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Los millones que quedaron fuera del Acuerdo con ODEBRECHT

Fausto Salinas Lovón
Cusco
Exclusivo para Lampadia

La semana pasada, antes de que los fiscales ordenaran nuevos allanamientos que fueron muy bien cubiertos por la prensa nacional, el tema central de debate era el costo para el país de la aventura moralizadora de los fiscales Vela y Pérez, quienes dejaron fuera del Acuerdo de Beneficios y Colaboración Eficaz con ODEBRECHT a decenas de obras en las cuales existía evidencia de corrupción que ha quedado reconocida por los mismos autores.

El periodista Plinio Esquinarilla Bellido del Diario Expreso, estimó en el programa radial Democracia y Poder de Radio Universal que los fiscales habían dejado escapar cerca de 20 proyectos que ya estuvieron en el radar del fiscal Hamilton Castro y que los 4 proyectos sobre los cuales versaba el acuerdo no eran ninguna novedad. “Los fiscales hicieron esto para apoyar a ODEBRECHT frente a los apremios financieros de esta empresa”.  Las sobrevaluaciones de obras ejecutadas por esta empresa que los fiscales han dejado pasar se estiman según este hombre de prensa “entre 15,000 y 17,000 millones de dólares en 76 obras”, mientras que “los sobornos a autoridades llegaban a 150 millones de dólares“ y “los aportes a los partidos llegan a 15 millones de dólares”. “¿Donde se han ido los fiscales? estrictamente a los aportes y en particular contra Keiko y Alan, han desnaturalizado el problema”.

Para Mirko Lauer, un periodista de distinta orilla, “los triunfos de nuestros fiscales nos están costando igual o más de lo que se llevó ODEBRECHT”.  Y, “los fiscales han preguntado sobre aquello que Odebrecht ha querido que les pregunten”. En opinión de este columnista del Diario La República, “tal vez para salvar el acuerdo, habría que sacrificar a los fiscales”.

En reacción a lo anterior, el Ministerio Público lanzó la mayor cortina de humo de la temporada pidiendo que se allanen casas, estudios de abogados y la tantas veces judicializada residencia de los Humala Heredia por un caso sobre el cual, en lugar de hacer tanta alharaca, no lo hubieran excluido del Acuerdo.

Pero, ¿de quien fue la responsabilidad de no incluir en el Acuerdo a más de 20 obras en las cuales ya había noticia de corrupción?   ¿De quien es la responsabilidad de haber acotado la responsabilidad de ODEBRECHT a 4 casos y haber dejado de ver miles de millones en sobrevaluaciones?

Para entender que la responsabilidad es de los fiscales, es pertinente leer un fragmento de la resolución judicial aprobatoria del Acuerdo, en el cual la Juez María de los Angeles Alvarez Camacho, encargada del caso hace suya la tesis doctrinaria del Vocal Supremo César San Martín y afirma lo siguiente: ”…no corresponde al Juez suplantar al fiscal respecto al contenido del acuerdo o si sus clausulas pueden ser o no mejores desde el interés público o la justicia material”. Esta afirmación deja muy en claro que la responsabilidad sobre el contenido y alcance de los acuerdos de este tipo y de este en particular es del Ministerio Público y no del Poder Judicial, sin embargo, también evidencia la responsabilidad del Poder Ejecutivo, dado que todo esto no es otra cosa que la aplicación del artículo 34.2 del Decreto Supremo 007-17-JUS, que es el Reglamento de la Ley que regula la Colaboración Eficaz, aprobado por el Ejecutivo.

Dicho de otro modo, en el Acuerdo firmado con ODEBRECHT hay co-responsabilidad entre los fiscales que lo celebraron y el Poder Ejecutivo que acotó o limitó el ámbito de control de los jueces, para que sean los fiscales los que negocien en forma autónoma sin que los jueces puedan revisar el contenido del acuerdo en función del interés público o la justicia material. Ergo, si al hacerlo los fiscales omiten ver obras, coimas y sobrevaluaciones, la responsabilidad es del Ministerio Público y del Poder Ejecutivo que limito el rol de los jueces en esta materia.

¿Entiende usted ahora porque el Ministerio Público lanza cortinas de humo en auxilio de sus alfiles más preciados?

¿Entiende usted ahora porque se van a seguir allanando oficinas, casas y estudios de abogados para seguir haciendo todo el ruido necesario que impida escuchar la desagradable cacofonía de este vergonzoso Acuerdo?

¿Comprende usted ahora porque hasta el encargado de Palacio de Gobierno ha salido a sostener el Acuerdo sugiriendo que no se entregue el saldo de la venta de Chaglla?

¿Comprende ahora porque se cerrará si es necesario el Congreso antes de remover del cargo a estos fiscales y dejar en evidencia todo esto?

La co-responsabilidad de los fiscales y del ejecutivo debe dar lugar a una inmediata investigación en el Congreso, con todas las consecuencias posibles, incluida la vancancia si es el caso. Sin embargo, como es probable que antes de que ello suceda se cierre el Congreso con los aplausos de las redes sociales, el auspicio mediático de diarios, canales y encuestadoras y a partir de hoy con el apoyo de los opositores a Tía María a quienes el presidente ha contentado a pesar de su pobre desempeño económico,  lo más probable es que una investigación de este tipo, si por lo menos se inicia, solo quede para la historia como la verdadera razón por la cual se romperá la institucionalidad constitucional en el Perú, como quedaron en el congreso los informes del diputado Vargas Haya sobre la corrupción de la cúpula militar y de su comandante general Juan Velasco Alvarado en 1968, informes y pruebas que luego fueron saqueados del palacio legislativo para hacernos creer que el 03 de octubre fue una gesta revolucionaria, cuando solamente fue, como puede volver a suceder este 28 de julio, un latrocinio más en nuestra historia republicana. Lampadia




¿Hegemonia china?

Fausto Salinas Lovón
Exclusivo para Lampadia

El lanzamiento del nuevo Cinturón y Ruta de la Seda por parte de Xi Yiping, presidente chino, puede ser un paso decisivo para consolidar el avance económico de ese país y su hegemonía comercial en el mundo. Implica inversiones por más de 1.4 billones de dólares en  infraestructura en dos continentes inicialmente  (Asia y Europa) y pretende llegar posteriormente a África, América Latina y Oriente Medio. Amplía las posibilidades de comercio con la China e incrementa su mercado. La apuesta de los herederos de Deng Xiao Ping por el libre comercio mundial, está dando frutos en un mundo en el cual las naciones que abogaban por el libre comercio (Estados Unidos e Inglaterra) han renunciado al liderazgo para contentar los intereses menores de su política doméstica.

