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Aumentar la productividad para acelerar el crecimiento

Aumentar la productividad para acelerar el crecimiento

En la Reunión Anual del Banco Mundial y el gobierno peruano, se analizaron los desafíos que enfrentan el Perú y muchos países emergentes en la medida que buscan transformarse en economías de más alto ingreso. Se destaca que el Perú, una de las economías de más rápido crecimiento de América Latina, se ha beneficiado de sólidas políticas macroeconómicas (las bases para un crecimiento sostenido) pero todavía encara desafíos en ciertos sectores.

Se resaltó la experiencia de Perú, que podría resultar útil para muchos otros países de ingreso mediano que buscan impulsar el crecimiento y, simultáneamente, lograr avances en materia de inclusión social y prestación de servicios a los pobres. Para ello es fundamental acelerar el aumento de la productividad. En esta Reunión Anual se presentó el documento: ‘Perú, siguiendo la senda del éxito’, en el que se destaca la productividad para impulsar el crecimiento económico.

Perú ha emergido como una nueva estrella de crecimiento económico. Tan sólo en la última década, su economía creció en un promedio de 6.4% anual y duplicó su ingreso per cápita. Comparándolo con los estándares globales, su desempeño ha sido impresionante, como se puede observar en el gráfico inferior. Esto se debe principalmente a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado.

Mejor aún, el crecimiento económico experimentado por el país fue compartido entre sus habitantes. Desde el año 2000, casi una cuarta parte de la población ha logrado salir de la pobreza. A lo largo del país, los hogares de menores ingresos se han beneficiado más del crecimiento que el promedio nacional. Asimismo, la desigualdad cayó significativamente en el mismo periodo, con uno de los ritmos más rápidos de la región: 12.6% frente a un promedio regional de 5.3%.

Es muy importante notar que según el Banco Mundial, “el crecimiento económico fue el principal impulsor de la reducción de la pobreza y la desigualdad a través de un mejorado ingreso laboral más que por medio de políticas de redistribución, que solo explican 15% de la reducción de la pobreza.“ Esto también se viene diciendo hace mucho en Lampadia: Al menos 80% de la reducción de la pobreza es por el crecimiento y Perú: Crecimiento disminuye la Desigualdad.

El crecimiento del Perú en la década del 2000, según el informe, se llevó a cabo principalmente por un aumento sostenido en la productividad total de los factores (PTF). Fueron justamente la estabilización macroeconómica y las reformas estructurales en las dos últimas décadas los motivos por los que mejoró la eficiencia en la asignación de recursos y ha dado lugar a un mayor crecimiento de la productividad, como se puede observar en el siguiente gráfico. En la década de 2000, la PTF contribuyó alrededor de un tercio de crecimiento. 

Sin embargo, es importante notar que en el análisis de productividad por regiones, la actividad económica se concentra en la zona costera, contribuyendo casi el 80 % de la producción nacional. Además, las regiones de Lima y Callao representan el 34 % de la población del país y el 48 % de la producción nacional.

En general ha habido una cierta convergencia gradual de la producción entre las regiones, pero todavía se tiene que reducir la brecha. Un proceso de la productividad sostenida podría ayudar a las regiones rezagadas a ‘ponerse al día’ y elevar la productividad agregada y los ingresos, así como reducir aún más las desigualdades regionales.

El documento acota que los éxitos económicos de Perú fueron respaldados por condiciones externas favorables en la última década y que también se ha acelerado su convergencia económica a niveles de ingreso más altos. Sin embargo, enfatizó que Perú, al igual que otros países de ingresos medios, “ahora tiene que afrontar el reto más difícil: llegar a ser un país de ingreso alto.”

Indicó, en ese sentido, que a pesar de las mejoras significativas en el Perú sigue habiendo brechas en infraestructura en diferentes sectores, así como problemas burocráticos.

