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El encanto del déficit fiscal monetizado, y sus límites

Project Syndicate
Oct 28, 2019 
NOURIEL ROUBINI
Glosado por
Lampadia

NUEVA YORK – Una nube de preocupación sobrevoló este mes la reunión anual del Fondo Monetario Internacional. La economía global atraviesa una desaceleración sincronizada, y hay diversas contingencias que de concretarse podrían llevar a una recesión declarada. Algunos riesgos que deberían preocupar a inversores y autoridades económicas incluyen: una nueva escalada de la guerra comercial y tecnológica sino-estadounidense; un conflicto militar entre Estados Unidos e Irán, que repercutiría en todo el mundo; y lo mismo en caso de un Brexit “duro” o de un choque entre el FMI y el próximo gobierno peronista en Argentina.

Pero algunos de estos riesgos pueden perder fuerza con el tiempo. Estados Unidos y China llegaron a un entendimiento tentativo para un acuerdo comercial parcial en “fase uno”, y Estados Unidos suspendió una ronda de aranceles que debía entrar en vigor el 15 de octubre. Si las negociaciones continúan, es posible que también se pospongan o suspendan dañinos aranceles a bienes de consumo chinos previstos para el 15 de diciembre. Además, hasta ahora Estados Unidos se abstuvo de responder en forma directa a actos recientes atribuidos a Irán: el derribo de un dron estadounidense y el ataque contra plantas petroleras sauditas. Es indudable que el presidente estadounidense Donald Trump es consciente de que un encarecimiento del petróleo derivado de un conflicto militar perjudicaría seriamente sus posibilidades de reelección en noviembre del año entrante.

El Reino Unido y la Unión Europea alcanzaron un acuerdo tentativo para un Brexit “blando”, y el Parlamento británico tomó medidas al menos para evitar un abandono de la UE sin acuerdo. Pero el culebrón continuará, probablemente con otra extensión del plazo para el Brexit y un llamado a elección general en algún momento. Finalmente, en Argentina, suponiendo que el nuevo gobierno y el FMI ya reconozcan que se necesitan, de la amenaza de destrucción mutua asegurada podría pasarse a una solución negociada.

En tanto, los mercados financieros vienen reaccionando en forma positiva a la desescalada de riesgos globales y a la ampliación de la política monetaria expansiva por parte de algunos bancos centrales importantes, entre ellos la Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco Popular de China. Pero todavía es sólo cuestión de tiempo antes de que se produzca un shock que provoque una nueva recesión, posiblemente seguida de crisis financiera, por la gran acumulación de deuda pública y privada en todo el mundo.

¿Qué harán las autoridades cuando eso suceda? Hay cada vez más consenso en que su poder de fuego será limitado. El déficit fiscal y la deuda pública ya están en niveles altos en todo el mundo, y la política monetaria se acerca a su límite. Japón, la eurozona y unas pocas economías avanzadas más pequeñas ya tienen tasas de referencia negativas, y todavía llevan adelante una política de flexibilización cuantitativa y crediticia. Incluso la Fed está bajando las tasas e implementando un programa de FC indirecta, a través de su política de apoyo a los mercados de préstamo de títulos a corto plazo (“repo”).

Pero sería ingenuo pensar que las autoridades permitirán que una ola de “destrucción creativa” liquide a cada empresa, banco y entidad soberana “zombis”. Antes bien, estarán bajo intensa presión política en pos de evitar una depresión plena y el inicio de una deflación. De modo que, en cualquier caso, otra desaceleración alentará políticas más “alocadas” y heterodoxas que las que hemos visto hasta ahora.

De hecho, voces de todo el espectro ideológico están convergiendo hacia la noción de que en la próxima desaceleración, un aumento del déficit fiscal financiado mediante su monetización semipermanente será inevitable, e incluso deseable. Desde la izquierda, los proponentes de la “teoría monetaria moderna” sostienen que cuando hay capacidad económica ociosa, la monetización de un aumento permanente del déficit fiscal es sostenible, porque no hay riesgo de inflación descontrolada.

Según esta lógica, el Partido Laborista del RU propuso una “FC para el pueblo”, por la que el banco central emitiría dinero para financiar transferencias fiscales directas a las familias, en vez de a banqueros e inversores. Otros, incluidos economistas más convencionales como Adair Turner, expresidente de la Autoridad de Servicios Financieros del RU, proponen “arrojar dinero desde el helicóptero”: transferir efectivo en forma directa a los consumidores con déficit fiscal financiado por el banco central. Y otros, como el exvicepresidente de la Fed Stanley Fischer y sus colegas en BlackRock, propusieron la creación de un “mecanismo fiscal permanente para emergencias”, que permita al banco central financiar un gran déficit fiscal en caso de recesión profunda.

Pese a las diferencias en terminología, todas estas propuestas son variantes de la misma idea: que el banco central monetice un aumento del déficit fiscal para estimular la demanda agregada en caso de recesión. Para entender este futuro posible, basta pensar en Japón, cuyo banco central en la práctica está financiando un importante déficit fiscal y monetizando un alto cociente deuda/PIB mediante una tasa de referencia negativa, una FC a gran escala y una meta del 0% para el rendimiento de los títulos públicos a diez años.

¿Serán esas políticas realmente eficaces para detener y revertir la próxima recesión? En el caso de la crisis financiera de 2008, que se produjo como consecuencia de un shock negativo de la demanda agregada y una contracción crediticia que afectó a agentes faltos de liquidez pero solventes, un estímulo monetario y fiscal masivo y el rescate del sector privado tenían sentido. Pero ¿qué ocurre si la próxima recesión se produce como consecuencia de un shock negativo permanente de la oferta que provoque estanflación (freno al crecimiento con aumento de inflación)? Que no es otro el riesgo implícito en una desconexión comercial entre Estados Unidos y China, el Brexit o la presión alcista persistente sobre el precio del petróleo.

La expansión fiscal y monetaria no es una respuesta adecuada a un shock de oferta permanente. La adopción de esa clase de políticas en respuesta a los shocks petroleros de los setenta produjo inflación de dos dígitos y un aumento marcado y peligroso de la deuda pública. Además, si como resultado de una desaceleración algunas corporaciones, bancos o entidades soberanas quedan insolventes (no sólo faltas de liquidez), no tiene sentido mantenerlas con vida. En esos casos, hacer a los acreedores partícipes del rescate (mediante reestructuraciones y quitas de deudas) es más adecuado que un rescate “zombificador”.

En síntesis, una monetización semipermanente del déficit fiscal en caso de otra desaceleración puede, o no, ser la respuesta adecuada de las autoridades. Todo depende de la naturaleza del shock. Pero como a las autoridades se las presionará para que hagan algo, que se adopten medidas “alocadas” será inevitable. La cuestión es si harán más mal que bien a largo plazo.

Traducción: Esteban Flamini

Nouriel Roubini, Professor of Economics at New York University’s Stern School of Business and CEO of Roubini Macro Associates, was Senior Economist for International Affairs in the White House’s Council of Economic Advisers during the Clinton Administration. He has worked for the International Monetary Fund, the US Federal Reserve, and the World Bank.




¿Evolovers desinformados?

Facebook, 27 de febrero de 2019
Guillermo Vidalón

En el sur del país ha surgido una repentina fascinación por las políticas de gobierno del presidente boliviano Evo Morales. Se dice que hay que elevar los impuestos porque allá se cobra más, pero no se evalúa siquiera cuál ha sido el resultado de dichas políticas durante las casi dos décadas de Evo.

Para evaluar con mayor certeza el resultado del populismo de Morales revisamos información pública procedente del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, así como del propio Banco Central de Reserva de Bolivia, y la comparamos con las cifras de Perú. Estoy seguro de que algunos perderán la fascinación.

Las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia, es decir el respaldo económico con el que cuentan en caso de cualquier emergencia, pasaron de US$ 15,123 millones en 2014 a US$ 8,946 millones al cierre del 2018. Dicha caída en sus reservas representa una pérdida de más de 40%. En tanto que las reservas del Perú superaron los US$ 60,000 millones en dicho período. Nuestro volumen de reservas es casi siete veces el de Bolivia. Algunos dirán que la población de Bolivia es menor. Efectivamente, los bolivianos son casi 11 millones y nosotros 32 millones, según estimados al 2018. Los peruanos numéricamente somos tres veces la población boliviana, pero nuestro ahorro es siete veces el de nuestros vecinos.

