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La última línea no miente

La última línea no miente

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Si nos llevamos por la narrativa del gobierno y de la prensa adicta al mismo, la gran mayoría de periódicos radios y canales de televisión, el Perú debería estar superando con éxito la doble crisis de la pandemia, la sanitaria y la económica.

Lamentablemente, la realidad nos muestra todo lo contrario.

En cuanto a la crisis sanitaria, el Perú es el octavo país con peores resultados en el mundo. Ver los datos de Worldometer:

Fuente: Worldometer

En términos del impacto económico de la cuarentena, decretada a raíz de la pandemia, los resultados no pueden ser peores. Según el Banco Mundial, el PBI peruano caería en el 2020 12%, solo después de Belice (-13.5%) y de Maldivas (-13%). En Latino América tendríamos largamente el peor resultado, detrás nuestro estarían Brasil cayendo 8%; México, 7.5%; Ecuador, 7.4%; y Argentina, 7.3%. Nuestros otros socios de la Alianza del Pacífico caerían solo 4.9% Colombia y 4.3% Chile. Ver tabla del Banco Mundial:

Fuente: Banco Mundial

Estas cifras muestran una muy cruda realidad, tenemos los peores resultados imaginables, tanto en lo sanitario como en lo económico.

Por su lado el Consejo Fiscal ha producido un análisis de escenarios que confirman esta triste realidad.

A nivel global ve un rango de caída del PBI de 3.8 a 6.2%.

Para nuestros socios comerciales se ve una caída entre 3.5 y 6%.

Pero en cuanto a nuestro PBI, coincidiendo con previsiones del IPE, Macroconsult y Apoyo, el Consejo Fiscal muestra escenarios de caída que van de 10 a 20% para el 2020.

Los resultados fiscales se ven cayendo entre 5.4 y 9.9%.

Y nuestra deuda pública no financiera crecería el 2020 a 35.1 o hasta 41.8% del PBI, desde un 27% para el 2019.

Fuente: Consejo Fiscal – Informe N° 004-2020-CF
Análisis de escenarios macroeconómicos y sus efectos en las cuentas fiscales ante el COVID-19

Estos resultados no son casuales. Son producto de decisiones de gobierno, tanto en lo sanitario como en lo económico.

Para empezar, el gobierno rechazó el apoyo del sector privado, de las iglesias y de las Fuerzas Armadas, en diferentes instancias. Los problemas se trataron a puerta cerrada con un complejo de Superman, como dice Fernando Cillóniz.

En lo sanitario no se tomaron previsiones oportunas para el abastecimiento de pruebas moleculares, las únicas efectivas. No se entendió la naturaleza de las condiciones de vida de buena parte de la población que se gana el pan día a día, y se abastece de comida dos o tres veces por semana.

Además, se restringieron horarios de atención y se establecieron paralizaciones que generaron congestiones y, por lo tanto, se multiplicaron los contagios.

En lo económico se tomaron decisiones planas cerrando todas las regiones, incluso las que no tenían amenaza de contagios; y se cerraron todos los sectores, incluso los que podían operar con controles adecuados. Por ejemplo, los países que compiten con nosotros en minería, Australia, Canadá y Chile, no cerraron el sector y mantuvieron un mayor crecimiento económico.

En la fase de reactivación económica se siguieron cometiendo errores, estableciéndose protocolos equivocados, imposibles de cumplirse que sabotean la posibilidad de reiniciar operaciones. Los errores se corrigen tarde mal y nunca, y se pierde tiempo.

La caída de la economía será dramática y profunda. La recuperación tardará mucho tiempo y, mientras tanto, la pérdida de empleos y la quiebra de empresas se multiplicará sin límites. Hoy se habla de la pérdida de dos millones de empleos.

Ayer el presidente del Consejo de ministros convocó mesas con el sector privado para recibir sugerencias. En nuestra opinión, como en la gran mayoría se casos, las mesas son un saludo a la bandera. De lo que se trata es de transferir responsabilidades a verdaderos expertos, a los representantes del sector privado. También se trata de promover el apoyo de las iglesias y de convocar a las Fuerzas Armadas para asuntos logísticos y otros.

Esto no puede seguir así. El país no es propiedad del gobierno, es propiedad de todos los peruanos. Se debe convocar a todos los estamentos que tienen capacidades naturales para diseñar y ejecutar planes de acción adecuados, como lo han hecho, cerca de nosotros, en Medellín y Guayaquil. Lampadia




¿El futuro es como se piensa?

¿El futuro es como se piensa?

Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Exclusivo para Lampadia

Muchos autores han dedicado sus esfuerzos a pensar e imaginar el futuro a lo largo de la historia. Muchos más han seguido estas reflexiones o por lo menos las han visto por natural curiosidad frente al destino que nos depara.

Las Profecías de Nostradamus deben ser lo más conocido en este ámbito y particularmente las interpretaciones de cada una de ellas frente a grandes acontecimientos de nuestra historia mundial.

En tiempos más recientes, los que leyeron al politólogo estadounidense Francis Fukuyama, creyeron que era posible el fin de la historia, entendida como el conflicto permanente de ideologías, y que se había producido el triunfo de las ideas de la libertad, de la democracia liberal sobre el comunismo. Pocos años después, el auge político global de la China, el fundamentalismo islámico, las amenazas bélicas de Nor Corea, el chavismo en Venezuela con sus irradiaciones en Latinoamérica y España, entre otras experiencias, desbarataron la tesis.

Los que leyeron en la década pasada a Yuval Harari, pensaron que era posible que las tres grandes amenazas de la supervivencia del pasado humano hubieran sido vencidas: la peste, la hambruna y la guerra. Creyeron, a renglón seguido, que el ser humano estaba ante un nuevo reto: dejar de ser Sapiens para pasar a ser Deus.

Fuera del espacio mundial, en el ámbito latinoamericano, los que escucharon a Ricardo Lagos, ex presidente de Chile, pensaron al igual que él “que la globalización había llegado para quedarse” y que esta era como el invierno: “inevitable y solo quedaba prepararse frente a él”.

La historia, que no tuvo fin en 1989 con la caída del muro del Berlín, parece demostrar, una vez más, que el futuro es más caprichoso e impredecible. Esta vez es la crisis del Covid 19 (Corona Virus) la que nos da evidencias de ello.

El temor de millones de ciudadanos en el mundo a ser contagiado por el Covid 19 que los obligan a aislarse en sus casas, la alarmante curva de ascenso de los casos, las miles de lamentables muertes de las cuales no se libra nuestro país, entre otras consecuencias de esta pandemia, han demostrado que las enfermedades, la peste en los términos de Harari, pueden seguir siendo una amenaza para la sobrevivencia humana y que el hombre, antes de pretender tremendos desafíos, deberá seguir luchando por su sobrevivencia como especie.

Al mismo tiempo, esta crisis va a poner en entredicho la inevitabilidad y la conveniencia de la   globalización. La globalización ha hecho más pequeño y cercano el mundo, había destruido barreras, tendió puentes donde antes había aduanas y barricadas. Sin embargo, para algunos, a pesar de las ventajas de tener un mundo global, esta crisis será vista como hija de la globalización, especialmente porque los países que primero cerraron sus fronteras son los que mejor han contenido la propagación del virus y porque al final, hasta las sociedades más globales han tenido que encerrarse para contenerlo.

El COVID 19 no solo está matando a nuestros semejantes y destruyendo la economía global donde todos empobrecerán. Ha puesto en entredicho algunas evidencias o certezas que habíamos convertido en premisas para pensar en el futuro. Ha abierto una grieta de duda sobre algunos de los que considerábamos los cimientos del futuro.

El reto que nos plantea esta crisis es, por lo tanto, mucho mayor de lo que se cree.

