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De Fútbol vive el hombre

Con la ayuda de Dios, el Perú sigue adelante hacia Rusia 2018. ¡Qué siga la suerte, con un poco más de esfuerzo y contundencia!

El Escenario

Fuente: libero.pe

Los Hinchas

Fuente: peru21.pe

El Goleador

Fuente: El Popular

El Equipo

Fuente: publimetro

La ‘Mano de Dios’

  • David Ospina

Fuente: elperiscopio.cl

  • Brasil vs Chile

Fuente: El Bocón

  • Paraguay vs. Venezuela

Fuente: El Bocón

La ‘Mano de la FIFA’ y Messi 

Fuente: El Bocón

Los Clasificados

El Mundo juega Fútbol

Lampadia




IKIGAI: ‘Tu razón de ser’ – ‘Tu sentido de propósito’

Desde el Japón nos llega un regalo de sabiduría milenaria sobre cómo entender nuestras vidas, cómo entender los elementos que pueden ayudarnos a comprender, una y otra vez, aquello que todos nos preguntamos durante nuestra existencia, cómo ser felices y sentirnos satisfechos de lo que vamos construyendo y, finalmente, dejando.

El ‘ikigai’ nos explica que para entender nuestra existencia podemos empezar por entender como combinamos los elementos que nos a cercan a tener vidas plenas. Para ello podemos ver las intersecciones de:

  • Lo que amamos o lo que nos gusta hacer
  • Lo que podemos hacer para vivir en un mundo mejor, como podemos contribuir a lo que el mundo necesita
  • Lo que podemos hacer bien, aquello en lo que somos buenos haciéndolo
  • Y aquello por lo que podemos recibir ingresos, por lo que nos pagan

Las áreas de las intersecciones entre cada dos de estos elementos son cuatro:

  • La combinación de lo que amamos y lo que el mundo necesita, determina nuestra MISIÓN
  • La unión de lo que amamos y lo que hacemos bien, define nuestra PASIÓN
  • Lo el mundo necesita de nosotros y aquello por lo que nos pagan, expresa nuestra VOCACIÓN
  • El producto de lo que hacemos bien y lo que genera nuestros ingresos, muestra nuestra PROFESIÓN

Avanzando en la definición de nuestro ‘ikigai’, debemos ver las cuatro intersecciones de los elementos, de tres en tres:

  • La unión, la intersección de lo que amamos, con lo que sabemos hacer bien, y lo que el mundo necesita de nosotros, nos permite lograr GOCE Y SENTIDO DE REALIZACIÓN, PERO SIN RIQUEZA (falta la fuente de ingresos)
  • Si combinamos lo que sabemos hacer bien con lo que amamos o nos gusta hacer, y lo que nos pagan por hacer, podemos sentir SATISFACCIÓN, PERO CON SENTIMIENTO DE INUTILIDAD (falta lo que el mundo necesita)
  • De la superposición de lo que amamos con lo que el mundo necesita y aquello por lo que nos pagan nos puede dar ENTUSIASIMO Y COMPLACENCIA, PERO SENSACIÓN DE INCERTIDUMBRE (falta lo que sabemos hacer bien)
  • Lo que amamos, junto con lo que el mundo necesita y aquello por lo que nos pagan, determinan que nos sintamos CONFORTABLE, PERO SENSACIÓN DE VACÍO (falta lo que amamos)

Finalmente, la superposición o combinación de los cuatro elementos, nos da nuestro ‘ikigai’. El propósito, o, mejor dicho, el sentido de propósito de nuestra vida, nuestra razón de ser, como explica esta filosofía, nuestro ‘ikigai’ puede cambiar durante nuestra vida, es casi imposible mantener un equilibrio paritario entre las cuatro fuerzas que determinan nuestra satisfacción de vivir, cada uno de nosotros tiene cierta inclinación que nos puede llevar a privilegiar el éxito profesional, a seguir nuestra vocación por encima de todo, a responder a nuestra pasión, o a desarrollar nuestro sentido de misión. Los pesos pueden ser unos de jóvenes y otros de mayores, pero lo que no puede faltar es tener o sentir: UNA RAZÓN PARA VIVIR.

