, si es así, ¿cómo vamos a enseñarles lo correcto y lo incorrecto?

En 2017, estas son preguntas urgentes. Los automóviles sin conductor han acumulado millones de millas en nuestras carreteras mientras toman decisiones autónomas que podrían afectar la seguridad de otros usuarios humanos. La robótica en Japón, Europa y Estados Unidos está desarrollando robots para proporcionar atención a adultos  mayores y discapacitados. Uno de estos robots de servicio, que fue lanzado en 2015, se llamó Robear (tenía la cara de un cachorro de oso polar), es lo suficientemente fuerte como para levantar a los pacientes frágiles de sus camas; y, si puede hacer eso, también puede, posiblemente, aplastarlos. Desde el año 2000, el ejército estadounidense ha desplegado miles de robots equipados con ametralladoras, cada uno capaz de localizar objetivos y apuntarlos sin la necesidad de implicación humana (sin embargo, no se les permite tirar del gatillo sin supervisión).

Algunas figuras públicas también han alimentado la sensación de temor que rodea la idea de máquinas autónomas. Elon Musk, un empresario de tecnología, afirmó que la inteligencia artificial (IA) es la mayor amenaza existencial para la humanidad. El verano pasado, la Casa Blanca encargó cuatro talleres para que los expertos discutieran esta dimensión moral de la robótica. Como dice Rosalind Picard, directora del Grupo de Computación Afectiva del MIT: “Cuanto mayor sea la libertad de una máquina, más necesitará estándares morales”.

En un futurista complejo de oficinas en el serpenteante río Vltava, cerca de donde el rabino esculpió su Golem, se escucha el zumbido de un banco de computadoras. Son unos extraños profesores, pero son tan dedicados como cualquier humano a la noble tarea de la educación. Sus estudiantes no se sientan delante de la pantalla de cada computadora, sino más bien en sus discos duros. Esta escuela virtual, que lleva el nombre de GoodAI [de good (buena) artificial inteligence], se especializa en la educación de inteligencias artificiales (IAs): enseñándoles a pensar, razonar y actuar. La visión global de GoodAI es entrenar inteligencias artificiales en el arte de la ética. “Esto no significa que la pre-programación de AI siga un conjunto de reglas prescritas donde les decimos qué hacer y qué no hacer en cada situación posible”, dice Marek Rosa, un exitoso diseñador de videojuegos eslovaco y fundador de GoodAI, quien ha invertido 10 millones de dólares en la compañía. “Más bien, la idea es capacitarlos para aplicar sus conocimientos a situaciones que nunca han vivido”.

Los expertos coinciden en que el enfoque de Rosa es razonable. “Intentar preprogramar cada situación que una máquina ética pueda encontrar no es trivial”, explica Gary Marcus, un científico cognitivo de NYU y CEO y fundador de Geometric Intelligence. “¿Cómo, por ejemplo, se programa en una noción como ‘equidad’ o ‘daño’? Ni tampoco, señala, este enfoque de codificación explica los cambios en las creencias y actitudes. “Imagínese si los fundadores estadounidenses hubieran congelado sus valores, permitiendo la esclavitud, menos derechos para las mujeres y así sucesivamente. En última instancia, queremos una máquina capaz de aprender por sí misma.”

Rosa ve a la IA como un niño, una pizarra en blanco sobre la cual se pueden inscribir los valores básicos y que, con el tiempo, podrá aplicar esos principios en escenarios imprevistos. La lógica es buena. Los seres humanos adquieren una sensación intuitiva de lo que es éticamente aceptable observando cómo se comportan los demás (aunque con el peligro de que podamos aprender un mal comportamiento cuando se nos presenta con modelos erróneos).

GoodAI monitorea la adquisición de valores proporcionando un mentor digital, y luego lentamente aumenta la complejidad de las situaciones en las que la IA debe tomar decisiones. Los padres no dejan que sus hijos crucen una autopista, sostiene Rosa. En su lugar, les enseñan primero a cruzar una calle. “De la misma manera, exponemos a la IA a entornos cada vez más complejos donde puede basarse en conocimientos previamente aprendidos y recibir retroalimentación de nuestro equipo”.

GoodAI es sólo una de varias instituciones dedicadas a comprender la dimensión ética de la robótica que ha surgido en todo el mundo en los últimos años. Muchas de estas instituciones gozan de títulos grandiosos y premonitorios: El Instituto del Futuro de la Vida, el Grupo de Robótica Responsable y la Iniciativa Global sobre Sistemas Éticos Autónomos. Hay una serie de ideas en circulación sobre la mejor manera de enseñar moralidad a las máquinas. Rosa tiene una, Ron Arkin otra.

Arkin es un robo-eticista calvo de aproximadamente 60 años, con grandes ojos detrás de enormes lentes. Él enseña Ética de la Computadora en Georgia Tech en Atlanta, pero su trabajo no se limita al aula. La investigación de Arkin ha sido financiada por una variedad de fuentes, incluyendo el Ejército de los Estados Unidos y la Oficina de Investigación Naval. En 2006 recibió fondos para desarrollar hardware y software que harán que las máquinas de combate robóticas sean capaces de seguir los estándares éticos de la guerra. Ha argumentado que los soldados robots pueden ser éticamente superiores a los humanos. Después de todo, no pueden violar, saquear o quemar un pueblo por motivos de cólera o ira.

Enseñar a los robots cómo comportarse en el campo de batalla puede parecer sencillo, ya que las naciones crean reglas de compromiso siguiendo las leyes acordadas internacionalmente. Pero no todos los escenarios posibles en el campo de batalla pueden ser previstos por un ingeniero, al igual que no todas las situaciones éticamente ambiguas están cubiertas por, digamos, los Diez Mandamientos. ¿Debe un robot, por ejemplo, disparar contra una casa en la que un objetivo de alto valor está compartiendo una comida con civiles? ¿Debería prestar apoyo a un grupo de cinco reclutas de bajo rango en un lado de una ciudad asediada, o un oficial de alto rango en el otro? ¿Debería tomarse la decisión sobre una base táctica o moral?