En el caso de infraestructuras, a pesar de mejoras significativas, las brechas de infraestructura en todos los sectores siguen siendo grandes. El gasto de capital público se ha incrementado en los últimos años, pasando de 3.8 % del PBI en 2000 a 6.1 % del PBI en 2013, un desarrollo muy positivo. Pero las brechas de infraestructura en todos los sectores son todavía grandes. Por ejemplo, la infraestructura de transporte y logística, que es la columna vertebral del comercio interior y el comercio internacional, está menos desarrollada en comparación con algunos países competidores relevantes, como se puede observar en el gráfico inferior. La cobertura de las carreteras y el porcentaje de carreteras pavimentadas es relativamente baja y con conectividad limitada entre las zonas más importantes de agricultura, consumo y las zonas de exportación. Además, existe una limitada capacidad para vincular la producción a los puertos y aeropuertos para la exportación. (Lampadia: Estrategia para el financiamiento de las Infraestructuras)

Otro factor muy importante son las barreras que el mismo gobierno le impone a las empresas, reduciendo su productividad y yendo en contra del crecimiento. Las barreras de entrada y los altos costos de operación y expansión reducen el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. Según el informe, “una gran cantidad de empresas informaron que el exceso de  licencias y permisos eran una importante limitación a la complejidad general de los procedimientos reglamentarios, llegando a un puntaje de 20.4 % en el Perú, comparado al promedio de la OCDE de 5 %. Esto les reduce a las empresas su capacidad para crecer, ampliar e innovar. Casi el 30 % de estas empresas identificó licencias comerciales y permisos como una limitación importante.” Esto se puede observar en el cuadro más abajo.

Es indispensable destrabar la inversión y recuperar el crecimiento del país para mejorar el desempeño de Perú en temas estructurales, sofisticación empresarial e innovación. Por otra parte, una burocracia gubernamental ineficiente y la corrupción han sido constantemente clasificadas como restricciones principales para las empresas.  (Ver en Lampadia: Destrabemos la construcción de nuestro futuro)

El mundo no tiene ninguna razón para exagerar los avances del Perú. Por lo tanto, debemos tomar sus desinteresados consejos y apreciaciones con seriedad. Lamentablemente, en el país se niegan nuestros avances para construir plataformas políticas, algo que combatiremos todos los días en este portal. Lampadia




Educación y Habilidades para el Futuro

Educación y Habilidades para el Futuro

En Lampadia hemos insistido en que la educación de nuestros jóvenes requiere un “salto cuántico”, o un “Big Bang”, como se propuso en CADE 2014 en la presentación de la “Visión del Perú para el tercio de siglo” y en los cosejos de Lant Pritchett, Presidente de la Maestría en Políticas Públicas del programa de la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard para el Desarrollo, en el mismo evento, respectivamente.

Ver en Lampadia publicación de noviembre 2014:

La buena gestión del Ministro de Educación puede ser insuficiente – Tenemos que emprender una revolución educativa.

En CADE 2014, Pritsker nos dijo que al ritmo de mejora que llevamos, nos tomaría 30 años alcanzar a Vietnam en los resultados de las pruebas Pisa.

Posteriormente, en marzo pasado propusimos un “Nuevo Pacto Social por la Educación”, ver:

Dignifiquemos el rol de los maestros

 

 

Ahora queremos agregar un tema muy importante: el desarrollo de habilidades para el siglo XXI. The Economist Intelligence Unit (EIU) ha publicado un estudio “Dirigiendo la agenda de habilidades: Preparando a los estudiantes para el futuro”, en el que recogen las opiniones de expertos en educación, de ejecutivos de empresas y de estudiantes.

 

Para facilitar la revisión de este estudio veremos a continuación nuestro  resumen. Además, adjuntamos los enlaces al documento original en inglés y a una traducción glosada por Lampadia. Ver:

Driving the skills agenda: Preparing students for the future

(Documento completo de The Economist Intelligence Unit, patrocinado por Google. En su versión original, en ingles).

Dirigiendo la agenda de habilidades: Preparando a los estudiantes para el futuro

(Traducido y glosado por Lampadia).

Principales aportes del estudio de The Economist Intelligence Unit

La evolución de las necesidades de los negocios, los avances tecnológicos y las nuevas estructuras de trabajo, están redefiniendo lo que se consideran las habilidades más valiosas para el futuro.