Sin ella, como dice el artículo de Laura Oliver, publicado su artículo “¿Es este concepto japonés, el secreto de una vida larga, feliz y significativa?” por el World Economic Forum, cuando en la mañana te preguntes tu razón para despertarte, solo querrás volver a acostarte. Por eso, el ikigai conduce probablemente a una mejor vida “porque hará que uno tenga algo por lo que vivir”.

Ver video del World Economic Forum que muestra la importancia del ikigai en nuestras vidas:

El ‘ikigai’ es una forma de ver nuestras vidas que nos permite fijar mejor nuestros objetivos de vida, evaluar los momentos que vamos atravesando y reforzar nuestros empeños, en resumen, lograr una vida más satisfactoria. Lampadia




Pensamientos sobre la sociedad del futuro

Pensamientos sobre la sociedad del futuro

Durante las últimas semanas hemos compartido con nuestros lectores algunos de los capítulos del libro editado en Singapur para el 50 aniversario de su fundación, SG100: la visión de pensadores líderes de Singapur en 2065. Tanto en el libro, como en distintas actividades desarrolladas para la ocasión, los singapurenses, más que recordar sus éxitos pasados, han querido imaginar su futuro.

El último capítulo del libro reproduce la carta de un abuelo a sus nietos que cumplirán cerca de 50 años cuando Singapur llegue a un siglo de vida. El abuelo les dice a sus nietos, que lo que quiere hacer es “hablarles acerca de las cosas que espero que no cambien. Yo quiero hablar de valores, creencias y costumbres que son o deberían ser atemporales”. Para ello les da ocho consejos ‘universales’ sobre los valores de los hombres y mujeres buenos.

Esta Semana Santa en que por el proceso electoral, los peruanos estamos enfrascados en una guerra fratricida, queremos hacer nuestros los deseos del abuelo para proyectarlos a todos nuestros compatriotas. Disfruten esta linda carta.

dreamstime.com

Carta a mis nietos en 2065

Publicado el 3 de agosto de 2015

Escrito por Tommy Koh

Publicado en el libro “SG100: la visión de pensadores líderes de Singapur en 2065”

Traducido y glosado por Lampadia

 

Nota: Tommy Koh es embajador en misión especial en el Ministerio de Asuntos Exteriores y asesor especial del Instituto de Estudios de Política y presidente del Centro de Derecho Internacional de la Universidad Nacional de Singapur (NUS).

¿Qué tipo de sociedad será Singapur en 2065? Este abuelo espera que algunas cosas no cambien, especialmente los valores.

Queridos Toby y Tara,

3 de agosto 2015

 

Ustedes tendrán 54 y 50 años, respectivamente, cuando Singapur celebre los 100 años de su creación en 2065.

Es probable que experimenten una gran cantidad de cambios dramáticos como yo lo he hecho durante los últimos 50 años. Espero que se descubran curas para enfermedades tales como el cáncer, la demencia, la diabetes, el Parkinson. Estoy totalmente seguro de que ambos van a seguir teniendo una vida sana, productiva y energética por muchas décadas más, ya que puede que entonces, la esperanza de vida supere los 100 años. 

Espero que la energía solar se vuelva cada vez más competitiva y que, un día, reemplace la energía basada en combustibles fósiles. Espero que la agricultura sea más productiva y menos exigente de agua. Cambios revolucionarios tendrán lugar en todos los aspectos de nuestras vidas, de una manera inimaginable hoy en día.

Sin embargo, el propósito de mi carta no es para unirme a los expertos y futurólogos para anticipar los cambios que se producirán en los próximos 50 años.

Lo que quiero hacer es hablar con ustedes acerca de las cosas que espero que no cambien. Yo quiero hablar de valores, creencias y costumbres que son o deberían ser atemporales.

AMOR A SINGAPUR

En primer lugar, deben amar a su país.

Puede que Singapur sea un país pequeño y joven; es, sin embargo, un país extraordinario. Si todo sale bien, nos habremos mantenido como un país estable y pacífico con nuestro propio gobierno, nuestras propias fuerzas militares y agencias de aplicación y ejecución de la ley.

