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LAS MARAVILLAS DEL PERÚ

LAS MARAVILLAS DEL PERÚ

Jaime Spak
Para Lampadia

En los artículos que he venido escribiendo a lo largo de los últimos meses ha sido una constante la crítica a nuestras autoridades.

Esta repetición casi monotemática de críticas es alimentada por la baja calidad de nuestros gobernantes y en particular de este gobierno que no hay semana que no este inmerso en nuevos escándalos de corrupción, compadrazgo y sobre todo la poca transparencia y comunicación que tendría que haber de parte del que nos gobierna. 

 

Por momentos nos olvidamos del maravilloso país en el que vivimos, y deseo en esta oportunidad recordarles lo bueno que tenemos y no apreciamos porque entre la pandemia y el mal gobierno nos han obnubilado.

  • Recursos Naturales: Una geografía espectacular, 30 microclimas, abundante agua dulce, petróleo, gas natural, cobre, zinc, oro, plata, litio, anchoveta, camarones, papas nativas, frutas, espárragos, arándanos, palta, mangos, etc.
  • Geografía: Machu Picchu, el lago Titicaca, 3,000 km de litoral donde se practica el deporte de la tabla, reservas naturales, playas del sur y del norte, zonas para esquiar en nieve y en arena.
  • Gastronomía: que podemos decir de la maravillosa gastronomía, que es le deleite del mundo entero con tours especiales para venir solo a saborear los mejores potajes criollos, con restaurantes que están catalogados como los mejores del mundo. Y sobre todo los mejores huariques del mundo en donde puedes deleitarte de una excelente comida sin que te afecte el bolsillo.
  • Música: la música peruana es algo que tiene un gran potencial, como lo es la gastronomía, poder llevar a nuestra música criolla a otras latitudes.

Se imaginan poder grabar la gran cantidad de valses en otros ritmos, seriamos un éxito, como lo hizo Rubén Blades cuando grabo “Todos Vuelven “del gran Cesar Miro.

  • Artes: en esto tenemos artistas de lo mas importantes, en literatura un premio nobel, en arte lirico un tenor que se codea con la elite, pintores que han dejado una huella indeleble, cantantes populares que brillan con luz propia en el extranjero.
  • Historia: la historia del pueblo peruano, comenzando por las civilizaciones pre incas, que han dejado un legado importante, y luego los maravillosos muesos, como Sipán, Sicán, Museo de Oro, el nuevo museo de Pachacamac, y la gran herencia del imperio de los incas.
  • Gente: creo que lo mas importante que contamos es la gente, cuando vienen extranjeros, se sienten acogidos, por la hospitalidad del pueblo peruano que se caracteriza por su bonhomía y su calidez.

Mucha gente que ha venido de visita se ha quedado a vivir porque se sienten muy acogidos.

Dos personas extranjeras que han estado en el Perú me manifestaron algo que se me quedo grabado.

Un diplomático americano me dijo en una oportunidad, cuando le pregunté qué es lo que mas le gustaba del Perú y me contestó “es un estado de ánimo estar aquí”.

Otro amigo me dijo: de acá solo me sacan con los pies primero y en mi pijama de madera.

Por eso en vez de estar haciendo hígado con expulsiones de Perú Libre, con entrevistas truchas de Castillo por un par de periodistas que se ve a las claras que se han vendido por un plato de lentejas, las interpelaciones, los Salaverry, Bellido, Cerrón, Pacheco, Sarraseta, vergüenza ajena en CNN.

Deberíamos ver que el Perú siempre será mas grande que sus problemas y que este bache de gobierno pronto acabará, cuando el profesor se de cuenta que no puede seguir improvisando, sino llamando a gente competente para que lo ayude a salir de este embrollo que se ha metido.

Acaba de confesar que esta aprendiendo, pero no podemos seguir siendo ingenuos pensando, que Karelin le puede hacer una fiesta en palacio a su hija sin que este enterado.

O que puede entrar cualquiera a palacio sin avisar, es decir me voy a comer una butifarra al Cordano y de allí entro a palacio….

Como dice la gente: “Ya pe prosor, cree que somos débiles mentales” …. Lampadia

 




¿100 días no te parece suficiente?

¿100 días no te parece suficiente?

Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia

Después de 100 días el Perú puede ver el daño que las ideas de izquierda nos están causando: inflación, devaluación, falta de inversión, desempleo, más corrupción, impunidad para los amigos, incapacidad clamorosa, desconfianza y desgobierno. Sin embargo, todavía quedan algunos para quienes, por ignorancia, necedad o interés, todo lo vivido no les parece suficiente.

Para todos ellos, conviene hacer una proyección, lo más fría posible, de lo que puede suceder en otros 100 días de desgobierno socialista, solamente siguiendo la tendencia actual:

A esto podemos agregar:

  • Contracción dramática de la inversión privada. El propio gobierno en el Marco Macroeconómico Multianual, estima que apenas crecerá en 5% el año 2022, cifra que podría pasar a ser negativa si se consuman las amenazas de nuevos impuestos, regulaciones y estatizaciones de empresas.
  • En minería, más minas sitiadas por el chantaje social impulsado por las propias facciones del gobierno y menos ingresos fiscales.
  • Deuda pública bordeando el 40% del PBI, luego de haber llegado a estar en 19% en la década anterior.
  • Calificación crediticia del Perú deteriorada
  • Riesgo País en crecimiento
  • Corrupción regional y municipal multiplicada para sostener políticamente al gobierno
  • Reparto de bonos, dádivas y programas sociales para asegurar la clientela electoral
  • Intento de cambio constitucional para mantenerse en el poder indefinidamente
  • Captura de las fuerzas armadas, policía nacional, instituciones públicas y organismos reguladores.

Para quienes enfrentamos el reto de mantener a nuestras familias con nuestro trabajo, emprendiendo día a día, poniendo en riesgo nuestros pequeños capitales y sobre todo nuestra fuerza de trabajo y empeño, estos 100 días si han sido más que suficientes.  100 días más de destrucción macroeconómica y de crisis institucional no son soportables. La aventura izquierdista avalada por el odio de algunos sectores de nuestras clases medias debe terminar. Otros 100 días, son demasiado para los peruanos. Lampadia




Más ricos en un país pobre

Más ricos en un país pobre

Jaime Spak
Para Lampadia

El título de este artículo puede parecer irónico o hasta cierto punto una falta de consideración a mis compatriotas.

Pero acá no me refiero a la riqueza material sino por el contrario, a la verdadera riqueza que debemos de incrementar en un país, y es la educación.

  • Un país es rico, cuando todos los jóvenes en edad escolar pueden asistir al colegio y tener una educación de calidad.
  • Un país es rico cuando caminas por la calle y no temes que te puedan asaltar.
  • Un país es rico cuando ves que los conductores no se cruzan la luz roja y la gente respeta la cola.
  • Un país es rico cuando puedes conversar con cualquiera de tus compatriotas sin mirarlo por encima del hombro.
  • Un país es rico cuando pagas algo y si te dan exceso de vuelto, le indicas que se equivocaron y devuelves.
  • Un país es rico cuando los gobernantes y funcionarios públicos acaban sus mandatos siendo admirados y no con mandatos de detención.
  • Un país es rico cuando las instituciones funcionan adecuadamente.

Si la mayoría de los peruanos obraran de esta manera, cada día seríamos más ricos.

La mayor ironía que estamos enfrentando es que el presidente Castillo, siendo un maestro, utilizó su famosa frase de campaña “no más pobres en un país rico”. Pero se olvidó que nuestro país no es rico, es muy pobre pues la educación así lo refleja.

Se olvidó que se hace llamar “el profesor Castillo “pero hasta el momento no nos enseña nada, solo que rehúye a la prensa y nadie sabe qué piensa, y tenemos la impresión que no tiene idea como gobernar.

Sería lógico que siendo profesor y presidente, haga de la educación su prioridad.