Comienza en la efectividad de las medidas de contención sanitaria para aminorar su impacto humano y continúa con las medidas gubernamentales y privadas que se tengan que adoptar para distribuir el grave impacto económico de esta crisis.  Luego de ello, habrá que buscar con detenimiento, con instrumentos científicos, sin intereses nacionales de por medio, con objetividad y con honestidad, las causas de esta pandemia y de su propagación, para revisar, también sin prejuicios y sin anteojeras, cuanto se han afectado lo que para muchos ya eran los cimientos del futuro de nuestro mundo.

La repuesta frente a la crisis también va a contar a la hora de entender sus consecuencias globales. Desde nuestra particular perspectiva, si la respuesta es egoísta, pequeña, comarcal, en nada va a ayudar a sostener un mundo global que tantos beneficios nos ha traído. Sí, por el contrario, es propiamente global, solidaria, interdependiente y de cooperación, podrá seguir sosteniendo la fe en ese mundo abierto, de todos y con valores compartidos comunes. Veremos qué sucede.

Mientras tanto, concentrémonos en la urgencia sanitaria y colaboremos a evitar la infestación. Una buena medida puede ser leer esta columna y tantas otras de Lampadia, ahora que hay más tiempo para no quedarse solamente en el título y el like. Lampadia




La resiliencia de China frente el coronavirus

La resiliencia de China frente el coronavirus

A continuación, compartimos un reciente artículo publicado por The Economist en el que se analiza el impacto económico que tiene y sigue teniendo la propagación del coronavirus en China, a través de diversas variables de la industria manufacturera, en la que el gigante asiático ostenta una ventaja comparativa con respecto a varios países en los mercados internacionales.

De estas reflexiones se puede visualizar cómo China, a pesar del embate de la mencionada pandemia y en parte gracias a una reestructuración de su estrategia de salud pública para combatirla, ha ido reabriendo sus fábricas de a poco, pero con visos a futuro aún inciertos dadas las tasas de crecimiento económico trimestrales proyectadas para los próximos meses, situadas en niveles mínimos históricos.

Este sentimiento de incertidumbre además se alimenta del estado de varios países que aún se encuentran en plena formulación de políticas públicas, sin planes concretos, para hacer frente a este inesperado virus (ver Lampadia: La batalla mundial contra el coronavirus) y cuya demanda innegablemente afectarán el performance de China de cara a sus principales mercados de exportación.

Consideramos que estas advertencias de ninguna manera pueden ser ignoradas por nuestras autoridades fiscales y monetarias, siendo China nuestro principal socio comercial. Urge diseñar un plan de reactivación económica que permita paliar la caída futura de nuestras exportaciones hacia este país, que ya se ha venido reflejando el año pasado con la guerra comercial EEUU-China, pero que, con la mencionada pandemia, podría desestabilizar aún más nuestro ciclo de crecimiento.

Al respecto la reactivación de los grandes proyectos mineros, que permitan mitigar estas caídas en los términos de intercambio, e impulsar los arraigados a la infraestructura productiva debería constituir nuestro principal frente a acometer en los próximos meses para mover la inversión y exhibir tasas de crecimiento mayores. Lampadia

Covid-19 y la economía de China
Con la desaceleración de su epidemia, China intenta volver a trabajar

Los funcionarios cambian su enfoque a revivir el crecimiento. Pero eso no es fácil

The Economist
27 de febrero, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Si China es la fábrica del mundo, Yiwu International Trade City es su sala de exposición. Es el mercado mayorista más grande del mundo, lo suficientemente espacioso como para albergar 770 campos de fútbol, con puestos que venden de todo, desde carteras de cuero hasta silenciadores para motocicletas. El 24 de febrero, como es costumbre para su reapertura después del año nuevo lunar, los artistas sostuvieron largos dragones de tela en los postes y bailaron al ritmo de los tambores, con la esperanza de traer fortuna a los 200,000 comerciantes y compradores que normalmente abarrotan el mercado cada día. Pero estos no son tiempos normales. La reapertura se retrasó dos semanas debido al virus covid-19, la multitud era escasa y los bailarines de dragones, como todos los demás, se pusieron máscaras blancas para protegerse. Terminada la ceremonia, comenzaron los negocios. Todos los que ingresaron al mercado tuvieron que pasar controles de salud y se les dijo que permanecieran en silencio durante las pausas para comer, para que no transmitieran gérmenes al hablar.

El reinicio silencioso del mercado de Yiwu se parece al de la economía china en general. El gobierno ha decidido que la epidemia está bajo control hasta el punto de que gran parte del país puede volver a trabajar. Eso está lejos de ser simple. Más de 100 millones de trabajadores migrantes permanecen en sus pueblos de origen, y los funcionarios están tratando de transportarlos a las fábricas y tiendas que los necesitan. Yiwu ha alquilado trenes y autobuses para traer trabajadores de todo el país. También quiere atraer a compradores de todo el mundo: se ha ofrecido a pagar sus vuelos y alojamiento si llegan antes del 29 de febrero.

El mercado se está ocupando poco a poco. Pero los comerciantes tienen un gran desafío en el cumplimiento de los pedidos. Wang Meixiao, que vende joyas de plástico, dice que sus fábricas aún no tienen suficientes trabajadores para operar. Muchos no están dispuestos a recorrer el país solo para soportar cuarentenas de 14 días en sus destinos. “Les digo a mis clientes que solo tienen que esperar un par de semanas más, pero eso es una suposición”, dice ella.

Desde el brote del virus, economistas e inversores han tratado de comprender los conceptos básicos de la epidemiología, analizando cuestiones como el posible período de incubación de la enfermedad. Recientemente, han regresado a un terreno más familiar, siguiendo el estado de la economía. Para evaluar si la producción se reanuda, los economistas han estado examinando una serie de cifras diarias, que incluyen el consumo de carbón, la congestión del tráfico y las ventas de propiedades. Todos han comenzado a aumentar, pero permanecen muy por debajo de los niveles saludables. Un indicador ha sido mucho más optimista, de manera poco realista. La bolsa de valores de China cayó más de un 10% después de que el coronavirus se extendió a fines de enero, pero desde entonces ha recuperado ese terreno, en parte por la creencia de que el gobierno desatará un gran estímulo para impulsar el crecimiento. Hasta ahora, sin embargo, solo ha ofrecido apoyo específico: extensiones de préstamos, recortes de impuestos y alquileres subsidiados.

Sin embargo, China sin duda ha cambiado su enfoque, como se subrayó el 23 de febrero cuando el presidente Xi Jinping habló por teleconferencia a 170,000 cuadros en todo el país. En áreas donde el virus ya no es un gran peligro, es hora de que las compañías reanuden sus operaciones, dijo. Entonces, junto con informar el número de nuevas infecciones todos los días, los funcionarios ahora informan sobre el número de negocios reabiertos. La provincia de Zhejiang, un centro de fabricación y hogar de Yiwu, lidera el país, con el 90% de sus grandes empresas industriales que se han reiniciado. Pero muchos de estos funcionan a baja capacidad. “El gobierno, las empresas, los trabajadores, todos están haciendo una apuesta para reiniciar”, dice Jason Wang, ejecutivo de una empresa que vende abrigos de invierno.

Al igual que los gerentes de fábricas en todo el país, Wang está tomando precauciones. Los trabajadores tienen sus temperaturas monitoreadas durante todo el día. Están obligados a mantener asientos vacíos entre ellos en la cantina. Dentro de la fábrica, siempre deben usar máscaras. Pero la presión es intensa. El gobierno ha dicho a las compañías que si alguno de sus trabajadores se infecta, puede verse obligada a cerrar.

En general, muchos analistas piensan que las empresas de China volverán a su capacidad total a fines de marzo. Los economistas de los grandes bancos pronostican que esta reanudación podría permitir que el crecimiento del primer trimestre alcance aproximadamente el 4%, año tras año. Ese sería el más débil desde que comenzaron los registros trimestrales, pero cualquier cosa por encima de cero inevitablemente generará dudas sobre la credibilidad de los datos. Los riesgos también están cambiando a medida que el virus afecta a otros países. China ahora enfrenta la posibilidad de una demanda mundial mucho más débil y el peligro de que la epidemia, controlada dentro de sus fronteras, vuelva a entrar desde el extranjero.