Pero ya que nos estamos refiriendo al supuesto bienestar que transmiten algunos políticos peruanos, a los que denominaremos evolovers, permítanme precisar que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Perú alcanza 0.750, en tanto que el de Bolivia es de 0.693. Recordemos que el IDH brinda información sobre esperanza de vida al nacer, logros educativos e ingresos per cápita, principalmente. La esperanza de vida en Bolivia es de 69.13 años y su tasa de mortalidad es de 7.3%, mientras que en el Perú las cifras son 74.98 años y 5.65%. Es decir, nuestro sistema de salud y calidad nutricional, con todas sus deficiencias, han resultado mejor de lo que ofrecen los políticos evolovers.

¿Cuál es el Producto Bruto Interno de Bolivia? US$ 45,045 millones al 2017 (aún no se registra un estimado para el 2018, lo que es un indicativo de la poca o nula transparencia en la información de sus resultados macroeconómicos). En tanto que el Perú tiene un PBI de US$ 231,567 millones. En otras palabras, el valor de nuestra economía es poco más de cinco veces el de la boliviana. Y el ingreso per cápita de Bolivia es US$ 3,393.96 mientras que en el Perú dicha cifra es más del doble US$ 7,198.

Y todavía tenemos más. En el 2018 el Perú participó en el comercio internacional de bienes y servicios con la cifra de US$ 90,835 millones. Bolivia, en cambio, lo hizo con US$ 19,056 millones. En dicho año el Perú exportó US$ 48,942 millones; en tanto que Bolivia lo hizo por US$ 9,060 millones. El valor de nuestras exportaciones es 5.4 veces el de las bolivianas. Las importaciones del Perú fueron US$ 41,893 millones y las de Bolivia US$ 9,996 millones. Nosotros tuvimos un saldo favorable en la balanza comercial. El saldo neto a favor, en el caso peruano fue US$ 7,049 millones. Mientras que en Bolivia fue negativo, menos US$ 936 millones.

Durante el 2018, la importación de bienes de capital en el Perú fue de US$ 11,600 millones aproximadamente, mientras que en Bolivia fue US$ 1,425 millones. ¿Qué es un “bien de capital”? En pocas palabras, es una herramienta de trabajo, un equipo que es empleado para producir un producto o brindar un servicio. Podemos imaginar cuántos puestos productivos se generaron en el Perú y cuántos en Bolivia.

El tipo de cambio o cuantos bolivianos (Bs, moneda del hermano país) se deben entregar para obtener un dólar americano es de Bs 6.96. ¿Cuál es el valor del boliviano respecto del sol peruano? Es de 0.48 céntimos.

Si después de 13 años de gobierno de Evo Morales (inició en enero de 2006) los logros son tan magros y han sido ejecutados al costo de vilipendiar la democracia y el orden constitucional en el país altiplánico, pedir que se debe sigan las políticas de dicho gobierno es anhelar el atraso y un mayor empobrecimiento del Perú. Ojalá, los gobernadores del sur peruano se informen más antes de convertirse en sus propagandistas. Lampadia




Perú crece por debajo de su potencial

Perú crece por debajo de su potencial

El pasado 21 de enero el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó su informe Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero 2019 en el que reveló algunas revisiones a la baja de las cifras de crecimiento mundial que vale la pena señalar, de cara al contexto económico internacional que enfrentará el Perú este año y el 2020.

Como se desprenderá del análisis, el Perú no solo enfrentará un contexto complejo en estos años, sino que sus tasas de crecimiento proyectadas son poco competitivas a la luz de su nivel de desarrollo.

En primer lugar, el informe destaca una revisión a la baja de las cifras de crecimiento de la economía mundial en los años 2019 y 2020 en 0.2 y 0.1 puntos porcentuales respectivamente, ubicándolas en 3.5% y 3.6% respectivamente, tras haber crecido 3.7% en el 2018. A continuación, el análisis del desagregado regional, que es relevante para nuestro país:

  • En relación a EEUU, el informe proyecta una caída en sus tasas de crecimiento en el 2019 y 2020, ubicándolas en 2.5%, y 1.8% respectivamente, tras haber crecido 2.9% en el 2018. Esta proyección a la baja obedece a un retiro progresivo del estimulo fiscal en esos años, además de que la tasa de fondos federales superará temporalmente su tasa de interés neutral.
  • En relación a la zona euro, se prevé un crecimiento de 1.8% en 2018 y una desaceleración en 2019 y 2020, con 1.6% y 1.7%, respectivamente. El informe destaca que esta región es la que más bajas ha sufrido en las proyecciones respecto a Octubre, en particular, Italia por el encarecimiento en el costo de su endeudamiento público y Francia, debido a la crisis política y social que enfrenta Macron.
  • En relación a China, se proyecta una desaceleración en su crecimiento con una tasa de 6.2% en el 2019 y 2020, tras haber crecido 6.6% en el 2018. Esto se debe, principalmente, a una mayor regulación financiera hacia la banca paralela y a un agravamiento del conflicto comercial con EEUU.
  • En relación a América Latina y el Caribe, se proyecta un crecimiento de la región en el orden del 2% y 2.5% en los años 2019 y 2020 (0.2 puntos porcentuales menos en ambas tasas respecto al reporte de Octubre) y se estima que el 2018 cerró con un 1.1%. Las revisiones a la baja se deben principalmente a un menor crecimiento proyectado para México y  a una contracción más severa de Venezuela.
  • Finalmente, el FMI proyecta un crecimiento para los países emergentes y en desarrollo en el orden del 4.5% en el 2019 y 4.9% en el 2020, tras haber crecido 4.6% en el 2018. Lo relevante de esta cifra es que el Perú creció y crecerá por debajo del promedio de estos países en los próximos años (3.8% en el 2018 y 3.7% en 2019 y 2020).

Nota: Estimados de crecimiento para el Perú incluidos por Lampadia.

En los años 2019 y 2020, el Perú no solo enfrentará la desaceleración de sus principales socios comerciales, sino que su crecimiento proyectado ni siquiera le permitirá competir en la liga de los países emergentes.

Como hemos señalado recientemente en Lampadia: Aterrizaje en la mediocridad, este crecimiento mediocre de la economía peruana que, alguna vez llegaría a tasas del 9% en la segunda mitad de la década pasada, se debe a una cada vez más notoria debilidad del gobierno, reflejada en su falta de entendimiento de que lo que realmente genera riqueza es la inversión y que, por ende, una estrategia de desarrollo que no implique convocar al sector privado no puede tener éxito. Es irresponsable no desarrollar la demanda interna de nuestra economía, apoyada por la inversión, en un contexto internacional desfavorable.

Por otra parte, diversos economistas como Roberto Abusada destacan que una tasa de crecimiento de 4% apenas alcanza para absorber los 300 mil jóvenes que entran al mercado laboral anualmente, pero sin ninguna garantía de acceso a un trabajo formal.

En ese sentido, urge elevar la tasa de crecimiento potencial de la economía, ubicada en 3.5%, según estimaciones del BCRP, de manera que el Perú retome la senda de crecimiento alto de la década pasada y permita generar empleo de calidad y reducir con una mayor rapidez la pobreza.

Ello implica hacer una serie de reformas estructurales que incluyen la reforma laboral, tributaria, educativa, entre otras. Y muy especialmente, viabilizar los proyectos de inversión mineros, como Tía María, y de infraestructuras. Esperemos que el Gobierno pueda emprender acciones al respecto sino el mundo, más que un socio estratégico, terminará complicando la situación de nuestro país en los próximos años. Lampadia

Compartimos a continuación el resumen de la Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 presentada por el FMI el pasado 21 de enero:

Perspectivas de la Economía Mundial
Debilitamiento de la expansión mundial

FONDO MONETARIO INTERNACIONAL
GLOSADO POR Lampadia

  • La expansión mundial se ha debilitado. Se estima que en 2018 el crecimiento mundial fue de 3.7%, conforme a lo pronosticado en la edición de octubre de 2018 de Perspectivas de la economía mundial (informe WEO), a pesar del desempeño más flojo de algunas economías, particularmente en Europa y Asia. Se proyecta que la economía mundial crezca 3.5% en 2019 y 3.6% en 2020, es decir, 0.2 y 0.1 puntos porcentuales menos que lo proyectado en octubre pasado.

Fuente: Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 – FMI

  • Los pronósticos de crecimiento mundial correspondientes a 2019 y 2020 ya se revisaron a la baja en el último informe WEO, en parte a raíz de los efectos negativos de los aumentos de aranceles introducidos en Estados Unidos y China previamente en el año. La revisión adicional a la baja desde octubre refleja las consecuencias de una moderación del ímpetu en el segundo semestre de 2018 —como por ejemplo en Alemania, tras la adopción de nuevas normas sobre emisiones para vehículos de combustión, y en Italia, donde las preocupaciones en torno a los riesgos soberanos y financieros han constituido un lastre para la demanda interna—, pero también obedece a un debilitamiento de la actitud de los mercados financieros y a una contracción en Turquía que ahora se proyecta que será más profunda de lo previsto. 