Es inconcebible que cambie a su ministro de educación, un maestro premiado mundialmente por su capacidad, para reemplazarlo por un octogenario sindicalista que no tiene ningún mérito para ejercer ese cargo.

¿Qué propuesta para mejorar la educación ha hecho en estos primeros 100 días? Ninguna.

El único logro (para él) fue que su sindicato el Fenate sea reconocido por el ministerio de trabajo para poder competir con el Sutep el botín de la Derrama Magisterial.

Estamos yendo por el camino equivocado, la riqueza de un país no se da por decreto o por deseos.

Se da por una política coherente y una planificación para que el crecimiento genere bienestar en la población.

No hay mayor riqueza que generar sino es con la educación.

La decencia es una palabra que se ha devaluado en el Perú, en donde la mayoría le saca la vuelta al otro ya por default.

El famoso “pueblo” está sufriendo una gran decepción.

Lo único que vemos es un presidente que pareciera que tiene dos personalidades, una cuando está en frente a una tribuna y sigue con la cantaleta de encender la pradera, sin darse cuenta que la campaña electoral ya terminó.

Luego ingresa a Palacio y se da cuenta de la barbaridad que dijo y envía a sus ministros a traducir sus infelices declaraciones.

Soy una persona optimista y varias veces pensaba que algo iba a cambiar.

Ahora estoy convencido que no es posible que haya cambio alguno.

Para que eso suceda, uno debe de tener la suficiente capacidad para entender los errores que comete y el señor Castillo no creo que la tenga.

Siento que los peruanos hemos pisado una cáscara de plátano y nos hemos caído y los que han permanecidos parados en lugar de ayudar a levantarnos, se ríen de nuestro infortunio y nos pisan en la cabeza para que no podamos reaccionar.

El Perú tiene grandes recursos mineros, una excelente agricultura, una gran gastronomía, una cultura milenaria, restos arqueológicos únicos en el mundo, etc.

Sin embargo, no entienden que su mayor activo es la gente.

Y lo único que falta para lograr que la gente tenga riqueza es la educación.

Debemos de desterrar las frases: “campesino el patrón ya no comerá de tu esfuerzo “o “no más pobre en un país rico “.

Yo deseo que nuestro lema sea “con la educación lograremos una riqueza que nadie nos la podrá expropiar”.

Palabra de ingeniero…. Lampadia




¿En quién se confía más en el Perú?

¿En quién se confía más en el Perú?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A diferencia de lo afirmado cotidianamente, los peruanos confían más en los líderes empresariales que en los políticos, según una encuesta global de Ipsos.

Ipsos Global Trustworthiness Index 2021 entrevistó a 19,570 participantes en 28 países, entre el 23 abril y el 7 de mayo, 2021. Participaron alternadamente: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, EEUU, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, India, Italia, Japón, Malasia, México, Perú, Polonia, Rumania, Rusia, Suecia, Sudáfrica, Turquía.

La confianza es la base del tejido social de un país. Lamentablemente, desde hace algo más de 10 años, en el Perú se ha venido perdiendo la confianza en el futuro y en los líderes de la gran mayoría de estamentos de la sociedad; tanto como producto de ausencias en el debate nacional, frivolidades, torpezas y corrupción, como por la siembra de narrativas negacionistas que oscurecieron nuestros logros.

En el siguiente cuadro se ve que las categorías de mayor confianza relativa son los líderes empresariales, los publicistas y los miembros de las Fuerzas Armadas.

Curiosamente, las categorías que generan más confianza en los países más desarrollados, los doctores, los científicos y los profesores, son los que generan menos confianza en el Perú.

Por otro lado, los ministros y los funcionarios públicos están muy abajo en el nivel de confianza.

Veamos el cuadro:

En el siguiente cuadro hemos comparado los niveles de confianza en los líderes empresariales y en los políticos.

  • En el caso de los empresarios, confía el 24% y desconfía el 25% de los encuestados.
  • Alarmantemente, solo el 6% confía en los políticos y el 73% desconfía.

El siguiente cuadro muesdtra los promedios de confianza en cada categoría del estudio.

Los siguientes cuadros muestran la ubicación del Perú en el ranking de confianza sobre: Doctores, científicos, profesores, miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, periodistas, funcionarios públicos, líderes empresariales, banqueros, ministros, publicistas y políticos.

En comparación con los demás países del estudio, en el Perú, los líderes empresariales son los que alcanzan mayores niveles de confianza.

Tal como indicado líneas arriba, los políticos peruanos son los que generan los peores niveles de confianza.

Lampadia




¿En quién se confía más en el Perú?

¿En quién se confía más en el Perú?

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

A diferencia de lo afirmado cotidianamente, los peruanos confían más en los líderes empresariales que en los políticos, según una encuesta global de Ipsos.

Ipsos Global Trustworthiness Index 2021 entrevistó a 19,570 participantes en 28 países, entre el 23 abril y el 7 de mayo, 2021. Participaron alternadamente: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Bélgica, Canadá, Chile, China, Colombia, Corea del Sur, EEUU, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, India, Italia, Japón, Malasia, México, Perú, Polonia, Rumania, Rusia, Suecia, Sudáfrica, Turquía.

La confianza es la base del tejido social de un país. Lamentablemente, desde hace algo más de 10 años, en el Perú se ha venido perdiendo la confianza en el futuro y en los líderes de la gran mayoría de estamentos de la sociedad; tanto como producto de ausencias en el debate nacional, frivolidades, torpezas y corrupción, como por la siembra de narrativas negacionistas que oscurecieron nuestros logros.

En el siguiente cuadro se ve que las categorías de mayor confianza relativa son los líderes empresariales, los publicistas y los miembros de las Fuerzas Armadas.

Curiosamente, las categorías que generan más confianza en los países más desarrollados, los doctores, los científicos y los profesores, son los que generan menos confianza en el Perú.

Por otro lado, los ministros y los funcionarios públicos están muy abajo en el nivel de confianza.

Veamos el cuadro:

En el siguiente cuadro hemos comparado los niveles de confianza en los líderes empresariales y en los políticos.

  • En el caso de los empresarios, confía el 24% y desconfía el 25% de los encuestados.
  • Alarmantemente, solo el 6% confía en los políticos y el 73% desconfía.

El siguiente cuadro muesdtra los promedios de confianza en cada categoría del estudio.

Los siguientes cuadros muestran la ubicación del Perú en el ranking de confianza sobre: Doctores, científicos, profesores, miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía, periodistas, funcionarios públicos, líderes empresariales, banqueros, ministros, publicistas y políticos.

En comparación con los demás países del estudio, en el Perú, los líderes empresariales son los que alcanzan mayores niveles de confianza.

Tal como indicado líneas arriba, los políticos peruanos son los que generan los peores niveles de confianza.

Lampadia




Identidad nacional y retos constitucionales

Identidad nacional y retos constitucionales

José Luis Sardón
Magistrado del Tribunal Constitucional del Perú
y Representante Alterno del Perú ante la Comisión de Venecia
Para Lampadia

Palabras pronunciadas el jueves 21 de octubre, en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica San Pablo, de Arequipa, Perú, en el V Encuentro de Estudiantes de Derecho, “Aportes en torno al bicentenario de la República Peruana: identidad, democracia y estado de Derecho y retos constitucionales actuales”.

Buenos días. Agradezco a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica San Pablo, organizadora del V Encuentro de Estudiantes de Derecho, por su cordial invitación a estar aquí con ustedes. Es un gusto para mí participar en esta reunión académica organizada en mi tierra, Arequipa, que está siempre presente en mi corazón.

Esta reunión se realiza cuando el Perú celebra doscientos años de vida republicana. Por esto, busca dilucidar la relación entre identidad, democracia y estado de Derecho, y los retos constitucionales que ella plantea. Estando en Arequipa, quisiera tomar el toro por las astas y concentrarme en lo primero y lo último de este asunto: la identidad nacional y los retos constitucionales.