Para ayudar a los robots y sus creadores a navegar por estas cuestiones en el campo de batalla, Arkin ha estado trabajando en un modelo que difiere del de GoodAI. El “adaptador ético”, como se le conoce, busca simular las emociones humanas, en lugar de emular el comportamiento humano, para ayudar a los robots a aprender de sus errores. Su sistema permite que un robot experimente algo similar a la culpa humana. “La culpa es un mecanismo que nos desalienta de repetir un comportamiento particular”, explica. Es, por lo tanto, una herramienta de aprendizaje útil, no sólo en humanos, sino también en robots.

“Imagina que un agente está en el campo y realiza una evaluación de daños de combate antes y después de disparar un arma”, explica Arkin. “Si el daño de la batalla ha sido excedido por una proporción significativa, el agente experimenta algo análogo a la culpabilidad.” Por ejemplo, el sentimiento de culpa aumenta cada vez, si hay más daño colateral de lo que se esperaba. “En cierto umbral el agente dejará de usar un sistema de armas particular. Pero, más allá de eso, dejará de usar las armas por completo. “Mientras que la culpa que un robot podría sentir se simula, los modelos son, sin embargo, tomados de la naturaleza y, al igual que en los seres humanos, tienen una estructura tripartita: La creencia de que una norma ha sido violada, preocupación por las acciones de uno mismo, y un deseo de volver al estado anterior.

Es una solución ingeniosa, pero no una sin problemas. Por un lado, el modelo de culpabilidad requiere que las cosas salgan mal antes de que el robot pueda modificar su comportamiento. Eso podría ser aceptable en el caos de la batalla, donde el daño colateral no es totalmente inesperado. Pero en los hogares y hospitales civiles, o en las carreteras, la tolerancia del público por errores mortales robóticos es mucho menor. Es más probable que un robot asesino sea desensamblado a que se le ofrezca la oportunidad de aprender de sus errores.

Desde las aulas virtuales hasta la culpa simulada, los enfoques para enseñar la moral del robot son variados, embrionarios y, en cada caso, vienen acompañados de distintos problemas. En Georgia Tech, Mark Riedl, director del EntertainmentIntelligenceLab, está probando un método que encuentra su inspiración no en el aula sino en la biblioteca.

Al leer miles de historias de IAs, y permitirles elaborar un conjunto de reglas para el comportamiento basado en lo que encuentran, Riedl cree que podemos comenzar a enseñar a los robots cómo comportarse en una gama de escenarios, desde una cena hasta durante el robo de un banco. Una gama de organizaciones y compañías como DARPA, la agencia de I + D del Departamento de Defensa de EE.UU., el Ejército de Estados Unidos, Google y Disney financian el trabajo del equipo.

Cuando nos reunimos en un restaurante cerca de su laboratorio, Riedl comentó que está de acuerdo con la filosofía básica de GoodAI. “Es cierto: la respuesta a todo esto es criar a los robots como niños”, dice. “Pero no tengo 20 años para criar un robot. Es un proceso que consume mucho tiempo y es costoso. Criar a un úniconiño es todo lo que puedo manejar. Mi idea era usar las historias como una forma de acortar este proceso de aprendizaje”.

Riedl llegó a esta idea mientras investigaba cómo se podrían utilizar las historias para enseñarle a las IA las reglas de las situaciones sociales humanas. “Si Superman se viste como Clark Kent y se reúne con alguien para cenar, tienes esta pequeña demostración de lo que la gente hace cuando entra en un restaurante”, dice Riedl. Toman un asiento. Pedimos sus bebidas antes de la comida. Estos son los valores sociales, en términos del orden en que nos gusta hacer las cosas. Ahora, por lo general no hay dilema ético en términos de restaurantes. Pero hay señales, tales como: “¿Por qué no fueron a la cocina y buscaron la comida?” No podría decirle a una IA por qué no, pero puedo demostrar que eso no es lo que se supone que debes hacer”.

Riedl consigue una multitud de fuentes de historias en Amazon’s Mechanical Turk. “Instruimos a los trabajadores de Amazon a describir una historia típica sobre un tema dado, como ir a un restaurante”, explica Riedl. Los participantes a veces reciben un personaje y, usando un formato, deben llenar campos en blanco con fragmentos de la historia (por ejemplo, “Mary entró en el restaurante.” “Mary esperó para sentarse.” “Mary se quitó el abrigo y ordenó una bebida”. Los algoritmos de procesamiento del lenguaje natural buscan frases de diferentes historias que son similares entre sí y, a partir de esa información, empiezan a sacar conclusiones sobre reglas y normas sociales.

Una IA que lee cien historias sobre robar versus no robar puede examinar las consecuencias de estas historias, entender las reglas y resultados, y comenzar a formular un marco moral basado en la sabiduría de las multitudes. “Tenemos estas reglas implícitas que son difíciles de anotar, pero los protagonistas de los libros, la televisión y las películas ejemplifican los valores de la realidad. Comienzas con historias sencillas y luego progresas a historias de jóvenes adultos. En cada una de estas situaciones se observan situaciones morales cada vez más complejas”.

Aunque difiere conceptualmente de los GoodAI’s, el enfoque de Riedl cae en la disciplina del aprendizaje automático. “Piense en esto como la identificación de patrones, que es lo que se trata gran parte del aprendizaje de las máquinas”, dice. “La idea es que le pidamos a la IA que mire a mil diferentes protagonistas que están experimentando maso menos el mismo dilema. Entonces, la máquina puede calcular la media de las respuestas y formular valores que coincidan con lo que la mayoría de la gente diría que es la manera “correcta” de actuar.

Hay una cierta simetría poética para la solución: del Golem al monstruo de Frankenstein y más allá, los seres humanos siempre han recurrido a historias al imaginar el impacto monstruoso de sus creaciones. Al igual que hay conclusiones sombrías en estas historias, también hay una preocupación de que, si se alimenta a la IA sólo con enseñanzas oscuras, podría terminar entrenándolo para ser malo. “La única manera de corromper la IA sería limitar las historias en las que el típico comportamiento sucede de alguna manera”, dice Riedl. “Podría recoger las historias de antihéroes o aquellas en las que los malos ganan todo el tiempo. Pero si el agente se ve forzado a leer todas las historias, se vuelve muy, muy difícil para cualquier individuo corromper la IA”.