Fuente: Actualización de Perspectivas de la Economía Mundial, enero de 2019 – FM

  • Los riesgos para el crecimiento mundial se inclinan a la baja. Un recrudecimiento de las tensiones comerciales que vaya más allá de lo contemplado en el pronóstico sigue siendo una importante fuente de riesgo para las perspectivas. Los resultados definitivos siguen estansujetos a un proceso de negociación posiblemente espinoso en el caso de la disputa entre Estados Unidos y China y a procesos internos de ratificación en el caso del T-MEC. Por lo tanto, el comercio, la inversión y el producto a escala mundial siguen estando amenazados por la incertidumbre de las políticas y otras tensiones comerciales actuales. De no resolverse las diferencias y de materializarse el consiguiente aumento de las barreras arancelarias, aumentarían los costos de los bienes intermedios y de capital importados y los precios de los bienes finales para los consumidores.
  • Las condiciones financieras ya se han tornado más restrictivas desde octubre. La intensificación de las tensiones comerciales, sumada a las inquietudes en torno a la política fiscal italiana y las preocupaciones acerca de varios mercados emergentes y, hacia finales del año, de un cierre del gobierno de Estados Unidos, contribuyó a que los precios de las acciones bajaran en el segundo semestre de 2018. Una gama de eventos catalizadores en economías clave de importancia sistémica podrían provocar un deterioro más generalizado de la actitud de los inversionistas y una revaluación repentina y drástica de los precios de las acciones en un entorno de fuerte carga de la deuda. El crecimiento mundial probablemente se situaría por debajo de la proyección de base si cualquiera de esos eventos se materializara y precipitara un episodio generalizado de aversión al riesgo: 
  • Varios factores, aparte del recrudecimiento de las tensiones comerciales, podrían provocar un deterioro aun mayor de la actitud frente al riesgo, lo que incidiría negativamente en el crecimiento, especialmente en vista de los altos niveles de deuda pública y privada. Entre esos posibles factores están la salida del Reino Unido de la Unión Europea sin que medie un acuerdo y una desaceleración más importante de lo previsto en China.
  • La principal prioridad común en materia de políticas es que los países cooperen y resuelvan pronto sus desavenencias comerciales y la resultante incertidumbre en torno a las políticas, en lugar de elevar más las barreras perniciosas y desestabilizar una economía mundial que ya está desacelerándose. En todas las economías es fundamental adoptar medidas para estimular el crecimiento del producto potencial, lograr una mayor inclusión y reforzar los defensas fiscales y financieras, en un entorno caracterizado por una pesada carga de la deuda y condiciones financieras más restrictivas.



La economía mundial no está preparada para la próxima recesión

A medida que los mercados financieros reaccionan a las estrictas medidas de la política monetaria estadounidense, se deja entrever que el mundo moderno no está preparado para la próxima recesión.

El año pasado el crecimiento se aceleró en todo el mundo, sin embargo, este año solo EEUU está en auge y recientemente se desplomaron los mercados de valores a nivel mundial ante la preocupación por la desaceleración de su crecimiento y los efectos que ha tenido su estricta política monetaria. La verdad es que a medida que varían las tasas de interés, a los mercados emergentes les resultará más difícil pagar las deudas en dólares, lo que podría tener consecuencias negativas en las economías avanzadas.

Según The Economist, el Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las economías avanzadas, poniendo en problemas a los mercados emergentes, dado que estos representan el 59% de la producción mundial.

Lo positivo de esta situación es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la última crisis. Si bien es poco probable que ocurra algo tan grave como la crisis del 2008, The Economist afirma que muchas economías “no están preparadas para enfrentar incluso una recesión leve. (…) Los bancos centrales no tienen mucho espacio para recortar las tasas de interés y los políticos pueden rechazar la política monetaria no convencional, el gasto deficitario o la acción internacional coordinada. El momento de prepararse es ahora.”

Ver líneas abajo el artículo de The Economist donde evalúa la capacidad de enfrentar otra recesión:

La próxima recesión
La economía mundial

Políticas tóxicas y bancos centrales restringidos podrían hacer difícil escapar de una próxima recesión

The Economist
11 de octubre, 2018
Traducido y glosado por Lampadia

Hace apenas un año, el mundo disfrutaba de una aceleración económica sincronizada. En 2017, el crecimiento aumentó en todas las grandes economías avanzadas (excepto Gran Bretaña), y en la mayoría de las emergentes. El comercio global estaba en alza y EEUU estaba en auge; la caída de China en deflación había sido sofocada; incluso la zona euro estaba prosperando. En 2018 la historia es muy diferente. Esta semana, los mercados bursátiles se desplomaron en todo el mundo cuando los inversores se preocuparon, por segunda vez este año, por la desaceleración del crecimiento y los efectos de una política monetaria estadounidense más estricta. Esos temores están bien fundados.

El problema de la economía mundial en 2018 ha sido un impulso desigual. En EEUU, los recortes de impuestos del presidente Donald Trump han ayudado a elevar el crecimiento trimestral anualizado por encima del 4%. El desempleo se encuentra en su nivel más bajo desde 1969. Sin embargo, el FMI cree que el crecimiento se desacelerará este año en todas las demás grandes economías avanzadas. Y los mercados emergentes están en problemas.

Esta divergencia entre Estados Unidos y el resto también implica políticas monetarias divergentes. La Reserva Federal ha elevado las tasas de interés ocho veces desde diciembre de 2015. El Banco Central Europeo (BCE) todavía está muy lejos de su primer aumento. En Japón las tasas son negativas. China, el principal objetivo de la guerra comercial de Trump, relajó la política monetaria esta semana en respuesta a un debilitamiento de la economía. Cuando las tasas de interés suben en Estados Unidos, pero en ninguna otra parte, el dólar se fortalece. Eso hace que sea más difícil para los mercados emergentes pagar sus deudas en dólares. Un dólar estadounidense en alza ya ha ayudado a impulsar a Argentina y Turquía a problemas; esta semana, Pakistán le solicitó al FMI un rescate.

Los mercados emergentes representan el 59% de la producción mundial (medida por el poder de compra), desde un 43% más de hace dos décadas, cuando se desató la crisis financiera asiática. Sus problemas pronto podrían volver a las costas de Estados Unidos, justo cuando el auge doméstico del Tío Sam comienza a desvanecerse. El resto del mundo también podría estar en peor estado para entonces, si las dificultades presupuestarias de Italia no disminuyen o China sufre una fuerte desaceleración.

Quitando el piso

La buena noticia es que los sistemas bancarios son más resistentes que hace una década, cuando se produjo la crisis. La posibilidad de una recesión tan severa como la que golpeó entonces es baja. Los mercados emergentes están causando pérdidas a los inversionistas, pero en general, sus economías reales parecen estar aguantando. La guerra comercial aún tiene que causar un daño grave, incluso en China. Si el auge de Estados Unidos da paso a una recesión superficial a medida que el estímulo fiscal disminuye y las tasas aumentan, eso no sería inusual después de una década de crecimiento.

Sin embargo, aquí es donde entran las malas noticias. El mundo rico en particular está mal preparado para enfrentar incluso una recesión leve. Esto se debe en parte a que el arsenal de políticas aún está agotado de la lucha contra la última desaceleración. En el último medio siglo, la Fed típicamente redujo las tasas de interés en aproximadamente cinco puntos porcentuales en una recesión. Hoy tiene menos de la mitad de esa capacidad antes de llegar a cero; la zona euro y Japón no tienen espacio en absoluto.

Los formuladores de políticas tienen otras opciones, por supuesto. Los bancos centrales podrían usar la política ahora familiar de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés), la compra de valores con reservas de bancos centrales recién creadas. La eficacia de la QE se debate, pero si eso no funciona, podrían probar enfoques más radicales y no probados, como dar dinero directamente a las personas. Los gobiernos también pueden aumentar el gasto. Incluso los países con grandes cargas de deuda pueden beneficiarse del estímulo fiscal durante las recesiones.

La pregunta es si el uso de estas armas es políticamente aceptable. Los bancos centrales entrarán en la próxima recesión con balances que ya están hinchados por estándares históricos; la Fed vale el 20% del PIB. Los opositores de QE dicen que distorsiona los mercados e infla burbujas de activos, entre otras cosas. No importa que estos puntos de vista estén en gran parte equivocados; nuevos combates de QE atraerían un escrutinio aún más cercano que la última vez. Las restricciones son particularmente estrictas en la zona del euro, donde el BCE está limitado a comprar el 33% de la deuda pública de cualquier país.

