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Narrativa mentirosa de Lula

Por: Augusto Álvarez Rodrich
La República, 1 de Junio del 2023

Contra los derechos humanos, la democracia y la honestidad.

El ‘retiro’ presidencial convocado por Lula por la integración regional fue un fracaso por el afán del anfitrión de anteponer su propio interés geopolítico al principio vital de la democracia.

“El retiro crea una oportunidad histórica donde la altura la pondrá la grandeza de la que hagan muestra los participantes”, escribió el sábado Pepe Mujica a Lula, y eso fue lo que este defraudó al querer lavarle la cara a la dictadura criminal y corrupta de Venezuela, con una declaración vergonzosa:

“Me estuve peleando con los compañeros socialdemócratas europeos y gente de Estados Unidos, porque para mí era absurdo que quienes defienden la democracia te nieguen a ti como presidente de Venezuela, habiendo sido elegido por el pueblo venezolano. Hay un prejuicio muy grande, porque no les caes bien. Ustedes saben muy bien cuál es la narrativa que han construido sobre Venezuela: del autoritarismo”, le dijo Lula a Nicolás Maduro.

Lula miente. En Venezuela, las elecciones son estafa, Maduro maneja una cleptocracia, se persigue a la oposición y violan los derechos humanos, y los venezolanos desperdigados por el mundo mendigando un lugar para vivir evidencian el desastre que el presidente brasileño atribuye a una ‘narrativa’.

Hicieron bien el uruguayo Luis Lacalle y el chileno Gabriel Boric al marcar distancia de ese exabrupto, a diferencia del argentino Alberto Fernández, el boliviano Luis Arce y el colombiano Gustavo Petro, quien es un ejemplo grotesco del doble estándar. Critica al gobierno peruano, sin fundamento, de ser una dictadura, como volvió a hacerlo en Brasilia, pero se pachamanquea con el autócrata venezolano por considerarlo de ‘izquierda’.

Lula, que en sus presidencias previas fue entusiasta promotor de la exportación de la corrupción de las constructoras brasileñas en la región, cree que América Latina es ‘su’ patio trasero para proyectarse como mediador de la paz entre Rusia y Ucrania, pero actuando de conserje de Xi Jinping y Putin.

Pero es inaceptable querer construir un liderazgo regional con la defensa de una dictadura corrupta como la de Venezuela, en complicidad con Petro y el mexicano Manuel López, lo que explica el respaldo de ambos a otro ladrón y golpista como Pedro Castillo.




El sueño perverso

Rafael Venegas
Para Lampadia

Miniserie de cuatro temporadas para Netflix sobre los sucesos de los últimos años en el Perú.

Primera Temporada: “Los años de Bonanza”

Se muestran los grandes logros conseguidos en los veinte años de crecimiento ininterrumpido, incluyendo un episodio dedicado al impresionante fenómeno de la economía emprendedora y otro sobre la dramática reducción de la pobreza.

Una etapa muy positiva, pero que tenía un gran riesgo: la posibilidad de dormirnos en nuestros laureles y dejar la marcha política del país en manos de los más incapaces e inmorales, como en efecto sucedió.

Segunda Temporada: “Se inicia el retroceso”

En ella se relata como la izquierda volvió a ganar protagonismo a través de los intolerantes y soberbios caviares, la mentirosa propaganda política y el venenoso periodismo parcializado.

Se incluyen episodios sobre el destape de la corrupción a gran escala, principalmente en justicia y obras públicas. También sobre la delincuencial corruptela alrededor de la pandemia, así como sobre la crisis política que devino en cuatro presidentes y tres congresos en menos de cuatro años.

Tercera Temporada: “Dormidos en nuestros laureles”

EPISODIO 1: “La irregular toma del poder”.

Aquí se muestra como los malos peruanos enemigos de la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, se aprovecharon de la vulnerabilidad, desinformación y “cojudignidad” de muchos peruanos y apoyándose en un delincuencial sistema electoral, así como en un sucio financiamiento, tomaron el poder en Julio de 2021.

Al final de este episodio, se evidencia que los peruanos que si creemos en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, nos quedamos vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 2: “El descarado saqueo”.

Este capítulo muestra como los nuevos gobernantes, dirigidos por el incapaz de las orejas y uñas largas, se aprovecharon del poder y dieron rienda suelta a la corrupción, tráfico de influencias, copamiento del sector público, luz verde al narcotráfico y la minería ilegal, así como la legalización de sendero luminoso, entre otras barbaridades que apuntan directamente a un narco estado.

Igual que en el primer episodio, queda bastante claro que la gran mayoría de los peruanos que si creen en la libertad, la democracia, la propiedad privada y la economía de mercado, continuaron vergonzosamente dormidos.

EPISODIO 3: “El milagroso harakiri”.

El tercer episodio muestra el video real de cómo, ante la sorpresa de tirios y troyanos, se produjo un milagro: el corrupto reyezuelo inexplicablemente se hizo el harakiri.

Esta acción dio paso constitucional a un nuevo gobierno improvisado, ambiguo, sin liderazgo y con perfume a caviar, que no ofrece ninguna garantía.

El milagro nos libró temporalmente de muchos de los pecados que se venían cometiendo en la orgía de poder de la primera fase, así como de la vertiginosa velocidad con que nos dirigíamos al abismo rojo.

Sin embargo, se muestra como las instituciones públicas han quedado peligrosamente copadas por incapaces y corruptos, así como también la manera en que el mercantilismo ha hecho perder totalmente la vergüenza y la moral al Congreso.

A pesar de esta fragilidad del sistema, el episodio se cierra dejando una clara sensación de riesgo debido a que la mayoría sigue durmiendo el sueño perverso, creyendo ingenuamente que la pesadilla ya terminó.

Craso error que sirve para crear la expectativa de la siguiente temporada de la serie, al más puro estilo de Netflix.

LA CUARTA TEMPORADA RECIÉN SE DEFINIRÁ Y PRODUCIRÁ EN LOS PRÓXIMOS MESES Y SU CONTENIDO DEPENDERÁ DE QUIEN ESCRIBA EL GUION.

La gran pregunta es: ¿Nos despertaremos y lo escribiremos nosotros o seguiremos dormidos y le cederemos nuevamente la iniciativa a los rojos y sus tontos útiles?

EL PERÚ NO ES COMUNISTA, como lo evidencian los millones de pequeños capitalistas que conforman la sólida base de nuestra economía.

Eso significa que el problema no es de ideología, sino de falta de participación y de información veraz.

Escribamos juntos el guion de la cuarta temporada con patriotismo y valentía. Participemos, cada uno desde nuestras trincheras, en la marcha política del país y sobre todo, informemos y eduquemos con la verdad a la población, utilizando todos los medios que nos sean posibles.

La alarma está sonando: ¡TENEMOS QUE DESPERTAR YA! Lampadia




El Estado, el fallido emprendedor

«Queda en evidencia el principal problema de las empresas estatales, éstas no tienen los incentivos para ser eficientes»

Fernando Claro
DF Más – Chile
28 de mayo de 2023

Cada vez que me toca escribir para esta sección del DFMás, soy acechado por Mariana Mazzucato y su espectro. Parece que algo hay de verdad en eso de que los astros se alinean, esta ya es la tercera vez consecutiva. La segunda fue en marzo, cuando se destapó el contrato que ella y su equipo tenían con el gobierno de Petro en Colombia: cobraban un millón de dólares para asesorarlos en materias de «política industrial misión-orientada, alineando sus objetivos de crecimiento económico junto a otros dos, sostenibilidad e inclusión».

Mazzucato justo andaba en gira por el mundo hablando de su nuevo libro donde despotrica contra los consultores tipo McKenzie y BCG por asesorar a diferentes Estados —especialmente el británico— en materias en las cuales no tendrían experiencia. Ella, sin embargo, cobraba un millón de dólares porque, me imagino, ella es la que sabe, especialmente sobre Colombia. Quizás sabe también sobre litio, ya veremos.