El enfoque parece estar resultando notablemente eficaz. “Sabemos que el sistema está aprendiendo de las historias de dos maneras”, dice Riedl. “En primer lugar, realizamos una evaluación y pedimos a la gente que juzgue las reglas que aprendió el sistema. Las reglas son cosas como ‘cuando vas a un restaurante, pedir bebidas viene antes de pedir comida. Segundo, el sistema puede generar historias, y estas historias pueden ser juzgadas por los humanos”.

En su mayor parte, el equipo ha encontrado que el conocimiento aprendido por el sistema es típicamente de sentido común. Pero ha habido algunas sorpresas. “Cuando entrenamos nuestro sistema sobre ir en una cita al cine, el sistema aprendió que besar era una parte importante del esquema. No esperábamos eso, pero en retrospectiva no es sorprendente”.

Para los ingenieros de Audi, que construyen automóviles sin conductor, o los técnicos de BAE Systems que construyen armas autónomas, enseñarle a las IAs cuando es socialmente apropiado besar o hacer cola puede no parecer directamente relevante para su trabajo. La mayoría de los avances en los campos de la genética, la nanotecnología y la neurofarmacología, si se consideran aisladamente, parecen no tener una dimensión moral, y mucho menos social. Sin embargo, cuando las tecnologías resultantes se mezclan y son administradas por AIs, el peligro es que descubrimos que nuestro progreso tecnológico ha superado nuestra preparación moral.

Riedl afirma que estamos en un momento crucial de la historia y, como sociedad, nos enfrentamos a una simple elección. “Podemos decir que nunca podremos tener un robot perfecto, y porque hay algún tipo de peligro nunca debemos hacer nada”, dice. “O podemos decir: ‘Hagamos nuestro mejor esfuerzo y tratemos de mitigar el resultado.’ Nunca vamos a tener un auto perfecto. Van a haber accidentes. Pero se tendrán menos accidentes que los humanos. Así que… nuestro objetivo debe ser no ser peor que los humanos. Sólo tal vez, podría ser posible ser mejor que los humanos. “

Fuente: 1843magazine.com

En la ciencia ficción, el momento en que un robot gana la sentiencia (capacidad de adquirir sentimientos) suele ser el momento en que creemos que tenemos obligaciones éticas hacia nuestras creaciones. Un iPhone o un portátil puede ser muy complejo en comparación con un martillo o una pala, pero cada objeto pertenece a la misma categoría: herramientas. Y sin embargo, a medida que los robots empiezan a adquirir la apariencia de emociones, a medida que comienzan a comportarse como seres humanos, y aprenden y adoptan nuestros valores culturales y sociales, tal vez necesitan revisarse las viejas historiasPor lo menos, tenemos la obligación moral de averiguar qué enseñar a nuestras máquinas sobre la mejor manera de vivir en el mundo. Una vez que lo hayamos hecho, podremos sentirnos obligados a reconsiderar cómo los tratamos. Lampadia

Nota: Simon Parkinis es escritor y periodista británico, y autor de “Deathby Video Game” Ilustraciones de Brett Ryder




Tecnología: ¿Fuente de creación de nuevos puestos de trabajo?

Tecnología: ¿Fuente de creación de nuevos puestos de trabajo?

En estos nuevos tiempos de la política populista en los países más desarrollados, muchos culpan a la globalización y el comercio internacional por la pérdida de empleos en distintas industrias, principalmente la manufacturera, empezando por el lamentable nuevo presidente de EEUU. La verdad es que el fenómeno de pérdida de empleo en los países ricos, se explica hasta en un 80% por Cuarta Revolución Industrial, los avances de la  tecnología y la automatización. Sin embargo, nuevos estudios conducidos por algunos antropólogos en EEUU, nos hablan de la creación de nuevos puestos de trabajo a causa de la tecnología.

Según un artículo del Financial Times (traducido líneas abajo), un muevo estudio de un grupo de antropólogos afirma que “Sí, las máquinas están eliminando algunos trabajos humanos, pero la gente también está trabajando con robots en nuevos roles. Esa versión más optimista de la historia tiende a oscurecerse, pero merece mucho más atención”.

Y es que la automatización está creando nuevos puestos de trabajo, especialmente para monitorear, administrar e interpretar la data generada por los robots y las máquinas. Si bien no tienen cifras exactas para asegurar que el nuevo de empleos nuevos compensa la pérdida de los mismos gracias a la automatización, esta información no pierde importancia. La lección principal que se debe extraer de este análisis es “la necesidad urgente de un mayor debate político sobre cómo preparar a los trabajadores para este nuevo mundo. El entrenamiento de la fuerza de trabajo necesita cambiar para inculcar más habilidades digitales.”

Este tema va muy ligado a  nuestra propuesta de que tenemos que hacer un “salto cuántico”, o un “Big Bang”, una verdadera revolución educativa y no el mamarracho de Saavedra ni Mora. Ver en Lampadia: Educación y Habilidades para el Futuro y Líneas de acción y compromisos para la educación del siglo XXI.

Fuente:  fortune.com

La Cuarta Revolución Industrial, la cual está relacionada con la robótica y la inteligencia artificial, entre otras muchas tecnologías disruptivas, jugará un papel trascendental en la vida de los ciudadanos, empresas y naciones en los próximos años. (Ver en Lampadia: Aceleremos el desarrollo del Perú mediante la innovación y Los retos de la Cuarta Revolución Industrial. Todas las revoluciones industriales traen consigo una disrupción económica, política y social. Ésta no es diferente, más bien se piensa que sus impactos y discontinuidades serán mayores a cualquier cosa que hayamos visto antes. Por ello es tan importante que los peruanos no perdamos más tiempo, pues no solo tenemos que superar brechas inmensas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; también tenemos que nivelarnos con el mundo más desarrollado para ser parte de los ganadores de la `cuarta revolución industrial’. Ver en Lampadia: Gobernabilidad con un gabinete multipartidario.