En nuestro país, las personas de diferentes razas, colores y religiones viven en paz y armonía. Celebramos nuestra diversidad como una bendición y no como un defecto. Reconocemos y compensamos el talento y el mérito y no nos gustan las clases, los privilegios y el esnobismo. Tratamos bien a nuestras mujeres. Somos admirados por nuestra integridad, fiabilidad y competencia. Si tuviera otra vida para vivir, me gustaría volver a nacer en Singapur.

AMEN EL MUNDO

En segundo lugar, deben amar el mundo.

Por “el mundo”, me refiero tanto al mundo humano y al mundo natural. Creo en la filosofía de Confucio que, bajo el cielo, todos los hombres son hermanos y todas las mujeres son hermanas. Amar a Singapur no es suficiente, también es necesario amar a la familia humana. Debido a la globalización y la revolución tecnológica, realmente vivimos en un solo mundo y nuestras vidas están íntimamente relacionadas.

Incluso si, al momento de leer esto, estos países y organizaciones han evolucionado en diferentes formas, debemos sentir un vínculo con la gente de alrededor de nuestra región, y de hecho de todo el mundo, con los que compartimos una humanidad común.

También debemos amar y respetar el mundo natural, porque la tierra es nuestro hogar. Si seguimos abusando de la naturaleza para degradar los ecosistemas y descuidar nuestro deber como los administradores de los bienes globales comunes, tarde o temprano enfrentaremos una crisis ambiental.

Espero que ustedes y su generación tengan la sabiduría para hacer un cambio de paradigmas a un nuevo y más sostenible modelo de economía y civilización.

AMOR DE FAMILIA

En tercer lugar, amen a su familia.

No importa cuántos avances tecnológicos descubran, una cosa es segura: Su madre y su padre, sus abuelos, sus padrinos y otros familiares los han amado desde el día que nacieron.

Sus padres han hecho sacrificios y continuarán haciéndolos con el fin de darles una infancia feliz y un buen comienzo en la vida. Recuerden que las personas claves en el mundo, que los quieren incondicionalmente, en los buenos y malos momentos, son sus padres. Sean buenos con sus padres cuando ustedes sean adultos y ellos viejos.

Hay una tendencia preocupante en Singapur de niños que abandonan a sus padres ancianos. Espero que, al momento de leer esta carta, esto siga siendo una pequeña minoría y no se convierta en algo común.

HAGAN AMIGOS PARA TODA LA VIDA

En cuarto lugar, hagan amigos para toda la vida.

La mayoría de los seres humanos son animales sociales. Necesitamos la compañía de buenos amigos para ser felices y prosperar. Hagan buenos amigos y manténganlos de por vida.

Muchos habitantes de Singapur mantienen una actitud funcional o transaccional hacia los amigos. Solo es mi amigo por el tiempo que me es útil. En el momento en que ya no son útiles, les haré un “Unfriend”. Esta es una mala actitud y huele a oportunismo. Los buenos amigos que hice en mi infancia, la escuela, la universidad y en varios momentos de mi carrera, tanto aquí como en el extranjero, han enriquecido mi vida.

NO IDOLATREN EL DINERO

En quinto lugar, no idolatren el dinero.

Hay una broma que dice que la principal forma de culto en Singapur es el culto al dinero. Los Singapurences son personas materialistas y amantes del dinero.

Mi actitud hacia el dinero es que todos necesitamos hacer dinero con el fin de proveer para nuestra familia y para ser capaces de llevar una vida digna. Mi objetivo en la vida no es hacer dinero, sino ayudar a construir un mejor Singapur y un mejor mundo. Deben recordar que con el dinero no se puede comprar una buena salud, la paz mental o una familia feliz.

De hecho, a menudo el dinero siembra discordia en las familias. El dinero puede comprar una casa grande y un auto grande, pero no es una buena reputación. Es más importante tener un trabajo que les traiga alegría y satisfacción que un trabajo que sólo lo hagan porque les brinda mucho dinero. Busquen su talento y su pasión y no el dinero.

