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Para superar la pobreza

Para superar la pobreza

Estrategia para la creación de empleo y generación de riqueza en el Perú durante los próximos 20 años

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Lo que necesitamos es más Minería

Lo que necesitamos es más Minería

El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.

Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.

Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.

El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.

Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.

  • Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:

  • Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:

  • Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.

Tenemos que crear riqueza aprovechando lo que tenemos.
¡Que es mucho!

Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:

Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.

Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:

  • Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
  • Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
  • Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.

¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.

El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.

El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:

Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.

En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.

Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:

Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:

Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:

Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:

Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.

  • Necesitamos ¡Realismo!
  • Necesitamos ¡Enfoque!
  • Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!

Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:

No olvidemos las voces de nuestros sabios:

Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia




Estructura de las Fuerzas Anti-Mineras

Estructura de las Fuerzas Anti-Mineras

Detrás de la oposición a los proyectos mineros, más allá de las debilidades de las empresas y del Estado, se ocultan las ‘Fuerzas Anti-Mineras’, que son determinantes en el desarrollo de los acontecimientos.

El siguiente gráfico nos muestra su estructura.

Veamos cuales son sus elementos:

1.- El Pos-Extractivismo

La izquierda peruana está detrás del “pos-extractivismo” que en el caso del Perú no es otra cosa que una propuesta para:

  • Abandonar nuestros recursos naturales
  • No desarrollar industrias que exporten
  • Alejarnos del exterior

Quieren convertirnos en una sociedad de pastores pobres y viejos. Pobres porque produciríamos lo mínimo para el sustento diario y viejos porque nuestros jóvenes se irían del Perú a ser parte de la modernidad y del mundo global.

En Lampadia hemos exigido que renuncien a esta ideología, pero ningún miembro de la izquierda lo ha hecho. Ellos siguen apostando por ese mundo idílico sin producción. Ver:

Izquierda propone un país de miserables – Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento

La verdad sobre las izquierdas peruanas – Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’

Todos los conflictos anti inversión, y especialmente los anti-mineros, se sustentan políticamente en el pos-extractivismo. En otras palabras, detrás de los conflictos hay oculto un ¿racional? perverso y destructivo de la prosperidad.

2.- El Rédito Político

Los conflictos anti inversión y anti mineros son un mecanismo extraordinario de ‘Movilidad Política’. Sus dirigentes cobran rápidamente una gran notoriedad pública.

Por ejemplo, en el caso de Tía María, el gobernador de Arequipa, Elmer Cáceres Llica, ha pasado de ser un oscuro y cuestionado líder local, acusado de violaciones, a convertirse en el líder de la baraja anti sistema nacional, en solo un mes.

3.- El Rédito Económico

Las comunidades pueden y tienen que beneficiarse de los proyectos mineros, mejorando su productividad y su infraestructura, pero no de manera perversa, extorsionando a las empresas. 

Lamentablemente, los conflictos anti mineros también ofrecen a diferentes grupos de dirigentes una alta rentabilidad económica.

Veamos por ejemplo el caso de Las Bambas. Todos los comuneros de Fuerabamba recibieron una vivienda de tres pisos y siete habitaciones, más un millón de soles en el bolsillo. Mediante el conflicto buscan más rentas. Pero además sus dirigentes y sus ‘abogados’ se han embolsado grandes sumas de dinero.

Siempre se puede ganar alguito más, el proceso no tiene límites.

4.- El Eco Mediático

Sin embargo, nada de esto sería posible sin el ‘eco mediático’, que ha venido sirviendo como plataforma de divulgación de los relatos y las acciones de los anti-mineros.

Ha llegado el caso de que medios nacionales como América Televisión y Canal N recurran a los instigadores de los conflictos, como referentes sociales y políticos. Ver, por ejemplo, las entrevistas de ambos medios a José de Echave ad portas del conflicto contra Tía María.

5.- La Licencia Social

Finalmente tenemos la Licencia Social, que no es un elemento de los conflictos, pero es el paraguas de sus componentes.

Como tal, la Licencia Social no está definida en ningún espacio regulatorio, pero es un concepto muy atractivo que permite sustentar todo tipo de propuestas y cuestionamientos.

En el Perú, la legislación minera contempla un amplio espacio de participación de la sociedad a lo largo del proceso de aprobación de los proyectos mineros, específicamente, a lo largo del desarrollo de los Estudios de Impacto Ambiental. En ellos se consulta a la población, se hacen talleres y asambleas, y se recogen, naturalmente, una serie de inquietudes.

Pero los anti-mineros pretenden crear un espacio de definición adicional de la viabilidad de los proyectos a la medida de sus particulares estrategias de oposición, la Licencia Social. Estrategias bajo la cuales siempre dicen que no se oponen a la minería, pero…

La minería es el mejor medio para generar riqueza y para sacar al país de su condición de atraso. El potencial de generación de riqueza del sector tiene la capacidad para que enfrentemos las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología, que aún no podemos superar. Además, debe permitirnos enfrentar con éxito nuestra inserción en el espacio de la ‘cuarta revolución industrial’.

Renunciar a la renta minera es, por lo tanto, un crimen de lesa patria, y los enemigos de la minería son en esencia, enemigos del Perú.

Para probar que estos procesos van más allá de Tía María, veamos el movimiento contra Quellaveco, que supuestamente hizo todo bien. Además, la inspiración ideológica del pos-extractivismo se puede comprobar observando la oposición de las izquierdas a la ampliación del régimen agrario. Ellos, las izquierdas, no quieren minería y no quieren exportación de alimentos.

Más claro que el agua. No nos dejemos engañar, la minería, en cualquiera de sus proyectos, es el campo de batalla para mantener al país en la pobreza y llevar a los pos-extractivistas a la riqueza y al poder. Lampadia




El milagro económico australiano

La semana pasada, la revista The Economist presentó a Australia en su portada, diciendo “Reglas australianas: Lo que el mundo puede aprender de Australia”. El camino que siguió Australia para desarrollarse en distintos sectores y mantenerse en crecimiento fue trazado desde la industria minera, sector económico que históricamente ha sido el más desarrollado del país por sus avances en ciencia, innovación y tecnología.

La industria minera de Australia ha sido el catalizador del crecimiento económico en la última década. El boom de los commodities y el aporte de la minería a la economía va más allá de su propio valor agregado, pues, como en el Perú, genera valor con los encadenamientos con los demás sectores de la economía. La meta de Australia es convertirse en un productor y exportador competitivo, no sólo de productos tradicionales agrícolas y mineros, sino también de una mezcla diversificada de bienes manufacturados, servicios y tecnologías de alto valor agregado. Ver en Lampadia: 25 años sin una recesión.

Como afirma otro artículo de The Economist, ‘La diversidad ayudó a Australia a sobrellevar los recursos’, la industria minera de Australia ha sido el catalizador del crecimiento económico en la última década. Esto ayudó a que, ahora, Australia tenga otras industrias como el turismo, la educación y la construcción altamente desarrolladas.

Un tercer artículo, ‘Reformas inteligentes hace 30 años ayudaron al crecimiento de Australia’, analiza cómo es que Australia tiene una economía muy diferente a la de hace 30 años. Las reformas se iniciaron:

  • Liberalizando el tipo de cambio del dólar australiano en 1983
  • Luego le siguió la desregulación financiera
  • La reforma tributaria
  • La reducción de los aranceles
  • El fin de la fijación centralizada de los salarios
  • La creación de un sistema privado de pensiones
  • Luego se logró que el Banco de Reserva de Australia fuera oficialmente independiente
  • Liberalizando las leyes laborales

Todas estas reformas, de la mano del crecimiento de los ingresos de exportación de los commodities, protegieron al país de los efectos de las graves recesiones económicas experimentadas en Estados Unidos, Europa y otros países durante y después de la crisis financiera mundial de 2007-08. Por ejemplo, cuando cayeron los precios de lo commodities, aumentaron el volumen de sus exportaciones.

La lección principal que tenemos que sacar de todo esto es que, a diferencia del Perú, nadie critica el modelo australiano como ‘primario exportador’ o a nadie se le ocurre hablar del ‘pos-extractivismo’, más bien alaban cómo es que Australia ha logrado transformar su gran riqueza de recursos naturales en bienestar; a través de educación, salud e infraestructuras de primer nivel y la armonía interna les ha permitido desarrollar buenas instituciones.

Tenemos que dejar de creer en los mitos del pos-extractivismo que son fomentados por los enemigos de la inversión privada y del crecimiento. Esperamos que esto ayude a abrir los ojos y tomar las medidas necesarias para retomar la senda de la prosperidad. Lampadia

Reglas australianas
Lo que el mundo puede aprender de Australia

Es quizás la economía rica más exitosa

The Economist
27 de octubre de 2018
Traducido y glosado por Lampadia

¿Cuál es el mayor problema que enfrenta EEUU? ¿O Japón? ¿O Gran Bretaña? ¿O Francia? Las opiniones varían, naturalmente, pero algunas preocupaciones surgen una y otra vez. Los de una tendencia materialista apuntan a décadas de lento crecimiento en los ingresos medios, lo que ha generado desilusión y enojo entre los trabajadores. Los halcones fiscales condenan enormes deudas públicas, destinadas a volverse aún más vastas a medida que las poblaciones envejecidas acumulan facturas cada vez mayores para el cuidado de la salud y las pensiones. Luego está la inmigración, que ha provocado una violenta reacción populista en los Estados Unidos y en toda Europa. Eso sugiere lo que, para muchos, es la tendencia más alarmante de todas: la falta de cualquier parecido con un consenso político sobre cómo manejar estas crecidas crisis.

El aumento de los ingresos, la baja deuda pública, un estado de bienestar asequible, el apoyo popular a la inmigración masiva y un amplio consenso sobre las políticas que sustentan estas cosas, es un sueño lejano en la mayoría de los países ricos. Muchos políticos occidentales apenas podían imaginar un lugar que los combinara a todos. Felizmente, no tienen que hacerlo porque ese país ya existe: Australia.

Tal vez porque está lejos de todas partes, o tiene solo 25 millones de habitantes, o es visto principalmente como un hábitat para los marsupiales, atrae relativamente poca atención. Pero su economía es posiblemente la más exitosa en el mundo rico. Ha estado creciendo durante 27 años sin una recesión, un récord para un país desarrollado. Su crecimiento acumulado durante ese período es casi tres veces mayor que el que Alemania ha logrado. El ingreso medio ha aumentado cuatro veces más rápido que en EEUU. La deuda pública, al 41% del PBI, es menos de la mitad de Gran Bretaña.

La suerte ha tenido una mano en estas hazañas, sin duda. Australia ha sido bendecida con gran cantidad de mineral de hierro y gas natural, y está relativamente cerca de China, que succiona esas cosas.

Pero una buena formulación de políticas también ha ayudado. Después de la última recesión, en 1991, el gobierno de la época reformó los sistemas de atención médica y pensiones, lo que obligó a la clase media a pagar más. El resultado es que el gobierno de Australia gasta solo la mitad del promedio de la OCDE en pensiones como porcentaje del PIB, y la brecha solo se ampliará en los próximos años.

Aún más notable es el entusiasmo de Australia por la inmigración. Alrededor del 29% de sus habitantes nacieron en otro país, el doble de la proporción en los Estados Unidos. La mitad de los australianos son inmigrantes o hijos de inmigrantes. Y la mayor fuente de inmigrantes es Asia, que está cambiando rápidamente la mezcla racial del país. Compare eso con Estados Unidos o Gran Bretaña o Italia, donde flujos mucho más pequeños han generado hostilidad entre una gran parte del electorado, o Japón, donde permitir que los extranjeros se establezcan en cualquier número es un tabú político. En Australia, las dos partes principales argumentan que admitir a muchos migrantes calificados es esencial para la salud de la economía.

Estos logros no están sin sus defectos. Los fondos de inversión privados a través de los cuales los australianos están obligados a ahorrar para su jubilación han estado cobrando tarifas excesivas, dejando a los pensionistas más pobres de lo que deberían ser. Y como Australia es bienvenida a los inmigrantes que llegan a través de los canales normales, trata a aquellos que intentan llegar en bote sin el papeleo necesario con una severidad innecesaria, llevándolos a islas remotas en el Pacífico donde incluso los refugiados legítimos se han dejado pudrir durante años.

Además, hay reformas que Australia debería emprender y no lo está haciendo. Los aborígenes australianos sufren enormes desventajas, que una sucesión de gobiernos apenas ha abolido. Claramente, el calentamiento global está causando graves daños (las sequías se han vuelto más frecuentes y severas, entre otras tristes consecuencias), pero Australia no ha hecho casi nada para frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero.

No obstante, el ejemplo de Australia muestra que las reformas consideradas imposibles en otros lugares son perfectamente alcanzables. Los demócratas en Estados Unidos atacan la mayoría de las propuestas para restringir los costos crecientes de las pensiones públicas o la atención de la salud. En Australia fue la izquierda la que promovió tales políticas. [Igual que en Nueva Zelanda]. El Partido Laborista vendió pensiones privadas obligatorias a los sindicatos como un aumento de los beneficios, ya que técnicamente son los empleadores los que deben realizar pagos regulares a los fondos de inversión en nombre de sus trabajadores. El partido también se aseguró de conservar una pensión pública básica, que se paga solo a aquellos que no han logrado acumular ahorros personales adecuados.

De la misma manera, es muy posible mantener el apoyo popular a la inmigración masiva, incluso desde lugares culturalmente diferentes. Pero es esencial darles a los votantes la sensación de que sus fronteras están debidamente vigiladas y de que no hay libertad absoluta. De nuevo, el bipartidismo es importante. Fue un gobierno de derecha el que primero permitió la inmigración de Asia a gran escala, admitiendo a muchos refugiados de Vietnam en la década de 1970.

El sistema político de Australia premia el centrismo. Todos los ciudadanos elegibles deben votar, por ley, y aquellos que no se molesten en presentarse, de lo contrario, tienden a ser gordos para los partidos principales. No hay necesidad de reunir simpatizantes en las urnas al complacer sus prejuicios. Como todos tienen que presentarse, los políticos se centran en ganar el medio vacilante. El sistema de votación preferencial, según el cual los australianos clasifican a los candidatos en orden de elección, en lugar de elegir solo uno, también ejerce una influencia moderadora.

Matando al ganso

La ironía es que, a pesar de que los beneficios de esta configuración son cada vez más obvios, los australianos parecen estar desilusionados con ello. Los votantes expresan crecientes dudas sobre la efectividad del gobierno. No les ha costado a los dos partidos principales muchos escaños, gracias al sistema electoral, pero su voto compartido ha disminuido en 20 puntos porcentuales desde la década de 1980. Los políticos, conscientes del descontento de los votantes, también se han vuelto cada vez más febriles. Están constantemente ocupando la mesa de los primeros ministros, con la esperanza de que una nueva cara aumente la posición de su partido ante el electorado. Algunos en el gobernante Partido Liberal, aunque no es el actual primer ministro, han comenzado a pedir una reducción de la inmigración, socavando décadas de consenso. Las reformas ambiciosas se han vuelto escasas. El resto del mundo podría aprender mucho de Australia, y los australianos también podrían hacerlo con un curso de actualización. Lampadia




La defección de la clase dirigente

EDITORIAL DE LAMPADIA

Los siguientes comentarios de Simon Kuper (en su artículo del Financial Times, ‘Have we reached peak liberal resistance?’, 26 de setiembre, 2018), describen el comportamiento que se empieza a percibir entre la clase urbana acomodada en EEUU con el populismo de Trump y, en el Reino Unido con el Brexit:

  • La clase urbana educada abandona la política, tal como lo hizo la clase trabajadora blanca en décadas anteriores.
  • Resulta que los liberales urbanos acomodados (a diferencia de, digamos, los hispanos pobres) pueden vivir bien bajo Trump.
  • Están en el lado correcto de la creciente desigualdad de EEUU.
  • Se sienten mal por Estados Unidos, pero bien consigo mismos.
  • Las personas educadas continuarán encontrando buenos empleos en Londres.
  • Se arriesgan a ser políticamente marginados después del Brexit.
  • Los debates liberales en universidades, medios de comunicación, partidos políticos y grupos de expertos se sentirán irrelevantes.
  • Los liberales urbanos educados se irán al exilio interno, cultivarán sus jardines en la azotea, llevarán a sus hijos a las escuelas adecuadas, buscarán el café perfecto y se dedicarán al activismo local, por ejemplo acerca de las ciclo vías.
  • Se separarán gradualmente del sentimiento de nación compartida.
  • “No es mi gobierno”, será la actitud.
  • La élite liberal tiene sus patios de recreo (cafés hipster y patinaje sobre ruedas) y se le permitirá prosperar con la condición de que no se inmiscuyan en la política.
  • Vi una versión anterior de esto en el apartheid de Sudáfrica: los liberales urbanos se sentaban alrededor de sus piscinas burlándose del gobierno que los privilegiaba, mientras que las criadas negras servían pastel.
  • Es una forma de vida sorprendentemente sostenible.

Según nuestra forma de pensar en Lampadia, esto es algo muy pernicioso, pero el que se de en países desarrollados, con altos estándares de vida, por malo que sea, no descalabra la sociedad, y menos, condena a su población más pobre a perennizarse en la pobreza.

Pero que eso se de en un país como el Perú, que está a medio camino de desarrollo, y que no ha logrado remontar la pobreza a niveles soportables, es una desgracia incapacitante del conjunto de la sociedad. Es una irresponsabilidad insoportable e intolerable. Algo que debemos combatir todos los días, hasta superarla.

Efectivamente, en el Perú, la clase más acomodada, no participa de la vida pública y hemos dejado que los enemigos de la modernidad y el desarrollo copen todos los espacios donde se inspiran las políticas públicas.