En el Perú, la inquietud por la identidad nacional es un fenómeno recurrente. En los 1970s, se debatió mucho al respecto. Sin embargo, tales indagaciones no llevaron a nada. Pensaría, más bien, que solo sirvieron para generar enfrentamientos y división entre los peruanos, y para descarrilar la atención pública de preocupaciones más conducentes.

En los 1980s, el historiador italiano Ruggiero Romano visitó Lima, invitado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP). En contra de lo que acaso esperaban sus anfitriones, aconsejó que dejáramos de preguntarnos por la identidad nacional. Cuanto más traten de definir la identidad peruana, dijo, más alejados estarán de encontrarla. Búsquenla, en todo caso, en los aspectos más prosaicos de la vida, como la cocina —añadió.

La Constitución de 1993 fue alumbrada bajo ese enfoque práctico. Aunque no se despojó del todo de los ímpetus románticos de su predecesora, es más sobria desde su Preámbulo. Tiene solo 206 artículos, mientras que la Constitución de 1979 tuvo 307. Comentando esto, el politólogo Giovanni Sartori dijo, alguna vez, que le ponía “los pelos de punta”.

El efecto positivo de la Constitución de 1993 sobre el proceso de desarrollo peruano es innegable, pero hubiese sido mayor si se la hubiera sido aplicado más fielmente. El 2002, por ejemplo, en la sentencia expedida en el caso Sindicato Telefónica, el Tribunal Constitucional restituyó la estabilidad laboral absoluta, apelando a una argumentación especiosa.

Como ha acreditado ampliamente el economista Miguel Jaramillo, a partir de ese momento el número de contratos a plazo indefinido quedó congelado. Desde entonces, solo se incrementó el número de contratos a plazo fijo. Por ello, su estudio se titula “Los efectos desprotectores de la protección del empleo: el impacto de la reforma del contrato laboral del 2001”.

Las siguientes conformaciones del Tribunal Constitucional no han corregido si no agravado el problema. El año pasado, tumbó el régimen MYPE, que era una excepción a la regla de la estabilidad laboral. Solo dos magistrados hicimos notar que el artículo 59 de la Constitución le daba sustento. En ese caso, el demandante, ay, fue el Colegio de Abogados de Arequipa.

Al permitir una mejor asignación de los recursos productivos, el régimen MYPE fue una de las explicaciones del crecimiento pro-pobre experimentado en el Perú. Como demostró un estudio elaborado por Hugo Ñopo, entre el 2007 y el 2016, el gasto real per cápita creció en todos los hogares peruanos, pero creció más en los percentiles pobres que en los ricos.

Así, la Constitución no ha sido aplicada siempre fielmente. Pero no solo ello. En sus 28 años de vida, ha tenido 24 reformas. La más controversial es también del 2002: el lanzamiento de gobiernos regionales en Departamentos. Debido a ella, el Perú tiene gobiernos regionales, pero no regiones, ya que la creación de estas fue rechazada en el referéndum de 2005.

Evidentemente, no debía ponerse la carreta por delante de los bueyes: primero debieron crearse las regiones; luego, los gobiernos regionales. En su texto original —redactado por nuestro querido paisano Juan Guillermo Carpio Muñoz—, la Constitución establecía que las regiones debían ser creadas de abajo hacia arriba, no impuestas de arriba hacia abajo. Era lo sensato.

Los gobiernos regionales derivaron de un razonamiento esquemático simplista. Ellos no tienen el arraigo histórico de los gobiernos locales. Consecuentemente, la curva de aprendizaje que están siguiendo, respecto del uso de recursos públicos, es una penosamente abierta. El país paga un alto costo por ello, en términos no solo económicos sino también políticos.

A pesar de sentencias constitucionales no siempre fieles a su texto y de reformas constitucionales no siempre bien pensadas, la Constitución ha tenido resultados positivos. La economía peruana de 2019 fue tres veces y medio la de 1993. Consecuentemente, la pobreza se redujo a un récord histórico de 20%. Además, en la medida que la Constitución se aplicó con fidelidad, se redujo también la desigualdad.

Como alguna vez hizo notar el economista Richard Webb, el despegue económico peruano falsea la hipótesis de “la campana de Kuznetz”, según la cual la desigualdad aumenta necesariamente al pasarse del subdesarrollo al desarrollo —especialmente, cuando se lo hace aceleradamente. En el Perú, bajo el régimen constitucional económico, no ocurrió ello.

La Constitución ha logrado todo esto porque ha afirmado la libertad económica, que es el mejor predictor de crecimiento que se conoce. En los índices de libertad económica, el Perú ha obtenido muy altos puntajes en componentes como la estabilidad monetaria y la apertura comercial. Los fundamentos institucionales de ambos están en normas constitucionales.

No todo el esquema constitucional ha sido apropiado, sin embargo. El 2020 fue nuestro annus horribilis. El COVID-19 fue enfrentado con una cuarentena tan drástica como inútil: el Perú ha tenido el número más alto de muertos por COVID-19 por millón de habitantes del mundo. Al 10 de octubre, 5,982, mientras que el promedio mundial es de apenas 616. Tenemos casi diez veces el promedio mundial.

Al mismo tiempo, la economía se contrajo 12%, volviendo al tamaño que tenía cinco años atrás. Además, la reducción de la actividad económica afectó a todos, pero más a los más pobres. Como ha señalado el Instituto Peruano de Economía (IPE), la pobreza regresó a los niveles que tenía diez años atrás. El 2020, el tamaño de la economía fue el de 2015, pero el porcentaje de peruanos bajo la línea de la pobreza fue el de 2010.

Las políticas públicas que han llevado a esta situación tienen responsables que deben ser identificados. Sin embargo, también debe entenderse que fueron gestadas bajo una estructura política inadecuada. Esta contribuyó, en alguna medida, a ello. Así, si hay algo que reformar en la Constitución no es el régimen económico sino la estructura del Estado; esto es, el sistema de gobierno y el de representación.

A través de una adecuada disposición de las reglas de juego político, una buena estructura del Estado debe ponernos a salvo de políticas púbicas desastrosas, y de actores políticos que —con la coartada de la lucha contra una pandemia— avancen una agenda ideológica extraña. La democracia constitucional, en suma, debe vacunarnos contra el virus del populismo.

Nuestro sistema de gobierno es una mezcla abigarrada de presidencialismo y parlamentarismo. Las funciones del presidente de la República son no solo de jefe de Estado sino también de jefe de gobierno; además, es elegido directamente por el pueblo. Esto no ocurre ni siquiera en los Estados Unidos, cuna del presidencialismo, donde esta elección pasa por un Colegio Electoral. Es, pues, semi-directa.

Por otro lado, desde 1848, aquí el Congreso puede censurar a los ministros de Estado, al estilo de los sistemas parlamentarios europeos. Dados los excesos en los que se incurrió en el ejercicio de esta facultad, antes del largo paréntesis al proceso constitucional del gobierno militar (1968-1980), las últimas dos Constituciones introdujeron normas que buscaban un mayor equilibrio entre los poderes elegidos.

Sin embargo, este equilibrio ha resultado elusivo. La Constitución de 1993 señala que los ministros no solo deben plantear cuestión de confianza al inicio de su gestión, sino que pueden hacerlo también más adelante. En el caso Cuestión de Confianza (Exp. 0006-2018-PI/TC), por unanimidad, el Tribunal Constitucional precisó que ello podía hacerse solo sobre “políticas que su gestión requiera”.

Empero, por mayoría, el propio Tribunal Constitucional, en el caso Disolución del Congreso (Exp. 0006-2019-CC/TC), admitió no solo que se planteara cuestión de confianza sobre una atribución exclusiva del Congreso, sino que se admitiera su denegación fáctica. En el voto singular que emití entonces —coincidiendo con otros dos colegas—, opiné que ello vacía de contenido al principio de separación de poderes.