Este importante paso en busca de la hegemonía económica china sólo es posible porque sus condiciones económicas ya le permiten jugar este partido global y haber reunido en Pekín a 150 países y a 37 jefes de estado para el lanzamiento de esta su iniciativa. Para llegar a esta posición han existido condiciones previas. Probablemente la más relevante es el cambio de su paradigma económico después del fracaso de Mao Tse Tung en el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural que empobrecieron y mataron a millones de ciudadanos chinos[i] convirtiendo en necesarias y legitimas las reformas de Deng Xiao Ping. Otra razón, desde nuestra perspectiva latinoamericana, fue ensayada por Alan García y tiene que ver con la personalidad única y la filosofía confuciana[ii], que explicarían las razones culturales de este avance. Niall Ferguson por su parte cree que tienen que ver con el hecho de que el Asia y en particular la China, que tuvieron la preponderancia en la antigüedad, han descargado en las últimas décadas la app correcta, la misma que descargo occidente a finales del Siglo XVII [iii] y que occidente ha dejado de usar verse asfixiada por las apps del welfare, la sobre regulación y el dirigismo colectivista que aplasta la capacidad creativa, la vocación por el trabajo, el sentido del esfuerzo, la iniciativa privada y porque no, la ciudadanía en su verdadero sentido: binomio de derechos a partir de obligaciones.

Otro factor relevante que hace posible la pretensión hegemónica china tiene que ver con el cambio de eje de la economía mundial, que ha pasado del Atlántico al Pacifico y en el cual, tienen un rol preponderante junto con la China, economías como las de Japón e India, que en función al PBI 2019 son 3 de 5 economías más grandes del mundo. El PBI del Asia Pacífico ha pasado de 500 billones a principios de los 90 a más de 2,000 billones en el 2018. Dicho de otro modo, la hegemonía China no hubiera sido posible sin los avances previos, de Hong Kong, Singapur, Taiwán, Japón y Corea del Sur, del avance subsecuente de economías derivadas del modelo chino como Malasia o Vietnam, que hoy hacen maquila de textiles, juguetes y artefactos, mientras la China ya domina la telefonía 5-G, fabrica aviones y ensaya proyectos espaciales.

Sin embargo, la pretensión hegemónica de la China puede quedar coja si este país, en su rol global, no comprende que el concepto de hegemonía es mucho más que un concepto económico. Es un concepto cultural. Y allí, China tiene que pasar de la propaganda a la actuación internacional ética.

Para asumir la hegemonía cultural mundial no basta colocar en las calles de Guangzhou o de Shang Hai carteles con los “socialists core values” donde se incluyen a la democracia, la libertad, la justicia, la equidad y el imperio de la ley. Hace falta comenzar a creer en ellos y, por lo menos en el plano internacional en el cual se pretende tener influencia, tomar distancia de naciones y sociedades en las cuales estos valores fundamentales son vulnerados cada día y donde los ciudadanos no tienen democracia, libertad, justicia, equidad ni imperio de la Ley. Sin coherencia en la prédica y exigencia de estos valores, todos ellos y en particular la integridad termina siendo solamente un producto chino de mala calidad.

La Hegemonía tiene entonces un componente ético. Tiene que ser moral, para ser tal.

Venezuela y en cierta medida Nicaragua son el paso que le falta a la China para pretender conseguir la hegemonía moral en el mundo. 

Su posición cómplice con las atrocidades que los gobernantes de esos países perpetran contra los “socialist core values” despinta totalmente la pretensión china de influencia y hegemonía global. Sin embargo, el cambio de posición que adopte frente a estos países, en particular frente a Venezuela luego de las lapidarias conclusiones del Informe Bachelet que describen en ese país un genocidio atroz, puede ser el paso que le falta a China.

¿Habrá olvidado la China que la hegemonía mundial de los Estados Unidos, ahora tan devaluada, no se obtuvo por la difusión de las ventas de la General Motors, Coca Cola Company o International Petroleum en el mundo durante el siglo XX? ¿Creerán los chinos que basta con tener el control de las redes 5-G, la fabricación de celulares o el “made in china” en todo el mundo?  Se equivocan. Sólo la defensa de la libertad, la justicia y los derechos humanos durante la primera y la segunda guerra mundial permitieron la hegemonía norteamericana y precisamente el abandono de estos propósitos en su política exterior por razones económicas explica su declive.

Para que la China pretenda tener la hegemonía mundial le hace falta dar por lo menos un paso: exigir que en Venezuela hayan “socialist core values”. Lampadia

[i] Mao en el mayor genocida de la historia de la humanidad (78 millones de muertos sin contar los miles que sus ideas mataron en el resto del mundo, incluido el Perú).
[ii] Confucio y la Globalización. Alan García Pérez 2013.
[iii] Nial Ferguson, La gran degeneración.




Incrustaciones liberales en las conversaciones cotidianas

A propósito del libro BICENTENARIO ¿Nada que celebrar? De Pedro Morillas

Fausto Salinas Lovón
Cusco
Para Lampadia

Esta semana se presentó en el Cusco, al igual que en Lima dos semanas atrás, el libro BICENTENARIO ¿Nada que celebrar? de Pedro Morillas. Un texto ligero de 253 páginas, editado por Saxo, que contiene las conversaciones de tres personajes alternadas con una historia novelada de los antepasados de estos tres protagonistas: un caballero trujillano centenario, su hijo septuagenario y un sobrino. A través de este libro Pedro Morillas, un empresario reconocido antes que un literato, ha dado lo que Vargas Llosa llama el “viaje a la ficción”.  Desde la ficción y con la libertad que esta otorga, nos lleva por un conjunto de relatos, en distintos tiempos y circunstancias, que muestran la realidad cotidiana de nuestro país, su historia y sus orígenes. Como en todas las conversaciones cotidianas de los peruanos, el autor a través del libro pasa revista de la actualidad política, el pasado violento, las utopías revolucionarias, las crisis económicas, el mercantilismo empresarial, el racismo, la brujería, el carácter aventurero de nuestros conquistadores, entre muchos otros temas, para mostrar las luces y sombras de la identidad peruana. El libro no tiene la pretensión de decirnos si debemos celebrar o no el Bicentenario. Tiene el mérito de darnos razones para pensar de una u otra manera. Sin embargo, tal vez el mayor mérito del autor este inclusive más allá de eso, esté en haber recreado las conversaciones cotidianas de los peruanos, esas a través de las cuales, en cafés, reuniones familiares, bares, clubes, universidades, sindicatos o panderos se imagina y se resuelven los problemas del país, todos los días.

Pero el autor, a través de sus relatos y probablemente sin quererlo, ya que no es un activista político, ni siquiera un liberal confeso, ha incrustado el libro de muchas ideas. Hay en este texto entonces, incrustaciones de todo tipo. Incrustaciones empresariales (provenientes de su trayectoria), cosmopolitas, históricas, políticas, sociales. Sin embargo, las que me interesa destacar, advirtiendo de que quizás el propio autor no se haya percatado del sentido de sus propios relatos, son aquellas que yo llamo las incrustaciones liberales en el pensamiento de Pedro Morillas. Que, al igual que sus relatos, están en todas las conversaciones cotidianas, sin que las personas siquiera se den cuenta.

