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Privilegios, egoísmos y extorsiones

Privilegios, egoísmos y extorsiones

En los últimos días, diversas voces provenientes del plano político y mediático han destacado -sin un pleno conocimiento de causa y sin brindar serias explicaciones al respecto – una serie de manifestaciones violentas – cuya duración se ha prolongado por más de 60 días – por parte de la comunidad de Fuerabamba en contra de la operación del proyecto minero de cobre, Las Bambas, considerado el segundo más importante del país.

Conforme se han ido esclareciendo los hechos del presente conflicto, tales manifestaciones han terminado por ilustrar los privilegios, egoísmos y extorsiones replicados por la comunidad, elementos que han pintado de cuerpo entero las verdaderas motivaciones detrás de sus revueltas. Veamos.

Los Privilegios:

  • Una casa de 3 pisos con 7 habitaciones para cada familia de la comunidad con todos los servicios, habilitada para servicios de hotelería.
  • Una planta de agua potable y tratamiento de sólidos.
  • Un colegio cuya inversión ascendió a US$ 16 millones, equipado con un centro de cómputo, y en el que enseñan los mejores profesores de Apurímac.
  • Un hospital cuya inversión ascendió a US$ 6 millones, equipado con equipos de alta tecnología.
  • El pago de más de S/. 1 millón para cada familia de la comunidad y S/.1.8 millón para su presidente, Gregorio Rojas. 
  • El fundo Yavi Yavi de 3,650 hectáreas sobre el cual se extienden 38 hectáreas de carretera, con reserva de derecho de paso.

Los Egoísmos:

  • Los fuerabambinos no permiten que los hijos de los comuneros vecinos utilicen el colegio, ni que puedan beneficiarse de sus instalaciones. Actualmente, la ocupación es de apenas el 25%.
  • Los fuerabambinos tampoco permiten que los hijos de los comuneros vecinos utilicen el hospital, generando también capacidad ociosa. La ocupación también es cercana al 25%.

Las Extorsiones:

La comunidad, dirigida por Gregorio Rojas, en colaboración con los Hermanos Chávez Sotelo, vienen extorsionando a la empresa Las Bambas y al Estado peruano para recibir prebendas y demás compensaciones improcedentes por el uso de la carretera que pasa por el fundo Yavi Yavi, la cual tiene un derecho de paso que incluye la ampliación sin pago alguno inscrito en el momento que ese terreno fue cedido por Las Bambas a la comunidad.  Debido a que no se han accedido a estos requerimientos, la comunidad ha bloqueado el paso de la vía pública por más de 60 días, paralizando las operaciones del proyecto minero y la exportación de cobre, ahuyentando la inversión privada, y comprometiendo el desarrollo de la región así como los futuros prospectos de crecimiento de nuestra economía.

Dicho sea de paso, fuentes informadas recuerdan que Fuerabamba era, décadas atrás, una comunidad de abigeos, razón que explicaría su relativo aislamiento de las demás comunidades.

En este sentido, el conflicto generado por la comunidad de Fuerabamba en las Bambas no persigue otra cosa que una búsqueda constante de rentas en espacios en donde el imperio de la ley no se hace presente. No podemos seguir permitiendo que el desarrollo de nuestro país se vea paralizado por tales pretensiones, peor aún, en un sector que es responsable de que el crecimiento económico efectivamente llegue a las regiones al interior del país.

El peor problema de la toma de la carretera no es la pérdida de 1% del PBI. El verdadero problema es la pérdida de confianza del país como lugar privilegiado para inversiones de largo plazo. Lampadia




Las malas artes de la televisión peruana

Las malas artes de la televisión peruana

En un conflicto como el de Las Bambas, se espera que los medios más importantes hagan un análisis integral del tema que incluya algunos elementos sobre su evolución, desarrollo, características, impactos, referencias a publicaciones previas no cuestionables, contexto y potencial. Lamentablemente, muchos de nuestros medios tienen la actitud que puede tener un turista que se encuentra con el conflicto. El turista solo va a comentar que puede ver o sobre sus prejuicios, sin capacidad de entender las raíces, contexto y otros. Se va ha centrar en los fenómenos que llamen su atención, como el ruido, los heridos, la violencia, el escándalo, etc. sin ningún compromiso con la situación, que le es ajena. Parece pues, que nuestros medios sufren del ‘síndrome del turista’. Veamos el caso de Las Bambas:

