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“No hay plata” … excepto para aumentar la burocracia estatal

“No hay plata” … excepto para aumentar la burocracia estatal

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 1 de noviembre de 2019
Para Lampadia

El Perú tiene mucha agua, pero los peruanos no. Millones de compatriotas carecen de agua potable y alcantarillado. ¿Por qué estamos así? “No hay plata” dicen los alcaldes. A pesar de ser ellos los responsables de brindar dichos servicios.

La infraestructura de transportes está muy mal. La Carretera Central es un desastre. Y la Panamericana está llena de baches. La congestión vehicular en ambas carreteras es tremenda. Hay hospitales recién construidos que no operan por falta de mobiliario. Y así por el estilo. ¿Por qué estamos así? “Porque no hay plata”. Al menos, eso dicen las autoridades.

Miles de jubilados viven pobremente. Sus pensiones son miserables. Y “no hay plata” para mejorarlas. Miles de pacientes pobres – todos los días – son cruelmente maltratados en los hospitales públicos. Colas de amanecida, cobros indebidos, escasez de medicamentos, equipos malogrados, médicos y enfermeras mal remuneradas… ¡crisis total! ¿Qué dice el Estado al respecto? “No hay plata”.

En el sector educación también hay problemas. Los sueldos de los maestros son muy bajos. El escaso presupuesto para la educación pública universitaria ha propiciado la proliferación de muchas “universidades” privadas. “Universidades” – entre comillas – que no tienen nada de instituciones académicas, y sí mucho de máquinas tragamonedas. ¿Por qué el Estado no invierte más en mejorar los institutos superiores tecnológicos y universidades públicas? “Porque no hay plata”.

La falta de policías en las calles juega a favor de la delincuencia. Por eso la inseguridad ciudadana está como está. Todos los diagnósticos especializados dan cuenta de la escasez de policías en nuestro país. ¿Por qué no se aumenta la dotación policial? “Porque no hay plata”.

El Ministerio Público y el Poder Judicial están atiborrados de denuncias y procesos judiciales. Muchos expedientes – yo puedo dar fe de ello – están en los pisos… y hasta en los baños. Los empleados del sector justicia ganan poquísimo y trabajan en condiciones infrahumanas. ¿Porqué? ¿Por qué tanta precariedad? “Porque no hay plata”.

Preguntó ¿acaso en el 2018 no batimos récord de recaudación tributaria? ¿Acaso la economía de nuestro país no viene creciendo desde hace 20 años o más? ¿Por qué nos dicen que no hay plata? ¿En qué se están gastando la plata de nuestros impuestos?

Ver en Lampadia: Una mirada al gasto burocrático en el Perú

La verdad, la verdad… sí hay plata. ¡Y mucha! El problema es que la burocracia estatal está creciendo descontroladamente. Y mucha plata se va en pagar dicha burocracia. Por eso no hay plata para agua, salud, educación y seguridad. Porque la burocracia – creciente – se la traga toda.

Y no me refiero a maestros, médicos, policías y jueces. No… me refiero a burócratas corruptos e indolentes que nos maltratan a más no poder. Burócratas que están donde están por puro clientelismo político. Burócratas cuyos únicos méritos son ser militantes de partidos de gobiernos de turno; amigos o familiares de congresistas, gobernadores o alcaldes; recomendados de consejeros o regidores, etc. O sea, ningún mérito académico o laboral.

¡No hay derecho! Gran parte del esfuerzo productivo – y tributario – de la población se está malgastando en incrementar la burocracia improductiva en el Estado. Detrás de la cual se esconde la corrupción y la inoperancia.

Por eso no hay plata para nada. Porque la burocracia estatal de la lleva toda. Lampadia




Una mirada al gasto burocrático en el Perú

¿Cuál es el estatus actual del gasto burocrático en nuestro país? ¿Su crecimiento ha ido de la mano de la recaudación tributaria y del crecimiento de las remuneraciones de nuestros maestros, policías, FFAA médicos, enfermeras y jueces?

Veamos. Como se observa en los dos siguientes gráficos, si bien la recaudación tributaria creció notablemente en las últimas dos décadas – producto del crecimiento económico – este incremento en términos reales se dio a razón de 5 mientras que el gasto burocrático – excluyendo educación, salud, justicia y seguridad – creció en mayor proporción, casi 8 veces.

Asimismo, el acrecentamiento de esta brecha tiene su origen en el 2013, último año en el que la economía peruana exhibe tasas de crecimiento cercanas al 6% anual para entrar en una fase de desaceleración pronunciada y caracterizada por una notable animadversión hacia la inversión, particularmente, privada, tanto nacional como extranjera (ver Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, El Perú se aleja de los circuitos internacionales de inversión).

No es de sorprender pues que la recaudación tributaria, que está determinada entre otras cosas por la producción nacional, haya crecido en menor cuantía en el período 2013-2018.

Dicho esto, ¿Cómo se explica que el gasto burocrático, sin considerar los rubros anteriormente indicados, haya seguido creciendo en tal período en mayor proporción que la recaudación?

Lo que nos estaría dejando entrever este hecho es que, más allá del endeudamiento público en el que se pudo haber incurrido para financiar dicha brecha, se ha aumentado el peso de las remuneraciones del Estado en personal administrativo – ya sea en términos de número de autoridades o de mayores salarios al personal existente – a expensas de las necesidades del personal de sectores que son fundamentales para las reformas que necesita el país como son la seguridad, la justicia, la salud y la educación. ¿Cómo podemos si quiera idealizar reformas en estos campos si no somos capaces de ser condescendientes con el capital humano que trabaja en las instituciones responsables en cada uno de ellos?

Resulta elemental por ende ajustar las remuneraciones en dichos sectores que son tan necesarios para nuestro desarrollo a la vez que se reduce el gasto de personal administrativo, de manera que se fomente la meritocracia y se atraiga capital humano de calidad a estos sectores, los cuales deben ser la prioridad. En palabras simples, reordenar nuestro gasto burocrático y redirigirlo hacia las verdaderas necesidades de nuestro país. Nuestros compatriotas lo agradecerán. Lampadia




LA REFORMA POLICIAL (I)

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