Techo del gasto

El estímulo fiscal también atraería oposición política, independientemente de los argumentos económicos. La zona euro es de nuevo el caso más preocupante, aunque solo sea porque los alemanes y otros europeos del norte temen que se queden con deudas impagas si un país no cumple. Sus restricciones sobre los préstamos están diseñadas para restringir el despojo, pero también reducen el potencial de estímulo. América está más dispuesta a gastar, pero recientemente ha aumentado su déficit a más del 4% del PBI con una economía que ya está en alza. Si necesita ampliar aún más el déficit para contrarrestar una recesión, espere una pelea política.

La política es un obstáculo aún mayor para la acción internacional. Se necesitaba una cooperación transfronteriza sin precedentes para defenderse de la crisis en 2008. Pero el auge de los populistas complicará la tarea de trabajar juntos. Las líneas de canje de la Reserva Federal con otros bancos centrales, que les permiten pedir prestados dólares a Estados Unidos, podrían ser un punto crítico. Y la caída de las monedas puede alimentar las tensiones comerciales. Esta semana, Steve Mnuchin, el secretario del Tesoro, advirtió a China contra las “devaluaciones competitivas”. La creencia de Trump en el daño causado por los déficits comerciales se confunde cuando el crecimiento es fuerte. Pero cuando la demanda es corta, el proteccionismo es una forma más tentadora de estimular la economía.

Una acción oportuna podría evitar algunos de estos peligros. Los bancos centrales podrían tener nuevos objetivos que dificulten la oposición a la acción durante y después de una crisis. Si establecieron un compromiso con anticipación para recuperar el terreno perdido cuando baje la inflación o cuando el crecimiento sea decepcionante, las expectativas de un auge de recuperación podrían proporcionar un estímulo automático en cualquier recesión. Alternativamente, elevar la meta de inflación hoy podría con el tiempo elevar las tasas de interés, dando más espacio para los recortes de tasas. El estímulo fiscal futuro podría incorporarse ahora al aumentar la potencia de los “estabilizadores automáticos”, que se basan en el seguro de desempleo, por ejemplo, que aumenta a medida que las economías caen. La zona euro podría relajar sus reglas fiscales para permitir más estímulos.

La acción preventiva exige la iniciativa de los políticos, que está claramente ausente. La volatilidad del mercado de esta semana sugiere que el tiempo podría ser corto. El mundo debería comenzar a prepararse ahora para la próxima recesión, mientras aún pueda. Lampadia




Radiografía de APPs para Infraestructuras

Uno de los tres factores que está haciendo inviable el gobierno de PPK es la falta de inversión pública, ejemplificada dramáticamente en la parálisis de los proyectos de infraestructuras. Esto además de la otra parálisis de la inversión, la de los proyectos mineros, más, por supuesto, el entrampamiento político que se ha ido urdiendo, con altísimos niveles de irresponsabilidad, por parte de los representantes del Ejecutivo y el Legislativo, junto con los aderezos aportados por nuestra pequeña izquierda; hacen temer, que durante el gobierno de PPK, en vez de corregir las deficiencias de los últimos cinco años de gobierno, acentuemos la falta de liderazgo, dejando que el Perú regrese al siglo XX.

En los próximos días analizaremos la inversión minera y la trampa política. En esta ocasión, presentamos nuestro análisis de las inversiones en infraestructuras sobre la base de la excelente publicación de The Economist Intelligence Unit. 

Una de las grandes falencias del Perú es su pobre nivel de infraestructuras. Estas brechas nos afectan de dos maneras: económica y socialmente. A nivel económico, no nos permiten mejorar nuestra competitividad en las actividades productivas del país y, a nivel social, son un obstáculo para que los pobres tengan acceso a un mejor nivel de vida y a la economía de mercado.

Fuente: Más blanco y negro, Richard Webb. El Comercio

 

Recientemente, el conocido think-tank Economist Intelligence Unit ha publicado el informe Infrascope 2017, el cual evalúa el entorno para las asociaciones público-privadas en América Latina y el Caribe. Este indicador es una herramienta diseñada para evaluar la capacidad de los países para implementar alianzas público-privadas (APPs) sostenibles y eficientes en infraestructura y mide la capacidad de un país para movilizar la inversión privada en infraestructura a través de estas APPs.
En la puntuación general del Infrascope 2017, Chile y Colombia continúan liderando en la región. Chile cuenta con más de 25 años de experiencia en la participación del sector privado en proyectos de infraestructuras y ha implementado más de 70 proyectos de APPs en los últimos cinco años. Por otro lado, Colombia cuenta con un entorno muy favorable de APPs, principalmente debido a un marco regulatorio fuerte que fue impulsado por una nueva ley de APPs implementada en 2012.

En la puntuación general del Infrascope 2017, Chile y Colombia continúan liderando en la región. Chile cuenta con más de 25 años de experiencia en la participación del sector privado en proyectos de infraestructuras y ha implementado más de 70 proyectos de APPs en los últimos cinco años. Por otro lado, Colombia cuenta con un entorno muy favorable de APPs, principalmente debido a un marco regulatorio fuerte que fue impulsado por una nueva ley de APPs implementada en 2012.

El Perú se encuentra en el puesto 5 de la región, el último dentro de la categoría de países ‘desarrollados’ en la región. Muchos países en América Latina han hecho esfuerzos para impulsar la participación del sector privado en proyectos de infraestructuras con la implementación de nuevas leyes de APPs, el establecimiento de unidades específicas de APPs y una mayor transparencia del proceso mediante la actualización de registros de APPs y contratos de publicación. Sin embargo, todavía hay una brecha importante entre la legislación (lo que está en los libros) y la madurez del sector en términos de proyectos de APPs implementados (lo que ocurre en la práctica).

 

La primera variable del indicador es Regulaciones. La región continúa progresando hacia el desarrollo y fortalecimiento de su marco legal específico de APPs. En los últimos cinco años, varios países de ALC han aprobado legislación específica sobre APPs, incluyendo Colombia (2012), El Salvador (2014) y Paraguay (2013). 

Perú, por su lado, se encuentra empatado en el puesto 10 junto con Paraguay. Su marco legal es relativamente nuevo, “En 2015, entró en vigor un nuevo marco de APPs (Decreto Legislativo No. 1224 y Decreto Supremo No. 410-2015) con el objetivo de reducir la brecha de infraestructuras, alinear las regulaciones de APPs con las mejores prácticas internacionales (es decir, la OCDE) y consolidando las regulaciones relacionadas con las APPs en un solo decreto. (…) Además, con el nuevo gobierno, se modificó el Decreto Legislativo Nº 1224 con el objetivo de optimizar aún más los procesos de APPs, estableciendo fronteras claras entre el MEF y Proinversión, modificando el gobierno corporativo y las funciones, introduciendo regulaciones para mejorar la transparencia y prevenir la corrupción, entre otras.”

Sin embargo, de poco sirven las regulaciones, incluso las mejores, si el gobierno no tiene capacidad de ejecución para hacer lo que le toca (manejar las expropiaciones, por ejemplo), ni fuerza política para comunicar los lineamientos de gobierno, las ventajas de los proyectos e implantar la fuerza de la ley.

 

La segunda variable es Instituciones. Dado que la gran mayoría de los países todavía dependen de instituciones multilaterales para financiar APPs de infraestructura, es necesario que adapten la legislación existente para permitir que los inversores institucionales participen. Según EIU, “La profundización de los mercados de capitales locales podría ayudar a aliviar la dependencia de la región de los prestamistas multilaterales para financiar la infraestructura. Asimismo, los cambios en las normas de algunos inversores institucionales, como los fondos de pensiones privados, también podrían ayudar a ampliar el conjunto de instrumentos de financiación disponibles.”

En el caso del Perú, “A pesar de la mejora continua del desarrollo de las APPs en el último decenio, persisten problemas institucionales y operativos sin resolver, como la falta de coordinación y las definiciones poco claras de la competencia y las competencias entre las entidades pertinentes; procesos de renegociación constantes

(particularmente en los primeros años de contratos de APPs); retrasos sustanciales en la fase de ejecución (por ejemplo, cuestiones relacionadas con la tierra, permisos y licencias); falta de contratos estándar; y la ausencia de planificación estratégica y priorización de proyectos.”

 

La tercera variable es Madurez, que se refiere a qué tan bien se desarrolla en la práctica el proyecto, más allá de la legislación y de lo que se tiene planeado. Proporcionar a los inversionistas una comprensión clara de los procedimientos de salida de proyectos o terminación de contratos dentro del marco regulatorio de APPs es un paso importante para fomentar la participación del sector privado. Antes de firmar acuerdos, los inversionistas deben entender las ramificaciones de eventos imprevistos que obligan a cambios en los proyectos.