Fuente: buscamas.pe

El domingo 23 de Octubre, el programa de América Televisión, Cuarto Poder (CP), presentó otro de sus acostumbrados reportajes contrarios a la minería.  En Lampadia ya hemos analizado uno de sus reportajes anteriores que fue bastante hostil e insidioso con una empresa minera (ver Cuarto Poder o Poder de Cuarta), defendiendo el drama interpretado por Máxima Acuña Chaupe, y que sus asesores de la ONG anti-minera Grufides (ver ONG’s pos-extractivistas velan por sus donantes – Los mercaderes de la moralidad en el Perú). Al igual que el reportaje mencionado, el del pasado domingo sobre Las Bambas, fue intensamente compartido por Grufides en su cuenta de Twitter, con lo que muestra que dicho reportaje les es altamente funcional a su estrategia hostil a la minería.

Sin embargo, a diferencia del reportaje sobre la Chaupe, el de este fin de semana se caracteriza por transmitir los sesgos hostiles a la minería a través de afirmaciones ambiguas del   programa sobre el proyecto Las Bambas.  Veamos algunos ejemplos:

Minería y medioambiente

En una parte la reportera hace la siguiente afirmación “por la falta de servicios básicos y por los posibles efectos de la explotación minera, los niños padecen todo tipo de enfermedades a la piel”.  ¿Por qué afirma esto? ¿Tiene alguna prueba de que se la actividad minera de Las Bambas no esté cumpliendo algunos de los estándares ambientales? ¿Se refiere a efectos sobre el agua, sobre el aire, sobre qué con exactitud?  Deslizar una afirmación con semejante ambigüedad, encubierta de “posibles efectos,” solo sirve para dañar la legitimidad de la empresa ante la opinión pública, siembra una sospecha sobre potenciales impactos ambientales sobre los que no tiene más prueba que los prejuicios del reportero.

Se ha informado públicamente, en otros programas periodísticos, que existen 10 estaciones de control de calidad de aire, además de monitoreos participativos que arrojan que los niveles de polvo en los centros poblados se encuentran dentro del rango exigido por los estándares ambientales, y que las mediciones de vibraciones están dentro de los estándares alemanes para estructuras sensibles.  Esta información es muy relevante para evaluar la verosimilitud de las acusaciones vertidas en CP respecto a los impactos producto del traslado del mineral. Si Cuarto Poder hiciera uso de principios periodísticos básicos en este reportaje consideraría esta información sobre los estándares como parte de un tratamiento objetivo y balanceado del conflicto en Las Bambas. ¿Se ha preocupado CP por verificar con la empresa la información antes de difundir una versión parcializada de los hechos?

Efectos Económicos y Sociales

La reportera afirma que la población en el entorno del proyecto no se ha visto beneficiada, evidenciando su desconocimiento, o negándose a comunicar, información confiable que afirma lo contrario. Según los resultados del segundo trimestre del 2016 del Indicador Compuesto de Actividad Económica (ICAE) en los que según el gerente del IPE, Diego Macera, Apurímac habría crecido 266%, un resultado extraordinario nunca antes visto.  A pesar que Apurímac mostraba hace pocos años el PBI per cápita más bajo del Perú, Macera estimaba que cuando Las Bambas esté en plena operación a fin de año, pasaría a estar en el puesto 10 de PBI per cápita.

Según el informe, “la operación de las Bambas también ha impactado el empleo (13.0%) debido a la mayor demanda laboral en los sectores de transportes, almacenes y comunicaciones (30.4%) y servicios (14.4%)[i]”.  En el mismo informe, pero del primer trimestre del año, se mostraba un crecimiento de 31.6%.  Durante el 2015 Apurímac se ubicó como la segunda región con mayor crecimiento. Entre el 2011 y el 2015 la pobreza cayó de 57% a 39% en la región Apurímac. ¿Cree sinceramente la periodista de CP, que semejante reducción de la pobreza no beneficia la población? La tendencia de mejora en nivel de vida que está gozando la población de Apurímac es innegable. No hay antecedentes en la historia de Apurímac de un período en que la pobreza se haya reducido tan rápidamente.  ¿Por qué la reportera omitió esta información, muy relevante en este caso, y que es de acceso público? ¿Por qué obviar información significativa que evidencia el fuerte impacto positivo que tiene la minería en la economía local, una información que serviría al programa para presentar una visión más completa? ¿Qué razones tiene para ocultar esos hechos a la opinión pública?