La primera vez fue a fines del octubre del año pasado, cuando la también directora de ENEL y académica nos visitó generando varias polémicas. En esos días critiqué los fundamentos teóricos y empíricos de sus propuestas, ya que no pasan ninguna prueba de calidad científica. Miles de comentaristas y burócratas académicos se espantaron en las redes sociales, llegando a decir que mis dichos eran simples mentiras. Destacaban su cantidad libros y artículos, y su impacto —con el «índice H». La decadencia de la ciencia. No sabían que ese índice no dice nada acerca de la verdad de una teoría —teorías demostradamente equivocadas como la teoría económica marxista tienen gran impacto—. Es más, ese índice puede crecer justamente, por lo contrario, pero, no importa, y menos entre burócratas académicos y twitteros que descubrieron recién la industria de los papers.

Bueno, el impacto y buen recibimiento de los fraudes teóricos y empíricos de Mazzucato es lo que ha legitimado el resurgimiento de la idea de que el Estado es bueno emprendiendo y es lo que nos tiene, ahora, por tercera vez, hablando sobre ella.

Esta semana, por enésima vez, quedó demostrada la pésima idea del Estado emprendedor.

A pesar de las advertencias, el gobierno intentó ingresar al negocio de la distribución minorista de gas licuado generando obvias pérdidas por cada entrega de balón de gas. El objetivo, decían ellos, era ayudar a los más pobres. Sin embargo, no escucharon lo que todos le dijeron al respecto: si de verdad querían ayudar a los más pobres lo más eficiente era comprar a las empresas que producían, ya sea subsidiando a las mismas personas directamente o «agregando demanda». Se hizo un carísimo plan piloto que no era un plan piloto, ya que estos se hacen sobre políticas que pueden resultar con alguna probabilidad, para hacer los ajustes finos, pero acá nada decía que resultaría. Fueron advertidos.

Acá queda en evidencia el principal problema de las empresas estatales:

Éstas no tienen los incentivos para ser eficientes y con una probabilidad muy alta se mal administran con fines políticos: en este caso se utilizó el lanzamiento de este plan simplemente para hacer un show electoral en medio de la campaña del Apruebo, con Giorgio Jackson de ministro —olvidando su deber como ministro y no como gerente de empresa pública— realizando grandes y coloridas puestas en escena. Esa fue la razón, ya que en su programa de gobierno no hay ni una sola palabra sobre esta industria. ¿Y qué ha dijo el gobierno corporativo de ENAP sobre todo esto? Esperemos que esos balones de gas y gorros rosados de Giorgio queden como símbolos del fiasco del Estado Emprendedor. Lampadia




Un gobierno enano que se cree gigante

La distancia entre lo que el Gobierno de Boric ha podido hacer y el discurso de superioridad moral y técnica que tenía su generación cuando era oposición es abismante.

El Líbero – Chile
Patricio Navia
26 mayo, 2023

Si la evaluación se hiciera sólo por los anuncios de reformas que ha presentado el Gobierno, cualquier observador poco atento podría concluir que éste está siendo uno de los más transformadores de las últimas décadas en Chile. Pero como la evaluación final se hace respecto a los resultados y logros en estos 15 meses de administración del presidente Gabriel Boric, la única conclusión posible es que este está siendo un gobierno de enanos, tanto por su incapacidad para cumplir sus ambiciosas promesas como por su ineptitud para realizar las tareas básicas que implica ser Gobierno.

Ser enano en política es no estar a la altura de lo que se prometió ni de las expectativas mínimas que tiene la población respecto a lo que debe hacer un gobierno. La administración Boric llegó al poder con una agenda fundacional ambiciosa y desmedida.

Si bien es cierto que todos los gobiernos pecan de soberbia al iniciarse sus periodos -recordemos la frase de Sebastián Piñera aludiendo a que lo que la Concertación no había podido hacer en 20 años, su gobierno lo había logrado en 20 días- el Frente Amplio pecó de particular soberbia cuando dictó cátedra sobre lo mal que lo estaba haciendo el segundo gobierno de Piñera y lo fallido que había sido el modelo implementado por gobiernos de izquierda y derecha en Chile desde el retorno de la transición.

Aunque siempre es más difícil cuando hay que gobernar que cuando se puede criticar desde la galería -otra cosa es con guitarra- la distancia entre lo que el Gobierno de Boric ha podido hacer y el discurso de superioridad moral y técnica que tenía su generación cuando era oposición es especialmente abismante.

Uno de los mejores ejemplos fue la rapidez con la que se derrumbó el liderazgo de Izkia Siches, la ministra del Interior nombrada por Boric al asumir su administración. Después de haber usado irresponsablemente su tribuna como presidenta del Colegio Médico para criticar la respuesta del Gobierno a la pandemia del Covid-19, Siches tardó menos de una semana para hacer estrellar en el piso su reputación como ministra. La patética escena de su comitiva mostrando una bandera mapuche por la ventana de un auto cuando era repelida a tiros en La Araucanía en su primera visita a la región dejó en claro que este Gobierno no tenía dedos para el piano.

En los 15 meses de Gobierno que han transcurrido, la ineptitud oficialista, la falta de preparación, la superficialidad de sus lecturas sobre el país, la arrogancia de sus declaraciones y el exceso de errores no forzados han confirmado, una y otra vez, que no está a la altura del desafío y que no tiene capacidad para cumplir sus promesas.

Pero la fuerza de la realidad no ha sido suficiente para que el Ejecutivo retroceda en su ambición o para que corrija rumbo. En vez de recular y tratar de evitar seguir cometiendo errores, el Gobierno ha doblado la apuesta.

Aunque es evidente que el Gobierno, y también el Estado, son incapaces de poder asegurarse de que los estudiantes puedan asistir a las escuelas públicas y adquirir los aprendizajes más básicos, La Moneda se embriaga en el ambicioso sueño de convertir al Estado de Chile en un actor relevante a nivel mundial en la producción de litio. Aunque el Gobierno no es capaz de hacer valer el Estado de Derecho e imponer el orden en La Araucanía, Boric intenta dar lecciones sobre cómo otros gobiernos del mundo debieran defender los valores democráticos. Aunque el país está sobrepasado por una crisis de seguridad en las calles, Boric insiste en que su Gobierno quiere fortalecer la red de protección social. Aunque su Gobierno es incapaz de generar las condiciones para que el país crezca, Boric quiere impulsar la reforma más importante a las pensiones en 40 años.

En una semana, el presidente Boric dará su segundo discurso ante la nación y el Congreso. Aunque muchas personas no se molesten en escuchar lo que tenga que decir el egresado de derecho (que nunca fue capaz de terminar sus estudios y titularse), lo más probable es que el discurso termine replicando lo que ha sido la tónica de este Gobierno.

Boric, presidente de un Gobierno que no ha estado a la altura, un Gobierno enano, hablará como si su administración estuviera compitiendo por ser la que llega más alto en transformar al país.

La disociación entre la realidad de ser un Gobierno enano y las aspiraciones de ser un Gobierno de gigantes pudiera parecer hasta tierna si se tratara de un juego de niños. Pero como estamos hablando del Gobierno de la República, la incapacidad de Boric para verse al espejo y entender que el suyo es un Gobierno que no da el ancho debiera preocupar al resto del país. Después de todo, no hay nada más peligroso para una sociedad que sus líderes no sean capaces de entender a cabalidad sus fortalezas y sus debilidades.

Lampadia




Fue cosa de niños… de niños extraordinarios

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 30 de mayo de 2023
Para Lampadia

Ica – mi región – es de contrastes extremos. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) somos la región más próspera del Perú.