El telón de fondo del enfrentamiento entre poderes elegidos estuvo dado por el resultado de las elecciones generales de 2016. Como se recordará, en la primera vuelta, Fuerza Popular obtuvo 57% del Congreso; sin embargo, en la segunda, la presidencia de la República la consiguió Pedro Pablo Kuczynski, cuyo partido (PPK) tenía solo 16% del Congreso. Esto nos puso en trayectoria de colisión.

Para evitar que esto se repita necesitamos un sistema de partidos. En su dimensión orgánica, la democracia constitucional puede definirse como la alternancia ordenada de partidos en el poder. Gracias a ello, se supera la visión de corto plazo en los actores políticos. Quienes están en el poder saben que en la elección siguiente pueden pasar a la oposición, pero en la subsiguiente pueden volver al poder.

La democracia constitucional así definida contribuye a que todos sean medidos con una misma vara por la justicia, puesto ello se convierte en interés común. De esa manera, surge y se va fortaleciendo en el tiempo el estado de Derecho. Este es no solo el ideal al que apunta todo orden constitucional sino también el componente clave de la libertad económica. Esta no llega a dar nunca todos sus frutos sin él.

La formación de un sistema de partidos no puede hacerse por decreto, pero sí inducirse con reglas apropiadas. La fragmentación partidaria puede ser desalentada con reglas antitransfuguismo como las que contuvo la reforma del Reglamento del Congreso de 2016. Lamentablemente, también con mi voto en contra, el Tribunal Constitucional tumbó dicha reforma.

Sin embargo, para contar con un sistema de partidos, más importante todavía es el sistema de representación. La fragmentación partidaria está asociada a la representación proporcional; la consolidación, a la representación de mayorías, basada en la elección de los congresistas en distritos electorales pequeños, en los que se elijan no más de tres representantes.

En el Perú, la fragmentación legislativa está claramente asociada a la introducción de la representación proporcional en 1963, por el Decreto Ley 14250. Ella es una de las explicaciones al paréntesis constitucional más largo de nuestra historia, al que ya nos referimos (1968-1980). Lamentablemente, ha sido mantenida por las Constituciones y leyes electorales siguientes.

La elección de los congresistas en distritos electorales uni, bi o trinominales introduciría incentivos contrarios a la dispersión de los partidos políticos. Más importante aún, posibilitaría una rendición de cuentas más clara, al acercar a los representantes a la ciudadanía. No es casual que este sistema sea utilizado en las democracias más asentadas de países grandes, en los que no hay mecanismos alternativos de rendición de cuentas.

Complementariamente, debe repensarse nuestro calendario electoral. Si se quiere mantener la elección simultánea del Congreso y el Ejecutivo, el mandato debiera ser de solo cuatro años, como en Argentina, Brasil, Colombia, Chile o Ecuador. Mayor frecuencia en las elecciones significa mayor control ciudadano sobre el proceso político.

Mejor sería introducir elecciones escalonadas, como las de los Estados Unidos. Allí el mandato presidencial es de cuatro años, pero el de los representantes es solo de dos. El de los senadores es de seis, pero renovándose por tercios cada dos años. Así, se combinan oportunidades de cambio débil (cuando se renuevan todos los diputados y un tercio de los senadores) y de cambio fuerte (cuando además se renueva la presidencia).

Este calendario, en todo caso, proscribe las oportunidades de cambio total, que existen en las elecciones simultáneas. Evidentemente, es muy riesgoso que se pueda cambiar no solo al Ejecutivo sino también al íntegro del Congreso cada cinco años. Ello aleja las posibilidades de desarrollar la eficiencia adaptativa de la que habló el Premio Nobel de Economía Douglass S. North. Esta deriva de combinar el cambio y la continuidad.

Un calendario electoral escalonado requiere la reintroducción del Senado. El expresidente de la República Martín Vizcarra lo propuso como una de sus reformas políticas, pero terminó haciendo campaña contra ella, en la idea de que la prioridad era impedir cualquier posibilidad de reelección de los congresistas. Parece que prestó oídos a alguna tuitera, que debiera pensar más.

Un informe de la Comisión de Venecia —preparado para la Organización de Estados Americanos (OEA)— señala que no es lo mismo establecer límites a la reelección para un cargo ejecutivo individual que para integrar un colegiado sin funciones ejecutivas como el Congreso. En Estados Unidos, algunos estados solo permiten tres elecciones a la Casa de Representantes y dos al Senado, pero la regla es que se permite la reelección.

El Senado, además, permitiría combinar diferentes circunscripciones electorales y criterios de representación. Podrían elegirse proporcionalmente seis senadores en seis macrorregiones: Norte, Sur, Centro, Oriente, Lima-Norte y Lima-Sur. Estas circunscripciones senatoriales nos pondrían en rumbo de corregir la situación de los gobiernos regionales en Departamentos.

El Senado, en fin, debiera actuar solo como cámara de revisión, no tener iniciativa legislativa. Además, debiera encargarse de la elección de las personas que ocupan cargos fundamentales en la administración pública, en la administración de justicia, en las fuerzas armadas y en la representación diplomática. El Senado no debió nunca ser suprimido sino perfeccionado.

Evidentemente, hay reformas constitucionales pendientes. Sin embargo, estas deben ser puntuales. Sería lamentable que se instrumentalice la necesidad de estas reformas para pretender una refundación de la República. Uno no puede pretender siquiera borrar su pasado; más bien, debe abrazarlo como suyo, con todos sus errores y aciertos.

La inquietud por la identidad nacional no debe volver a instaurarse en el debate público peruano, por más que venga alentada por vientos globales. Qué paradójico: la inquietud por la identidad nacional es hoy un fenómeno global. Francis Fukuyama ha dedicado un sendo volumen a explicarlo: Identidad: La demanda de dignidad y las políticas del resentimiento. Los peruanos debemos resistir esas malas tendencias.

Como ha señalado hace pocos días Alonso Cueto, por pelear “la batalla del pasado”, “por perdernos en las divisiones bizantinas, [podemos] no atende[r] los problemas inmediatos”. Tenemos, pues, que canalizar adecuadamente los actuales ímpetus reformistas, separando la paja del trigo, lo bueno de lo malo de nuestro orden constitucional, sin descarrilar la promesa de la vida peruana de la que habló Basadre.

Concluyo con Alonso:

Si alguien quiere seguir peleando la guerra de la conquista, pues adelante. Pero sin estos traumas recurrentes, afirmándonos por nosotros mismos y no por oposición a otros, nos irá mejor, incluso bien.

Muchas gracias.

Lampadia




Con el Score en Contra

Con el Score en Contra

Jaime Spak
Para Lampadia

Al día siguiente de la dimisión de Bellido, este fue entrevistado en RPP y lo único que hizo fue evadir las preguntas de fondo.

¿Por qué ventilaba todo en público? su negativa respuesta fue producto de una amnesia pasajera sobre sus pronunciamientos sobre la salida de Maraví, el Gas de Camisea y el pedido de renuncia del canciller.

No hay duda que este señor tiene una severa patología psicológica que debe trabajarla, incluso a la fuerza pues una jueza le ha ordenado en el caso de la congresista Chirinos, no se le acerque a menos de 300 metros y se someta a una terapia de manera urgente como parte del veredicto.

Hemos tenido un presidente del Consejo de Ministros durante 69 días, que no solamente no reunía los requisitos, sino con serios trastornos, de allí su misoginia, su desprecio a la gente y sus continuas faltas de respeto a los periodistas (por qué no te lavas los oídos) sic.

Esta persona que elogió a Edith Lagos, que nunca indicó que Sendero Luminoso fue un grupo terrorista, recibía todos los lunes informes de los servicios de inteligencia del Perú.

Se imaginan esa privilegiada información en manos de este sujeto.