Las incrustaciones liberales que encuentro en esta obra y que están también en las conversaciones cotidianas de los peruanos son, entre otras, las siguientes:

  • En primer lugar, su “viaje a la ficción”. Mario Vargas Llosa cree que “no es impropio decir que sin la ficción la libertad no existiría y que, sin ella, la aventura humana hubiera sido rutinaria e idéntica”. Morillas al saltar a la ficción contribuye de un modo concreto en la causa de la libertad, de la libertad de creación intelectual y de pensamiento.
  • El alegato en pro de la libertad de información y en contra la manipulación mediática, el adoctrinamiento y el adormecimiento religioso, que se ve en las páginas de este libro, no solamente es liberal, sino actual en tiempos de monotonía informativa patrocinada por el gobierno y de interesada tergiversación hacia lo “políticamente correcto”. No hay nada que destruya más la libertad que la oscuridad o la tergiversación.
  • La preocupación por la corrupción, la idoneidad pública y el cumplimiento de la ley, puntos de partida de todas las conversaciones peruanas, también son una preocupación liberal, aunque algunos personajes de la obra exageran la nota y pretenden dejar entre paréntesis los derechos humanos o pasar a juicios y ejecuciones sumarias, lo cual ciertamente sale del molde liberal.
  • La preocupación por la educación básica de los personajes del libro y de todos los peruanos tiene que ver con una preocupación profundamente liberal: la “igualdad de oportunidades”.
  • El alegato en favor del férreo cumplimiento de la Ley, que cruza el libro en diversos momentos y que reclaman los ciudadanos en toda conversación, son también una piedra angular de este tipo de ideas.
  • Las reflexiones sobre el crecimiento chino actual y las libertades económicas en ese país, van en la misma dirección, así como el alegato en favor del desarme y la ausencia de ejércitos, que ya estuvieron presentes en las disquisiciones de Adam Smith acerca del costo y riesgo para la libertad que pueden implicar los ejércitos.
  • Finalmente, en los relatos de Pedro Morillas hay una declarada preocupación por la pobreza y el atraso. Esta preocupación es la principal de la agenda nacional junto con la inseguridad. “Ninguna sociedad puede ser próspera y feliz si la mayoría de sus miembros son pobres y miserables”. Pero, esto último, no lo dice el autor, lo dijo Adam Smith en la Riqueza de las Naciones, pero parece calcado en varios de los relatos del libro que comentamos.

No es posible saber si el autor decidió incrustar su texto de estas ideas o si estas fueron fluyendo, como pensamos, del simple sentido común que todos tenemos y cuya raíz, proviene de la libertad del espíritu. Lo cierto es que estas ideas se hallan presentes, incrustadas como diamantes, en las conversaciones cotidianas de los peruanos, aunque estos no sepan su verdadera raíz liberal. Lampadia




El gobierno de las encuestas

Fausto Salinas Lovón
Cusco
Para Lampadia

En un país donde el Presidente provisional gobierna para las encuestas, donde su respaldo político son únicamente los índices de aprobación semanal que exhiben sus medios de comunicación aliados, donde sus partidarios son los ciudadanos supuestamente agrupados en encuestas por uno y otro tema y donde las iniciativas políticas del gobierno son previamente consultadas a manera de globos de ensayo a través de  encuestadoras o de institutos de investigación, como ya lo advierte Lampadia en ZAPATERO A TUS ZAPATOS, conviene saber si hay nexos entre encuestadoras, medios de comunicación y gobierno. Muchos creen que si y, por ende, llego a pensar que esta reflexión puede ser un pleonasmo. Pese a ello, creo que algunos datos y reflexiones pueden ayudar a comprender lo que está sucediendo.

Tomemos solamente un par de muestras.

  • El sitio web de DATUM, una reconocida encuestadora internacional, con sede local. Allí se puede ver que tiene 7 grupos de clientes. Uno de ellos se denomina: Instituciones del Estado y figuran como clientes: Sunat, Essalud, Consucode, ONPE, Mincetur, Prom Perú, MTPE, RENIEC, ONP y Poder Judicial. En el rubro de clientes de Banca y Finanzas figura otra entidad estatal: el Banco de la Nación. En el rubro de clientes del sector Energía y Minas aparecen otras dos entidades estatales: Electro Perú y Petro Perú.  Dicho de otro modo, solo esta encuestadora, en el año 2019, tiene registrados como clientes destacados en su sitio de internet a 13 entidades estatales, 12 de ellas del Poder Ejecutivo. En otros rubros de clientes de esta encuestadora figuran CLARO, LATINA, PERU 21 Y GESTION. Datum Internacional, como resulta lógico, está acreditada como proveedora del estado en el SIAF.
  • El IEP ha sido quien elaboró en abril pasado, la encuesta que consulta a la opinión pública ¿si estaría o no de acuerdo con que el presidente cierre el congreso? Esta encuesta, arroja un 70% de aprobación a esta medida y antecede a la cuestión de confianza. El IEP, conocido centro de investigación y publicación vinculado a la izquierda, ha incursionado en el rubro de los sondeos de opinión y, al igual que DATUM, también figura en el SIAF como entidad proveedora del Estado.

A partir de estos pequeños y aislados datos, convendría saber ¿cuales son las razones de oportunidad, conveniencia o necesidad que lleven a SUNAT, por ejemplo, a contratar encuestas? ¿Cuales son las razones por las cuales un centro de investigación social es proveedor del Estado? Debe haber muchas razones, lo que convendría es saberlas en aras de la trasparencia para no pensar que esta es la forma a través de la cual el Poder Ejecutivo financia su aprobación ciudadana. De igual forma la ONP podría explicar como las encuestas le ayudan a cumplir más oportunamente con las pensiones de miles de jubilados que hacen largos procesos judiciales para cobrar reintegros ínfimos. Deben existir muchas razones de necesidad y oportunidad que justifican estos gastos. El propio Poder Judicial. ¿Será acaso que evalúa sus decisiones judiciales a la luz de las encuestas de opinión y no de su validez lógica intrínseca y de la validez material de sus razonamientos a la luz de las leyes, la Constitución y los instrumentos internacionales que nos vinculan? Sería necesario saberlo.

Sin embargo, las encuestadoras y los institutos de investigación que hacen sondeos de opinión no tendrían relevancia si no tuvieran cajas de resonancia mediática que adquieran sus resultados, los encargan previamente y por supuesto, los difunden. En tiempos electorales, medios y encuestadoras captan la mayor parte de los recursos de los partidos para las campañas. En tiempos sin elecciones la cosa no parece ser muy diferente, a juzgar por los gastos de publicidad estatal. Al respecto, es muy relevante la tendencia creciente de este gasto en nuestro país.  En el 2013, se estimaron en 151 millones de soles. En el 2014 en 169 millones de soles 2014 y en el gobierno de PPK, entre agosto de 2016 y diciembre de 2017 (dos meses antes de que lo echen) se gastaron 571 millones de soles, según datos publicados en el Diario Expreso. El dato, luego de la inconstitucionalización de la Ley Mulder debe ser interesante y seguramente solo confirme esta tendencia.

¿Se puede afirmar entonces que no existe conexión entre gasto público, medios y encuestas? Obviamente no. Los datos muestran que hay líneas de conexión. Hay recursos públicos en los medios. Hay recursos de los medios en las encuestadoras y hay encuestadoras como proveedoras del Estado.

¿Es esto malo per se?

No.

Pero hay que saber por qué razón existen estas líneas de conexión y cuales son las razones de oportunidad, conveniencia y necesidad que justifican la publicidad estatal y las encuestas. De lo contrario, sería válido opinar y pensar que este es un mecanismo indirecto de financiamiento de su aprobación ciudadana.