SEAN AMABLES

En sexto lugar, sean personas amables.

De todas las virtudes, la que yo más valoro es la amabilidad. Deben ser amables con todos los que conocen. Muchos habitantes de Singapur tienen un enfoque selectivo de la amabilidad. Son amables con sus jefes o personas con autoridad sobre ellos. Son menos amables con sus subordinados. No considero que una persona así sea una persona amable.

Una persona amable es aquel que es amable con todos, incluso con los extranjeros. En mi experiencia, la amabilidad engendra amabilidad.

SEAN LEALES

En séptimo lugar, sean personas leales.

La lealtad es una virtud que parece haber pasado de moda. Creo que uno debe ser fiel a su país, su cónyuge, su escuela, su universidad, su empleador, sus amigos e instituciones. Soy leal a mi antigua escuela, Raffles Institution, y nunca me he negado a una solicitud de mi escuela. Soy leal a la Universidad Nacional de Singapur, Harvard y Cambridge, porque me ayudaron a educarme.

Debido a que he servido durante nueve años como director de DBS, es mi banquero principal. Debido a que he servido durante cinco años como director de SingTel, sólo contrato con SingTel todas mis necesidades de telecomunicaciones. Debido a que he servido durante más de cinco años en la junta internacional de asesores de Toyota, poseo y utilizo un automóvil fabricado por Toyota. He frecuentado el mismo sastre y oftalmólogo toda mi vida.

Esto puede ser visto por algunos como una actitud pasada de moda, pero me gustaría pensar que la lealtad, como la amabilidad, nunca deberían pasa de moda.

SEAN SALUDABLES Y RICOS CULTURALMENTE

En octavo lugar, traten de llevar una vida saludable y culturalmente rica.

Mi padre me enseñó a hacer ejercicio todos los días con el fin de mantener en buen estado físico. Nado o camino todas las mañanas. Mi padre también me enseñó a amar los libros y a disfrutar de la lectura. Leo libros de ficción y no ficción todos los días.

Mi madre me enseñó a gozar de las artes. Me siento muy privilegiado de haber servido como el presidente fundador del Consejo Nacional de las Artes y como el segundo presidente de la Junta Nacional de la Tradición Cultural. Espero que desarrollen sus propios intereses en la cultura y las artes. Ello les traerá una gran alegría a sus vidas.

Espero que crezcan para ser un buen hombre y una mujer buena. Les deseo una vida feliz, sana, pacífica y productiva.

Su querido Ye Ye,

Tommy Koh




Una entrevista que rompe con los mitos sobre los empresarios

Una entrevista que rompe con los mitos sobre los empresarios

Comentario de Lampadia

En el Perú tenemos la vocación de construir mitos y buscar siempre dónde está la trampita. Durante los últimos años ha mejorado mucho la imagen de los empresarios, pero todavía nos falta entender las características y cualidades de los empresarios modernos.

Hemos decidido republicar la entrevista que compartimos líneas abajo, pues Mario Alvarado respira la sencillez de un peruano comprometido con el trabajo que le tocó desempeñar y transmite entusiasmo por la vida y por su gestión.

Seguramente, las décadas de empobrecimiento que vivimos hasta el inicio de los años 90, nos llevaron a los peruanos a creer que la vida y el trabajo era un modelo ‘ganar-perder’. En un ambiente de escasez y de carencia de oportunidades, probablemente fue lógico que nuestro sentido común nos llevara a la desconfianza de los ciudadanos más exitosos.

Felizmente, los últimos 20 años en que aprendimos a crear riqueza y a apostar por el futuro, en que desarrollamos una importante clase media, años en los que no era raro escuchar que lo que sobraba eran recursos, nos hayan hecho entender que la vida es un proceso de suma y, que el modelo mental es más bien uno de ‘ganar-ganar’.

Todavía nos falta entender que en la aventura de la vida y el desarrollo estamos juntos todos los peruanos. Aún necesitamos fortalecer la confianza entre nosotros y en el futuro, creer en nuestras capacidades y, algo muy importante, participar en la vida nacional con sencillez, apertura y transparencia. Ver en Lampadia: Tres caminos al Bienestar General.