Nueva Fuerabamba

Fuente: www.rumbominero.com

Durante la emisión, la reportera cuenta que la población de Fuerabamba fue reubicada en “esta ciudadela”.  A continuación, transmite menos de 1 segundo una imagen apenas perceptible.  Esta imagen es Nueva Fuerabamba, una “ciudadela” “conformada por 441 Viviendas en 7 modelos diferentes, así como equipamientos urbanos tales como un colegio para primaria y secundaria, un Centro Educativo Inicial, Cuna, Centro de Capacitación Comunal, Puesto de Auxilio Rápido, Centro de Salud (categoría I-4 con Internamiento) y Cementerio.   Cuenta, además, con un asilo para ancianos, un centro artesanal, mercado, centro de beneficio de animales (camal), estadio y un local de capacitación para talleres o charlas”[ii].  Además, cuenta con servicios básicos (agua, luz, alcantarillado).  Las casas son de 2 a 3 pisos, biohuerto, garaje, patio y un espacio para acondicionar un pequeño negocio.  El proceso de adaptación se realizó a través de un programa asesorado por la ONG Caritas.   La infraestructura brinda un salto significativo con respecto a las condiciones en las que antes vivía la población de Fuerabamba como se puede ver en este video: (https://www.youtube.com/watch?v=TA6-YQix3t4). La misma pregunta salta a la vista: ¿Qué razones han tenido la periodista y la conducción del programa para negarse a informar adecuadamente sobre Nueva Fuerabamba? 

Nadie espera que el reportaje de CP incluya los 12 minutos de un video en un reportaje de televisión.  Sin embargo, evidencia el desinterés del programa de informar a la población del salto cualitativo en infraestructura que ha gozado la población de Fuerabambas, y negando los hechos afirmando, sin pruebas, que la población no se ha beneficiado de la actividad minera en la zona.  En especial cuando sí tomó el suficiente tiempo para inferir que la minería no trae beneficios económicos, al mencionar la pobreza extrema en la que viven la población de Grau y Cotabambas y se permite sugerir, sin ningún análisis clínico, que los niños de la zona están siendo contaminados por la actividad minera. Creemos que es criticable que la empresa no haya sido capaz de prevenir que el flujo de camiones generara polvo en su trayecto, pero no nos parece ético utilizar imágenes fragmentadas y ocultar información relevante para hacer afirmaciones distorsionadas del impacto de la minería sobre la calidad de vida de la población local.

El metro cuadrado a 20 céntimos.

Se menciona en el reportaje que MMG compró a los comuneros tierras a 20 céntimos el metro cuadrado, a continuación, se brindan testimonios afirmando que los campesinos eran semi analfabetos y fáciles de engañar. Con esto se sugiere que la Empresa se aprovecho de la ignorancia de algunos campesinos para obtener tierras a un precio abusivamente bajo. ¿Se ha informado adecuadamente CP de los precios de la hectárea en la zona? ¿Por qué utiliza parámetros urbanos de precio del suelo (metro cuadrado) para referirse a terrenos en zonas rurales? 

Esta acusación a la empresa minera se hace sin ninguna prueba mas allá de los testimonios de algunos participantes en manifestaciones hostiles a la minera y no se hace ningún esfuerzo por corroborar su veracidad. La construcción de narrativas hostiles a la minería en base a información intencionalmente incompleta dista mucho de un periodismo serio.

Conclusiones

Las Bambas es uno de los proyectos mineros más grandes del mundo que está mejorando la vida de los peruanos, y en especial de la población de Apurímac.  Es lamentable que un programa con la relevancia que tiene para formar opinión pública como CP relaje sus estándares periodísticos exponiendo una clara hostilidad al sector minero.  La omisión de información disponible públicamente, la presencia parcial de la posición de la mina para presentar su versión, y la ligereza en realizar afirmaciones como la de niños enfermos por contaminación muestra una falta de estándares periodísticos que ya se están haciendo costumbre. Esto solo genera lo contrario del objetivo social del medio, desinformar en vez de informar.