El susto de los congresistas luego de la arremetida de los medios por la Ley Mulder los llevó a ignorar el mensaje del Tribunal Constitucional: Prohibir es inconstitucional. Regular no. La regulación bien podría poner topes y, sobre todo, exigir que haya razones de oportunidad, conveniencia y necesidad justificadas y válidas para que haya recursos públicos en los medios y a través de ellos en las encuestas. Lampadia




Populismo Judicial

Fausto Salinas Lovón
Abogado
Cusco
Para Lampadia

EL POPULISMO

El populismo es un concepto controvertido[i], sin embargo, puede entenderse como “un modo de identificación a disposición de cualquier actor político que opere en un campo discursivo en el cual la noción de soberanía del pueblo y su corolario inevitable, el conflicto entre los poderosos y los débiles, constituyen elementos centrales de su imaginario político[ii]. Para el populista, por lo tanto, lo primordial no es el bienestar de largo plazo, sino el contento del elector, la aprobación ciudadana, el beneplácito de las redes sociales, el favor de las encuestas o sintonizar con el parecer de las “mayorías”. El populista no se inclina ante la Constitución o la Ley, se inclina ante la aprobación de su soberano: el pueblo.

¿LA JUSTICIA PUEDE SER POPULAR?

La justicia no puede verse en este espejo. La justicia sólo debe verse en el espejo de la Constitución y las leyes y, debe ser inclusive impopular y es, por naturaleza contra mayoritaria. Para Luigi Ferrajoli, un jurista italiano que no puede ser calificado de liberal o de derecha, sino más bien de izquierda, padre del neo constitucionalismo y del garantismo penal, “la fundamentación principal del papel de los jueces está en su actuación de acuerdo con el derecho[iii]. Ernesto Garzón Valdés afirma, en esta dirección, que “la función de los jueces supremos no consiste en expresar en sus fallos la voluntad popular, sino por el contrario, poner límites a los posibles extravíos inconstitucionales de los representantes de esa voluntad[iv]   

¿QUE ESTA SUCEDIENDO EN EL PERU?

El sistema judicial ha tenido que asumir un rol importante en los casos de corrupción pública, desarrollando un claro activismo judicial, particularmente (pero no exclusivamente), a nivel de la justicia anti corrupción. Simultáneamente, se puso al descubierto una red de corrupción intra e interjudicial que ha deteriorado más la percepción ciudadana de este poder del Estado.

La combinación de ambos factores, a mi juicio, ha impulsado un peligroso populismo judicial caracterizado por el hecho de que no pocos componentes de este sistema (jueces de primera instancia, jueces superiores, jueces supremos e inclusive órganos de control) han preferido, antes que el apego al derecho y la jurisprudencia, el agrado de la ciudadanía y el elogio de las redes sociales. Veamos algunas evidencias indicativas de ello, en el ámbito del Poder Judicial, reservando los casos del Ministerio Publico para un próximo comentario:

  • En el ámbito de la justicia anticorrupción, luego de que el Tribunal Constitucional, que es el supremo intérprete de la Constitución, anulara la prisión preventiva de los señores Ollanta Humala y Nadine Heredia a través del caso 04780-2017, quedó claramente cuestionado el modus operandi de la fiscalía y de los jueces anticorrupción de solicitar y conceder (respectivamente) prisiones preventivas sin juicio y acusación previa. Solicitarlas por parte de los fiscales, con posterioridad a ese fallo que se emitió hace un año y lo que es peor, concederlas por parte de los jueces, solo se puede entender porque estos últimos dejaron de actuar en función de la Constitución y la ley y actuaron, como dice Ernesto Garzón Valdez, buscando “expresar en sus fallos la voluntad popular”.  Muchos jueces, además del Sr. Carhuancho han sido los que han actuado de este modo. Los que han actuado en sentido distinto, han sido ciertamente la minoría. Recién un año después de anulada la prisión preventiva se ha conocido la acusación del Fiscal.
  • Otro caso que llama poderosamente la atención está referido al “enfoque de género en la educación” en el cual se ve un paralelismo inocultable entre los resultados de las encuestas contratadas por el MINEDU acerca del tema y la evolución de los votos de los jueces supremos en la Acción Popular promovida por un grupo denominado Padres en Acción (Casación 23822-2017 Sala Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República).  Desde 2017, el MINEDU exhibió encuestas que arrojaban una abultada opinión favorable al citado enfoque y, curiosamente a los pocos días de que se conoce el fallo favorable al MINEDU, un último sondeo de la misma encuestadora que contratara el mismo ministerio, arrojó un respaldo de más del 80 % a este enfoque. Se tiene entonces una evidencia concreta: la decisión coincide con el supuesto sentir popular expresado en las encuestas. Sin embargo, no necesariamente coincide con la Constitución ya que el reclamo de participación de la familia en la elaboración del enfoque educativo, que fue materia central de la demanda, ha sido dejado de lado, vaciando de contenido el artículo 4 de la Constitución que consagra “la protección de la familia y el matrimonio y los reconoce como institutos naturales de la sociedad”, así como el artículo 5 de la Constitución que “define el matrimonio como la unión estable del varón y la mujer”. Este caso muestra un ejemplo de justicia que tiene todo el respaldo de los ciudadanos, pero que, salta barias disposiciones constitucionales vigentes.
  • Otro síntoma del populismo judicial es el propio sistema de comunicación del Poder Judicial y en particular la llamada Justicia TV, que no tiene un mecanismo aleatorio, normado ni mucho menos general de cobertura de las actuaciones judiciales, como por ejemplo sucede en el Tribunal Constitucional en el cual “todas las audiencias” son televisadas sin selección u orientación previa. En el Poder Judicial, su sistema de comunicación decide a qué procesos da cobertura, qué decisiones difunde y cuanta cobertura otorga a un juez, convirtiéndose en un arbitrario sistema de propaganda del sistema judicial donde unos casos tienen prevalencia frente a otros. Lo que origina esto es que sólo ciertos casos se ponen frente a la opinión pública y que solo los casos que el sistema de comunicación judicial o los jueces deciden hacer públicos. ¿Quien decide qué casos se transmiten y que casos no? ¿Podrán los jueces contradecir ante las cámaras a la Opinión Pública? ¿No es esta una forma de hacer que los jueces y casos televisados vayan preponderantemente en una dirección y no en otra? ¿Cual es la razón de desplegar recursos estatales para la figuración mediática de algunos jueces y casos? ¿Que puede esperar un litigante o un defensor cuando advierta que su caso confrontará a la opinión pública antes que a la Constitución, las leyes o la jurisprudencia? Probablemente tendrá que esperar que los jueces prefieran violar la Constitución y las leyes (que no otorgan likes) antes que dejar descontentos a los televidentes y las redes sociales, que si los otorgan. 
  • Si lo anterior no fue suficiente para ir entendiendo el sentido de lo que llamamos el populismo judicial, que apela al pueblo antes que al baremo constitucional, el Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura, doctor Vicente Walde Jáuregui no dudó en subir a un helicóptero para trasladarse hasta la Comunidad de Challhuahuacho a fin de atender el pedido de los comuneros de la zona de las Bambas, procesados por diversos delitos,  para revisar la actuación de los jueces que abrieron procesos judiciales contra aquellos. La OCMA en medio del falaz conflicto entre poderosos y débiles. El resultado era de esperarse: días después la Corte de Apurímac pasó de la concesión inmediata de la prisión preventiva a la liberación. ¿Era posible acaso otro resultado si quien sanciona a estos jueces acudió al llamado de los “supuestos” débiles para investigar la actuación de los jueces que los procesaron?  ¿Se podrá esperar que algún juez procese o sancione a un extorsionador, secuestrador o agitador social violento? Sin duda no.