Pero lo más triste, fue que confesó que no escogió a los ministros de su gabinete. Es decir, ese funesto 30 de Julio, hubo una repartija de ministros entre Castillo y Cerrón, prácticamente al azar, de allí el pésimo equipo escogido.

No quiero extenderme en seguir refiriéndome a un impresentable.

Muy importante que esto sirva de lección pues la desconfianza persiste.

Lamentablemente no podemos ser tan ilusos de pensar que la presencia de Mirtha Vásquez va a resolver todo, ella es una persona de izquierda conciliadora e inteligente, pero para gobernar el Perú se requiere pragmatismo e ideas progresistas de verdad.

Hay situaciones muy importantes que no podemos dejar de soslayar, y entre ellas la presencia en el nuevo gabinete de ministros cuestionados del anterior gabinete y de los nuevos miembros.

Persisten con el ministro de Defensa, un ex suboficial de la policía que fue dado de baja por serios problemas en la institución.

Dentro de los nuevos ministros, el del interior, un ex policía que tuvo la friolera de 158 sanciones cuando estuvo en la institución al que no pudo llegar más arriba del grado de Mayor, pues no pudo superar los exámenes de rigor y fue dado de baja en la institución.

Luego estudió abogacía y (oh sorpresa) pertenece al estudio de abogados que defienden a Perú Libre, Bermejo y Vladimir Cerrón, que en estos momentos están siendo procesados por la justicia.

Les cabe la menor duda que tendrá información privilegiada sobre Cerrón, los dinámicos del Centro y Perú Libre.

Así no juega Perú señor Castillo.

Un ministro debe ser una persona prístina y sin ningún antecedente negativo. Y siguiendo el mal ejemplo del anterior gabinete, se va a aferrar al puesto y será motivo de otra crisis en ciernes.

La sorpresa y desazón ha generado que haya retirado al ministro de Educación Juan Cadillo, un verdadero maestro que fue galardonado con el premio nacional de cultura en el 2018 y que fue elegido uno de los 10 mejores maestros del mundo.

Lo mas desagradable fue que al profesor Cadillo se le despidió por Wattaspp. Se imaginan el nivel de informalidad, malas costumbres y faltas de respeto a una persona decente.

Se ha reemplazado a este joven profesor innovador, por un veterano maestro jubilado que pertenece al Fenate, sindicato reconocido de manera exprés por el exministro Maraví. No olvidemos que Fenate, viene del Conare y del Movadef, muy ligados al remanente de sendero luminoso.

El Sutep se ha pronunciado en contra de esta designación, estamos ante un nuevo conflicto magisterial.

Aún siguen ocupando puestos muy importantes otras personas seriamente cuestionadas, el presidente de Essalud, y el de Indecopi.

Estos cambios se caen de maduros.

Una excelente decisión de la nueva primera ministra sería cambiar de inmediato a estas personas cuestionadas, para que pueda iniciar su labor sin ese lastre.  

Lo que más nos enardece es que estos señores de Perú Libre, con su ideología arcaica marxista leninista, no se han percatado que estas ideas son cosas del pasado.

El muro de Berlín fue destruido en 1989, y la Unión Soviética se disolvió dos años después.

El comunismo ya no existe

 China es un capitalismo de estado.

Los únicos países que se dicen comunistas o socialistas en el mundo son dictaduras de personas o familias.

Corea del Norte (más de 75 años con tres generaciones de sanguinarios dictadores), Cuba (más de 60 años de los hermanos Castro), Venezuela (más de 20 años) y Nicaragua (la dictadura de la pareja presidencial), todos gobernados por gente que se ha apropiado del país.

¿Estamos esperando que Cerrón y compañía se adueñen del país para engrosar esta triste lista de países?

¿Seguiremos tolerando esta idea equivocada de los miembros del partido de gobierno, que fueron elegidos por su programa político?

Pues no señores, fueron elegidos en su gran mayoría por ser anti-Keiko antes que pro-Castillo.

Qué lástima que ningún gobierno desde Belaunde, Velasco, Alan García, Toledo, Humala, PPK, Vizcarra, haya podido salir airoso de la corrupción y varios miembros de estos, hayan tenido que pasar por el poder judicial, que tampoco es un paraíso de legalidad.

Los peruanos estamos hartos de esta situación, y ahora más que nunca el congreso es quien tiene en sus manos la posible solución.

¿Pero qué nos espera de este congreso, si hay ocho bancadas de oposición que no se ponen de acuerdo, y todos desean ser los líderes?

Incluso la bancada oficialista más numerosa de Perú Libre en menos de tres meses ya se partió en dos.

Si la oposición no hace causa común, sucederá lo mismo que en Venezuela, que por no ponerse de acuerdo no tienen manera de enfrentarse al dictador Maduro.

Pero abran los ojos, nada sucederá si nosotros no hacemos algo para que esto suceda.

El Perú ha crecido en los últimos 25 años y no podemos tirar todo por la borda.

Hay que unirse ahora y no seguir a la expectativa, esperando que las cosas sucedan por sí mismas.

Tenemos la misión de poner el hombro para que sigamos creciendo, es la única forma de vencer a la pobreza.

Sería interesante hacer la siguiente encuesta: ¿qué porcentaje de la población desearía una vacancia?, y estoy seguro que nos llevaríamos una tremenda sorpresa con el resultado.

Y no porque Castillo sea una persona humilde, profesor de un colegio primario de provincias, sino porque no tiene capacidad para gobernar, y eso es muy grave.

Este señor ha sido más sindicalista que profesor, por ello la persistencia de llamarlo “profesor Castillo “. No puede dar una sola entrevista y dejemos de ser ilusos pensando que algún día lo hará. Nunca lo hará y es porque no está capacitado para enfrentarse a ningún entrevistador, después del desastroso resultado de su única entrevista previa a la segunda vuelta.

Castillo no toma decisiones, me da la impresión que se despierta todos los días con un cúmulo de angustias por estar en el lugar equivocado y persiste con este personaje del sombrero que nos produce desagrado para evadir la realidad.

Pero, si en un momento de lucidez decide arreglar las cosas le sugiero realizar estas acciones:

  1. Nombrar a la mejor gente para ocupar los puestos de importancias en el estado y dedicarse a la parte social y ver que se maneje las cosas con honestidad y transparencia.
  2. Desvincularse de Cerrón y compañía.
  3. Olvidarse de la asamblea constituyente.
  4. Preocuparse del crecimiento del país para que pueda ayudar a gente menos favorecida.

Si no hace esto creo que tenemos todo el derecho de unirnos para que este presidente o renuncie o sea vacado.

No estamos para medias tintas, ya estamos con el score en contra, recién ha empezado el partido y esperemos que no acabe en goleada. Lampadia




El fantasma de Maraví

El fantasma de Maraví

Milagros Leiva
MIENTRAS TODO SUCEDE
Para Lampadia

Iber Maraví ha jugado con la memoria de los peruanos, de los que todavía no entienden el gran daño que nos hizo Sendero Luminoso durante más de veinte años. En sus descargos ha dicho de todo para marear al pueblo, para pasar por víctima, por el hombre que no tiene sentencias y sí atestados en la Dircote (según él pueden obedecer a testimonios hechos bajo tortura). No importa que el mismo Sutep le diga mentiroso y le aclare que fue miembro fundador de Conare que es Movadef y que en origen y final es Sendero Luminoso. No importa nada, solo mentir para que algo quede y se salve de la censura. Maraví quiere permanecer como Ministro y cuenta con el apoyo del presidente Pedro Castillo.

Ha obrado bien la ex fiscal de la Nación y hoy congresista Gladys Echaiz, le ha dicho con todas sus letras que quizá no tiene sentencias porque en aquella época jueces y fiscales dejaban pasar hechos delictivos porque no querían morir. Vivían amenazados en Ayacucho. Pero de eso el profesor Maraví, el hombre que se describe como un luchador social, prefiere no hablar. Y existe algo peor: la masacre de Lucanamarca. Existe el fantasma de Maraví. ¿No entienden a qué me refiero? No se preocupen. El ministro ha sido hábil. No ha contado los detalles para no levantar indignación.