Líneas abajo compartimos la entrevista de Portafolio:

“Siempre he sido ejecutivo. Mi reto hoy es ser más pensante”

“No soy usted, soy Mario”, interrumpe el gerente general corporativo de Graña y Montero. Un entrevistado que corre tabla, viaja en metro y aún no termina de aprender cómo usar su Apple Watch.

Entrevista de Gonzalo Carranza a Mario Alvarado

Gerente General Corporativo del Grupo Graña y Montero

El Comercio – Portafolio, 10 de enero de 2016

 

¿Cómo es tu agenda?

Te voy a responder por hoy, que no es lo mismo que hace cuatro o cinco años. Trato –y la palabra ‘trato’ es muy importante porque no siempre puedo– de trabajar una cantidad determinada de horas al día. Antes trabajaba 12 horas diarias, incluso venía los sábados, pero ya no.

Tengo como gerente del grupo 18 años y últimamente ha bajado la cantidad de tiempo que dedico a trabajar. Uno va ganando credibilidad, confían más en uno y necesitas menos esfuerzo para sacar adelante muchas cosas. Entonces, te diría que hoy trabajo menos y también está cambiando el tipo de cosas que hago. La mayor parte del tiempo que paso en la oficina estoy en reunión con alguien, discutiendo cosas. Y ahora leo el periódico en las mañanas, concentrado, después de hacer deporte, en mi casa. Hace un buen tiempo que no lo leo en físico, sino que lo hago en el iPad. Otra cosa que he hecho a propósito es comprarme esta cosa [muestra su Apple Watch], que no me gusta y que tengo que aprender a usarla. ¿Por qué uno se obliga a hacer esto? Porque tiene que estar al día.

¿Cómo es tu relación cotidiana con tus reportes?

Por mail, por WhatsApp, por todas las vías. Es muy importante para eso que el diseño de las oficinas ayude, que haya puntos de reunión.

¿Cuánto tiempo pasas dentro de tu oficina?

Ahora casi todo el tiempo estoy dentro de mi oficina, pero sé que está mal. Estoy tratando de cambiarlo y de salir más. En una remodelación reciente hicimos más chicas las oficinas y las volvimos transparentes.

¿Cómo es tu relación con el directorio actual?

Es buenísima. Hemos tenido una suerte enorme, es un directorio involucrado, fluido y sofisticado. Ir al directorio tiene que ser un reto intelectual.

¿Qué decisión te ha marcado más en estos 18 años al frente de la empresa?

Es una pregunta difícil. La crisis que comenzó en 1999 fue muy dura. Ahí envejecí mucho. Tenía mucho que coordinar con Europa, entonces debía trabajar de día y de noche. La compañía estaba bien, pero cuando las entidades financieras están mal, te cierran todas las líneas [de crédito]. El episodio terminó el 2003, cuando emitimos unos bonos titulizados y comenzamos a crecer muchísimo. Tengo un montón de cicatrices, pero esa es profunda. En el lado positivo, las personas me han marcado mucho. Que sean tan dedicadas, tan ‘camiseta’, te juro que te conmueve.

Y ahora que se vive un momento de austeridad y disciplina, ¿qué es lo que más duele?

Las personas. Es una compañía muy grande y hay áreas que deben reducirse.

¿Quiénes o qué cosas son tus “cables a tierra”?

Lo primero es burlarte de ti mismo. Aquí todo el mundo se burla sin agresividad. Se maneja bien el equipo gerencial. La realidad también te obliga a estar atento, porque te das cuenta de que te descuidas, y te agarra.

El reto para mí ahora es pasar a ser una persona mucho más pensante que actuante. Siempre he sido muy ejecutivo, rápido, agresivo, empujador. Antes tenía arriba de mí, como presidente ejecutivo, a José Graña, que es muy pensante. Pero él ya se jubiló. Entonces mi rol ahora debería ser más pausado.

¿Has tenido mentores en estos años?