“No vamos a ser capaces de predecir las habilidades que las personas van a necesitar en 20 años”.

Ideas fuerza del estudio:

  • Resolución de problemas, trabajo en equipo y comunicación son las habilidades que actualmente están en mayor demanda.
  • Los sistemas educativos no están proporcionando las habilidades que necesitan los estudiantes.
  • La tecnología está cambiando la enseñanza, pero los sistemas de educación se adaptan en lugar de dirigirla. 
 

 

Las habilidades demandadas por los empleadores están cambiando.

La educación es menos sobre llenar las cabezas de los estudiantes con conocimientos y más acerca de enseñarles a ser más efectivos, “un sistema de educación basado en el conocimiento es obsoleto”.

[Lampadia: ¿FIN DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO?]

En la última encuesta PISA de la OCDE a alumnos de 15 años, la educación financiera y la resolución de problemas fueron incluidas junto con las matemáticas, lectura y ciencias, por primera vez.

Las encuestas realizadas para ilustrar este informe incluyen las habilidades mencionadas en el gráfico de líneas arriba.

La vida de los estudiantes de hoy es muy diferente a la vida de los estudiantes para los cuales se desarrollaron los sistemas educativos existentes.

La resolución de problemas tiene que empezar temprano para ser eficaz.

Los colegios pueden desarrollar maneras de enseñar a resolver problemas durante toda su educación.

“El conocimiento importa a la hora de contratar a alguien, pero lo que realmente estoy buscando es un jugador de equipo”.

“La alfabetización digital se ha convertido en una cuarta alfabetización, añadida a la lectura, escritura y aritmética”.

Según los expertos, las habilidades del siglo 21 no se pueden enseñar de forma aislada. Para ser eficaces, deben integrarse en todas las áreas, por lo que el desarrollo de habilidades se vuelve inseparable de la enseñanza de conocimientos.

Se requerirá una mejora de las calificaciones de todos los docentes, para que puedan enseñar estas habilidades al mismo tiempo que los contenidos.

Tenemos que cambiar la formación pedagógica.

Los sistemas educativos están reaccionando lentamente a esta idea.

La tecnología tiene un papel fundamental en el desarrollo de habilidades.

Los jóvenes tienen una afinidad innata con la tecnología, y sería una pena no aprovecharlo de manera eficaz.

Sudáfrica tiene una mayor brecha entre los resultados educativos de los estudiantes ricos y pobres que en otras partes del mundo, y si no hacemos nada, la tecnología lo va a exacerbar.

Las escuelas en Singapur fomentan que los estudiantes formulen preguntas durante la clase a través de mensajería instantánea.

Según un informe de 2014 de McKinsey, “De la Educación al Empleo: Llevando a la Juventud de Europa al Trabajo”, esta brecha podría tener un impacto significativo en el rendimiento de las empresas”.

“Hay una desconexión entre el lado de la demanda y del lado de la oferta de habilidades”.

“Los sistemas de educación, o los educadores, casi nunca hablan con las empresas, los empleadores, los padres, o con toda una serie de actores que están en el lado de la demanda de las competencias que se supone deben facilitar a los alumnos a adquirir”.

 

 

Los empresarios sienten que deben jugar un papel más activo en la decisión de lo que se les enseña los estudiantes y que su posición como partes interesadas debería ser más explícita.

“En América Latina, las habilidades socioemocionales son una gran parte de la brecha entre lo que los empleadores necesitan y lo que los jóvenes tienen”.

¿Son las habilidades tales como la resolución de problemas, la creatividad, la comunicación y el trabajo en equipo un complemento de lujo, los cuales sólo pueden permitirse en países en los que ya se ha dominado los fundamentos? La necesidad de mejorar los niveles de competencias básicas no exime a un país de la necesidad de también fomentar las habilidades blandas o no cognitivas en sus estudiantes.

“En América Latina, todavía hay una enorme necesidad de que los niños terminen la escuela con una alta competitividad en lectura y matemáticas, algo que muchos no están logrando”.

