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Una oportunidad dorada

Una oportunidad dorada

Alejandra Benavides
Para Lampadia

Hoy, al 99% de conteo de los votos escrutados, en elecciones para definir quiénes integrarían la Convención Constituyente para la redacción de una nueva constitución, Chile se encuentra al borde del abismo. El oficialismo actual sólo logró 24% de la votación, mientras que la oposición (Apruebo Dignidad y Lista de Apruebo) alcanzaron 34% y la diferencia la llevan los independientes, quienes están más cerca de la oposición. Así, los grupos de izquierda tendrían más de dos tercios de la convención, un poder que les permitirá destruir la actual constitución redactada en tiempos de Pinochet, por una de izquierda. Nicolás Maduro ya envió su mensaje de satisfacción por estos resultados, lo que nunca es buen presagio para quienes defendemos la democracia.

Los riesgos producidos por la incertidumbre del futuro económico y social del país vecino han generado un golpe en su moneda – y fortalecimiento del dólar, en más de 3%, pasando de $697 a $720 por US$1 y una caída de la bolsa de valores en casi 10%. Se teme que los cambios de constitución sean radicales, sobretodo en temas de regulación y tributación minera, redistribución de riqueza, manejo central de recursos naturales y rol del Estado. Todo esto decantaría en una contracción de la inversión privada y que los capitales migren a otros destinos, y, si el Perú pudiera unirse contra movimientos comunistas radicales, tenemos la oportunidad de ser el mercado más atractivo de la región.

Somos uno de los países más golpeados del mundo en esta pandemia, con una caída de más de 10% del PBI en 2020 y 3 millones de peruanos más en situación de pobreza. Por lo tanto, si logramos derivar las inversiones chilenas y de países como Colombia, Brasil y otros, sería la forma perfecta para arrancar nuestra inmóvil economía y empezar a generar empleo, consumo, recaudación y un círculo virtuoso que sacaría a millones de peruanos de la pobreza.

Es una oportunidad que no debemos desaprovechar y Perú puede convertirse en el bastión democrático de Latinoamérica, siendo una vez más, una estrella en medio de tanto caos y volatilidad. Confío en que los peruanos podemos unirnos contra quienes ahuyentan la inversión, participando activamente en esta campaña, con humildad y firmeza, y sobretodo conversando con los que nos rodean, y comprendan el riesgo en el que estamos, y lo que podría ser un futuro próspero para nuestra nación.

Referencias:

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-57139669

https://www.latercera.com/pulso/noticia/reaccion-visceral-del-dolar-tras-resultados-de-las-elecciones-se-dispara-mas-de-20/CWAHIQZCZ5FM5OTSBT33JP4EDQ/

https://www.df.cl/noticias/mercados/bolsa-monedas/bolsa-chilena-abre-con-caida-de-casi-10-y-refleja-la-incertidumbre-de/2021-05-17/095142.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54630310




“La Habana no va a permitir que Caracas cambie de mano”

“La Habana no va a permitir que Caracas cambie de mano”

ELKIS BEJARANO DELGADO
Entrevista a Enrique Aristeguieta Gramcko Historiador y analista venezolano
Diario Las Américas – Miami
08 de mayo de 2021
Glosado e ilustrado por Lampadia

El abogado e historiador Enrique Aristeguieta Gramcko asegura que su país todavía tiene suficientes medios económicos para propiciar y financiar movimientos de extrema izquierda

Venezuela es una colonia de Cuba y eso lo sabemos. Es la primera vez en la historia que un país como Cuba, hambreado y depauperado, se apodera de uno de los países más ricos del continente y lo convierte a su imagen y semejanza, lo transforma en un país en ruinas. Pero todavía hay riqueza suficiente para darle a los cubanos y fomentar sus ideales en la región. Por lo que La Habana no va a permitir que Caracas cambie de mano”.

Así lo afirma el historiador y analista venezolano Enrique Aristeguieta Gramcko quien esta semana cumple 88 años por lo que no duda en asegurar que conoce los procesos políticos ocurridos en Venezuela, desde tiempos de Juan Vicente Gómez, quien gobernó Venezuela con métodos autoritarios desde 1908 hasta su muerte en 1935.

Durante una entrevista concedida a DIARIO LAS AMÉRICA Aristeguieta Gramcko analiza cómo el avance de la izquierda radical se ha convertido en una amenaza para la democracia, especialmente para los países hispanoparlantes.

“Con lo que ocurre en Colombia hay que aplicar mano dura. Hay que aplicar lo que dice la ley. Hoy en día, después de todo lo que he vivido y toda la historia que he leído, he llegado a la conclusión de que a la extrema izquierda no se le puede permitir participar en el juego electoral de los partidos democráticos. Es como cuando hay un campeonato de futbol, pero el día que gane ese equipo se acaban los campeonatos porque él se declara campeón para siempre. Cuando llega la extrema izquierda no hay más elecciones, entonces por qué darle la oportunidad de que lleguen por la vía electoral. Que tomen por asalto el poder, si pueden. Hay que tomar conciencia de esto”.

Para Aristeguieta Gramcko es lamentable que Venezuela se haya convertido en un foco de contaminación para toda la región, porque, aunque las instrucciones vienen desde La Habana, Venezuela se encuentra en una posición estratégica en el continente.

“La nación caribeña todavía tiene suficientes medios económicos no para que el pueblo viva mejor, sino para estar propiciando estos movimientos de extrema izquierda. Colombia está a punto de caer, si no hay una reacción fuerte de su presidente. El Perú está a punto de caramelo y Chile también está en riesgo. Cuando el gobierno aplica la ley y los reduce en sus excesos entonces vienen las protestas. Porque ellos son delicadísimos y no se pueden tocar ni con el pétalo de una rosa. No puede ser. La democracia se tiene que saber defender. La democracia no debe permitir que todo el mundo haga lo que le da la gana, hasta llegar al punto de hacerla desaparecer”.

El politólogo exhorta a los países vecinos a que sean realistas y analicen la historia y lo que está ocurriendo. “La izquierda es un peligro. Al parecer la experiencia de Venezuela no ha sido suficiente. Y por más que están llenos de venezolanos que han huido desesperados, siguen votando masivamente por la izquierda. La América hispano parlamente deberá tomar medidas muy duras para evitar que peligre la democracia. Desde que cayó Venezuela esa amenaza se quintuplicó. Cuba pone el cerebro y Venezuela pone los reales”.

Sin posibilidad democrática

Para el analista está claro que el régimen de Nicolás Maduro no dejará el poder por la vía electoral. “Recién leí un mensaje de Jorge Rodríguez en el que decía que la revolución está por encima de todo. Hay que recordar lo que decía Hugo Chávez, cuando hablaba de desnudos, descalzos, muertos de hambre, pero con revolución. Por qué seguir creyendo que ellos van a dejar la posibilidad abierta que lo saquemos electoralmente”.

Recuerda que esa posibilidad la vivió en Nicaragua, cuando el gobierno de Daniel Ortega aceptó ir a elecciones y Violeta Chamorro ganó la presidencia. “Había una situación muy diferente porque en Venezuela estaba gobernando otro presidente. En Nicaragua había una oposición frontal contra Ortega y había un movimiento contrarrevolucionario en Honduras, en la frontera. También un presidente en los Estados Unidos que tenía prensado a esta gente”.

Asegura que la izquierda aprendió la lección y más nunca van a correr ese riesgo. “En Venezuela la oposición ganó la Asamblea Nacional y mira las cosas qué ocurrieron. Ellos no dejarán que por elecciones le quiten el poder”.

Apoyo externo

A juicio del historiador, sin un apoyo externo es muy difícil que Venezuela salga de la dictadura. “Lo digo con tristeza, pero con realismo. Salimos de la dictadura de Pérez Jiménez porque contábamos con la fuerza suficiente para sacarlo, de lo contrario no sale. Y estos (chavismo) están más pegados que una garrapata. Sacarlos sería más difícil, pero necesitamos fuerza interna y ayuda externa. Solos no podemos, porque estos han desmantelado al país y han desmantelado las Fuerzas Armadas”.

Asegura que prueba de ello es lo que ha ocurrido en el estado Apure, donde en enfrentamientos con los grupos paramilitares de la zona y las Fuerzas Armadas de Venezuela han fallecido un número indeterminados de soldados jóvenes. “Eso se ha quedado así y no se debe quedar así. Las Fuerzas Armadas están muy golpeadas. Adentro de lo que queda tiene que haber mucha gente que esté disgustada con eso. Lo de Apure es muy grave, han hecho el ridículo al precio de una pila de muchachos muertos vilmente asesinados y todavía no se sabe quién es el responsable de esa operación. Eso se ha silenciado”. Lampadia




¿Se suicidarán los peruanos?

¿Se suicidarán los peruanos?

Castillo se ha creído el cuento del socialismo del siglo XXI. Es un sindicalista radical, castrista y chavista

El candidato a la Presidencia de Perú por el partido Perú Libre, Pedro Castillo. (EFE/Sebastián Castañeda/Archivo)

CARLOS ALBERTO MONTANER
14YMEDIO.com
Miami
Abril 24, 2021

Las dos encuestas nacionales hechas en Perú dan ganador a Pedro Castillo frente a Keiko Fujimori. La última le concede una ventaja de 16 puntos. Es verdad que falta un mes y medio para el balotaje, que será el 6 de junio, y que hay un 40% de indecisos, pero cumplo con mi deber de avisarles a los peruanos que cometerán un suicidio colectivo si instalan en la Casa de Gobierno a Pedro Castillo.

Les hice la misma advertencia a los venezolanos en 1998 con respecto a Hugo Chávez, pero se rieron de mí. “Ya está este agorero cubano anunciando una catástrofe”, decían. Y la catástrofe sucedió, como cuentan los casi seis millones de venezolanos que han tenido que huir de su país para alimentarse.

Castillo es un maestro que monta a caballo. Hasta ahí no hay nada que objetar. Muchos maestros montan a caballo en Perú, especialmente en las zonas rurales. El problema es de otra índole. Castillo se ha creído el cuento del socialismo del siglo XXI. Es un sindicalista radical que adquirió cierta fama acaudillando algunas huelgas en el magisterio. Es castrista y chavista. Como nació en 1969, Castillo no conoció el horror del precursor de ese engendro en Perú, el general Juan Velasco Alvarado, que entró en 1968 como una tromba en el Palacio de Pizarro.

Juan Velasco Alvarado, un militar nacionalista, dio un golpe contra el Gobierno democrático del arquitecto Fernando Belaúnde Terry. Estableció una dictadura populista de izquierda, demostrando que no hace falta ser marxista para equivocarse de plano. Su pretexto para el golpe era que había desaparecido la página 11 del convenio entre el Estado peruano y una compañía extranjera que le debía cierta cantidad de dinero en un pleito que se eternizaba.