El reto ahora es buscar la estrategia que lleve al Perú a una mejora acelerada y extraordinaria de la educación. Debemos aprovechar el desenvolvimiento la Cuarta Revolución Industrial’, ya que nos presenta amenazas y oportunidades disruptivas para el empleo y la educación en el mundo.

El futuro del Perú depende de cómo formemos a nuestros jóvenes. Esperamos que el gobierno  pueda tomar conciencia de las reformas que necesitamos asumir para iniciar la inmensa tarea de dar a las nuevas generaciones los beneficios y capacidades que nos ofrece el mundo del siglo XXI. Lampadia                        

Cómo los robots están volviendo indispensables a los seres humanos

Paradójicamente, las políticas de Trump podrían acelerar la automatización y la pérdida de puestos de trabajo

Fuente:  Financial Times

Gillian Tett
Financial Times
22 de Diciembre de 2016
Traducido y glosado por
Lampadia

En los últimos meses, los antropólogos han estado investigando el enmarañado mundo de la mano de obra de Estados Unidos en busca de una respuesta a una de las grandes preguntas de nuestro tiempo: ¿qué sucederá con los trabajos humanos cuando lleguen los robots?

Uno pensaría que la respuesta es muy deprimente. Si hay algo en lo que casi todos los economistas están de acuerdo, es que las tecnologías digitales están haciendo muchos de los trabajos que antes hacían los humanos.

La manufactura es un ejemplo particularmente duro. Un estudio de la Universidad Ball State sugiere que se perdieron 5.6 millones de empleos manufactureros en Estados Unidos entre los años 2000 y 2010, casi nueve de diez gracias a la automatización y no al comercio. Podría ser peor: McKinsey, una consultoría, estima que el 45 % de las tareas que actualmente realizan los seres humanos podrían automatizarse a medida que el patrón se extienda al sector de servicios. Esto equivale a US$ 2,000 millones en salarios anuales – y millones de empleos.

Eso suena aterrador. Hay, sin embargo, un giro intrigante. Cuando los antropólogos llevaron a cabo “la observación de la participación” entre los trabajadores estadounidenses, es decir, observar lo que realmente está ocurriendo en la vida cotidiana de las personas, en lugar de observar estadísticas de arriba hacia abajo, descubrieron una historia más compleja de lo que sugieren las cifras.

Sí, las máquinas están eliminando algunos trabajos humanos, pero la gente también está trabajando con robots en nuevos roles. Esa versión más optimista de la historia tiende a oscurecerse, pero merece mucho más atención – particularmente cuando el presidente electo Donald Trump asuma el cargo el próximo mes.

Consideremos las conclusiones de Benjamin Shestakofsky, un antropólogo que pasó 19 meses dentro de una empresa de California que utiliza tecnologías digitales para conectar a compradores y vendedores de servicios domésticos. Shestakovsky inicialmente asumió que su investigación mostraría cómo las máquinas estaban reemplazando a los trabajadores humanos. Cuando realizó un análisis de base, se dio cuenta de que la empresa estaba creciendo rápidamente, con sistemas de computación tan grandes y complejos, que constantemente estaba contratando a más humanos, no robots, para monitorear, administrar e interpretar los datos. “La automatización de software puede sustituir a la mano de obra, pero también crea nuevos complementos humano-máquina”, dijo recientemente en una reunión de la American Anthropological Association, señalando que las empresas “están creando nuevos tipos de trabajos”.

Shreeharsh Kelkar, otro antropólogo, vio el mismo patrón en el mundo de la educación. Hasta hace poco se suponía que el aumento de las herramientas didácticas digitales volverían menos importante a los profesores humanos. Pero observando a los educadores en acción, Kelkar encontró que los profesores humanos están trabajando con estas herramientas digitales para ser más eficientes. El problema no es que las computadoras estén automatizando los trabajos, dice, sino que ” están surgiendo asociaciones entre humanos y computadoras”.

Una respuesta obvia es que todavía no está claro si estas anécdotas son típicas, ni nadie sabe si estos nuevos “conjuntos” de humanos y máquinas crearán suficientes trabajos para compensar los perdidos por la automatización. Además, los nuevos empleos digitalizados pueden parecer menos atractivos que los viejos roles, ya que a menudo se estructuran como “trabajos contingentes”, con trabajadores autónomos que proveen los servicios demandados.

De todos modos, las conclusiones de los antropólogos no deben ser ignoradas. En primer lugar, sugieren que existe una ardiente necesidad de que los responsables de la formulación de políticas obtengan mucho mejores datos sobre lo que realmente está ocurriendo en el lugar de trabajo estadounidense. Los estudios antropológicos son de pequeña escala, mientras que los datos a nivel macro son sorprendentemente débiles, en parte debido a que la Oficina de Estadísticas Laborales tiende a recopilar datos a través de los canales tradicionales. “No sabemos lo que está pasando con el trabajo contingente hoy”, dice Mary Gray, una antropóloga que trabaja en Microsoft. “Las empresas de tecnología no controlan el trabajo mejor que la Oficina de Estadísticas Laborales”.

En segundo lugar, si alguien consigue pintar un retrato exacto de esa fuerza de trabajo, necesitan demostrárselo a Trump. En los últimos meses, el presidente electo ha declarado en repetidas ocasiones que está decidido a mantener más negocios de manufactura en Estados Unidos, en parte porque a él le gusta culpar -equivocadamente- la pérdida de puestos de trabajo manufactureros a la competencia China o de México. Pero si logra este objetivo de America First, paradójicamente, sólo acelerará la tendencia de la automatización a medida que las empresas se apresuren a recortar costos. Esto no es necesariamente malo, pero sugiere que las esperanzas de Trump de recrear los viejos empleos estadounidenses están equivocadas.                                                                                                               

Eso nos lleva al tercer punto: la necesidad urgente de un mayor debate político sobre cómo preparar a los trabajadores para este nuevo mundo. El entrenamiento de la fuerza de trabajo necesita cambiar para instalar más habilidades digitales. Nuevos tipos de sistemas de seguridad social, salud y pensiones son necesarios para acomodar a los trabajadores contingentes.