Recordemos entonces.

Todo comenzó a las ocho de la mañana. Fueron 60 miembros de Sendero Luminoso y estaban armados con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego. Querían vengarse e iniciaron un ataque cruel y despiadado. A lo largo de un trayecto de sangre pasaron por Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz y terminaron en Lucanamarca, un pueblo ayacuchano que jamás olvidará el 3 de abril de 1983. Yo tampoco puedo olvidarlo porque hasta ese pueblo llegué para escuchar testimonios durante las audiencias de la Comisión de la Verdad. Fue una demencial incursión, eso me dijeron los campesinos a los que pude entrevistar. Sesenta y nueve campesinos brutalmente asesinados.

Recuerdo los relatos perfectamente. Sendero se vengó de este pueblo que no se subordinó y los terroristas no tuvieron reparos en asesinar a machetazo limpio a mujeres y hombres, ancianos y también bebés. Destriparon a mujeres embarazadas sin remordimiento. Sendero quería demostrar que era un hueso duro de roer y que estaba dispuesto a todo. Abimael Guzmán reconoció que esa masacre “fue un error”, “un exceso”. Jamás pidió perdón. Cráneos partidos, cuerpos quemados con agua hervida, sesos regados. Sangre, mucha sangre. Gritos, estertores, lamentos de un pueblo que vivió en agonía la peor de las pesadillas, un pueblo que aprendió impotente el concepto de la crueldad.

El punto es uno solo: los testimonios obtenidos sindican directamente a Hildebrando Pérez Huarancca como el responsable del ataque. Los testigos entrevistados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación identifican con este nombre al líder senderista y lo describen como el hombre que ingresó llevando dos pistolas, con voz de mando. Era un profesor. Eso dijeron. Alto, flaco, mestizo. Blanquiñoso, de ojos vivos y pelo lacio, así lo describieron.

Hildebrando Pérez es el suegro de Iber Maraví.

¿Y eso qué importa? Podrán decir. Es su suegro, pero no significa nada. Se equivocan en un punto absolutamente neurálgico. El actual ministro de Trabajo que está a punto de ser censurado ha dicho que nada tiene que ver con el suegro, que no lo conoció, que desapareció de la vida de su esposa y que muerto está. ¿¿Muerto?? Maraví se ha preocupado de mencionar a Hildebrando como un terrorista cualquiera y no como el monstruo de Lucanamarca. ¿Acaso no era el momento perfecto para condenar a Sendero por esa espantosa masacre? ¿No recuerda ministro Maraví que “a los niños recién nacidos les sacaron las tripas y pisaron sus cabezas hasta que salgan sus sesos”? ¿No recuerda los testimonios? ¿Usted que ha leído la CVR por qué no cuenta los detalles y de paso los condena? No me he cansado de decirlo en mi programa y lo escribo ahora: Si el ministro sabe que Hildebrando Pérez ha muerto nos puede explicar cómo, cuándo y dónde falleció. ¡¡¡La Dircote todavía lo da por fugitivo!!! ¿Puede explicárselo a los familiares de esos 69 peruanos que merecen conocer la verdad sobre el verdugo? Cuéntenos Maraví, diga toda la verdad. ¿Qué sabe de ese terrorista? ¿Cómo murió? ¿O también debemos enterrar a Lucanamarca y hacer de cuenta que nada malo pasó solo porque a usted le da la relagada gana de ser ministro cuando sabe que con eso nos afrenta? Lampadia




Corrijan el rumbo

Corrijan el rumbo

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Hoy presentamos una nueva encuesta que hemos encargado a Ipsos. Se han entrevistado presencialmente a 1,213 personas mayores de 18 años de todos los NSE en el ámbito nacional urbano-rural entre el 24 y 25 de septiembre del 2021.

Encontramos, tal como hemos visto en las encuestas anteriores, que Castillo-Cerrón-Bellido están gobernando para un país que solo está en sus designios políticos. Los peruanos no somos tontos. Hemos aprendido con mucho dolor, los impactos de la inflación, de la falta de inversión y empleo, de la escasez de alimentos y medicinas, y del abuso de los malos funcionarios públicos.

I. Veamos que quieren los peruanos del gobierno

  • Los peruanos no queremos que nos desunan.
  • Necesitamos un presidente que lidere.
  • No queremos que Cerrón tenga influencia en el gobierno.
  • No queremos que se cree inestabilidad con el cambio de Constitución.
  • No queremos que se ahuyente la inversión privada que crea empleo.
  • La prioridad del gobierno debe ser transmitir confianza.
  • También alejar a personas vinculadas al terrorismo.
  • Queremos que se nombre funcionarios capaces y honestos.

Los siguientes cuadros presentan los detalles de todos estos temas:

II. Otros mensajes importantes para el gobierno

  • El 83% considera que Cerrón es un sentenciado que debe alejarse del gobierno.
  • El 89% considera que Castillo no tiene suficiente fuerza para alejar a Cerrón del gobierno, o no rompe con el porque necesita sus votos en el Congreso, o son simplemente aliados, o Cerrón lo tiene amenazado con temas comprometedores.
  • El 65% rechaza la reunión de Castillo con el dictador Maduro.
  • El 90% desaprobaría el modelo venezolano para el Perú.
  • El 68% considera que los militantes de SL y Movadef, deben ser apartados del gobierno.

Veamos los detalles a continuación.

III. Educación, salud y libertad de prensa

  • El 71% cree que lo que se necesita es una mejor gestión publica en educación y salud, en vez de estar pensando en cambiar la Constitución.

Esto es unánime en todas las zonas del país, en todos los niveles socioeconómicos, géneros y edades.

  • El 80% dice que el gobierno debe respetar plenamente la libertad de prensa.

Veamos:

Pueden revisar la encuenta completa en el siguiente enlace: Opinión pública en el Perú

Esperamos que esta información ayude al gobierno a enmendar entuertos y a tomar el rumbo de la prosperidad. No se pueden hacer cambio improvisados, ni imponerlos. Los peruanos quieren más trabajo y la tranquilidad, que solo pueden lograrse con mayor confianza en el futuro y con mucha más inversión privada. Lampadia




¡Vamos peruanos que tenemos que ganar!

¡Vamos peruanos que tenemos que ganar!

Rafael Venegas
Para Lampadia

Agosto de 1969. Dos goles de Cachito Ramírez. Perú clasificó al mundial de México 70 eliminando a Argentina en la Bombonera. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Perú campeón, Perú campeón, es el grito que repite la afición!

Octubre de 1975. Gol del cholo Sotil. Perú campeón de la Copa América. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Arriba Perú!

Noviembre de 2017. Goles de Farfán y Ramos. Perú clasificó para el mundial de Rusia 2018. Miles toman las calles vivando al Perú en todo el país. Banderas peruanas al tope, himno nacional y música criolla a toda voz. Personas de toda condición hermanados, abrazados y gritando de alegría. Emoción y fuerza colectiva patriótica al máximo. ¡Contigo Perú! ¿Cómo no te voy a querer? ¿Cómo no te voy a querer? ¡Si eres mi Perú querido el país bendito que me vio nacer!

Estas multitudinarias y patrióticas manifestaciones callejeras se han dado varias veces en el país y en ellas una enorme cantidad de peruanos, especialmente los jóvenes, se han confundido entre abrazos, cánticos y vítores, cargados de pasión y patriotismo generado por la selección blanca y roja: el orgullo de todos los peruanos.

Esta pasión y fuerza colectiva de los hinchas peruanos fue reconocida internacionalmente, al otorgársele el premio a la mejor hinchada del mundial Rusia 2018.