Por ejemplo, luego que Lampadia develara la infiltración del pos-extractivismo, esa teoría jalada de los pelos que propone producir lo mínimo de todo y no exportar alimentos, ningún gremio empresarial, los entes encargados de promover la producción de bienes y servicios, se dignó analizar y combatir el brulote.

En general, las universidades están ajenas al debate de políticas públicas, excepto las politizadas, como la PUCP, que copó de asesorías el Ministerio de Educación y cuyos representantes del pensamiento económico, son en gran medida, anti globalización, anti comercio internacional y anti minería.

Del mismo modo, los medios televisivos, parte del mundo empresarial, están entregados a conducciones periodísticas activistas de claro tinte anti economía de mercado. Éstos han entronizado como referentes de la opinión pública nacional, a personajes como los congresistas Arana, Lezcano, Becerril, Scheput y García Belaunde.

Curiosamente, en el Congreso, (excepto el congresista Olaechea, que no tiene presencia mediática) nadie defiende la Constitución de 1993, atacada diariamente por el Frente Amplio y Nuevo Perú. Una Constitución que permitió sacar al país de ser un ‘Estado Fallido’ en 1990 y llevarlo hasta el 2011, a tornarse en una ‘Estrella Internacional’.

Desde el 2012 hemos revertido la dirección de las políticas. Públicas que nos permitieron progresar. Aun así, nuestra clase dirigente no ha salido a la palestra.

Recientemente en Lampadia, hemos publicado el ‘Manifiesto de Powell’ y el ‘Manifiesto de The Economist’. Ambos reclaman, en sus contextos, el involucramiento de sus clases dirigentes, y nos permiten entender en perspectiva, las consecuencias de sus ausencias en la salud económica, social e institucional de sus países. Los dos documentos son muy aleccionadores.

Sin embargo, las clases dirigentes de EEUU y Gran Bretaña, pueden darse el lujo de no estar a la altura de sus responsabilidades, pero ese no es nuestro caso.

En el Perú, los que están mejor, la clase dirigente que no milita en la política, está obligada a participar, directa o indirectamente, en la construcción de un país próspero, máxime, teniendo el Perú un potencial de desarrollo tan grande. No hacerlo es un desentendimiento con sus propios hijos y nietos, y una traición a una sociedad que les permitió lograr el bienestar individual que hoy gozan. Lampadia




Nuestra economía de mercado bajo ataque

Hace varios años que nuestra economía de mercado, nuestro modelo de desarrollo, viene siendo atacado desde varios frentes. Sin unidad de mando, ni coordinación entre las fuerzas contrarias a la inversión privada, todas convergen en la misma dirección, sin que los llamados a defender el modelo registren el problema y tomen acción.

Nuestra defensa del modelo no significa que nuestro desarrollo sea suficiente y que hayamos superado nuestras graves deficiencias institucionales, ni nuestras brechas sociales en educación y salud. No por ello, debemos caer en la relativización de nuestros avances, como lo han hechos varios ‘tontos útiles’, que al final solo coadyuvan a facilitar el camino de los enemigos declarados de nuestros muy importantes avances, como son, principalmente, todos los suscriptores del pos-extractivismo, y los grupos políticos radicales como, el Frente Amplio y Nuevo Perú.

El problema es que los ataques a nuestro modelo vienen, además, de varios frentes, que no tenemos en la mira, pero que han ido socavando la imagen de la economía de mercado, de la globalización, de las empresas y de la inversión privada.

Para ilustrar esta debilidad, vamos a recurrir al ‘Manifiesto de Powell’ del año 1971 en EEUU, en la que Lewis Powell explica con maestría, como entonces, “el sistema económico estadounidense, se encontraba sometido a fuertes ataques que variaban en alcance, en intensidad, en las técnicas empleadas y en el nivel de visibilidad”.

El Manifiesto de Powell “influyó o inspiró la creación del Heritage Foundation, Manhattan Institute, Cato Institute, Citizens for a Sound Economy, Accuracy in Academe y otras organizaciones poderosas”, que ayudaron a mejorar los balances ideológicos y los paradigmas de desarrollo en la sociedad estadounidense. Una tarea pendiente en el Perú.

Líneas abajo compartimos en su integridad el ‘Manifiesto de Powell’. Pero antes queremos destacar que las llamadas de atención de Powell de 1971, parecen hechas para el Perú del 2018. Veamos algunos elementos del manifiesto:

i. Orígenes de los ataques

  • Algo muy inquietante es que las críticas proceden también de ‘elementos muy respetables de la sociedad, como:
    • Los campus universitarios.
      La fuente más dinámica de generación de ideas anti sistema de mercado. Por ejemplo, en el Perú, el activismo de los (mediáticos) profesores de economía de la PUCP, y la multiplicación de consultorías de la PUCP en el Ministerio de Educación, para instalar su ideología en los programas escolares, entre otras.
  • Los púlpitos.
    Más allá de los representantes de la Iglesia Católica y de otros credos, comprometidos en el activismo político, como el ex cura Arana, ahora congresista, y el párroco piurano Daniel Turley Murphy que luchó contra el proyecto minero de Manhattan en Tambogrande, entre otros; muchos representantes de las iglesias creen que cuidando un corazón se salvaguarda el bienestar de toda la humanidad, o que la muy importante caridad, se puede universalizar como estrategia de desarrollo humano. Por ejemplo, el propio Papa Francisco critica la economía de mercado como el vehículo de las malas ambiciones de los seres humanos, y no reconoce que en las últimas décadas se duplicó la población mundial, se redujo sustancialmente la pobreza y mejoró la esperanza de vida, un indicador clarísimo de avance social.
  • Los medios. Ya hemos explicado anteriormente, cómo en muchos medios se produce una prédica anti inversión privada. Esto es especialmente notorio en los radios de provincias, pero también, cada vez más, en algunos importantes medios nacionales, que sesgan muchos de sus programas.
  • Los políticos. La acción política anti economía de mercado es el pan de cada día en la difusión y formación de normas y propuestas.
  • El movimiento contra el sistema está formado sólo por minorías. Pero son las mejor articuladas, las más ruidosas y las más prolíficas en su hablar y escribir.
  • Muchos medios de comunicación o bien otorgan publicidad por voluntad propia a estos “atacantes” o, como mínimo, permiten que éstos utilicen los medios para sus propósitos. Esto es especialmente cierto en la televisión, que juega ahora un papel preponderante en la conformación del pensamiento, las actitudes y las emociones de nuestra gente.
  • “Una de las desconcertantes paradojas de nuestro tiempo es la amplitud con que nuestro sistema tolera, o incluso participa, en su propia destrucción”. Cambiar de actitud, hacia un activismo pro economía de mercado, no implica pretender suprimir las opiniones ni de los críticos, ni de los proponentes de ideas contrarias al libre mercado, sino más bien, estar en el debate y no perder por walkover.

ii. Énfasis en la apatía y ausencia del empresariado

  • “La dolorosa y triste verdad es que, en gran medida, las empresas han respondido a menudo contemporizando con ineptitud e ignorando el problema”.
  • Los hombres de empresa no han sido capacitados o equipados para conducir guerras de guerrillas contra quienes realizan propaganda contra el sistema y buscan insidiosa y constantemente sabotearlo.
  • Pero han tenido poca voluntad de enfrentarse con sus críticos, y pocas habilidades para el debate intelectual y filosófico eficaz.

​iii. Responsabilidad de los ejecutivos de empresa

  • Es de necesidad primordial que los hombres de empresa se den cuenta de que el problema último es la propia supervivencia; supervivencia de lo que denominamos sistema de libre empresa.
  • Para que el sistema sobreviva, la alta dirección debe preocuparse también de proteger la sobrevivencia del sistema mismo.

iv. El rol de los gremios empresariales

  • La actividad independiente de cada empresa no es suficiente.
  • La fuerza reside en la organización, en la planificación, en la consistencia de acción a lo largo plazo, en la escala de los recursos disponibles, y en el poder político disponible a través de la unidad de acción y de las organizaciones nacionales.
  • El papel de los gremios es vital.

¿Qué debemos hacer en el Perú?

Defender el sistema. Esto implica, tomar una serie de acciones, entre las que podemos mencionar las siguientes:

  • Formar ‘think tanks’ que desarrollen investigaciones y propuestas de políticas públicas para fortalecer la economía de mercado y la democracia.
  • Promover la presencia de investigadores y profesores universitarios que crean en el sistema y puedan hacer publicaciones de textos académicos y presentaciones públicas.
  • Promover la presencia de voceros de la economía de mercado en los medios, especialmente en la televisión y las radios.
  • Monitorear los contenidos anti mercado de los medios y promover debates.
  • Hacer campañas informativas en los medios de comunicación para sensibilizar a los ciudadanos sobre temas de desarrollo, crecimiento, inversiones, mejora del bienestar y reducción de la pobreza.
  • El sistema de economía de mercado no puede preservarse defensivamente, se requiere promover una presencia activa y transparente, en los debates sobre temas nacionales, en la opinión pública.
  • Los gremios empresariales deben tener equipos de profesionales altamente competentes para producir elementos de juicio que defiendan el sistema de mercado, que tengan presencia mediática y buenas capacidades de comunicación.

Debería estar muy claro que, en todas las sociedades, las clases dirigentes deben mantener un compromiso de acción cívica y presencia en el debate nacional, pues la ideas hay que exponerlas y debatirlas con buenas armas, para empoderar a los ciudadanos de modo que tengan las mejores oportunidades de tomar decisiones sobre el destino de sus naciones.

En los últimos tiempos hemos visto como los descuidos de las élites, han permitido puntos de inflexión dañinos a sus sociedades. Por ejemplo, en el Reino Unido con el Brexit, en EEUU con la elección de Trump, en Chile con el retorno de Michelle Bachelet, en el Perú con la elección de Ollanta Humala, y en los últimos días con la elección de Manuel López Obrador en México. Todos estos desarrollos políticos debilitan el libre mercado y contrariamente a su verbo, más allá del corto plazo, terminan afectando negativamente a sus poblaciones más pobres.

¡A ponerse las pilas, a debatir y a invertir para defender nuestro sistema de vida! Lampadia

El Manifiesto de Powel
(También conocido como el memorando Powell)

Publicado por primera vez el 23 de agosto de 1971
Presentado por: Reclaim Democracy
Traducido y glosado por Lampadia

En 1971, Lewis Powell, [cercano al partido demócrata], entonces abogado corporativo y miembro de las juntas directivas de 11 corporaciones, escribió un memorándum a su amigo Eugene Sydnor Jr., el Director de la Cámara de Comercio de EEUU. El memorando fue fechado el 23 de agosto de 1971, dos meses antes de la nominación de Powell por el presidente Nixon ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.

Aunque el memorando de Powell no fue la única influencia, la Cámara y los activistas corporativos tomaron en serio su consejo y comenzaron a construir una poderosa serie de instituciones diseñadas para cambiar las actitudes y creencias públicas a lo largo de los años y décadas.

El memo influyó o inspiró la creación del Heritage Foundation, Manhattan Institute, Cato Institute, Citizens for a Sound Economy, Accuracy in Academe y otras organizaciones poderosas. Su enfoque a largo plazo comenzó a dar frutos en la década de 1980, en coordinación con la filosofía del “negocio de manos libres” de la Administración Reagan.

Memorando confidencial: ataque al sistema americano de libre empresa

23 de agosto, 1971
Para: Eugene Sydnor, Jr., director de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos.
De: Lewis Powell 23/8/1971

Este memorando es presentado a su petición como base de discusión. Su propósito es identificar el problema y sugerir caminos de actuación para consideración futura.

Dimensión del ataque

Ninguna persona con capacidad de reflexión de los Estados Unidos puede cuestionar que el sistema económico de los Estados Unidos se encuentra sometido a fuertes ataques que varían en alcance, en intensidad, en las técnicas empleadas y en el nivel de visibilidad.

Siempre ha habido personas que se han opuesto al sistema americano, prefiriendo el socialismo u otras formas de estatismo (comunismo o socialismo). De la misma forma, ha habido críticos del sistema cuyo criticismo ha sido sano y constructivo en la medida en que su objetivo era mejorar el sistema en lugar de subvertirlo o destruirlo.

Pero lo que ahora nos preocupa es una novedad en la historia de los Estados Unidos. No estamos tratando con ataques esporádicos o aislados de unos pocos extremistas o incluso de la minoría socialista. Por el contrario, el ataque al sistema de empresa se produce de forma amplia y consistente. Está adquiriendo fuerza y conversos.

Orígenes del ataque

Los orígenes son variados y difusos. Incluyen, por supuesto, a los comunistas, la Nueva Izquierda y otros revolucionarios que querrían destruir el sistema entero, tanto político como económico. Estos extremistas de la izquierda son mucho más numerosos, mejor financiados y son cada vez más bienvenidos y alentados por otros elementos de la sociedad como nunca antes en la historia. Pero siguen siendo una pequeña minoría, y no son ahora la causa principal de preocupación.

Las voces más inquietantes que forman parte del coro de críticas proceden de elementos muy respetables de la sociedad.

  • De los campus universitarios,
  • Los púlpitos,
  • Los medios,
  • Las revistas intelectuales y literarias,
  • Las artes y las ciencias,
  • Los políticos

En la mayoría de estos grupos el movimiento contra el sistema está formado sólo por minorías. Sin embargo, muy a menudo son las mejor articuladas, las más ruidosas y las más prolíficas en su hablar y escribir.

Además, muchos medios de comunicación (por varios motivos y en distintos grados) o bien otorgan publicidad por voluntad propia a estos “atacantes” o, como mínimo, permiten que éstos utilicen los medios para sus propósitos. Esto es especialmente cierto en la televisión, que juega ahora un papel preponderante en la conformación del pensamiento, las actitudes y las emociones de nuestra gente.

Una de las desconcertantes paradojas de nuestro tiempo es la amplitud con que nuestro sistema tolera, o incluso participa, en su propia destrucción.

Los campus universitarios de donde emana la mayor parte de la crítica son soportados por i) impuestos ampliamente generados por las empresas estadounidenses y ii) contribuciones de fondos de capital controlados o generados por empresas estadounidenses. Los claustros de las universidades están compuestos abrumadoramente por hombres y mujeres que son líderes en el sistema.

La mayor parte de los medios, incluyendo la red de televisión, pertenece y es teóricamente controlada por empresas que dependen de los beneficios y del sistema de empresa para su supervivencia.

Tono del ataque

Las citas que siguen son suficientes para proporcionar una idea general:

William Kunstler, calurosamente acogido en los campus y mencionado en una reciente encuesta entre estudiantes como “el abogado estadounidense más admirado” incita a su audiencia de la siguiente forma:

“Tienen que aprender a luchar en las calles, a rebelaros, a disparar con pistolas. Aprenderemos a hacer todo aquello que temen los detentadores de la propiedad”. Los nuevos izquierdistas que atendieron los consejos de Kunstler están comenzando a actuar no solo contra oficinas de reclutamiento militar o fabricantes de munición, sino contra una diversidad de empresas: “Desde febrero de 1970, sucursales del Bank of America han sido atacadas 39 veces, 22 veces con artefactos explosivos y 17 con bombas incendiarias”. Aunque los portavoces de la Nueva Izquierda están consiguiendo radicalizar a miles de jóvenes, la preocupación principal es la hostilidad de liberales y reformadores sociales respetables. Es la suma total de su visión e influencia lo que de verdad puede debilitar o destruir el sistema.

Steward Alsop escribe una descripción aterradora de lo que se está enseñando en muchas de nuestras universidades:

“Yale, como todas las universidades más importantes, está graduando a numerosos jóvenes que practican la ‘política de la desesperación’. Estos chicos desprecian profundamente nuestro sistema político y económico… [sus] mentes parecen ser totalmente cerradas. No viven mediante el debate racional sino a través de eslóganes sin sentido”. Una encuesta reciente entre estudiantes de doce universidades representativas señaló que “casi la mitad de los estudiantes estaban a favor de la socialización de las industrias básicas”.

Un catedrático inglés, visitante en el Rockford College, impartió una serie de conferencias tituladas “La guerra ideológica contra la sociedad occidental”, en la que documentó la amplitud con la que los miembros de la comunidad intelectual están prosiguiendo la guerra ideológica contra el sistema de empresa y los valores de la sociedad occidental.

En un prolegómeno de estas conferencias, el famoso doctor Milton Friedman de Chicago advirtió: “Está meridianamente claro que los fundamentos de nuestra sociedad están siendo sujetos a un amplio y poderoso ataque no por comunistas ni ninguna otra conspiración, sino por individuos descarriados repitiéndose las mismas cosas como loros sin ser conscientes de que están favoreciendo objetivos que nunca promoverían intencionadamente”.

Tal vez el principal antagonista del sistema estadounidense sea Ralf Neider, quien, gracias en gran parte a los medios de comunicación, se ha convertido en una leyenda de su propio tiempo y en un ídolo de millones de americanos. Un artículo reciente en la revista Fortune describe a Naider en los siguientes términos:

“La pasión que lo posee —y él es un hombre apasionado— se orienta a destruir el objetivo de su odio, que es el poder empresarial. Piensa, y dice sin rodeos, que muchos ejecutivos de empresa deberían ser encarcelados por defraudar a los consumidores con mercancías mezquinas, por envenenar los productos alimenticios con aditivos químicos y fabricar a sabiendas productos inseguros que mutilarán o matarán al comprador. Insiste en que no se refiere a ‘charlatanes de feria’, sino a los primeros ejecutivos de las grandes empresas”.

Los objetivos favoritos son actualmente propuestas sobre incentivos fiscales mediante cambios en las tasas de depreciación y los créditos a la inversión. Los medios se refieren a estas propuestas como ‘tax breaks’, lagunas o ‘beneficios fiscales’ para beneficio de las empresas. Como se pudo leer de un columnista del Washington Post, estas medidas fiscales beneficiarían “sólo a los ricos”, sin beneficiar a “los pobres”.