Algunos políticos entienden esto. Senadores como Mark Warner, un demócrata, por ejemplo, están presionando por nuevas redes de seguridad para los trabajadores contingentes. Sin embargo, si este debate es para asegurar una tracción seria, es imprescindible que intervenga el propio sector de la tecnología. Hasta ahora, Silicon Valley no ha sido particularmente líder en estas cuestiones, pero Trump parece tener la intención hacerlos el centro de atención: la semana pasada convocó a los líderes tecnológicos al Trump Tower para “tranquilizarlos” sobre sus planes.

Por lo tanto, Silicon Valley debe aprovechar esta oportunidad e iniciar un diálogo sobre cómo ayudar a los seres humanos a lidiar con todos esos robots en la fuerza de trabajo. De lo contrario, llegará el día en que el propio Silicon Valley podría verse culpado por las pérdidas de empleos en Estados Unidos. Lampadia

 




Un mundo lleno de posibilidades

Siguiendo con nuestra exploración de la ‘cuarta revolución industrial’, presentamos a continuación algunos planteamientos sobre los grandes cambios disruptivos que esta trae a las personas, los negocios, las ciudades y los países, según nos ilustra EY Perú (Ernst & Young) en su publicación: “The upside of disruption – Megatrends shaping 2016 and beyond” (El lado positivo de la disrupción – Megatrends 2016: ¿Cómo convertir la disrupción en una oportunidad?).

Como hemos reseñado anteriormente (ver en Lampadia: El Foco en la Cuarta Revolución Industrial), ésta no es una ‘disrupción ordinaria’. Es un cambio de paradigmas que requiere revisar nuestros principios básicos y rediseñar las intuiciones que gobiernan la forma en que tomamos decisiones.

 

EY Perú (Ernst & Young) pone en relieve la importancia y las consecuencias de la disrupción. Comienza explicando que el término “disrupción”, acuñado por primera vez en 1995 por el profesor de Harvard, Clayton Christensen, hace referencia a la transformación de los modelos de negocio y el valor de su conexión a través de la tecnología y la innovación empresarial. Sin embargo, con los años, su influencia ha avanzado a incluir los cambios demográficos, la globalización y la macroeconomía, entre otros.

La publicación plantea tres causas fundamentales que son causantes o ‘factores’ de la disrupción:

Tecnología: Por lo general, la disrupción se asocia con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El uso de la realidad virtual, el Internet de las Cosas (Internet of Things), Big Data y los algoritmos, la robótica y la Inteligencia Artificial apuntan a generar una revolución del escenario global.

Globalización: Hasta hace pocos años, la globalización se ha acelerado gracias a la liberalización del comercio y el crecimiento de los mercados emergentes. Estos factores alteran e influyen en los modelos de negocio existentes, ya que crean nuevos competidores, reordenan las cadenas de suministro y reducen los niveles de precios.

Demografía: Los cambios demográficos han sido claves en el devenir de la humanidad. Factores como el envejecimiento de la población, una mayor presencia de los millennials en el ámbito laboral y los procesos de urbanización de las ciudades requerirán de nuevas estrategias y modelos de negocio.

EY - La conexión entre globalización, innovación y cambios demográficos generan 8 megatrends globales

A medida que estos tres factores (tecnología, globalización y demografía) interactúan y se desarrollan, se da lugar a una serie de ‘mega tendencias’. EY Perú (Ernst & Young) ha detectado la creación de 8 de ellas:

1. Las industrias se reinventan

Las empresas deben buscar oportunidades más allá de sus propias industrias, ya que, a medida que las fronteras se rompen, las compañías se enfrentarán a amenazas de nuevos competidores que cuentan con modelos de negocio disruptivos. Por ello, la colaboración intersectorial y las alianzas y adquisiciones serán cada vez más importantes.

2. El futuro de lo inteligente

En la actualidad, nos encontramos en la cumbre de la ‘Revolución Smart’ que cambiará la forma en que funciona el mundo. Por ejemplo, las inversiones destinadas a la IA han aumentado casi siete veces en cinco años, pasando de 45 millones de dólares en 2010 a 310 millones de dólares en 2015. Además, se ha detectado un aumento generalizado en la robótica, para el 2020 se prevé que el gasto en este desarrollo alcance los 67,000 millones de dólares.

3. El futuro del trabajo

La inteligencia impulsa beneficios económicos, sociales y ambientales, y las redes smart pueden anticipar problemas y, si es necesario, auto-diagnosticarse y auto-restaurarse. La capacidad de asimilar, analizar y tomar las decisiones más complejas y escalables también mejora la eficacia de la tecnología inteligente.

4. La revolución conductual

Algunos de los desafíos más importantes (el cambio climático, las enfermedades crónicas o la deuda pública) a los que se enfrenta la humanidad son consecuencia del comportamiento humano. La urgencia por resolver estos retos –debido a factores como la demografía y la globalización– y otros factores como la actual revolución digital están llevando a primer plano las teorías de la economía conductual (Behavioral Economics, BE por sus siglas en inglés), tanto a nivel público como privado. Esta disciplina combina conocimientos de la economía y la psicología para analizar el comportamiento del ser humano, las restricciones a las que debe hacer frente, los motivos que le llevan a tomar las decisiones económicas y los efectos que éstas tienen en el tejido socioeconómico.

5. Un consumidor con más poder

El consumidor actual es hoy más exigente ya que tiene más información a la hora de tomar decisiones de compra. Además, espera de las empresas una atención personalizada. Los clientes ya no pueden ser categorizados como se hacía tradicionalmente, hoy la segmentación es: ‘segmento tamaño uno’. El futuro para las empresas depende de las experiencias que sean capaces de generar para sus clientes.

El estudio también subraya que, cada vez más, las organizaciones B2B (business to business) tendrán que adoptar técnicas B2C (business to client), ya que sus clientes corporativos quieren el mismo nivel de protagonismo y de poder, en relación con sus proveedores y distribuidores, que los que reciben los consumidores individuales.

6. Un mundo cada vez más urbano

Las nuevas ciudades que se están construyendo desde cero, por ejemplo en China, India y Malasia, intentan hacer frente a retos medioambientales y de sostenibilidad. En éstas, la urbanización inclusiva, en la que todos los ciudadanos participan de los beneficios, está ganando terreno, pero requerirá de compromisos políticos reales y de mecanismos innovadores.