Lo acaba de dar a conocer en un informe muy comentado, acerca de la pobreza actual en nuestro país. Efectivamente, tenemos los menores niveles de pobreza. De acuerdo a los indicadores sociales del INEI, apenas el 5% de nuestra población es pobre. Además, somos la única región con pleno empleo.

Incluso, según el Índice de Competitividad Regional (INCORE) del Instituto Peruano de Economía (IPE), Ica lidera el ranking nacional en cuanto a empleo adecuado. O sea, no sólo no tenemos desempleo, sino que los empleos en Ica son los mejores, en cuanto a niveles salariales y condiciones laborales.

Por supuesto que en Ica existen los envidiosos de siempre que se niegan a reconocer dichos logros socioeconómicos. Por supuesto que también tenemos renegados como los anti mineros, y los que se refieren a las empresas agrarias como “agro explotadoras”, y los periodistas chantajistas que se venden para tapar corruptelas… Pero de esa gente no me voy a ocupar en el presente artículo. ¡Para qué gastar pólvora en gallinazos!

 

El tema del presente artículo es la verdadera pobreza de Ica. Esa pobreza que contrasta cruelmente – e injustificadamente – con la riqueza y prosperidad de la región.

Pues bien, según el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades (CNC) del Ministerio de Salud (MINSA), en lo que va del 2023, Ica registra el mayor número de muertes por Dengue a nivel nacional. ¡Una desgracia… propia de una región de pobreza extrema!

Ojo… en el 2018, prácticamente habíamos erradicado el Dengue en Ica. De 4,384 casos registrados en el 2017, bajamos a 127 casos en el 2018, y a 51 en el 2019, casi todos migrantes de otras regiones. Durante el 2018 y 2019 no tuvimos ninguna muerte por Dengue.

¿Qué pasó? ¿Cómo así pudimos erradicar una epidemia tan agresiva? Bueno pues, los 250 mil escolares del Ica lograron la hazaña. Lo que no se pudo lograr desde el Sector Salud, se logró con la extraordinaria participación del Sector Educación.

Una nota previa. Las consabidas fumigaciones casa por casa no funcionan. Pues resulta que no todas las casas se pueden fumigar. En primer lugar, porque la fumigación implica evacuar las viviendas por un lapso de 2 horas o más. El insecticida que se utiliza es altamente tóxico para los humanos. Hay viviendas donde puede haber recién nacidos, ancianos o personas discapacitadas que no pueden salir a la intemperie para dar paso a los fumigadores. Sobre todo, porque las fumigaciones suelen hacerse en horas de la madrugada. Consecuentemente, había que ir por otra vía… la de los escolares.

En aquel 2018, los escolares de Ica – niños y adolescentes de entre 4 y 17 años – fueron entrenados y motivados para ir a sus casas, y a las casas de sus vecinos, y tapar y raspar todos los recipientes de agua donde los zancudos trasmisores del Dengue pudieran poner sus huevos y reproducirse. Incluso, debían recoger todas las tapas de botellas y envases que estuvieran boca arriba, todas las llantas y bandejas viejas donde se pudiera acumular agua de lluvias, etc.

En el caso de los floreros, debían cambiar el agua por arena húmeda. Y así – ahí sí – casa por casa, tienda por tienda, empresa por empresa, mercado por mercado, parque por parque, y cementerio por cementerio – gracias al heroico trabajo de 250 mil soldaditos escolares extraordinarios – no quedó un solo recipiente con agua destapado en todo Ica. Chau zancudos… chau Dengue. ¡Lo logramos! ¡Extraordinario!

¡Qué linda experiencia la que vivimos aquel extraordinario 2018 en Ica!

Para la campaña, los niños hicieron poesía, música, danza, teatro, cuentos, marchas, disfraces, slogans… todo alusivo a la lucha contra el Dengue. ¡Una fiesta! ¡Y eliminaron el Dengue! Ica le debe mucho a esos niños y adolescentes extraordinarios. ¡Héroes de verdad!

El problema es que todo lo logrado se vino abajo con la llegada de Javier Gallegos al Gobierno Regional, en enero de 2019.

En vez de insistir y persistir en la lucha contra el Dengue con el apoyo de los escolares, Gallegos destituyó a todos los directores de la gestión regional anterior, y se puso a vender los puestos directivos – al mejor postor – en todas las dependencias del gobierno regional, incluidas las de salud y educación.

Hoy – repito – gracias a la inoperancia de un ex gobernador regional corrupto e indolente, Ica está infestada nuevamente de Dengue. Al extremo que ostenta el mayor número de muertes por dicha enfermedad a nivel nacional. ¡Oh corrupción… cuánta crueldad, cuánto sufrimiento, cuánta muerte has traído a Ica!

El contraste extremo que existe entre la riqueza y pobreza de Ica es el mismo que existe entre la integridad y esfuerzo de nuestra población civil, y la corrupción y bajeza moral de nuestros funcionarios públicos… salvo muy contadas y honrosísimas excepciones.

¿Cómo así, una región que se precia de ser la más próspera en materia económica y laboral, puede llegar a ser la peor en materia de salud pública y corrupción estatal? ¡Ese es el contraste extremo de Ica!

Sin embargo, nada podrá borrar la heroica gesta de los escolares iqueños en la lucha contra el Dengue en aquel entonces. Efectivamente, el Dengue en Ica fue cosa de niños… de niños extraordinarios. Lampadia




El vuelo de Chancay

Por: César Campos Rodríguez
Expreso, 28 de Mayo del 2023

Como todo incidente que afecta la vida cotidiana de cualquier persona, el hundimiento del terreno donde se ubica el centro poblado de Peralvillo, Huaral (a 80 km norte de Lima), el cual provocó daños de consideración a 18 viviendas, conmueve y genera pedidos de explicaciones.

En principio, la responsabilidad ha sido atribuida a la empresa de mayoritario capital chino Qosqo Chipping Port, quien tiene a su cargo la construcción del megapuerto de Chancay y desarrolla trabajos de excavación en la zona. De inmediato, esa compañía tomó a su cargo la atención de las familias afectadas y las reubicó en edificios aledaños con una infraestructura ciertamente superior a la de las casas que habitaban, dotándolas también de los recursos necesarios para su subsistencia.

Sin embargo, valga decir que el origen de lo ocurrido no tiene aún confirmación. Voceros de QChP señalan que han solicitado un informe a peritos del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros. Buscan determinar con certeza si la ejecución de obras eludió cumplir los protocolos previstos o si la peculiar geología del área acarreó tan funesta consecuencia. Una solicitud válida en un país donde la gran mayoría de centros poblados y asentamientos humanos nacen de espaldas al más elemental de los estudios de suelo y bajo el amparo de nuestra arraigada informalidad.

El punto resulta esencial porque -era de esperarse- voces contrarias a la construcción del megapuerto se alzan estentóreas pretendiendo el eco suficiente para detenerla. Muy difícil lograrlo cuando el avance ya tiene indicadores significativos y su inauguración está prevista para el segundo semestre del próximo año.

Dichas voces tienen signos de interés de diversa índole. El que más resalta sin duda alguna se gesta en Chile, país cuya clase política y empresarial mira con preocupación nuestro lento, desordenado pero efectivo desarrollo en rubros donde solía ganarnos por varios cuerpos. La minería y en particular la producción cuprífera, es un ejemplo. El otro son precisamente los puertos.

Personalidades relevantes de nuestro vecino sureño hace tiempo vienen anticipando cómo afectará Chancay el flujo comercial de su nación y en especial los costos del transporte marítimo. El senador de Antofagasta Sebastián Velásquez, el presidente de la Liga Marítima de Chile Miguel Ángel Vergara, el gerente general del puerto Mapocho de San Antonio y otros, se han pronunciado con legítima angustia sobre el impacto que recae nuestra unidad portuaria en su esquema de desarrollo.

Mucho ojo peruano a ello. Chancay vuela y foráneos quieren cortarle las alas.