Incluso si el mundo puede frenar la propagación del virus, Yiwu es testimonio de algunas de las formas en que las personas sentirán sus efectos económicos en todas partes. Agnes Taiwo, una empresaria de Lagos, llegó a China justo cuando el gobierno comenzó su lucha contra la epidemia. Ella esperaba hacer una compra a granel de zapatos para niños y regresar a Nigeria a principios de febrero. Casi un mes después, no ha podido completar su pedido. Y su regreso a Nigeria ha sido complicado porque EgyptAir, la aerolínea en la que viajó, ha cancelado todos los vuelos a China. “Esto es serio”, dice ella. Es un sentimiento que muchos otros en todo el mundo están comenzando a compartir. Lampadia




¿Una década pérdida en América Latina?

¿Una década pérdida en América Latina?

A continuación compartimos un reciente artículo escrito por The Economist que hace un breve recuento del contexto económico, político y social de lo que algunos llaman la segunda década “perdida” de América Latina, comprendida en los años 2010.

El análisis que hace el popular medio británico es muy ilustrativo por cómo descalifica toda comparación que puedan hacer los académicos o la prensa internacional de esta década con aquella de los años 80, siendo esta última mucho más crítica y generalizada en términos del devastador impacto económico que generó en los países, que hasta el día de hoy explicaría su nivel de desarrollo.

Por el contrario, la década del 2010, si bien estuvo caracterizada por profundos escándalos de corrupción y el fin del boom de los commodities, los marcos institucionales de tendencia liberal que dieron vida a una nueva América Latina a inicios de los años 90, exceptuando a Argentina, Nicaragua y Venezuela, han permitido netear estos vaivenes tanto internos como externos que afectan el desempeño de las economías.  Ello generó una suerte de estancamiento de la producción combinado con una lenta reducción de la desigualdad, ambos hechos que serían uno de los meollos que explicarían las actuales protestas en algunos países como Chile (ver Lampadia: Las causas de las protestas en la región) .

Pero como la evidencia para la región ha demostrado en la década de 2000 y aplica particularmente en el Perú (ver  Lampadia: Crecimiento, pobreza y desigualdad), ambas variables se retroalimentan entre sí, siendo el crecimiento económico un gran impulsor de la reducción de las brechas de desigualdad y de pobreza. Habiendo hecho esta última acotación, creemos que si bien esta década no es comparable con la de 1980 por las destrozas medidas económicas impulsadas, sí debiera llamar la atención a los políticos a encausar nuevas políticas que permitan retomar el crecimiento que tanta movilidad social ascendente generó en América Latina y que terminó por consolidar una clase media importante y resiliente en la década de los 2000, que supera las 180 millones de personas, según las últimas estimaciones del BID. Lampadia

La segunda “década perdida” de América Latina no es tan mala como la primera

Los años 2010 han visto estancamiento, pero no todo es triste

The Economist
12 de diciembre, 2019
Traducido y comentado por
Lampadia

Piense en el comienzo de 2010, cuando América Latina estaba inundada de optimismo. La región superó la crisis financiera mundial con solo una breve caída económica y sin daños a sus bancos. En Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, preparándose para renunciar después de ocho años como presidente con un índice de aprobación del 75%, proclamó que su país había perdido su complejo de inferioridad. El auge de los commodities había sacado a decenas de millones de personas de la pobreza. La década de 2010, declaró Luis Alberto Moreno, del Banco Interamericano de Desarrollo, sería “la década latinoamericana”.

A medida que estos años llegan a su fin, los latinoamericanos podrían pensar que resultó ser una “década poco deshonesta”, para hacerse eco de la descripción de W.H. Auden de la década de 1930. Comenzó con una explosión, con un crecimiento económico del 5.9% para la región en 2010, que rápidamente se convirtió en un largo gemido. Desde 2013, el crecimiento ha promediado 0.8%, lo que significa que el ingreso por persona ha disminuido ligeramente. La ONU estima que el 31% de los latinoamericanos son pobres, la misma proporción que en 2010. La desigualdad de ingresos continúa disminuyendo, pero mucho más lentamente que antes de 2014. Luego están los descontentos políticos. Las encuestas muestran que los latinoamericanos ven a sus políticos como corruptos y cínicos. A más de una cuarta parte le gustaría emigrar, según Gallup, una empresa encuestadora. La ira popular ha estallado en protestas callejeras en media docena de países.

No es de extrañar que los años 2010 comiencen a ser denominados una “segunda década perdida” para América Latina. Sin embargo, una comparación con la década de 1980, la década perdida original, es instructiva. En 1982-83, los impagos de la deuda rebotaron en toda la región. Esto llevó a años de hiperinflación y austeridad. Para 1990, el ingreso por persona todavía era un 5% menor que en 1981, la tasa de pobreza había aumentado del 35% al 41% y, en términos reales, el salario mínimo era solo dos tercios de su nivel anterior. Políticamente, la década de 1980 fue traumática. La guerra de guerrillas se desencadenó en América Central, Colombia y Perú, mientras que los dictadores todavía estaban a cargo y los derechos humanos violan la norma en muchos lugares durante gran parte de la década.

De los problemas de la década de 1980, nació una mejor América Latina. Salió del estatismo y el proteccionismo y entró el Consenso de Washington orientado al mercado. Con todos sus defectos (cierto dogmatismo, privatización sin política de competencia y una tendencia a que los países tengan tasas de cambio sobrevaloradas) y omisiones (un descuido inicial de las redes de seguridad social), puso a la región en un curso más viable. El cambio a favor del mercado coincidió con una ola democrática que arrasó con los dictadores, todos excepto los Castro en Cuba. El gasto social aumentó, al igual que el acceso de las personas a la educación.

En la década de 1980, casi todos los países sufrieron caídas. En la década de 2010, el dolor se concentró en Venezuela, Brasil y Argentina, donde los gobiernos cometieron errores macroeconómicos. En otros lugares, las políticas son mucho más sólidas que en la década de 1980. Excepto en Argentina y Venezuela, la deuda es manejable. A pesar de las aberraciones de Venezuela y Nicaragua (así como de Cuba), la democracia ha mostrado resistencia. En medio de la recesión, Argentina vio esta semana una transferencia ejemplar de poder entre adversarios políticos.

En resumen, los años 2010 han visto un estancamiento, en lugar de una repetición del cataclismo de los años ochenta. Nada de esto es para minimizar la difícil situación de América Latina. Tiene que encontrar formas de volver al crecimiento en un mundo donde la economía se expande más lentamente, mientras toma medidas más audaces para reducir la desigualdad que la ha marcado desde mucho antes de la década de 1980. En la década que está comenzando, debe lidiar con un cambio demográfico en el que la fuerza laboral crecerá más lentamente que la población. En los países donde la agricultura y la pesca siguen siendo importantes, tendrá que hacer frente al cambio climático. Debe fortalecer el estado de derecho y reconstruir la confianza en la política democrática.

Quizás las mayores pérdidas en la década de 2010 fueron intangibles. La política latinoamericana ya no tiene héroes. En la década de 1980, para tomar dos ejemplos, Raúl Alfonsín en Argentina puso a juicio a dictadores militares y Luis Carlos Galán en Colombia desafió a los narcotraficantes, pagando con su vida. Hoy es difícil pensar en equivalentes. Lula, que podría haber sido uno, está empañado por casos de corrupción. Y hay un enorme déficit de nuevas ideas. El antagonismo con muerte cerebral entre el “neoliberalismo” (generalmente indefinido) y el populismo izquierdista aún es demasiado grande en el debate académico sobre la región. América Latina necesita mercados competitivos y estados más efectivos que redistribuyan mejor. En otras palabras, necesita un nuevo contrato social para una nueva década. Lampadia




Constitución y Leyes Madre

Constitución y Leyes Madre

Es imposible trazar una línea recta entre el Perú de 2019 y el de 1990. Hoy, a pesar de nuestras limitaciones, somos largamente superiores al país de la última década del siglo pasado. En los años 90 hubo un gran punto de inflexión, un quiebre, que permitió que pasáramos de la condición de un ‘Estado Fallido’, a una suerte de ‘Estrella Internacional’.