No obstante, como estableció Jaime Althaus, un periodista y antropólogo peruano excepcional, la verdad era que Velasco, como tantos militares, le tenía un odio feroz al APRA y todas las encuestas le daban la victoria a ese partido. El general arribó al poder para hacer la mítica revolución. Nacionalizó el petróleo, la pesca, la minería, casi toda la banca, y los servicios públicos, hizo una demagógica reforma agraria e impidió que Víctor Raúl Haya de la Torre fuera presidente de Perú. Era, como queda dicho, profundamente antiaprista.

Velasco duró hasta 1975, cuando otro general, Francisco Morales Bermúdez, invocando la “verdadera revolución marxista” le dio otro golpe, pero se aconsejó, restauró el mercado y las libertades, y en las elecciones de 1980 Belaúnde regresó al poder. Sin embargo, no fue hasta los años noventa cuando Perú volvió a crecer, gracias a la política económica de Alberto Fujimori, parcialmente robada al programa de Mario Vargas Llosa, aunque sin el talante liberal y el respeto a la ley que el novelista pensaba imprimirle a su Gobierno.

Afortunadamente para el Perú, todos los gobernantes que siguieron a la dictadura de Fujimori –Valentín Paniagua, Alejandro Toledo, el segundo Alan García (el primero fue un desastre), Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra, incluso Francisco Sagasti, quien fundamentalmente ha tenido que lidiar con la pandemia– han continuado las directrices liberales promercado que dejó trazadas Fujimori, lo que explica el éxito relativo de la economía peruana.

Todo eso sería destruido en un Gobierno de Pedro Castillo, de la misma manera que Hugo Chávez y Nicolás Maduro hicieron añicos la pujante economía venezolana, o los Castro hundieron la economía cubana logrando el contra milagro de desbaratar la producción azucarera, al extremo de que hoy el agro genera lo mismo que producía en 1894, cuando la Isla tenía un millón de habitantes y no estaba electrificada. Así será diezmada la producción peruana.

La manera de evitarlo es votar por Keiko Fujimori. Vale la pena ver y escuchar los argumentos de Mario y Álvaro Vargas Llosa, dado que ambos apoyaron a Ollanta Humala y a Kuczynski cuando previamente se enfrentaron a Keiko. En democracia uno no siempre elige al aliado o al adversario. Abstenerse o votar en blanco es sufragar por quien está a la cabeza de las elecciones. Es cierta la complicidad de Alberto Fujimori con la corrupción y los crímenes de su asesor, Vladimiro Montesinos, o el charco de corrupción en el que chapotean casi todos los políticos peruanos, pero eso está en el pasado y de lo que se trata es de salvar el futuro. Ojalá los peruanos no se suiciden en masa. Lampadia




¿VACUNAS a cambio de VOTOS?

¿VACUNAS a cambio de VOTOS?

La hegemonía sanitaria que pretende la señora Mendoza

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

La candidata de Nicolás Maduro en nuestras elecciones presidenciales, la señora Verónika Mendoza, se rasgó las vestiduras porque el gobierno publicó el reglamento para el registro sanitario de las vacunas. Acusó al presidente Sagasti, también de izquierda, pero moderada, de “convertir la salud en negocio”. La señora Mendoza, fiel a su credo estatista, está en contra de la comercialización de vacunas y prefiere que no la tenga nadie.

¿QUE HAY DETRÁS DE ESTA POSICION?

  • El sentido perverso y distorsionado de la igualdad, según el cual, si existe el riesgo de que algunos perciban un bien antes que otros, es mejor evitar que todos lo tengan. La lógica del perro del hortelano de la que habla la cultura popular.
  • La creencia cínica de que un Estado, que demostró incapacidad en detener los contagios y evitar la destrucción de la economía, debe seguir ordenando nuestras vidas, nuestra salud y decidiendo quienes, cuando y a cambio de qué se vacunan.
  • El afán electoral de hacer creer a los electores qué declarando las vacunas como bien público universal, llegarán para “todos y todas” (sic) gratis y pronto y no tendrán costo.

DE LA HEGEMONIA CULTURAL A LA HEGEMONIA SANITARIA

Lo que pocos han advertido es que las vacunas, como en su momento lo fueron las pruebas del Covid 19 que se pudieron bajo el exclusivo control del Estado, son instrumentos de la nueva hegemonía sanitaria a la que el marxismo latinoamericano nos lleva, con el aplauso de muchos intonsos que creen que lo hace por nuestro bien.

En virtud de esta hegemonía sanitaria, la salud deja de ser un asunto ciudadano, deja de ser una responsabilidad del padre o madre de familia y pasa a convertirse en otro bien más provisto, controlado, decidido y mal gestionado por el Estado. No importa que lo haga mal. No importa que demuestre que no lo pueda hacer. No importa siquiera que haya mucha corrupción cuando lo hace. Menos importa que otros lo podrían hacer mejor y más rápido que el Estado. Lo que importa es tener el control, solo así se obtiene la hegemonía.

Este término lo mencionó todavía en abril de 2020 el escritor y filósofo Francisco Tomás Gonzales Cabañas desde su blog en la provincia de Corrientes, Argentina, donde denunciaba como los seguidores de la hegemonía cultural gramsciana nos llevaban, so pretexto de la pandemia, a la hegemonía sanitaria, donde “decidían lo que debe o no realizarse, so pena de aplicar la fuerza de la ley”.

En el Perú quien dio el primer paso en esta dirección fue el Ministro de Salud Víctor Zamora, candidato en la lista parlamentaria de la señora Mendoza en las elecciones del 2016. Bajo su administración se dispuso la “hegemonía” de las pruebas en manos del Estado. Grave error que limitó la capacidad de diagnóstico de la enfermedad y nos mantuvo artificialmente por algunos meses como un país con pocos contagios debido a las medidas extremas de hegemonía sanitaria. La realidad desnudó este despropósito y hasta el gonfaloniero del pensamiento anticapitalista en nuestro país, el señor Hildebrandt denunció el ocultamiento de infectados y muertos.

Hoy, cuando en el mundo ya hay vacunas y los seguidores de la “hegemonía sanitaria” no pudieron conseguirle al país ninguna, pretender que las vacunas que no llegan aún, también estén en manos del Estado so pretexto de su falsa gratuidad, no es una medida de salud pública razonable, sino una medida ideológica que hay que desnudar y criticar.

VACUNAS A CAMBIO DE VOTOS

Lo que quiere la señora Mendoza, con un cinismo que su cada vez menos juvenil apariencia ya no puede disimular, es que las vacunas son para ella y sus seguidores un instrumento importante de dominación política. Una pieza más que ella podría controlar, desde una estrategia de dominación y hegemonía cuando llegue al poder.

Que las vacunas se vendan en el mercado, que haya competencia entre laboratorios y que el precio de ellas disminuya por efecto de dicha competencia bien impulsada desde el Estado no sirve.  Tampoco sirve que los peruanos tengan recursos para comprarle la vacuna a sus hijos. Todo eso puede evitar los contagios, puede detener la enfermedad, pero no permitirá mantener la “hegemonía sanitaria”, por eso se lo repudia y se lo rechaza.

Vacunas a cambio de votos. Eso es lo que se pretende, como se da la educación, la salud y el alimento a cambio de la sujeción al dictador Chávez o a su tragicómico sucesor Nicolás Maduro en el régimen venezolano que la señora Mendoza admira, no condena y seguramente obedece.

LIBERTAD DE COMERCIALIZACION Y VACUNA GRATUITA PARA LOS PERUANOS SIN RECURSOS.

Lo correcto es que el peruano que pueda pagar una vacuna lo haga. También es correcto que el Estado oriente sus recursos para proveerla a los servidores de la salud, a los servidores estatales que están en la primera línea de la lucha contra el Covid 19 y que la haga llegar a nuestros compatriotas que no tienen recursos para pagarla. Ese es el rol subsidiario del Estado que se debe cumplir.

Para que esto funcione se necesita un Estado concentrado en proveer lo que le compete y no en buscar la hegemonía sanitaria por afanes ideológicos o cálculo político. Se necesita también crear las condiciones para que exista competencia entre laboratorios, droguerías, farmacias y establecimientos de salud para que, cuando la vacuna esté disponible para el comercio, pueda llegar al mejor precio y de la forma más rápida posible.

ABSURDOS DE LA HEGEMONIA SANITARIA

Bajo la lógica de la señora Mendoza se le impedirá al emprendedor norteño, del sur o de Gamarra vacunarse pese a que está dispuesto a asumir el costo para proteger a su familia y seguir trabajando. Bajo esta misma lógica, algunos empresarios acaudalados de nuestro país, que exhiben entre sus hazañas políticas haber alentado las marchas del 15 N que hoy explican la segunda ola de la pandemia, que podrían pagarse una vacuna para ellos, sus familias y trabajadores, se la pedirán al Estado a cambio de su apoyo, quien se las dará antes que a los peruanos que también la necesitan, pero no la pueden pagar.

Bajo la lógica de la hegemonía sanitaria habrá quienes sigan gastando su dinero en “tabaquitos” y “enrollados”, porque el Estado les dará la vacuna, más si son del mismo tinte político.

PALABRAS FINALES

Está usted avisado. No se queje cuando en un tiempo tenga que mostrar su “carnet de la patria” o su “sujeción a la revolución” no sólo para vacunarse, sino también y sobre todo para conseguir una cita en el hospital, una vacante en la escuela o su DNI. ¿No me cree? Pregúntele al que le vende el chicle en el bus o al muchacho que le trae el delivery. Lampadia




Llorarán el “neoliberalismo”

Llorarán el “neoliberalismo”

El caso chileno es un ejemplo clásico de lo perniciosos que pueden ser las narrativas manipuladas políticamente, una técnica marxista que distorsiona la realidad e inculca en la opinión pública mensajes falsos. Veamos el análisis de Axel Kaiser:

Fundación para el Progreso
Publicado en El Mercurio, 11.02.2020
Axel Kaiser

El dictador venezolano Nicolás Maduro admitió implícitamente hace poco que PDVSA, la empresa de petróleos venezolana, ha sido completamente destruida por el control que de ella ha hecho el socialismo chavista. No es para menos si se considera que —en sus tiempos ‘neoliberales’— esta llegó a producir 3,5 millones de barriles diarios, para desplomarse a apenas 700 mil hoy, a pesar de contar con las mayores reservas de petróleo del mundo. Los estragos del socialismo venezolano no se detienen ahí, por supuesto. Más de un 80% de la población viviendo en la pobreza, una contracción del PIB de un 70%, una de las tasas de homicidios más altas del mundo y la migración de más de 4 millones de personas son algunos de sus ‘logros’. Ahora, tras años de retórica en contra de la propiedad privada y a favor de que el Estado controle ‘los recursos del pueblo’, Maduro llama a los privados para que rescaten a la empresa más importante del país, saqueada por las huestes de izquierda que la administraron.