“El atacante del pueblo”

Por: Yesenia Álvarez
Perú21, 27 de Mayo del 2023

“Un defensor del Pueblo puede ser un creyente, pero debe respetar todos los proyectos de vida y creencias”.

Esta incongruencia de poner en las instituciones de derechos humanos a los que no los respetan no es exclusiva del Perú, pues asistimos por muchos años al espectáculo antidemocrático de ver a la comunidad internacional otorgarle a Cuba un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, cuyo último periodo está vigente desde 2021. Desde que esta instancia fue creada en 2006, Cuba lleva cinco mandatos. Sí, la dictadura que viola sistemáticamente los derechos humanos de sus ciudadanos hace más de seis décadas tiene un espacio en el rol de velar por los derechos fundamentales ante gobiernos abusivos de la región y del mundo.

Y en esta misma línea de incoherencia va lo que hizo la semana pasada el Congreso peruano al elegir a Josué Gutiérrez para defensor del Pueblo. Es lógico que si el Congreso designa a quien ocupa este cargo lo haga influenciado por las fuerzas políticas, pero eso no significa que elijan cualquier cosa, ni en cinco segundos, ni de forma fugaz, ni por “motivos romanticones,” como expresó vergonzosamente el congresista Edwin Martínez de Acción Popular, sin ningún escrúpulo por la gravedad de sus palabras.

Que el Parlamento haya elegido a Gutiérrez es un problema grande en varios aspectos. El primero es la falta de capacidad e idoneidad porque no tiene ninguna especialización ni experiencia en derechos humanos. El segundo aspecto grave está relacionado con su talante autoritario y su incongruencia con la defensa misma de los derechos fundamentales, así ha evitado condenar las dictaduras de Cuba y Venezuela y ha señalado como deformidades a las orientaciones sexuales de las personas LGBTIQ+, y en la misma alocución ha pedido desideologizar, pero citó a Jesús y al evangelio. Un defensor del Pueblo puede ser un creyente, pero debe respetar todos los proyectos de vida y creencias, y es evidente que quien está ideologizado es él al contribuir a construir como un enemigo político a las personas LGBTIQ+ hasta tal punto de equipararlas con violadores, criminales y sicarios.

Un tercer aspecto perjudicial para el país es que el nuevo defensor responde a una propuesta política también de talante autoritario liderada por Vladimir Cerrón. ¡¿Qué ha hecho este Congreso?! ¿Cómo se les ocurre entregarle la Defensoría a quien abiertamente ha dicho que tiene un plan para “llegar, sostenerse y sucederse” en el poder? A una corriente que no cree en la democracia, ni en el Estado de derecho, y que opera bajo la estrategia de que la captura del poder se da donde habita la Constitución real, dentro del Estado y sus instituciones en el día a día. Los que votaron por Gutiérrez y se la pasaron diciendo que enfrentarían al comunismo, rápido se olvidaron de la amenaza que representa Perú Libre para el Estado de derecho. A esos grupos no se les da más poder.

La Defensoría es una institución que vela por los derechos de los ciudadanos y supervisa el cumplimiento de los deberes de la administración estatal ¿Cómo es posible que esa función se le encargue a alguien que tiene “un respeto muy grande por Cerrón” y que responda a su fuerza política? Claro que ahora que ya ha sido designado dirá que será imparcial y que trabajará para todos, pero sería ingenuo pensar que la influencia de Cerrón llega hasta su designación y que no buscará copar la institución y erosionar el Estado de derecho desde allí, si esa es la esencia de su modelo autoritario plasmado en el plan-ideario de Perú Libre.

La derecha que estaba preocupada porque la izquierda no cambie la Constitución debería preocuparse que un antiderechos tome la Defensoría porque eso no solo es cambiar la Constitución, sino que además significa desnaturalizarla. Estemos alertas porque como dijo un amigo extranjero más que elegir al defensor del Pueblo parece que los congresistas peruanos han elegido a su atacante.




“Castillo dio un golpe y fracasó; la interpretación torcida la hacen ellos”

“El presidente de México está desconociendo un tratado internacional”

Entrevista a José Antonio García Belaunde
El Comercio, 23 de Mayo del 2023
Por: Sebastian Ortiz Martínez

El exministro de Relaciones Exteriores afirmó que el problema con México y Colombia “es por ideología pura”, y que esa tensión “no se puede superar fácilmente”. Dijo que salida de Boluarte al extranjero puede ayudar a contrarrestar narrativa de operadores de vacado expresidente Castillo.

El ex canciller José Antonio García Belaunde consideró que el presidente de México, Manuel López Obrador, “está desconociendo un tratado internacional” al no ceder la conducción de la Alianza del Pacífico al Perú. Agregó que este grupo “no va a disolverse, pero puede estancarse”.

— El presidente de México, Manuel López Obrador, insiste en su negativa de ceder la Presidencia Pro Témpore de la Alianza del Pacífico al Perú. ¿Qué tipo de mecanismos puede activar el gobierno de Dina Boluarte ante esta situación?

No hay ninguna medida, porque este es un hecho insólito, porque lo que establece el tratado [de la Alianza del Pacífico] es que la presidencia es rotativa, y el tratado no establece que para que la presidencia pueda ser ejercida tenga que ser entregada de uno a otro, es rotativa y, por consiguiente, no se pone nadie en el caso que haya un socio que quiera desconocer un artículo de un tratado internacional. [López Obrador] está desconociendo un tratado internacional. No creo que se pueda hacer mucho, porque se podría denunciar ante una corte [internacional], pero cómo van las cosas eso puede demorar más de lo que dure la presidencia del Perú.

— ¿Ante qué tipo de corte?

Eventualmente se podría pedir no sé si una opinión o una medida cautelar ante la corte, pero hacer eso en estos momentos es entrar en un procedimiento judicial que, finalmente, no sé si conduzca a algo, porque si México ha decidido violar el tratado, también puede decidir no cumplir ninguna decisión que emane de una corte. A López Obrador no le importa los tratados con sus vecinos de Sudamérica, pero él no viola sus tratados con Estados Unidos, el único viaje que ha realizado AMLO ha sido para visitar a Trump, pero no ha visitado ningún país de Sudamérica. Él no se atrevería a hacer a Estados Unidos lo mismo [que está haciendo con el Perú].

— López Obrador ha planteado entregar la Presidencia Pro Témpore de la Alianza del Pacífico a Chile o Colombia y que ellos decidan si se la trasladan al Perú. ¿Esta medida es viable?

Sí, sí es viable […] Lo más viable es olvidarse del traslado de la Presidencia Pro Témpore, simplemente término una presidencia y asume otra, no tiene por qué haber ninguna ceremonia de entrega, eso es un formalismo del cual se puede prescindir absolutamente. No veo por qué hay que trasladarlo, simplemente terminó y el Perú como presidente convoca a las reuniones que haya que convocar. Eso es más fácil que hacer todo este tinglado, es barroquismo puro. Entonces, “yo no le entrego la presidencia al Perú, porque no me gusta, se le doy al otro para que el otro se la entregue”, oiga está establecido que es rotativa, no tiene por qué ser entregada.

— Las razones de López Obrador son las mismas: desconoce al gobierno de Boluarte, a quien califica como “usurpadora”. ¿Puede presentar un recurso de queja ante la OEA por las constantes injerencias?

Sí, pero no creo que sirva de mucho, ¿no?

— El Perú ha retirado a su embajador en México, expulsó al representante de AMLO en Lima y ha rechazado las expresiones del presidente mexicano. ¿Hay otras acciones que pueda realizar?

Puede bajar las relaciones a nivel consular para efectos de proteger la colonia peruana que pueda haber allá, pero sí se puede hacer eso.

— ¿La Alianza del Pacífico pasa por un momento delicado ante la postura de López Obrador y Gustavo Petro, de Colombia, respecto al mandato de Boluarte?