Ese quiebre lo dio la Constitución de 1990 y las Leyes Madre: la Ley del Banco Central, Ley Marco para el Crecimiento de la Inversión Privada, la Ley General de Minería, la Ley de Promoción Agraria, y otras leyes generales de igual importancia.

Gracias a ese conjunto normativo dejamos de ser un país pobre y nos ubicamos como un país de ingresos medios, pasando de un PBI per cápita de US$ 968 (1990), a uno de US$ 14,200 (2018) PPP. Veamos el siguiente cuadro que compara el Perú del año 1990 y el de 2011:

A pesar de los evidentes éxitos del modelo económico y social generado en los 90s, hay algunos grupos de políticos ideologizados que hablan de cambiar la actual Constitución. Ellos pretenden desconocer los indicadores de bienestar viendo un vaso medio vacío, en vez de uno medio lleno.

Una de las consecuencias principales de la Constitución de 1990, fue el regreso de la inversión privada, que había, prácticamente desaparecido. Esta se consolidó como producto de la Leyes Madre, especialmente en la minería y el agro.

La Ley de Promoción Agraria ha permitido crecer, exportar y generar empleo rural formal de buen nivel de ingresos. Sin embargo, hay quienes pretenden suspender el régimen.

En cuanto a la minería, el presidente Vizcarra ha cometido un tremendo despropósito planteando la necesidad de diseñar una nueva ley de minería. Además, lo ha hecho en medio de un ambiente levantisco y a puertas de un proceso electoral. Una barbaridad sin nombre.

Ya hoy tenemos propuestas de cambio que pretenden regresar la minería a la actividad del Estado, aumentar la tributación minera, que ya llega al 47% de las utilidades, acortar los períodos de concesiones, eliminar la devolución del IGV, dar participación accionaria a las comunidades y delegar el control normativo ambiental a los gobiernos regionales.

Quienes plantean estos desatinos no quieren entender la realidad del bienestar producido por la minería y el gran potencial que nos ofrece. Ver en Lampadia: Para superar la pobrezaLo que necesitamos es más Minería.

Así como tenemos que cuidar la Constitución de 1990, tenemos que cuidar nuestras Leyes Madre, que son el marco normativo que trae a la inversión privada a cumplir su rol social, invertir, dar empleo de calidad y generar recursos fiscales.

Hoy más bien hay que recuperar la salud de nuestras Leyes Madre, podando la maraña regulatoria que las ha asfixiado, restableciendo la libertad económica y modernizando la normatividad laboral para volver a crecer.

El Estado debe promover la inversión privada y cautelar que opere, respetando las normas correspondientes. Sin inversión privada no hay crecimiento posible, y sin crecimiento no habrá mejoras sociales. Lampadia




Fortaleciendo las capacidades de seguridad cibernética

Fortaleciendo las capacidades de seguridad cibernética

Algunos expertos predicen que para 2020 habrá 200 mil millones de ‘cosas’ conectadas. Automóviles, aviones, casas, ciudades e incluso animales están siendo conectados. El software está integrado en todas partes. Esto está cambiando la forma en que vivimos y cómo nos comportamos e interactuamos con el mundo que nos rodea. A medida que la tecnología se integra más y más profundamente en nuestras vidas, nos volvemos más y más dependientes de ella. Pero esta dependencia nos hace vulnerables a cualquier ataque o falla tecnológica.

Es por esto que presentamos los resultados globales (aplicados a empresas peruanas) de la 19° Encuesta Global de Seguridad de la Información: El camino hacia la resiliencia cibernética, presentada por EY Perú (Ernst & Young). La publicación analiza las respuestas de 1,735 CIOs, CEOs y otros ejecutivos, mostrando las fortalezas de las organizaciones en sus capacidades de seguridad cibernética y en qué pueden mejorar.

Entre los principales hallazgos del estudio tenemos que, a diferencia de lo que podríamos suponer, las amenazas no siempre tienen que venir de fuera, ni ser malintencionadas. De acuerdo a los cuadros presentados, cuando se preguntó a los responsables de las empresas (a nivel global) sobre la fuente más probable de un ataque, la mayoría (55%) sostuvo que se trataría de un colaborador descuidado. Por supuesto, el malware no se queda atrás (51%) ni el phishing (51%), pero es destacable la importancia que ha cobrado el sector interno.

Los resultados de la encuesta indican la necesidad de mejorar la resiliencia en su capacidad de responder y recuperarse de incidentes cibernéticos para que las operaciones seguras y confiables puedan ser restauradas y mantenidas. Según EY Perú (Ernst & Young), “la resiliencia cibernética es un subconjunto de la resiliencia del negocio.” Se centra en la eficacia de las utilidades en la implementación de tres componentes críticos:

1.Sentir
Sentir es la capacidad de las organizaciones para predecir y detectar las amenazas cibernéticas.

2.Resistir
Los mecanismos de resistencia son básicamente los escudos corporativos. Esto inicia con cuánto riesgo una organización está preparada para tomar a través de su ecosistema, seguido por el establecimiento de líneas de defensa.

3.Reaccionar
Si “Sentir” falla (la organización no detectó la amenaza que venía) y hay un desajuste en “Resistir” (las medidas de control no fueron lo suficientemente fuertes), las organizaciones deben estar listas para lidiar con la intrusión, con capacidades de respuesta y listas para gestionar la crisis.

En los últimos años, las organizaciones han mejorado significativamente sus capacidades de ‘Sentir’, utilizando inteligencia cibernética para predecir lo que pueda ocurrir, instalando mecanismos de supervisión continua, identificando y gestionando vulnerabilidades e instalando Defensas Activas.

Según los últimos datos de la encuesta, este año el 50% de las organizaciones considera que es probable que sean capaces de predecir y detectar un ataque cibernético sofisticado, el mayor nivel de confianza que hemos observado desde 2013. Sin embargo, a pesar de estos puntos positivos, aún no son suficientes las organizaciones que están tomando las medidas necesarias para evitar ataques cibernéticos: En el Perú, 97% no tienen Centros Operativos de Seguridad, 90% no tienen un programa de inteligencia contra amenazas y el 97% no tienen una capacidad de identificación de vulnerabilidades formal.

Para EY Perú (Ernst & Young), es importante enfocarse en riesgos cibernéticos, no solamente en seguridad cibernética. Los ataques están tomando formas diferentes constantemente y son cada vez más complejos. Casi la mitad de los encuestados (48%) dicen que sus controles de seguridad desactualizados son un área de alta vulnerabilidad.

Según afirma el informe, “Si bien la naturaleza de los ataques ha cambiado, resistir, defender, mitigar y neutralizar ataques han sido durante mucho tiempo el núcleo necesario de la seguridad cibernética”. Y es que “La capacidad de resistencia requiere un enfoque multifacético. Las defensas se suelen considerar como barreras difíciles, como el cifrado o firewalls que detienen y/o neutralizan un ataque; pero hay otras formas en que las organizaciones pueden minimizar el impacto de un ataque y ayudar a la organización a resistir.”

Entre el 2013 y el 2016, ha habido un incremento en los presupuestos, con un 53% de los encuestados este año diciendo que sus presupuestos aumentaron en los últimos 12 meses. Sin embargo, las organizaciones dicen que se necesita más financiamiento, el 61% citando las limitaciones presupuestarias como un desafío y el 69% de los encuestados diciendo que necesitan hasta un 50% más de presupuesto.