Lampadia

[i] http://ipe.org.pe/sites/default/files/u3/icae_10_2t_2016_-_nota_de_prensa.pdf

[ii] Fuente: http://www.rumbominero.com/revista/informes/la-minera-que-construyo-una-ciudad/




La pésima noticia de un muerto en Las Bambas

La pésima noticia de un muerto en Las Bambas

La lamentable  muerte de un comunero por una herida de bala en la cabeza disparada probablemente como una acción defensiva por un policía atacado por una turba en Las Bambas,  así como las heridas sufridas por 20 policías, uno de ellos con daños considerables, son una pésima noticia en todos los sentidos posibles, tanto por la tragedia familiar que involucra el deceso de Quintino Cereceda, que nos duele a todos, como por la exacerbación del enfrentamiento desatado que ya ha paralizado los envíos de cobre, que era sin duda lo que algunos buscaban.

Pero la tragedia hay que medirla también en términos de los recursos que el país dejaría de percibir si una operación como esta y muchos otros proyectos se vuelven inviables. Es decir, en términos de la cantidad de niños que no sacaremos de la desnutrición y la anemia, de la cantidad de jóvenes que no recibirán una buena educación, del número de personas que no serán atendidas en los servicios de salud.

Por eso, la tragedia más grave es la incapacidad del Estado, de la empresa y de la sociedad civil para desarrollar una conversación y una estrategia que permita el crecimiento de todos en un mínimo de armonía, la lenidad con la que se cede terreno a los interesados en anular la inversión minera o sencillamente en medrar con las oportunidades de extorsión creadas por una inversión minera gigantesca que tiene muchos impactos positivos y algunos negativos, que podrían remediarse, en medio de comunidades pobres y atrasadas.

La explicación del ministro del Interior Carlos Basombrío es que esto se originó en una decisión inconsulta del mando local que se tomó sin “orden de operaciones” y sin plan de inteligencia. Una acción precipitada, en suma, que no previó la reacción de las comunidades, e innecesaria en ese momento porque había un diálogo en marcha y la mina estaba sacando el mineral por una ruta alterna.

Falta de previsión y estrategia

Por supuesto, es inexcusable que una operación policial de este tipo se pueda dar de esa manera. Pero la pregunta entonces es cómo es posible que, conociendo la situación explosiva de la zona, el ministerio y el comando de la Policía Nacional no se hayan preocupado de poner al mando de la policía de Apurímac y del contingente mismo de Las Bambas, a oficiales de primer nivel y permanentemente comunicados con Lima, y no se haya montado un equipo especial de inteligencia y diálogo para manejar el tema. Esto configura, por lo menos, una responsabilidad, por omisión, del ministro

Hace tiempo que sabemos que Las Bambas es un polvorín por problemas  vinculados a la evolución del proyecto a pesar de los notorios esfuerzos de la empresa por acercarse a la población y por errores que no supieron evitar, mal previstos por la empresa y los que fueron bien aprovechados por terceros para montar una industria de extorsión, aprovechando los incumplimientos clamorosos del Estado y la falta de una estrategia clara de desarrollo rural, y por haberse convertido en un blanco para las fuerzas radicales de todo tipo, alimentadas por una ideología pos-extractivista que hemos denunciado en Lampadia innumerables veces.

El objetivo de esas fuerzas es paralizar Las Bambas, impedirla. Y, por lo menos desde el lunes 17, con la ayuda de la torpeza policial, lo han logrado. El primer aviso, mortal, fue el ataque a la mina que terminó en tres campesinos fallecidos el 15 de setiembre del año pasado. Y se sabía que, desde entonces, la situación era muy complicada. Las mesas de diálogo que se establecieron tuvieron dificultades para instalarse. Cuando lo hicieron se firmaron compromisos que el Estado no se han cumplido, que se suman a compromisos anteriores que tampoco se habían cumplido. Obviamente la gente se siente burlada. 