Es desalentador que muchos políticos presenten el mismo argumento de que las medidas impositivas de este tipo benefician solo a los “negocios”, sin beneficio para “los pobres”. El hecho de que esto sea una demagogia política o un analfabetismo económico es de poco consuelo. Esta configuración de los “ricos” contra los “pobres”, de los negocios contra la gente, es el tipo de política más barata y más peligrosa.

La apatía y ausencia del empresariado

¿Cuál ha sido la respuesta de la empresa a este masivo asalto contra los fundamentos de su economía, contra su filosofía, contra su derecho a gestionar sus propios asuntos y, en definitiva, contra su integridad?

La dolorosa y triste verdad es que, en gran medida, las empresas, incluyendo a sus directorios y los ejecutivos principales, de grandes y pequeñas empresas, a todos los niveles han respondido a menudo —cuando lo han hecho— contemporizando, con ineptitud e ignorando el problema.

Hay que reconocer honestamente que los hombres de empresa no han sido capacitados o equipados para conducir guerras de guerrillas contra quienes realizan propaganda contra el sistema y buscan insidiosa y constantemente sabotearlo. El papel tradicional de los ejecutivos de negocios ha sido gestionar, producir, vender, crear puestos de trabajo, hacer utilidades, aumentar el nivel de vida, ser líderes en sus comunidades, servir en consejos caritativos y educativos y, en general, ser buenos ciudadanos. Por cierto, han realizado esta tarea muy bien.

Pero han tenido poca voluntad de enfrentarse con sus críticos, y pocas habilidades para el debate intelectual y filosófico eficaz.

En una columna reciente del Wall Street Journal puede leerse: “Nota a General Motors: ¿por qué no defenderse?”. Aunque se dirigía a GM por su nombre, el aviso era una advertencia a todas las empresas. El columnista St. John decía:

“General Motors, como todas las empresas estadounidenses en general, tiene verdaderos problemas, porque las obviedades intelectuales han sido sustituidas por una sólida exposición intelectual de su punto de vista”. St. John se refería a la tendencia de los líderes empresariales al compromiso y al aplacamiento de los críticos. Citaba las concesiones con las que Nader vence a los gestores y hablaba de la visión falaz que muchos hombres de empresa tienen de sus críticos. Dibujaba un paralelismo con la equivocada táctica de muchos administradores universitarios: “Los gestores universitarios aprenden demasiado tarde que este tipo de contemporización sólo sirve para destruir la libertad de expresión, la libertad académica y la libertad de cátedra. Los rectores concedieron una demanda radical que fue seguida por un nuevo cultivo que pronto escaló hasta una demanda de declaración de rendición”.

No es preciso estar completamente de acuerdo con el análisis de St. John. Pero muchos observadores de la escena política estadounidense coinciden en que la esencia de su mensaje es sólida. Estando la empresa americana con verdaderos problemas, la respuesta al amplio abanico de críticos no ha sido eficaz, y ha incluido negociaciones; ha llegado el momento —de hecho, hace ya tiempo— de reunir la sabiduría, la creatividad y los recursos de las empresas en contra de quienes quieren destruirla.

La responsabilidad de los ejecutivos de empresas

¿Qué es lo que hay que hacer exactamente? Lo primero, lo más esencial —y un prerrequisito para una acción efectiva— es que los hombres de negocios confronten esta cuestión como una responsabilidad primaria de la gestión corporativa.

La necesidad primordial de darse cuenta de que el problema último es la propia supervivencia; supervivencia de lo que denominamos sistema de libre empresa, con todo lo que significa para el progreso de los Estados Unidos y la libertad de nuestra gente.

Ha pasado ya el momento en que el presidente de una gran empresa descarga su responsabilidad manteniendo simplemente un crecimiento satisfactorio de los beneficios, con la observancia de las responsabilidades empresariales y sociales. Para que nuestro sistema sobreviva, la alta dirección debe preocuparse también de proteger la sobrevivencia del sistema mismo. Esto implica mucho más que un mayor énfasis en “relaciones públicas” o “asuntos gubernamentales”, dos áreas en las que las empresas han invertido hasta ahora sumas sustanciales.

Un primer paso significativo para cada empresa podría ser la designación de un vicepresidente ejecutivo cuya responsabilidad fuera la de contrarrestar los ataques al sistema empresarial. El departamento de relaciones públicas podría ser uno de los fundamentos asignados a este ejecutivo, pero su responsabilidad debería abarcar algunas de las actividades a las que nos referiremos en este memorando. Su presupuesto y personal debe ser el adecuado para la tarea.

Posible rol de la Cámara de Comercio [de los gremios empresariales]

Pero la actividad independiente y la coordinación realizada por cada empresa, por importante que sea, no será suficiente. La fuerza reside en la organización, en la planificación cuidadosa e implementación a largo plazo, en la consistencia de la acción a lo largo de un número indefinido de años, en la escala de los recursos disponibles sólo mediante el esfuerzo conjunto y en el poder político disponible sólo a través de la unidad de acción y de las organizaciones nacionales.

Además, existe una comprensible renuencia por parte de cualquier corporación de exponerse demasiado y de hacerse excesivamente visible.

El papel de la Cámara de Comercio es pues vital. Otras organizaciones nacionales (especialmente los distintos grupos industriales y comerciales) deben unirse en el esfuerzo, pero ninguna organización parece estar tan bien situada como la Cámara. Disfruta de una posición estratégica, con buena reputación y un amplio soporte de las bases. También —y esto es de un mérito inconmensurable— existen centenares de Cámaras de Comercio locales que pueden jugar un papel de soporte vital.

Es apenas necesario señalar que antes de embarcarse en este tipo de programas, la Cámara debe estudiar y analizar posibles caminos de acción y actividades, sopesando los riesgos frente a la posible eficacia y viabilidad de cada una.

Los Campus Universitarios

El asalto al sistema de empresa no se montó en poco tiempo. Ha evolucionado gradualmente a lo largo de las pasadas dos décadas, apenas perceptible en sus orígenes y beneficiándose de un gradualismo que provocaba poca conciencia de la acción y mucho menos alguna reacción real.

Aunque los orígenes, las fuentes y las causas son complejas y están interrelacionadas, y obviamente es difícil identificarlas, hay razones para creer que las universidades son la fuente más dinámica. Las facultades de ciencias sociales suelen incluir miembros que no simpatizan con el sistema empresarial. Desde Herbert Marcuse, un marxista de la Universidad de California en San Diego, y socialistas convencidos, al liberal crítico ambivalente que encuentra más elementos de condena que de acuerdo. No hace falta que estos universitarios supongan una mayoría. Suelen ser personalmente atractivos y carismáticos, influyen en los profesores y su controversia atrae a los estudiantes. Son prolíficos escritores y conferenciantes, autores de muchos de los libros de texto y ejercen una enorme influencia —mucho más allá de su proporción numérica— sobre sus colegas y el conjunto del mundo académico.

Las facultades de ciencias sociales (ciencias políticas, económicas, sociólogos y muchos historiadores) tienden a ser liberales [*] incluso sin la presencia de izquierdistas. No se trata de criticismo per se, pues la necesidad del pensamiento liberal es esencial para un punto de vista equilibrado. El problema es que el equilibrio es conspicuo por su ausencia en muchas universidades, con relativamente pocos miembros de convicción conservadora o incluso moderada e, incluso, esos pocos, a menudo menos articulados y agresivos que sus colegas en campaña.

[*] Liberales: en su concepción estadounidense se refiere a quienes creen en la intervención del Estado para la creación de oportunidades e igualdad, contrariamente a los llamados conservadores, que abogan por la libertad individual y el libre mercado.

Esta situación se remonta a muchos años atrás y, con el desequilibrio que empeora gradualmente, se ha producido un enorme impacto en millones de estudiantes. En un artículo en Barron’s Weekly, buscando una respuesta a la desafección de tantos jóvenes hasta el punto de convertirse en revolucionarios, se dijo: “Porque fueron educados así”. O bien, como escribió el columnista Steward Alsop en referencia a su alma Mater: “Yale, como todas las universidades más importantes, está licenciando a muchos jóvenes brillantes… que desprecian el sistema político y económico estadounidense”.

A medida que estos “jóvenes brillantes” de las universidades de todo el país buscan oportunidades para cambiar el sistema al que les han enseñado a desconfiar —si no a despreciar— encuentran empleo en los centros de poder e influencia real de nuestro país, a saber: i) los medios de comunicación, especialmente la televisión; ii) el gobierno, como consultores a varios niveles; iii) en la política; iv) como conferenciantes y escritores; y v) en las facultades, a distintos niveles.

Muchos entran en el sistema de empresa —en negocios o en profesiones— y en la mayor parte de los casos descubren enseguida las falacias que les han enseñado. Pero aquellos que esquivan el centro del sistema permanecen a menudo en posiciones claves de influencia desde donde moldean la opinión pública y conforman, frecuentemente, la acción gubernamental. En muchas ocasiones, estos intelectuales acaban en agencias legislativas o departamentos gubernamentales con gran autoridad sobre el sistema en el que no creen.

Si el análisis anterior fuera aproximadamente cierto, una tarea prioritaria para las empresas —y organizaciones como la Cámara— es confrontar el origen de la hostilidad universitaria. Pocas cosas están más santificadas en la vida de los Estados Unidos que la libertad académica. Sería fatal atacar esto como principio. Pero si la libertad académica supone retener las cualidades de “apertura”, “honestidad” y “equilibrio” —que son esenciales por su significación intelectual— existe una gran oportunidad para la acción constructiva. La motivación de esta acción debe ser el restablecimiento de las mencionadas cualidades de la comunidad académica.

¿Qué se puede hacer con los campus?

La responsabilidad última sobre la integridad intelectual en el campus descansa en la administración y el cuerpo docente de las universidades. Per, organizaciones como la Cámara de Comercio puede ayudar y activar un cambio constructivo de muchas maneras, incluyendo lo siguientes:

Plantilla de académicos

La Cámara debe considerar el establecimiento de un equipo de académicos altamente calificados en las ciencias sociales que sí crean en el sistema. Debería incluir varios académicos de reputación nacional cuya firma fuera muy respetada, incluso cuando se está en desacuerdo con ella.

Plantilla de oradores

También debe promover un equipo de oradores de la más alta competencia. Estos pueden incluir a los académicos, y sin duda los que hablan para la Cámara tendrían que articular el producto de los académicos.

Oficina del Orador

Además del personal dedicado a tiempo completo, la Cámara debería tener una Oficina del Orador, que debería incluir a los defensores más capaces y eficaces procedentes de los niveles más altos del mundo empresarial estadounidense.

Evaluación de libros de texto

La plantilla de académicos (o, preferiblemente, un panel de académicos independientes) debería evaluar los libros de texto de ciencias sociales, especialmente en economía, ciencia política y sociología. Éste debería ser un programa permanente.

El objetivo de esta evaluación debería estar orientado a restaurar el equilibrio esencial para la libertad académica genuina. Esto incluiría la garantía de un trato justo y empírico de nuestro sistema de gobierno y de nuestro sistema empresarial, sus logros, su relación fundamental con los derechos y las libertades individuales, así como comparaciones con los sistemas socialista, fascista y comunista. La mayoría de los libros de texto existentes tienen algún tipo de comparaciones, pero muchas son superficiales, sesgadas e injustas.

Hemos visto como el movimiento de derechos civiles insiste en volver a escribir muchos de los libros de texto en nuestras universidades y escuelas. Los sindicatos también insisten en que los libros de texto sean justos con los puntos de vista del movimiento obrero. Otros grupos de presión ciudadana ​​no han dudado en revisar, analizar y criticar los libros de texto y los materiales didácticos. En una sociedad democrática, esto puede ser un proceso constructivo y debe considerarse como una ayuda para una auténtica libertad académica y no como una intromisión en ella.

Si los autores, editores y usuarios de libros de texto saben que van a ser sometidos —con honestidad, imparcialidad y rigor— a revisión y crítica por parte de eminentes académicos que creen en el sistema estadounidense, se puede confiar en un retorno a un equilibrio más racional.

Igualdad de tiempo en el campus

La Cámara debe insistir en la igualdad de oportunidades en el circuito de conferencias universitarias. El FBI publica cada año una lista de los discursos pronunciados en las universidades por comunistas declarados. En el año 1970, el número superaba los 100. Hubo, por supuesto, varios cientos de intervenciones de progresistas e izquierdistas que impulsan los tipos de puntos de vista indicados anteriormente en este memorándum. No hubo representación del mundo empresarial estadounidenses, o incluso de personas u organizaciones que defendieran públicamente el sistema estadounidense de gobierno y de empresa.

Cada campus tiene sus propios grupos formales e informales que invitan a oradores. Cada facultad de derecho hace lo mismo. Muchas universidades patrocinan oficialmente programas de conferencias y charlas. Todos conocemos la insuficiencia de la representación empresarial en estos programas.

Alguien dirá que se extenderán pocas invitaciones para los oradores de la Cámara. Sin duda, esto será cierto a menos que la Cámara insista agresivamente en el derecho a ser escuchada; a menos que insista, a todos los efectos, en la “igualdad de tiempo”. Las autoridades universitarias y la gran mayoría de los comités y de los grupos estudiantiles no vería con agrado que se les colocara en la posición de rechazar públicamente un foro con puntos de vista diversos, de hecho, esta es la excusa clásica para permitir que los comunistas hablen.

Los dos ingredientes esenciales son: (i) tener oradores atractivos, elocuentes y bien informados, y (ii) ejercer el grado de presión —pública y privada— que sea necesario para asegurar las oportunidades de hablar. El objetivo debe ser siempre informar y educar, y no sólo hacer propaganda.

Equilibrio entre el profesorado

Tal vez el problema más importante es el desequilibrio en el profesorado de muchas universidades. Su corrección es, en efecto, un proyecto difícil y a largo plazo. Sin embargo, debe llevarse a cabo como parte de un programa global. Esto significaría insistir a los gestores y los consejos de administración de las universidades en la necesidad del equilibrio del profesorado.

Los métodos a emplear requieren una profunda reflexión, y hay que evitar las trampas evidentes. La presión indebida sería contraproducente. Pero los conceptos básicos de equilibrio, justicia y verdad son difíciles de resistir, si se presentan adecuadamente a los consejos de administración, por escrito y oralmente, así como a través de llamamientos a las asociaciones y grupos de ex alumnos.

Este es un camino largo y no es para pusilánimes. Pero si se persigue con integridad y convicción podría conducir a un fortalecimiento tanto de la libertad académica en el campus como de los valores que han hecho de Estados Unidos la más productiva de todas las sociedades.

Escuelas de graduados de negocios

Los gremios empresariales deberían disfrutar de un especial entendimiento con las cada vez más influyentes escuelas de negocios. Mucho de lo que se ha propuesto más arriba también vale para dichas escuelas. ¿No debería solicitarse también cursos específicos en dichas escuelas que se ocupen de la cuestión abordada en este memorándum? Esto es ahora formación esencial para los ejecutivos del futuro.

Educación secundaria

Aunque la primera prioridad debería ser a nivel universitario, las tendencias mencionadas anteriormente son cada vez más evidentes en las escuelas secundarias. Deberían tenerse en cuenta programas de acción, adaptados para las escuelas secundarias y similares a los mencionados. Su puesta en práctica podría convertirse en un importante programa para las cámaras de comercio locales, aunque el control y la dirección —especialmente, el control de calidad— debería conservarlos la Cámara nacional.

¿Qué puede hacerse con la ciudadanía?

Alcanzar el campus y las escuelas secundarias es vital para el largo plazo. Llegar a la ciudadanía en general, puede ser más importante en el corto plazo. El primer elemento esencial es establecer equipos de académicos, escritores y oradores eminentes, que piensen, analicen, escriban y hablen en público. También será esencial contar con personal que se haya familiarizado con los medios y con el modo más eficaz de comunicarse con la ciudadanía. Entre los medios más obvios hay los siguientes:

Televisión

Las cadenas de televisión nacionales deberían ser observadas minuciosamente de la misma manera que los libros de texto deberían mantenerse bajo vigilancia constante. Esto vale no sólo para a los llamados programas educativos, sino también para los “análisis de actualidad” diarios, que tan a menudo incluyen la clase más insidiosa de críticas al sistema empresarial. Tanto si esa crítica proviene de la hostilidad como si es resultado de la ignorancia económica, el resultado es la erosión gradual de la confianza en el “mundo de los negocios” y la libre empresa.

Para ser eficaz, este seguimiento requeriría una constante inspección de textos de muestras adecuadas de programas televisivos. Las quejas a los medios de comunicación deben hacerse inmediata y enérgicamente cuando los programas sean injustos o inexactos.

Se debe exigir igualdad de tiempo cuando sea oportuno. Debería hacerse el esfuerzo de conseguir que los programas tipo foro ofrezcan al menos tantas oportunidades de participación a los partidarios del sistema americano como a sus detractores.

Otros medios de comunicación

La radio y la prensa escrita también son importantes, y todos los medios disponibles deberían ser utilizados para desafiar y refutar los ataques injustos, así como para presentar la argumentación afirmativa a través de estos medios de comunicación.

Las revistas científicas

Es especialmente importante que el “profesorado erudito” de los gremios empresariales publique. Una de las claves del éxito de los profesores progresistas y de izquierda ha sido su pasión por la “publicación” y las “conferencias”. Entre los académicos de los gremios debe existir una pasión similar.

Se pueden diseñar incentivos para inducir más “publicaciones” entre los académicos independientes que sí creen en el sistema.

Debería haber un flujo bastante constante de artículos académicos presentados a un amplio espectro de revistas y publicaciones periódicas, que van desde las revistas populares hasta las más intelectuales, así como las diversas revistas profesionales.