Una vez que la empresa ya ha recibido un ataque, el siguiente paso es ‘Reaccionar’ adecuadamente. La gestión de la continuidad de negocio (Business Continuity Management – BCM por sus siglas en inglés) ha sido la principal habilidad de una organización para reaccionar ante una amenaza, ataque u otra interrupción en sus operaciones durante muchos años.

Aunque las capacidades de ‘Reacción’ se desempeñan bien en las clasificaciones de prioridad, el dinero invertido en esta área es aun relativamente bajo. Quedó claro que ‘Reacción’ es el área donde la mayor parte del trabajo todavía está por hacerse. Cuanto sea más claro que el escudo corporativo no puede resistir a todas las amenazas, más atención recibirá la capacidad de Reacción.

Los problemas de seguridad cibernética y los ataques causan miles de millones de dólares en pérdidas cada año. Está claro que hay problemas crecientes de seguridad cibernética. Y más allá de tener un impacto económico, también tienen un impacto en nuestra vida cotidiana, dado que nuestra dependencia de la tecnología sigue creciendo. En 2017, debemos trabajar juntos para cambiar esta situación antes de que empeore. Lampadia




Puntualizaciones fundamentales sobre la Reforma del Congreso

Puntualizaciones fundamentales sobre la Reforma del Congreso

Por Jaime de Althaus

Para Lampadia

 

La reforma del Congreso es un imperativo. En el Perú se dan demasiadas leyes por lo general mal estudiadas y por lo tanto mal estructuradas, que complican la actividad económica y social en lugar de facilitarla y que, así tengan buenas intenciones, terminan generando efectos contraproducentes. Lo que ocurre es que el Congreso es todavía una institución relativamente patrimonialista donde los asesores ingresan por lo general sin concurso y donde se privilegia la rotación entre las comisiones en lugar de la especialización, y donde no hay una oficina central que estudie el impacto económico de los proyectos, entre otras características que examinamos en esta entrevista con Milagros Campos, abogada con una maestría en Ciencias Políticas y estudios de doctorado en la PUCP, politóloga, profesora de la PUCP y especialista en reforma del Congreso.

Ella propone fortalecer sustancialmente la asesoría profesional de las bancadas, crear una oficina de estudios de impacto económico o tercerizar esa función, retirar los incentivos para formar nuevas bancadas, institucionalizar la comisión encargada de derogar leyes perimidas,que ya han perdido vigencia, eliminar el voto preferencial, ir a distritos electorales pequeños siempre y cuando haya un senado elegido en distrito único nacional, entre otras medidas. Leamos:

Especialización y asesores

Pregunta: Uno de los problemas del Congreso es la alta rotación de los congresistas entre comisiones, de modo que no se especializan. Cada año cambian las comisiones. Transparencia, por ejemplo, propone que los miembros de las comisiones sean elegidos en el primer año y que se mantengan en sus puestos por lo menos hasta el tercer año del período.

Respuesta: De acuerdo. En el periodo  2006-2011, el grupo de trabajo de reforma al Reglamento del Congreso de la República, presidido por el congresista Santiago Fujimori propuso modificar el periodo de ejercicio del cargo de la Mesa Directiva a dos años y medio, la mitad del periodo parlamentario, a fin de contar con un plazo mayor para trazar una política legislativa y no solo atender los trámites rutinarios. Esta medida beneficiaría a los grupos parlamentarios, pues no tendrán que dedicar tiempo a negociaciones políticas, de cara a nuevos cargos. Asimismo, se generaría mayor estabilidad evitando la rotación anual de funcionarios en la alta dirección lo que favorecería una mejora en la calidad de las leyes. 

P: ¿Esto debería aplicarse también a las comisiones en el sentido de que los parlamentarios no estén cambiando de comisiones cada año y tiendan a especializarse?

R: Sin duda. La idea es sustituir el “principio de la rotación” por el de la especialización, no sólo para los miembros de las comisiones sino para las mesas directivas y asesores.

P: ¿Cómo se aplica esto a los asesores parlamentarios? ¿Cómo ingresan estos en la actualidad? ¿Qué calificaciones tienen?

R: En los parlamentos la asesoría interna puede ser institucional o de confianza. La primera es una asesoría no partidarizada, en temas de especialidad de cada comisión así como en procedimientos parlamentarios. El acceso al servicio parlamentario debe ser por concurso público…

P: ¿En la actualidad no lo es?

R: El último concurso público fue el 2009. Solo ha habido tres en 20 años. En el concurso deben evaluarse los perfiles profesionales y competencias que se requieren. Los asesores de confianza, en cambio, son elegidos por los congresistas cumpliendo con los perfiles que señala la administración. Yo soy partidaria de fortalecer la asesoría de las bancadas parlamentarias. Es decir, que  cada congresista tenga un solo asesor y no dos como es ahora, y la bancada tenga, digamos, 8 asesores en los temas principales (económico, presupuestal, constitucional, políticas públicas como salud o educación, etc.) según el interés de la bancada.

P: Pero las comisiones también tienen asesores…  

R: Tienen dos. Uno experto en temas parlamentarios (técnica legislativa, seguimiento y sistematizador de consultas a especialistas o a instituciones) y un secretario técnico (lleva las actas, organiza el trabajo). El secretario técnico debería ser un especialista en el tema de la Comisión, pero eso no ocurre. Por lo general, la rotación anual de presidentes conlleva la rotación de los secretarios técnicos. Entonces nadie se especializa, ni el congresista ni el asesor. Suele ocurrir que el nuevo presidente solicite un secretario técnico al que conoce, que puede estar en otra comisión. A Roberto Hernández, por ejemplo, secretario técnico de la Comisión de presupuesto, que incluso se capacitó en el extranjero, lo sacaron de esa comisión y lo pusieron en otra. El secretario técnico debería estar especializado en el tema de la Comisión, y el Presidente tener derecho a un asesor de su confianza aparte. En los 90, por ejemplo, había mucho menos rotación.

Leyes sin estudios

P: Como resultado, se dan malas leyes, carentes de estudios de impacto económico, de fundamentación…

R: Los proyectos de ley deberían deberían incorporar como un requisito, un estudio de antecedentes legislativos que permita acopiar las normas que regulan la materia del proyecto de ley propuesto a fin de poder evaluar las razones por las que tal regulación resulta insuficiente o no es idónea y determinar qué normas se deben modificar o derogar. Esto último a fin de desterrar la práctica nociva de las cláusulas derogatorias generales y tácitas, con fórmulas legales tales como “deróguese todas las normas que se opongan a la presente ley”, con lo que no se sabe qué leyes están vigentes y cuáles no, sembrando inseguridad jurídica.

P: ¿En qué se diferencia ese estudio de antecedentes legislativos de un estudio de impacto regulatorio de la norma?

R: El estudio de antecedentes legislativos está relacionado con una característica esencial del Estado de derecho: la seguridad jurídica. Se trata de analizar las normas que regulan la materia objeto del proyecto de ley a fin de derogar o modificarlas expresamente.

El estudio de impacto regulatorio está más relacionado con el análisis costo-beneficio (ACB) que también prevé el Reglamento del Congreso y que constituye una metodología cuyo objetivo es mostrar que la norma produce más beneficios que costos. En la línea del RIA (Regulatory Impact Analysis) se trata de determinar posibles impactos en diversos sectores y analizarlos. Costos privados, sociales, beneficios monetarios y no monetarios. También debe enfocarse en costos y beneficios no cuantificables. Claramente eso es muy diferente a decir: “el presente proyecto no irroga gastos al erario nacional y redunda en beneficios para la sociedad”.

P: Transparencia propone que el Congreso cuente con una oficina de estudios económicos que informe a los congresistas sobre el impacto económico que podrían tener sus proyectos legislativos…

R: Así debería ser. Es indispensable que el estudio costo-beneficio de las leyes tenga un contenido real. Yo creo que debe debatirse si se implementa una oficina en el Congreso o si se logran alianzas con la colaboración de otras instituciones, es decir, tercerizar los servicios de una universidad o think tank.