QUE SE PUEDE HACER

Lo primero es advertir que existe populismo judicial. Hay que reconocerlo y finalmente corregirlo. Esos son los primeros pasos para evitar su proliferación y lograr que los jueces respondan a la Constitución y las leyes y no frente a las encuestas.

Se debe revisar el funcionamiento arbitrario del sistema de comunicación judicial y la conveniencia o no de transmitir las audiencias judiciales. Si ese fuera el criterio, se deben establecer criterios generales que no dejen espacio para la arbitrariedad y la orientación ideológica o política en la comunicación judicial.

Se debe sancionar a los jueces que, so pretexto de su autonomía, desacatan la Constitución y las leyes, y en particular a los que desacatan los criterios establecidos por el Tribunal Constitucional en la interpretación de la Constitución y los derechos fundamentales. Para ello, el sistema de Control de la Magistratura debe funcionar y no tolerar este tipo de infracciones alegando la “independencia judicial”.

El Congreso de la República, en cumplimiento del artículo 99 de la Constitución, debe ejercer sus atribuciones de acusación contra los jueces supremos que infrinjan la Constitución.

Finalmente, como todo esto probablemente no sea posible por el corporativismo judicial o la falta de decisión política de un Congreso que también mira las encuestas y no la Constitución, queda demandar un rol más activo del Tribunal Constitucional (y también de los jueces que revisan las acciones de amparo) en la revisión de las decisiones judiciales que infringen la Constitución.

Solo así será posible tener un activismo judicial positivo en pro de la justicia y la sanción de la corrupción pública, revertir el populismo judicial, evitar el tránsito a una dictadura judicial y tener decisiones judiciales ajustadas a derecho antes que al aplauso efímero e inorgánico de las redes sociales o los medios de comunicación. Lampadia

 

[i] Francisco Panizza. Compilador. El populismo como espejo de la democracia. . 1ra. Edición, Bs. As, : Fondo de Cultura Económica, 2009, pag. 9

[ii] Ob cit. Pag.14

[iii] Michelle Taruffo. Leyendo a Ferrajoli. Consideraciones sobre la jurisdicción. Doxa. Cuadernos de Filosofía del Derecho.

[iv] Rodolfo Vásquez. Justicia Constitucional, Derechos Humanos y Argumento contramayoritario.




La voz de las regiones sobre la corrupción judicial

Uno de los mayores empeños de Lampadia es movilizar a la clase dirigente peruana hacia la acción cívica, para así ayudar a marcar el camino de la prosperidad de todos los peruanos. Hoy tenemos el privilegio de presentar las ideas, sobre la crisis de corrupción en el sistema judicial, de un cusqueño comprometido con su Cusco y con el Perú.   

Entrevista de Lampadia a Fausto Salinas Lovón

Fausto Salinas Lovón, es cusqueño, abogado graduado en la PUCP, 26 años de ejercicio de la profesión, socio fundador del Estudio Salinas y Tamayo Abogados y ex presidente de la Cámara de Comercio del Cusco.

El Congreso de la República va a sesionar, a pedido del presidente Vizcarra, para remover a todos los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). ¿Es esta la mejor salida?

Es atribución del Congreso nombrar y remover a los miembros del CNM. Uno ha renunciado y los demás, acaban de poner sus cargos a disposición, por lo tanto, la remoción será un mero trámite, pero el asunto no queda allí. Hay dos temas que preocupan y que pueden quedar sin revisar con una salida de este tipo.

  • El primero es que hay responsabilidades personales de cada miembro que se deben investigar y conocer, no solamente por el bien de cada consejero que no esté involucrado en actos de corrupción, sino también por el bien del Sistema Judicial, para conocer quien es quien, a que intereses responde y hasta donde llegan las ramificaciones de todo esto.
  • El segundo es que este CNM ha nombrado, ascendido y sobre todo ha ratificado jueces y fiscales en las condiciones que hemos visto. ¿Eso va a quedar así?  Sería una tremenda afrenta.

¿Coincides entonces en que hay muchos actores involucrados y que no se está conociendo toda la magnitud del problema?

Sin duda. Solo hemos conocido lo que han visto por conveniente mostrar hasta ahora. Deberían mostrar todo, para que sepamos la magnitud del problema. Sobre todo, para saber quienes más están involucrados. Esta grave herida de la institucionalidad debe ser abordada como se cura una herida infectada: no se puede cerrar la herida sin retirar toda la pus. Incluso el tejido sano que esta en el contorno de una herida se retira para lograr una adecuada regeneración. Eso es lo que se debe hacer.

Mencionas que no se conoce todo. ¿Crees que hay cálculo político en la entrega de la información?

Podría haber. Sería sano que el IDL muestre todos los audios que tengan interés público, sin ningún calendario u orden, ya que las entregas por capítulos se prestan a esta interpretación.

Removido el CNM, ¿que más sugieres hacer?

Revisar todo lo actuado por el actual CNM en todos los procesos de nombramiento, ascenso y ratificación. Tiene que escudriñarse una a una cada elección, revisarse la metodología y lo que ha sucedido. Sólo así se podrá confiar en los jueces designados, ascendidos o ratificados por este CNM. Los jueces y fiscales que nada temen, no tendrían por qué preocuparse, ya que pueden salir airosos frente a cualquier CNM que se designe.

Si no se aborda esto, estaremos dejando a los ahijados de Waldo Ríos, Nogueira, Gutierrez Pebe, Aguila y Velasquez en la actividad judicial y fiscal. ¿Algo cambiaría con ellos dentro del Sistema?

Esta debiera ser la primera tarea del nuevo CNM en un plazo perentorio de 3 meses.

Los audios han mostrado entrevistas inauditas. Preguntas impertinentes y una total falta de idoneidad en la selección. Esto nos lleva a preguntarnos. ¿Qué clase de jueces y fiscales se han elegido?

Por esto mismo, para separar el trigo de la paja y dejar en un lado a los jueces y fiscales correctos y poner en otro lado a quienes actúan en función de intereses subalternos, no basta aceptar la puesta del cargo a disposición del CNM y designar otro, se debe revisar todo. Por ejemplo, se debe saber las razones por las cuales se buscaba que Orlando Velásquez sea elegido presidente del CNM y ¿que jueces supremos favorecieron esa elección y a cambio de qué?

En Lampadia creemos que una de las medidas para enfrentar esta crisis judicial es, cambiar la forma de elegir el CNM, por un concurso público. ¿Crees que será suficiente?