“Pero además existe una necesidad de desarrollar las habilidades sociales, que históricamente han sido las familias las que las han proporcionado”.

“Los maestros tienen que entender que estas no son habilidades que se enseñan, sino habilidades que son modeladas”.

“Los profesores ya no son el oráculo”, pero no se puede concluir que el intercambio de conocimientos ya no tiene un papel crucial en la educación.

Lo que ha cambiado, sin embargo, es la expectativa de que el conocimiento que se considera importante en la actualidad sea el mismo conocimiento que se necesitará mañana.

El aula tradicional, con un maestro en la parte delantera y los estudiantes en apretadas filas, han quedado atrás, al igual que el aprendizaje de memoria como el núcleo de la educación.

No es suficiente que los maestros estén bien versados ​​en la materia, deben reconocer que las habilidades que un estudiante adquiere a través del aprendizaje son tan importantes como el contenido.

La tecnología desempeña un papel importante. Esto sólo puede ocurrir si se proporciona acceso al soporte tecnológico a los que más lo necesitan. Si no se canaliza, la tecnología tiene el potencial de simplemente profundizar la inequidad.

Es imposible decir a qué retos se enfrentarán los estudiantes de hoy en día, o cómo será el lugar de trabajo del futuro.

“Los estudiantes deben estar preparados para un mundo aún desconocido”.

Nuestra opinión: El reto por una educación de excelencia para todos los peruanos es uno de los objetivos nacionales más importantes y urgentes. No podemos adormecernos por la presencia de un ministro que transmite confianza, mientras no iniciemos la “Revolución Educativa” que deberíamos enfrentar cuanto antes. Lampadia

 
 



Los peruanos no necesitamos “Espadas de Damocles”

Los peruanos no necesitamos “Espadas de Damocles”

Un absurdo proyecto de Ley pretende regular “la responsabilidad autónoma de las personas jurídicas en delitos de corrupción”.

Actualmente, los delitos penales se refieren a las personas naturales, ya que solo la acción de un ser humano específico puede reunir los requisitos de un eventual delito penal: acto humano, voluntario y debidamente tipificado.  

La legislación actual ya establece medidas aplicables a las personas jurídicas que sean utilizadas por sus representantes para la comisión de delitos. Por ello, pueden ser incorporadas a procesos penales como “terceros civilmente responsables”, pudiéndoseles exigir el pago de reparaciones y otras sanciones.

La propuesta normativa del proyecto indicado, establece la responsabilidad penal de las personas jurídicas con relación a la responsabilidad penal de las personas naturales para los casos de: colusión simple y agravada, peculado doloso y culposo, cohecho activo genérico, cohecho activo transnacional, cohecho activo específico y tráfico de influencias. Estos serían aplicables ahora a las personas jurídicas de derecho privado, asociaciones, fundaciones y comités no inscritos, sociedades irregulares, entes que administran un patrimonio autónomo y las empresas del estado o sociedades de economía mixta. En otras palabras, a todo lo que se puede calificar como NO-Gobierno, que incluye: medios de comunicación y todo tipo de asociaciones.

Evidentemente, esta medida, que puede ser neutra en sí misma, representa una espada de Damocles en manos de malos políticos, sobre todo en un  país como el nuestro, que adolece de tremendas debilidades institucionales. 

Esto afectaría a sus administradores, representantes legales, contractuales y órganos colegiados, a las personas naturales que presten servicios a las entidades indicadas y que actúen por orden de estas y, a las personas naturales que no ejerzan el suficiente control o vigilancia sobre sus encargos.

Las medidas planteadas incluyen multas y disoluciones, clausura de locales o establecimientos, con carácter temporal o definitivo y la cancelación de licencias, derechos y otras autorizaciones administrativas y municipales, así como la suspensión de las actividades sociales y la prohibición para contratar con el Estado.