Entonces, las preguntas que todos nos hacemos son:

¿Dónde está esa pasión y fuerza colectiva patriótica de los jóvenes peruanos, frente a la posibilidad de que destrocen nuestro país?

¿Qué les pasa? ¿Por qué esta pasividad e indiferencia?

La verdad es que no debería haber respuestas, pero lamentablemente si las hay. La mas clara es porque existe un tremendo desconocimiento, en la gran mayoría de jóvenes peruanos, de las terribles experiencias impulsadas por el comunismo, que se vivieron en el país en las décadas de los años setenta y ochenta.

Felizmente, con gran esfuerzo y mucho sufrimiento, fuimos capaces de superarlas. Sin embargo, los que las vivimos, hemos cometido el gran error de no haberlo transmitido adecuadamente a las siguientes generaciones, para que no se repita. ¡Craso error!

Además, no se hizo nada por impedir la infame y malévola penetración de la doctrina socialista al sector educación, permitiéndose que en los colegios y universidades se distorsione la verdad histórica y se enseñen versiones totalmente sesgadas y muy distintas a la realidad. ¡Otro craso error!

El resultado es que ahora la gran mayoría de los menores de 60 años (88% de la población), saben poco o nada del miedo y la miseria que se vivió en los años 70 durante el nefasto régimen militar comunista de Velazco.

De igual manera, la mayoría de los menores de 40 años (65% de la población), no conocen nada o casi nada de la terrible década de los 80, con el sanguinario terrorismo a manos del genocida grupo comunista sendero luminoso, que asesino a miles de peruanos inocentes.

Estas lamentables taras se han complementado negativamente con un sentimiento triunfalista de estabilidad política y crecimiento económico, que se vivió por mas de 25 años en las décadas recientes y que generó una falsa ilusión de estar en camino al desarrollo.

Ese periodo de ¨bonanza¨, enfocado casi exclusivamente en lo económico y casi nada en lo político y social, aburguesó a la gran mayoría de la población, especialmente a los mas jóvenes. La clase media se duplicó y supero el 50%.

Esta mala combinación ha generado un peligroso adormecimiento y desinterés político en la mayoría de los jóvenes peruanos, ¡del cual tienen que despertar ya, sino será muy tarde!

El nuevo gobierno comunista tiene planes muy claros, pero totalmente equivocados y están dispuestos a implementarlos a como de lugar. Esto, sin duda, llevará al país a la debacle. Por eso tenemos que hacerle frente rápidamente y con mucha firmeza y decisión.

Para eso contamos con tres líneas de defensa, amparadas por nuestra actual constitución: El congreso; la población alzando su voz de protesta en las calles y como último recurso, las FFAA, siempre y cuando se viole la constitución.

En cuanto a la segunda línea, es cierto que la población está protestando en las calles, pero lamentablemente no está funcionando adecuadamente por falta de liderazgo, por la presencia de políticos desgastados y por la tibieza de su formato.

Además, la participación de los jóvenes es muy pobre, contrastando con el enorme patriotismo y fuerza colectiva que demuestran cuando se trata de la selección de fútbol. Esto es preocupante y sobretodo muy decepcionante.

Los jóvenes peruanos tienen que ser conscientes que su voz de protesta no es solo su derecho, sino también es su deber y que, si no se logra detener este avance comunista, ellos y sus hijos serán los mas perjudicados.

Es absolutamente necesario que nosotros, los mayores, actuemos de inmediato transmitiendo y difundiendo a los jóvenes de nuestro entorno, las terribles vivencias de las décadas de los 70 y 80 causadas por el comunismo. Al mismo tiempo debemos impulsarlos para que participen activa y patrióticamente en las marchas y protestas públicas, con la misma entrega y emoción con que lo hacen cuando se trata del fútbol.

La prensa, que mayoritariamente jugó un papel vergonzoso en las últimas elecciones, afortunadamente se ha dado cuenta de su error y está rectificando valientemente. Su enérgica y firme participación es absolutamente necesaria para hacerle conocer a los jóvenes, las crudas experiencias que se vivieron en el pasado por culpa del comunismo y así complementar el esfuerzo de defensa del país.

Hay una nueva generación de políticos y también de ejecutivos que están interesándose en el tema y que son los indicados para liderar este cambio. A ellos tenemos que interesar, impulsar, empoderar y apoyar para que participen activamente en estas lides.

Lucas Ghersi, Adriana Tudela, Rosangella Barbaran, Vivian Olivos, Alejandro Cavero, Vanessa Quiroga y Vania Thais, entre otros, deben convertirse en los nuevos líderes políticos del país y deben contar con todo nuestro apoyo.

Vamos jóvenes peruanos, despierten y defiendan a su país y a su futuro, con la misma fuerza colectiva y patriotismo con el que apoyan ¨a muerte¨ a nuestra selección.

Y como se canta en la tribuna cuando juega la blanca y roja:

            ¨Vamos peruanos, que tenemos que ganar¨

P.D. Favor difundan este artículo entre los jóvenes de su entorno e impúlsenlos a participar activamente en la defensa de nuestra democracia. Gracias.

Lampadia




Perú Libre, Castillo y Cerrón, engañan a los peruanos

Perú Libre, Castillo y Cerrón, engañan a los peruanos

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Haciendo honor a la tradición de la mentira como mecanismo para la toma del poder de los regímenes que han instalado el comunismo o el socialismo del siglo xxi, Perú Libre (PL) ha lanzado en provincias una campaña mentirosa y falseante para promover una asamblea constituyente que solo cuenta con el apoyo del 20% de la población.

Líneas abajo mostramos la transcripción del audio propalado por PL y nuestro análisis que desnuda las mentiras del partido de gobierno.

Veamos parte por parte:

Manipulación política

Las constituciones, la máxima norma de los estados democráticos, establecen su estructura, regulando la separación de poderes, sus controles y equilibrios. Fijan los derechos y libertades de los ciudadanos y limitan el poder del Estado en relación a los mismos. También pueden delimitar el sistema económico y establecer prioridades para el desarrollo de la sociedad.

Las constituciones no regulan las normas para la lucha contra la corrupción, esa tarea corresponde a los cógigos civiles y penales del sistema judicial.

Otra manipulación

Las constituciones no se cambian, se reforman. El espíritu de una Constitución es dar un marco de largo plazo para el desarrollo de los ciudadanos y las empresas.

Los países más desarrollados nunca cambian su Constitución. Esto solo se hace en países instables que dan dos pasos adelante y otro atrás.

Nuestra Constitución establece con precisión los mecanismos para hacer reformas. Eso no es un disfraz.

Mentiras abiertas

La Constitución de 1993 fue definida por el Congreso Constituyente Democrático, formado por 80 miembros elegidos democráticamente por todos los ciudadanos en elecciones libres, en representación de 10 partidos o agrupaciones políticas distintas.

Los constituyentes debatieron públicamente durante dos años, y la Constitución fue presentada al país para su aprobación mediante un referéndum que recibió el voto del 52.24 % de los peruanos.

Más mentiras y distorsiones

Con la Constitución de 1993, la capacidad productiva del Perú se multiplicó extraordinariamente en muchos sectores económicos, generando empleo a lo largo y ancho del país, y recursos fiscales que el Estado no supo emplear en los servicios públicos, muchas veces por corrupción.

El Estado tiene soberanía en todo nuestro territorio, especialmente después de haber derrotado al terrorismo del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso.

Ya no hay empresas públicas que generaban inmensas pérdidas económicas a todos los peruanos, daban muy malos servicios y eran el refugio de funcionarios corruptos.

Otra manipulación

Los peores monopolios son los que manejan los Estados, porque no están sujetos a ningún control.

El artículo 61° de la Constitución establece que “El Estado facilita y vigila la libre competencia. Combate toda práctica que la limite y el abuso de posiciones dominantes o monopólicas. Ninguna ley ni concertación puede autorizar ni establecer monopolios”.