Y es que, cuando los socialistas afirman que algo será del Estado o del ‘pueblo’, en realidad lo que quieren decir es que será de ellos. Ya sabía Orwell que un verdadero socialista no puede serlo sin vivir con privilegios y lujos, hoy por hoy mansiones, primera clase, autos con choferes y vacaciones en el extranjero, pues todos esos son medios necesarios para llevar a cabo la revolución y defenderla de sus eternos enemigos.

“El denostado ‘neoliberalismo’ benefició a los más pobres más del doble que a los de mayores ingresos”.

De ahí que no exista prácticamente ningún solo caso en la historia de un líder socialista que no haya vivido en la opulencia. Ya sean Mao, Castro, Chávez, Allende, Stalin, Lenin u otro, todos ellos compartieron una afición por el lujo. En cambio, el malvado ‘neoliberalismo’ es realmente la fuerza que democratiza la riqueza. Cuando hace cinco décadas Venezuela se encontraba entre los países con mayor libertad económica de la región, era uno de los más prósperos. Chile, que con Allende siguió el camino chavista, pasó de ser uno de los países más miserables de la región, con casi un 60% de pobreza, al más avanzado. Solo entre 1990 y 2015 el ingreso del 25% más pobre creció un 439% versus un 208% para el 25% más rico. En otras palabras, el denostado ‘neoliberalismo’ benefició a los más pobres más del doble que a los de mayores ingresos.

La clase media, que en 1990 era de un 23% de la población, alcanzó un 57,8% en 2013, mientras los sectores vulnerables y pobres se redujeron de un 34,5% a un 25,8% y de un 38,6% a un 7,8%, respectivamente. El famoso índice Gini cayó fuertemente, de 0,57 a 0,46, situando a Chile cerca del promedio de América Latina en términos de desigualdad y mejor que países como Brasil, México, Costa Rica y Paraguay, entre otros mucho menos ‘neoliberales’, pero bastante más pobres y desiguales. Eso es sin considerar la desigualdad intergeneracional, que se ha reducido de manera tan dramática que, en términos de acceso a educación superior, alcanzamos ya niveles de países desarrollados.

“Un informe de la OCDE  de 2017 sitúa a Chile como el país con mayor movilidad social de toda la OCDE”.

Por si todo lo anterior fuera poco, un informe de la OCDE de 2017 sitúa a Chile como el país con mayor movilidad social de toda la OCDE. Esto significa que para un chileno del 25% más pobre es más fácil llegar al 25% más rico que para un alemán, un sueco, un estadounidense, un francés y así sucesivamente. El sistema de pensiones chileno, en tanto, se encuentra entre los diez mejores del mundo, según el prestigioso ranking de Melbourne Mercer, y se acusa de injusto a pesar de que el 70% de todo lo acumulado para los pensionados es rentabilidad de las AFP y no contribución de ellos. Y si de gasto social se trata, en los últimos treinta años este ha crecido 5,4% real per cápita anual, contra un 3,4% de crecimiento del ingreso. Es decir, el Estado ha avanzado a un ritmo más acelerado que el sector privado, no precisamente la receta ‘neoliberal.’ En moneda de hoy, el gasto por persona del Estado chileno ha pasado de 530.000 pesos anuales en 1990 a 2.500.000 pesos en 2019 y la gente se muestra más insatisfecha que nunca.

Y es que ese es parte del problema: un Estado capturado por grupos de interés y corrupción cada vez más galopante que parasita a quienes crean valor real para la sociedad. Por supuesto, nadie dice eso y tampoco que la productividad por hora promedio en Chile es la más baja de la OCDE —a excepción de México—, alcanzando 26,9 dólares, contra 50,50 dólares promedio en la organización. Países con los que nos gusta compararnos, como Noruega, tienen 82,7 dólares, Dinamarca 69,73 dólares, Francia 67,17 dólares, Suecia 60,54 dólares y así sucesivamente. Pero nada de esto importa, porque nuestros profetas del resentimiento nos han convencido de que si tenemos problemas no es porque nos falta muchísimo por avanzar o porque nuestro Estado está capturado —en parte por ellos mismos—, sino por el abuso y la desigualdad de los privados.

Por lo tanto —nos dicen—, debemos cambiar el modelo ‘neoliberal’ con una nueva Constitución, porque —claro— una nueva Constitución de seguro nos dará mejores pensiones, educación, mayores ingresos, empleo, salud, etc., todo ello sin importar el nivel de nuestra productividad, eficiencia estatal y desarrollo económico. Y así, guiados por una tropa de charlatanes, demagogos y algunos ingenuos, nos encaminamos a arruinar definitivamente, al más clásico estilo latinoamericano, lo que hemos construido hasta ahora y la única base que nos permitiría dar un nuevo salto de progreso. ¿Será que tendremos que hacerlo para terminar, como Maduro, pidiendo que vuelvan los ‘neoliberales’ a resolver la catástrofe estatista? Es de esperar que no, pero, así como vamos, no sería raro que en una década quienes lo denostaron, tanto a la izquierda como a la derecha, estén llorando el ‘neoliberalismo’. Lampadia




La moribunda democracia de Venezuela

La moribunda democracia de Venezuela

A continuación compartimos un reciente artículo publicado por The Economist en el que se resume de forma muy ilustrativa cómo la dictadura de Nicolás Maduro ha ido vulnerando de forma sostenida y persistente la democracia en Venezuela, desde que se asentó en el poder allá por el año 2013. Ello a través del progresivo copamiento de diversas instituciones que son fundamentales para contrapesar el poder político como lo son el poder legislativo y judicial.

Lo que es peor, en los últimos meses y a pesar de la designación de Guaidó como verdadero presidente de Venezuela, se ha hecho evidente la clara debilidad, aunque muy bien intencionadas, iniciativas diplomáticas para darle solución a tal crisis humanitaria que sume en la pobreza y la miseria a nuestros hermanos del norte.

En ese sentido, creemos necesario insistir en la necesidad de inducir un corte del abastecimiento de petróleo a través de un bloque naval hacia Cuba, principal fuente de poder del nefasto régimen de Maduro y además de legitimidad del apoyo militar interno (ver Lampadia: ¿Cómo parar el régimen de Maduro?). La otra vía posible sería que las mismas fuerzas armadas derroquen al dictador, pero al parecer este camino es aún lejano y más peligroso dado que al interior de ellas se ha producido un cisma, acaparando una mayoría a favor de Maduro. Esperamos que la mencionada propuesta del bloqueo naval pueda ser sopesada por las autoridades de los otros países de la región y, de ser posible, ser implementada a la brevedad. Todo sea para darle fin a una crisis tan compleja que ha llegado a un punto de inhumanidad latente por parte del régimen. Lampadia

Un intento burdo de sofocar lo que queda de la democracia en Venezuela

Los matones de Nicolás Maduro bloquean a los miembros del parlamento

The Economist
11 de enero, 2020
Traducido y comentado por Lampadia

El domingo 5 de enero, Juan Guaidó se encontró sentado inestablemente sobre las rejas ornamentadas de hierro forjado fuera de la asamblea nacional de Venezuela, siendo rechazado por los escudos antidisturbios de la Guardia Nacional. Como Guaidó es el orador de la asamblea y debía ser reelegido para el cargo ese día, la imagen lo decía todo sobre el asalto a los últimos vestigios de la democracia de Venezuela por parte del régimen de Nicolás Maduro, que gobierna como dictador. Subrayó que un año después de que Guaidó se proclamara “presidente interino” del país, con el argumento de que la elección de Maduro para un segundo mandato fue fraudulenta, tiene legitimidad pero no poder. Y sugirió que Maduro no tiene interés en negociar una solución para la larga agonía de Venezuela.

En diciembre de 2015, la oposición triunfó en una elección legislativa, la última competencia justa que el país ha visto. Obtuvo 112 de los 167 escaños en la asamblea, una mayoría de dos tercios y, por lo tanto, suficiente para cambiar la constitución y nombrar nuevas autoridades judiciales y electorales. El régimen de Maduro entró en acción. La corte suprema títere prohibió a tres legisladores de la oposición tomar sus escaños. En 2017, el régimen estableció una “asamblea constituyente” paralela de leales, que sella sus acciones. Los tribunales han despojado a 29 parlamentarios de la oposición de su inmunidad. Dos están en la cárcel. La mayoría del resto están en el exilio, ya sea en el extranjero o en embajadas extranjeras.

En las últimas semanas, los miembros de la oposición se quejaron de las ofertas gubernamentales de sobornos para cambiar de bando. En diciembre, la oposición suspendió a diez de sus legisladores que habían presionado a los fiscales en los EEUU, Colombia y Bélgica en nombre de empresarios colombianos que son compinches de Maduro y que supuestamente se han beneficiado corruptamente de los contratos para importar alimentos para distribuirlos al gobierno.

Sin embargo, las amenazas y los sobornos no produjeron suficientes deserciones. El 5 de enero, solo 12 renegados se unieron a legisladores progubernamentales para proclamar a Luis Parra como el nuevo orador, pero sin conteo de votos. Parra, antes poco conocido, estaba entre los diez legisladores suspendidos por la oposición. Los 63 miembros presentes fueron menos que el quórum de 84. Horas después, Guaidó fue reelegido por 100 miembros en una sesión celebrada en las oficinas de El Nacional, un periódico de la oposición (los votantes incluyeron legisladores en el exilio). El 7 de enero, Guaidó y sus seguidores lograron ignorar a la policía y entraron al edificio del parlamento. Con la electricidad cortada, repitieron los juramentos, reclamando una victoria simbólica.

EEUU, la Unión Europea y Grupo de  Lima, las democracias latinoamericanas más Canadá, han reiterado su apoyo a Guaidó. Más sorprendentemente, los gobiernos de izquierda en Argentina y México que reconocen a Maduro condenaron la acción de su régimen.

Muchos analistas en Caracas esperaban que Maduro espere las elecciones parlamentarias previstas para este año para tomar el control de la legislatura a través de un concurso fraudulento. Entonces, ¿por qué trató de forzar las cosas, a un costo en términos de propaganda? Una hipótesis es que el gobierno, que está sujeto a sanciones estadounidenses radicales, está desesperado por cambiar la ley para permitir que las compañías rusas y chinas dirijan la industria petrolera (Rusia reconoció a Parra como el orador). Pero esto ya está sucediendo de facto, y cualquier cambio legal de este tipo sería cuestionable.

El motivo puede ser llevar a Guaidó al exilio. Las figuras más radicales de la oposición (la mayoría de las cuales están a salvo en el extranjero) también quieren esto, porque temen que la única forma de sobrevivir dentro de Venezuela es hacer tratos. Según Datanálisis, un encuestador, la popularidad de Guaidó ha caído del 61% en febrero al 43%, debido a la frustración de que no haya podido expulsar a Maduro. Pero sigue siendo el político más popular de Venezuela. Si se va, corre el riesgo de ser irrelevante.