La región de América Latina tiene un desempeño bastante bueno en términos de procedimientos de terminación de contratos. Nuevamente, Chile y Colombia empatan en los primeros puestos, pero el Perú no se queda atrás, empatando en quinto lugar con Costa Rica.

El cuarto indicador es Inversión y clima de negocios. El nivel de consenso político, o voluntad, para involucrar a las partes privadas en las APPs y proporcionar marcos de implementación favorables es también clave en el avance de los proyectos de APPs.

En este ranking, el Perú es un claro underperformer, obteniendo el puesto 12 junto con Paraguay. Su mayor problema es que los reglamentos y normas de la APPs son nuevos y/o pendientes de aplicación, y es demasiado pronto para evaluar su impacto. Otro desafío es la diferencia entre la capacidad técnica para desarrollar APPs en la capital, Lima, y ​​en otras regiones. Es evidente que se necesita un mayor apoyo a los gobiernos regionales y locales en la planificación, evaluación, formulación y monitoreo de los proyectos de APPs. Y por supuesto, como hemos explicado líneas arriba, capacidad política. Hemos pasado de un gobierno en el que por sus venas no corría el convencimiento de las bondades de la inversión privada para el desarrollo de las infraestructuras, a un gobierno que si lo entiende, pero es incapaz de comunicarlo eficazmente y de imponer el peso de la ley.

 

El quinto, y último indicador, es financiamiento. El financiamiento para apoyar a las APPs sigue siendo un desafío en la región, por lo que esta categoría es la que tiene la puntuación más baja en el Infrascope de las cinco categorías analizadas. Perú, Brasil y Chile lideran el desarrollo de las facilidades financieras para las APPs en el Infrascope 2017, dados sus fuertes mercados de capital y su líquidez, incluyendo bonos en moneda local libremente negociados por emisores públicos y privados y su bajo riesgo soberano. Según el informe “Su desempeño en esta categoría se beneficia de tener proporciones relativamente bajas de financiación mediante préstamos condicionales de Instituciones financieras internacionales y organizaciones multilaterales y bilaterales en los últimos cinco años. En Brasil, el 0.1% de la financiación se emite a través de estos tipos de préstamos, en Chile 9.9% y en Perú 18.9%.”

El potencial de los ‘bonos verdes’ y de los bonos de impacto sobre el desarrollo aún está por desarrollarse en los países de ALC. Ocho países han emitido bonos verdes (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Panamá y Perú), aunque todavía no se han financiado infraestructuras con bonos de impacto al desarrollo. La profundización de los mercados de capitales locales podría ayudar a aliviar la dependencia de la región de los prestamistas multilaterales para financiar las infraestructuras. 

El EIU resalta que, según la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe (CEPAL), la inversión en infraestructura en la región alcanzó un promedio del 3.5% del PBI en los años ochenta, pero en las siguientes décadas disminuyó a un rango promedio del 2-3% del PBI. Por otra parte, el Fondo Monetario Internacional (FMI) destaca que el nivel y la calidad de la infraestructuras en la región es “inadecuado y se identifica como una de las principales barreras al crecimiento y desarrollo, a pesar de las mejoras en la infraestructuras de la región durante la década pasada”.

En el Perú, además de la brecha de infraestructuras, tenemos grandes dificultades en el desarrollo de los proyectos de inversión. Primero en cuanto a la demora entre las adjudicaciones y los cierres financieros de los contratos de APPs, como puede verse en el siguiente cuadro comparativo con otros países. Además, una vez finalizados los convenios, se dan mil dificultades para el inicio de las obras, tanto por trámites con otras agencias del Estado, como los municipios y por inmensas dilaciones en los procesos de expropiación que son parte de los proyectos.

Tradicionalmente, el financiamiento de las infraestructuras ha quedado en el ámbito del sector público, pero ante la envergadura del reto y el desarrollo de esquemas contractuales eficientes entre el sector público y privado, han tomado mucha relevancia las APPs, los cofinanciamientos y las iniciativas privadas, lamentablemente más en la teoría que en la práctica. Una de las mayores ventajas de los contratos de concesión de infraestructuras es que incluyen las provisiones necesarias para el mantenimiento de las instalaciones correspondientes, con lo cual queda asegurada la calidad de los servicios en el tiempo y evitándose los desastres históricos en los que se rehacía las mismas obras varias veces por el típico abandono en su mantenimiento.

En Lampadia hemos insistido varias veces en la necesidad de ser ambiciosos e imaginativos para cerrar las brechas de infraestructuras en el menor plazo posible. Ver: Sobre cómo financiar e invertir US$ 80,000 millones y Estrategia para el financiamiento de las Infraestructuras. En esencia, nuestra propuesta de Lampadia pretendía inyectar unas chispas que enciendan el debate sobre cómo financiar nuestros requerimientos de infraestructuras aprovechando las condiciones estructurales, favorables de nuestra economía.

Fuente: Perú Construye

Lamentablemente, el gobierno ha dificultado las inversiones en infraestructuras, a veces por desconfianza en el sector privado (al que algunos consideran una suerte de fuerza de invasión extranjera) y otras por los absurdos procesos burocráticos que han crecido como frondosas hiedras. Esperamos que el gobierno de PPK reaccione y tenga la responsabilidad necesaria para priorizar adecuadamente y sin complejos, mejores acciones de gobierno.

El siguiente gráfico resume el ranking del Perú en los cinco factores:

Fuente: Infrascope 2017, Economist Intelligence Unit, Mayo 2017, Traducido y glosado por Lampadia

Breve descripción del avance de las infraestructuras y de las APPs

Perú ha adjudicado un total de 130 proyectos de infraestructura de APPs por un valor aproximado de US $ 48,700 millones durante el período 1990-2016. De acuerdo con la base de datos del Banco Mundial, los proyectos que alcanzaron cierre financiero durante ese período incluyeron:
  • Cuatro proyectos de aeropuertos por un valor de US $ 687 millones;
  • 75 proyectos de electricidad por un total de US $ 15,000 millones;
  • 9 proyectos de tecnología de la información y la comunicación (TIC) por valor de US $ 15,500 millones;
  • 3 proyectos de gas natural por US $ 1,800 millones;
  • 6 proyectos portuarios por un total de US $ 2,000 millones;
  • 5 proyectos ferroviarios por US $ 6,800 millones;
  • 21 proyectos viales por US $ 5,600 millones;
  • 7 proyectos de agua y  saneamiento por US $ 1,300 millones. 

Si bien los proyectos de TIC han representado la mayor participación de inversión desde 1990, más recientemente (entre 1995 y 2016) el sector eléctrico ha recibido la mayor inversión (US $ 14,600mn). Según Infralatam, en 2013, la inversión total de infraestructuras en Perú fue de US $ 11,700 millones (5.8% del PBI), frente a los US $ 9,800 millones (5.1% del PBI) del año anterior. Las inversiones públicas representaron el 55% del total y la inversión privada llegó al 45%. La inversión en el sector energético alcanzó los US $ 2,900 millones (o 1.5% del PBI), frente a los US $ 2,300 millones (o 1.22% del PBI) en 2012. Para 2013, la inversión en infraestructuras para el sector de agua y riego fue de US $ 1,900 millones, US $ 5,700 millones se gastaron en transporte y US $ 1,100 millones en telecomunicaciones.

Breve panorama del entorno para las APP

A principios de los años noventa, el gobierno peruano cambió su modelo económico y empezó a promover la inversión privada a través de procesos de privatización y concesión. En ese contexto, la Ley N ° 059-96 del 27 de diciembre de 1996 permitió la contratación de obras públicas para carreteras, proyectos de saneamiento y aeropuertos. Específicamente, esta ley consolidó las normas que regulan la entrega de concesiones al sector privado para obras públicas de infraestructuras y servicios públicos.

Sin embargo, no fue sino hasta 2008 que el primer marco de APPs fue promulgado por el Decreto Legislativo No. 1012, cuyo objetivo era regular la inversión privada y la participación de varios organismos gubernamentales en el proceso de aprobación de proyectos. Más recientemente, en 2015, entró en vigor un nuevo marco de APPs (Decreto Legislativo No. 1224 y Decreto Supremo No. 410-2015) con el objetivo de reducir la brecha de infraestructuras, alinear las regulaciones de APPs con las mejores prácticas internacionales (es decir, la OCDE) y consolidando las regulaciones relacionadas con las APPs en un solo decreto.

Este marco introdujo nuevos elementos como la creación del Sistema Nacional de Promoción de la Inversión Privada, herramientas de planificación como “Informes Plurianuales de Inversión” y procesos más simplificados y eficientes. Además, con un nuevo gobierno, el Decreto Legislativo Nº 251 del 30 de noviembre de 2016 (regulado por el Decreto Supremo Nº 068-2017-EF y pendiente de ratificación por el Congreso) modificó el Decreto Legislativo Nº 1224 con el objetivo de optimizar aún más los procesos de APPs, estableciendo fronteras claras entre el MEF y Proinversión, modificando el gobierno corporativo y las funciones, introduciendo regulaciones para mejorar la transparencia y prevenir la corrupción, entre otras.