Circunstancias complejas aprovechas por terceros

Pero era complicada por otras dos circunstancias. La primera, el fin de la etapa de construcción de la mina, alrededor de noviembre del año pasado, que dejó de contratar a alrededor de 16 mil personas de la zona y de fuera de la zona. Lo que a su vez repercutió en los negocios de comida, alojamiento y otros servicios de Chalhuahuacho, cuya población se había multiplicado varias veces los últimos años y había invertido en establecimientos. Se produjo súbitamente un vacío, que sin duda ha sido aprovechado por los buscadores de rentas económicas y políticas.

Esa situación se vio potenciada por otra circunstancia: la mina tuvo que trasladar toda una población a Fuerabamba, una ciudad construida íntegramente desde cero con diseño urbanístico y casas modelo. Pero los campesinos trasladados no solo recibieron una casa como nunca la habían tenido (con ocho habitaciones), sino además una compensación cuantiosa. Pues ocurre que las comunidades que se movilizan ahora son las que no se beneficiaron con ese traslado, que encuentran en la decisión de sacar el mineral ya no por un minero-ducto sino por la carretera, sin previo estudio de impacto ambiental sino solo con un informe técnico, que cumple con la legislación pertinente, y con consecuencias como el polvo que se levanta y afectaría los campos, el motivo para exigir compensaciones elevadas. A lo que se suman demandas maximalistas tales como la recompra de tierras a precios mucho mayores, la participación en el 50% del accionariado de la empresa y en el 8% de las utilidades, que el 50% de los servicios que usa la empresa sean contratados con las comunidades, etc.

Los pedidos sobre la carretera

En el caso concreto de las cuatro comunidades que abrieron zanjas profundas para evitar el paso de los camiones, ellas exigían el pago de peajes de 5 mil soles por camión y 6 millones de dólares por daños y perjuicios y servidumbre (ver documentación líneas abajo).

El ministro argumenta que estaba en marcha un proceso de diálogo con esas comunidades, y que el despeje de la vía no era urgente porque la mina estaba sacando el mineral por una ruta alterna. Pasa por alto el hecho de que el bloqueo de una carretera y más aun por medio de la excavación de zanjas es un delito frente al cual debe actuarse, más aun cuando ese viernes 14 en que la Policía intervino ya habían pasado 6 días desde que las zanjas fueron cavadas. El ministro responde que se iba a actuar de todas maneras el día lunes 17, fecha para la cual se tenía previsto un diálogo.

El ministro sugirió implícitamente que las comunidades podían tener hasta cierto punto razón porque la mencionada carretera fue construida por ellos y luego ampliada por la mina, y por eso se sentirían con derecho a recibir una contraprestación. Es más, dijo que sorpresivamente el 27 de julio, último día del gobierno anterior, su publicó un decreto supremo clasificando esta vía cono “nacional”, dando a entender que esa sería una manera de descalificar el reclamo comunal. Pero esto no es cierto. El anexo del Decreto Supremo 011-2016-MTC clasifica la Ruta Nº AP -954 como vecinal (pag. 594682). De modo que no hay ninguna conspiración en ese sentido. Incluso en el acta de la mesa de diálogo sobre medio ambiente realizada el 6 de octubre se consigna, como pedido de parte, lo siguiente: “El Gobierno Regional de Apurímac y las organizaciones sociales, solicitan la reclasificación de la vía que sale del proyecto minero Las Bambas desde Huancuire hasta el puente Sayhua, como vía nacional”. Es decir, al revés de lo que dice el Ministro: la ruta es vecinal y quieren que sea nacional, precisamente para que el MTC se encargue de pavimentarla. Algo que la empresa va a hacer en 83 km., un kilómetro antes y después de cada centro poblado, para evitar la generación de polvo. 

Ahora bien, el hecho es que, aun siendo vecinal, se trata de una vía pública, y nadie que no sea el Estado tiene derecho a cobrar peaje y menos aun a interrumpirla. Según la empresa, la ampliación de la trocha original fue un pedido hecho por las propias comunidades el año 2010. Luego, el 2011 la empresa presenta el expediente técnico a la municipalidad de Chalhuahuacho. El 2014 la municipalidad provincial de Tambobamba incorpora la carretera como ruta vecinal, y solicita al Ministerio de Transportes que se incorpore al clasificador de rutas, cosa que ocurre el 27 de julio reciente. Como vecinal. 