Maduro ha resistido las sanciones y los esfuerzos de Guaidó para alejar al ejército de su régimen. Unos 5 millones de venezolanos han huido del país y millones más son pobres y tienen hambre. La economía se ha contraído en un asombroso 70% desde que Maduro asumió el cargo en 2013. Pero ayudado por Cuba y Rusia, arrastrando la dolarización y el levantamiento de los precios socialistas y los controles de cambio, está logrando una precaria semi-estabilidad. “Es supervivencia en lugar de recuperación”, dice Phil Gunson, quien trabaja en Caracas para Crisis Group, una ONG. “La supervivencia es absolutamente todo para ellos”. Guaidó también ha sobrevivido a su última pelea con el régimen. La recuperación de Venezuela se producirá solo si la presión externa obliga al régimen a negociar los términos de su retirada. Lampadia




La verdadera naturaleza de la dictadura chavista

“La crisis de Venezuela está lejos de terminar” es la frase con la que termina un reciente artículo publicado por The Economist (ver líneas abajo) en el que se reseña a detalle, el contexto en el que se dio la incineración de 2 camiones cargados con 20 toneladas de ayuda humanitaria (alimentos, suministros médicos, entre otros) cada uno hacia Venezuela, hecho acontecido el pasado 23 de febrero en la frontera con Colombia.

Y es que el evento en cuestión puso una vez más en evidencia lo que ya veníamos advirtiendo previamente en Lampadia: La clave del éxito de Guaidó: la firme lealtad que mantienen las fuerzas armadas y la policía con el régimen de Maduro, la cual es determinante para una mayor prolongación de la crisis humanitaria que aqueja a nuestro país vecino. Así, según el servicio de migración de Colombia, apenas 60 miembros de las fuerzas armadas y la policía desertaron, los cuales apenas representa apenas una ínfima facción en relación al ejército al mando de la dictadura bolivariana.

Tras los sucesos de este terrible hecho, Guaidó, el ahora presidente interino de Venezuela, ya no escatima la posibilidad – como ha dejado entrever a través de su cuenta de Twitter – de una intervención militar, apoyada por la comunidad internacional, en particular, de EEUU.

Pero el lunes pasado, el Grupo de Lima reafirmó su opción pacifista como el camino para enfrentar a Maduro.

Sin embargo, de darse la posibilidad de un conflicto armado, y suponiendo el éxito de dicha operación, nuestros lectores podrían encontrar relevante realizarse la siguiente pregunta:

¿Qué implicaría derrocar el régimen chavista de Nicolás Maduro, a la luz de las fuerzas políticas que confluyen alrededor de su círculo de poder?

En apariencia, la respuesta parecería ser “el fin de una dictadura” seguida de “la implementación de un programa de estabilización económica que permita reducir los enormes déficits fiscales, y con ello, darle fin a la hiperinflación”. Sin embargo, la verdad se torna mucho más perversa conforme analizamos la verdadera naturaleza de la crisis a la que nos referimos.

En realidad, no estamos solo hablando solo del “derrocamiento de un dictador”-como otrora sucedería con Pérez Jimenez en 1958 – y de “acabar con la hiperinflación”. De lo que estamos hablando es de una salida de una dictadura mezclada con un emporio del narcotráfico, terrorismo y delincuencia internacional que quizás por primera vez en la historia, ha usado los enormes recursos de todo el Estado, de un país rico en recursos naturales y con una posición geopolítica privilegiada, para expandir enormemente sus operaciones internacionales.

Esta suerte de invasión encubierta fomentada por el propio gobierno chavista ha estado enquistada en territorio venezolano durante 20 años y puede dividirse en tres “ejércitos”, altamente peligrosos por sus nexos con la dictadura castrista, el narcotráfico y el terrorismo. Según trascendidos:

  • 22,000 cubanos que arribaron a Venezuela para controlar el país con el argumento de la “Anuencia Chavista”.
  • 20,000 miembros de las FARC y del ELN de Colombia – ubicados en la zona de los Llanos – que no desean salir de Venezuela, pues el ejército colombiano los espera en la frontera con dicho país.
  • Un número grande aunque incierto de terroristas de Hezbolá – ubicados en el oriente del país – que tampoco tienen forma inmediata de salir de forma segura.

Según Moisés Naim, la cantidad de cubanos en Venezuela ascendería a unos 30,000 ‘supuestos médicos’, pero en el mejor de los casos, todavía habría 15,000 cubanos colaborando en otras áreas, notarías, registros públicos, instalaciones militares, servicios de inteligencia, etc.

Así, el derrocamiento de tal dictadura sería histórico ya que sería un golpe demoledor para el narcotráfico y el terrorismo hemisférico e internacional. No se trata pues del derrocamiento de una dictadura convencional.

Afortunadamente, la cooperación internacional ha ofrecido su ayuda humanitaria a Venezuela, como una suerte de médico que atiende a un  paciente con un cáncer que lo ha estado invadiendo durante 20 años y cuyo estatus de salud actual, presenta una metástasis generalizada.

La operación será larga y lenta… ya que implica remover todos los daños generados por esta enfermedad durante estos últimos 20 años… Pero confiamos en que será certera. Lampadia

Guaidó v Maduro, el siguiente capítulo
Después de un día de drama, un estancamiento por la ayuda a Venezuela

¿Es la intervención militar el siguiente paso?

The Economist
24 de febrero, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

CARACAS Y CÚCUTA. Aproximadamente a las 11 a.m. del 23 de febrero, cuatro camiones, cada uno cargado con 20 toneladas de alimentos, suministros médicos y artículos de tocador, habían llegado a los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que unen la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta con Venezuela. En el cruce de Simón Bolívar al sur de la ciudad, utilizado por miles de personas en un día normal, la policía colombiana abrió una barricada de metal que habían erigido y miles de venezolanos acudieron, con la esperanza de despejar un pasaje para que los suministros ingresaran a Venezuela. Cantando “libertad”, se dirigieron hacia la policía antidisturbios, que se habían colocado detrás de escudos transparentes en el lado venezolano del puente. Minutos después, la primera granada de gas lacrimógeno cayó sobre los venezolanos que avanzaban. Huyeron. Muchos resultaron heridos en la estampida.

El intento de entregar ayuda humanitaria a Venezuela, orquestado por Juan Guaidó, quien es reconocido como el presidente interino del país por su legislatura controlada por la oposición y por la mayoría de las democracias occidentales y latinoamericanas, tenía tres objetivos. El primero fue públicamente avergonzar al régimen dictatorial de Nicolás Maduro. Su corrupción e incompetencia han infligido años de dificultades a los venezolanos. El segundo fue aliviar esa dificultad mediante la entrega de unas 600 toneladas de ayuda, la mayor parte proporcionada por los Estados Unidos. El tercero y más importante fue derribar al régimen al abrir una brecha entre sus líderes y las diversas fuerzas armadas que lo mantienen en el poder. La operación tuvo éxito en su primer objetivo, pero hasta ahora no ha logrado los otros dos.

Comenzó el día anterior con un concierto estilo Live-Aid en Cúcuta, en escena por Richard Branson, un empresario británico. Maduro respondió con su propio espectáculo con poca asistencia al otro lado de la frontera. La gente del público dice que fueron transportados allí y recompensados con arroz y frijoles por presentarse. En el mismo día de la entrega de la ayuda, los presidentes de Colombia, Chile y Paraguay se unieron a Guaidó, quien tiene prohibido formalmente salir de Venezuela. (Los peces gordos pasaron el día monitoreando los eventos desde un edificio cerca del puente Tienditas no utilizado, entre los otros dos cruces). Cientos de periodistas vinieron a ver los eventos desarrollarse. Un mes después de asumir el cargo de presidente interino de Venezuela en un mitin en Caracas, Guaidó volvió a llamar la atención del mundo.

Pero poca ayuda, si es que alguna, llegó. Hubo informes de que algunos suministros llegaron a Venezuela a través de la frontera sur con Brasil, donde también se ha acumulado ayuda. La mayoría no ha avanzado más allá de un punto de control aduanero en el lado venezolano. En la frontera colombiana, las fuerzas venezolanas repelieron las entregas. Dos camiones lograron ingresar a Venezuela a través del puente Francisco de Paula Santander, pero fueron detenidos en el extremo venezolano. Algo, tal vez una granada de gas lacrimógeno, les prendió fuego. Los partidarios del gobierno afirman que los manifestantes fueron los responsables.

Después de que los guardias nacionales en la frontera dispararan los primeros botes de gas lacrimógeno, algunos manifestantes corrieron hacia el río Táchira, el cual se ha secado en gran parte, y les arrojaron piedras. Más gas lacrimógeno aterrizó. La mayoría de los manifestantes se retiraron, pero unos cientos siguieron arrojando piedras a los guardias venezolanos, que luego fueron reemplazados por la policía nacional.

Poco después de la retirada de los manifestantes, las fuerzas venezolanas comenzaron a disparar gases lacrimógenos al territorio colombiano, expulsando a manifestantes, periodistas y observadores de la Organización de los Estados Americanos que creían que estaban a salvo. Los manifestantes que habían avanzado más cerca de Venezuela fueron recibidos con balas de goma y municiones reales. Dicen que fueron despedidos por colectivos, grupos paramilitares leales al régimen, y no por la policía antidisturbios, que no portaban armas. La policía colombiana, los paramédicos y los médicos atendieron a las víctimas en el puente Simón Bolívar y en tiendas de campaña médicas bien instaladas. Los doctores confirmaron que a algunos les habían disparado con munición real. Los heridos más graves fueron trasladados a hospitales. En total, cerca de 300 personas resultaron heridas en los cruces de Cúcuta. Según informes, cuatro personas murieron en la frontera de Venezuela con Brasil.

The Economist vio a cuatro miembros de las fuerzas armadas venezolanas cruzando el puente Simón Bolívar y el propio río para unirse al gobierno interino de Guaidó. Fueron recibidos como héroes y la policía los llevó apresuradamente. Al final del día, más de 60 miembros de las fuerzas armadas y la policía habían desertado, según el servicio de migración de Colombia.

Pero eran excepciones. La mayoría se mantuvo leal al régimen de Maduro. Los colectivos parecen ser los más comprometidos, y los más peligrosos. Víctor Navas, un manifestante, dijo que cuando los manifestantes desafiaron a la policía antidisturbios, los colectivos estacionados en el lado venezolano del río lanzaron gases lacrimógenos y munición real. Un desertor que cruza el puente Francisco de Paula Santander dijo que el gobierno había ordenado a los colectivos “masacrar a la gente”. Los habitantes de San Antonio de Táchira, en el lado venezolano del río, dicen que los colectivos atacaron a los manifestantes allí y se rompieron en apartamentos. Hay informes no confirmados de que han tomado como rehenes a las familias de algunos desertores.

En Caracas, la capital de Venezuela, Maduro no daba señales de rendirse. En una manifestación a favor del régimen, el 23 de febrero, se presentó en salsa con su esposa, Cilia Flores, e insistió repetidamente en que sigue siendo el presidente “legítimo” de Venezuela. La mayoría de los observadores independientes piensan que su reelección en mayo pasado fue fraudulenta. El único indicio que podría mostrar su preocupación era el chaleco antibalas que parecía llevar debajo de su cavernosa camisa roja.