El planteamiento de la norma parte del supuesto de que el origen de la corrupción está en el sector privado. El mismo argumento con el que se descalifica a los peruanos por ser supuestamente proclives a la falta de respeto a las normas (semáforos), o por ser complacientes con los políticos que roban, etc. cuando la realidad demuestra que no es el ciudadano el que está mal, sino el sistema (considere el comportamiento de 3 millones de peruanos en el exterior, ver en Lampadia: Roban pero hacen obra – (Comentado por Lampadia).  )

El proyecto utiliza como pretexto la norma anti-cohecho internacional de la OCDE (que no ha sido adoptada por todos sus miembros), y que se refiere a las coimas que pagan las empresas fuera de sus países de origen. Aspecto que el Perú tendrá que negociar antes de ser parte de la OCDE. Recordemos que Alemania, hasta el año 1999, permitía que sus empresas nacionales descontaran, como costo tributario, las coimas (cohecho internacional) pagadas a sus clientes en el exterior.

Llama la atención que este proyecto tome cuerpo cuando arrecia la corrupción en el sector público y se exacerba el clima político del país.

¡Los peruanos debemos rechazar toda “Espada de Damocles”! Lampadia




OCDE: Perú en el partidor

OCDE: Perú en el partidor

Comentario de Lampadia:

El Perú y OCDE firmaron ayer el acuerdo “Programa País”, detallando los requerimientos de los cinco ejes que perfilarán el camino para formar parte de este organismo hacia el 2021.

Los cinco ejes trazados son:

1.       Identificación de las barreras al crecimiento y desarrollo nacional

2.       Gobernanza pública y mejora de la institucionalidad

3.       Anticorrupción y transparencia del Estado

4.       Mejoras del capital humano y productividad

5.       Avances en el medio ambiente

El cumplir con estas medidas fomentará una mayor inversión privada, un fortalecimiento de las instituciones y eliminará trabas burocráticas. El ser miembro de la OCDE es el mejor certificado de buena conducta económica que cualquier país puede ostentar, sobre todo para atraer inversiones y ser un país más predecible con un buen nivel institucional. Este organismo es un socio estratégico para promover reformas estructurales y es además, un foro donde los gobiernos pueden comparar y compartir experiencias de políticas públicas, identificar las mejores prácticas y promover  recomendaciones. (Ver en L: Un Grupo al que el Perú debe entrar)

El Perú y la OCDE, mejores políticas para un crecimiento incluyente

Por Ángel Gurría. Secretario General de la OCDE

(Gestión, 09 de Diciembre del 2014)

En el marco de la XXIV Cumbre Iberoamericana, con el presidente Ollanta Humala como testigo de honor, el canciller Gonzalo Gutiérrez y un servidor, se firmó y dio inicio formal al Programa País del Perú con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto constituye un hito tanto para el Perú como para nuestra organización.

La vocación de la OCDE es analizar, compartir y difundir las mejores prácticas de políticas públicas. Dentro de sus más de 200 comités y grupos de trabajo, los países de la OCDE y un número creciente de economías emergentes y en vías de desarrollo, comparten y debaten sus experiencias de gobierno para mejorar los servicios que les brindan a sus ciudadanos.

En el 2014, la OCDE estableció los Programas País como un nuevo instrumento para apoyar economías emergentes y dinámicas, como la del Perú, en la consolidación de sus reformas y en el mejoramiento de sus políticas públicas. Esta colaboración reforzada también permitirá que los países miembros y socios clave de la OCDE aprendan de la experiencia, de historia y buenas prácticas de países como el Perú, que tienen mucho que aportar al trabajo de nuestra organización.

Perú es sin duda un país líder en América Latina, el dinámico crecimiento que ha tenido en las últimas dos décadas, le ha permitido duplicar su PIB per cápita, ampliar su clase media y reducir sus índices de pobreza a la mitad. Este crecimiento no hubiera sido posible sin un compromiso con la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial y la inversión. Su red de tratados comerciales con 50 países y su participación y liderazgo en foros como APEC y la Alianza del Pacífico son una muestra más de ello.