Es imprescindible.  La crisis en el CNM ha puesto en evidencia algo que no queremos aceptar: la corrupción no está focalizada en la clase política o la judicatura, alcanza a toda la sociedad, ya que los consejeros cuestionados representan a universidades públicas, colegios profesionales, a pseudo universidades privadas y a colegios de abogados, no solamente a jueces y fiscales. Por lo tanto, tenemos un grave problema en la escala y magnitud de la corrupción que obliga no solamente a cambiar la forma de elección, sino también a la elevación de la valla de los que pueden postular (todo lo cual no es incompatible con el 155 de la Constitución) a fin de que elijamos mejor y sólo algunos calificados puedan postular. Se debe limitar el universo de elegibles, eso es fundamental.

De otro lado, serían necesarias algunas medidas como:

  1. Establecer incompatibilidades para postular y luego de ejercer el cargo (con lo cual se evita la famosa puerta giratoria entre el estado y la actividad privada).
  2. Crear una agenda de integridad o probidad específica en el funcionamiento de esta entidad a la que se sujeten sus miembros y quienes acuden a él.
  3. Elevar las sanciones penales por infracciones a las normas de integridad y probidad que se mencionan.
  4. Establecer la inhabilitación definitiva de quienes sean sancionados por infracción a estar normas de incompatibilidad.

También creo necesario que se exija la implementación de la participación de los miembros adicionales elegidos por empresarios y trabajadores, previsto en el artículo 155 de la Constitución, que nunca se ha puesto en vigencia y que permitiría una mayor participación ciudadana en este organismo.

Finalmente, sería necesario que la votación de cada consejero sea pública y transparente en todos los casos de ratificación, asenso y nombramiento.   

Pero la participación de colegios profesionales y de abogados no ha dado buenos resultados. ¿No se debiera cambiar también?

El funcionamiento patrimonialista que denuncia Lampadia, que supone el intercambio de favores, pagos y lealtades, se ha visto a todo nivel, no solo entre consejeros elegidos por abogados o profesionales. Si el CNM estuviera formado sólo por magistrados o mayoritariamente por estos, el riesgo de corporativización es alto. Si la mayoría del CNM tuviera origen político, tendríamos el riesgo de partidarización política. La Constitución de 1993 buscó una fórmula mixta. Creo que debemos mantenerla, pero elevando el nivel de los elegibles, acotando el universo de los que pueden ser miembros para que la corrupción de la sociedad no permee fácilmente en esta Institución.

¿Y cual es el rol de la Corte Suprema?  ¿Es la llamada a resolver este problema?

No hay forma. Los audios conocidos hasta hoy comprometen a miembros de la propia Corte Suprema. A Hinostroza Pariachi, que era presidente de la Segunda Sala Penal, haciendo negociaciones incompatibles y a Duberlí Rodriguez, quien es el presidente del Poder Judicial, cuyo asesor invita a almorzar en su nombre y de quien se dice habría participado en la celebración de la elección de Velásquez como Pdte. del CNM. Todo esto debe ser investigado. No hay forma que los investigados resuelvan esta crisis. Hay decenas de magistrados superiores honorables en todo el Perú que pueden sustituir una Corte Suprema que tenga este tipo de cuestionamientos.

Lampadia




Los relatos de América Latina han creado una realidad peor

Hoy compartimos con nuestros seguidores, un magnífico discurso de Fausto Salinas Lovón, que denuncia como los ‘relatos’ han creado en América Latina y el Perú, una interpretación de la realidad que nos ha llevado a desenfocar nuestra visión del desarrollo y nuestra acción política, para terminar cayendo en los tres grandes males de nuestra región, el autoritarismo, el populismo y la corrupción.

Tres grandes males que se refuerzan mutuamente y distraen la atención de los ciudadanos, evitando una presencia crítica en la formación de nuestras estrategias de desarrollo y las políticas públicas.

Fausto, un cusqueño comprometido con la construcción de nuestra nación, colaborador de Lampadia, tiene el valor de alejarse de lo ‘políticamente correcto’, para prender las luces que deben ayudarnos a reaccionar hacia la acción cívica. Reclamo que les plantea a sus colegas del Rotary International, en la inauguración de la Conferencia del Distrito 4455, en el Cusco.

Fausto Salinas Lovón
Cusco
Compartido con Lampadia

Conferencia pronunciada en la Inauguración de la Conferencia Distrital del Distrito 4455 de Rotary International, en el Cusco, el 25 de mayo de 2018

El propósito de esta conferencia es mostrar cómo en América Latina los relatos sobre su historia se van alejando de la realidad, se convierten en una nueva historia y han creado una realidad mucho peor.

La historia de América Latina está llena de relatos. La realidad, desde el sur del Rio Grande hasta la Patagonia, ha sido una sola y ha estado allí, por varios siglos después de la conquista, sin embargo, los relatos que se han dado para contar esa historia y sobre todo para explicarla, han sido muy variados y de distinto tipo.

En la colonia, hubo dos tipos de relatos. Unos que nos decían que no éramos una civilización, que discutían inclusive nuestra condición humana (me refiero a Jines de Sepulveda en la Conferencia de Valladolid) y que, como lógica consecuencia de ello, nos proponían cambiar todo y sustituir una parte de nuestra esencia por el modo de vida de la metrópoli. El otro relato, nos decía que, si fuimos un conjunto de civilizaciones y culturas y que la colonización sólo era despojo, saqueo y muerte, siendo la consecuencia lógica la necesidad de restablecer la utopía precolombina. Este último relato, ciertamente parte de un hecho histórico: la conquista y el exterminio de varias civilizaciones y culturas; sin embargo, oculta, al igual que el primero, el verdadero sentido de la mezcla de dos mundos: el mestizaje y el surgimiento de una nueva sociedad. La realidad del mestizaje racial y cultural no era advertida por estos relatos.

En la emancipación y el primer siglo republicano, el relato interesado de los caudillos nos hizo creer a todos que podíamos pasar fácilmente, de ser súbditos a ciudadanos de repúblicas inexistentes. Siguiendo estos relatos y desoyendo el mensaje sanmartiniano de prudencia constitucional o las advertencias de Juan Bautista Alberdi a quien le preocupaba nuestra falta de ciudadanía, nuestro desapego a la Ley o el irrespeto a la autoridad, nos enfrascamos en un republicanismo tropical que engendró casi un siglo de caudillismo militar estéril, sólo interrumpido por escasas primaveras liberales y constitucionales en la Argentina con Mitre, Sarmiento y Avellaneda;  en Chile con Andrés Bello o en Perú con José Pardo y el Partido Civil.  Este caudillaje militar engendrado por estos relatos, no hizo otra cosa que prolongar nuestra inmadurez continental y retardó la consolidación institucional de nuestros países. Es cierto que en el Siglo XIX la amenaza de una reconquista europea rondaba diversos ámbitos de nuestro continente; sin embargo, esto sólo fue la coartada para no avanzar en la instauración de verdaderas repúblicas y estados de derecho con libertades ciudadanas.

A principios del siglo XX América Latina tiñó sus relatos de radicalismo. Las ideas de los anarquistas Proudhon, Kropotkin y Mijaíl Bakunin llegaron a América y el anarquismo, llamado a exacerbar la libertad, no ayudó en su protección y terminó siendo simple telonero del marxismo anticapitalista que aterrizó, hace un siglo en nuestra Región, para no dejarla nunca más. En efecto, las ideas anarquistas impulsaron los primeros movimientos sindicales en Argentina, Chile, Perú, sin embargo, fueron superadas por el embate comunista que pasó a controlar el sindicalismo en esta parte del mundo.