Libros, libros de bolsillo y folletos

Los quioscos —en los aeropuertos, farmacias y otros lugares— están llenos de libros de bolsillo y panfletos que defienden de todo, desde la revolución hasta el amor libre y erótico. Uno casi no encuentra ningún panfleto atractivo y bien escrito que esté “de nuestro lado”. Será difícil competir con un Eldridge Cleaver o incluso un Charles Reich por la atención del lector, pero a menos que se haga el esfuerzo —en una escala lo suficientemente grande y con la imaginación apropiada para asegurar cierto éxito— esta oportunidad para educar a la ciudadanía estará irremediablemente perdida.

Anuncios pagados

El mundo de los negocios paga a los medios de comunicación cientos de millones de dólares en publicidad. La mayor parte de este gasto apoya a productos específicos, buena parte apoya la creación de imagen institucional, y una fracción de la misma apoya al sistema. Pero esto último ha sido más o menos tangencial, y rara vez ha formado parte de un gran y sostenido esfuerzo para informar y educar al pueblo estadounidense. Si las empresas estadounidenses dedicaran el 10% de su presupuesto anual de publicidad a este objetivo general, sería un gasto propio de estadistas.

El descuidado terreno político

En el análisis final, la recompensa es lo que hace el gobierno. El mundo empresarial ha sido el chivo expiatorio favorito de muchos políticos durante muchos años. Pero quizás la mejor medida de lo lejos que se ha llegado se encuentra en los puntos de vista anti-empresariales que están expresando en estos momentos varios de los principales candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos.

La doctrina marxista sigue afirmando que los países “capitalistas” están controlados por las grandes empresas. Esta doctrina, que es una parte consistente de la propaganda izquierdista en todo el mundo, cuenta con una amplia audiencia entre los estadounidenses.

Sin embargo, como todos los ejecutivos de negocios saben, hay pocos elementos de la sociedad estadounidense de hoy en día que tengan tan poca influencia en el gobierno norteamericano como el hombre de negocios estadounidense, las sociedades anónimas, o incluso los millones de accionistas de las sociedades anónimas. Si alguien lo duda, permítanle asumir el papel de ‘lobista’ del punto de vista empresarial ante los comités del Congreso. Lo mismo ocurre en las cámaras legislativas de la mayoría de los estados y ciudades importantes. No es exagerado afirmar que, en términos de influencia política con respecto al curso de la legislación y la acción del gobierno, el ejecutivo de negocios norteamericano es un auténtico “hombre olvidado”.

Ejemplos actuales de la impotencia de los negocios y del casi desprecio con el que se consideran las opiniones de hombres de negocios, son las estampidas de los políticos para apoyar casi toda legislación relacionada con el “consumismo” o el “medio ambiente”.

Los políticos reflejan lo que ellos creen que es la opinión de la mayoría de sus electores. Por lo tanto, es evidente que la mayoría de los políticos están calculando que la ciudadanía tiene poca simpatía por el empresario o su punto de vista.

Los programas educativos propuestos anteriormente estarían diseñados para educar al pensamiento público; no tanto sobre el empresario y su papel individual como sobre el sistema que administra, y que suministra los bienes, servicios y puestos de trabajo de los que nuestro país depende.

Pero no se debe posponer la acción política más directa, esperando que el cambio gradual de la opinión pública se efectúe a través de la educación y la información. El mundo empresarial debe aprender una lección aprendida hace mucho tiempo por los trabajadores y otros grupos de presión. La lección es que el poder político es necesario; que ese poder debe ser cultivado con perseverancia, y que, cuando sea necesario, se debe usar con agresividad y determinación –sin vergüenza y sin la renuencia que ha sido tan característica del mundo empresarial estadounidense.

Por desagradable que le pueda resultar a los gremios empresariales, deberían considerar asumir un papel en el terreno político más amplio y vigoroso.

Oportunidades desaprovechadas en los tribunales

Los negocios estadounidenses y el sistema de empresa se ​​han visto tan afectados por los tribunales como por el ejecutivo y el legislativo. En nuestro sistema constitucional, especialmente con un Tribunal Supremo de mentalidad activista, la judicatura puede ser el instrumento más importante para el cambio social, económico y político.

Habiendo reconocido esto, otras organizaciones y grupos han sido mucho más astutos que los negocios estadounidenses en la explotación de la acción judicial. Tal vez los explotadores más activos del sistema judicial han sido los grupos que, en orientación política, van desde “liberal” hasta la extrema izquierda.

La American Civil Liberties Union es un ejemplo. Inicia o interviene en decenas de casos cada año, y presenta numerosos amicus curiae ante el Tribunal Supremo de Justicia. Los sindicatos, grupos de derechos civiles y ahora los bufetes de abogados de interés público son sumamente activos en el ámbito judicial. Su éxito, a menudo a expensas de la empresa privada, no ha sido intrascendente.

Se trata de una vasta área de oportunidad si los gremios están dispuestos a asumir el papel de portavoz de las empresas estadounidenses y si, a su vez, las empresas están dispuestas a proporcionar los fondos.

Al igual que con respecto a los académicos y los oradores, los gremios necesitarían una planta de abogados sumamente competentes. En situaciones especiales debería estar autorizada para contratar a abogados de reconocido prestigio y reputación nacional que comparecieran como amicus curiae ante el Tribunal Supremo. En la selección de los casos en los que participar o en los pleitos a iniciar, se debería ejercer el mayor cuidado posible. Pero la oportunidad bien merece el esfuerzo necesario.

El descuidado poder de los accionistas

El ciudadano promedio piensa en “los negocios” como una entidad corporativa e impersonal, propiedad de los muy ricos y gestionada por ejecutivos excesivamente remunerados. Hay un fracaso casi absoluto para apreciar que “los negocios” en realidad abarca —en una forma u otra— a la mayoría de los estadounidenses. Aquellos que trabajan en empresas privadas constituyen un sector bastante obvio. Pero los 20 millones de accionistas —que en su mayoría son de escasos recursos— son los verdaderos dueños, los auténticos empresarios, los verdaderos capitalistas en nuestro sistema. Ellos suministran el capital que alimenta el sistema económico que ha producido el mayor nivel de vida en toda la historia. Sin embargo, los accionistas han sido tan ineficaces como los ejecutivos de empresas en la promoción de una verdadera comprensión de nuestro sistema o en el ejercicio de la influencia política.

La cuestión que merece un examen más completo es cómo se puede movilizar el peso y la influencia de los accionistas —20 millones de votantes— para apoyar (i) un programa educativo y (ii) un programa de acción política.

Las sociedades anónimas están ahora obligadas a elaborar numerosos informes para los accionistas. Muchas sociedades anónimas también tienen revistas caras de “noticias” destinadas a empleados y accionistas. Estas oportunidades de comunicación se pueden utilizar con mucha más eficacia como medios educativos.

La sociedad anónima como tal debe actuar con moderación en la realización de la acción política y debe, por supuesto, cumplir con las leyes pertinentes. ¿Pero acaso no es factible —a través de una filial de los gremios o de otra manera— establecer una organización nacional de los accionistas norteamericanos y darle suficiente fuerza como para ser influyente?

Una actitud más agresiva

Los intereses empresariales —especialmente los de las grandes empresas y sus gremios nacionales— han tratado de mantener un perfil bajo, especialmente con respecto a la acción política.

Como sugiere el artículo de The Wall Street Journal, ha sido bastante característico del hombre de negocios promedio el ser tolerante —por lo menos, en público— con los que atacan a su empresa y al sistema. Muy pocos empresarios u organizaciones empresariales responden con la misma moneda. Ha habido una disposición a la contemporización, a considerar que la oposición estaba dispuesta a hacer concesiones, o que, de forma igualmente probable, esta oposición se desvanecería en su debido tiempo.

El mundo de los negocios ha esquivado la política de la confrontación. Comprensiblemente, ha sido ahuyentado de esta política por la multiplicidad de “exigencias” innegociables formuladas constantemente por grupos de interés de todo tipo.

Si bien ni los intereses de empresas responsables, ni los de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos, se involucrarían en las tácticas irresponsables de algunos grupos de presión, es esencial que los portavoces del sistema de libre empresa —a todos los niveles y a cada oportunidad— sean mucho más agresivos que en el pasado.

No debería haber ninguna vacilación en atacar a los Naders, los Marcuses y otros que persiguen abiertamente la destrucción del sistema. No debería haber el menor titubeo para presionar con fuerza en todos los ámbitos políticos para que se apoye al sistema empresarial. Tampoco debería haber renuencia en sancionar políticamente a quienes se le oponen.

En este sentido se pueden aprender lecciones de los sindicatos. Puede que, a los empresarios, el jefe de la AFL-CIO [la principal organización sindical estadounidense] no les resulte el ciudadano más modélico y más preocupado por el interés general del país. Sin embargo, durante muchos años, los jefes de las organizaciones sindicales nacionales han hecho el trabajo por el que se les paga de manera muy eficaz. Quizás no hayan sido muy queridos, pero han sido respetados —donde más cuenta— por los políticos, en los campus y en los medios de comunicación.

Es hora de que el sector empresarial estadounidense —que ha demostrado la mayor capacidad de toda la historia para producir y para influir en las decisiones del consumidor— aplique enérgicamente sus grandes talentos en la preservación del sistema mismo.

El costo

Si se realiza a largo plazo y con el personal adecuado, el tipo de programa descrito más arriba (que incluye una amplia combinación basada en la educación y la acción política) requeriría un apoyo financiero de las grandes empresas estadounidenses mucho más generoso que el que la Cámara haya recibido jamás. También requeriría la participación de una gestión de alto nivel en los asuntos de la Cámara.

La planilla de la Cámara tendría que aumentarse significativamente, estableciendo y manteniendo la más alta calidad. Los salarios tendrían que estar en niveles totalmente comparables a los que se pagan a ejecutivos de negocios clave y a los académicos más prestigiosos. Habría que reclutar a profesionales de gran talento en la publicidad y en el trabajo con los medios de comunicación, oradores, abogados y otros especialistas.

Es posible que la organización de la propia Cámara se beneficiaría de la reestructuración. Por ejemplo, tal como sugiere la experiencia sindical, el cargo de presidente de la Cámara podría ser un puesto de carrera profesional a tiempo completo. Para asegurar la máxima eficacia y continuidad, el director ejecutivo de la Cámara no se debería cambiar cada año. Las funciones que ahora desempeña en gran parte el presidente de la Cámara podrían ser transferidas a un presidente de la Junta directiva, elegido anualmente por los miembros. La Junta, por supuesto, seguiría ejerciendo el control político.

El control de calidad es esencial

Los ingredientes esenciales de todo el programa deben ser la responsabilidad y el “control de calidad”. Las publicaciones, los artículos, los discursos, los programas de los medios de comunicación, la publicidad, los informes presentados ante los tribunales, y las intervenciones ante los comités legislativos —todos deben cumplir con los estándares más exigentes de precisión y excelencia profesional—. Deben merecer el respeto por su nivel de erudición y responsabilidad pública, esté uno de acuerdo con los puntos de vista expresados o no.

Relación con la libertad

La amenaza para el sistema empresarial no es simplemente una cuestión de economía. También es una amenaza a la libertad individual. Esta es la gran verdad —ahora tan sumergida por la retórica de la Nueva Izquierda y de muchos liberales— que debe ser reafirmada si este programa quiere ser relevante.

Parece que hay poca conciencia de que las únicas alternativas a la libre empresa son diversos grados de regulación burocrática de la libertad individual —desde el socialismo moderado hasta el talón de hierro de la dictadura de izquierda o de derecha—. Nosotros, en Estados Unidos, en realidad ya nos hemos acercado mucho hacia algunos aspectos del socialismo de Estado, ya que las necesidades y complejidades de una vasta sociedad urbana exigen tipos de regulación y control, que eran bastante innecesarios en tiempos anteriores. En algunos ámbitos, dicha regulación y control ya ha perjudicado gravemente la libertad de las empresas y de la mano de obra, y, de hecho, de la ciudadanía en general. Pero la mayoría de las libertades esenciales se mantienen: la propiedad privada, el beneficio privado, los sindicatos, la negociación colectiva, la elección del consumidor y una economía de mercado en la que la competencia determina en gran medida el precio, la calidad y la variedad de los bienes y servicios prestados a los consumidores.

Además del ataque ideológico contra el propio sistema (examinado en el presente memorándum), sus esencias también se ven amenazadas por una tributación injusta, y —más recientemente— por una inflación que ha parecido incontrolable. Pero cualesquiera que sean las causas de la disminución de la libertad económica, la verdad es que la libertad como concepto es indivisible. Como demuestra la experiencia de los países socialistas y totali tarios, a la contracción y la negación de la libertad económica les siguen inevitablemente las restricciones gubernamentales sobre otros derechos preciados. Éste es el mensaje, por encima de todos los demás, que debe llevarse de vuelta a casa para el pueblo estadounidense.

Conclusión

Casi no es necesario decir que las opiniones expresadas anteriormente son provisionales y provocativas. El primer paso debe ser un estudio exhaustivo. Pero esto sería un ejercicio ocioso a menos que el Consejo de Administración de la Cámara acepte la premisa fundamental de este trabajo, es decir, que el mundo de los negocios y el sistema empresarial están en serios problemas, y que el tiempo apremia.

Notas a pie de página (de Powell)

  1. Llamado de varias maneras: el “sistema de libre empresa”, “capitalismo” y el “sistema de ganancias”. El sistema político estadounidense de democracia bajo el imperio de la ley también está siendo atacado, a menudo por los mismos individuos y organizaciones que buscan socavar el sistema empresarial.
  2. Richmond News Leader, 8 de junio de 1970. Columna de William F. Buckley, Jr.
  3. Artículo N.Y. Times Service, reimpreso del Richmond Times-Dispatch, 17 de mayo de 1971.
  4. Stewart Alsop, Yale y el peligro mortal, Newsweek, 18 de mayo de 1970.
  5. Editorial, Richmond Times-Dispatch, 7 de julio de 1971.
  6. Dr. Milton Friedman, Prof. of Economics, U. de Chicago, escribiendo&



Las izquierdas complotan contra los trabajadores del campo

A propósito de la reciente discusión acontecida en el plano político acerca de la ampliación de la Ley de Promoción Agraria por 10 años más, consideramos oportuno republicar el siguiente artículo que realizó una crítica a los esfuerzos provenientes de la izquierda política el año pasado para eliminar dicho régimen laboral, responsable del extraordinario desarrollo de las agroexportaciones.

¿Cómo puede entenderse que los representantes de las izquierdas y afines, así como representantes de alto nivel del gobierno, propongan una norma que produciría una disminución sustancial del empleo formal rural?

Nuestras izquierdas tradicionales y sus desorientados socios en la política y en los medios, que privilegian la implantación de sus concepciones políticas anti desarrollo y anti modernidad, sobre cualquier otro objetivo, se preparan ahora para asestar un golpe definitivo al desarrollo de la población rural.

Esta vez, bajo el aparente comando del ministro de Trabajo, Christian Sánchez, y con la complicidad del diario La República, se pretende desnaturalizar uno de los sectores más pujantes de la economía, y que más beneficios ha traído al trabajador del campo, nuestra estrella de las agro-exportaciones.

El objetivo de la hipócrita campaña (hipócrita pues va en contra de los trabajadores más pobres, que supuestamente se pretende defender), es la eliminación del llamado Régimen Agrario. Algo que, más allá de malograr varias condiciones favorables a la revolución del agro peruano, eliminaría la posibilidad de mantener contratos laborales temporales para el sector.

La flexibilidad laboral en el campo es absolutamente necesaria para mantener la demanda de empleo formal en el sector agro-exportador, pues, la naturaleza de sus ciclos productivos demanda sustanciales variaciones del volumen de mano de obra durante el año. De eliminarse el régimen actual, no sería viable continuar con una serie de sembríos. El personal que se viene contratando para los períodos de cosecha, que son los de mayor demanda de empleo, tendría que pasarse a planillas de servicios permanentes, algo imposible de sustentar económicamente. Además, no se podría seguir incrementando la frontera agrícola en búsqueda de nueva producción y exportación.

Por lo tanto, la eliminación del régimen agrario supondría, desfavorecer nuevas inversiones, parar una buena parte de las operaciones actuales, y cortar la dinámica de empleo en el sector rural. Hablando claro, se perderían empleos en el campo, donde más se necesitan, empleos formales que cumplen con los mejores estándares laborales del mundo, comprobado así por las severas y minuciosas exigencias de los mercados globales.

Esto nos lleva a la pregunta inicial:

¿Cómo puede entenderse que los representantes de las izquierdas y afines, así como representantes de alto nivel del gobierno, propongan una norma que produciría una disminución sustancial del empleo formal rural?

Lampadia respondió esto hace buenos años. Resulta que el sustrato político de las izquierdas tradicionales es el ‘pos-extractivismo’. Una propuesta alocada que pretende llevar al país a un régimen de lo que llaman la ‘buena vida’, y que conlleva decisiones dramáticas sobre la orientación productiva y socio-económica del Perú.

El pos-extractivismo, plantea reducir nuestra producción de minerales, pescados, madera, y alimentos, entre otros, a un mínimo volumen que solo sirva para sobrevivir. El caso de los alimentos (que da sustento a la oposición al régimen agrario), es especialmente ridículo. Se pretende que no exportemos alimentos, o sea, no se necesitaría mantener un régimen promocional de la producción agrícola. Todo lo contrario, esa forma de pensar lleva a parar la agro-exportación.

Increíblemente, los supuestos defensores de los pobres pretenden que estos, que están mayormente concentrados en el área rural, se contenten con producir alimentos para el mercado local. O sea, en vez de producir para los inmensos mercados globales, que pagan muy buenos precios, en el secuestro del mercado interno, serían condenados a la pobreza eterna.