Sin embargo, el Gobierno del Perú y la OCDE estamos conscientes de que las altas tasas de crecimiento económico registradas entre el 2000 y el 2008, tuvieron lugar en un entorno internacional coyuntural, marcado por los altos precios de las materias primas. Ahora los vientos están cambiando, por ello el Perú debe redoblar sus esfuerzos para promover reformas que impulsen un crecimiento más fuerte, más incluyente y más sustentable. El Perú requiere transformaciones profundas para diversificar su economía, mejorar su competitividad y aumentar su productividad. Estos cambios permitirán hacer frente a importantes desafíos en materia de bienestar social, inclusión y calidad de los servicios públicos.

Ahí es donde entra el Programa País con la OCDE. Este comprende la realización de diversos estudios sobre políticas educativas, salud o gobernabilidad, así como talleres y acompañamiento de expertos internacionales en materia tributaria y regulación, entre otros. El Programa País también permitirá que Perú participe en diversos Comités de la OCDE, donde podrá nutrirse de las experiencias de otros países en temas de política ambiental, inversiones, mercados financieros, gobernabilidad pública, agricultura, comercio y desarrollo territorial, y por supuesto contribuir con su experiencia en estos temas.

Estos insumos ayudarán a Perú a seguir avanzando con su agenda de reformas, para continuar mejorando la eficacia del sector público, la coordinación entre niveles de gobierno y la integridad en sus procesos de compras públicas. También contribuirán a diseñar una Estrategia de Competencia, similar a la que países como Noruega, Portugal y España han preparado con el apoyo de la OCDE, para convertir el bono demográfico peruano en palanca para elevar la productividad de la economía.

Finalmente, el Programa País del Perú, que involucrará al conjunto de las direcciones de nuestra organización en diversas áreas de política pública, podría ayudar a Perú a encauzar voluntades y generar consensos entre los diversos actores económicos y sociales para seguir construyendo una visión de país incluyente y exitoso. La OCDE está lista para apoyar este esfuerzo y ayudar al Perú a alcanzar las importantes metas que se ha propuesto con miras al bicentenario de su independencia en 2021. Cuenten con el apoyo de la OCDE para seguir diseñando, desarrollando e implementando mejores políticas para una vida mejor.




La OCDE ve riesgo de “crecimiento cero” si el BCE no actúa

La OCDE ve riesgo de “crecimiento cero” si el BCE no actúa

Pide ampliar ya la compra de activos a bonos públicos y empresariales

Por Alejandro Bolaños

(El País, 07 de Noviembre del 2014)

El frenazo de la zona euro llevó este jueves a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que aglutina a 34 países industrializados, a rebajar su pronóstico sobre la evolución de la economía de los Dieciocho, como ya hicieron el FMI o la Comisión Europea. Pero, además, advierte que el escuálido 1,1% de avance en 2015 que predice ahora solo será posible si “se ralentiza el ajuste fiscal”, hay “mejores condiciones financieras tras el inicio de la unión bancaria” y, sobre todo, si cristaliza “un mayor estímulo monetario”.

“Déjenme subrayar esto: nuestra previsión depende de un ‘si’ y es un gran ‘si’. Solo si estos apoyos macroeconómicos tienen lugar, la economía de la zona euro crecerá como hemos previsto. En caso contrario, el crecimiento será más débil”, explicó el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurria, en la presentación en París de un análisis sobre los países que forman parte del G20, cuya cumbre anual se celebrará los días 14 y 15 de noviembre en Brisbane (Australia).

La nueva economista jefa de la institución, Catherine L. Mann, estableció los límites del dilema europeo: “En nuestro rango de probabilidades, la zona euro se arriesga a entrar en un periodo de crecimiento cero e inflación cero”. La economista estadounidense destacó luego que, pese a cierto recorte de la tasa de paro en EE UU y Japón, había aún 12 millones de desempleados más que en el inicio de la crisis financiera en los países industrializados. Y que la mitad de ese aumento del desempleo corresponde a la zona euro. “Son cifras que deberían servir de catalizador para que los responsables políticos den un paso al frente y actúen”.