Principales retos en términos de desarrollo de APPs (infraestructuras)

A pesar de la mejora continua del desarrollo de las APPs en el último decenio, persisten problemas institucionales y operativos sin resolver, como la falta de coordinación y las definiciones poco claras de la competencia y las competencias entre las entidades pertinentes; procesos de renegociación constantes (particularmente en los primeros años de contratos de APPs); retrasos sustanciales en la fase de ejecución (por ejemplo, cuestiones relacionadas con la tierra, permisos y licencias); falta de contratos estándar; y la ausencia de planificación estratégica y priorización de proyectos. El marco de APPs revisado recientemente y los nuevos reglamentos complementarios tratan de abordar estas cuestiones complejas, aclarando las funciones entre las partes pertinentes, creando mecanismos para desbloquear los proyectos de APPs adjudicados, sentando las bases de un Plan Nacional de Infraestructuras, entre otras cosas. Sin embargo, estos reglamentos son nuevos y/o pendientes de aplicación, y es demasiado pronto para evaluar su impacto. Otro desafío es la diferencia entre la capacidad técnica para desarrollar APPs en la capital, Lima, y ​​en otras regiones. Es evidente que se necesita un mayor apoyo a los gobiernos regionales y locales en la planificación, evaluación, formulación y monitoreo de los proyectos de APPs. Lampadia



¿Cuáles son los países más ricos del mundo?

Recientemente el Global Finance Magazine publicó la lista de los países más ricos del mundo, basada en información del Fondo Monetario Internacional. La lista de los 30 países más ricos está compuesta mayormente por naciones pequeñas.

¿Cómo se calcula la riqueza de un país? Mediante el PBI o Producto Bruto Interno, que a su vez, se calcula en base al valor de todos los bienes y servicios producidos por un  país, expresado en dólares internacionales, en función de la paridad del poder adquisitivo (PPA) per cápita.

Como ilustración, la cifra comparable del Perú es de $ 13,019 (al 2016).

Entre los resultados más interesantes tenemos que los países pequeños ocupan los 12 primeros lugares del ranking.

Singapur, en el puesto 4, un modelo de desarrollo que hemos presentado varias veces en Lampadia, una ciudad-estado que destaca en cuanto a meritocracia, Estado de Derecho, gobernanza y economía globalizada. Ver en Lampadia: 10 razones que explican el éxito de Singapur, Singapur piensa y planea su futuro y El verdadero modelo de Singapur.

Otro país interesante a analizar es Noruega. Como el principal productor de petróleo y gas de Europa Occidental. Un país que en el Perú, los profesores de economía de la PUCP calificarían como primario exportador, tiene uno de los mejores niveles de vida del planeta, pues supo maximizar su producción primaria para convertirla en desarrollo integral. Ver en Lampadia: Exitoso modelo que aprovecha sus RRNN.

Una de las relaciones más interesantes que se pueden observar es la del binomio de globalización y riqueza, la cual muestra la relación directa que existe entre el grado de apertura de los países al mundo con su crecimiento económico.

Como se puede ver en el gráfico superior, de los 10 países, 8 aparecen dentro de los más ricos del mundo, según el Índice de Globalización 2017 (IG), que desde hace muchos años realiza el think tank suizo KOF Swiss Economic Institute. En el tope está Holanda, con un indicador de globalización de 92.8. Lo siguen Irlanda (92.1), Bélgica (91.7), Austria (90.1), Suiza (88.8), Dinamarca (88.4), Suecia (88), Reino Unido (87.3), Francia (87.2) y Hungría (86.6).

El estudio calcula cuán “globalizado” es un país a partir de una combinación de datos estadísticos: económicos (grado de apertura comercial y de inversiones extranjeras), social (turismo internacional y proporción de inmigrantes) y político (participación en organismos internacionales y tratados con otros países).

Y es que el libre comercio, la más clara expresión de la globalización económica de las últimas décadas, produjo grandes avances de la humanidad en términos de reducción de la pobreza y de la desigualdad globales, la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, la emergencia de una clase media global y el crecimiento de la población mundial al doble de lo que fue hace pocas décadas, con mejor calidad de vida, salud e ingresos. Ver en Lampadia: El libre comercio benefició a los países emergentes.

En palabras de Bjorn Lomborg (Director del Concenso de Copenhague), “Los beneficios del libre comercio, siendo muy importantes, no son tan obvios. Los consumidores obtienen una variedad mayor de bienes a menor precio: se estima que el estadounidense de clase media típico deriva del comercio internacional un 29% de su poder adquisitivo; es decir, puede comprar un 29% más con cada dólar que si no hubiera comercio internacional. El efecto es aún mayor (62%) para el decil más pobre de los consumidores estadounidenses. (…) La oposición al libre comercio ignora la interconexión del mundo en que vivimos. Según un informe de la ONU publicado en 2013, un 80% del comercio internacional se produce a lo largo de las cadenas de suministro de las empresas transnacionales.”

Este tema es especialmente relevante para el Perú, pues, para empezar, acá  algunos despistados políticos y economistas están en contra  con la apertura comercial. Ver en Lampadia: Porqué el populismo le está ganando a los liberales.

En América Latina y el Caribe, el más globalizado es Chile, que ocupa el puesto 40° a nivel mundial. Lo siguen Uruguay (55º), República Dominicana (59º), Perú (60º) y Panamá (62º).

Los resultados son claros: a medida que los países suben en el nivel de globalización, también crece su riqueza. Debemos prepararnos para defender el libre comercio y la globalización para proteger el crecimiento económico y la superación de la pobreza de los países emergentes como el Perú. Lampadia




La globalización es la mayor fuente de bienestar

El Fondo Monetario Internacional advirtió recientemente sobre cómo las dificultades económicas globales están impulsando una ola populista que está en contra de la globalización  y del comercio internacional. El discurso anti libre comercio y anti globalización viene expandiéndose en el mundo, sobre todo en los países ricos, sumado a la inestabilidad e incertidumbre política, generada por el aumento de la desigualdad en las economías avanzadas, la migración y por el impacto del Brexit. Estos ‘scapegoats’ (chivos expiatorios) de los países ricos  pueden tener consecuencias irremediables para la economía mundial, los mercados financieros y sobre todo para los países emergentes, como el Perú, pues sus políticos populistas tienen socios ideológicos locales, nuestras ominosas izquierdas de las ideas muertas. (Ver: El sándwich que amenaza a los países emergentes).​

Fuente: pinterest.com

En una reciente publicación del Financial Times, “El vice Primer Ministro de Singapur advierte sobre el retiro de Estados Unidos en Asia”, Tharman Shanmugaratnam, el segundo hombre en el gobierno, se refirió al aumento del populismo como consecuencia del surgimiento de políticos que están promoviendo un discurso contra el libre comercio y lo que calificó como anti-globalización. “Hay una tendencia de un populismo profundamente anti-globalización que ha llevado a algunos políticos a usar esa retórica para ganar apoyo y eso está provocando incertidumbre”, dijo.

Pero esto ya no es novedad. Tanto EEUU como en Europa han aumentado las voces políticas y sociales contrarias al futuro tratado de comercio trasatlántico (TTIP, en sus siglas en inglés), cuya negociación ha entrado en vía muerta. Y el Acuerdo Pacífico que firmó Barack Obama (el TPP) está en tela de juicio en la campaña presidencial estadounidense: Trump lo ha amenazado y la demócrata Hillary Clinton también cree que debe cambiarse.

Como afirma Paola Subacchi, en su columna “El Libre Comercio Encadenado” publicada en Project Syndicate, “Las encuestas de opinión en ambos lados del Atlántico identifican el comercio como una de las principales fuentes de descontento en las democracias desarrolladas del mundo. Una encuesta realizada por YouGov se afirma que aproximadamente el 71% de los estadounidenses y el 58% de los alemanes creen que sus países deberían adoptar políticas comerciales más restrictivas para proteger sus economías de la competencia extranjera.”

Según Bjørn Lomborg en su artículo de opinión de Project Syndicate, El milagro del libre comercio, afirmó que: “en 2015 las medidas proteccionistas crecieron un 50% respecto del año anterior, llegando a superar por tres a uno a las liberalizadoras. Los miembros del G20 (las principales economías avanzadas y emergentes del mundo, que representan más de cuatro quintas partes del PIB global y tres cuartos del comercio internacional) fueron responsables del 81% de las medidas punitivas.”