Ver en Lampadia más información sobre los absurdos planteamientos del pos-extractivismo:

 

Agroexportación: Una industria de clase mundial

Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento

Exigimos que se renuncie al ‘pos-extractivismo’

 

La agro-exportación es una de las mayores oportunidades de desarrollo del país:

  • Es una de las industrias de mayor valor agregado.
  • Intensiva en mano de obra en el área rural.
  • Crea encadenamientos productivos que demandan empleo indirecto e inducido.
  • Altamente tecnificada en todo su proceso productivo y logístico.
  • Lleva nuestras fabulosas frutas y hortalizas a los mercados más exigentes del mundo.
  • Pone en la mesa de los consumidores más ricos del mundo, frutas y hortalizas frescas, algo impensable hace pocos años.
  • Mantiene condiciones productivas, laborales y de gestión, del más alto nivel global, fijadas por los requerimientos de los compradores en el exterior.
  • Dado su alto valor relativo en los mercados globales, las agro-exportaciones sifonean recursos económicos de los bolsillos de los consumidores más ricos, a los sustentos de vida de los productores más pobres, como nuestros agricultores
  • Es un sector de alta productividad.

Veamos el privilegio del Perú, que hoy produce las mejores frutas y hortalizas del mundo, en comparación con los países dedicados a producciones masivas y mecanizadas, de alimentos commodities:

Como se ve en el cuadro, el Perú produce frutas y hortalizas de exportación en 180,000 hectáreas, prácticamente por el mismo valor de unos US$ 2,600 millones, que los productores de alimentos commodities en 2´570,000 hectáreas. Esa es la productividad de las agro-exportaciones peruanas. Así es como el Perú puede traer del exterior una gran riqueza, que como veremos luego, tiene impactos positivos múltiples, incluyendo especialmente una importante demande de empleo formal y de calidad, en los sectores más pobres del país.

Este desarrollo se da en competencia con otros países de la región, que también han dinamizado sus exportaciones agrícolas. En este espacio, el Perú tiene que cuidar su posicionamiento.

Veamos ahora algunos elementos de la información preparada por Apoyo Consultoría para AGAP y COMEXPERU: Impacto de la Ley de Promoción del Sector Agrario (Ley 27360).

1. Crecimiento de la producción

En los últimos cinco años, la exportación de uvas creció de US$ 368 millones a 652, la de paltas de US$ 136 millones a 581, la de arándanos de ‘cero’ a US$ 361 millones, etc., etc. Llegando a posicionarnos como uno de los mejores y mayores exportadores de frutas y hortalizas frescas.

2. Crecimiento del empleo

3. Evolución de la productividad

4. Formalización del empleo

5. Disminución de la pobreza

6. Crecimiento del número de exportadores

7. Evolución de las remuneraciones

8. Crecimiento de ingresos comparados

Del estudio se destacan además los siguientes elementos

  • Aumento de los salarios del sector agrario, estos han pasado de un promedio de S/ 658 en el 2004 a más de S/ 1,400 en el 2017.
  • Incremento del empleo asalariado de 19% de la PEA agrícola a 24%, y en la costa alcanza el 56%.
  • Inclusión de la mujer rural a la economía formal, incrementado en casi 8 veces la participación de la mujer en las actividades del sector.
  • El poder adquisitivo de los trabajadores ha crecido a un ritmo de 3.4% por año en promedio desde el 2004.
  • El desarrollo del sector agrario es un factor fundamental de la disminución de la pobreza en las zonas rurales.
  • La demanda laboral del sector depende del ciclo natural de las plantas, en época de cosecha la necesidad de contratación puede ser de 2 a 3 veces superior que las necesidades del resto del año.

Como ejemplo de los beneficios laborales desarrollados en el Perú rural, podemos ver los establecidos por una empresa representativa del sector:

La verdad es pues todo lo contrario de lo que se viene difundiendo desde el Ministerio de Trabajo, centrales sindicales, el diario La República, y por parte de los acólitos del pos-extractivismo.

Las agro-exportaciones son una de las joyas productivas desarrolladas por peruanos que hoy deslumbran al resto del planeta. Esperamos que el gobierno se informe mejor sobre esta realidad y ejerza su liderazgo en consecuencia. Lampadia




Se pretende destruir el régimen laboral agrario

Se pretende destruir el régimen laboral agrario

El Frente Amplio -FA, (que, dicho sea de paso, no es ni frente, ni amplio), acaba de poner en la mesa su proyecto para poner fin al régimen laboral agrario. Un proyecto que desde el primer día crearía más pobreza en el sector rural, el de mayores índices de pobreza del país.

Suena absurdo, ¿no? Que los izquierdistas, supuestos defensores de los pobres, se quiten la careta y se embarquen en semejante despropósito. Pero este no es un tiro al aire, un error, o algo mal explicado. Responde a un plan preconcebido de larga data, y que se lleva a cabo paulatinamente, en la medida que nuestro país se deja llevar de descuido en descuido. 

Hace tres años, Lampadia denunció el maléfico intento de TODAS las izquierdas y algunos centros de estudios, de llevar al Perú hacia el ‘Pos-Extractivismo’. Ver:

El ‘pos-extractivismo’ propone frenar el crecimiento, la producción y las exportaciones. Veamos:

  • Disminuir drásticamente el ritmo de crecimiento y evitar cualquier dependencia del exterior.
  • Dosificar los proyectos mineros en el tiempo para hacerlos compatibles con la política monetaria.
  • Construir una autarquía, lejos del resto del mundo.
  • Prohibición de actividades en cabeceras de cuenca.
  • Producir solo los alimentos que necesitamos consumir los peruanos.
  • Entre muchas otras barbaridades.
Ver:

Pues, en nuestro país de ‘desconcertadas gentes’, como decía nuestro Jorge Basadre, no se quiso mirar, analizar, y menos actuar. Ninguna institución gremial-empresarial, partido político, y grupo de estudio académico, se sumó a nuestra denuncia y a la toma de conciencia, de una amenaza que se ha dejado avanzar, con impactos muy negativos para el país, y que ahora se apresta a dar otro zarpazo a nuestro deseo de bienestar general.

Como explicamos en nuestros reiterados llamados, el pos-extractivismo plantea organizar nuestra economía para producir lo mínimo posible, solo aquello necesario para nuestra sobrevivencia. Lo menos posible de minerales, de madera, de peces, ¿alimentos? Solo los alimentos que podemos consumir en el Perú.

Esto último, ‘solo los alimentos que podemos consumir en el Perú’, es la propuesta más descarada frente a la situación de pobreza relativa de los agricultores, puesto que los resignamos a producir solo para el resto de los ciudadanos, los estaríamos condenando a la pobreza eterna.

Como un agricultor peruano decía hace algunos años: una persona solo puede comer un kilo por día. ¿Cómo puede entonces mejorar sus ingresos un agricultor peruano, si los 3 millones de agricultores tuvieran que abastecer solo a 27 millones de peruanos? Sus ingresos estarían limitados a un promedio de 9 consumidores o 9 kilos por agricultor. Pero si operamos en el mundo global y exportamos a mercados de unos 2,700 millones de personas o más, en teoría, cada agricultor podría abastecer más de 900 consumidores, 100 veces más. Ese es el potencial de este sector, y la única manera de enriquecer a nuestros campesinos.

Por lo tanto, podemos afirmar con toda la fuerza del mundo, que al pretender limitar la producción agrícola, la izquierda tradicional quiere condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna. Lampadia

¿Algunos se preguntan, qué le pasa a la gente del FA, esa facción de la izquierda liderada por el puño del expulsado-de-la-iglesia, Marco Arana? Pues que cada día, ellos y sus socios (Cooperacción de José de Echave, y varios estudiosos de Desco y otros), dan un paso más, empujando el Perú al pos-extractivismo.

Los proponentes del pos-extractivismo:

La cadena de acciones tendientes a implantar el ‘pos-extractivismo’

  • Primero fue el turno de la minería. En esencia parada desde el 2011.
  • Lo mismo sucedió con el sector energético.
  • Entronizaron las cabeceras de cuenca como posibles áreas intangibles.
  • También se debilitó el turismo, especialmente en Machupicchu. Podemos ver cómo ahora en Cusco crece la pobreza, cuando el departamento crecía a un ritmo chino:

  • Pues ahora le toca a la agricultura de exportación. Ese sector de la economía que alberga más de 750,000 trabajadores formales en el sector rural, que entre 2004 y 2015, bajó la pobreza de los trabajadores costeños de 57% a 20%, que, en el epicentro de las agro-exportaciones, en Ica, se tiene pleno empleo y el menor índice de pobreza del país.
  • Un sector de alto valor agregado, líder mundial en una industria muy sofisticada, que es capaz de llevar las mejores frutas y hortalizas del mundo, a los mercados más alejados y exigentes del planeta.
  • Se pretende destruir un sector de alta competitividad global, donde, por ejemplo, en 180,000 has producimos el mismo valor que otros países en 2´500,000 has. Ver el siguiente cuadro:

 

Es claro pues que a nuestras izquierdas no les importan los pobres ni el desarrollo del Perú. Es hora de reaccionar y de evitar que Arana y su comparsa nos sigan llevando de la nariz a la ilusa autarquía del pos-extractivismo.

Ahora queremos compartir un muy interesante análisis sobre la palta:

I. El curioso origen de la palta y su desarrollo en el Perú

La palta es uno de los productos más conocidos en Sudamérica. Es posible que la mayoría de personas jamás hayan pensado en el origen de esta fruta. Pero la plata ya no debería existir. Eras infinitamente más probable que la palta fuera estudiada como un fósil en el museo, en lugar de estar en nuestras casas. Pero la historia de su evolución es muy interesante.

El origen de la palta

La planta de aguacate alcanzó su primer desarrollo evolutivo al comienzo de la era Cenozoica. Esta fue una época interesante, cuando la megafauna aún paseaba por la tierra en abundancia. La palta evolucionó para ser atractiva como alimento para estos animales grandes, que se la comerían entera. Los gigantes viajarían distancias considerables y, por supuesto, finalmente necesitarían defecar. La semilla de la palta luego crecería en un nuevo lugar, proliferando así la especie. Esta fue la forma natural de supervivencia y propagación de la palta.

Entonces ocurrió una catástrofe para la palta. Los grandes mamíferos de la megafauna experimentaron un evento de extinción devastador hace unos 13,000 años. En ese momento, Norte América perdió el 68% de su megafauna del Pleistoceno, mientras que Sudamérica perdió el 80%. Después de que los mamíferos gigantes se extinguieron, la ley evolutiva normal establecería que la palta debería haberse extinguido. Sin el mecanismo de dispersión de semillas para el que habían evolucionado, la planta de la palta no tenía otra forma de dispersar sus semillas. Esta forma de dispersión de semillas rara vez funciona, ya que la semilla caería justo al lado de la planta original, momento en el que ambos competirían por los mismos recursos de luz y nutrientes, y eventualmente se ahogarían con uno o ambos. La palta aún requiere el mismo método de dispersión de semillas, lo que lo convierte en un anacronismo evolutivo.

Entonces, ¿cómo sobrevivió la palta? La respuesta es: nadie lo sabe. En lo que respecta a la ciencia, es un fracaso evolutivo. Y, sin embargo, aquí está en el mundo de hoy. Los roedores como las ardillas o los ratones pueden haber contribuido a la supervivencia de las paltas, pero esto no puede explicar la supervivencia de la especie en su totalidad.

Paltas en el Perú

La palta es una fruta muy importante para nuestro país, es considerada el ‘oro verde’ en las exportaciones peruanas, principalmente porque han logrado un crecimiento sostenido en los últimos años. Entre enero y diciembre del 2017, las exportaciones peruanas de palta fresca alcanzaron los US$ 577 millones, cifra 45% mayor a la reportada en el 2016.

 

“De esta manera, el Perú se posiciona como el segundo mayor exportador mundial de palta fresca (12% de participación), después de México (41% de participación) y por encima de Chile (10% de participación)”, destaca el Mincetur.

Compartimos con nuestros lectores un artículo de la BBC sobre la historia de la palta:

II. Cómo el aguacate pasó de ser “un anacronismo evolutivo” a conquistar el mundo

Guy Kelly
BBC 3, 1 abril 2018
Glosado por Lampadia

Los aguacates debían haber dejado de existir cuando desaparecieron los animales
grandes que podían comérselos, pero de alguna manera sobrevivieron

En estos días, una cosa parece cierta: los aguacates han conquistado lugares en los que hasta hace unas décadas ni siquiera habían oído hablar de ellos.

En instagram, una búsqueda ‘básica’ del #avocado (como se dice en inglés) actualmente arroja más de 7.5 millones de publicaciones. Y no todas son fotos de los aficionados a mostrar qué comen diariamente.

Hay cafés servidos dentro de las cáscaras de aguacate; juguetes tejidos con forma de aguacate; huevos de Pascua con temática de aguacate; aguacates en tarjetas de felicitaciones; y, más recientemente, imágenes de hombres en Estados Unidos que al proponerle matrimonio a las chicas usan aguacates como portadores del anillo.

Definitivamente, el humilde aguacate tiene a personas de todo el mundo bajo su hechizo.

En EE.UU., por ejemplo, el consumo anual de aguacate de una persona promedio ha aumentado de 0.5 kg en 1989 a más de 3 kg en 2016.

En Reino Unido, los aguacates tuvieron el tercer mayor crecimiento de ventas de cualquier artículo de abarrotes el año pasado, justo detrás de una marca de cerveza y una bebida energética.

El consumo de esta baya -efectivamente: botánicamente es una baya– es tan abundante que, en 2016, a los millenials australianos les recomendaron dejar de comprar tantos si querían tener dinero suficiente para comprar una propiedad.

¿Cómo llegó hasta aquí? Tracemos la historia de este discreto escalador social.

15,000 a.C.: ¿inmortales?

Getty Images Image caption: El tamaño de su semilla no permite que los
animales se la coman y la transporten en sus estómagos a otro lugar

Empecemos con una noticias sorprendente: los aguacates en realidad ya no deberían existir en absoluto.

Al igual que muchas plantas, la supervivencia del aguacate depende de que los animales coman todo su fruto, se vayan en otra dirección y luego defequen la semilla en un lugar nuevo.

Excepto… ¿has visto el tamaño de una semilla de aguacate?

Alguna vez hubo animales enormes, como mamuts y perezosos terrestres gigantes, que podían devorarlos a voluntad, pero todas esas criaturas se extinguieron hace unos 13,000 años, y no quedó nada lo suficientemente grande como para cumplir con esa labor.

Es lo que se conoce como un “anacronismo evolutivo“.

En resumen: nadie está seguro de cómo los aguacates lograron mantenerse vivos hasta que los humanos comenzaron a plantarlos.

10,000 a.C.: los primeros hípsters

Rebecca Hendin / BBC Three
Hípster: subcultura de jóvenes bohemios de clase media-alta que se establecen
por lo general en barrios que experimentan procesos de gentrificación

Los arqueólogos han encontrado evidencia de que había seres humanos que los consumían en América Central alrededor del año 10,000 antes de Cristo.

Los aguacates todavía se cultivan predominantemente en México, pero se pueden encontrar mucho más al sur, así como en el Caribe, California, y ahora Israel y el sur de Europa.

Ah, ¿y el nombre?

Se deriva de ‘āhuacatl‘, una palabra en el idioma náhuatl (hablado por los indígenas nahuas de México y El Salvador), que también significaba ‘testículo’. Encantador.

1696: gusto europeo

Rebecca Hendin / BBC Three
Vino, vio, lo probó y le gustó

Se dice que un conquistador español Fernández de Oviedo fue uno de los primeros europeos en probar un aguacate a principios del siglo XVI.

“En el centro de la fruta hay una semilla como una castaña pelada, y entre ésta y la corteza está la parte que se come, que es abundante, una pasta similar a la mantequilla y de muy buen gusto“, escribió en su brillante versión temprana de un blog de comida.

El primer registro escrito de la palabra “aguacate” en inglés fue de Hans Sloane. Lo hizo en un índice de plantas jamaiquinas de 1696.

1920: comienza una campaña de relaciones públicas

Rebecca Hendin / BBC Three
Al principio, en EEUU no gustó mucho, hasta que lo promocionaron
como el aristócrata de los ingredientes para ensaladas

A fines del siglo XIX, en California empezaron a plantar aguacates y los que llamaban los aguacates “pera de cocodrilo”.

Pero no se vendían.

Entonces, la Sociedad del Aguacate de California sacó avisos en las revistas The New Yorker y Vogue ensalzándolos como el “aristócrata de las frutas para ensaladas“.

Este fue el comienzo del aire ahora familiar de superioridad que tiene el aguacate en algunos países.

1968: ¿Qué demonios?

Getty Images Image caption
¿Peras de aguacate?

 

La famosa tienda Marks & Spencer afirma que introdujo los aguacates a los supermercados de Reino Unido en 1968, y los llamó “peras de aguacate”.

Pero los británicos no se mostraron muy interesados.

Además, el nombre los confundía: cuando una clienta se quejó pues lo había hervido y servido con crema inglesa como si fuera un postre, pues su nombre decía que era una pera.

M&S tuvo que empezar a venderlos con folletos explicando que eran para comerlos como ensalada.

1990: la estrategia ganadora

A principios de la década de 1990, los cultivadores de aguacate en California seguían buscando nuevas formas de comercializar su producto.

Decidieron apuntar al Super Bowl. Ver el fútbol americano, razonaron, iba de la mano con comer papas fritas con salsas, ¿y qué mejor salsa que el guacamole?

Getty Images

Distribuyeron muestras, ofrecieron recetas, y funcionó.

Hoy en día, los fanáticos del guacamole consumen más de 47 millones de kilos de aguacate cada año en el domingo del Super Bowl.

2010: dominación mundial

Con el aumento del guacamole, la gente comenzó a preguntarse qué otra cosa podía hacer con ellos.