En este terreno, abonado por el radicalismo, América Latina siguió siendo tierra de relatos y el nuevo pretexto a inicios del Siglo XX fue la Doctrina Monroe.

Según esta doctrina, acuñada en Washington, Norteamérica podía intervenir en caso de que una potencia colonial europea quisiera reconquistar territorios en América. El intervencionismo norteamericano surge entonces como el nuevo y principal enemigo de la Región, y el relato nos dice que los Estados Unidos están detrás de todo porque quiere una América para los Americanos y que invadirán todo aquello que les parezca. A partir de este relato,  se nos ha llevado a ver en todo la mano norteamericana y su afán intervencionista, pese a que ya han pasado 100 años desde la construcción del canal de Panamá (probablemente el acto más nítido del intervencionismo norteamericano) y ha pasado ½ siglo desde la Alianza para el Progreso, tiempo desde el cual hemos dejado de ser parte de la página principal del Departamento de Estado, ocupado en Corea y China en los 50s, en Vietnam, en los 60´s , en Rusia , Medio Oriente, Afganistán e Irak y ahora en Siria y Corea del Norte. Pero el relato está tan vivo, que, en la cumbre de las Américas de abril pasado, en Lima, el canciller Cubano Bruno Rodríguez, espetó al Vicepresidente Norteamericano Mike Pence, la Doctrina Monroe, afirmando que el encarcelamiento de Luis Ignacio Lula por corrupción es una expresión más del intervencionismo norteamericano.

Si la Doctrina Monroe estuviera presente en la realidad latinoamericana de las últimas décadas y no solo en el relato, Allende no hubiera tenido tiempo de destruir la economía y sociedad chilenas, la Isla del Mal hubiera sido destruida por unos cuantos misiles y en Venezuela, Chávez hubiera podido ver las consecuencias de sus atrocidades. 

Así ha transcurrido el Siglo XX en América Latina en medio de relatos.  En el Perú, de la mano del marxismo de Mariátegui y del antiimperialismo de Haya de la Torre en Perú, se construyeron enemigos distantes en Nueva York y Londres, contra quienes se luchaba en calles y plazas, se aglutinaban masas y obviamente se obtenían votos.  Basados en relatos similares, antiimperialistas y nacionalistas, en 1929 surgió en México el PRI, que gracias a su relato populista se mantuvo en el poder 70 años en lo que Octavio Paz llama la Dictadura Perfecta, que le permitió controlar los sindicatos, las alcaldías, las profesiones, los Estado y obviamente el gobierno central por todo este tiempo.

En La Argentina, el relato entronizó a los “descamisados” como protagonistas de la acción política y bajo el concepto de que las “nacionalizaciones nos hacen independientes” acuñado por Perón a raíz de la compra de los ferrocarriles a los ingleses, se estatizó la infraestructura pública de ese país, se hizo de la dádiva y el subsidio el lenguaje político y se creó el engaño más acabado de América Latina, el peronismo, que tiene la capacidad de cobijar en su regazo a personajes tan variados como el pseudo liberal Carlos Saúl Menen o la pareja de Néstor y Cristina Kirchner.

En Chile, el relato comunista tuvo forma poética con Pablo Neruda y este, que no renunció a sus tres esposas, pero si a la candidatura presidencial comunista en favor de Allende, hizo posible la llegada del comunismo al poder, con las consecuencias que todos conocemos.

Pero es Cuba, sin ninguna duda, donde se han fabricado los mejores y más poderosos relatos de la historia latinoamericana. Dos fabuladores brillantes como Fidel Castro y Ernesto Che Guevara le hicieron creer al mundo que destruir una nación, asesinar opositores, abolir las elecciones, eliminar la separación de poderes, suprimir la alternancia en el poder, asesinar homosexuales por simple homofobia, exportar guerrillas e instalar el totalitarismo de estado eran actos de dignidad, de heroísmo y de valor revolucionario, porque se daban en contra del Imperio.

En 1963, Lisa Howard, periodista de la ABC entrevistó a Ernesto Che Guevara y le preguntó cuales son los 2 principales problemas de Cuba. Guevara, puro en mano y con dos balas de fusil como decorado de esta entrevista le respondió: Uno el Imperialismo. Dos, el Imperialismo.

Obviamente, en Cuba más que en ningún sitio era necesario un relato de esta magnitud. Había que justificar la destrucción de una nación libre y el enemigo, estaba apenas a 70 millas.

El relato del antiimperialismo y la lucha de clases ligado al anterior, es tan fuerte y vigente que nos ha puesto en guardia de alguien a quien hemos dejado de interesarle hace décadas y hemos perdido la carrera frente a quienes no vieron esos enemigos y nos han ganado la carrera de la historia. Corea, Singapur, Taiwán no se pusieron en guardia frente a imperialismo y sus fantasmas y, en 40 años, han dejado el tercer mundo y son potencias, mientras nosotros, seguimos apostados en trincheras universitarias, académicas, políticas, en contra el imperialismo.

Hay otro relato que no se acuñó en las batallas políticas sino en los gabinetes. La teoría de la dependencia. Esta teoría utiliza la dualidad metrópoli-satélite​ para sostener que la economía mundial posee un diseño desigual y perjudicial para los países no desarrollados, a los que se les ha asignado un rol de subordinación de producción de materias primas con bajo valor agregado, en tanto que las decisiones fundamentales y los mayores beneficios se realizan en los países centrales, a los que se ha asignado la producción industrial de alto valor agregado.

La versión poética de esta teoría (porque los poetas, siguiendo el mandato de Gramschi tenían el encargo de tomar la cultura para garantizar la hegemonía), la dio Eduardo Galeano en sus Venas Abiertas de América Latina de 1971.

“La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Nuestra comarca del mundo, que hoy llamamos América Latina, se especializó en perder”   

Este debe ser uno de los relatos más tóxicos de la realidad latinoamericana, ya que, si a alguien le dicen que nació para perder, probablemente no esté dispuesto ni siquiera a entrar al campo de juego.

El último relato es el Socialismo del Siglo XXI creado en el Foro de Sao Paulo, fundado en 1990 a instancia del PT de Luis Ignacio Lula da Silva, como la agrupación de izquierdas latinoamericanas. En su formación, posterior a la caída del muro de Berlín, este Foro sólo tenía a un partido miembro que estaba en el poder: El partido comunista de Cuba. En 20 años llegó a tener hegemonía en América Latina con la llegada de Chávez al poder en Venezuela en 1998, el triunfo de Lula y el Partido de los Trabajadores en 2002 en Brasil, luego Tabaré Vázquez del Frente Amplio en Uruguay en 2004, Evo Morales por el  Movimiento al Socialismo en Bolivia en 2005, Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile en 2006, Rafael Correa por Alianza PAIS en Ecuador en 2006, Daniel Ortega por el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua en 2006, Fernando Lugo en Paraguay, José Mujica por el Frente Amplio en Uruguay en 2009, Mauricio Funes del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional de El Salvador en 2009, Dilma Rousseff por el PT de Brasil en 2010, Ollanta Humala por el Partido Nacionalista de Perú en 2011, Nicolás Maduro del Partido Socialista Unido de Venezuela en 2013, Michelle Bachelet del Partido Socialista de Chile de nuevo en 2014 y Salvador Sánchez Cerén del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional en 2014.