Bueno, yo creo que eso es una excusa, porque si realmente les interesa mucho hacer una integración, no estarían creando estos problemas, ya he dicho que no se tiene por qué entregar la presidencia [de la Alianza del Pacífico], tampoco hay una cláusula que determine que los países [miembros] deben reconocer o no a un nuevo gobierno, simplemente con atenerse a lo que dice el tratado, de que la presidencia es rotativa se podría seguir trabajando en la alianza. Yo lo que temo es que no tienen ningún interés en seguir haciendo integración.

— ¿Esta alianza corre el riesgo de quedar desintegrada por diferencias ideológicas?

No, no, corre el riesgo de no avanzar en su gran proyección. Yo creo que lo ha adquirido la alianza es importante, es un patrimonio que ya tiene y eso no se va a diluir, lo que es posible es que no siga avanzando. Un proceso de integración es uno con nuevas metas y probablemente no las tengamos por el momento, pero eso no significa que va a desaparecer. Además, en la Alianza del Pacífico hay otros elementos importantes a tomar en cuenta como son los sectores económicos e, incluso, académicos, ellos tienen su propia dinámica. La Alianza del Pacífico no va a disolverse, pero puede estancarse.

— ¿Y quién o quiénes son los responsables?

De los que no quieren que avance, en principio sí [de López Obrador y Petro]. Lo que no entiendo del presidente Petro es cómo con un vecino, como el Perú, con el que tiene una gran cantidad de temas en común que trabajar puede estar haciendo de líder de una ONG izquierdista, no lo entiendo.

— López Obrador insiste en considerar la vacancia de Pedro Castillo como un golpe de Estado del Congreso. Esto a pesar de que instituciones como la ONU, OEA y la CIDH condenaron la ruptura del orden constitucional en el Perú. ¿Cómo calificaría la actitud del presidente mexicano?

El interés fundamental de López Obrador es su relación con Estados Unidos, la región [Sudamérica] le importa muy poco, y tiene razón, el 80% de su comercio está con Estados Unidos, y el 80% de las inversiones que recibe México son de Estados Unidos, y tiene un problema migratorio muy grande, él ha ayudado mucho a las exigencias de Trump para detener el flujo migratorio no solo de mexicanos sino de centroamericanos. Yo diría que López hoy día su interés mayor es Estados Unidos y su influencia en la región solo es para gobiernos con afinidades ideológicas, pero México no tiene una presencia importante [en Sudamérica], no se puede comparar con la presencia de Brasil, incluso creo que Argentina puede tener más peso. Las cosas hay ponerlas en su verdadera dimensión. ¿Qué es lo que tiene México en juego en América del Sur en concreto? ¿Cuánto de inversión hay, cuánto de comercio hace? ¿Qué compromisos tiene en materia política? Todo eso se debe tomar en cuenta si el peso que tiene por ser economía muy grande se traduce en tener una presencia muy atractiva en la región, yo creo que no.

— El Perú y Colombia han tenido una relación cordial, son pocos los impasses entre ambos países. ¿Se ha roto la confianza con Bogotá?

Me temo que sí, me temo que esa relación que ha sido bastante fluida y que incluso durante algunos años, yo diría hasta los 2000 estuvimos un poco de espaldas, pero en este siglo nos hemos acercado mucho y nos hemos mirado mucho a la cara y hemos trabajado muchas cosas en conjunto. Es una pena que eso se vaya a perder.

— ¿Y cuál es su opinión sobre el rol que ha jugado Petro en esta crisis?

Bueno, no lo entiendo, no entiendo cómo un jefe de Estado de un país vecino puede poner en juego un conjunto de intereses que tienen que ver con el bienestar y desarrollo de los pueblos [del Perú y Colombia] por convertirse en un líder de ONG.

— El primer ministro, Alberto Otárola, ha referido que Castillo, López Obrador y Petro son “caimanes del mismo pozo”. ¿Este tipo de expresiones contribuyen a darle una salida a este conflicto?

Sospecho yo que el primer ministro habrá estado con justa razón indignado por esta descalificación [de parte de AMLO y Petro], porque finalmente la señora presidenta ha sido elegida de acuerdo a las normas constitucionales del país. El señor Castillo dio un golpe de Estado y fracasó, por consiguiente, fue destituido y hay evidencia de eso, no es nuestra interpretación, la interpretación torcida la hacen ellos. Entonces, comprendo que haya cierta indignación, pero yo sí creo que alguien está manejando esto, no me parece gratuito que el mismo día aparezcan con un discurso muy parecido Petro, López Obrador y [Evo] Morales, alguien está articulando esto. Hay una mano negra detrás que los coordina.

— El Ejecutivo ha presentado un proyecto de ley para que la presidenta Boluarte pueda salir del país y ejercer sus funciones de manera remota. ¿Usted está de acuerdo con este mecanismo?

Mire, yo no sé cuál es el mecanismo más idóneo, si la presidenta pueda ejercer remotamente o si deja al primer ministro, como se hace en otros países. Tengamos en claro que cuando el presidente de la República viaja en una situación normal, la Presidencia sigue en sus manos, el vicepresidente solo se hace cargo del despacho. Sí creo que es importantísimo que la presidente del Perú pueda salir a actuar internacionalmente, en una época donde se hace tanta diplomacia presidencial sería un error que la presidente no pudiera salir. Está claro que la actual situación [de un presidente sin vicepresidentes] no fue prevista por los constituyentes de 1993. Hay que cubrir esa situación.

Cualquier figura que se discuta no la voy a objetar, lo importante es asegurarse que, en una época de un mundo bastante interconectado, de tanta diplomacia presidencial, el presidente o en este caso la presidenta del Perú pueda asistir a una reunión internacional, donde hay intereses del país en juego.

— Si, eventualmente, Boluarte puede salir del país, ¿la diplomacia presidencial puede resolver el impase con México y Colombia? ¿Puede contrarrestar la narrativa de los operadores de Castillo?

Si, creo que obviamente su presencia puede ayudar a contrarrestar esa narrativa. No sé si sirva para solucionar los temas de confrontación, yo creo que hay demasiada ideología como para que podamos imaginar que eso se va a solucionar por los buenos modales y las buenas actitudes. No hay acá ningún contencioso, aquí hay ideología pura y dura, “yo soy de izquierda, ha salido [del poder] mi amigo de izquierda, yo soy tu enemigo, no me importa por qué salió, yo me hago mi propia narrativa para poder justificar por qué soy tu enemigo”. Pero [el problema con México y Colombia] es por ideología pura, esto no se puede superar fácilmente. La presencia de la presidenta afuera puede ayudar a que circule mejor la narrativa exacta de lo que ocurrió [en el Perú].

— El informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluye que hubo “graves violaciones de derechos humanos” en las protestas contra el gobierno de Dina Boluarte y el Congreso. ¿En el frente internacional, cómo deja este documento al Perú?

Mire, no es la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una institución a la se escuche internacionalmente, probablemente en la región latinoamericana, sí, pero los otros países tienen sus propias fuentes de información. Probablemente, sirva para cierta narrativa en América Latina, pero ni en Estados Unidos ni en Europa el informe de la comisión se conoce ni se divulga.




¡Qué izquierdas!, ¡por Dios!!!

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

El artículo de la historiadora chilena, Patricia Arancibia Clavel, muestra la penosa incapacidad de nuestras izquierdas latinoamericanas para aprender de la historia y sacar los pies del pantano. Siempre prefieren persistir en el estúpido fracaso de sus empeños, sin que les importe el daño que ocasionan a esos pobres que dicen atender.

En el Perú, esta malformación genética de nuestras izquierdas es aún peor que en Chile. Allá por lo menos, tuvieron un tiempo de sensatez cuando la ‘Concertación’ asumió el programa económico del pinochetismo e impulsó a Chile a tocar las puertas del desarrollo integral y dar a sus gentes un salto cualitativo en su calidad de vida.