Ahora, el FMI muestra su preocupación en su informe de previsiones, donde se calcula un crecimiento del 1.6% para este año en Estados Unidos, seis décimas por debajo de lo que esperaba en julio, y un 2.2% para 2017, tres décimas menos. Por su lado, el PBI mundial avanzará un 3.1% este año, una décima menos que en 2015 (que ya fue un año de débil crecimiento). Ver las previsiones del FMI:

El FMI teme una ola de populismo por la debilidad económica global

El mayor proteccionismo es justamente el causante de parte del freno al crecimiento mundial, como afirmó el Centro para la Investigación de Política Económica, el cual estima que sólo durante los primeros ocho meses de 2016, los gobiernos del G-20 implementaron casi 350 medidas que afectaban los intereses extranjeros. “Los saltos en el proteccionismo del G-20 en 2015 y 2016 coinciden ominosamente con el freno en el crecimiento de los volúmenes de crecimiento del comercio global”, afirmó el centro europeo (al que los europeos no hacen caso). Ver en Lampadia: Es importante defender el libre comercio (y …).

El libre comercio, la más clara expresión de la globalización económica de las últimas décadas, produjo los grandes avances de la humanidad en términos de reducción de la pobreza y de la desigualdad globales, la mortalidad infantil, el aumento de la esperanza de vida, la emergencia de una clase media global y el crecimiento de la población mundial al doble de lo que fue hace pocas décadas, con mejor calidad de vida, salud e ingresos. Ver en Lampadia: El libre comercio benefició a los países emergentes.

En palabras de Bjorn Lomborg, “Los beneficios del libre comercio, aunque mucho mayores, no son tan obvios. Los consumidores obtienen una variedad mayor de bienes a menor precio: se estima que el estadounidense de clase media típico deriva del comercio internacional un 29% de su poder adquisitivo; es decir, puede comprar un 29% más con cada dólar que si no hubiera comercio internacional. El efecto es aún mayor (62%) para el decil más pobre de los consumidores estadounidenses. (…) La oposición al libre comercio ignora la interconexión del mundo en que vivimos. Según un informe de la ONU publicado en 2013, un 80% del comercio internacional se produce a lo largo de las cadenas de suministro de las empresas transnacionales.”

Este tema es especialmente relevante para el Perú, pues, para empezar, acá  algunos despistados economistas están en contra  con la apertura comercial. Hay algunos ciertos economistas que lo consideran “aberrante”, como, por ejemplo los economistas más representativos de la PUCP (Jimenez, Fairly, Francke e Iguiñez). Durante el debate del TLC con EEUU, gran parte del establishment peruano estaba en contra del acuerdo, sin embargo, el 75% de la población lo aprobó.

El tema de la apertura de la economía es un tema pendiente en el debate político. Recordemos que hace muy pocos años, en sus respectivas campañas, García y Humala amenazaron con revisarlo. Afortunadamente, una vez sobre el caballo, no se atrevieron a cambiar de política. Actualmente, está pendiente la aprobación del tratado Transpacífico y sus opositores en el Perú, ya nos han amenazado con todos los males posibles.

En Lampadia hemos explicado que el gran soporte del crecimiento de nuestra economía son el comercio internacional y la globalización, sin ellos no es posible traer la riqueza que nos permita superar la pobreza. Ver: The wind beneath my wings. Así mismo, hemos propuesto que en el próximo APEC, a celebrarse en Lima, el Perú levante con mucha fuerza las banderas del libre comercio y la globalización.

Debemos destacar la importancia del comercio internacional para nuestro desarrollo económico y para beneficio e inclusión de nuestros pobres en la economía de mercado. Lampadia




Mejor juntos que separados, el mundo nos espera

Mejor juntos que separados, el mundo nos espera

La creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIb) de China ha sido aplaudida por el director general del Banco Mundial, a pesar de las múltiples objeciones de los Estados Unidos contra este nuevo vehículo de financiación del desarrollo. El AIIb es el primer banco internacional con sede en Asia que es independiente de las instituciones occidentales creadas con la base de Bretton Woods: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

La predominancia de China en el mundo actual ha aumentando notoriamente, pero la incógnita es si es que el Occidente puede acomodarse a esta nueva realidad. Todavía prevalece un desequilibrio en la distribución del poder en las instituciones globales (BM, FMI y las Naciones Unidas) queno refleja la estructura económica del mundo moderno, lo que debilitaa estas organizaciones. (Ver en Lampadia: El Mundo carece de una Gobernanza Global para el Siglo).

El singapurense Kishore Mahbubani, uno de los discípulos de Lee Kuan Yew, viene insistiendo en que occidente no debiera resistir la mayor presencia de China en el concierto internacional. El aboga por un proceso de convergencia. Ver sus ideas al respecto en Lampadia: WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar?

La preocupación de China, de que las instituciones multinacionales evolucionan muy lentamente y, por supuesto, sus propias ambiciones, la ha llevado a crear el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIb). La frustración de China no es sólo sobre el tamaño de las instituciones y su participación dentro de ellas. En el caso del Banco Mundial, China ha argumentado durante años que deben centrarse más en la infraestructuras y el crecimiento.

El BM ha llegado a ser tan reacio al riesgo, que origina una carga innecesaria a los países prestatarios. En la práctica, muchos países en desarrollo han alejado de utilizara las multilaterales existentes para financiar infraestructuras, principalmente por su lentitud y sus excesivos procesosburocráticos. La respuesta tan positiva de los países en desarrollo a la creación del AIIb refleja la necesidad de un banco de desarrollo que tenga buenas garantías y aún así sea más ambicioso, rápido y eficiente.

Algunas de las principales críticas o temores de occidente, sobretodo de EEUU, sobre el AIIb expresan el temor de que China utilice este banco para fines políticos o económicos. Sin embargo, con un grupo tan diverso de alrededor de 60 países, que ya forman parte de esta institución, sería difícil para China utilizaral banco para financiar proyectos en los países que favorece y excluira otros miembros.

Según algunos expertos, fue la negativa del Congreso estadounidense de aprobar una legislación que le brinde a China más derechos de voto en el FMI y el BM, a raíz de la crisis financiera global, lo que provocó el desencanto con ambas instituciones.

Actualmente, los EEUU y 15 países desarrollados controlan el 52 % de los derechos de voto en el FMI, dejando el 48 % para los 168 países restantes. China, una de las mayores economía del mundo, tiene sólo el 3.8 % del poder de voto – que es una proporción menor que la del Reino Unido, Francia, Alemania o Japón. Brasil, Corea del Sur y México tienen menos poder de voto que la pequeña Bélgica.Las proporciones y tendencias han sido más o menos las mismas en el BM.

EEUU y los europeos también han sostenido firmemente algo que ha sido caracterizado como una “prerrogativa feudal”: la presidencia del BM y el puesto de director gerente del FMI, siguen turnándose exclusivamente entre ambos.

Con un 17% de los votos en ambas instituciones, los Estados Unidos ejerce además, el poder de veto sobre las decisiones de política más importantes. Para demostrar que no quería replicar el comportamiento de los estadounidenses en el Banco Mundial, China anunció que a pesar de su alta contribución al capital del AIIb, no exigiría un poder de veto sobre las decisiones de política.

El éxito inicial de AIIb es una victoria diplomática para China. Esta institución ha incorporado a 57 naciones como miembros fundadores prospectivos. Entre ellos están: China, India, Malasia, Indonesia, Singapur, Arabia Saudí, Brunei, Myanmar, Filipinas, Pakistán, Reino Unido, Australia, Brasil, Francia, Alemania y España. Éstos tienen prioridad sobre las naciones que se inscriban después, porque tendrán la facultad de establecer las normas del banco.

Los EEUU se han manifestado en contra del AIIb, citando principalmenterazones laborales y ambientales, aunque sesospecha que Washington estaría más preocupado de que China logre que su moneda adquiera la calidad de reserva internacional.

La membrecía de Italia y Francia fue un rechazo rotundo a la petición de Washington a los aliados de no aceptarla. Cuando el Reino Unido anunció que estaba considerando unirse al banco, se precipitaron las demás membrecías de los europeos.

Tras el olímpico desconocimiento de la invocación americana, el propio BM le ha dado la bienvenida. Según Bertrand Badré, Gerente General del BM: “Tenemos que ser coherentes con lo que decimos. En primer lugar, las necesidades [de financiamiento] son enormes, decimos que queremos erradicar la pobreza [y] decimos que hay hasta US$ 2,000 millones de dólares de financiación de infraestructuras insatisfecha cada año. Estamos solos, e incluso con todos nuestros socios, no podemos manejar todo esto, así que los recursos adicionales son siempre bienvenidos. Tenemos que estimular proyectos, y mientras más gente apoye en proyectos y plantee cuestiones, mejor. Así que creo que hay espacio para todos.”