Sí, y también –perdona la palabra horrible, pero es la única que hemos encontrado– ‘mentorizados’. El principal mentor es José Graña, y antes que él, mi padre.

¿Trabajaste con tu padre?

Es una historia curiosa. Él tenía una empresa constructora, pero nunca trabajé con él. Entré a Graña y Montero como practicante hace 35 años, porque era considerada la mejor escuela. Y cuando yo ya trabajaba acá, mi padre vendió su compañía. Pasó el tiempo y cuando tenía 29 años –era un chiquillo, pero tenía tiempo trabajando y había manejado la primera parte del proyecto Camisea–, surgió la oportunidad de montar una empresa nueva dentro de Graña y Montero. Le dije a José Graña que quería traer de socio a mi padre y él aceptó. Recién trabajé con él después de todo ese tiempo.

También es curioso que hayas llegado de practicante a gerente general.

Hoy día ya no se puede, pero yo era el último en el colegio y también soy disléxico. No podía con esa disciplina de la enseñanza antigua que te obligaba a que aprendas cosas sin sentido. Hasta que un día cambié, le empecé a encontrar sentido a las cosas y ahora soy completamente al revés: me he vuelto un fanático del conocimiento. Tenemos la academia GyM, por ejemplo. Me encanta que la gente estudie, que aprenda, que lea y que analice.

¿Cómo te relacionas con los más jóvenes, que tienen la tendencia de ir probando diferentes trabajos?

Yo no he cambiado [de trabajo] por una sencilla razón: este ha sido fascinante. Todo lo que hago me apasiona. No solo en esto, también en los deportes y en otras cosas.

¿Qué deportes practicas?

¿Por dónde empiezo? Tabla. También vela y bicicleta de montaña.

¿Hay alguna relación entre esos deportes y tu vida profesional?

Siempre te dan un enfoque diferente. El deporte más bonito que he hecho en mi vida es la tabla. He corrido con mi hijo muchos años hasta que ya no me dio el cuerpo para correr las mismas olas que él. Sigo corriendo, pero ahora también me dedico más a la vela.

¿Qué indicador no puedes dejar de ver diariamente?

Hay uno que veo todos los días: cuántas personas han subido al metro y a cuántas estaciones hemos llegado con alguna impuntualidad. Todos los días recibo un e-mail con ese indicador.

¿Y por qué?

Nosotros tenemos una cultura de cumplimiento y cuando tomamos el metro, que es parte del transporte público donde todo es incumplido, vimos que la puntualidad era muy importante. Tenemos una obsesión con que el metro llegue a cada estación a la hora precisa.

¿Los has usado?

Claro, pero me pasan la voz cuando puedo entrar. Es increíble la cantidad de gente que lo usa, tenemos que aumentar la flota. Pero en mi caso, es horrible subirme, porque apenas lo hago, me ven mayor y me ceden el asiento [risas].

Pensé que veías a diario el precio de la acción.

Pensé que me preguntarías por el precio de la acción.

¿Lo ves?

Sí, también lo veo todos los días, pero lo dijimos cuando salimos a la Bolsa de Nueva York: nuestra visión del negocio es de muy largo plazo.

¿Han pensado en recomprar acciones?

He estudiado el tema y lo he llevado dos veces al directorio. Pero la mejor respuesta es la que da Warren Buffett: necesitas dos condiciones para tomar esta decisión. Una es que tu acción esté muy barata, y la nuestra lo está. Pero la otra es que no necesites el capital para proyectos de mediano plazo, y nosotros sí lo necesitamos. Hoy tenemos muchos proyectos por delante. Lampadia

 

 




“Medio pan y un libro”

“Medio pan y un libro”

Discurso de Federico García Lorca al inaugurar la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros (Granada), España en setiembre de 1931:

 

 

“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

“Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.

 

 

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

“Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?

“¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física biológica natural de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

 

 

“Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz”.

 

Comentario de Lampadia:

El objetivo de una vida debe ser la cultura, la educación y la salud. La economía es solo (el único) medio para alcanzarlas.

Ver en Lampadia: Sin crecimiento económico no hay desarrollo.