Venezuela ahora ha roto relaciones diplomáticas con Colombia. Ha cerrado sus fronteras con Colombia y Brasil y su frontera marítima con tres islas del Caribe, incluida Curaçao, donde se encuentra otra reserva de ayuda. Venezuela ha roto así sus principales conexiones de transporte de superficie con sus vecinos.

Guaidó y la oposición dicen que continuarán buscando formas de obtener la ayuda. Se necesitará más cuando las sanciones impuestas por los Estados Unidos al petróleo de Venezuela, su principal fuente de divisas, comiencen a morder. Guaidó respalda las sanciones como una forma de forzar el régimen. Hasta ahora, han tenido poco efecto visible. Pero se espera que empeoren una situación ya desesperada. “Si estas sanciones se implementan en su forma actual, estamos ante la inanición”, dijo al New York Times, Francisco Rodríguez de Torino Capital, un banco de inversiones.

Con pocas señales de que el régimen esté preparado para ceder, la especulación es cada vez mayor de que la oposición de Venezuela y Estados Unidos tomarán medidas más drásticas. Guaidó tuiteó que, después de los eventos del 23 de febrero, “propondrá formalmente a la comunidad internacional que se deben mantener todas las opciones abiertas” para liberar a Venezuela. Marco Rubio, un senador estadounidense que influye en la configuración de la política de los Estados Unidos hacia Venezuela, tuiteó en respuesta que “los graves crímenes cometidos hoy por el régimen de Maduro han abierto la puerta a varias acciones multilaterales potenciales que no estaban sobre la mesa hace apenas 24 horas”.

Estas parecen amenazas a respaldar algún tipo de intervención militar en Venezuela, una opción que el presidente Donald Trump se ha negado repetidamente a descartar. El hashtag “Intervención Militar YA” está en tendencia en Twitter. Eso sería una medida altamente arriesgada. Muchos venezolanos podrían ver como libertadores a los soldados extranjeros que reciben ayuda y la promesa de una democracia restaurada. Pero muchos otros seguramente considerarán su llegada como una confirmación de la afirmación de Maduro de que la oferta de ayuda es una cobertura para un complot “imperialista” contra el país. La crisis de Venezuela está lejos de terminar. Lampadia




La clave del éxito de Juan Guaidó

La repentina aparición de Juan Guaidó en la escena política venezolana ha generado múltiples reacciones de los principales líderes políticos en nuestra región y en el ámbito internacional.

Desde que se autoproclamara presidente de Venezuela el pasado 23 de enero, en su condición de jefe de la Asamblea Nacional, 41 países que incluyen a importantes miembros de la UE (Alemania, Francia, España, entre otros), EEUU, Canadá, y la gran mayoría de los países latinoamericanos, incluido el Perú, han reconocido su legitimidad como auténtico líder de su país.

Fuente: Elaboración de 20minutos.es más Lampadia

A esto se ha sumado un reciente aval y llamado del Parlamento Europeo el pasado 31 de enero, que insta a los demás países de la UE a que se sumen al reconocimiento de Guaidó, por lo que se espera que su apoyo crezca aún más en los próximos días.

Este apoyo es relevante ya que Guaidó ha despertado las esperanzas de millones de venezolanos que han vivido y siguen sufriendo en carne propia la miseria generada por la perversa dictadura del chavismo liderado por Nicolás Maduro, el cual pretende enquistarse en el poder por 6 años más tras obtener la victoria en unas elecciones presidenciales fraudulentas y altamente cuestionables de mayo pasado. (ver LampadiaDándole la estocada final a la crisis venezolana)

Un desplome del PBI per cápita y del poder adquisitivo del bolívar, un aumento desenfrenado de la mortalidad infantil, una explosión de las solicitudes de asilo y de la inmigración hacia varios países de la región, son algunos de los indicadores que reflejan la gravedad de la crisis económica, política y social que enfrenta nuestro país vecino, Venezuela. Ver algunos indicadores:

En este contexto, Guaidó se presenta como una alternativa de cambio, que, de presentarse la renuncia de Maduro, asumiría plenamente la presidencia interina y se convocarían a nuevas elecciones, facilitando un proceso democrático y libre de violencia. Este es el camino que la comunidad internacional que avala a Guaidó espera y consideramos que es el adecuado, de cara una vez más a la larga crisis que ha enfrentado nuestro país vecino.

Sin embargo, como indicó recientemente un artículo de The Economist, aún cuando Guaidó pueda aglutinar mayor apoyo diplomático de más países a nivel internacional, su principal reto seguirá siendo el de calar en las fuerzas del ejército venezolano, ya que este apoyo presionará aún más a Maduro a renunciar al poder tiránico que detenta.

Consideramos que el internalizar este problema y abordarlo con una debida persuasión por parte de Guidó hacia las fuerzas militares, será clave para el éxito de una eventual salida de la crisis humanitaria de Venezuela.

No podemos dejar de poner el acento en la dificultad de la situación política, con unas Fuerzas Armadas corrompidas en gran medida, la presencia del narcotráfico internacional y la presencia y el soporte de todos los recursos de inteligencia del régimen cubano.

Líneas abajo reproducimos parte del pronunciamiento del Grupo de Lima en Canadá:

DECLARACIÓN DEL GRUPO de LIMA 4 de FEBRERO 2019

Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, miembros del Grupo de Lima, expresan lo siguiente:

1.  Reconocer y respaldar a Juan Guaidó

2.  Acoger a Venezuela en el Grupo de Lima.

3. Reconocer a los representantes designados por Guaidó.

4. Observar que las iniciativas de diálogo propiciadas por diversos actores internacionales fueron manipuladas por el régimen de Maduro.

5. Llamado al restablecimiento inmediato de la democracia.

6. Condenar las serias violaciones a los derechos humanos.

7. Urgir el restablecimiento de la plena libertad de prensa.

9. Preocupación por la situación de los presos políticos.

10. Profunda preocupación por la grave situación humanitaria.

11. Llamado a la Fuerza Armada de Venezuela para que manifieste su lealtad al Presidente Encargado.

12. Reiteran su preocupación por el éxodo provocado por la crisis política, económica y social en Venezuela.

(…) Siguen otros puntos (Ver en CNN)

DECLARACIÓN de OTTAWA POR VENEZUELA
OTTAWA, 4 de FEBRERO 2019

A continuación, compartimos el mencionado artículo de The Economist que brinda mayores detalles acerca de la figura política de Juan Guaidó y el principal reto que enfrentará en los próximos días, para darle punto final a la dictadura de Nicolás Maduro. Lampadia

Una república, dos presidentes
Juan Guaidó gana reconocimiento diplomático como presidente de Venezuela

Pero Nicolás Maduro todavía controla el ejército

The Economist
26 de Enero, 2019
Caracas
Traducido y glosado por Lampadia

La multitud lo instó a seguir. “¡Juramente! ¡Juramente!”, Gritaban. Y luego lo hizo. Juan Guaidó, el político larguirucho de 35 años, desconocido para la mayoría de los venezolanos hace un mes, levantó su mano derecha y se declaró a sí mismo como presidente en funciones de la República. Decenas de miles de personas, reunidas en Caracas el 23 de enero como parte de una manifestación nacional contra el desastroso régimen de Nicolás Maduro, ahora considerado un usurpador, lanzaron un grito de alegría.

Al final de la tarde, el hombre que Maduro y sus amigos intentaron despedir como un “niño pequeño” había sido reconocido internacionalmente como el líder legítimo de un país con algunas de las reservas de petróleo más grandes del mundo. El presidente Donald Trump fue el primero en respaldarlo; Canadá y todas las principales economías de América del Sur siguieron.

El ascenso de Guaidó a la prominencia ha sido espectacular. El 5 de enero fue elegido como jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela como parte de un acuerdo para compartir el poder entre los principales partidos de oposición. Parecía casi el presidente accidental, seleccionado en gran parte debido a la falta de otras opciones. De los dos candidatos más obvios en su partido, Voluntad Popular, uno está bajo arresto domiciliario y el otro se refugió en la embajada chilena. La asamblea ha estado inactiva desde 2016. Después de que la oposición ganó la mayoría en la cámara el año anterior, Maduro la neutralizó, reemplazándola por un seudo parlamento que obedece sus órdenes.

Pero Guaidó ha usado hábilmente su posición como un recién llegado con aparentemente pocos enemigos para suspender las disputas internas dentro de la oposición y revitalizar las esperanzas de todos aquellos que quieren ver el fin del gobierno de Maduro. Su aparición se produce en un momento en que los vecinos de Venezuela, incluido Estados Unidos, buscan urgentemente una solución a la crisis del país. La incompetencia de Maduro ha empobrecido a los venezolanos, obligando a alrededor de una décima parte de la población a emigrar. El año pasado, celebró elecciones fraudulentas y se otorgó un período adicional de seis años, que comenzó el 10 de enero. La constitución venezolana dice que, si el puesto del presidente está vacante, como afirma la oposición, el jefe de la Asamblea Nacional debería asumir el cargo.

De una familia de clase media en el estado costero de Vargas, Guaidó, un ex estudiante de ingeniería, no tiene ninguno de los aires elitistas de la generación mayor de líderes de la oposición. Él y su familia perdieron su hogar en un desastre catastrófico en 1999, que mató a decenas de miles de personas. Esa experiencia, y el mal manejo de las consecuencias por parte del gobierno de Hugo Chávez, el mentor de Maduro, lo llevaron a la política. Se unió a Voluntad Popular cuando fue fundado en 2009 por Leopoldo López (quien sigue siendo el líder del partido, pero está bajo arresto domiciliario). Se ha centrado en rastrear los miles de millones de bolívares robados bajo las administraciones de Maduro y Chávez.

Guaidó se negó repetidamente a declararse presidente, diciendo que necesitaba el apoyo tanto de la gente como de las fuerzas armadas. Las crecientes protestas son evidencia de que cuenta con el respaldo de la gran mayoría de los venezolanos, incluso de los barrios pobres de Caracas, donde el hambre y la ira han vencido el temor del régimen. Pero Guaidó todavía no puede afirmar que cuenta con el apoyo del ejército. Hubo pequeñas revueltas militares, recientemente el 21 de enero, cuando 27 guardias nacionales robaron armas y se declararon en rebelión antes de ser arrestados. Los líderes militares, que controlan áreas clave de la economía, desde el petróleo hasta la minería y la distribución de alimentos, permanecen leales a Maduro.

Guaidó está ofreciendo amnistías a quienes desertan. Sin embargo, hasta que eso suceda, Venezuela tendrá dos presidentes: uno con la legitimidad y el otro con las armas. Lampadia




Días y hechos importantes que debemos analizar

Durante los últimos días, hemos sido testigos de múltiples acontecimientos a nivel nacional e internacional, que es conveniente revisar y no perder; el análisis de estos acontecimientos debe ayudarnos a formar un sentido común del mundo que nos toca vivir.