China ofreció inicialmente US$ 50 mil millones para el fondo central del AIIb y más tarde lo aumentó a US$ 100 mil millones. Se centrará en la financiación de una serie de proyectos de infraestructura en la región (y más allá), incluyendo energía, transporte, comunicaciones, agua y saneamiento.

Con este aporte, China tendría una participación de 25 a 30 por ciento en el nuevo AIIb, mientras que la India sería el segundo mayor accionista, con 10 a 15 por ciento. Ambos países podrán identificar áreas potenciales para una mayor colaboración económica entre ellos. Mediante la eliminación de las barreras de mercado, podrán mejorar la red de transporte y aumentar las inversiones bilaterales.

En Latinoamérica, Brasil no ha perdido el tiempo en reforzar lazos con China. Hace unos días, el primer ministro chino, Li Keqiang, y Dilma Rousseff, reforzaron su alianza económica con 35 acuerdos millonarios valorizados en 47,500 millones de euros, que incluyen la construcción del Ferrocarril Transcontinental, que saldría del norte de Brasil, atravesaría el Amazonas y los Andes peruanos para desembocar en uno de nuestros puertos norteños. Este proyecto demandaría unos 12,000 millones de dólares.

Para Li Keqiang, el interés de China es:“estimular a nuestros bancos a buscar corresponsales en Brasil, para absorber más capitales y para servir directamente a las iniciativas de cooperación entre las dos partes”. Y añadió, en la declaración posterior a la firma de acuerdos, que “la cooperación financiera desempeña un papel muy importante para estabilizar el mercado financiero y promover la ampliación del comercio bilateral y el empleo de mecanismos de intercambio de moneda”.

Después de la visita a Brasil, Li Keqiang visitó el Perú, donde se reunió con el Presidente Humala y han acordado estudiar la viabilidad de un tramo de 8,000 kilómetros del ferrocarril transcontinental que conectaría la costa pacífica de Perú con la costa atlántica de Brasil. Esta propuesta uniría los Andes con el Pacífico y reduciría el costo de envío de los granos y minerales a Asia. También impulsaría el desarrollo económico a lo largo de la línea férrea, y agilizaría la industrialización en el Perú.

Perú y China firmaron 10 acuerdos de cooperación vinculados a capacidades industriales, energía, minería, infraestructuras, salud e industria aeroespacial. Estos desarrollos se enmarcan en el compromiso del presidente de China, Xi Jinping, de enero pasado, en el que se comprometió a invertir US$ 250 mil millones en América Latina en los próximos 10 años.

Es evidente que Estados Unidos falló al subestimar el poder de China y no optar por la convergencia, pues el “Reino Medio” se está convirtiendo en una fuerza dominante en Asia y ya está extendiendo sus lazos al África y Sudamérica.

El Perú tiene que aprovechar esta oportunidad al máximo posible. No podemos quedemos atrás, tenemos que unirnos al mundo real en pos de nuestro desarrollo integral. Lampadia

Ver también en Lampadia:                                                         

WEF: ¿Se detendrá la gobernanza global en un mundo multipolar?

Urge una nueva geopolítica global, dejen entrar al dragón




El extraño temor de China a una revolución de color

El extraño temor de China a una revolución de color

Por Gideon Rachman, Columnista de Asuntos Internacionales – FINANCIAL TIMES

(El Comercio, 11 de febrero de 2015)

El ministro de educación de China acaba de emitir un edicto a las universidades del país que suena como algo de la época dorada del maoísmo. “No permitan que los libros de texto que promueven los valores occidentales entren en nuestras aulas”, tronó Yuan Guiren. “Cualquier opinión que ataque o difame la dirección del partido o el socialismo nunca debe permitirse”.

Al visitar Beijing la semana pasada, me parece que es algo tarde para acabar con la influencia occidental. La capital china luce todas las marcas occidentales imaginables, desde Lamborghini a Hooters. En los cafés cerca de los campus universitarios de Beijing, los estudiantes chinos chismosean y navegan por Internet, al igual que sus homólogos occidentales. Sin embargo, esa aparente familiaridad puede ser engañosa. Al querer navegar el Internet desde mi hotel, tuve la ingenua sorpresa de darme un encontronazo con la gran muralla cibernética de China, que bloquea el acceso a Google, Twitter y muchos otros sitios más.

En los últimos meses, la altura de esa gran muralla ha subido aun más por causa de una ofensiva contra las influencias occidentales que han afectado a las universidades, los “bloggers” y los horarios de televisión. Las personas que participan directamente en políticas liberales han sufrido mucho más directamente. Las organizaciones de derechos humanos dicen que cientos de activistas han sido detenidos durante el último año. Las organizaciones extranjeras no gubernamentales también están bajo mayores escrutinios y presiones.

Esta represión apunta a una sorprendente sensación de inseguridad en los círculos gobernantes de China. Los eventos del mundo exterior han hecho que el gobierno esté cada vez más preocupado por la amenaza de una “revolución de color” que pondría en entredicho el poderío del Partido Comunista. Eso también se conecta con la ansiedad imperante acerca de la estabilidad interna de China, en momentos en que la economía se está desacelerando y que la campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping está creando descontento entre la élite gobernante.

La ola de revoluciones en el mundo árabe causó profundas angustias en el partido comunista chino acerca de los levantamientos populares contra gobiernos no democráticos – y el caos que pueden desencadenar. El papel que jugaron las instituciones y la tecnología occidentales en avivar estas revueltas fue debidamente notado en Beijing. El hecho de que el levantamiento de Egipto de 2011 se llamó la “revolución de Facebook” y que uno de sus más prominentes activistas era un ejecutivo de Google ayudó a sellar el destino de esas dos empresas en China.

Durante el año pasado, la paranoia oficial china con respecto a la amenaza de una revolución de color ha sido avivada por los acontecimientos en Ucrania y, sobre todo, de Hong Kong. Pareciera que China honestamente comparte la perspectiva rusa del levantamiento en Ucrania, o sea, que este fue organizado esencialmente por EE.UU., utilizando todas sus nefastas herramientas, desde el Internet hasta las ONG. En abril, meses antes de que estallaran las protestas en Hong Kong, Wang Jisi, un prominente académico chino, escribió que las principales preocupaciones de los líderes de Beijing en sus tratos con EE.UU. son “los supuestos planes de EE.UU. para subvertir el gobierno chino y penetrar política e ideológicamente en la sociedad china”.

Las protestas de Hong Kong, que estallaron en septiembre, parecieron confirmar los temores más profundos de Beijing. Desde una perspectiva china, se parecía peligrosamente a la llegada de las técnicas de la evolución de color dentro de las fronteras de China: las protestas de brazos caídos, los estudiantes, los equipos de televisión extranjeros, el uso de los medios sociales y el surgimiento de un nombre pegadizo: el “movimiento

de los paraguas”. El gobierno chino tuvo éxito en bajar el tono de las protestas en Hong Kong. Pero algunos en Beijing afirman ver un patrón siniestro de intromisión occidental, que se extiende desde el mundo árabe a Ucrania, Cuba, Venezuela y ahora Hong Kong.

Más aun, todo este desorden internacional llega en un momento de tensión política en China. La iniciativa política interna de Xi es su campaña contra la corrupción, la cual ha durado más tiempo y golpeado más profundo de lo que muchos esperaban.

Se comenta que la campaña contra la corrupción goza de mucha popularidad entre los chinos, pero amenaza los intereses poderosos. En el último par de meses, el gobierno ha acusado formalmente a Zhou Yongkang, el ex jefe de policía de seguridad interna de China y anunció una investigación de Ling Jihua, antiguo alto asesor de Hu Jintao, el predecesor de Xi.

Quizás Xi esté tan perfectamente en control del sistema político que bien pueda darse el lujo de enfrentarse a poderosos grupos de interés. Pero algunos con buenos contactos en Beijing ahora especulan abiertamente sobre la posibilidad de un intento de destituir al presidente. Algunos señalan que los anteriores brotes de disturbios populares en China, como en 1989, coincidieron con fracturas en la cúpula superior del Partido Comunista.

Sin embargo, en muchos sentidos, China nunca ha lucido tan fuerte. Hace unos meses, el Fondo Monetario Internacional anunció que China es la mayor economía del mundo, al medirse por poder adquisitivo. Los líderes extranjeros están haciendo cola para entrevistarse con Xi, con la esperanza de atraer inversión china. Visto desde el mundo exterior, la aparente ansiedad que sienten los líderes políticos de China parece excesiva, incluso paranoica. Pero, como reza el famoso dicho (occidental): “Solo los paranoicos sobreviven”.