Los Boric y las Vallejo, más los efluvios del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, pretendieron regresar, no al sacrificio personal de Allende, sino al sacrificio de la prosperidad de los chilenos, en aras de un proyecto político que afirmara su espacio de poder.

Me temo que en el Perú, aún no ha nacido un izquierdista moderno que entienda que solo desde la base del crecimiento económico se puede favorecer a los pobres, integrándolos a una economía de mercado inclusiva, como la que tuvimos con la Constitución de 1993 y nos alcanzó hasta el 2011, momento en el que bajamos la guardia y regalamos la conducción del país a los Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti y Castillo.

Los herederos de Grau y Bolognesi, y los herederos de Basadre, Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco, y Chabuca Granda, tenemos una inmensa deuda con nuestras gentes, tenemos que fajarnos por interpretar nuestra realidad, auscultar nuestro gran potencial de desarrollo y comunicar, comunicar y comunicar la buena nueva de la prosperidad compartida que encierra el muy posible crecimiento de nuestra economía. Tenemos que triplicar nuestro PBI per cápita.

Ver en Lampadia: Es hora de poner – Toda la carne en el asador.

Veamos el artículo de Arancibia. Lampadia

¿Cuál Allende quiere ser Boric?

La historiadora Patricia Arancibia Clavel fue una de las presentadoras del libro “Salvador Allende. La izquierda chilena y la Unidad Popular”, del cientista político Daniel Mansuy. “Me temo que si bien estamos en otro contexto, el Allende que hoy la izquierda en el poder quiere redimir, no es ese del martes 11, el del gesto moral, sino el Allende políticamente fracasado de los mil días”, plantea la historiadora. Acá publicamos su intervención
completa.

Patricia Arancibia
El Líbero – Chile
21 mayo, 2023
Glosado por Lampadia

Estoy gratamente sorprendida y agradecida por la invitación de Daniel. Tengo que confesar con mucho pudor que no había leído ninguno de tus otros libros. Como historiadora interesada desde hace mucho tiempo en la búsqueda y comprensión de aquellos procesos y hechos que han marcado nuestro pasado reciente, es casi como confesar un pecado.

Pero ahora, que me he reivindicado, quiero agradecerte sinceramente la oportunidad que me has dado, ya que leer “Salvador Allende, la izquierda chilena y la Unidad Popular” nos permite no sólo ampliar nuestras perspectivas y puntos de vista, ensanchar nuestros conocimientos y percepciones sobre este período, sino que sobre todo -como estoy segura de que le pasará a quienes lo lean- nos ayudará a ser mucho más conscientes y estar mejor preparados para entender y enfrentar el Chile de hoy.

(…)

Soy poco dada a los halagos y menos aún dentro del mundo académico, donde, en general, se valora mucho más la crítica, las carencias y los vacíos en que incurre un autor a la hora de presentar su ideas y reflexiones. Sin embargo, quiero decir sin ambages ni rodeos que este libro me encantó: ¡qué libro más bueno, más inspirador y fascinante! Creo que instruye y debiera ser lectura obligatoria para nuestra dirigencia política, poco dada a sacar lecciones de la historia y a meditar sobre sus errores.

Felicito a Daniel, en primer lugar, por su gran esfuerzo intelectual porque no sólo ha sintetizado en alrededor de 350 páginas el que a mi juicio fue uno de los períodos más duros y aciagos de nuestra historia contemporánea, sino porque ha penetrado con maestría y profundidad en la contradictoria y enigmática personalidad de Salvador Allende; en la ambigüedad ideológica y desastre operativo de su gobierno y en el nudo gordiano que ha significado para la izquierda, mantener y promover su legado después de su trágica muerte.

(…)

El resultado es muy atrayente: una obra que analiza desmenuza e interpreta el contexto en que se desarrollaron los acontecimientos, a los actores más importantes que participaron en la trama y, a su protagonista principal, cuyo pensamiento, acción y muerte siguen siendo motivo de polémica y un verdadero enigma. A su juicio, la falta de comprensión de su figura ha sido la piedra de tope que -todavía, después de 50 años, nos impide vislumbrar adecuadamente lo ocurrido en 1973.

Destaco también que su rigor intelectual lo lleva a realizar un relato exento de todo maniqueísmo. Si bien es crítico a la hora de acercarse a la figura política de Allende, sus planteamientos son empáticos con el hombre y sus circunstancias. No hay odiosidad ni juicios valóricos ni morales a su conducta, sino deseos de comprender su rol histórico desde una vereda ideológica y política que claramente no es la suya. Quizás aquí, y más allá de las propias y originales concepciones y reflexiones del propio Daniel, le haya influido en algo, la lectura y análisis del excelente libro de Gonzalo Vial, “El fracaso de una ilusión”, quien valora, analiza y explica a Allende en varias dimensiones, sin denostaciones ni cargas que nublen la reflexión. ¡Ojalá la izquierda comience a escribir de sus adversarios políticos sin tantos resquemores y con esta libertad!

En este libro nada es desechable. Cada uno de sus capítulos merece ser leído y reseñado con mucha atención, aunque aquí me detendré en destacar sólo los dos aspectos que me parecieron más novedosos y que permean toda su reflexión.

Primero, la idea que hay dos Allende. No me refiero a la clásica dicotomía entre el Allende demócrata y el Allende revolucionario, el Allende parlamentario vs el impulsor de OLAS, el táctico o el estratega y así sucesivamente… No. Eso es más o menos conocido, las contradicciones son evidentes y la ambigüedad de moverse entre esos dos mundos, una característica de su personalidad política. Lo novedoso, al menos para mí, son los otros dos Allende que Daniel aborda: el Allende del martes 11, vs el Allende de los mil días.

La diferenciación es importante y un gran acierto del autor porque esos dos Allendes que presenta, el que se suicida en La Moneda y el que gobierna por mil días no sólo son distintos, sino que dejan un legado contrapuesto difícil de compatibilizar.

El primero es el Allende hombre que se encuentra con su destino a través de un gesto moral y que es, en definitiva, el que se convirtió en mito;

El segundo es el Allende político quien, al no darle conducción ni continuidad a su gobierno, dejó un proyecto inconcluso. Este último Allende, es el que ha sido más difícil de procesar por parte de la izquierda porque, en definitiva, está marcado por el signo del fracaso.

Para Daniel, “el mejor Allende, por decirlo de alguna manera, fue el de las últimas horas”. Su suicidio -nos dice- no fue improvisado. Sus discursos y conversaciones a partir de octubre de 1972 dan prueba de ello. Inmerso en un laberinto sin salida, se ve en la inevitable necesidad de darle un sentido a su muerte. A juicio del autor, lo que pretendió Allende al inmolarse fue “intentar zanjar un dilema político con un gesto moral”, elevándose por encima de sus adversarios y del “colosal equívoco que él mismo había construido”. Dicho de otro modo, su radical decisión no fue sino su singular manera de asumir su fracaso.

Este planteamiento nos lleva a una segunda idea fuerza del libro, que, a mi entender, es clave para comprender nuestra historia política después del 11 y la persistente resistencia de un sector de la izquierda actual para asumir las lecciones de la historia.

El autor realiza un interesante contrapunto en el modo en que las izquierdas han leído lo que pasó el 11. El bombardeo a La Moneda y la muerte de Allende -los principales símbolos del quiebre de la democracia- ¿fueron consecuencia de un fracaso o de una derrota?

Su punto de arranque para plantearse esta pregunta fue la bestial, dura y dolorosa autocrítica que -poco después del golpe- hicieron de los mil días, dos reconocidos intelectuales de izquierda -Tomás Moulian y Manuel Antonio Garretón. Es admirable, -nos señala el autor- porque fueron ellos, dos Mapus comprometidos con el proceso, los primeros que se atrevieron a poner el dedo en la llaga.