Cumbre de las Américas

El novel Presidente Martín Vizcarra, presidió una exitosa cumbre regional que transcurrió sin ningún problema, confirmando la capacidad del Perú para organizar grandes convocatorias internacionales.

Las ausencias de Donald Trump y Raúl Castro, no se sintieron como debilidades de la cumbre. La de Trump, se debió obviamente al tema de Siria, y la de Castro ya no es relevante, más bien envió algunos activistas con el afán de molestar.

Además, como ya sabíamos, se evitó la presencia del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, que fue criticado y rechazado por los países que no dependen de las prebendas del chavismo, y defendido por sus socios del socialismo del siglo xxi y por sus beneficiarios.

En cuanto a los acuerdos de la cumbre, ver en Lampadia: Los compromisos de la Cumbre de las Américas.

Aportes desde los extremos del continente americano

Recogemos dos mensajes importantes desde el extremo norte y sur de América. Justin Trudeau, ese líder joven y carismático de Canadá (el país más cercano a EEUU) asumió la defensa del libre comercio, tal como sugerimos en Lampadia que haga el gobierno peruano (ver: Retomemos el libre comercio).

Desde el sur, Sebastián Piñera, el flamante presidente de Chile, estuvo muy activo en los medios, y compartió sus ideas sobre la lucha contra la corrupción. Veamos:

  1. Transparencia
  2. Reglas claras
  3. Mínima discrecionalidad de funcionarios del Estado

“Y si todo lo anterior falla, se debe contar con un Poder Judicial que sepa identificar, investigar, juzgar y castigar, para evitar la impunidad”. Todo con la ayuda de la tecnología moderna.

El show del Canciller cubano

En la asamblea de jefes de Estado, luego de las palabras del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, el Presidente Vizcarra le concedió el uso de la palabra al canciller de Cuba, con las cuales terminó la reunión. Bruno Rodríguez Parrilla, de Cuba, acusó a EEUU de todos los crímenes imaginables contra los derechos humanos; una perorata que más pareció una subliminal confesión de parte, por los crímenes de la propia Cuba (feliniano).

EEUU o China, ¿Cuál es el mejor amigo?    

Días antes de la cumbre, desde EEUU nos hicieron llegar el mensaje del gobierno de Trump, en el sentido de que los países latinoamericanos debíamos elegir a nuestro ‘país amigo’ entre EEUU y China.

Ya en Lima, el Secretario de Comercio de EEUU, Wilbur Ross, corrigió el mensaje diciendo que “Latinoamérica no tiene que elegir entre China o EEUU, aunque es un mejor socio”.

La crisis de Siria

Como anunciamos en Lampadia el jueves pasado (El mundo pasa a una fase confrontacional), se agravó la situación internacional y se dio el ataque armado de EEUU en Siria, a las instalaciones vinculadas a las armas químicas usadas por el genocida Bashar-Al-Assad.

Hace ocho años, Barack Obama, entonces presidente de EEUU, amenazó a Siria con atacar si se probaba el uso de armas químicas. Se probó, pero Vladimir Putin le advirtió a Obama que no se corra el riesgo de intervenir y este se replegó a EEUU.

Esta vez, el agresivo presidente de EEUU, advirtió y cumplió. Trump atacó en una operación relámpago y, gracias a Dios, Putin solo advirtió que, si esto vuelve a suceder, “inevitablemente llevará al caos de las relaciones internacionales”. Por su lado Emmanuel Macron de Francia, indicó que este ataque “era necesario para recuperar la credibilidad de la comunidad internacional”.

Mañana reportaremos en profundidad sobre este terrible proceso.

Venezuela

Mientras tanto la situación en Venezuela se viene agravando día a día. Lo representantes de Maduro en Lima y el presidente de Bolivia, Evo Morales, acusaron a EEUU de la crisis humanitaria de los venezolanos por el bloqueo a Venezuela. Una mentira descarada, pues EEUU ha tomado acciones punitivas contra individuos acusados de narcotráfico y corrupción y, además, sigue comprando petróleo a Venezuela. No hay ningún bloqueo. Más bien, el régimen genocida de Maduro, digitado desde Cuba, no permite que los países amigos de la población venezolana envíen ayuda humanitaria para palear la falta de alimentos y medicinas.

Continúan los ataques contra el gobierno de Vizcarra       

Increíblemente, estando el Perú en una situación muy delicada en lo económico, institucional y político. Los enemigos del régimen no dan tregua y no permiten que Martín Vizcarra consolide su liderazgo y su gobierno, que ha sido saludado con gran deferencia por todos los mandatarios de la región en Lima.

Puede entenderse que los enemigos políticos continúen sus acciones. También puede entenderse que los medios de ‘medio pelo’ sigan buscando notoriedad debilitando la salud de la Nación. Pero no puede entenderse ni aceptarse que los medios serios (dizque) continúen promoviendo preferentemente la opinión de críticos del gobierno y haciendo reportajes que lo debilitan.

Dios los cría y ellos se juntan

En la llamada ‘cumbre de los pueblos’, los activistas anti-sistema, anti-inversión, anti-comercio-internacional y anti-globalización. O sea, los que propician mayor pobreza para los peruanos, se han solazado imaginando espacios políticos que en gran mayoría hemos rechazado permanentemente.

Un anuncio concreto es la alianza de Gregorio Santos con Antauro Humala, según lo anunciado por el primero. El mensaje de Antauro fue: “fusilar a todos los ex presidentes y desechar la Constitución del 93”. Guerra avisada no mata moros.

Congresistas en la Luna

En el Congreso siguen avanzando normas y proyectos del más puro populismo, que solo producen impactos contrarios a sus supuestos aportes. Es la de no acabar, la leche, la canchita, y últimamente los parqueos libres en centros comerciales (una medida expropiatoria), configuran la destrucción paulatina de la capacidad del Perú de producir bienestar y ciudadanos globales.

La soledad de PPK

No queremos terminar esta nota sin comentar como se debe sentir PPK, alejado del poder (por sus terribles falencias), especialmente en días en que en Lima se producía una reunión internacional de primer orden, probablemente, el ambiente en que PPK se sentía más cómodo.

Terrible. No puede ser de otra manera. Pero eso tiene jugar con el bienestar de los peruanos forzando una candidatura que no tenía nada que ofrecer, y peor aún, una vez en el gobierno, asumir la política de odio y confrontación, que nos ha hecho tanto daño a todos.

El Perú es infinito

Más allá del devenir de los tiempos, afuera y en nuestra Patria, no nos olvidemos que “El Perú es Infinito”. Tenemos todo para ser ciudadanos exitosos en el concierto internacional. Solo necesitamos una mejor clase dirigente, y especialmente, mejores gobernantes. Para ello, los ciudadanos debemos estar conectados con la realidad que nos toca vivir y desarrollar un sentido crítico agudo, que nos permita distinguir entre la
carne y el hueso, a la hora de votar.

Pero, además, todos debemos tener más presencia en el debate nacional. Se trata de nuestro país y del futuro de nuestros hijos y nietos. Lampadia   




Apoyemos la fuerza libertaria que plantea Hausmann

Apoyemos la fuerza libertaria que plantea Hausmann

El economista venezolano, Ricardo Hausmann, plantea la necesidad de formar una fuerza libertaria para salvar a los venezolanos de la tragedia humana que se los consume. No le falta razón.

En mayo pasado, en nuestro análisis: La resistencia no puede parar, pero no es suficiente – No permitamos la consolidación del ‘Eje Cuba-Venezuela’, decíamos que la gravísima situación social y económica creada por el chavismo y el ‘socialismo del siglo XXI’ en Venezuela ha generado una interminable crisis humanitaria, pero la corrupta cúpula gobernante no parece dedicada a superarla, sino a consolidar su poder. Ymás vale que vayamos pensando en nuevas formas de combatir y derrocar al detestable régimen que ha hecho casa en el país de nuestros hermanos venezolanos.

Lamentablemente, en la vida de las sociedades, se presentan situaciones que alteran completamente el escenario de vida. Ante ello, uno trata de asumir que las cosas pueden regresar a la situación previa y arreglarse solas, tratando de evitar la necesidad de adoptar actitudes extremas. Pero, la negación puede llevar a condiciones aún más dramáticas.

Este es hoy el caso de Venezuela, atrapado en una crisis humanitaria por mafias poderosas, el narcotráfico, la nomenclatura cubana y los corruptos militares venezolanos. Ninguna de estas mafias dejará de detentar el poder como producto de acciones diplomáticas. Y es que, como dice El País de España en La economía venezolana, en estado de coma “El mal manejo de las actividades económicas por parte del gobierno de Nicolás Maduro, llevaron al país a una bancarrota”.

Como dice Hausmann, se necesita organizar una fuerza libertaria debidamente sustentada en el derecho internacional. Pero, en nuestra opinión, habría además que establecerse un bloqueo naval y aéreo entre Cuba y Venezuela, y una gestión multinacional para evitar interferencias de Rusia y China.

Los venezolanos no pueden esperar más. Ellos esperan nuestra ayuda. Que no se haga tarde. Lampadia

El día D para Venezuela

Ricardo Hausmann
Project Syndicate
2 de enero, 2018

Traducido por Ana María Velasco 

La crisis de Venezuela está pasando, inexorablemente, de ser catastrófica a ser inimaginable. El nivel de miseria, sufrimiento humano y destrucción ha llegado a un punto en que la comunidad internacional debe repensar cómo puede ayudar.

Hace dos años, advertí que en Venezuela se avecinaba una hambruna similar al Holomodor de Ucrania entre 1932 y1933. El 17 de diciembre, The New York Times publicó en su portada fotografías de este desastre, provocado por el hombre.

En julio, describí la calamidad económica sin precedentes por la que atraviesa Venezuela y documenté el colapso en la producción, los ingresos, y los niveles de vida y salud. Probablemente, la estadística más reveladora que cité fue que el sueldo mínimo (el que en Venezuela gana el trabajador mediano), medido en la caloría más barata disponible, había caído de 52.854 calorías diarias en mayo de 2012 a tan solo 7.005 en mayo de 2017, completamente insuficiente para alimentar a una familia de cinco personas.

Desde entonces, la situación ha empeorado de manera drástica. Para el mes de noviembre, el sueldo mínimo se había desplomado a apenas 2.740 calorías diarias. Y la escasez de proteínas es todavía más aguda. El abastecimiento de carne de cualquier tipo es tan reducido, que el precio de un kilo en el mercado equivale a más de una semana de trabajo remunerado al sueldo mínimo.