En la conferencia de prensa, celebrada tres horas antes de la que dio cuenta del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo, Mann expresó su deseo de que se lanzara “un mensaje de unidad” en torno a la necesidad de una nueva inyección monetaria. Deseo que acompañó de una gráfica en la que se ilustraba como el balance de activos del supervisor del euro había descendido del 30% al 20% del PIB en los dos últimos años, nivel que se sitúa por debajo del de la Reserva Federal y el Banco de Japón.

Si hay que atenerse a lo que el presidente del BCE, Mario Draghi, expuso después, se podría concluir que el deseo de Mann, en buena parte, se cumplió. Aunque queda por comprobar cómo se concreta el “unánime” compromiso de hacer lo que haga falta si la debilidad se prolonga en precios y actividad económica.

En su informe, la OCDE sí es precisa: “El Banco Central Europeo debe comprometerse a ampliar su programa de compra de activos más allá de lo anunciado”. Y para ello, además de reducir las exigencias en las titulaciones de deuda y bonos garantizados que ya adquiere, debería adentrarse en “la adquisición de bonos empresariales y públicos”.

Para la OCDE, el estancamiento de la zona euro es ahora “el mayor riesgo” para el crecimiento mundial, que seguiría por debajo del 4% en 2015 y 2016, aunque acelera algo desde el 3,3% previsto para este año.

En el caso de España, la OCDE sigue la estela del FMI o la Comisión Europea, y anticipa un avance del 1,7% en 2015, tras una ligera revisión al alza. Es un crecimiento mayor al del conjunto de la zona euro, pero la predicción es menos optimista que la del Gobierno o que la de la mayoría de analistas privados españoles, que anticipan un avance cercano al 2%.

Además, la OCDE insistió en su mensaje tradicional de la necesidad de desarrollar reformas estructurales para elevar el potencial del crecimiento en países desarrollados y emergentes. Y se congratuló de que el millar de propuestas ya formuladas por los países del G20 cumplan el objetivo marcado para la inminente cumbre de Brisbane: plantear reformas que permitan a la economía mundial crecer un 2% más en cinco años. “Ahora solo falta que estas medidas se lleven a cabo. Estaremos vigilantes, como indica el mandato que nos hizo el G20”, añadió Gurría.




Obama y Xi tienen que frenar el ascenso de una rivalidad riesgosa

Obama y Xi tienen que frenar el ascenso de una rivalidad riesgosa

El mundo estará observando el lenguaje corporal esta semana en la cumbre EE.UU. – China. Si Barack Obama y Xi Jinping logran establecer una relación amistosa, cuestionarán la noción fatalista de que China y EE.UU. están condenados a la confrontación. Esta visión pesimista se apoya en un giro económico que incomoda a los norteamericanos: para el 2016, el último año de la presidencia del Sr. Obama, la economía china probablemente será mayor que la de EE.UU.

Este vaticinio –hecho por el Fondo Monetario Internacional y la OCDE, el club de las naciones industrializadas – es tan sensible que solo el pronunciarlo genera aullidos de negación en EE.UU.

Pues sí es verdad que a estas proyecciones las ayuda el ajuste para el costo de la vida en ambos países. Pero si se usan tipos de cambio reales, la fecha en la que China pueda llegar a ser el  número uno retrocede solo un poco – hasta el 2018, según “The Economist” (esos dos años más son un alivio tan grande).

Es verdad que, aun después de que China llegue a ser la mayor economía del mundo, el norteamericano promedio será mucho más rico que el chino promedio. También es cierto que las Fuerzas Armadas estadounidenses gozan de una sofisticación que China todavía está lejos de igualar. El aire es más limpio en Washington que en Beijing, y las hamburguesas también son más sabrosas. Pero nada de esto puede disfrazar el hecho de que el ascenso de China significa que el reinado estadounidense como única superpotencia está llegando a su fin. La cuestión geopolítica central de nuestros días es cómo los dos países van a negociar este giro.

Ambas partes saben bien que si las cosas van terriblemente mal, esto podría conducir a una guerra. Graham Allison, profesor de Harvard, le llama “la trampa de Tucídides”: la tendencia, observada por primera vez por el historiador griego, de una potencia en ascenso de chocar con una potencia gobernante. Esta observación histórica comenzó a sentirse más verdadera y amenazante a principios de este año, cuando surgieron tensiones entre China y Japón sobre unas disputadas islas, lo cual potencialmente ha disparado la garantía de seguridad norteamericana con Japón.