El Foro de Sao Paulo nos contó el relato de que el socialismo real, caído estrepitosamente en 1989 en Europa del Este y luego en la Unión Soviética si era posible en América Latina en la medida en que se agregaran ciertas dosis de autoritarismo, privación de libertades, nacionalizaciones, populismo y clientelismo.

Es verdad que algunos países y por algún tiempo, han tratado de sustraerse de este relato. El Perú, en los últimos 25 años, con la excepción del quinquenio humalista. Chile desde 1980, con algunos tropiezos en el segundo gobierno Bachelet.  Colombia desde Álvaro Uribe y México desde Salinas de Gortari y con mayor firmeza desde Fox y Calderón, a través de su apertura comercial, su apuesta por la democracia, su agresiva política social para reducir la brecha de ingresos y su apertura al capital y la inversión. Sin embargo, nada garantiza que el relato no se vuelva a imponer en estos países y señores como Petros, Lopez Obrador u otros sombríos seguidores del relato de Sao Paulo hagan tropezar a esos países, ya que la vacuna del progreso no ha llegado aún a esas naciones.

¿Pero, cual ha sido el precio de estos y otros relatos similares que han cambiado y sustituido la realidad de América Latina? ¿Qué consecuencias han generado?

Estos relatos, reafirmados día a día en la política doméstica de América Latina, en los debates sindicales, en las notas periodísticas, en los debates universitarios, en los comentarios en redes sociales, han engendrado dos consecuencias muy graves:

En primer lugar, nos ha sustraído la responsabilidad de nuestro destino. La ha puesto en manos de los conquistadores, del imperio, del capitalismo y de la globalización. Nosotros no hemos sido ni seremos responsables de nuestro destino. Nada de lo que hagamos para mejorar como personas, empresarios, intelectuales o lo que fuera, será suficiente porque como indica el relato, la culpa es del Imperio o nacimos para perder.

En segundo lugar, ha construido enemigos falaces y ha creado batallas innecesarias.

Los verbos de una sociedad que no tiene estos relatos son: Inventar, Crear, Progresar, Enriquecer o Innovar. La sociedad que no tiene enemigos falaces inventa y crea. La sociedad que no se siente perdedora progresa. La sociedad que no cree en la lucha de clases progresa y se enriquece. La sociedad que no tiene complejos, innova.

Pero, una sociedad como la nuestra, plagada de estos relatos, usa otros verbos. Los verbos de una sociedad que no es responsable de su destino y que tiene enemigos que la hacen pobre son: Luchar, Reivindicar, Confrontar, Conquistar.

Con una predicación de este tipo, hemos tolerado que hoy día, América Latina sea el continente de la corrupción, el populismo y el autoritarismo. La corrupción de las empresas brasileras apadrinadas por el PT, el autoritarismo rabioso de Maduro o el disimulado de Evo Morales, la perpetuación en el poder y la mayor y más triste crisis humanitaria de Venezuela, son la consecuencia de todos estos relatos.

No es casual que Luis Ignacio Lula Da Silva, en su última visita a Caracas en el 2010, le dijera a Chávez:

“Quiero agradecer a los empresarios brasileros porque ellos a pesar de su preocupación de algunas noticias de que Venezuela va a estatizar empresas o no les pague a las empresas, estos empresarios tienen confianza porque ellos están motivados y conozco la extraordinaria relación que usted tiene con esos empresarios.”

Pero, esto solo ha sido posible porque los gurús del relato sostuvieron que en Venezuela sólo había manipulación y no dictadura. Eduardo Galeano en el 2004, en Italia decía:

“El caso más claro y escandaloso de manipulación de la opinión pública mundial es hoy por hoy el caso de Venezuela. En el teatro del bien y del mal hay una distribución de funciones entre ángeles y demonios y Hugo Chávez es uno de los principales demonios, un dictador desde el punto de vista de las fábricas de la opinión pública mundial”.

En clave contemporánea, podemos concluir sin temor a equivocarnos que, han sido estos relatos los que han engendrado el autoritarismo que tenemos hoy en Nicaragua y Bolivia y las dictaduras infames de Venezuela y Cuba. Esos relatos en su afán de mostrar una realidad acorde a sus intereses han creado una realidad peor y de ella somos víctimas hoy día.

Pero entonces, ustedes se preguntarán, y en todo esto, ¿cuál es el rol de los rotarios?

  • ¿Seguir repartiendo refrigerios para los vacunadores de la Polio, cuando el Estado en manos de los seguidores del relato sigue oprimiendo a los pueblos latinoamericanos?
  • ¿Llevar abrigo a nuestros compatriotas empobrecidos por seguidores del relato que les impiden desarrollar actividades mineras o forestales en sus tierras?
  • ¿Poner agua potable en comunidades que se oponen a tener su propia riqueza en base a la explotación de los recursos naturales?

Algunos deben pensar que si.

Yo, y con esto comienzo el final de esta conferencia, no creo en estos relatos. Creo que la historia de América Latina debe borrar estas páginas horribles. Debe arrancar estos relatos infames que han creado una realidad peor y debe recuperar las enseñanzas de Sarmiento, el valor del mestizaje de Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco y José Uriel García, las enseñanzas de Andrés Bello y volver a poner al latinoamericano en el protagonismo de su propia historia.

Y creo que los rotarios, si queremos ser líderes en un mundo y una realidad como esta, no podemos quedarnos en el balcón, viendo, por ejemplo, como nuestra inacción frente a los relatos, ha convertido a Venezuela en lo que es. Hemos dejado que el relato cause mucho daño.

Cuando veo los sitios de internet de los clubes de la frontera de Colombia con Venezuela en las zonas de Bucaramanga, por ejemplo, o los sitios web de los distritos de Venezuela y advierto que allí no se refleja lo que pasa en esas realidades, pienso que estamos convertidos en los músicos del Titanic, enviados a tocar “Cerca de ti Señor”, la patética interpretación en medio del naufragio.

Yo, no creo que ese sea el rol del rotario. El rotario no solo debe alimentar hambrientos y curar heridos, el rotario debe alimentar espíritus para que la destrucción de los relatos no siga haciendo de América Latina la región perdida del mundo.

En esta ciudad, ombligo del Mundo Andino, donde se ha creado, por ejemplo, uno de los disparates diplomáticos más grandes de los últimos años, la UNASUR, que solo ha servido para mermar protagonismo a la OEA y para validar autoritarismos, también podemos asumir el compromiso de buscar que el relato termine y que la libertad, la democracia y el estado de derecho sean el verdadero alimento de los pueblos de América Latina. Solo así podremos decir que somos líderes prestando servicios humanitarios, promoviendo normas de ética y contribuyendo a fomentar la buena voluntad y la paz en el mundo.

Espero que este breve ensayo nos motive en esta Conferencia a tomar acción.

Muchas Gracias. Lampadia