En 2013, la actriz y vendedora de estilo de vida Gwyneth Paltrow convirtió ‘aguacatesobre pan tostado’ como uno de los componentes clave de su muy exitoso libro de cocina “It’s All Good“.

Getty Images Image caption
Quizás inventó el agua tibia pero para algunos fue toda
una revelación, y si la “receta” lleva el nombre de Paltrow…
 

El libro coincidió con el aumento de la tendencia de “comer sano”, un movimiento que podría decirse que comenzó con la adopción generalizada de un estilo de vida “californiano” –athleisure, jugos verdes, ensaladas- como lo muestran celebridades destacadas.

Las recetas de aguacate comenzaron a aparecer en todas partes, la mayoría de ellas citando sus cualidades de “súper alimento” (en particular, el hecho de que el 75% de la grasa en aguacates es no saturada, “buena grasa”) y su gran versatilidad como ingrediente.

Antes de darnos cuenta, los aguacates habían cautivado a los millennials conscientes de la salud.

Comenzaron a vender tan bien que el fenómeno de la ‘mano de aguacate’ se convirtió en una condición médica reconocida, aunque difícil de comprender para quienes vienen de países en donde el aguacate es local.

Pronto generaron un imperio de mercancías suaves y verdes, desde jarras de aguacate hasta una tienda de regalos en línea con temática de aguacate.

Getty Images Image caption
Francamente irresistible

La gran fiebre de aguacate no ha estado libre de consecuencias negativas.

Aunque no se suele mencionar a menudo, hay informes de cárteles de la droga que controlan el suministro de aguacate en América Central, así como afirmaciones de que el consumo de aguacate está alimentando la deforestación ilegal en México.

Video: http://www.bbc.com/mundo/noticias-43568590?SThisFB

Los productores de aguacate crearon esta policía para enfrentarse a los grupos criminales.

Además, los aguacatales son plantas sedientas: según la mayoría de las estimaciones, el cultivo de aguacate requiere al menos dos o tres veces más agua que el cultivo de papa.

No obstante, su carrera hacia la dominación global sigue avanzando en 2018.

En Asia se están tomando la economía de más rápido crecimiento del mundo: China importó 32,100 toneladas de aguacates el año pasado, que fue más de 1,000 veces el número de 2011.

Al parecer, el futuro es suave, verde e innegablemente bueno para la salud. El aguacate maduró ¡y está aprovechando su momento! Lampadia




Producción Intelectual Anti-minera

Producción Intelectual Anti-minera

Veamos cómo se construye la base estratégica de la conflictividad anti-minera.

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Las organizaciones anti-mineras tienen entre sus líneas de acción la generación y publicación de contenidos. A través de sus publicaciones estas organizaciones buscan posicionarse, frente a la sociedad, como “voces autorizadas”, como expertos para opinar sobre conflictividad social. Los contenidos también sirven como fundamento discursivo para la narrativa anti-minera. La ONG anti-minera CooperAccion es prolífica en la generación de esta clase de materiales. Un ejemplo ilustrativo de ello es el libro “Conviviendo con la Minería en el Sur Andino”.

Introducción

El libro “Conviviendo con la Minería en el Sur Andino [1], de César Flores et al y publicado por CooperAccion y OXFAM, ilustra la perspectiva que esas dos organizaciones tienen de los conflictos y las negociaciones vinculadas a los proyectos mineros. El libro presenta una interpretación de tres casos de conflicto en el sur peruano: Espinar, Cotabambas y Chamaca, para luego hacer generalizaciones antojadizas. 

Como investigación, el libro es precario, describe una versión incompleta y parcializada de los hechos. Las únicas perspectivas que se observan en el libro son de las organizaciones y líderes ligados a la conflictividad. A lo largo del texto no se observa ningún esfuerzo de los autores por conocer y presentar, en forma medianamente imparcial, la perspectiva de los actores favorables a la minería o de las empresas mineras. Los principios de la objetividad, como conocer las perspectivas, intereses y versiones particulares de los diversos actores, están completamente ausentes en todo el libro.

No se observa en el libro ningún reconocimiento de los impactos positivos de la minería en el desarrollo de las economías locales, ello a pesar de la abundante evidencia sobre el tema[2], ni en la calidad de vida de las poblaciones, ni siquiera alguna acción intencional de las empresas mineras orientadas hacia objetivos sociales positivos. Si algún hecho no negativo es detectado, el mismo es presentado como una estrategia de manipulación o como el resultado de un conflicto, es decir, como resultado de una exitosa presión del movimiento social y en contra de la voluntad de la empresa.

Los autores dicen defender la convivencia pacífica con la minería, pero lo que presentan es una narrativa hostil a las empresas mineras, seleccionando la información y los testimonios en forma sesgada, de manera a atribuir las causas de todos los problemas y conflictos sociales al “modelo de desarrollo de libre mercado” (p. 10) y a la cultura de relaciones sociales de las empresas mineras.

Curiosamente, el 5 de febrero pasado, el autor del libro comentado, César Flores, escribió un artículo en cooperaccion.org.pe: ¿Con qué rigurosidad técnica se analiza la conflictividad social minera en el Perú?, en el que critica la publicación de Lampadia: “Cómo se organizan los conflictos mineros”, afirmando: “Al respecto, consideramos que el documento publicado por Lampadia trasgrede estándares mínimos de rigurosidad analítica en el campo de las ciencias sociales al no incluir evidencia directa que sustente sus numerosas hipótesis y aseveraciones”.

Seguramente Flores se refiere a que, a diferencia de su libro, Lampadia no presenta interpretaciones parcializadas de casos específicos de conflictos, y más bien contribuye al análisis de los conflictos con un aporte conceptual. En el artículo dijimos:

En este texto pretendemos describir una visión que sea capaz de recoger la complejidad inherente a los conflictos sociales, pueda describir de manera precisa el rol de los antimineros en los mismos, y al mismo tiempo recoja la importancia del sistema de creencias locales frente al sector extractivo. Para ello haremos uso del concepto de SPIN (Acrónimo en inglés para redes integradas, segmentadas y poli-céntricas) aplicado por L.P. Gerlach a movimientos sociales ambientalistas en EEUU. (The structure of social movements: Environmental activism and its opponents. Networks and netwars: The future of terror, crime, and militancy, 289-310 – 2001).

El concepto del SPIN ayuda a entender el desarrollo de los conflictos anti-mineros, que, al no presentar evidencias de comandos centrales, generan dudas sobre su origen, diseño y despliegue; diluyendo, para los medios y la opinión pública, la percepción de las relaciones causa-efecto de los mismos.

Así es pues como los anti-mineros, y especialmente los disfuerzos editorials de Cooperacción van dejando sus nada rigurosos comentarios. Veamos otro ejemplo: recordemos su programa de formación de líderes comunitarios:

Algo alarmante de esta publicación, como anotamos en su momento, es que haya sido auspiciada por la Unión Europea y la Cooperación de España.

El marco interpretativo del libro de Flores

Según los autores, la existencia de la minería moderna y el modo de relacionamiento de las empresas mineras son las causas principales de los conflictos. En la narrativa presentada, ninguno de los actores de los conflictos, ni siquiera los promotores de la conflictividad, tiene motivaciones ideológicas o políticas, o intereses de busca de rentas. Para ellos, los conflictos nacen a causa de las amenazas que la minería moderna y la forma de hacer minería de las grandes mineras representan para el ambiente y para los derechos de la población local.

La razón de esta conflictividad fue la sostenida expansión de las inversiones en estos rubros [minería y petróleo] desde la década de 1990” (p. 11)

la imposición de un modo de hacer minería y relacionarse con su entorno puede mantener o acentuar el nivel de conflictividad experimentado en los últimos años” (p. 8).

Tipifican los conflictos en dos grandes categorías: de rechazo y de convivencia. Los conflictos calificados como “de rechazo” se ejemplifican en las acciones que paralizaron los proyectos Conga y Tía María. Ellos son conflictos agudos y con alta carga de violencia. Los conflictos eufemísticamente llamados “de convivencia” son en realidad conflictos de desgaste, con frecuentes episodios agudos, pero no tan masivos como los conflictos “de rechazo”. Los tres casos tratados en el libro corresponden a conflictos de desgaste.

CooperAccion apoya ambos tipos de conflictos, pero opera diferente en cada caso. Si falla en promover un conflicto “de rechazo”, pasará a promover uno de desgaste, aunque siempre tendrá como primera opción inviabilizar la existencia misma de los grandes proyectos mineros.

La actuación de CooperAccion no está incluida como parte de los hechos narrados en el libro, pero CooperAccion tiene una oficina en la zona, realiza una intensa actividad de formación de activistas y de difusión de materiales. Por la narrativa del libro se puede percibir que su apoyo a los conflictos es presentado y justificado como defensa de los derechos colectivos de las poblaciones: económicos, sociales, ambientales, culturales.

Para los conflictos de desgaste el libro plantea maximizar la capacidad de presión de los actores locales y dar protagonismo a las posturas extremas.

Para orientar la construcción de una institucionalidad local que dé sustento de la conflictividad, los autores han dedicado 41 páginas a una larga lista de recomendaciones bajo tres categorías también eufemísticas: (1) favorecer el diálogo, (2) favorecer el desarrollo, y (3) favorecer el funcionamiento de la mesa. En esas recomendaciones los autores describen el tipo de marco institucional que buscan promover.

La mayor parte de las 32 recomendaciones repiten lecciones ya conocidas de procesos de negociación y de planificación local: participación tripartita (estado, empresas y sociedad civil), planificar el proceso, combinar corto y largo plazos, informar a la población, aplicar criterios de priorización de proyectos, capacitar a los participantes, montar mecanismos de monitoreo de la ejecución, etc. Muchas de estas recomendaciones forman parte del paquete estándar de generación de condiciones para el dialogo.

Sin embargo, a esas lecciones ellos introducen elementos que apuntan a incrementar la capacidad de presión de los grupos conflictivos y a escalar la conflictividad. Por ejemplo:

  1. En su concepto de sociedad civil incluyen a los Frentes de Defensa, y otros tipos de organizaciones creadas por los grupos conflictivos para ampliar y legitimar su representación social y hablar a nombre de la población local (p. 37), sin haber sido elegidos, poniéndolos con un peso equivalente al de los representantes de sectores sociales, como las comunidades, comités de regantes, etc.
  2. Entienden el concepto de preparación de los participantes como una especie de adoctrinamiento en base a su narrativa hostil a la minería y a la economía de mercado y de entrenamiento en el uso de herramientas para la promoción del conflicto.[3]
  3. Presentar a las empresas mineras y el gobierno nacional como los únicos actores con responsabilidades en el proceso, y obligados a financiar la implementación de todos los temas traídos a la mesa (p. 186).
  4. Restringir la libertad de expresión de las empresas ante la población local para neutralizar los instrumentos de incidencia de las empresas sobre las comunidades y sus dirigentes y facilitar que los grupos conflictivos puedan propagar temores y rumores sin que nadie aclare a la población (p. 187). Para los autores la incidencia hacia la población por parte de las empresas mineras es manipulación, mientras que aquella realizada por los anti-mineros es empoderamiento a la población local. Así, su labor de adoctrinamiento se presenta como si fuera empoderamiento ciudadano.
  5. Dar a la conflictividad y a la presión social sobre las empresas mineras un carácter permanente, y estructurar una institucionalidad legitimada para realizar frecuentes campañas de movilización social en contra de las empresas (p. 192).
  6. Con el concepto de territorialidad ampliada buscan Incluir en forma creciente e ilimitada a organizaciones de otras zonas que no son áreas de influencia de la mina. Esos grupos externos son muchas veces los más inclinados a la conflictividad, para forzar a las empresas a incluirlos en los beneficios de la minería (p. 195, 198, 126) a pesar de no tener ninguna relación real con la actividad minera.

Comentarios finales

Aunque el libro está dedicado a tres casos específicos de conflicto y negociación, el lenguaje y tratamiento dado a los eventos, transmiten elementos importantes de su concepción sobre los conflictos y sobre su narrativa.

El libro ilustra bien un hecho: en el contexto rural peruano, donde haya actividades mineras, los conflictos sociales estarán presentes. Los autores del libro están muy claros sobre ese hecho, se proponen desempeñar un rol de promoción de dicha conflictividad, y han desarrollado una narrativa para justificar ese rol como si fuera de búsqueda de diálogo.

Los tres casos permiten ver que la lógica operativa de los grupos e instituciones promotoras de conflictos consiste en:

  1. Propagar temores y cultivar agravios en la población local.
  2. Estimular un conflicto social tan grande, como sea posible, tanto en radicalidad como en la extensión geográfica y social del conflicto.
  3. Promover Mesas de Diálogo, bajo condiciones de conflicto y usando metodologías que maximicen la capacidad de amenaza y presión sobre las empresas.
  4. Aprovechar las Mesas para renegociar condiciones anteriormente establecidas y consolidar un bloque social proclive a la conflictividad.
  5. Aprovechar conflictos específicos para cumplir objetivos nacionales de políticas públicas: leyes, marco institucional, procedimientos, etc. correspondientes a su ideología antiminera.
  6. Descalificar los puntos ganados mediante las negociaciones y presentar los puntos pendientes de las Mesas como agravios, para iniciar un nuevo ciclo del conflicto.

El marco institucional que CooperAccion promueve tiene por objetivo dinamizar y dar permanencia a la conflictividad, y asumir un papel protagónico en esos procesos.

En términos de estrategia general, se ha podido observar que, en los procesos de negociación, CooperAccion busca ampliar los grupos interesados en la conflictividad, canalizar sus exigencias en los espacios de negociación, incluyendo las propuestas extremas, y reclamar que los acuerdos sean de consenso. De esta manera buscan mover las decisiones hacia los planteamientos de los grupos más beligerantes.

Los conflictos en que se involucra CooperAccion buscan siempre desencadenar procesos que les permita renegociar dos elementos centrales: los EIA y los Convenio Marco. Es en torno a esos dos elementos que CooperAccion busca maximizar la renta disputada con los conflictos y con las negociaciones que les siguen.

Es común que CooperAccion inicie sus campañas de promoción de conflictos escribiendo un libro sobre el tema, como el que comentamos. Las entrevistas en los medios y las presentaciones múltiples del libro a diversas instituciones y actores son utilizadas para difundir su versión de los hechos y lograr apoyo para los conflictos que están promoviendo.

Usos del texto

El análisis de la lógica general de la narrativa del libro y de sus mensajes centrales sugiere que el texto fue escrito para ser un instrumento orientado hacia cinco objetivos:

  1. Posicionar a CooperAccion y OXFAM ante líderes de opinión, medios de comunicación, organismos de cooperación y el Estado peruano como organizaciones defensoras de la convivencia pacífica entre las empresas mineras y las sociedades locales, camuflando sus concepciones hostiles a la minería moderna[4] [5] y su práctica diaria de promoción de conflictos sociales.
  2. Colocar a CooperAccion como una referencia, con apariencia académica, en base a tres casos de conflicto social para su uso por periodistas, diseñadores de política y académicos interesados en el tema, entregando referencias parcializadas de los hechos y cargada de ideología.
  3. Descalificar éticamente a las empresas mineras, como organizaciones sin sentido de los valores sociales ni ambientales, y que buscan aprovecharse al máximo de los desequilibrios de poder en su relacionamiento con la población local.
  4. Utilizar el estudio como insumo para la elaboración de materiales de adoctrinamiento de nuevos activistas dedicados a la promoción de la conflictividad en la minería, y de voceros a ser utilizados por los medios de comunicación.
  5. Promover un marco institucional para la gestión de la conflictividad que favorezca la permanencia de los conflictos, la unificación de las demandas, el incremento de la presión sobre las Empresas Mineras, la legitimación social de posiciones extremas, y su propia capacidad de influencia sobre la evolución y el desenlace de dichos conflictos.

Sugerencia de acción cívica

La permanencia, sin respuesta, de la versión presentada en este libro por CooperAccion y OXFAM sobre los procesos de conflicto y negociación ocurridos en las tres experiencias descritas, es un factor permanente de distorsión de los hechos, de ocultamiento de los impactos positivos y reales de la minería sobre las economías y la calidad de vida de las poblaciones de las zonas alto-andinas, y de erosión de la imagen ética de las empresas mineras.

Sería conveniente que las empresas involucradas, el gremio minero y entidades de desarrollo de las regiones mineras elaboren versiones alternativas de los hechos referidos en el libro, que permitan a las autoridades, periodistas, estudiantes y personas interesadas en el desarrollo minero del país contar con una historia más objetiva de los procesos de conflicto y negociación que sucedieron en esos tres sitios mineros. Lampadia

[1] Texto disponible en: https://peru.oxfam.org/sites/peru.oxfam.org/files/file_attachments/Conviviendo%20con%20la%20mineria%20en%20el%20sur%20andino.pdf

[2] Una buena exposicion de los efectos sobre el desarrollo fue elaborada por Luis Carranza esta disponible en: http://iimp.org.pe/boletines/informes/Beneficios-macro-y-microeconomicos-de-la-mineria.pdf

[3] Los cursos de Cooperaccion para formacion lideres locales incluyen componentes de adoctrinamiento postextractivista.

[4] En caso de OXFAM su posicion frente a la mineria se visibiliza por su rol protegonico en la exitosa campaña en favor de la eliminacion de la mineria en El Salvador, campaña analisada en: http://www.lampadia.com/analisis/mineria/los-pos-extractivistas-cancelaron-la-mineria-en-el-salvador/

[5] Respecto a la postura antiminera de Cooperaccion la misma esta documentada en: http://www.lampadia.com/analisis/mineria/manual-de-formacion-de-lideres-anti-mineros/




¿Se están Agotando los Recursos Naturales?

¿Se están Agotando los Recursos Naturales?