Por su parte, las ciudades establecidas en los mercados maduros se enfrentan al reto de la adaptación y mejora de las infraestructuras existentes. La extracción de valor adicional de los activos existentes, ya sea a través de la optimización o la creación de nuevas fuentes de ingresos puede ser una alternativa a la construcción de nuevas instalaciones.

7. La reinvención de la salud

La disrupción digital y la sostenibilidad económica están generando una revolución o, incluso, la reinvención de la asistencia de salud. Para ello, se requieren nuevas y variadas habilidades para, por ejemplo, el desarrollo de aplicaciones o la implicancia al cliente. Así, empresas de sectores inicialmente más alejados del sector Salud (como la tecnología, telecomunicaciones y retail, por ejemplo) están entrando en la industria. Con el tiempo, todas estas tendencias impulsarán el concepto de Salud 2.0, donde los pacientes dejarán de ser receptores pasivos para ser más activos en la gestión de sus enfermedades.

8. Un planeta lleno de recursos

A medida que las tendencias demográficas incrementan la población mundial, las limitaciones de los recursos naturales desafían los modelos de consumo establecidos. Al mismo tiempo, el cambio climático influye en los recursos naturales de los que disponemos. Por lo tanto, y por necesidad, se deberá construir un futuro eficiente y respetuoso del medio ambiente.

Estas 8 mega tendencias son importantes para brindarle a las empresas la capacidad de entender un mundo que cambia rápidamente y adaptarse a él. Dado el impacto revolucionario de estos cambios, en Lampadia venimos informado y compartiendo estos estudios y noticias para alertar al país de la imperiosa urgencia de prepararnos. 

Ello implica la necesidad: de crear el máximo de riqueza en el menor tiempo posible, de nivelar a nuestra gente en la educación para el futuro, de mejorar nuestros niveles de salud, de mejorar sustancialmente nuestras instituciones e infraestructuras y de adoptar tecnologías productivas que nos den las mejores posibilidades de desarrollo. Lampadia




Avances en la ampliación de la memoria con un chip

Avances en la ampliación de la memoria con un chip

Hace más de un año venimos difundiendo información sobre las tecnologías de crecimiento exponencial y la cuarta revolución industrial. Probablemente, los aspectos que han despertado más interés y angustia son los vinculados al desarrollo de la robótica y la inteligencia artificial por su impacto en el ser humano propiamente dicho y en el empleo del futuro.

El siguiente artículo de SingularityHUB, de Singularity University, muestra los asombrosos desarrollos para la recuperación y eventual ampliaciónde la memoria humana mediante la inserción de chips. El artículo de Shelly Fan  nos da un testimonio del nivel de dedicación de muchos científicos que sacrifican sus vidas en aras del avance de la ciencia y la medicina.

Las primeras pruebas para ampliar la memoria humana mediante un implante cerebral – un gran salto adelante

Por Shelly Fan

Publicado en SingularityHUB

15 de Noviembre de 2015

Traducido y glosado por Lampadia

 

Shelly Xuelai Fan es una neurocientífica de la Universidad de California, San Francisco, donde estudia maneras de rejuvenecer los cerebros. También escribe sobre ciencia en biotecnología, IA y temas neuro.

“Hay que haber comenzado a perder la memoria, aunque sea sólo parcialmente, para darse cuenta de que la memoria es lo que hace nuestras vidas. Una vida sin memoria,  no es una vida.” Luis Buñuel, Director de Cine.

Cada año, cientos de millones de personas experimentan el dolor de una memoria desmejorada. Las razones son muchas: una lesión cerebral traumática, accidentes cerebrovasculares o Alzheimer, o incluso el envejecimiento normal del cerebro. La pérdida de memoria parece ser ineludible.

El neurólogo, Theodore Berger, financiado por DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa, una agencia del Departamento de Defensa de Estados Unidos responsable del desarrollo de nuevas tecnologías para uso militar), ingeniero biomédico de la Universidad del Sur de California, está probando un implante de memoria que imita el procesamiento de señales que se produce cuando las neuronas almacenan nuevos recuerdos de largo plazo.

El revolucionario implante, que ya viene ayudando a la decodificación de la memoria en ratas y monos, se está probando en pacientes humanos con epilepsia. Para ello, el equipo tuvo que descifrar primero el código de memoria.

Desde el inicio, Berger sabía que se enfrentaba a un problema enorme. No estábamos buscando que coincida con todo lo que hace el cerebro cuando se procesa la memoria, pero por lo menos llegar a un imitador decente, dijo Berger.

“Por supuesto que la gente le preguntaba: ¿se puede modelar y ponerlo en un dispositivo? ¿Se puede conseguir que el dispositivo funcione en cualquier cerebro? Son esas cosas que llevan a la gente a pensar que estoy loco. Ellos piensan que es demasiado fuerte”, dijo.

Sin embargo, el equipo tenía un buen lugar para empezar.

El hipocampo, una región enterrada profundamente dentro de los pliegues y surcos cerebrales, es el crítico guardián que transforma los recuerdos de corta duración a largo plazo. Berger pasó la mayor parte de los últimos 35 años tratando de entender cómo las neuronas del hipocampo logran esta complicada hazaña.

En el fondo, una memoria es una serie de pulsos eléctricos que ocurren en el tiempo, generados por un número determinado de neuronas, dijo Berger. Esto sugiere que podemos reducirla a ecuaciones matemáticas y ponerla en un marco computacional, dijo.

Berger no ha estado solo en su búsqueda.

Al escuchar el ‘castañeteo’ que emiten las neuronas cuando un animal aprende algo nuevo, varios equipos de neurocientíficos han empezado a descifrar el flujo de la información dentro del hipocampo que soporta la codificación de la memoria. La clave de este proceso es una fuerte señal eléctrica que viaja desde CA3, la parte de “entrada” del hipocampo, al CA1, el nodo de “salida”.