El tema no es baladí porque de esta percepción -si fue derrota o fracaso- se derivan una serie de efectos para el futuro político del país.

A modo de síntesis e intentando con ello interpretar el análisis que hace Daniel en el libro, a un sector de la izquierda le resulta más fácil -y aquí yo agrego políticamente más conveniente- calificar lo sucedido el 11 como una derrota.

Argumentos no faltan: aplastante superioridad militar del adversario, fuerzas desestabilizantes externas al propio proceso, conspiraciones, intervención norteamericana, una oposición fascista, etc., etc. Sin duda, hay un poco de todo ello, pero creo entender que el planteamiento central de Daniel es que enfocar las causas del desastre en situaciones y agentes externos, conlleva un serio problema: las derrotas así entendidas, minimizan los errores propios, convierten a los derrotados en víctimas y, peor aún, exime a sus actores y protagonistas de responsabilidades.

Para Daniel está claro que el gobierno de Allende fracasó. En el capítulo “Los errores de la UP” da cuenta de los factores que incidieron en dicho fracaso, señalando que los principales fueron su relación con las capas medias y el desprecio por la trayectoria del Estado chileno en el siglo XX.

Al final de cuentas, la izquierda en el poder ignoró dos puntos esenciales: la imposibilidad de llevar a cabo un cambio de estructuras política, social y económica en democracia, sin contar con una mayoría, la que la UP nunca tuvo y, segundo, -dicho ahora con mis palabras- la ceguera ideológica que les hizo desconocer la fuerza de los sectores medios y del centro político, tensionando al máximo su relación con la Democracia Cristiana que la representaba. Si a ello agregamos la disputa interna entre las dos vías y la incapacidad de Allende para ejercer su autoridad y liderazgo, estamos frente a la tormenta perfecta.

Sin duda para la izquierda ha sido difícil procesar esta realidad. Detrás del análisis de Daniel está presente la persistente contradicción entre dos realidades que podríamos expresar a través de la pregunta que traspasa todas las páginas de su libro: ¿Cómo conciliar que quien gracias a su trágica muerte se convirtió en la figura sagrada, el símbolo de identidad de la izquierda sea a su vez el protagonista y principal responsable de un proceso fracasado?

La izquierda se ha movido en la ambigüedad y no ha logrado ni sabido encajar las piezas de este puzzle. Con todo, fue su capacidad de autocrítica la que permitió, a juicio del autor, que una parte de ella pudiera repensar un nuevo ciclo político para Chile: la Concertación. Fue un gran esfuerzo ya que permitió -y con éxito- el entendimiento entre una izquierda renovada, consciente del fracaso, y la Democracia Cristiana, firme opositora del proyecto marxista que éstos habían querido imponer.

Sin embargo, Daniel nos hace ver que hay una nueva generación, la del Frente Amplio, que ha tomado como fuente de inspiración a Allende. El discurso de Boric al asumir la presidencia y otros posteriores -nos dice- no deja dudas sobre el manifiesto deseo de ser su continuador, su heredero. El problema está en saber cuál es el Allende que se reivindica.

Como se puede advertir, el libro de Daniel es de una actualidad plena. Su mejor virtud es que más allá que nos entrega elementos de análisis y una inteligente y sagaz interpretación de este período, impele al lector a reflexionar y a sacar sus propias conclusiones.

Me temo que si bien estamos en otro contexto, el Allende que hoy la izquierda en el poder quiere redimir, no es ese del martes 11, el del gesto moral, sino el Allende políticamente fracasado de los mil días.

¿Qué los puede llevar por este camino? ¿la ignorancia y desconocimiento histórico de nuestro pasado o el rasgo utópico que permea sus creencias que los lleva a pensar que es posible terminar con el proyecto inconcluso de hace cincuenta años? Lampadia




El péndulo político de la historia

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Cada vez que concluye un proceso electoral en alguno de los países de nuestro hemisferio, se presenta la oportunidad de observar y analizar lo ocurrido, la manera como evolucionó la voluntad popular y, por supuesto, hay la oportunidad para que, diversos analistas políticos, puedan hacer sesudos comentarios sobre lo que ocurrió y prever las consecuencias.

Por otro lado, como independientemente de las líneas que demarcan nuestras fronteras, en el fondo somos pueblos similares, con sentimientos, aspiraciones, ilusiones y frustraciones parecidos, estas experiencias se presentan como lecciones que aprender, y nos permiten percibir los cambios de tendencia en los elementos indicados.

No hace falta retroceder tanto en la historia, para confirmar el permanente vaivén que nos ha llevado de izquierdas a derechas, a países tan cercanos como Chile y Perú. Igualmente, la forma como las corrientes de pensamiento y vientos de la historia, han conseguido que la alternancia de uno haya seguido a la del otro, aunque con algún desfase en el tiempo.

En los años recientes, los vientos provenientes del Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla, con su socialismo del siglo XXI, trajeron como consecuencia un contagio gradual y peligroso para el mundo Iberoamericano. Estos movimientos trataron de “refundar” nuestros países, empezando por el mal ejemplo de Venezuela, trasplantado a Bolivia, impactando en algún momento a Ecuador, imponiendo doctrinas y pensamientos a Brasil y Argentina, para finalmente haber forzado en Chile la instalación de una “Convención Constitucional”, que se ha tratado de replicar, sin éxito en Perú.

Como todos sabemos, en Chile, uno de los países más exitosos en la conducción de política económica para el crecimiento del país y reducción de la pobreza, miembro pleno de la OCDE y al borde de insertarse en el mundo desarrollado, hubo el estallido de protestas sociales en octubre de 2019, que reclamaban una nueva constitución, tal como reza el libreto establecido por el Foro de Sao Paulo.

En efecto, se eligió en Chile una asamblea constituida por 154 miembros, dominada por los radicales de izquierda, encargada de redactar una nueva constitución. Ese triunfo arrollador de las elecciones, ensoberbeció al grupo predominante, quienes llegaron al extremo de decir que “ellos pondrían la música” y los demás tendrían que bailar a su ritmo. Se volvieron impermeables a las opiniones de la minoría, pretendieron cambiar hasta los símbolos patrios, pretendiendo reescribir la historia a partir del pensamiento de los pueblos originarios, afectando el sentimiento de la mayoría de los chilenos. Felizmente, esa propuesta de “Nueva Constitución” debía ser consultada al pueblo chileno, quien la rechazó con gran mayoría. No obstante, y como consecuencia del rechazo, se aprobó convocar a la elección de una nueva comisión constituyente compuesta por 50 miembros, elección que esta vez ha ganado la derecha y ha dejado fuera a los radicales de izquierda.

Hay algunas lecciones que aprender del ensayo constitucionalista chileno:

  • La ciudadanía, ante la buena marcha de lo económico, se había despreocupado de lo político y por eso, la izquierda ganó tan abrumadoramente la mayoría en la Convención. No olvidar la importancia de lo político.
  • La arrogancia de las mayorías no es buena consejera, por eso en Chile se radicalizó la propuesta constituyente, y esto hizo reaccionar a los más despreocupados. Vencedor actúa con humildad.
  • Como resultado de tamaños cambios a la Constitución, el referéndum lo rechazó. Tener siempre en cuenta el pensamiento de la oposición.
  • La ciudadanía ha ido tomando consciencia del inmenso peligro de despreocuparse de la política y, por eso, ha asistido a votar para salvaguardar el futuro de su país. Nunca bajar la guardia, especialmente los jóvenes.

Es evidente que estas lecciones han calado en los sectores políticos ganadores y, consecuentemente, no dudo que actuarán con mucho tino y humildad, pero con gran firmeza, en la protección de las líneas maestras que la actual constitución les brinda, para asegurar a todos un futuro mejor y sostenible en el tiempo.

