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Economía se diversifica a todo galope

Economía se diversifica a todo galope

Muchas veces se afirma en forma equivocada que el Perú es un país primario exportador, que en los últimos años no hemos diversificado nuestra economía y que, cada vez, dependemos más de la minería. Estos comentarios están alejados de la realidad y obedecen a una percepción ideológica, más que a un análisis riguroso de la evolución de nuestra economía.

Al revisar las cifras del PBI de los últimos 20 años, entre 1993 y el 2012, vemos que la minería tiene una participación sustancialmente menor a la de otros sectores como servicios, manufactura y comercio. En promedio, en las últimas dos décadas, el sector servicios ha participado con el 48.7%, la industria con 15.1% y el comercio con el 14.6%, en tanto que la minería solo lo hizo con el 4.5%. 

Una confusión generalizada es que, como producto del boom de los precios de los metales, el aporte de la minería al PBI habría crecido sustancialmente y, por lo tanto, reprimarizado nuestra economía, lo que ha aumentado son las divisas y los recursos fiscales. La evolución del sector nos muestra que hace 20 años, contribuía con 3.5% aproximadamente. Entre 1998 y 2008 su contribución promedio subió a niveles de 4% a 5.6%, para volver a bajar a su nivel tradicional de 3.6% el 2012. (Ver tabla de contribuciones sectoriales 1993-2012). Es más, los reportes del BCR señalan que en el 2012, el 85.3% del producto del país es generado por sectores no primarios y solo el 14.7% corresponde a los sectores primarios, incluyendo minería, hidrocarburos, pesca, agropecuario y otros. 

En su último discurso por Fiestas Patrias, el propio Presidente del Perú, Ollanta Humala, señaló que “las cifras demuestran que estamos progresivamente diversificando nuestra economía. Las exportaciones no tradicionales representan un tercio del total de nuestras exportaciones, superando los 11,000 millones de dólares, y las de servicios los 5,000 millones de dólares”.

Tal como ha señalado el reconocido economista Richard Webb, “se exagera el peso de las actividades primarias. Según el BCR, estas representan solo el 15% de la producción nacional, y su crecimiento ha sido menor al de las actividades industriales, comerciales y de servicios. La economía peruana es más diversificada de lo que se cree, y la diversidad crece al galope”. (Ver artículo “Las tres golondrinas”).

Durante los últimos años la minería ha tenido una contribución fundamental en la generación de divisas y recursos fiscales, largamente mayor a su participación en el PBI. Contribuciones muy positivas y deseables, que han permitido, en gran medida, los avances en bienestar general de las últimas décadas.

El sector manufacturero, el cual muchos creen que es débil, ya ha tenido ha tenido una verdadera transformación y crecimiento. Si la economía peruana medida en dólares, entre los 1990 y el 2012 se ha multiplicado por 6.9 veces y la manufactura ha mantenido su participación en el PBI, entonces, queda claro que ha surgido una industria mucho más grande, diversificada, pero muy competitiva debido a la apertura comercial.

Hoy vemos que las industrias alimenticias, metálica y no metálica, química, textil y de cueros, así como de madera y papel son los que más aportan a esta actividad. Como lo hemos mencionado anteriormente esta área industrial es ahora competitiva a nivel internacional. (ver No es verdad que solo vendemos piedras).

Lo que todos necesitamos, es que nuestra economía siga creciendo. La eventual evolución del sector minero hacia un mayor crecimiento, no inhibe el desarrollo del sector industrial, más bien lo potencia tal como ya se ha expresado durante los últimos largos años. En todo caso, es evidente que  ¡necesitamos más minería para seguir creciendo, tener más recursos fiscales y fomentar la diversificación!




Sierra y selva rurales lideran crecimiento por primera vez en nuestra historia

Sierra y selva rurales lideran crecimiento por primera vez en nuestra historia

En el informe del INEI sobre la Evolución de la Pobreza Monetaria 2007 – 2012, vemos que la pobreza el 2012 se redujo a 25.8%, y que los ingresos del decil más pobre crecieron 42.9% entre los años 2007 y 2012, mientras que los del decil más rico aumentaron en 7.1%, lo que confirma que nuestro crecimiento viene favoreciendo en mayor medida a los sectores más pobres. Esto es lo que los especialistas llaman crecimiento pro-pobre, algo que pocos países logran durante sus despegues económicos.

La misma tendencia de mejora de los ingresos en los sectores más pobres se muestra en los deciles 2, 3 y 4 donde los incrementos fueron de 47.4%, 44.9% y 41.4%, respectivamente.

Pero no solo se trata de un crecimiento pro-pobre sino también de un “crecimiento pro-regiones”, puesto que los ingresos en la sierra y la selva crecieron más rápido que los de la costa. En la sierra rural el ingreso promedio mensual creció 47.8% en el período 2007-2012 y el de la selva rural 41.4%. El menor crecimiento de los ingresos se registró en Lima Metropolitana y la costa urbana con 12.8% y 12.2%, respectivamente. Todo esto confirma la información que sobre inversión, ingresos y empleo de los últimos 10 años, hemos publicado en Lampadia. (Ver Diez millones de peruanos la hacen).

Esta realidad también se corrobora por el estudio de Macroconsult ¿Qué implicancias tuvo el crecimiento económico de la última década en la evolución de la pobreza y desigualdad?, que establece que nuestro crecimiento ha favorecido, sobre todo, a los más pobres, así como en el libro de Richard Webb Conexión y despegue rural , que señala que el crecimiento de los ingresos en la sierra rural entre 1994 y el 2011 se incrementó a un ritmo de 7.2% anual, mientras que durante los 100 años previos lo hizo solo a un ritmo de 1.4%. El informe del INEI sobre el tema señala que durante los últimos años, este proceso se ha acelerado aún más, pues en el período 2007-2012, la sierra rural ha elevado su tasa de crecimiento a 9.6% por año y el de selva rural a 8.3%.

Para mantener un acelerado ritmo de reducción de pobreza, les guste o no a los enemigos del modelo económico, tenemos que buscar un crecimiento alto y sostenido, y además avanzar en la agenda pendiente, en educación, infraestructuras, instituciones y clima de inversión, como nos lo acaba de recordar Tony Blair. En cuanto a la reducción de la pobreza, es importante tomar en cuenta que según el Banco Mundial, el 80% de su reducción se explica por el crecimiento.

Nuestro objetivo de crecimiento debiera ser de 8 a 10% anual. Ya sabemos qué se requiere para ello, solo hay que reconocer la realidad del Perú de los últimos años y no estar jugando a mezclar el agua y el aceite en búsqueda de un Dorado imaginario.