Salvo excepciones de menor impacto, en el Perú no se especula con los precios. Tenemos una economía social de mercado que establece la competencia abierta. Por ejemplo, los servicios públicos que se privatizaron, bajaron muy importantemente sus precios, mejoraron la calidad y cobertura de sus servicios; tal como les consta a todos los ciudadanos. Más  bien la especulación aparece cuando se controla los precios, porque se genera escasez.

Torciendo la realidad

Al contrario, la única manera de sostener los servicios básicos es tener un sector privado que invierta, crezca, genere empleo y recursos fiscales para que el Estado pueda mejorar la educación y salud públicas, invertir en infraestructuras y tecnología. Sin la generación de riqueza que produce la inversión privada, el Estado solo podría repartir pobreza.

La economía social de mercado es el sistema que permitió a Alemania salir de la Segunda Guerra Mundial para convertirse en una potencia global.

Nuestro sistema económico está a mitad de camino. Desde que se dio la Constitución de 1993, el Perú se recuperó de la condición de ‘Estado Fallido’.

Ver la siguiente evidencia:

No nos dejemos engañar, el afán por cambiar la Constitución es solo una maniobra para tomar el poder absoluto y someternos a un Estado mandón que no nos deje trabajar ni crear riqueza. Lampadia




Las narrativas que le dan vida aun a Sendero

Las narrativas que le dan vida aun a Sendero

Jaime de Althaus
Para Lampadia

La muerte de Abimael Guzmán debería servirnos para revisar los mitos y narrativas que se han construido en torno al terrorismo en el Perú, y que han impedido que la victoria sobre el senderismo haya sido total.

El primer mito es el que postula que la causa facilitadora del terrorismo fue la pobreza, la explotación. Lo dijo el sábado ministro de Justicia Aníbal Torres y Vladimir Cerrón lo puso así en un tuit:

“Muerte de Abimael Guzmán debe reflexionar al país si las causales del terrorismo subversivo y de estado, han desaparecido, menguado o se mantienen. Mientras existan grupos humanos privilegiados y otros explotados, la violencia encontrará tierra fértil”

La causa del ataque terrorista al Perú, que dejó decenas de miles de muertos, no fue la pobreza ni la desigualdad, sino de la ideología marxista-leninista-maoísta que predica la lucha de clases y la conquista del poder por medio de la lucha armada conducida por la vanguardia del pueblo que es el partido. En este caso, el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso (PCP-SL). Una ideología que generó una maquinaria de guerra y de muerte para tomar el poder.

Por eso la mayor cantidad de víctimas de Sendero fueron campesinos pobres -algo diabólicamente necesario para construir bases de apoyo-, y no hacendados que ya no existían luego de la reforma agraria, y lo que facilitó su avance fue el desmantelamiento del Estado local basado en el orden señorial, sin que fuera reemplazado por un Estado moderno.

Los campesinos nunca se sumaron voluntariamente a las huestes de Sendero Luminoso. Fueron sometidos por la fuerza y a punta de asesinar a sus autoridades. Por eso la victoria final sobre Sendero se produjo cuando por fin pudieron liberarse de ese yugo gracias al apoyo en armas que empezaron a recibir a partir de 1990.

Los dirigentes de Sendero no eran indígenas. Eran blancos (algunos, como Abimael Guzmán, costeños) o “mistis” cuyos padres, en algunos casos, habían perdido sus haciendas o fundos con la reforma agraria. Ellos, más bien, replicaron con la base campesina, de una manera perversa y asesina, el mismo tipo feudal de relación heredado de sus padres y abuelos, e instrumentaron al campesinado como carne de cañón.

La estrategia victoriosa

El Perú, en cambio, sólo pudo derrotar a Sendero precisamente cuando superó la tara colonial y consideró a los comuneros como iguales, cuando el Estado decidió aliarse en lugar de enfrentarse a los campesinos, dándoles armas y ayuda cívica. A partir de ese momento fueron los propios ronderos quienes señalaron y derrotaron a los terroristas.

El otro componente fue el fortalecimiento de la inteligencia policial para capturar a las cúpulas y jueces militares y sin rostro para juzgar a terroristas en lugar de ejecutarlos extrajudicialmente, como ocurría en los 80. La detención de Abimael Guzmán fue la mayor prueba de esto.

Entonces lo que derrotó a Sendero fue una estrategia inteligente y esencialmente respetuosa de los derechos humanos basada en una alianza con el campesinado, en inteligencia policial y en justicia eficaz. El conductor de esa estrategia, sin embargo, terminó en la cárcel con una condena de 25 años sin pruebas por violación de los derechos humanos. Esto debido a la acción criminal del grupo Colina, que fue un elemento extrínseco a la estrategia general (pues lo que derrotó a Sendero no fueron los asesinatos del grupo Colina, si no la captura de las cúpulas, su enjuiciamiento y la alianza con las comunidades).  

El Perú no la ha convertido en orgullo nacional

Por esa razón el Perú no ha podido capitalizar en orgullo nacional esta estrategia inteligente, victoriosa y desarrollada en lo posible dentro del marco jurídico. Algo que ningún país de América Latina había logrado. La reacción que generó la opresión política al final del fujimorato para buscar la perpetuación en el poder, determinó que se persiguiera al fujimorismo y al propio Fujimori por los delitos cometidos por el grupo Colina, centrando la atención pública y la narrativa social en las violaciones de los derechos humanos -que habían sido atrozmente mucho mayores en los 80-, soslayando los méritos de la estrategia victoriosa.

Por eso -repito- el Perú no ha podido capitalizar como una gran realización nacional la victoria inteligente y ejemplar sobre el mas sanguinario de los terrorismos latinoamericanos. No solo eso: el ataque terrorista al Perú se convirtió incluso en los textos escolares en “conflicto armado” o “guerra interna”, como si Estado y Sendero hubiese sido dos fuerzas ontológicamente equivalentes, legitimando implícitamente en esa medida el accionar senderista y emerretista. En varios libros de colegio la cantidad de palabras dedicada a reseñar las violaciones de los derechos humanos cometidos por las fuerzas armadas era mayor que la dedicada a las violaciones de Sendero Luminoso o el MRTA.

Por eso es que la extraordinaria victoria campesina, militar, policial y judicial sobre Sendero no se ha convertido del todo en una victoria política e ideológica, y hoy vemos a sendero reencarnado en el Movadef y, aunque con engaños, encaramado en posiciones gubernamentales.

Campesinos como víctimas y no como ciudadanos salvadores

Un efecto derivado de aquella narrativa es que tampoco el Perú haya podido capitalizar la incorporación ciudadana de los campesinos andinos a la república.  Desde el momento en que se convirtieron en aliados horizontales de la fuerza armada y del Estado peruano, se sintieron, en efecto, ciudadanos ya no sólo de su comunidad, sino del país, y vencieron a los terroristas. Jugaron un papel nacional, como lo habían hecho en la campaña de la Breña junto a Cáceres, contra los chilenos, la única campaña en la guerra del Pacífico en la que nuestro país obtuvo victorias y puso en jaque a los chilenos.

Para vencer a Sendero fue necesario -repetimos- superar la distancia étnica y soldar la fractura colonial. Esa alianza horizontal y victoriosa entre el Estado criollo y los comuneros andinos redimió, en cierto sentido, la historia, y redimió las matanzas y los horrores de la década anterior, que parecían confirmar la entraña feudal, colonial y racista del Estado criollo peruano. Y convirtió en ciudadanos -del Estado Peruano, salvado por ellos- a los campesinos, por lo menos en ese momento. Lamentablemente el país no pudo consolidar esa conquista en un reconocimiento permanente pues, sobre todo a partir de la Comisión de la Verdad, se impuso la narrativa paternalista de los campesinos como víctimas en lugar de ciudadanos-vencedores y salvadores del país.

Todavía hay mucho por hacer para terminar con el legado de Abimael Guzmán. Lampadia