Al ampliarse la trocha, la empresa pagó indemnizaciones por daños y perjuicios a los campesinos cuyos terrenos o pircas se hubiesen visto afectados. Para ello celebró convenios con las comunidades. Lo que tenemos ahora es una segunda ronda de demandas de indemnizaciones, por 6 millones de dólares como hemos visto, y establecimiento de peajes, asesorada por personajes externos como los que vemos en la foto. Pero es una ruta que transita a 4,100 metros sobre el nivel del mar. El polvo que pudiera levantarse, luego de que las propias comunidades riegan la carretera con camiones cisternas propios contratados por la mina, no afecta cultivos, que prácticamente no los hay. No sabemos si los pastizales quedan afectados.

El uso legítimo de las armas

Fue efectivamente una temeridad que la policía hubiera actuado sin “orden de operaciones”, sin un trabajo de inteligencia previo y sin consulta al nivel correspondiente. Pero el hecho de que no hubiese inteligencia habla del descuido general del gobierno respecto de lo que está ocurriendo en la zona. Por lo demás, una vez producido el ataque de los comuneros a los policías que estaban rellenando las zanjas con ayuda de las máquinas de la empresa, algo que pudo efectivamente preverse, no es de extrañar que algún policía haya hecho uso de su arma de fuego. Los comuneros atacaron con piedras y huaracas dejando 20 policías heridos y uno de ellos de gravedad. El decreto legislativo 1186,  que regula uso de la fuerza por parte de la PNP, define en su artículo 7 el uso de “fuerza letal” de la siguiente manera: “Es el uso de armas de fuego por el personal de la policía nacional, contra quién realiza una acción que representa un peligro real e inminente de muerte o lesiones graves, con el objetivo de controlarlo y defender la vida propia o de otras personas. Y el decreto supremo Nº 012-2016-IN, que reglamentó el D. Leg. 1186, establece en su artículo 11, que se hace uso excepcional de la fuerza letal, “cuando se genere un peligro real o inminente de muerte del personal policial u otra persona, por la acción de quien participa de una reunión tumultuaria violenta. El uso de la fuerza letal en esta situación solo se justifica ante un acto evidente, manifiesto e inmediato, generado por quien empleando violencia con objetos o armas, puede causar lesiones graves o muerte”. Y este parece ser claramente el caso en cuestión, como implica el ministro. Por lo tanto, sería grave que se acusara al policía que disparó. No sería aceptable.

No hay desarrollo compartido

Pero jamás debió llegarse a esta situación. Puede haber responsabilidad de las jefaturas policiales de Abancay, como señalan el Ministro y el alto comando de la Policía. Pero hay responsabilidad mayor en el gobierno por haber descuidado la estrategia frente a las situaciones creadas y cantadas en un proyecto tan importante para el país. Y, más allá de esto, hay responsabilidad compartida entre el Estado y la empresa no solo por no haber cumplido compromisos (sobre todo en el caso del Estado) sino principalmente por no haber puesto en práctica un plan de desarrollo rural integral en toda la zona de influencia y más allá de ella, que convirtiera a los campesinos en verdaderos empresarios auto dependientes a tiempo completo de modo que no se conviertan en presa fácil de los traficantes de pedidos a la empresa. La única manera en que la mina no sea vista como un botín al que hay que pedirle compensaciones de todo tipo, es que ella ayude a introducir los cambios tecnológicos necesarios en las actividades agropecuarias a fin de incrementar la productividad y los ingresos autogenerados de los campesinos. Es lo que un programa como Sierra Productiva, que llenaría el espacio rural de micro reservorios y riego por aspersión, podría lograr. 

Lampadia

Acta de Quehuira demandando indemnización por 6 millones de dólares

Bloqueo de carretera – ruta N° AP-954

  Los señores Frank y Jorge Chávez Sotelo son dos hermanos de la ciudad de Abancay, que asesoran a la comunidad de Quehuira, siendo ambos abogados de profesión.

  Ambos hermanos han estado buscando intervenir en la zona, asesorando a distintas comunidades.

  Existe un acta de fecha 22 de marzo de 2016, a través de la cual, la comunidad de Quehuira, asesorada por los hermanos Chávez, solicita a Las Bambas 6 millones de dólares por concepto de uso de una vía pública.

  Debido a que la empresa no accedió a dicho pago por no corresponder, la comunidad decide bloquear la carretera. El bloqueo de la misma es considerado un delito.