Esa oficina también debería realizar el cálculo presupuestal que permita a los congresistas contar con esa información al momento de votar.

P: ¿A qué te refieres? Según la Constitución, los congresistas no tienen iniciativa en el gasto.

R: Justamente ese es el tema. Arturo Salazar Larraín comentaba que todo proyecto de ley genera gasto… pero la disposición refiere a un gasto directo. Hace varios años, Alberto Bustamante tuvo un informativo llamado “Leyes en Camino”, en el que desde una iniciativa privada comentaba cada proyecto de ley que se presentaba llamando la atención sobre los gastos que generaba el proyecto  y que no habían sido explicitados.

En realidad, muchos proyectos de ley se acumulan con los del Poder Ejecutivo que si tiene iniciativa de gasto. En otros casos se recurre a señalar que se financia con el mismo presupuesto, pero ello supone redistribuirlo.

P: ¿Y qué respecto de mecanismos de consulta de los proyectos de ley con los sectores interesados y de la sociedad civil, así como la prepublicación de los proyectos, a fin de asegurar la viabilidad de los proyectos y que no respondan a un interés particular en perjuicio de otros? ¿Cómo se puede organizar eso?

R: Actualmente, de acuerdo al Reglamento del Congreso, es obligatorio pre publicar los proyectos de ley y dictámenes. Asimismo, se señala que los dictámenes deben incluir una sumilla de las opiniones que hubieran hecho llegar las organizaciones ciudadanas. La publicación de la agenda legislativa anual permite que los sectores interesados y académicos puedan presentar sus opiniones sobre los temas a los que se les dará prioridad en la legislatura.

Limpieza legal: la CEMOL

P: Una de las consecuencias de que las leyes salgan sin estudios de antecedentes legales, es la proliferación de leyes que nadie sabe si están vigentes o no. ¿Qué pasó con la Comisión Especial Multipartidaria Encargada del Ordenamiento Legislativo– CEMOL, creada el 2009, una de cuyas funciones era proponer la derogatoria de las normas que ya no eran vigentes porque habían sido derogadas tácitamente o habían cumplido sus fines?

R: En ese marco fueron derogadas o retiradas del sistema jurídico 14,403 normas con rango de ley que han sido derogadas tácitamente o que ya han cumplido sus fines…

P: ¿Esa comisión terminó su trabajo? ¿Cuánto queda pendiente? ¿Cómo pueden las tecnologías de la información ayudar a este fin y a sistematizar las leyes vigentes?

R: La CEMOL se constituyó nuevamente en el período legislativo que terminó en julio. Presentó dos proyectos de ley de depuración normativa con la colaboración del Ministerio de Justicia y otros sectores del Poder Ejecutivo. El trabajo debe institucionalizarse. Es una tarea técnica de colaboración entre el Congreso y el Ejecutivo, a la que deben sumarse el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, así como otros actores del sector público y privado. La depuración de normas tiene como objetivo final sistematizar la legislación vigente por temas, lograr un marco normativo accesible de manera gratuita para ciudadanos, instituciones públicas y privadas, utilizando las TICs en el marco de gobierno electrónico, parlamento abierto y la declaración de transparencia parlamentaria.

Depurar es diferente a desregular, pero son procesos que convergen en brindar a los ciudadanos un marco legislativo que les garantice mayor seguridad jurídica y mejorar el clima de los negocios.

La CEMOL debería institucionalizarse. La ley se deroga solo por otra ley, por ello el grupo de trabajo  debe estar integrado por congresistas pues tienen iniciativa legislativa. Lo pendiente puede no ser tan relevante cuantitativamente, pero sí cualitativamente. Es necesario establecer una metodología, sensibilizar a los órganos que emiten normas a fin de que eliminen las cláusulas derogatorias generales y apliquen reglas de técnica legislativa que garanticen la seguridad jurídica en el marco de estándares de otros parlamentos.

Proliferación de bancadas

P: Algo que afecta el manejo del Congreso y la concertación de las leyes, es la proliferación de bancadas…

R: Al Congreso llegan determinados partidos y alianzas, pero luego se fragmentan y se forman nuevos grupos que no responden a lo que fue la voluntad popular, fuera de que se incrementa el número de grupos, afectando el manejo del Congreso y la concertación de leyes.

P: ¿Cuál es la solución para impedir la fragmentación de los grupos o las alianzas dentro del Congreso, o para impedir el llamado Transfugismo?

R: El transfuguismo es en parte consecuencia de la inexistencia de partidos institucionalizados. Como bien señala Carlos Meléndez, los partidos no volverán a ser lo que fueron antes, pero deben eliminarse los incentivos que hoy existen para fragmentar el Congreso.

La solución requiere de un acuerdo político para modificar el Reglamento de Congreso, de manera que se mantenga la conformación de los grupos parlamentarios iniciales, que reflejan el resultado electoral. En aplicación del principio que prohíbe el mandato imperativo, los congresistas pueden renunciar a sus grupos parlamentarios, pero no formar nuevos. Los renunciantes formarían parte de lo que en otros países se denomina grupo mixto, o como se les denomina en el Perú: no agrupados. Los no agrupados sólo pueden presentar proyectos de ley y votar, pero no tienen representación en junta de portavoces, y no entran al reparto de comisiones y se les asigna los espacios que queden vacíos. Tampoco tienen oficina del grupo ni asesores. En Alemania ni siquiera pueden participar en el pleno. La idea que subyace a este planteamiento no es sólo respetar la voluntad expresada por los electores, sino eliminar los incentivos para renunciar a los grupos.

Voto preferencial, distritos uninominales y dos cámaras

P: Ahora bien, el transfugismo, la ruptura de las bancadas y la indisciplina en ellas se originan en parte en el voto preferencial…

R: El voto preferencial tiene efectos nocivos en la disciplina partidaria incluso dentro del Congreso y en la rendición de cuentas colectiva de los grupos congresales. Una posibilidad es regresar a la lista cerrada y bloqueada para fortalecer los partidos y la disciplina en el Congreso…

P: ¿Qué opinarías de ir a un sistema de distritos uni o bi nominales? Ese sistema es, de un lado, la mejor solución al tema de representatividad y, de otro, tiene un efecto reductor en el número de partidos, o sea que ayuda a la gobernabilidad del Congreso. 

R: La correlación entre sistemas electorales y sistemas de partidos ha sido ampliamente debatida en la ciencia política. El efecto del tamaño de las circunscripciones electorales ha ocupado a destacadísimos investigadores como Rae, Lipset, Nohlen o Lijphart. En una estructura bicameral del Congreso tiene lógica contar con dos criterios de representación, una local y otra nacional, pero hay que analizar otros factores. En el debate de reformas electorales hay que partir por  un diagnóstico y plantear una reforma integral.

P: ¿Eso significa que si fuéramos a un sistema bicameral sí tendría sentido, en diputados por ejemplo, ir a un sistema de distritos electorales pequeños y más bien elegir el Senado en distrito único nacional o por macroregiones?

R: Si, en ese caso sí, y un senado chico elegido en distrito único nacional sería ideal a mi juicio.

P: Jorge Morelli sostiene que para favorecer la gobernabilidad y prevenir la dación de leyes populistas, cuando el Ejecutivo observa una ley y el Congreso insiste en ella, debería elevarse el número de votos necesarios para la insistencia, que ahora es solo el 50% más uno de número legal de congresistas, a los 2/3, por ejemplo, como es en muchos países, sobre todo considerando que el Congreso es unicameral. Esto para prevenir la dictadura del Congreso…

R: De manera comparada, en el Perú, uno de los temas que debilita al Presidente de la República en el diseño constitucional es que la observación de la ley aprobada se insiste con mayoría absoluta. En los presidencialismos de la región, la mayoría exigida es de dos tercios.