Camilo Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

En 1968 Paul Ehrlich publicó “The Population Bomb” (La bomba de la población). Este libro marco un hito en el movimiento ambientalista. El texto fue un bestseller con amplias repercusiones. En el mismo se alertaba sobre las consecuencias de del crecimiento poblacional sobre la sostenibilidad ecológica y económica de la humanidad. Se especulaba que la humanidad se dirigiría en pocas décadas, hacia una época de mayor tasa de mortalidad, hambrunas y escases generalizada de materias primas.

Posteriormente, en 1972, se publicó “Los Limites del Crecimiento”, escrito por un equipo multidisciplinario de académicos de MIT y bajo los auspicios del Club de Roma.  Este estudio hace un uso de ‘system dynamics’ (dinámica industrial), para elaborar ecuaciones matemáticas y modelar la relación entre el crecimiento económico, uso de materias primas y polución ambiental. El libro indicaba que el crecimiento económico global era insostenible, y que solo un cambio en los paradigmas de progreso de la humanidad podría evitar la crisis. Este libro también fue un bestseller, llegando a venderse diez millones de copias y dio un aire cientificista a los ataques contra el crecimiento económico como ideal social.

Ambos textos se convirtieron en pilares del actual ecologismo ideologizado. Bridaron apariencia científica a una potente narrativa en la que el actual sistema económico y sus patrones de consumo nos llevarían inevitablemente a una crisis civilizatoria. Frente a ello, solo cambiando de manera radical el sistema económico de libre mercado y valores sociales, se podría evitar la terrible crisis. El pos-extractivismo, ideología que inspira a los anti-mineros locales se alimenta discursivamente de estas ideas surgidas en los años 60 y 70s. Las críticas de Robert Solow[i], premio Nobel de economía, y el fracaso ya evidente de las predicciones del estudio no ha afectado, en lo más mínimo, su uso por el pos-extractivismo.

La cadena lógica detrás de la idea de “crisis civilizatoria” se parece bastante al sentido común. El crecimiento económico requiere de recursos naturales, los recursos son finitos, por lo tanto, el crecimiento continuado llevará al agotamiento de los recursos naturales. Un cálculo comúnmente presentado consistía en señalar los años que en los cuales se agotarían determinadas materias primas al actual ritmo de consumo. En función de ello se especula que nos encontramos en los inicios de una catástrofe global.

La tabla que exhibimos líneas abajo[ii], muestra que al ritmo actual de consumo las actuales reservas de cobre representan 39 años de consumo y en caso se diera un crecimiento de 2% anual – un supuesto bastante conservador – del consumo, estas reservas serian equivalentes a 23 años de consumo. La tabla, delaño 2011, según el razonamiento mencionadoanteriormente,  lleva a asumir que para el año 2034 habríamos consumido la totalidad de las reservas mundiales de cobre, plata, estaño y zinc. De la misma manera en los años 60s y 70s se asumía que se habrían agotado los principales recursos minerales globales lo que llevaría, a pobreza, hambruna y a inevitables conflictos armados por el control de materias primas que serían cada vez más escasas. En estos conflictos, se especulaba los países desarrollados tecnológica y militarmente superiores, despojarían a los países subdesarrollados, de sus recursos naturales.

En “The Limits of Growth” se estimaba que para el año 1992 se habrían agotado las reservas de zinc, oro, gas natural, petróleo y cobre. Esta estimación se daba en función a los modelos matemáticos en los que se introducían variables tales como crecimiento económico y poblacional, reservas de materias primas y polución. Sin embargo, la realidad no coincidió con los pronósticos y se tienen más reservas de materias primas que nunca antes en la historia a pesar que el consumo de las mismas, nunca ha sido tan alto.

Contrariamente a estos estudios, las reservas conocidas de esos minerales no paran de crecer, a pesar de la profundización de la revolución industrial y de la globalización. Como se puede observar en la tabla siguiente[iii] las reservas globales de aluminio, cobre, plomo y zinc aumentan año tras año, a pesar de la creciente extracción de dichos minerales. ¿Cómo puede suceder algo así?

Para entender plenamente lo ocurrido y el profundo error al interior de las profecías catastrofistas, es necesario definir con claridad a que nos referimos por “reservas” de un determinado mineral. Las reservas de los minerales indicados, consisten de volúmenes de materiales, cuya extracción es económicamente factible, a un determinado nivel de precios. Esto es algo muy diferente de la cantidad de un determinado mineral presente en la superficie terrestre. Para que se identifique la presencia de minerales es necesario que se realice de manera previa un complejo y costoso esfuerzo de exploración. Esa inversión en prospección solo se hace si los precios la justifican.

Para que un yacimiento sea económicamente factible de explotación, es necesario que los precios del mineral sean lo suficientemente altos y que la tecnología genere una estructura de costos que permita operar rentablemente. Como se ve, las “reservas” no son tanto una realidad geológica, como consecuencias de variables económicas y tecnológicas, que cambian en el tiempo. El subsuelo de Europa y Norte América no es más rico que el de África. La diferencia estriba en que la superior calidad institucional de los miembros de la OCDE fomenta una mayor inversión en exploración, y con ello se descubren más reservas.

Las reservas disponibles se incrementan con una mayor inversión en exploración, precios internacionales más altos que hacen rentables explotar más yacimientos, y mejoras en la tecnología minera, que permite explotar yacimientos de menores leyes o incluso, materiales antes considerados como inertes. Se podría argumentar que el crecimiento continuo depende de una carrera entre la tecnología y el consumo, una carrera que, por ahora, está ganando la tecnología.

La siguiente grafica[v] nos señala la manera en que ha fluctuado el Índice Dow Jones – AIG de materias primas, entre 1934 y 2013. La caída de precios de las materias primas muestra que la tecnología está ganando la batalla. Ello ha sucedido a pesar de que en esos 79 años la población mundial pasó de 2 mil a 7 mil millones de habitantes y la economía creció aún más.

El crecimiento económico y poblacional no llevó a una escasez de materias primas. Por el contrario, la tendencia de largo plazo ha sido una expansión dela disponibilidad de materias primas. Una tendencia que se sustenta por tanto tiempo, no puede deberse a la suerte. Ello refleja un conjunto de factores estructurales respecto a cómo funciona el libre mercado y la globalización. La tecnología está superando el riesgo de la escasez.

Se hace necesario entender que fue lo que impidió que se cumplieran las profecías catastrofistas del ecologismo radical. Ciertamente si se hubiera mantenido constante el acceso a materias primas de los años 60s y 70s hasta actualidad difícilmente se hubiera podido sustentar el actual proceso de globalización bajo formas relativamente pacíficas, como ha ocurrido en las últimas décadas. En múltiples ocasiones, la historia nos ha enseñado que los episodios de severas restricciones en recursos naturales llevan a colapsos civilizatorios. El excelente libro “Colapso” de Jared Diamond brinda varios ejemplos históricos de sociedades que han implosionado bajo la presión generada por el agotamiento de los recursos naturales.

Sin embargo, el colapso no se dio gracias al poder de la innovación, producto del esfuerzo de miles de ingenieros, agrónomos y geólogos. Las mejoras incrementales en los procesos mineros han permitido el acceso yacimientos con leyes no sustentables económicamente en el pasado. Con alta tecnología, es posible hacer minería de oro obteniendo un gramo de metal en dos toneladas de tierra. En el caso del cobre, los límites de aprovechamiento también están siendo superados todos los días. Los avances en geología, minería y metalurgia, permiten que la exploración y la explotación de minerales sea mucho más eficiente que en el pasado, y que, por lo tanto, las reservas económicas sigan creciendo. Además, el continuo mejor aprovechamiento de los minerales, se hace con mayor y mejor cuidado ambiental.

La “Revolución Verde” incremento la productividad agrícola por encima del crecimiento poblacional. El ‘drive’ (impulso) de la economía de mercado, la innovación y la tecnología, han salvado a la sociedad global de seguir el camino de los mayas, de la Groenlandia Escandinava y de Rapa Nui (Isla de Pascua). Los efectos de esta permanente innovación, se pueden observar en la gráfica superior[vi] en la que se muestra que las reservas de cobre no dejan de aumentar y que el supuesto agotamiento del cobre se posterga permanentemente alrededor de cuarenta años hacia el futuro.

Hacia delante en el tiempo, hay motivos fundados para sostener el optimismo, la biotecnología, las permanentes mejoras en las tecnologías de extracción de minerales, la explotación de fondos submarinos y asteroides, los sistemas de reciclaje y el enorme potencial de generación de energía solar, hidroeléctrica y nuclear, nos señalan que el patrón de crecimiento económico es sostenible en el largo plazo.




Análisis de la conflictividad minera

Análisis de la conflictividad minera

Con Sebastiao Mendonca Ferreira y su equipo del Centro Wiñaq, en Lampadia hemos venido desarrollando un análisis sistemático sobre el aprovechamiento de nuestros recursos naturales, con especial énfasis en la conflictividad socio-política que ha venido frenando las inversiones mineras, con un impacto clarísimo en la desaceleración de la economía y una menor disminución de la pobreza. Ver nuestra biblioteca virtual: Recursos Naturales y Desarrollo.

En base a este trabajo, se publicó el libro: Para Reducir la Conflictividad Minera. En esta ocasión, queremos compartir con nuestros lectores, la presentación de Mendonca en Perumin33 la semana pasada.

Presentación realizada por Sebastiao Mendonca Ferreira en la  Convención Minera, Perumin 33, en Arequipa, 2017.

La conflictividad minera, hasta ahora, ha resistido los esfuerzos de las empresas mineras y de las instituciones publica que han buscado superarla o por lo menos reducirla de manera significativa.
En nuestra forma de pensar la razón principal de ese hecho es el entendimiento limitado que se tiene del fenómeno.

Esta presentación busca desarrollar elementos de un enfoque que podría generar estrategias más efectivas en ese campo.

Introducción

Antes de ingresar al tema central consideramos necesario explicitar una hipótesis conceptual.

La permanencia de cualquier empresa o institución en una sociedad depende de su legitimidad o, dicho de otro modo, es imposible lograr la sostenibilidad sin lograr la legitimidad social. La falta de legitimidad puede llevar a la abolición de actividades económicas. Por ejemplo: algunas provincias argentinas has prohibido la minería a tajo abierta, en Costa Rica y el Salvador prohibió la minería metálica.

Lo desafiante es que la legitimidad es una percepción la población local, esta percepción es construida sobre la base de las creencias, valores y expectativas de dicha población, dichos elementos pueden ser muy distintos de aquellos de la empresa minera que está buscando legitimarse.

 

Entre 2005 y 2015, la minería ha entregado a las regiones mineras una cantidad extraordinaria de recursos: 40 mil millones de soles.

Una cantidad de recursos que nunca antes había fluido hacia las regiones.

Lo esperable es que una transferencia a las regiones mineras de grandes cantidades recursos creados por la minería debería generar satisfacción en la población local y una defensa de la actividad minera por dicha población.

 

Es común el discurso de que la minería extrae los recursos locales y no contribuye al desarrollo. Sin embargo, un estudio del BID sobre el impacto de la minería en las zonas mineras del Perú ha evidenciado que la minería sí ha traído desarrollo económico y social. Múltiples estudios muestran que la minería trae desarrollo local.

Sin embargo, el desarrollo económico y la transferencia del canon y el desarrollo económico no han sido efectivos para reducir la conflictividad.

Ello significa que la falta de progreso económico y social, repetido en esos discursos, no es la explicación para la conflictividad minera.

 

Durante ese mismo período, las empresas mineras han firmado varios principios voluntarios con ICMM y varios otros estándares globales, y han realizado notables mejoras en sus prácticas ambientales y sociales.

Sin embargo, la conflictividad social es el principal factor de riesgo para el sector extractivo y puede producir pérdidas de miles de millones de dólares a las empresas, al Estado y a las poblaciones locales.

Ello cuestiona que las prácticas ambientales y los aportes sociales de las empresas mineras sean los factores centrales de la actual conflictividad social.Cuestionando así el discurso de los grupos hostiles a la minería y la interpretación predominante en las publicaciones sobre el tema. Que consideran que la conflictividad se genera por la disputa de los recursos naturales y falta de beneficios locales.

 

Si la evidencia empírica cuestiona las explicaciones que predominan en el país entonces, ¿cuáles podrían ser las causas de los conflictos mineros?

Ello nos obliga cuestionar la narrativa tradicional y abrir nuestras mentes para otro tipo de explicaciones para la conflictividad minera.

A través de nuestros estudios en el Centro Wiñaq hemos encontrado algunas de las causas de los conflictos mineros.

 

Aunque los conflictos son -casi siempre- presentados como si fueran ambientales, ello no refleja la realidad de sus causas.

Es común que los promotores de conflictos busquen alarmar a la población con la cuestión ambiental pues ello genera el clima social que genera movilizaciones. Esos grupos lo hacen exagerando los hechos o simplemente inventando rumores.

La narrativa ambiental de los conflictos ocurre porque es creíble. Es decir, si un grupo dice que está luchando porque una mina los está contaminando, el periodismo, los lideres de opinión y la población en general tiende a creer que es verdad.

Sin embargo, si se investigan los antecedentes de los conflictos y las plataformas de lucha y de negociación de la mayoría de los conflictos mineros, se encuentra que las cuestiones ambientales están ausentes o tienen un papel secundario.

Ello no quiere decir que no existan problemas ambientales en algunos conflictos, pero si quiere decir que, en la mayoría de los casos, las causas principales son otras.

 

Los conflictos mineros son fenómenos con muchos actores y múltiples dimensiones y sus procesos son non-lineales y con saltos cualitativos (Ver teoría de la complejidad).

Ello significa que no existen balas de plata, es decir, que no existen estrategias mágicas basadas en un solo factor.

Sin embargo, existen análisis que pueden servir como radiografías que ayudan a salir de las interpretaciones ideológicas y a entender mejor algunas de sus dimensiones.

 

Existen muchas expectativas de que los conflictos sociales puedan tener soluciones puramente económicas: distribución de canon, proyectos de desarrollo, adelanto social, etc.

Si revisamos las plataformas de lucha de los conflictos vamos encontrar que los beneficios económicos están presentes y reciben una prioridad muy superior a los temas ambientales.Sin embargo, las expectativas económicas de la población son casi infinitas. Es decir, la atención de una expectativa económica no significa que no se presentarán otras demandas.

Lo más importante, es imaginar los incentivos que la economía genera. Es decir, lo más importante no es lo que las personas ya recibieron como beneficio en el pasado sino sus expectativas sobre los beneficios adicionales posibles de obtenerse. En especial es importante conocer las consecuencias económicas personales de liderar conflictos antimineros. Es detrás de esas expectativas que se mueven los líderes de los conflictos mineros.

El tema de los incentivos es muy descuidado, pues predominan las interpretaciones basadas en las narrativas.

Los sistemas de incentivos son percepciones de la población sobre cual es la forma de obtener el máximo provecho de una situación, de la minería en este caso.

Esos sistemas de incentivos indican a la población cual es la mejor manera de relacionarse y sacar más provecho de la minería.

 

 

La minería se desarrolla, principalmente, en zonas rurales con economías tradicionales, principalmente agrícola y de con muy baja productividad. Según el INEI, la renta per-cápita anual en la sierra rural en el 2013, era de US$ 1,250, algo más de US$ 100 mensuales.

La llegada de una mina, con productividades decenas de veces superiores a la agricultura genera una zona de economía moderna, ligada a la minería.

El surgimiento de un sector moderno en medio de una economía tradicional desencadena un cambio en las estrategias de capitalización de las familias. En una situación así, las rutas de capitalización de las familias, y sus poderes relativos, dependen en forma crítica de su relación con ese sector moderno.

Con la llegada de la minería, la cuestión de cómo beneficiarse con la minería se vuelve la preocupación estratégica dominante de la población local.

William Easterly, analizando las economías de los países emergentes, hace hincapié de que los seres humanos reaccionamos a los incentivos. También en la conflictividad minera, las personas están reaccionando al sistema de incentivos.

La minería genera tanta riqueza que abre nuevas posibilidades de ascenso social en las regiones donde opera.

Para algunos grupos de la población, la conflictividad constituye en una de esas formas ascenso social.

 

La población puede beneficiarse de la minería de múltiples formas. La mayoría de esas formas son constructivas.

Sin embargo, también hay formas destructivas de sacar provecho de la minería. Esas formas destructivas solo benefician a una minoría, pero puede hacer que el conflicto se vuelva una actividad rentable. Algunas de estos beneficios provienen de la posibilidad de acceder a la riqueza minera, pero otras son por el acceso a fondos públicos o de la cooperación internacional. También están presentes los incentivos políticos, es decir, la posibilidad de acceder a la notoriedad política y a cargos de autoridad.En Perú, no son pocas las personas que han logrado puestos en municipalidades, regiones e incluso en el Congreso de la República promoviendo conflictos hacia la minería.

Para incidir sobre la conflictividad es necesario entender el sistema de incentivos que predomina en las zonas mineras. ¿Qué ha aprendido la población y líderes locales sobre la conveniencia o no de armar conflictos?

¿Qué incentivos existen para buscar una relación de cooperación con la actividad minera?

¿Para los campesinos, empresarios, instituciones, autoridades y universidades es más provechoso colaborar o conflictuar con las empresas mineras?¿A quiénes premia el Estado con sus decisiones e inacciones?

El sistema de incentivos es el verdadero paisaje o contexto económico de las zonas mineras. Sin conocer el sistema de incentivos es difícil tener éxito en la superación de los conflictos.

William Baumol, ha clasificado los tres tipos de emprendedorismo: productivo, improductivo y destructivo.

En el caso de la conflictividad minera son importantes los tipos uno y tres. ¿En que medida el sistema de incentivos predominante en las zonas mineras favorece al emprendedorismo destructivo, que aumenta sus rentas por medio de la conflictividad?