Las condiciones de salud también han decaído, como consecuencia de las deficiencias nutricionales y de que el gobierno decidió no proveer fórmula para lactantes, vacunas contra enfermedades infecciosas, medicamentos para quienes están en tratamiento por SIDA, cáncer, diálisis y trasplante, y también los suministros generales de los hospitales. Desde el 1 de agosto, el valor del dólar ha añadido un cero, y desde septiembre, la inflación ha estado por encima del 50% al mes.

De acuerdo a la OPEP, desde mayo la producción de petróleo ha declinado el 16%, una reducción de más de 350.000 barriles al día. Para detener este declive, el gobierno del presidente Nicolás Maduro no ha tenido mejor idea que arrestar a alrededor de 60 ejecutivos de PDVSA, la empresa petrolera estatal, y nombrar a un general de la Guardia Nacional sin experiencia en la industria para conducir sus operaciones.

En lugar de tomar medidas para poner fin a esta crisis humanitaria, el gobierno la está usando para consolidar su control político. Rechaza los ofrecimientos de asistencia internacional, al tiempo que, para sofocar las manifestaciones, invierte sus recursos en adquirir sistemas de control de disturbios de grado militar fabricados en China.

Muchos observadores externos creen que el gobierno perderá poder a medida que la economía siga empeorando. Sin embargo, la oposición política organizada está hoy en una posición de mayor debilidad que en julio, a pesar de la crisis y del masivo apoyo diplomático internacional. Desde entonces, el gobierno ha instalado una Asamblea Constituyente inconstitucional con plenos poderes, ha cancelado el registro electoral de los tres principales partidos de oposición, ha destituido a alcaldes y diputados legítimamente elegidos, y se ha robado tres elecciones.

Dado que todas las soluciones son imprácticas, inviables o inaceptables, la mayoría de los venezolanos anhelan alguna forma de deus ex machina que los salve de esta tragedia. Lo mejor sería poder convocar elecciones libres y justas para llegar a tener un nuevo gobierno. Este es el Plan A de la oposición venezolana organizada en torno a Mesa de la Unidad Democrática, y es lo que se busca en las conversaciones que se están realizando en la República Dominicana.

No obstante, es un desafío a la credulidad pensar que un régimen dispuesto a matar de hambre a millones de personas para mantenerse en el poder, va a ceder ese poder en elecciones libres. En la década de 1940 en Europa Oriental, los regímenes estalinistas consolidaron su poder pese a sufrir derrotas electorales. El hecho de que el gobierno de Maduro se haya robado tres elecciones tan solo en 2017, y que haya bloqueado la participación electoral de tres de los partidos con los cuales está negociando en República Dominicana, de nuevo a pesar de una atención diplomática internacional masiva, sugiere que el éxito es improbable.

La idea de un golpe militar para restaurar el orden constitucional agrada menos a muchos políticos democráticos porque temen que después los soldados no regresen a sus cuarteles. Por lo demás, el régimen de Maduro ya es una dictadura militar, con oficiales a cargo de muchas agencias gubernamentales. Los oficiales de alto rango de las fuerzas armadas son esencialmente corruptos, habiendo participado durante años en actividades de contrabando, delitos cambiarios y en las compras públicas, narcotráfico y muertes extrajudiciales que, en términos per cápita, son tres veces más prevalentes que en Las Filipinas de Rodrigo Duterte. Un número importante de altos oficiales decentes han estado renunciando a las fuerzas armadas.

Las sanciones focalizadas en individuos, que administra la Office of Foreign Assets Control (OFAC) de Estados Unidos, están incomodando a muchos de los bandidos que gobiernan Venezuela. No obstante, en el mejor de los casos son muy lentas, pues para el tiempo que rindan el efecto deseado se habrán producido decenas de miles de muertes evitables y se habrán ido al exterior millones de nuevos refugiados venezolanos. Y, en el peor de los casos, nunca surtirán efecto. Al fin y al cabo, sanciones como estas no han conducido a un cambio de régimen en Rusia, Corea del Norte, ni Irán.

Esto nos deja con una posible intervención militar internacional, solución que asusta a la mayoría de los gobiernos latinoamericanos a causa de la historia de agresiones contra sus intereses soberanos, especialmente en México y Centroamérica. Pero es posible que estas no sean las analogías históricas correctas. Después de todo, Simón Bolívar pasó a ser llamado el Libertador de Venezuela gracias a la invasión de 1814 organizada y financiada por la vecina Nueva Granada (hoy Colombia). Entre 1940 y 1944, Francia, Bélgica y los Países Bajos no lograron liberarse de un régimen opresivo sin una acción militar internacional.

La implicación es clara. A medida que la situación en Venezuela se torna inimaginable, sus posibles soluciones se acercan a lo inconcebible. La Asamblea Nacional debidamente elegida hace dos años, en la cual la oposición tiene una mayoría de dos tercios, ha sido despojada de todo su poder de manera inconstitucional por una Corte Suprema nombrada inconstitucionalmente. Y las fuerzas armadas han empleado ilegítimamente su poder para reprimir las protestas y obligar a exiliarse a muchos líderes, entre ellos los jueces de la Corte Suprema que la Asamblea Nacional nombró en julio.

Si se trata de soluciones, por qué no considerar la siguiente: la Asamblea Nacional podría destituir a Maduro y al narcotraficante de su vicepresidente, Tareck El Aissami, sancionado por la OFAC y a quien el gobierno estadounidense le ha embargado más de US$ 500 millones. Dado este vacío de poder, la Asamblea, nombraría de forma constitucional a un nuevo gobierno, el que a su vez podría solicitar asistencia militar a una coalición de países amigos, entre ellos, latinoamericanos, norteamericanos y europeos. Esta fuerza liberaría a Venezuela de la misma forma en que canadienses, australianos, británicos y estadounidenses liberaron a Europa en 1944-1945. Más cerca de casa, esto sería semejante a la liberación de Panamá de la opresión de Manuel Noriega por parte de Estados Unidos, la que marcó el inicio de su democracia y del crecimiento económico más rápido de América Latina.

De acuerdo al derecho internacional, nada de esto requeriría la aprobación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (que Rusia y China podrían vetar), puesto que la fuerza militar sería invitada por un gobierno legítimo en busca de apoyo para defender la constitución de su país. La existencia de una opción como esta incluso podría mejorar la probabilidad de que las negociaciones que se están llevando a cabo en la República Dominicana lleguen a un resultado exitoso.

El colapso de Venezuela es contrario al interés nacional de la mayoría de los países. Y las condiciones imperantes en el país constituyen un delito de lesa humanidad al que se debe poner fin por razones morales. El fracaso de la Operación Market Garden en septiembre de 1944, inmortalizado en el libro y el film “Un puente lejano”, se tradujo en la hambruna del invierno 1944-1945 en los Países Bajos. La hambruna en la Venezuela de hoy ya es peor que esa. ¿Cuántas vidas más serán destrozadas antes de que arribe la salvación?




No permitamos la consolidación del ‘Eje Cuba-Venezuela’ – II

La situación de Venezuela parece ir en camino de la consolidación del régimen dictatorial manejado por el ‘Eje Cuba-Venezuela’, con la carta del fantoche Nicolás Maduro. Como dijimos a mediados de mayo pasado: La gravísima situación social y económica creada por el chavismo y el ‘socialismo del siglo xxi’ en Venezuela ha generado una interminable crisis humanitaria, pero la corrupta cúpula gobernante no parece dedicada a superarla, sino a consolidar su poder.

Fuente: cnnespanol2.files.wordpress.com

El régimen dictatorial, controlado por la ‘nomenklatura’ cubana, las mafias del narcotráfico y los corrompidos militares venezolanos, tiene casi dos décadas organizándose para establecer una plataforma económica y política de largo plazo. En dicha ocasión decíamos: Más vale que vayamos pensando en nuevas formas de combatir y derrocar al detestable régimen que ha hecho casa en el país de nuestros hermanos venezolanos.

Desde entonces, arreciaron las protestas de los valerosos venezolanos; las condenas internacionales; y sanciones económicas, que como en casos anteriores, al no ser universales, devienen en inefectivas y hasta contraproducentes (Rusia, China e Irán han profundizado sus relaciones con la dictadura).

EEUU pidió a Nicaragua no negociar con sancionados de Venezuela

La Embajada de Estados Unidos en Nicaragua advirtió hoy a sus ciudadanos en este país de no establecer negocios o relaciones con funcionarios venezolanos sancionados por el gobierno del país norteamericano.

“Las personas estadounidenses no pueden, por ejemplo, celebrar contratos con individuos bloqueados”.

A inicios de ese mismo mes, EEUU anunció la última lista de sanciones a funcionarios venezolanos, entre ellos, Adán Chávez, un hermano del fallecido presidente Hugo Chávez, en una nueva muestra de presión sobre Caracas tras la instauración de la chavista Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que considera “ilegítima”.EFE, 7 de septiembre, 2017, glosado

Todo lo actuado ha probado ser inefectivo y no se ha podido aliviar el sufrimiento de los empobrecidos y sometidos venezolanos.

Hace algunas semanas, Trump amenazó con usar una opción militar. Esta fue rechazada estridentemente por todos los gobiernos de la región, cuando por lo menos, podía haberse mantenido como un instrumento de negociación.

Hace una semana, Ian Vásquez, el prestigioso peruano del Instituto Cato, propuso: Repudiemos la deuda odiosa. Un planteamiento novedoso dirigido a desincentivar el apoyo económico de regímenes insensibles al sufrimiento de los venezolanos, como Rusia, China e Irán.

El punto importante, es que, sin acciones efectivas, y de alcance universal, lo más probable es que asistamos a la consolidación de la siniestra dictadura del ‘eje’, a la migración masiva de la población, y a la penetración política de Cuba en Sudamérica.

A continuación, presentamos el artículo de nuestra colaboradora, Helen Hamann, que le pregunta a nuestro Canciller si “¿Planea restaurar la gobernanza en Venezuela, utilizando magia o con rezos a la divina pastora?” Lampadia

Ya basta         

Helen Hamann
Socióloga
Para
Lampadia

El sábado 12 de agosto, el Canciller Luna, dijo que “el Perú condena la amenaza de EEUU sobre el uso de la fuerza en Venezuela”, agregando que “todas las amenazas extranjeras o domésticas de recurrir a la fuerza socavan la meta de reinstaurar la gobernanza en Venezuela, así como los principios consagrados en la carta de las Naciones Unidas”.

Mi pregunta es: ¿Cómo planea el Canciller restaurar la gobernanza en Venezuela, utilizando magia o con rezos a la divina pastora?

El gobierno venezolano está intensificando agudamente su intención de aniquilar todo intento de oposición, generando órdenes de detención contra alcaldes rebeldes, atacando políticos de oposición y amenazando a ciudadanos comunes que expresan su propia opinión.

“Yo se lo digo al mundo, escuchen esto, y aspiro que el mundo escuche: después de 90 días de protesta, de destrucción y de muerte. Si Venezuela fuera sumida en el caos y en la violencia y fuera destruida la revolución bolivariana nosotros iríamos al combate”, afirmó.