Esta señal se ve afectada en las personas con discapacidad de memoria, dijo Berger, así que pensamos que si pudiéramos volver a crearla usando el silicio, podríamos restaurar – o incluso aumentar – la memoria.

Sin embargo, el código de la memoria cerebral resultó ser muy difícil de romper.

El problema radica en la naturaleza no lineal de las redes neuronales: las señales son a menudo ruidosas y se superponen constantemente en el tiempo, lo que lleva a que algunos inputs sean suprimidos o acentuados. En una red de cientos de miles de neuronas, cualquier cambio pequeño podría ser amplificado en gran medida y dar lugar a outputs muy diferentes.

 

Es una caótica caja negro, se rió Berger.

Con la ayuda de técnicas informáticas modernas, sin embargo, Berger cree que puede tener una solución cruda a la mano. ¿Sus pruebas?

Utilice los teoremas matemáticos para programar un chip, y luego vea si el cerebro acepta el chip como un reemplazo o como un módulo adicional de memoria.

Berger y su equipo comenzaron con una tarea sencilla utilizando ratas. Ellos entrenaron a los animales para empujar una de las dos palancas para conseguir un sabroso manjar, y registraron la serie pulsos electrónicos de CA3 a CA1 en el hipocampo mientras los animales aprendían a escoger la palanca correcta. El equipo registró cuidadosamente la forma en que las señales se transformaban en la memoria a largo plazo, y utilizaron esa información – la “esencia” eléctrica de la memoria – para programar un chip de memoria externa.

Después inyectaron a los animales con un medicamento que interrumpe temporalmente su capacidad de formar y acceder a la memoria a largo plazo, haciendo que los animales se olvidaran de la recompensa asociada con la palanca. A continuación, implantando microelectrodos en el hipocampo, el equipo pulsó el CA1, la región de salida, con su código de memoria.

Los resultados fueron sorprendentes – gracias a un módulo de memoria externa, los animales recuperaron su capacidad de escoger la palanca correcta.

Alentado por los resultados, Berger probó su siguiente implante de memoria en los monos, esta vez centrándose en una región del cerebro llamada la corteza prefrontal, que recibe y modula memorias codificadas por el hipocampo.

Colocando electrodos en los cerebros de los monos, el equipo le mostró a los animales una serie de imágenes semi-repetidas y registró la actividad de la corteza prefrontal cuando los animales reconocían una imagen que habían visto antes. Luego, con una fuerte dosis de cocaína, el equipo inhibió esa región particular del cerebro, que interrumpió el recuerdo del animal.

A continuación, utilizando electrodos programados con el “código de la memoria”, los investigadores nuevamente pusieron en marcha el procesamiento de señales del cerebro y el rendimiento de los animales mejoró significativamente.

Un año más tarde, el equipo validó aún más su implante de memoria, mostrando que también se podía rescatar los déficits de memoria debido al mal funcionamiento del hipocampo en el cerebro del mono.

Un implante de memoria humana

El año pasado, el equipo comenzó a probar cautelosamente su prototipo de implante de memoria en voluntarios humanos.

Debido a los riesgos asociados con la cirugía cerebral, el equipo reclutó a 12 pacientes con epilepsia, quienes ya contaban con electrodos implantados en sus cerebros para averiguar el origen de sus convulsiones.

La constante repetición de convulsiones destruye partes críticas del hipocampo que son necesarias para la formación de memoria a largo plazo, explica Berger. Así que si el implante funciona, también podría beneficiar a estos pacientes.

El equipo le pidió a los voluntarios que miraran una serie de imágenes, y luego recordaran cuáles habían visto 90 segundos más tarde. A medida que los participantes aprendían, el equipo registró los patrones de señales tanto en CA1 y CA3 – es decir, la entrada y salida de los nodos.

Utilizando de esta data, el equipo extrajo un algoritmo – un “código de memoria” específico para seres humanos – que podía predecir el patrón de actividad en las células CA1 en base al input en CA3. En comparación con los patrones de señales reales del cerebro, el algoritmo genera predicciones correctas aproximadamente el 80% de las veces.

No es perfecto, dijo Berger, pero es un buen comienzo.

Utilizando este algoritmo, los investigadores han comenzado a estimular las células de output con una aproximación de la señal de input transformada.

Ya hemos utilizado el patrón para hacer zapping al cerebro de una mujer con epilepsia, dijo la doctora Dong Song, profesora asociada que trabaja con Berger. Pero se mantuvo tímida sobre el resultado, se limitó a decir que, aunque prometedor, todavía es demasiado pronto para decirlo.

La cautela de Song es comprensible. A diferencia de la corteza motora, con su clara representación estructurada en diferentes partes del cuerpo, el hipocampo no está organizado de manera obvia.

Es difícil entender por qué estimulando lugares de inputs puede conducir a resultados predecibles, dijo el Dr. Thoman McHugh, neurocientífico del Instituto de Ciencias del Cerebro RIKEN. También es difícil determinar si un implante de este tipo podría salvar la memoria de aquellos que sufren de daños en el nodo de output del hipocampo.

“Dicho esto, los datos son convincentes”, reconoció McHugh.

Berger, por otro lado, está emocionado. “Nunca pensé que vería las pruebas de esto en los seres humanos”, dijo.

Pero el trabajo está lejos de completarse. En los próximos años, Berger quiere ver si el chip puede ayudar a construir la memoria a largo plazo en una variedad de situaciones diferentes. Después de todo, el algoritmo se basa en las grabaciones del equipo de una tarea específica – ¿qué pasa si el llamado código de memoria no es generalizable, y varía en función del tipo de input que recibe?

Berger reconoce que es una posibilidad, pero se mantiene esperanzado.

Creo que vamos a encontrar un modelo que sea un muy buena acople para la mayoría de condiciones, dijo. Después de todo, el cerebro está restringido por su propia biofísica – sólo hay un número fijo de maneras que las señales eléctricas pueden ser procesadas en el hipocampo, dijo.