La acumulación de riqueza por medio de la violencia es muy antigua. Los Vikingos crearon una institucionalidad especializada en el saqueo. Las mafias peruanas, como en zonas del norte peruano, viven de la extorsión. ¿cuánto hay de este tipo de emprendedorismo en el entorno de las operaciones mineras? Una observación objetiva de muchos conflictos mineros puede sorprender a quienes están influenciados por las explicaciones ideológicas.

La cuestión institucional es fundamental. Según Daron Acemoglu, el éxito o fracaso de los países está ligado a la calidad de sus instituciones.

La conflictividad minera también está ligada a la calidad de las instituciones en el país, especialmente en las zonas mineras.

Cuando una mina se instala en una zona rural, las instituciones locales no están listas para recibir una actividad económica de tan grande escala, ni menos para procesar las nuevas expectativas y conflictos sociales que desencadena.Esta deficiencia institucional genera impunidad e inseguridad jurídica en dichas zonas.

En el Perú, hay tres niveles del Estado de derecho.

En los barrios de clase media y alta de Lima predomina un nivel básico del imperio de la ley. No ocurren saqueos de malls, ni invasiones de oficinas de bancos, ni bloqueos de avenidas. Los conflictos, cuando ocurren, se canalizan por la vía institucional.

En el VRAE (Valle del Río Apurímac y Ene), zona de narco tráfico y terrorismo, los ciudadanos y empresas no tienen ninguna seguridad, ni jurídica ni física.

En las zonas mineras existe una situación intermedia: la ley se cumple parcialmente y predomina la impunidad para las actividades violentas contrarias a la minería: bloqueo de carreteras, invasiones de propiedad, destrucción de maquinaria, etc.

Esa impunidad incentiva las acciones violentas y las amenazas a las empresas mineras, e incluso estimula que algunos grupos busquen extorsionar a las empresas mineras. En más de una región minera se han identificado comportamientos de extorción en grupos locales.

Hasta estos momentos, la mayoría de los intentos de reducir la conflictividad social han demostrado poca efectividad. No es que las acciones de relaciones comunitarias de las empresas sean completamente inefectivas, sino que son insuficientes para bajar la conflictividad social de los doscientos casos listados por la Defensoría.

Considerando los sistemas de incentivo y las condiciones institucionales es posible iniciar un camino de reducción de la conflictividad.

 

 

Antes de sugerir algunas ideas para la reducción de la conflictividad es conveniente clarificar que esa labor desborda las posibilidades de las empresas mineras. La solución a la conflictividad social no se reduce a mejorar la relación entre las empresas mineras y las comunidades del entorno. Hay varios otros actores cuya participación es indispensable.

La reducción de la conflictividad involucra al Estado Nacional, a las autoridades políticas regionales y locales, a las instituciones públicas que operan localmente, las universidades, las instituciones civiles locales e incluso a las empresas que se benefician de la actividad minera.

Sin el adecuado involucramiento de esa constelación de actores, los esfuerzos de las empresas mineras tendrán un éxito limitado.

Como explica Acemoglu y Robinson, las instituciones resisten a los cambios. Ver su esquema de cómo se reproducen las instituciones políticas y económicas y las condiciones para que ocurran los cambios institucionales. En su artículo, él explica que para que los cambios institucionales ocurran se requieren de modificaciones en el poder político formal y de-hecho.

En un corto y mediano plazos lo más viable es modificar la operatividad de las instituciones nacionales en los temas relativos a la minería y en el contexto de las regiones mineras. Esos cambios en la operatividad pueden lograrse si existe la voluntad política de apoyar el desarrollo minero del país.

Aunque algunos de los actores de la conflictividad minera son nacionales e incluso globales, los conflictos son fenómenos principalmente locales y su evolución depende en alto grado de la configuración de las instituciones locales.

La armonización o alineamiento de las instituciones en el contexto local puede crear condiciones favorables para reducir la conflictividad.

Ese cambio en el marco institucional local puede ocurrir sin cambios radicales en el marco institucional nacional, que serían de muy difícil obtención. Es posible así reducir la inseguridad jurídica de la minería sin tener que realizar modificaciones mayores en el marco legal e institucional. Se puede generar reformas institucionales focalizadas en las áreas problemáticas para el desarrollo de la minería en el país.

Ya hemos tratado el tema del sistema de incentivos, o de los intereses. Pero, para completar el enfoque de reducción de la conflictividad hay que considerar las ideas de las personas, su forma de pensar sobre la minería y como imaginan su futuro personal y colectivo.

La influencia en la forma de pensar de la población es una prioridad para los grupos hostiles a la minería. Ellos dedican años montando los mecanismos para influenciar a la población. Sinneutralizar su narrativa es poco probable que pueda crearse un clima social local y regional duradero.

En gran medida, lo que está ocurriendo es una batalla de ideas acerca de la minería y su papel para la realización de las expectativas de progreso de las personas.

Los grupos hostiles a la minería son muy claros en ese campo. Son más claros que las empresas mineras y sus instituciones.

La conflictividad social disminuirá cuando las personas crean que su progreso personal y familiar está ligado a la actividad minera, cuando sientan alegría por el aprovechamiento de la riqueza mineral del país.

En aquellas regiones y localidades en que el ambiente social sea de temor a la contaminación o de resentimiento hacia las empresas mineras los pronósticos son reservados. El problema es que esas regiones no son pocas y parecen estar expandiendo en el Perú.

Los grupos hostiles a la minería trabajan diariamente en la generación de temores, desconfianza y resentimientos en la población de las regiones mineras del país, y sobre esa base desarrollan una narrativa hostil a la minería.

Muchas empresas mineras creen que la actitud de la población local puede ser modificada con campañas transitorias de comunicación. Ello es una ilusión.Las percepciones dependen mucho más del flujo diario de mensajes en los medios que de breves campañasde comunicaciones.

Las percepciones de la población se moldean a lo largo de muchos años. Los rumores que generan temores hacia la minería, los discursos políticos que cultivan resentimientos, las opiniones de los periodistas sobre la minería y el desarrollo, y los gestos simbólicos de los líderes, a lo largo de varios años van moldeando las creencias y percepciones de la población. Los cambios en ese sistema de creencias y en las percepciones de la población requieren mucho más que estrategias comunicacionales. Una población que está bajo cerco cognitivo difícilmente cambiará sus percepciones a causa de campañas comunicacionales de las empresas mineras.

Quienes quieran reducir la conflictividad minera necesitan entender en profundidad a la población y sus temores y expectativas en relación a la actividad minera: afectación a la calidad y cantidad del agua, daño ambiental, cambios en las posiciones sociales, etc.

¿Como piensan sobre los manantiales, sobre el agua que consumen, sobre la minería, sobre las empresas mineras, etc.? ¿En qué aspectos confían y en qué otros aspectos desconfían de las instituciones públicas ligadas a la minería?¿MINEM, ANA y OEFA? ¿Por qué? ¿Qué significa la minería en su imagen de futuro? ¿Qué opinan sobre los conflictos? ¿Creen que los conflictos son positivos o negativos para sus expectativas personales? ¿Por qué? No hay que olvidar que la legitimidad de una actividad económica se define en base al sistema de creencias y valores de la población local.

Si alguien quiere llevar adelante un proyecto minero, expandir sus operaciones o trabajar en un clima social favorable necesita crear algunas condiciones.

La más importante de todas es que la población tenga una opinión favorable sobre el proyecto y sobre la actividad minera.

Para protegerse de los rumores y campañas de los grupos hostiles a la minería es indispensable tener voceros creíbles, dotados de una narrativa pro-desarrollo y con capacidad de rebatir las falacias anti-mineras.

Para que los micro-conflictos no escalen localmente o regionalmente, es necesario contar con el apoyo político y social de personas e instituciones creíbles para la población local.

Para que la violencia no sea una característica frecuente en los conflictos mineros, es necesario que dichos actos no queden impunes. Ello requiere el Estado tenga monopolio en al uso de la fuerza y que la ley impere.

Para los recursos de los gobiernos locales se apliquen en acciones de desarrollo y evitar la práctica de los grupos anti-mineros de financiar sus actividades con el presupuesto de autoridades afines a sus intereses, el uso de los recursos públicos debe ser cuidadosamente supervisado.

La primera responsabilidad del Estado es garantizar el monopolio del uso de la fuerza y el imperio de la ley en las zonas mineras.

Sin este monopolio los anti-mineros podrán amedrentar a sus opositores, amenazar la propiedad privada e impedir el accionar de las Empresas y el Estado.

Dada las deficiencias de la institucionalidad peruana, ya señaladas, su efectividad requiere que el Estado logre un alineamiento en los tres niveles (local, regional y nacional) de las instituciones y autoridades que pueden influir en al clima social relativo a la minería y en el manejo de los conflictos sociales.

Para tranquilizar a la población y evitar la propagación de rumores de contaminación, es importante que los procesos de aprobación y socialización de los EIA sirvan para ilustrar a la población sobre la minería y esclarecer sus preocupaciones. No es suficiente que se cumpla el proceso de manera formal, es necesario que la población entienda y confíe.

La población necesita de referencias institucionales para creer que las empresas mineras están actuando bien y que el Estado está garantizando sus derechos. Para ello el Estado debe dar mucha atención en fortalecer la credibilidad de las instituciones públicas por la población. Sin fedatarios institucionales, la población se queda vulnerable a los discursos demagógicos.

El Estado, en sus tres niveles (local, regional y nacional) tiene la responsabilidad de aplicar bien los recursos públicos, especialmente el canon minero, con el propósito de generar oportunidades para todos los sectores sociales y fortalecer los incentivos para el emprendedorismo constructivo.

Las empresas mineras tienen la obligación de cumplir con altos estándares ambientales y sociales.

Sin embargo, ello no es una garantía de que no tendrán conflictos. Además de atender esos estándares, las empresas necesitan conocer como piensa la población, cuáles son sus sentimientos hacia la minería y a las empresas mineras, las autoridades locales y las instituciones públicas que operan en la zona.

Debido al carácter formativo del flujo diario de mensajes sobre las percepciones de la población, las empresas mineras conocer y saber analizar dicho flujo, especialmente los mensajes y rumores que pueden afectar su legitimidad social. Este es un tema descuidado por muchas empresas mineras en el país.

Necesitan conocer también quienes son los promotores de la conflictividad, como operan y cuáles son las comunidades que están bajo su influencia. Ello es fundamental para que las empresas mineras puedan neutralizar sus actividades antes que ellas se transformen en conflictos.

Hoy, predominan los enfoques equivocados sobre la conflictividad social y como manejarla. Las empresas mineras necesitanque sus gerentes tengan un entendimiento claro en ese campo.

Necesitan tener la capacidad de analizar el flujo de mensajes que moldean las percepciones de la población y como ello afecta su legitimidad y las perspectivas de cooperación o conflicto en la zona.

¿Cuáles son los disparadores de conflictos entre la población local: expectativas exageradas, temores, resentimientos, etc.?

¿Existen en las zonas mineras voceros pro-desarrollo con credibilidad y con capacidad para rebatir los discursos anti-mineros? ¿Tienen esos voceros acceso a los medios locales, o están aislados?

¿Cuentas las empresas con personal capaz de tranquilizar a la población y de explicar los beneficios que la minería puede traer? ¿Su narrativa está o no está influenciada por la narrativa anti-minera?

Esta es una lista incompleta de las capacidades que una empresa minera necesita construir para poder incidir sobre las dinámicas de la conflictividad social en sus zonas.

Fuentes recomendadas 

Mendonca, S. (2017) Para reducir la conflictividad minera. Lima, Perú: Lampadia.(Accesible para download en https://www.facebook.com/centrowinaq/). Ferreira, C. & Olcese, F. (2017). Como se organizan los conflictos mineros: http://www.lampadia.com/analisis/mineria/spin-explica-la-convergencia-de-fuerzas-anti-mineria/ Ferreira, C., & Mendonca, S. (2017). Herramientas anti-minería y cerco cognitivo. Lima, Perú: Wiñaq. 70 artículos sobre conflictividad minera escritos por Sebastiao Mendonca Ferreira, Camilo Ferreira Legua y Franco Olcese en Lampadia: http://www.lampadia.com/

Sobre la productividad de la minería y la agricultura: 
Mendoza, W. & Collantes, E. (2017). La economía de PPK. Promesas y resultados: La distancia que los separa. (Documento de trabajo 440). Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú.

Sobre Teoría de Juegos: 
https://www.coursera.org/learn/game-theory-1

Sobre la organización de los conflictos mineros, SPIN:
Gerlach, L. (1999) The structure of social movements: Environmental activism and its opponents. In Jo Freeman &Victoria Johnson (editors), Waves of Protests: Social movements since the sixties, chapter 9. Uploaded from: https://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/monograph_reports/MR1382/MR1382.ch9.pdf

Sobre el uso de la prensa:
Barrell, H. (2014). Press your case to the media: Activism and the media. Sessions 1, 2, 3, & 4. Non-Violent Conflict: https://www.youtube.com/watch?v=wMek2e_tzzs

Sobre el emprendedorismo:
Baumol, W. (1990). Entrepreneurship: Productive, Unproductive, and Destructive. Journal of Political Economy, 98 (5), 893-921. Chicago: The University of Chicago Press. http://www.jstor.org/stable/2937617.

Sobre las instituciones y el desarrollo económico y social de los países:
Acemoglu, D., & Robinson, J. (2013). Why nations fail. Crown Business.
Acemoglu, D., Johnson, S., & Robinson, J. (2005). Handbook of economic growth. P. Aghion and S. Durlauf (editors), volume 1, Amsterdam, The Nederland: Elsevier B.V.




Conflictividad y debilidad política impiden desarrollo minero

Conflictividad y debilidad política impiden desarrollo minero

Pablo Bustamante Pardo
Director de
Lampadia

Sesión: Gestión de Industrias Extractivas con Transparencia
Presentación de: Russell King, Senior Vice President of International Relations and Federal Affairs, Freeport-Mc-MoRan Inc. (USA), Accionista de Cerro Verde

La presentación de Russell King sobre el desarrollo de Cerro Verde debe ser uno de los testimonios más claros en el mundo de los beneficios que genera una inversión minera formal y moderna.

Así como Cerro Verde, la gran minería peruana ha subido todos los peldaños de la continua mejora de los estándares operativos creados por el hombre moderno.

Pero, lamentablemente, la debilidad de nuestra clase política en especial y de nuestra clase dirigente en general,ha permitido que hayamos devaluado a la minería de cara a la opinión de los peruanos.

Esto ha sido obra de quienes encontraron un medio de vida enfrentando el desarrollo minero, y manipulando a los pueblos más necesitados hacia gestas contrarias a sus propios intereses.

Por ello, el Cobre, se vio precisado a escribir a los peruanos:


Ver : Carta del Cobre a los peruanos

Al Cobre le extrañaba haber perdido tantos seguidores en el Perú, mientras en otros países mineros seguía gozando del favor popular.

Este proceso llevó al colapso de la inversión minera. Y, con ello, a la parálisis de la inversión privada y la caída del ritmo de crecimiento en muchos sectores productivos y en la economía en general.

Esperemos que no tengamos que enterrar nuestros grandes proyectos mineros; hoy por los conflictos socio-políticos y quién sabe si mañana por la explotación de yacimientos submarinos o por sustitución de materiales.

La prédica de productos naturales no renovables es una disculpa para evitar su desarrollo. Lo no renovable bien puede ser la oportunidad de convertirlos en riqueza para todos los peruanos.

Una de las grandes falacias con la que se devalúa a la industria minera es la del valor agregado. Algo repetido peyorativamente por el vicerrector de la PUCP y varios de sus profesores de economía.

Sin embargo, un reciente estudio del IPE muestra, nuevamente, que el valor agregado de la minería es el doble de la industria peruana y llega al 69%.

Otro punto de vista muy ilustrativo sale de una entrevista que le hicieron a Andrés Oppenheimer en Buenos Aires. Resulta que compró un polo Ralph Lauren en Miami pagando US$ 85. Como el polo había sido fabricado en el Perú, llamó al productor, que le comentó, que de ese precio él se quedaba solo con US$ 8.5, el 10%.

Sin embargo, el exportador de concentrados de Cobre (cifras de 2012), se quedaba en el Perú con el 85% de la cadena de valor.

Hoy que todos se entusiasman con el aumento de las cotizaciones de los metales, podemos estar perdiendo la posibilidad de poner en valor nuestros yacimientos, pues la minería peruana está trabada por los conflictos socio-políticos y la incapacidad del gobierno para enfrentarlos.

Por ejemplo, la mejor idea para superar la conflictividad, ‘el adelanto social’ está siendo malograda por el gobierno. En vez de someter a los pueblos el desarrollo paralelo de lo productivo y lo social, la ministra del sector está feliz de haber conseguido 50 millones de soles para repartirlos, por aquí y por allá, sin vinculación al avance de la inversión minera. La nueva ministra no se atreve a apostar por el desarrollo del gran proyecto de Tía María.

En Arequipa, la gobernadora Yamila Osorio, “la Tía Yamila”, está peleada con ‘la Tía María’, dice que prefiere a ´sobrina Zafranal’, un proyecto de exploración, pero se queja de falta de recursos. Acosa a Cerro Verde. Cree que hay que sacar todo lo que se pueda de lo que ya tenemos, inhibiendo así la creación de mayor riqueza, en un ambiente pro inversión y crecimiento. Un gran desperdicio de liderazgo.

Tenemos que cambiar nuestra relación con la minería. Cómo dijo la Ministra Cayetana Aljovínen Perumin, si desarrollamos el potencial minero podremos disminuir la pobreza en otro 7%. Con todo lo necesario que es salir de pobres, ¡teniendo la capacidad de lograrlo, no hacerlo, es inmoral!

Ver en Lampadia: Para Reducir la Conflictividad Minera.