En el Perú, la izquierda, alimentada por el éxito inicial de esa facción en Chile, ha tratado por todos los medios de imponer también una Asamblea Constituyente, sin lograrlo. Debemos resaltar el buen manejo de algunos congresistas, quienes han impedido que progrese ese despropósito, pero debemos reforzar conceptos y posiciones.

Estoy seguro, que las lecciones de lo ocurrido en Chile, nos ayudarán a tomar consciencia de la importancia de interesarse y participar en la política. Que todos haremos un esfuerzo integrador, para evitar la atomización de candidaturas, y veremos de impulsar un frente único de aspiraciones republicanas, democráticas y libertarias, de cara a futuras elecciones.

En este punto, no puedo dejar de mencionar, que los “progresistas” están tratando de dibujar con su lenguaje un nuevo “mapa político”, puesto que todo lo que se encuentre a la derecha de ellos, ahora es definido como “Ultra derecha radical” (tratando de arrinconar a los demócratas, republicanos y libertarios). Mientras que, por la otra vertiente, están tratando de eliminar la descripción de Ultra izquierda radical, para ocultar la existencia de grupos terroristas y filo-terroristas de izquierda, quienes ahora hasta se dan por ofendidos.

Tal como podemos apreciar, el inexorable péndulo político de la historia hace su trabajo. Ahora nos toca a todos los peruanos que amamos a nuestra Patria, a quienes queremos verla grande, fuerte y exitosa, hacer nuestro trabajo.

Formemos equipos de trabajo, aportemos nuestros talentos, formemos gente joven y talentosa para el futuro.

Lampadia




Teletransportación presidencial

Por: Maite Vizcarra
El Comercio, 18 de Mayo del 2023

“Ya es posible ‘gobernar’ de manera remota. Aunque debería ser de manera plena con todas sus funcionalidades, y no solo de modo excepcional”.

La propuesta legislativa que aboga por permitirle a la presidenta Dina Boluarte gestionar su despacho de manera remota vía tecnología digital cuando deba viajar fuera del país, teniendo en cuenta que hoy no tiene ningún vicepresidente que asuma su cargo en esa circunstancia, ha generado un debate interesante sobre vacíos en la Constitución vigente y preguntas sobre la viabilidad tecnológica de la iniciativa.

Sobre la viabilidad tecnológica de poder gobernar de manera remota, actualmente en el Perú existen los instrumentos pertinentes para aplicar esa funcionalidad: el uso de las firmas digitales y de otros medios para expresar el consenso o el disenso. O sea, técnicamente, la iniciativa va bien.

Es más, sería pertinente –en caso fuese aprobada– que se añadiera algún texto vinculado a las salvaguardas que ofrece la ciberseguridad, con más razón si se considera que, en el afán de gestionar el despacho presidencial, se suele tener acceso a documentos confidenciales, a información sensible en materia de seguridad nacional, o simplemente porque se trata de datos que involucran la toma de decisiones reservadas.

La propuesta legislativa que aboga por permitirle a la presidenta Dina Boluarte gestionar su despacho de manera remota vía tecnología digital cuando deba viajar fuera del país, teniendo en cuenta que hoy no tiene ningún vicepresidente que asuma su cargo en esa circunstancia, ha generado un debate interesante sobre vacíos en la Constitución vigente y preguntas sobre la viabilidad tecnológica de la iniciativa.

Sobre la viabilidad tecnológica de poder gobernar de manera remota, actualmente en el Perú existen los instrumentos pertinentes para aplicar esa funcionalidad: el uso de las firmas digitales y de otros medios para expresar el consenso o el disenso. O sea, técnicamente, la iniciativa va bien.

Es más, sería pertinente –en caso fuese aprobada– que se añadiera algún texto vinculado a las salvaguardas que ofrece la ciberseguridad, con más razón si se considera que, en el afán de gestionar el despacho presidencial, se suele tener acceso a documentos confidenciales, a información sensible en materia de seguridad nacional, o simplemente porque se trata de datos que involucran la toma de decisiones reservadas.




Qué se debe subsidiar

Por: Miguel Palomino
La República, 17 de Mayo del 2023

“En conclusión, todos deberíamos saber que subsidiar estas obras sería mucho mejor que subsidiar la refinería de Petroperú o la carretera transoceánica”.

Casi todos los días, la mayoría de los limeños debe empezar sus quehaceres con el drama del transporte, sea para ir al trabajo o a estudiar o cualquier otra actividad que involucre trasladarse. Movilizarse en el tráfico de Lima puede ser un suplicio, por lo innecesariamente lento, caótico y poco saludable. En el índice de tráfico global, Lima sale rankeada como la octava peor en tiempo de transporte de un total de 390 ciudades evaluadas.

La ciudad de Lima es de las pocas grandes ciudades que no cuentan con un sistema de metro. Por supuesto, tiene la Línea 1 conocida como el tren eléctrico y hasta el Metropolitano que, mal que bien, cumplen su propósito. Pero ambos están abarrotados en las horas pico y como no hay ninguna conexión entre ambas (y no fueron concebidas como tal) no se les puede considerar un sistema. Solo hay una ciudad en el mundo, entre todas las de más de 10 millones de habitantes, que no cuenta con un método de transporte masivo: Kinshasa, en la República Democrática del Congo.

En Lima, el número de horas “perdidas” por la ciudadanía, si comparamos el método usual de transporte con el transporte por metro, es gigantesco. El metro significa un salto cualitativo en la calidad de vida de las personas que viven en grandes ciudades. Veamos.

Usaremos como ejemplo la Línea 2, hoy en construcción, del Metro de Lima para tener información concreta. Se estiman 1.000.000 de traslados diarios al tercer año de operación. El promedio de tiempo que ahorrarán por usar el metro se estima en 40 minutos por viaje (por ejemplo, se ahorrarían 105 minutos para el trayecto de Ate-Callao y 35 minutos para el trayecto La Victoria-avenida Argentina). Así, diariamente se ahorrarían 40 millones de minutos, lo que equivale anualmente a 243 millones de horas. Esto además del ahorro de tiempo de los no usuarios al considerar que el tráfico en las rutas antiguas se vería reducido notablemente.

Si valorizamos las horas según el ingreso promedio de Lima, obtenemos S/2.800 millones anuales. A esto además habría que agregarle la disminución de 38% de accidentes por el uso del metro, el ahorro de tiempo que tendrían por menor tráfico quienes se transporten fuera del metro, lo que se ganaría en menor contaminación junto con un menor gasto en combustible y por supuesto la disminución en estrés de los usuarios.

Es decir, tomando en cuenta que el costo actualizado del proyecto es del orden de S/17.000 millones, nos damos con que el proyecto se pagaría solo en cuatro o cinco años, dependiendo de qué tanto se valoran los beneficios aquí no cuantificados.

La intención de este grueso ejercicio es poner en claro los inmensos beneficios de estas obras de transporte que tienen la característica de generar enormes externalidades; esto es, generan grandes beneficios que no se pueden individualizar. Generalmente, nunca se harían si se buscara cobrar solo a los usuarios (por supuesto, debe haber un cobro parcial para que se haga un uso eficiente del servicio). Lo usual en todo el mundo es que el Estado subsidie este tipo de proyecto para asegurar su viabilidad, ya que es una forma de redistribuir ingresos y permite además otros grandes beneficios a la ciudadanía.

Por otro lado, es claro que un proyecto como este requiere de orden y control, además de un Estado capaz de organizarse. Lo cual nos lleva a las demoras que aquejan a estas obras (¡la Línea 2 debía estar lista inicialmente en el 2020!). En primer lugar, con un procedimiento adecuado no debería haber serios problemas. En segundo lugar es muy importante cuantificar cuánto nos cuesta a los ciudadanos un año de demora por desacuerdos entre el Gobierno y la empresa a cargo de la obra.

En conclusión, todos deberíamos saber que subsidiar estas obras sería mucho mejor que subsidiar la refinería de Petroperú o la carretera interoceánica.