“El objetivo es mejorar la calidad de vida de alguien que tiene un déficit severo de memoria”, dijo Berger. “Si puedo brindarle la capacidad de formar nuevos recuerdos a largo plazo en la mitad de las condiciones que viven hoy en día la mayoría de las personas, voy a ser feliz, y así lo serán la mayoría de pacientes”. Lampadia

 

 

 




Nos empeñamos en negar las evidencias sobre la automatización

Nos empeñamos en negar las evidencias sobre la automatización

Complementando nuestras publicaciones sobre los avances de la robótica y la inteligencia artificial y su impacto en los empleos del futuro, presentamos ahora, el último estudio del Centro de Investigación Pew sobre las fallas de percepción de la mayoría de la población sobre el impacto de la automatización del empleo.

Una reciente encuesta realizada  por el Centro de Investigación Pew afirma que aproximadamente la mitad de todos los empleos en Estados Unidos están en riesgo de automatización. Además, el mismo estudio afirma que dos tercios de los adultos estadounidenses esperan una sustitución por la automatización en la mayoría de sus trabajos, en los próximos cincuenta años.

Los datos, recopilados por el Centro de Investigación Pew mediante una encuesta nacional de más de 2,000 adultos, muestran que el 65% de los estadounidenses creen que los robots y las computadoras reemplazarán gran parte del trabajo realizado actualmente por los seres humanos, en los próximos 50 años. Sin embargo, casi contradictoriamente, nadie espera que les suceda a ellos: el 80% de los encuestados creen que su propia ocupación no se verá afectada.

Las expectativas de los encuestados son muy similares independientemente de la edad, los ingresos del hogar, tipo de empleo y el nivel de educación alcanzado. Hay un poco más de escepticismo entre los estadounidenses con ingresos relativamente altos, así como con los menores de 50 años de edad, los que tienen educación universitaria y los que trabajan en actividades sin fines de lucro, gubernamentales o de educación. 

Y a pesar de que la gran mayoría predice un aumento en la sustitución tecnológica y robótica en la fuerza de trabajo, pocos opinan que la automatización de la fuerza de trabajo sea una amenaza inminente. Una preocupación más inmediata para muchos (y más aún para aquellos cuyos trabajos implican principalmente el trabajo manual o físico) es la posibilidad de perder su trabajo por una la mala gestión de la empresa y competir con personas que acepten ingresos más bajos.

La automatización robótica es algo que la gente siente que va a ocurrir en un futuro lejano, pero no creen que necesariamente haya una conexión con sus propias perspectivas de empleo o las perspectivas de empleo de sus hijos“, dijo Aaron Smith, autor principal del la encuesta de Pew.

Las nuevas tecnologías han desplazado a trabajadores humanos durante generaciones, pero también han elevado el nivel de vida de las masas y creado nuevos empleos. Pero muchos economistas y académicos están en duda sobre el futuro del empleo con la próxima ola de máquinas inteligentes. Ver distintos análisis de Lampadia al respecto: Entrevista sobre la transformación del empleo y las industrias, El futuro del empleo con Robots e Inteligencia Artificial (II) y Apuntes para la creación de empleo al 2034 (II).

Por supuesto, también se están creando nuevos puestos de trabajo gracias nuevas tecnologías como Internet y el comercio electrónico. Pero estos trabajos (ya sea en marketing, en medios sociales o en programación de aplicaciones) son más propensos a tener una vida más corta que los trabajos tradicionales, dado que se basan en tecnologías que están en un proceso constante de cambios.

La cuestión más importante es, por supuesto, si los cambios hacia una creciente automatización de los puestos de trabajo van a transformar un gran número de puestos de trabajo más tradicionales; mediante, por ejemplo, la automatización del transporte con vehículos sin conductor que volverían redundantes a los conductores humanos.

En 2013, investigadores de la Universidad de Oxford publicaron un informe titulado “El futuro del Empleo: ¿Cuan susceptibles son los puestos de trabajo por la computarización?”, el cual afirma que el 47% de los puestos de trabajo, tanto manuales como cognitivos, están en riesgo de automatización en la próxima década o dos. El año pasado, los analistas de Nomura Research Institute determinaron que la mitad de la fuerza laboral de Japón sería sustituida por la inteligencia artificial en 2025. Hace unas semanas, la Universidad Tecnológica de Nanyang de Singapur publicó que está desarrollando geriatras con robots humanoides.

Incluso se está desarrollando una “ciudad de los robots” en Japón, con robots en puestos de asistencia médica, sector industrial y agrícola. Con un rápido avance de la inteligencia artificial, es fácil ver por qué la mayoría de los estadounidenses esperan que la robótica vuelva redundantes a los seres humanos en el tiempo.

Es importante recordar las afirmaciones de Klaus Schwab del Foro Económico Mundial (WEF), “Sin una acción urgente capaz de gestionar la transición a corto plazo y construir una fuerza de trabajo con habilidades del futuro, los gobiernos tendrán que hacer frente a un creciente desempleo y desigualdad, y las empresas a una base de consumidores reducida”.

En Davos 2016 se informó que los avances de la tecnología combinados con los cambios demográficos podrían conducir a una pérdida neta de 5 millones de puestos de trabajo en 15 de las principales economías en 2020. “Casi 7.1 millones de empleos podrían perderse por la redundancia, automatización o la desintermediación, siendo las mayores pérdidas en puestos de cuello blanco y funciones administrativas. Se prevé que la pérdida sea parcialmente compensada por la creación de 2.1 millones de nuevos puestos de trabajo, principalmente en computación, matemáticas, arquitectura e ingeniería“.

Independientemente de que la mayoría de personas sientan una extraña y dicotómica seguridad en que no van a ser obsoletos en el futuro, los hechos presentados cuentan una historia con una moraleja que todos los ciudadanos que trabajan harían bien en escuchar. Como dice The Economist Espresso: “La negación es una fuerza poderosa, pero la tecnología es más fuerte”.

Estas seguridades son meras ilusiones optimistas de las personas, que en una reacción característicamente humana, creen que nadie podría desempeñar mejor su puesto de trabajo que ellos mismos, mucho menos un robot. Pero los hallazgos de Pew resaltan lo que ya sabemos, tal como la historia de los avances tecnológicos nos ha demostrado una y otra vez: Al final las máquinas seguirán engrandeciendo y apoyando las capacidades humanas. Lampadia