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Cuidado con el embuste de las imágenes

Cuidado con el embuste de las imágenes

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia

Defender ideas, posiciones políticas, opciones ideológicas o causas contra-mayoritarias como el trato a la migración venezolana, no es algo que esté bien visto en estos tiempos o por lo menos, no es algo que atraiga en la “sociedad del espectáculo” de la que habla MVLL. Esta sociedad prefiere fotos en Instagram, likes, tweets de 140 caracteres y tik toks.

Algunos simplemente no leen, prefieren que una foto defina sus preferencias políticas y su voto. Otros descalifican al mensajero, sin leer el mensaje. Algunos comparten mecánicamente y hay, lamentablemente muchos, que dejan de seguir porque no les interesa confrontar su punto de vista, no quieren salir de su zona de confort creada por unos cuantos mensajes que las ideas, los pos-provocadores, los artículos de opinión o los debates de ideas ponen en discusión y tela de juicio. Estos prefieren rechazar la discusión política e impulsan el debate de imágenes, frente al debate de ideas.

¿Vale tener una interacción digital tan amplia, masiva, igualitaria, donde todos pueden enviar post, tweets y escribir sus puntos de vista si se renuncia al análisis y la discusión de ideas, opciones, conceptos y causas?

La interacción digital vacua, de imágenes sin ideas, de fotos sin conceptos, de políticos sin política, no le sirve de nada a la política, ni a la democracia, ni a la sociedad. Sólo engendra Guzmanes o Forsyths para la presidencia y muchos otros para el Congreso. Engendra imágenes, no liderazgos.

También sirve (y sobre todo), para eludir el debate. Sirve para enmascarar candidaturas. Sirve para el embuste político más artero. Repeler el debate de ideas por considerarlo políticamente incorrecto, obsoleto o poco atractivo es una coartada, no una realidad que tengamos que aceptar.

¿Cuales son las consecuencias de una discusión sin debates de ideas, planteamientos y propuestas?

Las consecuencias son muchas. Veamos algunas de ellas:

  • La irresponsabilidad del elector por el voto emitido. Basta ver la cantidad de personas que impulsaron la disolución del Congreso anterior y no asumen las consecuencias del que engendraron.
  • La ignorancia de la política y su lógica. Exhibir que somos un país que no entiende la diferencia entre ideas de izquierda o derecha es simplemente no saber quien pagará aquello por lo que votas.
  • La fragilidad de la legitimidad democrática del elegido. Si el elegido lo fue por su mejor foto, cuando le tomen otra haciendo muecas o rechazando un chicharrón, dejará de ser el elegido y habrá otro que lo reemplace. La convicción proviene de la adhesión a ideas, propuestas y visiones, no de la simpatía por las imágenes

Cuidémonos del embuste de las imágenes. Exijamos un debate político de ideas, opiniones, visiones y causas. Solamente un debate de ideas y propuestas permitirá conocer en profundidad las opciones electorales, sus beneficios y sus riesgos. No seamos cómplices de la banalización de la política. Lampadia