Una actitud china más asertiva hacia las disputas territoriales ha reforzado la impresión de que la influencia militar en Beijing está en ascenso. Los ataques cibernéticos chinos también han avivado el miedo en Washington de que en última instancia Beijing tiene la intención de socavar el poder estadounidense.

Mientras tanto, ha crecido el miedo chino sobre las intenciones norteamericanas, al moverse EE.UU. a reforzar su red de alianzas asiáticas. Esta política hasta tiene un nombre pegajoso: “el pivote asiático.”

Si este pivote fuera simplemente la afirmación de que EE.UU. tiene la intención de seguir siendo una potencia central en la región Asia-Pacífico, sería difícil cuestionarla. El problema es que en Beijing ha sido interpretado como un nombre elegante para la contención de China. Los trozos más cacareados de este pivote han sido de naturaleza militar: en particular, la decisión de basar mayor parte de la Armada estadounidense en el Pacífico y rotar más tropas norteamericanas por Australia y las Filipinas. Hasta los aspectos no militares podrían parecer antichinos, como el empuje norteamericano por un acuerdo de libre comercio en el Pacífico que hasta ahora no incluye a China.

Si este crecimiento de mutua sospecha entre EE.UU. y China fuera solo un caso de malentendidos, sería menos preocupante. Sin embargo, bajo estas rivalidades hay una genuina diferencia de visión. La política estadounidense sigue siendo que China debe convertirse en un “participante responsable” en el actual sistema global. En otras palabras, el ascenso de China estará perfectamente bien siempre y cuando siga las reglas de juego establecidas. La respuesta china, sin embargo, es que estas reglas fueron establecidas durante un período de hegemonía estadounidense. Según Beijing, el sistema tiene que cambiar para reconocer el ascenso de China.

A los norteamericanos les preocupa poco darle a China una mayor voz en las instituciones internacionales, como el FMI. La verdadera dificultad es sobre el deseo chino de tallarse una “esfera de influencia” en su vecindario inmediato. Para los chinos, nada podía ser más natural. Después de todo, EE.UU. asume que siempre será la potencia dominante en el hemisferio occidental.

¿Por qué una China en ascenso no puede aspirar al mismo papel en el Asia del Este? Pero a punto de convertirse el Asia del Este en el núcleo de la economía mundial, EE.UU. se muestra reacio a conceder este dominante papel regional a China. Esta es la lucha que yace detrás del deseo estadounidense de establecer una comunicación mucho más eficaz entre los militares de los dos países, para evitar choques potenciales en las tensas aguas del Asia del Este. A los oídos norteamericanos, esta idea suena eminentemente sensata. Pero China ha contenido el refuerzo de estos procedimientos de manejo de crisis, por el riesgo que parezca una concesión tácita al derecho de la Armada estadounidense a patrullar cerca de la costa china.

En cuanto a lo que Beijing se refiere, la solución es que EE.UU. simplemente retroceda. Sin embargo, los norteamericanos creen que, si fueran a hacer eso, estarían enviando una desastrosa señal de debilidad a su red de aliados asiáticos, quienes ya se preguntan si EE.UU. tiene suficiente poder de permanencia para seguir siendo la potencia militar dominante en el Pacífico. Esta semana, los norteamericanos dejaron saber que la Armada china ha comenzado a hacer apariciones ocasionales en aguas territoriales estadounidenses, probablemente frente a la costa de Guam.

Los pesimistas argumentarían que más incidencias de este tipo de rivalidad son inevitables. Pero si el Sr. Obama y el Sr. Xi logran sorprender a los escépticos esta semana, llegando a un nuevo entendimiento sobre el ciberespacio o las patrullas navales, podrían cuestionar las profecías autocumplidas sobre una mayor rivalidad entre los dos países.

Publicado por El Comercio, 5 de junio del 2013