Siempre hay el riesgo de leyes populistas. Con mayor razón cuando no se precisa saber cuál es el costo de su implementación antes de votar.

En el 2001 se introdujo la doble votación de las iniciativas legislativas, a fin de compensar la rapidez del procedimiento legislativo peruano en un Congreso unicameral, permitiendo una mayor reflexión. Esa doble votación se cumple excepcionalmente.

P: La barrera o valla congresal se elevó solo en 1 punto porcentual para cada miembro de una alianza. ¿Debería subirse a 2.5 puntos tal como estuvo inicialmente planteado?

R: Sí. En el pasado reciente, las alianzas electorales contribuyeron a fragmentar el Congreso. Ello, al lado de la decisión política por la que se consintió que quienes se apartaban de sus grupos parlamentarios formen nuevos, o se integren a otros existentes. Así, el efecto de la barrera electoral fue virtualmente eliminado. Por ello, tan importante como elevar la valla para la asignación de escaños es eliminar los incentivos de fragmentación del Congreso. Quien renuncie a su grupo parlamentario no debería formar uno nuevo.

Estoy de acuerdo en elevar la barrera legal. Con el 1% adicional por cada partido que integre una alianza electoral,  poco se habría avanzado para logar el efecto reductor. Si tomamos los resultados de los procesos electorales del 2006 y 2011, solo la Alianza de Frente Democrático integrada por Acción Popular, Partido Democrático Somos Perú y Todos por el Perú hubiera sufrido el efecto de la valla legal. Las alianzas cuando constituyen coaliciones de gobierno o parlamentarias favorecen a la gobernabilidad. Por el contrario, cuando la motivación es eludir los efectos de la ley, distorsionan los efectos del diseño electoral.

P: ¿Tiene sentido que un partido que no se presente a elecciones pueda conservar su inscripción, como ha ocurrido en el último proceso? 

R: Los partidos políticos existen para participar en elecciones y ganar los cargos sujetos a representación. Así participan en la vida política del país. En ese sentido la reforma de enero que dispone mantener la inscripción de los partidos que no participen de elecciones generales me parece un despropósito.  La inoportuna reforma, pues se publicó en medio del proceso electoral, no señaló plazo ni formalidad. De otro lado, la aludida reforma es inconveniente a los fines de sincerar el número de partidos políticos.

Ver en Lampadia otras publicaciones vinculadas a la reforma del Congreso:

Lampadia




La encrucijada de Las Bambas es también la del Perú

La encrucijada de Las Bambas es también la del Perú

Un proyecto minero desarrollado durante quince años, de enorme impacto económico, que ha desarrollado un gran programa social, que ha cumplido con todas las reglas y que ha generado beneficios tangibles para la población vinculada al mismo, enfrenta, ante su puesta en marcha, una revuelta liderada por organizaciones oportunistas apoyadas por conocidas ONGs anti-mineras como Grufides y Cooperacción y diversos intereses particulares, sin que el Estado y la sociedad ejerzan una influencia determinante en el manejo del conflicto y en la difusión de los balances sociales, económicos y políticos de sus impactos.

Ante el enfrentamiento al proyecto de grupos autonombrados como representantes de las comunidades, en contra de las autoridades recientemente elegidas, favorables al proyecto, el país parece estar pensando que en cualquier momento, una visita del Espíritu Santo, nos ayudará a que las cosas se resuelvan solas.

Sierra Productiva da trabajo productivo y dignidad

La representación del Gobierno Nacional en la zona del conflicto se da por una suerte de pulsos diversos y discontinuos. Sin ningún nivel de coordinación ni unidad de mando. Inclusive se aprecian pugnas y zancadillas entre ellos.

Los medios relativizan a las partes y ponen en el mismo plano a las autoridades nacionales y locales y a la empresa, con los autoproclamados ‘frentes’ de toda suerte de supuestas causas nobles.

Los líderes de opinión, los representantes gremiales y académicos destacan fundamentalmente por su ausencia, aderezada por solo esporádicas presencias, cuando no, por caer en generalizaciones que buscan culpables entre las víctimas.

Cualquier disculpa es buena para las gestas desestabilizadoras de la racionalidad, el diálogo y la rigurosidad de los temas vinculados al desarrollo del proyecto.

Un amigo de esta casa nos preguntó hace unos días “¿por qué defienden tanto a la minería?”. Nuestra respuesta fue: “porque es el talón de Aquiles de la economía peruana”. Pero además, debemos decir que la Misión de Lampadia es: “Promover la Economía de Mercado, la Inversión Privada, la Modernidad, el Estado de Derecho y Meritocrático”.

¿Por qué es el talón de Aquiles de la economía peruana?

  • Porque el Perú es un país pobre y por ahora solo tiene, prácticamente, sus recursos naturales para desarrollarse y generar trabajo para nuestra gente.
  • Porque si sabemos aprovechar nuestros recursos naturales podremos crear riqueza para superar la pobreza como hemos hecho desde la promulgación de la Constitución de 1993, con el regreso de la inversión privada. Entre ella, de manera notoria, la inversión de la minería moderna. Con la qué, entre otros importantes desarrollos, hemos bajado la pobreza a un 22% y la pobreza extrema a 4.3%, disminuyendo, además, la desigualdad.
  • Porque con lo que tenemos podemos superar la pobreza y no hacerlo, sería inmoral.
  • Porque el mundo está cambiando aceleradamente con una revolución tecnológica que será disruptiva del empleo y del impacto de las estrategias tradicionales de industrialización como mecanismo de generación de empleo masivo y dependiente.
  • Porque en el nuevo mundo tecnologizado, la creación de empleo será muy difícil y nosotros tenemos un potencial productivo inmenso alrededor de nuestros recursos naturales que, mientras emprendemos la gesta de las mejoras en educación, salud, infraestructuras e instituciones, puede albergar a todos nuestros ciudadanos con empleo de calidad, continuando con el crecimiento pro-pobre y pro-clase media que hemos alentado hasta el 2011.
  • Porque nuestro Estado necesita muchos recursos económicos para desarrollar sus responsabilidades sociales atemperando la pobreza extrema, mientras logramos que nuestros pobres accedan a la economía de mercado y las vidas dignas que da el trabajo, más allá del imperioso asistencialismo temporal.
  • Porque para los peruanos no se ha terminado ningún espacio de captación de riqueza desde el resto del mundo a través de nuestras exportaciones de materias primas de alto valor agregado, como las mineras. (Un 7% de crecimiento de China equivale en producto a 3.6 veces el PBI anual del Perú). Pero también está el potencial de reforestación de siete millones de hectáreas en la sierra, las agro-exportaciones, la acuicultura, la energía, el turismo, la gastronomía y el desarrollo de los minifundios alto-andinos con programas como el de Sierra Productiva.
  • Porque el desarrollo del sector minero moderno es un excelente vehículo de encadenamiento con los demás sectores de la economía, muy especialmente, con el sector manufacturero.
  • Porque no queremos que nuestros jóvenes tengan que volver a imaginar su futuro del  Perú, como hasta hace pocos años lo hacía el 86% de ellos.

Este no es momento para aguas tibias, celos ni cobardía. Tenemos que empezar a decir las cosas como son y a movilizar nuestras voluntades más allá de los mitos y de nuestra lejanía con la construcción de un país responsable en pro del bienestar general. ¡El Perú está en construcción. Todos debemos poner ladrillos! Lampadia 

Líneas abajo compartimos la entrevista de Gestión a Luis Alberto Rivera, alto ejecutivo de Las Bambas:

“El precio del cobre ha disminuido, pero la demanda por los metales no ha cambiado”

Las Bambas prepara ejecución de programas de competitividad en Cotabambas y Apurímac, y otros de alcance regional.