“Nosotros jamás nos rendiríamos y lo que no se pudo con los votos, lo haríamos con las armas, liberaríamos la patria con las armas”, agregó antes de juramentar a los integrantes del comando de campaña para la elección el 30 de julio de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente.

Amenazas públicas del dictador Nicolás Maduro

“Desde el comienzo de esta administración, el presidente Trump le ha pedido a Maduro que respete la Constitución Venezolana, que sostenga elecciones libres y justas, que libere a prisioneros políticos, que cese toda violación de los derechos humanos, y que deje de oprimir al pueblo venezolano,” dijo la Casa Blanca en una declaración el viernes por la noche. “El régimen de Maduro se ha negado a escuchar este pedido, el cual ha sido secundado en la región y en el mundo. En cambio, Maduro ha elegido el camino de la dictadura.”

El problema radica en que, en infinidad de oportunidades anteriores, los EEUU y el resto del mundo han fallado al no oponerse radicalmente al florecimiento de regímenes totalitarios — Irán, Corea del Norte, Cuba, Siria, Libia, etc., etc., y ahora Venezuela. Esta falta de oposición y de acción decisiva para erradicar dichos regímenes, les ha dado fuerzas y validación moral para actuar impunemente, ya que aparte de una “amonestación diplomática” no les pasara nada.

Ya es hora que Occidente, incluido el Canciller Luna, reconozca la opción moral en estos casos, y que deje de buscar soluciones “diplomáticas” a situaciones que ya pasaron todo nivel de negociaciónEn el caso de Venezuela, ya es hora que se identifique y reconozca a Maduro como un dictador, uno que está llevado a su país a la ruina, a la pobreza y a la miseria, y que, si no se retira voluntariamente, se le sacará a la fuerza si es necesario, incluso con la muerte.

Esta acción decisiva, no sólo resolverá el problema de Venezuela, sino que, a su vez, dará un mensaje claro y preciso a todo dictador en potencia, que, si la fuerza y el totalitarismo son los medios que va a utilizar para subir al poder y controlar a una nación, Occidente no se lo permitiráLampadia




Grandes venezolanas salvan la dignidad de América Latina

Tras una espuria jornada electoral marcada por la violencia, el pasado domingo 30 de julio, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), un apéndice de la dictadura chavista, anunció que el 41.5% de los electores eligió a la nueva Asamblea Nacional Constituyente, la cual se encargará de redactar una nueva Carta Magna a la medida de la tiranía. Los resultados han sido cuestionados en su integridad, y al menos catorce países (Argentina, México, Brasil, Chile, Panamá, Costa Rica, Paraguay, Colombia, España, Gran Bretaña, Suiza, Estados Unidos y Canadá) los han rechazado. El Perú, por su lado, ha invitado a los cancilleres latinoamericanos a reunirse en Lima el 8 de agosto.

Manifestante con una pancarta que dice

Fuente: bbc.com

El fraude en las elecciones es clarísimo: el método de elección, que combina sufragio por territorios y sectores sociales, permitió que 62% de los 19.8 millones de electores puedan votar dos veces. Esto dificulta el cálculo de participación ciudadana y confirma la ilegitimidad de las elecciones. Esto además del ya cuestionado sistema de voto electrónico controlado por el gobierno.

Y es que habría que ser ciego para no reconocer la crisis humanitaria y el descontento que atormenta a la población. Venezuela atraviesa una ola de protestas antigubernamentales que ya suman cuatro meses y han costado a los valientes venezolanos, casi 120 muertos. Según la encuestadora Datanálisis, la Constituyente es rechazada por el 72% de los venezolanos.

En su reciente artículo ‘Cómo lidiar con Venezuela’, The Economist hace una síntesis de la grave situación política y económica por la que está pasando el país: “A finales de este año, el colapso económico de Venezuela desde 2012 será el más pronunciado en la historia moderna de América Latina. El ingreso por persona ahora está de vuelta donde estaba en 1950La causa principal de esta calamidad es ideológica. Siguiendo el ejemplo de su difunto mentor, Hugo Chávez, Maduro gasta generosamente dinero público, sobre todo en sus partidarios. Los bajos precios del petróleo y la inepta gestión significan que no puede pagar sus cuentas”. Además, The Economist destaca las siguientes cifras:

  • La inflación superará 1,000% este año.
  • El precio del dólar en mercado negro está alrededor de 900 veces el tipo oficial.
  • Los controles de precios y la expropiación de empresas privadas han generado la escasez de alimentos y medicinas, y los hospitales están completamente desabastecidos.
  • La tasa de mortalidad materna aumentó un 66% el año pasado.
  • Los funcionarios del régimen se benefician flagrantemente de su acceso a bienes y a las divisas oficiales.
  • Venezuela se ha convertido en la ruta favorecida del tráfico de drogas.

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Fuente: www.voanoticias.com

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no dudó en reaccionar a los resultados y ha convocado a nuevas protestas masivas a partir del lunes. Entre las principales voces de activismo y lucha contra la opresión resaltan tres mujeres: María Corina Machado, Lilian Tintori y Luisa Ortega. En su nombre queremos rendir homenaje a todos los valerosos demócratas venezolanos.

María Corina Machado

María Corina Machado es un ejemplo de una mujer líder que es capaz de enfrentarse a un régimen dictatorial. Golpeada, perseguida y acosada por el chavismo, la ex diputada venezolana sigue presentándole batalla al chavismo dentro y fuera de su patria.

Actualmente es coordinadora del movimiento político Vente Venezuela y líder de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), pero en realidad su trayectoria de lucha contra el chavismo es larga. En 2002 fundó (junto con Alejandro Plaz) SUMATE, una organización no-gubernamental dedicada a la promoción y defensa de los derechos políticos de los ciudadanos.

Corina es una de las líderes de la oposición y la defensa de la libertad y la democracia latinoamericana. Y es también puro coraje: “Mi trabajo es dentro y fuera de Venezuela, dentro y fuera de la Asamblea Nacional. En la calle he acompañado la protesta ciudadana desde el primer día y estaré allí acompañándola en esta nueva etapa de lucha”. “Que les quede claro a todos los demócratas del mundo, este movimiento pacífico, civil y ciudadano, que hoy recorre las calles de Venezuela, es irreversible. Y nosotros los venezolanos vamos a luchar hasta vencer”.

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Fuente: www.lapatilla.com

Debido a su interminable lucha contra una de las más perversas dictaduras de la historia de la región, luego de que el chavismo la expulsara de la Asamblea, en Lampadia la nombramosDiputada honoraria de América Latina’ (25/03/14).Su lucha quedó inmortalizada cuando, en una sesión de la Asamblea, fue golpeada en el rostro por los esbirros de la dictadura, ante la impasible mirada de los diputados. No se amilanó y por el contrario eso le dio aún más fuerzas para seguir luchando.

Lilian Tintori

Desde el 18 de febrero de 2014, día en que su esposo, Leopoldo López fue apresado, Lilian Tintori empezó una interminable lucha por su liberación. López fue encarcelado por decir lo que Venezuela quería escuchar. La mayoría de los venezolanos quieren un cambio.

El arrestarlo solo hizo que Lilian luche más fuertemente y que se vuelva una líder en búsqueda de las libertades y la democracia. Recorrió grandes distancias buscando el apoyo de numerosas voces internaciones (llegó incluso a encadenarse en la plaza de San Pedro de El Vaticano) y fue vocera de la lucha contra el chavismo y el Gobierno de Maduro.

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Fuente: caraboboesnoticia.com

Recorrió el mundo reclamando la libertad de los presos políticos en Venezuela. No solo la de su marido, sino la de todos los que estaban en su misma situación. Organizó manifestaciones y habló con toda clase de dirigentes políticos para intentar que mediaran y que presionaran a Maduro. Como dijo la señora Lilian Tintori, esposa del injustamente encarcelado Leopoldo López, “ante una crisis humanitaria provocada por un régimen dictatorial, nadie debe ponerse de costado”.

El último mensaje de Leopoldo López (1/8/17):

https://www.youtube.com/watch?v=BcPFrl0hxD8

El coraje y la fuerza de Lilian Tintori son grandes cualidades que deben ser resaltadas, pues su lucha ha sido incesante (y ahora tras el reciente anuncio de estar embarazada, tiene más razones para pelear por su patria). Lamentablemente, a pesar de que Leopoldo López fue devuelto a su hogar bajo arresto domiciliario hace tan solo un mes, ayer (01 de agosto) fue devuelto a prisión porque ‘supuestamente’ planeaba fugarse y más bien debido a su llamado a no votar en la Constituyente del tirano.

Luisa Ortega

Otra gran líder que no ha dudado en criticar y enfrentarse al chavismo y al gobierno opresor de Nicolás Maduro es la Fiscal General Luisa Ortega, quien además afirma desconocer la Constituyente de Venezuela y acusa al gobierno: “Estamos ante un delito de lesa humanidad”.

Su historia es algo diferente a la de Lilian y María Corina. Ortega ha estado vinculada al chavismo desde que Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela. Dentro de sus principales acciones en la Fiscalía, como chavista, está la mismísima condena de Leopoldo López y otros opositores. Fue solo en noviembre de 2016 que empezó a deslindar del gobierno de Maduro, al advertir asesinatos extrajudiciales.

http://www.panorama.com.ve/__export/1497009136703/sites/panorama/img/politicayeconomia/2017/06/09/fiscal_luisa_ortega_diaz_wsaaugam.jpg_1803496872.jpg

Fuente: panorama.com.ve

Desde entonces empezó su ruptura con la dictadura y rechazó sin ambages la convocatoria a la tramposa Asamblea Constituyente del gobierno. Sorprendiendo a todos, Ortega declaró que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo (TS) había “roto el hilo constitucional” y pidió “a todos los habitantes del país que rechacen la Constituyente”, lo que provocó una sacudida política y un fuerte golpe al chavismo.

Su cargo de fiscal general debe durar hasta 2021, pero los sectores maduristas más acérrimos quieren destituirla lo antes posible, tildándola de “mentirosa” y “loca”. El TSJ afirma que la “Fiscal general traicionó las leyes y la Carta Magna de Venezuela” y le han prohibido salir del país.

Todos con los venezolanos

Reiteramos nuestro más contundente apoyo y admiración por estas mujeres líderes venezolanas que están dando una lucha muy desigual contra una de las más perversas dictaduras de la historia de la región y exigimos a nuestros gobiernos que hagan todo lo posible por terminar con el sufrimiento de los hermanos venezolanos.

Pero no todos los peruanos estamos hechos de la misma pasta, la mayoría de nuestros izquierdistas siguen apoyando a la dictadura de Maduro que detenta el poder del ‘Eje-Cuba-Venezuela’ y está masacrando a su población entre la crisis humanitaria que les ha infringido, sin hacer nada por remediarla, y con la represión de los valientes venezolanos. Ver la nota de El Comercio, que recoge las ominosas expresiones de un congresista peruano:

Lampadia