Entrevista a Luis Alberto Rivera Ruíz, vicepresidente de Operaciones de Las Bambas

Por Wilfredo Huanachín O.

Gestión, 28 de octubre, 2015

 

Los sucesos ocurridos en las zonas que circundan el proyecto de cobre Las Bambas (Apurímac) llevaron a Minera a entrevistar a Luis Rivera, ingeniero geólogo encargado del proyecto, con el fin de conocer cuál será el futuro inmediato de este desarrollo cuprífero operado por la empresa minera Las Bambas, filial en el Perú de la firma MMG Limited.

¿En qué estado se encuentran los procesos y los cronogramas de trabajo del proyecto?

Nos encontramos en la fase de comisionamiento.

¿En qué consiste esta fase de comisionamiento?

Consiste en la prueba de operación de las instalaciones, cuyas especificaciones son establecidas por los fabricantes, y se debe llegar al diseño y capacidad de cada componente. Por ejemplo, cada molino SAG debe moler 70,000 toneladas por día de mineral.

Respecto al traslado de minerales, ¿cómo se efectuará el transporte desde la mina a otro punto?

El concentrado que produciremos se transportará por camión hasta una estación de transferencia en Pillones (Arequipa). Desde allí continuará el transporte por tren hasta el puerto de Matarani. Gracias a Las Bambas se ha construido una importante vía terrestre que está unida a la red nacional de carreteras.

¿Qué asegura que el transporte en camiones no genere contaminación?

Los contenedores a usarse serán ISO containers, sellados por completo para mayor protección. Han sido especialmente diseñados para esta operación.

¿Cómo va la construcción de almacenes y espacios reservados para el concentrado de minerales que se exportará desde Matarani?

El operador portuario Tisur está construyendo una nueva instalación de atraque para el concentrado de Las Bambas y de otras minas, como Cerro Verde y Antapaccay. El nuevo amarradero incluye facilidades de descarga de trenes para Las Bambas, un cobertizo de almacenamiento de concentrado, un nuevo muelle con capacidad para recibir buques graneleros y un cargador de barcos con capacidad de 2,000 toneladas por hora. La inversión total supera los US$ 240 millones.

¿Cómo observan la evolución del precio del cobre y cuál puede ser la proyección para el 2016?

El precio del cobre ha disminuido sustancialmente, pero los fundamentos de la demanda de metales en el mediano y largo plazo no han cambiado. El mundo necesitará más cobre para su desarrollo y crecimiento.

Grupos de interés

En la actividad minera, Rivera consideró necesario identificar grupos de interés y poner en marcha mecanismos de comunicación para construir y consolidar una relación de confianza de largo plazo.

¿Están apoyando a los municipios, asesorándolos en el desarrollo de proyectos de inversión?

Fomentamos espacios para compartir y discutir las mejores prácticas de administración pública. Por ejemplo, en diciembre del 2014 Las Bambas organizó un taller sobre herramientas de gestión pública, en el que participaron 33 autoridades, entre alcaldes, concejales y miembros del equipo técnico municipal de los distritos de la provincia.

¿Cuáles han sido los trabajos o proyectos más relevantes?

Allí se abordaron temas como estructura de la administración pública, planeamiento estratégico, inversión pública y contrataciones. Creemos que este factor es primordial para hacer sostenible el desarrollo de Cotabambas y Apurímac.

Estamos contribuyendo también a desarrollar un plan de competitividad de alcance regional.

¿Cuáles serán los proyectos sociales más importantes de Minera Las Bambas en el 2016?

Continuaremos fortaleciendo todos nuestros proyectos de inversión social, especialmente los más emblemáticos, como el Programa de Recursos Educativos Las Bambas, los programas de capacitación a jóvenes, el programa de proveedores locales y el programa de viveros forestales, entre otros.

¿Le conviene a la empresa el modelo de inversión obras por impuestos?

Definitivamente, es un mecanismo interesante. Sin embargo, no aplica en esta etapa del proyecto.

Inversión social

¿Cuánto tiempo ha tomado el proceso para obtener la licencia social por el proyecto Las Bambas?

Iniciamos nuestras actividades de exploración hace más de una década. Desde entonces, hemos tenido la oportunidad de trabajar de manera directa con las comunidades del entorno, para lo cual fue fundamental escuchar y entender sus reales necesidades y expectativas. El diálogo permanente y el cumplimiento de nuestros compromisos han sido la base de nuestra buena relación con las comunidades vecinas al proyecto.

¿Cuál ha sido la etapa más complicada para concretar este proceso?

Uno de los procesos más rigurosos, sin lugar a dudas, fue el proceso de participación ciudadana del estudio de impacto ambiental, que incluyó un amplio programa de monitoreos participativos, 20 talleres informativos, atención permanente en nuestras oficinas informativas, entre otras herramientas de socialización del proyecto y sus beneficios para las comunidades.

En una audiencia pública en la que participaron más de 6,000 personas obtuvimos el consenso social para poner en marcha el proyecto Las Bambas.

¿Cuánto representa la inversión en actividades o trabajos de relaciones comunitarias o de apoyo a las comunidades respecto al costo o valor total del proyecto?

La inversión social no está relacionada al costo o valor del proyecto. Es un mecanismo de contribución al desarrollo en función de distintas variables. Entre ellas, las reales necesidades del área de influencia, teniendo como marco nuestras políticas y principios como empresa.

¿Este concepto tiende a variar en la medida en que se va incrementando la producción del proyecto?

Entre los años 2005 y 2015 hemos implementado un intenso programa de desarrollo social, aún antes de iniciarse la producción, que contribuye a la generación de recursos propios e incentiva el progreso de las comunidades. La inversión directa en proyectos de desarrollo sostenible durante este periodo supera los US$ 240 millones. Hemos contribuido a mejorar la infraestructura y servicios, así como la promoción de nuevos negocios. En medio ambiente, por ejemplo, hemos reforestado 220 hectáreas y hemos plantado 280,000 árboles.

¿Incluye capacitación?

No, capacitación es aparte. Hemos impartido conocimientos sobre computación, carpintería, soldadura, electricidad, mantenimiento y manejo de vehículos a, aproximadamente, 2,000 residentes locales.

¿Qué trabajos vienen desarrollando respecto al Fondo Social de Las Bambas?

En el Fondo Social Las Bambas (Fosbam) se ha invertido más de US$ 60 millones en obras de saneamiento, educación, transporte, infraestructura y mejoras agrícolas, en las provincias de Grau y Cotabambas (departamento de Apurímac).

Más de 2,500 proveedores vendieron bienes y servicios superiores a los US$ 200 millones

Balance. Según el reporte de sostenibilidad de MMG, en Las Bambas se invirtieron durante el 2014 unos US$ 1,635 millones correspondientes a proyectos de construcción y desarrollo.

También están registrados unos 2,554 proveedores, que concretaron un total de ventas por US$ 214 millones, entre bienes y servicios.

Por otro lado, la planilla total de ese año fue de 836 trabajadores, procedentes principalmente de Apurímac, Cusco, Arequipa y Lima.

El proyecto Las Bambas cuenta con reservas minerales de 6.9 millones de toneladas de cobre y recursos minerales de 10.5 millones de toneladas de cobre. Se espera que produzca más de 2 millones de toneladas de cobre en concentrado en sus primeros cinco años. Se estima que la vida de Las Bambas será mayor a 20 años, dado que su potencial de exploración es considerable, y que solo el 10% de la propiedad otorgada en concesión se ha explorado hasta el momento. MMG Limited tiene su sede en Melbourne, Australia, y cotiza en la bolsa de Hong Kong.

 

Luis Alberto Rivera Ruíz, vicepresidente de Operaciones de Las Bambas

 




Debate sobre Tía María – 12/05/2015

Debate entre Nicolás Lynch de ‘Otra Mirada’ y Pablo Bustamante Director de ‘Lampadia’ sobre el impacto de las protestas de Tía María en el futuro del Perú.

Debate: