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Todo sobre el covid-19 y las vacunas

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Fake News y conspiración contra Bill Gates

Fake News y conspiración contra Bill Gates

Como hemos reportado ene veces en Lampadia, Bill Gates es uno de los filántropos más notables de los tiempos modernos. No solo cedió gran parte de su fortuna a la Fundación Bill y Melinda Gates, sino que dedica buena parte de su tiempo a recorrer las zonas más pobres del planeta, velando por supervisar los proyectos de la fundación, mayormente dirigidos a aliviar la salud lejos del origen de su fortuna. Además, formó otro esfuerzo filantrópico, Pledge to Give, institución que invita a otros billonarios a donar su dinero para temas de salud y pobreza.

Sin embargo, a raíz de la pandemia, tema que él desarrolló hace cinco años en una charla de TED, Bill Gates viene siendo atacado en las redes sociales como un manipulador que busca negocios detrás de vacunas inservibles o mortales y que pretende instalar microchips a las personas para beneficiarse con su información.

Como lo muestra la BBC en el artículo que presentamos líneas abajo, todo esto es absurdo y falso. Más allá de sus méritos empresariales, Gates es uno de los hombres más notables de la humanidad por su entrega a mejorar las condiciones de pobreza y salud en todo el mundo.

Ver artículos anteriores sobre Bill Gates en Lampadia:

Cómo Bill Gates se convirtió en el centro de tantas teorías de la conspiración en medio de la pandemia

Jane Wakefield
Corresponsal de Tecnología
BBC
7 de junio, 2020

Derechos de autor de la imagen AFP/GETTY IMAGES

En 2015, un Bill Gates sin pretensiones subió al escenario de una conferencia TED en Vancouver para lanzar una advertencia grave.

“Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, es probable que sea un virus altamente infeccioso en lugar de una guerra”, dijo a la audiencia.

Sus palabras proféticas ganaron cierta cobertura mediática en ese momento, incluso de la BBC, pero en gran parte del mundo no fueron escuchadas.

Pero ahora, el video de esta charla se ha visto más de 64 millones de veces, y muchas personas están más interesadas en las razones detrás de ese discurso que en la charla misma.

  • La charla TED de Bill Gates en la que pronosticaba una crisis similar a la del coronavirus (y qué soluciones daba)

Algunos lo acusan de liderar una clase de élites globales. Otros creen que está liderando esfuerzos para despoblar el planeta.

Muchos más lo acusan de hacer que las vacunas sean obligatorias, o incluso de intentar implantar microchips en las personas.

El rostro de la salud pública

“Hay miles de conspiraciones en torno a Bill Gates”, dice Rory Smith, de la página de verificación de datos First Draft News.

“Es una especie de muñeco vudú al que algunas comunidades están pinchando con sus propias conspiraciones. Y no es sorprendente que se haya convertido en el muñeco vudú, porque siempre ha sido la cara de la salud pública”, señala.

Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES Image caption

Bill Gates ha sido el rostro de la salud pública por más de una década.

Las teorías que vinculan falsamente a Bill Gates con el coronavirus se mencionaron 1,2 millones de veces en la televisión o las redes sociales entre febrero y abril, según un estudio del periódico The New York Times y Zignal Labs, una empresa de análisis de medios.

Gran parte del contenido se publica en grupos públicos de Facebook, desde donde se comparte millones de veces.

  • Un niño de 5 años ciego y otros trágicos casos de los efectos de la desinformación sobre el covid-19

First Draft News también descubrió que la plataforma china de videos TikTok se está convirtiendo en un nuevo hogar para tales teorías conspirativas.

El equipo antidesinformación de la BBC ha estado investigando algunas de las más extravagantes, completamente falsas o sin evidencia:

  • Estas teorías incluyen afirmaciones de que la Fundación Bill y Melinda Gates ha probado vacunas en niños en India y África, lo que ha provocado miles de muertes y lesiones irreversibles. Una publicación incluso sugirió que enfrenta un juicio en India.
  • Está acusado de lanzar una vacuna contra el tétanos en Kenia que incluye fármacos para el aborto.
  • Un video en la página de Facebook de The New American Magazine continúa con el tema de la despoblación masiva a través de las vacunas y el aborto, y también vincula a Gates con el Partido Comunista de China. Fue compartido 6.500 veces y visto 200.000 veces.
  • Mientras tanto, un video que acusa a Gates de querer implantar microchips en las personas ha registrado casi dos millones de visitas en YouTube.

Rico y famoso

¿Cómo se convirtió el cofundador de Microsoft, que ha invertido miles de millones en la atención médica global desde la fundación filantrópica que dirige con su esposa Melinda, en el centro de teorías conspirativas sobre el covid-19?

El profesor Joseph Uscinski, politólogo de la Universidad de Miami y autor de libros sobre teorías de conspiración, cree que es simplemente porque es rico y famoso.

  • Por qué hay tanta gente que cree en las teorías de la conspiración

“Las teorías de conspiración tratan de acusar a personas poderosas de hacer cosas terribles”, dice a la BBC. “Las teorías son básicamente las mismas, solo cambian los nombres”.

“Antes de Bill Gates, eran George Soros y los hermanos Koch y los Rothchild y los Rockefeller”, señala.

Aunque la mayoría de las teorías de conspiración mueren rápido, las que perduran son aquellas que ofrecen “grandes villanos y abordan cuestiones que a las personas les interesan”.

“No debería sorprendernos que personas ricas y grandes corporaciones sean acusadas de conspirar para poner chips en nuestros cuellos porque eso es algo a lo que le tememos”, explica.

“Esta ha sido la munición de las teorías de conspiración durante mucho, mucho tiempo”, afirma.

  • Las teorías conspirativas sobre el 5G y el coronavirus que llevaron a la quema de mástiles de telefonía celular en Reino Unido

Si bien él piensa que tales conspiraciones “no tienen ningún vínculo con la verdad”, la gente todavía parece estar cayendo en ellas.

Según una encuesta de Yahoo News y YouGov, más de una cuarta parte de los estadounidenses y el 44% de los republicanos creen que Bill Gates quiere usar una vacuna contra el covid-19 para implantar microchips debajo de la piel de las personas.

Smith, de First Draft News, piensa que suele haber un “núcleo de verdad” que se “saca de contexto”.

Derechos de autor de la imagen GETTY IMAGES Image caption

Bill Gates teme que cuando exista una vacuna contra el covid-19 la gente se rehúse a ponérsela a causa de lo que dicen las teorías conspirativas.

Por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates sí financió un estudio, realizado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts en 2019, que analizó la posibilidad de almacenar el historial de vacunación de un paciente en un patrón de tinta. Sería invisible a simple vista y podría administrarse debajo de la piel al mismo tiempo que una vacuna.

Es difícil determinar la raíz de las teorías de conspiración, pero se cree que internet las extiende aún más.

“Antes de internet, existían solo en unas burbujas dentro de ciertas comunidades, pero internet les permite viajar a través de tendencias políticas similares, entre comunidades, por lo que creo que hay mucho más espacio para las teorías conspirativas convencionales que antes de internet”, dice Smith.

  • 10 mitos y consejos falsos sobre el coronavirus que debes ignorar

Y agrega que las teorías de conspiración han florecido particularmente durante esta pandemia global porque las personas son “psicológicamente vulnerables”.

“Esta crisis no tiene precedentes en tamaño y alcance, y los consejos cambian a medida que se publican nuevos estudios. Hay grandes áreas de incertidumbre y los humanos aborrecen la incertidumbre”, sostiene.

Para lidiar con esto, los individuos recurren a algo que él llama sentido colectivo.

“Aprovechamos cualquier información para inyectar algún tipo de sentido y orden, y ahí es cuando comienzan los rumores. Las teorías de conspiración, y especialmente las teorías de conspiración de Bill Gates, llenan estos vacíos informativos”, dice.

“Te tienes que reír a veces”

La Fundación Bill y Melinda Gates, que se ha comprometido a destinar US$300 millones para combatir el covid-19, se ha mantenido optimista ante el aluvión de reclamos falsos.

“Estamos preocupados por las teorías de conspiración que se difunden en internet y el daño que podrían causar a la salud pública”, dijo la fundación en un comunicado a la BBC.

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Bill Gates y su esposa Melinda.

“En un momento como este, cuando el mundo se enfrenta a una crisis económica y de salud sin precedentes, es preocupante que haya personas que difundan información errónea cuando todos deberíamos buscar formas de colaborar y salvar vidas. En este momento, una de las mejores cosas que podemos hacer para detener la propagación de covid-19 es difundir los hechos”, añadió.

En una entrevista con la BBC, Bill Gates expresó sorpresa de que se hubiera convertido en el centro de tales teorías.

“Es preocupante que haya tanta locura. Cuando desarrollemos la vacuna, queremos que el 80% de la población se la ponga, pero si han escuchado que es una conspiración y no hay personas dispuestas a ponérsela, la enfermedad seguirá matando gente“, dijo.

“Estoy un poco sorprendido de que [las teorías] se centren en mí. Solo estamos dando dinero, firmamos el cheque… y sí, pensamos en proteger a los niños contra las enfermedades, pero no tiene nada que ver con chips y ese tipo de cosas. Casi te tienes que reír a veces”, señaló.




Mito: Las empresas grandes no pagan impuestos

En general los políticos, los medios, y muchas veces el propio gobierno afirman que las empresas grandes no pagan impuestos. La verdad es otra, la recaudación de tributos está concentrada en las grandes empresas.

Se habla mucho de que la presión tributaria es muy baja en el Perú, implicando un nivel de tributación insuficiente. En verdad esto se debe al alto nivel de informalidad de la economía, pero no a la generalización de que las empresas grandes no pagan impuestos.

Sin embargo, como podemos ver a continuación, las empresas formales en el Perú (mayormente las grandes), tienen una sobrecarga tributaria, bastante mayor que la de sus equivalentes en la Alianza del Pacífico. Veamos:

La economía formal soporta una presión tributaria del orden de 26.5%, casi cuatro puntos más que en Chile.

Este cuadro muestra todo lo contrario de lo comúnmente anotado en los medios y el mundo político. Las empresas formales, y en mayor medida las empresas grandes, soportan una carga tributaria exagerada.

El siguiente gráfico muestra la presión tributaria y el nivel de informalidad para los países de la Alianza del Pacífico, que explica que en promedio tengamos una baja presión tributaria.

Además, en el siguiente gráfico (fuente de la SUNAT), podemos ver que el 78% de los tributos internos lo pagan 14,532 contribuyentes, solo el 0.16% del total, lo que corrobora la concentración de la tributación en las empresas más grandes.

Fuente: SUNAT

Ver en Lampadia: Prejuicios mediáticos anti empresa.

En cuanto al impuesto a la renta, muchas veces las empresas terminan pagando más de la tasa nominal (30%), por acciones de la SUNAT por las cuales no reconocen algunos gastos. Por ejemplo, según explica el contador de Telefónica, desde 1994 la empresa pagó 9,000 millones de soles, que corresponde a una tasa mayor al 40%. Ver en: https://www.facebook.com/ElContadorDeTelefonica/.

Las empresas formales soportan una carga burocrática ridículamente alta. Las empresas formales no son victimarias, son más bien, víctimas de un sistema que desalienta la inversión y las apuestas por el largo plazo.

Por lo tanto, buena parte de la atención del gobierno está desenfocada, incluyendo el verbo anti elusivo de reciente difusión. Si queremos mejorar los ingresos del Estado, más allá de posibles excepciones, el foco no debe estar en perseguir a las empresas grandes, sino en superar la informalidad. Lampadia




“Gobernador Regional de Ica hospitalizado… por tragarse una lupa”

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 1 de febrero de 2019
Para Lampadia

El titular del presente artículo es un trol. O sea… una noticia falsa. Un mensaje provocador, irrelevante, fuera de foco. La idea es molestar o provocar una respuesta emocional negativa en los lectores. Los troles suelen ser difíciles de detectar, y buscan confundir y ocasionar sentimientos encontrados en la población.

Entonces – repito y advierto – el titular de este artículo es falso. Sin embargo… tan falso como el que propaló La Lupa – un medio digital de Ica – que decía: “Policía detiene a María Victoria Madrid Mendoza, exfuncionaria de Cillóniz”. Peor aún. Para sustentar la noticia, los tipos esos publicaron una foto antigua donde figuraba la ex Directora Regional de Educación participando en una reunión, donde uno de los asistentes vestía un chaleco de la Policía Nacional del Perú. Ciertamente, la foto no era del 17 de enero… día de la supuesta detención. Y en todo caso… la imagen no tenía nada que ver con la noticia en cuestión.

Pero ¡cómo es la vida! El mismo día en que La Lupa propalaba el flash noticioso con carácter de “urgente” – y con detalles tan puntuales y creíbles como que la licenciada se encontraba detenida en la Carceleta del Poder Judicial de la Calle Chiclayo en Ica – yo estaba de lo más entretenido conversando con ella en mi oficina. Y la verdad… se le notaba muy tranquila.

La pregunta es ¿por qué tantos medios publican noticias falsas… como si nada? ¿A tales extremos llegan sus odios y sus rencores? ¿Tan vil puede llegar a ser la noble profesión del periodismo?

Pues sí. La Lupa – por lo que acabo de relatar – es un medio recontra trolero. Pero no es el único. Huacachina TV – Canal 25 puja odio todas las mañanas. Y varios más. Los iqueños saben quién es quién en el turbio mundo del periodismo chantajista.

Ahora bien, lo grave del caso es que Gallegos – el Gobernador Regional de Ica – está jugando en pared con esa mafia. Y la gente se pregunta ¿cuánta marmaja estará corriendo bajo la mesa? Porque esa trolería no es gratis. ¿Y la adulación… cuánto le estará costando – a Gallegos – tanta sobonería mediática?

Por otro lado… ¿para qué tanto coqueteo con los congresistas malucos de Ica? ¿Acaso Segura, Oliva y Ananculí – de buenas a primeras – dejaron de lado la mañosería y se volvieron angelitos? ¡Eso no se lo cree nadie!

Más bien… en vez de coquetear tanto con gente de mal vivir, Gallegos debería preocuparse por los testimonios – cada vez más frecuentes y precisos – acerca del retorno de la corrupción al Gobierno Regional. Además, ¿qué hace su esposa despachando como si ella fuera la mandamás en la región? 

Está probado. La corrupción es dulzura para los malos funcionarios y amargura para la población. En efecto, ya se ven colas en los hospitales, coimas en Transportes, ventas de cargos directivos, diezmos en las compras y contrataciones, y todo lo demás. ¡Así está la cosa… como el cangrejo!

Pero volvamos al titular del presente artículo. No seamos como los periodistas troleros. Gallegos está vivito y coleando. No obstante… por tragarse un sapo – el sapo de La Lupa – está en riesgo de sufrir una severa intoxicación. Entonces el titular quedaría así: “Gallegos en riesgo de intoxicación… por tragarse un sapo”. Eso sí es verdad. Lampadia




Una campaña por un Internet más libre y abierto

Hace dos semanas, Tim Berners-Lee, inventor de la World Wide Web, ha creado una campaña llamada “Contrato para la Web”, con el objetivo de “persuadir a los gobiernos, empresas e individuos a firmar un conjunto de principios de un diseñados para defender un Internet libre y abierto”. De esta manera, espera que el Internet deje de pertenecerse a un grupo muy reducido de instituciones y devolvérselo a la mano democratizadora de los usuarios.

Y es que, según Berners-Lee, los grandes beneficios del Internet se han visto afectados por el uso indebido y negativo por parte de quienes quieren robar datos personales (por medio de phishing), los trolls y los fake news.

Tim Berners-Lee presentando el Contrato para la Web en la conferencia WebSummit en Lisboa

Por lo tanto, lo que propone es reconstruir la confianza en la web y aumentar el acceso a internet en términos justos y asequibles al alentar a los gobiernos, las empresas y los individuos a trabajar juntos. Berners-Lee dijo que los gobiernos, las empresas y los usuarios individuales de Internet tenían un papel que desempeñar. “Algunos aspectos de la política, como la neutralidad de la red, tienen que involucrar a los gobiernos, algunos implican claramente a las compañías: grandes empresas, pequeñas empresas y nuevas empresas”, dijo. 

Actualmente, el contrato está en una fase de borrador que incluye tan solo nueve principios genéricos, pero no incluye el detalle de cómo se controlaría el contenido o los trolls. Esto se debe a que Berners-Lee y su organización, la World Wide Web Foundation, no buscan ser dictadores de qué debería estar o no en el Internet, más bien buscan co-crear el documento con aportes de los principales actores de la industria tecnológica. Un borrador final será publicado en mayo de 2019.

El borrador del contrato es el siguiente (sacado de la web oficial):

Principios para un Contrato para la Web

La web fue diseñada para unir a las personas y poner a libre disposición el conocimiento. Todos y todas tienen un papel que desempeñar para garantizar que la web sirva a la humanidad. Al comprometerse con los siguientes principios, los gobiernos, las empresas y los ciudadanos de todo el mundo pueden ayudar a proteger la web abierta como un bien público y un derecho básico para todos y todas.

Los gobiernos harán:

Asegurarse de que todos y todas puedan conectarse a Internet.

De manera que cualquier persona, sin importar quién sea o dónde viva, pueda participar activamente en línea.

Mantener todo Internet disponible, todo el tiempo.

De manera que a nadie se le niegue su derecho de acceso completo a Internet.

Respetar el derecho fundamental de las personas a la privacidad.

De manera que todos y todas puedan usar Internet libremente, de forma segura y sin miedo.

Las empresas harán:

Hacer que Internet sea accesible y asequible para todos y todas.

De manera que nadie quede excluido del uso y la definición de la web.

Respetar la privacidad y los datos personales de los consumidores.

Para que las personas tengan el control de sus vidas en línea.

Desarrollar tecnologías que apoyen lo mejor de la humanidad y desafíen lo peor.

De manera que la web sea realmente un bien público en donde prevalecen las personas.

Los ciudadanos harán:

Ser creadores y colaboradores en la web.

De manera que la web tenga contenido rico y relevante para todos y todas.

Construir comunidades fuertes que respeten el discurso civil y la dignidad humana.

Para que todos y todas se sientan seguros y bienvenidos en línea.

Luchar por la web.

Para que la web permanezca abierta y sea un recurso público global para las personas de todas partes, ahora y en el futuro.

Aunque el contrato no es vinculante, el objetivo del proyecto es provocar un cambio de actitud en la forma en que los gobiernos, las empresas y los ciudadanos promedio se comportan en Internet. “La idea es que todos sean responsables en el futuro por tratar de mejorar la web de diferentes maneras”, dijo Berners-Lee en la conferencia Web Summit en Lisboa.

La idea de un contrato puede parecer idealista, pero el esfuerzo tiene algunos patrocinadores bastante notables. Entre ellos se encuentran Google y Facebook. Ambos se han enfrentado a críticas continuas sobre la recopilación de datos personales de las personas para publicar anuncios y no han podido proteger la información de terceros. Sin embargo, durante la revelación del contrato, la vicepresidenta de Google, Jacquelline Fuller, dijo: “Todos debemos unirnos. Y esa es la razón por la que Google apoya la fundación web. Creemos que todos pueden apoyar estos principios”.

Berners-Lee se ha convertido en un crítico vocal del panorama actual de Internet. “Los beneficios de la web vienen acompañados de demasiados riesgos: nuestra privacidad, nuestra democracia, nuestros derechos”, como afirma El País de España líneas abajo.

Para abordar estos problemas, Berners-Lee espera que el contrato pueda impulsar a la industria de la tecnología a priorizar los productos que son buenos para la sociedad en lugar de simplemente generar ingresos. Por ejemplo, las redes sociales ya no se convertirán en cámaras de eco, sino que se diseñarán de manera que las personas puedan conocer a usuarios de diferentes culturas, dijo. Los ciudadanos también serán conscientes de “comportarse bien”, agregó.

Entonces, ¿cómo se hará cumplir el contrato? La World Wide Web Foundation planea publicar informes de progreso para monitorear los compromisos con el contrato. Sin embargo, la aplicación real tendrá que venir de la presión pública. Esto podría tomar la forma de empleados de la compañía que se expresen en voz alta o ciudadanos promedio que se responsabilizan, empresas tecnológicas o el gobierno, dijo Berners-Lee.

Ver más sobre los riesgos actuales del Internet y sus impactos, además de cómo lograr tener una Internet que sea abierta, gratuita y segura:

Arreglar el desastre de la Red

La Red, ese prodigioso invento que cambió el mundo, ha descarrilado. Pero algunos pioneros planean un auténtico renacimiento, una vuelta a las esencias. Luchan por un espacio abierto, gratuito, neutral, seguro y construido entre todos

DIEGO QUIJANO

POR DELIA RODRÍGUEZ
EL PAÍS, 25 DE NOVIEMBRE DE 2018

Es noviembre y nos encontramos en Lisboa, en un gigantesco evento sobre la Red y sus negocios. Un hombre usa el escenario para pedir algo que, se le nota, cree importante: que Gobiernos, empresas y ciudadanos le ayuden a arreglar Internet, porque es un desastre. No es un exaltado, ni un apocalíptico, sino sir Tim Berners-Lee, inventor de la World Wide Web, un padre preocupado. O, para ser más precisos, “devastado”, como dijo en una ocasión.

Tras una primera época de optimismo, en los últimos años comprobamos cómo la herramienta que iba a cambiar el mundo servía para manipular elecciones, provocar matanzas, destrozar caminos neuronales, hundir economías. Mientras los ciudadanos acaban de aceptar el diagnóstico y empiezan a limitar el tiempo de exposición de sus hijos al móvil, quienes van un paso por delante están construyendo la próxima etapa de Internet, inspirados por aquella primera época, los noventa, cuando casi todo era amateur y las empresas aún no habían llegado. Poco queda, sin embargo, de la inocencia de quien nunca ha visto el lado oscuro.

“No necesitamos una revolución, necesitamos un renacimiento: el renacer de viejas ideas, como el peer-to-peer [es decir, la conexión directa entre ordenadores, sin servidores], en el nuevo contexto de una sociedad digital”, asegura el teórico de los medios Douglas Rushkoff, que en enero publicará el libro Team Human (Equipo humano), un llamamiento a arreglar la sociedad entre todos porque “nuestras tecnologías, mercados e instituciones culturales, que una vez fueron fuerzas para la conexión y expresión humana, ahora nos aíslan y reprimen”.

¿Qué pudo salir mal?

Los creadores del primer Internet hicieron un buen trabajo avanzando grandes problemas y soluciones: la Red debía ser un invento gratuito, abierto y neutral; el acceso, universal para evitar la desigualdad; era bueno desconfiar de las compañías que intentaran robar todo el oxígeno y encerrarnos en jardines vallados que simularan el Internet real; los intermediarios levantaban sospechas; se debía cultivar el procomún (la utilidad pública); Internet no había de ser una herramienta pasiva, sino algo que reescribiéramos entre todos.

Lo que nadie vio venir fueron los móviles (y con ellos, la ubicuidad de la conexión), el ansia de las empresas por devorar nuestro tiempo y nuestros datos, nuestra complicidad por dejarles hacerlo y convertirlas en intermediarias de nuestras relaciones, las consecuencias de conectar tantas emociones no siempre positivas.

Internet nació con un pecado original que degeneró en usuarios infelices, medios de comunicación en extinción y grandes monopolios dispuestos a permitirlo todo con tal de seguir extrayendo oro en forma de datos: un modelo económico basado en la economía de la atención, la gratuidad y la publicidad que en su momento parecía algo no solo inofensivo, sino ideal.

La Red es hoy tan cerrada y monopolística que para muchos es sinónimo de Facebook y WhatsApp…, que pertenece a Facebook. “La gente en muchos países solo sabe conectarse entre sí para beneficio de una empresa de publicidad en California. Es terriblemente triste y representa un fallo profundo”, dice el autor Jaron Lanier. Esas redes “están diseñadas para engañarte, para manipularte; tienen un efecto negativo en tu bienestar emocional, en la política, en el mundo”.

ALAMY STOCK PHOTO / ALLAN CASH PICTURE LIBRARY

¿En qué se equivocaron quienes construyeron Internet? “No sé si sirve de mucho gritarle al joven que uno fue”, responde Lanier, un pionero de la realidad virtual, “pero dejamos Internet muy incompleto, no hicimos lo suficiente”. “Debíamos haber construido funcionalidades como WhatsApp, formas de tener una identidad consistente, de almacenar y controlar tus propios datos, pero, como no lo hicimos, dejamos espacio a los estúpidos monopolios. Eso fue un enorme error”, reconoce.

“Bueno, imagino que somos más vulnerables al inexorable poder del capitalismo corporativo de lo que creíamos. Resultó más fácil que las empresas se adueñaran de Internet, que que Internet se adueñara de las empresas”, dice Rushkoff.

Una Constitución

Lo que anunciaba ese preocupado Berners-Lee este mes en Lisboa era un “contrato para Internet”, una especie de carta de derechos y obligaciones para empresas, Gobiernos y usuarios que se presentará en mayo de 2019, coincidiendo con el momento en que medio mundo tendrá acceso a la Red. Para esa mitad, dice la campaña, “los beneficios de la web vienen acompañados de demasiados riesgos: nuestra privacidad, nuestra democracia, nuestros derechos”.

Aunque de momento ya han firmado empresas como Google y Facebook y más de 80 países y organizaciones, y los compromisos son tan básicos como respetar la privacidad de los individuos, la gran pregunta consiste en si servirá de algo.

“Dejamos Internet incompleto, y espacio a los estúpidos monopolios. Fue un enorme error”
JARON LANIER, PIONERO DIGITAL

“A nadie se le ocurrió que los derechos humanos tenían que tener una parte online”, dice el director de estrategia de la WWW Foundation, José María Alonso. En el panorama internacional —aún espantado al saber que Facebook alimentó el discurso islamófobo que provocó el genocidio de los rohinyás en Myanmar (antigua Birmania), donde el acceso es el primer problema; en el que la neutralidad aún no está garantizada, la libertad de expresión está amenazada y donde existe el serio peligro de una balcanización por la que China y otros países se escindan—, Europa es uno de los lugares más avanzados en la defensa de sus ciudadanos: el Reglamento General de Protección de Datos (GPRD, por sus siglas en inglés) está aprobado desde el pasado mes de mayo. Esta estricta ley de protección de datos se aplicará a todas las empresas que operen en la UE, sin importar el lugar en el que tengan su base.

Descentralizar, distribuir

Fiarse solo de las leyes, tratados y acuerdos voluntarios no parece una estrategia propia de una mente como la de Berners-Lee, y así es: el inventor de la World Wide Web trabaja de forma paralela con el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Solid, el más conocido de los proyectos del llamado “Internet distribuido”. Esa idea reúne miles de proyectos que intentan regresar a un Internet peer-to-peer, es decir, verdaderamente dividido entre todos los ordenadores conectados a la Red y no almacenado en los servidores de unas pocas empresas. Es una idea tan antigua como radical. Si Internet vuelve a su idea original, todo puede cambiar. Sin datos no hay negocio.

En el mundo de Solid, por ejemplo, se nos asignará al entrar un identificador personal y un personal online data store (POD), un lugar de almacenamiento de datos individual, sobre el que tenemos control absoluto. A partir de ahí, nada de contraseñas, aplicaciones que no se comunican unas con otras o archivos privados almacenados por oscuras empresas al otro lado del mundo. Todo lo necesario para comunicarnos estará allí.

En ese Internet distribuido todo está aún por hacer, y eso ha atraído las ilusiones de una creciente comunidad de programadores de todo el mundo. “Ahora que hemos experimentado la parte negativa de los intermediarios, es fundamental construir un nuevo Internet que no los necesite”, dice André Medeiros, creador de Multiverse, una red social de código abierto en la que todos los datos de un usuario se almacenan en su propio dispositivo y que puede funcionar incluso sin Internet, saltando de móvil a móvil.

El dinero

Muchos proyectos descentralizados trabajan sobre la tecnología blockchain, una forma segura de trocear, repartir y almacenar datos en red y que, de entre sus infinitas posibilidades, fue aplicada por primera vez para crear criptomoneda. A diferencia de los pensadores del primer Internet, los actuales atacan el problema desde su misma esencia: el dinero.

Además del trabajo desesperado de los medios de comunicación buscando métodos de financiación alternativos a la publicidad, surgen ideas como la de Lanier: por ejemplo, pagar y cobrar por usar y contribuir a las redes sociales o las búsquedas. “Cuando sean los usuarios quienes paguen a las empresas de redes, estas servirán a esos usuarios”, escribe el autor de Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato. El sistema actual, defiende, solo permite que vivan de él las estrellas, pero en una economía profunda y verdadera no solo sobreviven los actores, también el resto de personas que trabajan en la película.

“Llegarán comités transparentes de ética a las empresas y un mayor respecto al usuario”
CARISSA VÉLIZ, INVESTIGADORA

Viejos modelos como las cooperativas o el procomún han vuelto con fuerza. En FairBnB, una alternativa a AirBnb, Ayuntamientos, vecinos y dueños de pisos en alquiler se reparten la propiedad y los beneficios del negocio para intentar controlar sus efectos negativos. También se habla de la posibilidad de crear sindicatos de datos para ganar poder de negociación con las empresas que los necesitan, por ejemplo, para entrenar a sus inteligencias artificiales. Suena descabellado, pero no lo es en Silicon Valley, donde se discute la idoneidad de una renta básica universal que compense los empleos que se perderán por los algoritmos.

La ética

Como ha comprobado Facebook, cuando una empresa es tan grande que su nombre se convierte en sinónimo de Internet, sus problemas pasan a ser de todos. Mientras la red social gana tiempo después de ser desvelada su falta de ética tras  los escándalos de Cambridge Analytica y la propaganda rusa, la gran cuestión es cómo pedirles explicaciones, cómo limitar su poder, cómo asegurarse de que están a la altura de unas responsabilidades que sus fundadores nunca previeron. Una mala decisión de Facebook puede ser fatal para la democracia, y otra de Twitter puede agravar el acoso online o limitar la libertad de expresión.

Carissa Véliz, investigadora de la Universidad de Oxford especializada en privacidad, compara la situación actual con lo sucedido cuando avances técnicos como el respirador artificial pusieron en aprietos a médicos y hospitales y se acabó desarrollando la bio­ética. Llegarán, explica, códigos éticos internacionales, comités transparentes de ética dentro de las empresas y un mayor respeto a la autonomía del usuario. “Estamos en una época muy paternalista de la tecnología, las empresas no preguntan, imponen sus valores y productos”, dice.

Un cambio significativo en el sistema es que los jóvenes ingenieros están dejando de soñar con trabajar para las grandes compañías porque cada vez se hacen más preguntas. “Es muy importante para los programadores pensar en las implicaciones morales y éticas de sus acciones. La tecnología que automatiza la identificación de imágenes puede hacer la sanidad más barata —que es bueno—, pero también cobrarse los puestos de trabajo de los técnicos —lo que puede ser malo—”, señala el profesor y activista Ethan Zuckerman, que enseña un curso sobre las implicaciones de la tecnología en el MIT.

Los disidentes de las grandes empresas también están siendo claves en el cambio. El Center for Humane Technology, formado por exempleados de tecnológicas que, arrepentidos, decidieron cambiar su trabajo por la concienciación, se hizo famoso al denunciar que las aplicaciones se diseñaban de forma deliberada para fomentar la adicción. Hoy, Facebook, Instagram o el sistema operativo del iPhone informan de los tiempos de conexión.

Aunque intelectuales, Gobiernos, empresas y programadores intenten cambiar las cosas, poco se conseguirá si los usuarios no hacen lo mismo. La estupefacción aún dura: ¿quién de aquellos primeros usuarios, al conectarse hace décadas, iba a poder imaginar que tendría que resistirse a un sistema que promovería el contenido más emocional (es decir, el más rentable), incitándole a compartir noticias falsas o perjudiciales, a extender la ira o el abuso o a cederle un porcentaje cada vez mayor de su tiempo de vida?

Fé de errores: el Reglamento General de Protección de Datos (GPRD, por sus siglas en inglés) está aprobado desde el pasado mes de mayo, aunque en una primera versión de este artículo se decía por error que estaba tramitándose.




Los peligros de la concentración de información en pocas manos

Los peligros de la concentración de información en pocas manos

Cada día hay más sensación de incertidumbre sobre la situación dominante de algunas empresas en referencia a la información de los ciudadanos. Este desarrollo se ha dado sobre la base de internet y ha sido potenciando por Big Data y los algoritmos. Actualmente, ya se empiezan a manifestar algunos análisis muy alarmantes al respecto de la concentración de información en pocas manos, pero creemos que hay que tener mucho cuidado sobre las posibles medidas que, eventualmente, puedan tomar los Estados.

Las redes sociales son el canal que ofrece la posibilidad de enviar y recibir mucha información. Y, también, le estamos dando a las redes sociales mucha información sobre nosotros al utilizarla, información que luego puede ser usada en nuestra contra o para manipularnos.

Entre los casos más conocidos de manipulación están los fake news, la desinformación y propaganda malintencionada. Los mensajes de, principalmente, las agencias gubernamentales y partidos políticos se han convertido en una auténtica amenaza para la vida pública. Un caso muy claro es la manipulación de las elecciones de EEUU. Las tácticas de manipulación y desinformación en línea desempeñaron un rol importante en las elecciones de Estados Unidos, lo que dañó la capacidad de los ciudadanos de elegir sus líderes sobre la base de noticias objetivas y debates auténticos.

Y, a pesar que los gobiernos de muchos países democráticos han introducido cambios en la legislación diseñados especialmente para combatir las noticias falsas en Internet, no consiguen frenar el problema. Las cuentas automáticas de robots, además, siguen siendo una táctica muy utilizada. Las cuentas falsas y los ‘opinólogos’ online acostumbran a difundir mensajes a favor de partidos determinados y también son usados de forma estratégica para compartir contenido de manera estratégica o publicar palabras clave para alterar los algoritmos y generar tendencias.

Una manera para democratizar la información es mediante la trasparencia de la información usando blockchain o código abierto, donde muchas personas pueden participar en su creación de contenido y así evitar cualquier manipulación. Esto ha sido tremendamente útil, dándonos Wikipedia y Twitter.

Una opción, como dice Guy Verhofstadt, ex primer ministro belga, en el artículo líneas abajo, es “debemos comenzar a imaginar un tipo de Internet completamente nuevo. El objetivo debe ser construir un sistema descentralizado que no esté basado en servidores que sean propiedad de y controladas por monopolios basados en California, sino en los millones de computadoras y dispositivos actualmente en uso en la actualidad.”

Entre las opciones que plantea el artículo están:

  1. Usar blockchain para que la tecnología se encargue de restaurar la confianza en las transacciones e información en línea.
  2. Actualizar leyes electorales para la era digital.
  3. Responsabilizar a las empresas de medios sociales por el contenido político publicado en sus plataformas
  4. Lanzar campañas para educar al público sobre el uso de configuraciones de privacidad, bloqueadores de anuncios y otras salvaguardas digitales

Líneas abajo, compartimos el artículo del ex primer ministro belga, Guy Verhofstadt, que con su visión muy europea, plantea una ruptura drástica del sistema actual de internet.

Nosotros en Lampadia, tenemos dudas de si se requieren acciones como las planteadas por Verhofstadt, que implican diseños estatales, que muchas veces son remedios peores que las enfermedades. En todo caso, hay una importante preocupación por la concentración de datos de los ciudadanos en pocas manos, tema que seguiremos monitoriando en el futuro.

Domando al Monstruo de la Tecnología

Project Syndicate
17 de agosto de 2018
Guy Verhofstadt, ex primer ministro belga, presidente de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE) en el Parlamento Europeo y autor de ‘La última oportunidad de Europa: por qué los Estados europeos deben formar una unión más perfecta’.
Traducido y glosado por Lampadia

El control monopolístico sobre la información personal de millones de personas y sobre el flujo de noticias e información en línea, presenta un claro peligro para el futuro de la democracia. Como dejan en claro las brechas de datos, hackeos y sabotaje electoral en los últimos años, el Occidente necesita desarrollar urgentemente un nuevo modelo de gobierno digital.

Cuando el CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, se presentó ante el Parlamento Europeo, se jactó de que su compañía paga a decenas de miles de moderadores para analizar, revisar y, si es necesario, eliminar publicaciones abusivas de Facebook. Aparentemente, estos llamados limpiadores, provistos por la tercerización de servicios en la India y en otros lugares, son el poder oculto que decide qué puede y qué no puede aparecer en la plataforma.

Zuckerberg ofreció esta información con la esperanza de tranquilizarnos, pero su testimonio tuvo el efecto opuesto. La idea de que ahora las compañías multinacionales como Facebook son quienes determinan lo que las personas ven en línea es absurda y peligrosa. Tal privatización de nuestras libertades civiles no tiene precedentes. La Iglesia Católica pudo haber ejercido un poder casi absoluto sobre la disponibilidad de información durante la Edad Media, pero al menos sus seguidores lo reconocían como una autoridad moral. Zuckerberg no es nada de eso.

Debido a Facebook, y en general a las redes sociales, la velocidad con la que circulan las noticias ha crecido cada vez más y, sin embargo, el acceso libre e imparcial a ella se ha atenuado cada vez más. Si caminas hasta un quiosco de noticias, encontrarás revistas satíricas de “izquierda” como Private Eye y Charlie Hebdo junto a publicaciones “capitalistas” como el Wall Street Journal y el Financial Times. Pero si miras el feed de noticias de Facebook, verás casi solo historias que refuerzan tus propios puntos de vista políticos.

Por supuesto, Zuckerberg afirma que Facebook tiene “inspectores de hechos” que identifican “noticias que probablemente sean falsas” y que pueden “tergiversar algo en la noticia y mostrarle a la gente más contenido (similar) (de otras fuentes de noticias)”. Pero uno se queda preguntándose quiénes son estos verificadores de hechos, qué criterios usan para determinar la veracidad de una historia y qué algoritmos usan para seleccionar fuentes de noticias alternativas.

DISTOPIA CODIFICADA

El mundo que Zuckerberg ha creado está empezando a parecerse a una combinación de George Orwell de 1984 y Aldous Huxley’s Brave New World. En 1984, una autoridad central controla el discurso público dentro de un sistema totalizado; en el mundo digital de hoy, está controlado por una compañía con un casi monopolio sobre la distribución de noticias en línea. Para estar seguro, Zuckerberg diría que hay alternativas, como Google y Twitter; pero eso es como un monopolio de fabricante de autos que nos dice que, si no nos gusta su producto, siempre podemos usar el autobús o ir a pie.

Del mismo modo, en Un mundo feliz, la ciencia y la tecnología determinan los pensamientos y el comportamiento humano, en lugar de que los humanos decidan sobre la dirección de la ciencia y la tecnología. Y, como muestra Jamie Bartlett de Demos en The People Vs Tech, la cuantificación digital de nuestras vidas cotidianas está directamente en desacuerdo con el funcionamiento de la democracia. En un mundo donde los algoritmos determinan todos los resultados, la política ya no existe.

Pero este problema va más allá de Facebook. Todas las firmas importantes de Silicon Valley, incluidas Alphabet Inc. (compañía matriz de Google), Apple y Amazon, han adoptado modelos comerciales con el potencial de socavar la democracia y la privacidad junto con ella. El acaparamiento de datos personales con el fin de vender anuncios publicitarios dirigidos está haciendo que los electores democráticos sean cada vez más vulnerables a la manipulación populista y demagógica.

Robber Barons, entonces y ahora

La única manera de detener esta alarmante tendencia es revolucionar el Internet, devolviéndolo a los usuarios comunes, es decir, a los ciudadanos. Una opción, señala el periodista Nick Davies, es nacionalizar gigantes como Google y Facebook. Pero esa cura sería peor que la enfermedad. En países como China y Turquía, donde las redes sociales están estrechamente controladas por el estado, hay incluso más desinformación y censura que bajo monopolios privados. Además, lo último que necesitamos es un gran gigante público (estatal) de redes sociales. Por el contrario, necesitamos mucha más competencia, para que los ciudadanos tengan más opciones sobre dónde almacenar sus datos y bajo qué condiciones.

Históricamente, asegurar una competencia sana y justa siempre ha sido una buena receta para resolver problemas en una economía de mercado. Hacia 1900, el Standard Oil de John D. Rockefeller se había convertido en el guardián del mercado de la energía en los Estados Unidos, lo que era malo para los consumidores y la industria por igual. Entonces, en 1911, el gobierno de los Estados Unidos obligó a la compañía a dividirse en 34 “Baby Standards”. Algunas de sus compañías sucesoras, como Chevron y ExxonMobil, aún existen.

La separación de Standard Oil preparó el escenario para acciones antimonopolio similares contra IBM, Kodak, Microsoft, Alcoa y otros monopolios a lo largo del siglo XX. En 1982, AT&T se vio obligada a ceder su control sobre Bell System, empresa de operadores telefónicos locales en EEUU y Canadá, y el propio Bell System se dividió en numerosas “Baby Bells”. Es a ese acto de regulación gubernamental que debe mucha de la revolución tecnológica de hoy [¿?].

En otras palabras, no hay ninguna razón histórica para pensar que la ruptura de los gigantes digitales sería perjudicial para la economía. En todo caso, podría impulsar una nueva ola de innovación. Entonces, ¿por qué no vemos un impulso hacia el tipo de acción proporcional del gobierno que vimos en los mercados de petróleo y telecomunicaciones?

Repensando las leyes de Antimonopolio

Para los estadounidenses, parece haber poco interés en crear una disrupción en una industria nacional enormemente exitosa; y para los europeos, no hay instrumentos para hacerlo. Además, se crearon leyes de competencia estadounidenses y europeas para las industrias análogas del siglo XX, no para la economía digital del siglo XXI. En EEUU, las políticas antimonopolio imperantes fueron moldeadas en las décadas de 1970 y 1980 por figuras como el jurista conservador Robert Bork y el economista Aaron Director de la Universidad de Chicago. Bork y Director argumentaron que la eficiencia económica, no el tamaño de una empresa o su posición en el mercado, debería ser el objetivo primordial de la ley antimonopolio. Según su razonamiento, las acciones antimonopolio no están justificadas si un monopolio o casi monopolio no extorsiona a los consumidores con precios más altos.

Este principio ahora proporciona cobertura para Facebook, Google y Amazon, cada uno de los cuales brinda tremendos beneficios a los consumidores. El problema es que debido a que la “actividad principal” de estos gigantes tecnológicos tiende a tratar a los usuarios como el producto, no como el cliente, también han adquirido enormes cantidades de datos personales. Por lo tanto, sin importar cualquiera que sea el tipo de servicios que ofrecen estas empresas, el verdadero problema sigue siendo el mismo: la concentración de control sobre la información personal.

Por ejemplo, el problema con las adquisiciones de Facebook sobre Instagram y WhatsApp no ​​es que estas firmas estuvieran entre sus principales competidores. Es que, al comprarlos, Facebook fue capaz de acumular aún más datos personales y, por lo tanto, percepciones propias sobre las vidas, las preferencias, las pasiones y los deseos de millones de personas. Como resultado, Facebook ahora ofrece una plataforma inigualable para los anunciantes y otros que esperan obtener ganancias a través de la manipulación psicológica. Su servicio es perfecto para políticos populistas e iliberales que buscan ganar el poder a través del miedo y la calumnia, en lugar de hacerlo por el mérito de sus ideas.

El poder que los gigantes tecnológicos derivan de nuestros datos personales no es diferente al poder que Standard Oil y AT&T alguna vez ejercieron a través del control monopólico de los suministros de petróleo y las líneas telefónicas. Si EEUU no toma medidas contra los monopolistas de datos personales, o si su actual marco antimonopolio lo impide, entonces es tanto más importante que la Unión Europea intensifique sus esfuerzos.

Si bien la UE ya ha dado pasos firmes en esta dirección mediante la adopción del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), todavía no estamos preparados para el mundo digital del mañana, porque no tenemos un mercado único digital. Hoy, si los jóvenes desarrolladores de software quieren lanzar aplicaciones en toda la UE, tienen que obtener la aprobación de 28 reguladores nacionales independientes, al tiempo que aseguran contratos con más de 100 operadores de telecomunicaciones. No es de extrañar que las cinco firmas tecnológicas más importantes, Alphabet, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft, sean todas estadounidenses y que ninguna de las 20 firmas tecnológicas más grandes del mundo sea europea.

Hasta que amplíe su mercado único de chocolate, cerveza y automóviles a bienes y servicios digitales, Europa seguirá quedándose atrás y Silicon Valley no tendrá que preocuparse por la competencia de la UE. Pero para ampliar el mercado único, los europeos deben estar listos para reemplazar a sus reguladores nacionales con una única agencia a nivel de la UE a la par de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).

La Promesa de la Descentralización

En términos más generales, debemos comenzar a imaginar un tipo de Internet completamente nuevo. El objetivo debe ser construir un sistema descentralizado que no esté basado en servidores que sean propiedad de y controladas por monopolios basados ​​en California, sino en los millones de computadoras y dispositivos actualmente en uso en la actualidad.

Un modelo para la descentralización es blockchain, un registro (ledger) digital distribuido que registra públicamente las transacciones en muchas computadoras y que requiere un consenso para que se agregue cualquier información nueva. En otras palabras, blockchain verifica y protege los datos sin la necesidad de un gran intermediario central, como un banco, registro o gobierno.

Muchas de las ventajas de blockchain son obvias. La tecnología restaura la confianza en el intercambio de datos y hace que la piratería y la manipulación sean extremadamente difíciles. Debido a que elude a los intermediarios tradicionales, tiene el potencial de eliminar los costos de transacción de la documentación o ejecución de contratos, transacciones financieras, títulos de propiedad, derechos sobre la tierra, etc.

Una Internet descentralizada también permitiría a las personas controlar e incluso monetizar sus datos, junto con otros productos creativos digitales como fotografías, videos, arte y música. Al ser los únicos titulares de derechos de autor de sus creaciones, los usuarios estarían en condiciones de realizar transacciones directamente con otros, en lugar de ceder parte de sus ganancias a una plataforma tradicional.

Por supuesto, hay mucho escepticismo sobre blockchain, y particularmente sobre las criptomonedas que trabajan con blockchain como Bitcoin. Pero la pregunta se reduce a en quién deberías confiar. Por un lado, están las grandes instituciones establecidas, como los bancos que precipitaron la crisis financiera de 2008; por el otro, un sistema descentralizado en el que innumerables socios se controlan mutuamente. En este último caso, no hay necesidad de que Big Brother o Facebook contraten a “limpiadores” como esclavos en algún lugar de la India. En cambio, un colectivo orgánico de usuarios ejercería el control, al igual que ya funciona Wikipedia.

¿Una Internet radicalmente descentralizada eliminará automáticamente el lado oscuro del mundo digital y pondrá fin al lavado de dinero y otras operaciones delictivas que usan criptomonedas? Por supuesto no. Pero vale la pena recordar que el efectivo también se usa en todo tipo de transacciones ilícitas y no culpamos a los bancos centrales por eso. Dado el statu quo, blockchain podría mejorar las cosas considerablemente, especialmente si se complementa con computadoras cuánticas que facultan a las autoridades públicas y las agencias encargadas de hacer cumplir la ley para rastrear los abusos de encriptación y actividades ilegales.

El Desafío de Europa

No hay tiempo que perder. El mundo necesita una nueva Internet y Europa, en particular, necesita una nueva estrategia digital, una que no esté simplemente copiada del modelo estadounidense.

Una opción podría ser hacer de blockchain el nuevo estándar para todas las actividades digitales dentro de la UE. Idealmente, las agencias gubernamentales y las empresas reemplazarían los viejos libros burocráticos y las prácticas con tecnologías descentralizadas seguras, y surgiría una nueva generación de negocios digitales y mercados competitivos en datos personales. Para permitir que esto suceda, la UE necesita lanzar dos programas de inversión más en el nivel del Sistema mundial de navegación por satélite de Galileo: uno para avanzar en el desarrollo de la inteligencia artificial y otro para la informática cuántica.

Dado el tiempo que le llevará a estas inversiones dar sus frutos, la UE también debe abordar los desafíos inmediatos de la vieja era de Internet. De manera muy urgente, debemos proteger nuestras elecciones de la intromisión cibernética extranjera. Eso comienza con la identificación de los agentes extranjeros que están activos en las plataformas de redes sociales europeas, así como los políticos extremistas con quienes se están confabulando.

En los Estados Unidos, donde el Diputado Procurador General Rod Rosenstein designó a Robert Mueller como asesor especial para investigar la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016, ya se han dictado docenas de acusaciones. Europa necesita ponerse al día, sobre todo estableciendo su propio fiscal especial para investigar y detener las campañas de desinformación rusas y otros ataques contra nuestras democracias.

En segundo lugar, debemos actualizar nuestras leyes electorales para la era digital. La mayoría se escribieron en un momento en que las campañas políticas se basaban en folletos en papel y publicidades en vallas publicitarias. Hoy, la batalla por el apoyo de los votantes se lleva a cabo en Internet, y ahora es más fácil que nunca que los actores malvados manipulen el proceso.

En tercer lugar, debemos responsabilizar a las empresas de medios sociales por el contenido político publicado en sus plataformas. Toda publicidad política debe tener una “huella” digital que revele claramente quién pagó por ella. Y las plataformas que no cumplen deben enfrentar multas mucho más grandes que las que han tenido en los últimos años.

Pero las agencias de protección de datos también necesitan llevar a cabo un escrutinio más intensivo sobre los distribuidores de noticias falsas, bots y trolls, así como sobre los algoritmos que les permiten llegar a un público más amplio. Con ese fin, las agencias pertinentes deben designar a “funcionarios de rendición de cuentas” encargados de vigilar las principales plataformas de redes sociales, particularmente antes y durante las elecciones.

Finalmente, debemos lanzar campañas para educar al público sobre el uso de configuraciones de privacidad, bloqueadores de anuncios y otras salvaguardas digitales. Esa fue una de las recomendaciones de las audiencias de la Cámara de los Comunes Británicos a principios de este año, sobre Cambridge Analytica. Es lógico que, si queremos volver a poner el Internet en las manos de las personas, necesitarán la alfabetización digital para gestionarlo. Simplemente saber cómo crear una cuenta de Facebook ya no es suficiente. Los ciudadanos en el siglo XXI también necesitan al menos una comprensión básica de cómo funciona el Internet.

En general, la estrategia digital esbozada aquí requerirá una transferencia de poder de los gobiernos nacionales de Europa a las instituciones de la UE. Esa es siempre una proposición difícil en la política europea. Pero los europeos deben aceptar el hecho de que, en la era digital, los Estados-nación ya no pueden hacerlo solos.

Después de todo, las tecnologías digitales no conocen fronteras políticas. Por el contrario, su propio poder se deriva de su capacidad de trascender fronteras y colapsar el espacio y el tiempo. Solo una Europa unificada puede igualar ese poder y ayudarnos a superar nuestra era actual de disfunción digital y hacia un nuevo modelo. La verdadera pregunta es si estamos a la altura del desafío. Lampadia




Facebook, Twitter y Google en la mira

Todos recibimos noticias falsas (conocidas como las ‘Fake News’), narraciones falsas creadas en los medios de comunicación, para distorsionar, moldear y manipular la opinión pública. Con la existencia de las redes social, tal desinformación, diseñada para atraer dólares publicitarios o promover una causa política, se puede propagar más rápido que nunca.

Durante el período previo a las elecciones en Estados Unidos, un sinnúmero de noticias falsas apareció en las redes sociales, algunas de las cuales llegaron a difundirse ampliamente entre el electorado. Nunca se sabrá cuán grande fue el impacto de estas historias en las elecciones, pero fueron lo suficientemente prevalentes como para que todoslos países el mundo hayan tomado nota y estén empezado a tomar distintas medidas.

Fuente: infobae.com

El pasado 31 de octubre, los gigantes de Internet de Estados Unidos se comprometieron ante el Congreso a combatir las operaciones de noticias falsas en sus plataformas. Facebook, Google y Twitter aseguraron a los senadores que tomarán medidas enérgicas contra las operaciones de desinformación, propaganda y provocación.

Colin Stretch (izquierda), Consejero General de Facebook; Sean Edgett (centro), Consejero General interino de Twitter, y Richard Salgado (derecha), Director de Aplicación de la Ley y Seguridad de Información de Google; prestaron juramento antes de testificar ante el Congreso de EEUU – AFP

En sus testimonios, mostraron que millones de votantes fueron expuestos a información falsa generada por Rusia, que, según analistas pretendían provocar discordia en la sociedad estadounidense y promover la candidatura de Trump frente a su rival Hillary Clinton. “Estamos profundamente preocupados por todas estas amenazas”, dijo un responsable de Facebook, Colin Stretch, a la subcomisión Judicial del Senado:

  • Mark Zuckerberg reconoció que los contenidos manipulados llegaron a 126 millones de usuarios en su plataforma.
  • Twitter dijo que había descubierto 2 mil 752 cuentas controladas por rusos, y más de 36 mil bots que tuitearon 1.4 millones de veces durante las elecciones.
  • Google reveló por primera vez que había encontrado más de mil videos con 43 horas de contenido relacionado y halló 4,700 mil dólares en anuncios de búsqueda y visualización en Rusia.

Por otro lado, cada día es más evidente la acumulación de poder de las grandes compañías de TI. Se afirma que estas empresas no son conscientes de su creciente importancia sistémica, algo que puede llevar a regulaciones que pueden afectar el desarrollo del sector, y a la sociedad en conjunto.

Además, estas empresas han acumulado algo que empieza a llamarse como poder monopólico. Situación que generará otras reacciones políticas y viene ya, generando reacciones proteccionistas de varios países europeos.

Una reciente publicación especial de Project Syndicate, titulada el ‘Big Tech Crunch’ analiza este importante tema con cuatro contribuciones:

  • Las principales compañías tecnológicas parecen ciegas a su creciente importancia sistémica. Mohamed El-Erian.
  • El mayor peligro que representa Big Tech es su rol en acelerar la convergencia entre países democráticos y autocráticos. Mark Leonard.
  • La libertad de prensa sigue siendo muy vulnerable. Anya Shiffrin.
  • El patrón de crecimiento de la industria de TIcontribuye a la creciente desigualdad. brecha entre ricos y pobres. Mordecai Kurz.

A pesar de que los artículos que traducimos y glosamos líneas abajo son un poco extensos, consideramos importante su lectura, para entender lo que está sucediendo y cuáles son las medidas que se deberían tomar para poder mayores daños futuros. Lampadia

I.- Big Tech se encuentra con el Big (gran) gobierno

Mohamed A. El-Erian
Project Syndicate
2 de noviembre de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

En un mundo ideal, las principales compañías tecnológicas reconocerían y se adaptarían a su creciente importancia sistémica a la par de los actores externos, incluidos los gobiernos y los consumidores, logrando así el equilibrio adecuado entre innovación, beneficios y protección al consumidor, y seguridad nacional. Pero no estamos en un mundo ideal.

Los impresionantes resultados trimestrales de las mayores compañías de tecnología muestran que están lejos de saturar sus mercados de consumo, agotar sus ciclos de innovación o alcanzar la madurez de crecimiento. Estos ilustran la creciente importancia sistémica del sector, perotambién presentan un inconveniente particular.

Con una mayor importancia sistémica a menudo viene un mayor escrutinio. Cuanto más tiempo tarden estas empresas en reconocer su importancia sistémica, mayor será la probabilidad de una reacción más fuerte por parte de los gobiernos y el público, perjudicando a las empresas y su capacidad de mejorar el bienestar de los consumidores.

Las compañías tecnológicas, pueden atraer inversiones masivas. No solo pueden fortalecer su posición en el mercado, también pueden desarrollar capacidades innovadoras. Incluso pueden reinventarse repetidamente y, por lo tanto, permanecer constantemente en la frontera tecnológica.

Muchos de los servicios de estas compañías son ostensiblemente gratuitos, lo que facilita su rápida adopción por parte de los consumidores.

La rápida acumulación de poder de mercado de las principales compañías tecnológicas ha llevado al surgimiento de oligopolios en algunos sectores y de monopolios en unos pocos. Su influencia social, económica e incluso política, se ha disparado en algunos casos.

Esto plantea serios riesgos: por más beneficios que traigan las innovaciones de Big Tech, también pueden servir como medios importantes para que actores estatales o no estatales, provoquen sus propias disrupciones.

No debería sorprender que las firmas de Big Tech tiendan a moverse mucho más rápido que los gobiernos y los reguladores. Como tal, lo que comenzó como una actitud de laissez-faire y de negligencia benigna, en gran parte resultado de ignorancia y falta de atención, se está convirtiendo en algo más fuerte. A medida que las empresas tecnológicas alcanzan una importancia sistémica, las actitudes hacia ellas cambian marcadamente.

En los últimos años, las principales empresas de tecnología se han enfrentado a un escrutinio más intenso de sus prácticas competitivas, comportamiento fiscal, usos de datos y políticas de privacidad. También han surgido preguntas más amplias sobre sus beneficios, como el desplazamiento laboral y los efectos sobre el crecimiento salarial, aun cuando las sociedades reconocen cada vez más, que la disrupción tecnológica implica la necesidad de una reforma educativa y mejores habilidades y capacitación.

Sin embargo, el propio sector tecnológico aún parece subestimar su creciente importancia sistémica.

Cuanto más tiempo se mantenga este descuido, mayor será el riesgo de que las empresas tecnológicas pierdan el control de la narrativa. Más allá de alimentar un aumento en el monitoreo, la regulación y la supervisión externa, existe el riesgo de una reacción negativa de los consumidores, o incluso una mayor explotación de las innovaciones por parte de actores malintencionados.

Pero no vivimos en un mundo ideal. Hasta ahora, las fuerzas internas y externas han estado fuera de sincronización, en términos de percepciones, capacidades y acciones. Si a eso se le agregan los sesgos conscientes e inconscientes y tentaciones considerables de manipulación política, los riesgos se vuelven aún más profundos.

Big Tech puede y debe desempeñar un rol más importante para ayudar a que toda la economía evolucione de manera ordenada y mutuamente beneficiosa.

Si el sector tecnológico no logra dichos cambios, la supervisión y las regulaciones del gobierno, se intensificarán inevitablemente. Y es posible que ese resultado no sea positivo para la sociedad, y mucho menos para los negocios.

II.- La ilusión de libertad en la era digital

Mark Leonard
Project Syndicate 
3 de noviembre de 2017
Traducido y glosado por Lampadia

El mayor peligro en los próximos años no es que la tecnología ponga a las sociedades libres y autocráticas cada vez más en desacuerdo entre sí. Es que las visiones distópicas de George Orwell y Aldous Huxley se manifiesten en ambos tipos de sistema.

En las últimas semanas, los medios de todo el mundo se han saturado de historias sobre cómo la tecnología está destruyendo la política. En autocracias como China, el miedo es a los estados de ‘Big Brother’ ultra-empoderados, como en‘1984’ de George Orwell. En democracias como Estados Unidos, la preocupación es que las compañías tecnológicas continúen exacerbando la polarización política y social, al facilitar la diseminación de desinformación y crear “burbujas de filtros” ideológicos, que conducen a algo parecido al ‘Brave New World’ (El Mundo Feliz) de Aldous Huxley.

De hecho, al producir una convergencia entre democracias y dictaduras, las nuevas tecnologías hacen que estas dos visiones distópicas sean imposibles. Pero eso no significa que no hay nada que temer.

Gran parte de la cobertura del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (PCCh) se centró en la consolidación del poder del presidente Xi Jinping. Los observadores advierten que está creando una dictadura de la era de la información, en la que las tecnologías que se esperaba trajeran libertad a los 1,400 millones de ciudadanos chinos, contrariamente, le han permitido afianzar su propia autoridad. Ahora usan Big Data, en lugar de fuerza bruta, para asegurar la estabilidad.

Y los datos son realmente grandes. Más de 170 millones de cámaras de vigilancia de reconocimiento facial siguen cada paso de los ciudadanos.

El PCCh también está usando tecnología para administrar a los miembros del partido, y ha desarrollado docenas de ‘apps’ para comunicarse con ellos.

El impacto de la tecnología en la política estadounidense ha sido aún más visible, pero se analiza en términos del mercado, en lugar del estado. Entre las historias más llamativas se encuentra el rol que desempeñaron las “noticias falsas” en la configuración de las elecciones presidenciales del año pasado. Facebook ha admitido que 126 millones de estadounidenses podrían haber visto noticias falsas durante la campaña.

Pero más allá de tales desarrollos explosivos hay una ansiedad más amplia sobre la capacidad de las compañías tecnológicas para controlar la información que reciben las personas. Con los algoritmos secretos de Big Tech determinando cómo percibimos el mundo, cada vez es más difícil para las personas tomar decisiones conscientes, lo que los filósofos perciben como la dimensión básica del libre albedrío.

Las grandes compañías tecnológicas, que valen más que el PBI de algunos países, buscan maximizar las ganancias, no el bienestar social. Sin embargo, en un momento en que la atención está suplantando al dinero como el bien más valioso, el impacto de sus decisiones es de gran alcance. James Williams, un ingeniero de Google convertido en académico, argumenta que la era digital ha desatado una competencia feroz y que pocos se han beneficiado más que Trump, que es para el Internet lo que Ronald Reagan fue para la televisión.

Al mismo tiempo, el impacto de la tecnología en la política es relativamente independiente del tipo de régimen. La tecnología está borrando las diferencias entre sociedades abiertas y cerradas, y entre economías planificadas y libres.

Al revelarse la vigilancia gubernamental masiva de la (NSA), la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, Edward Snowden dejó en claro que el deseo de omnisciencia del estado no se limita a China. Por el contrario, es central para la idea de la seguridad nacional en EEUU.

En China, las cosas se mueven en la dirección opuesta. Sin duda, el gobierno chino está presionando a las principales compañías tecnológicas para que le otorguen un papel directo en la toma de decisiones corporativas y el acceso directo a sus datos. Al mismo tiempo, sin embargo, el Internet está cambiando la naturaleza de la política y la economía china, empujando a ambos a ser más receptivos de las necesidades del consumidor.

Jack Ma, de Alibaba, piensa que China puede usar Big Data para diseñar intervenciones estatales perfectamente calibradas que le permitan superar a las economías de libre mercado. Ma cree que en las próximas décadas “la economías planificadas se harán cada vez más grandes”.

En la era digital, el mayor peligro no es que la tecnología ponga a las sociedades libres y autocráticas en mayores enfrentamientos. Es que los peores temores de Orwell y Huxley se manifiesten en ambos sistemas, creando un tipo diferente de distopía. Con muchos de sus más profundos deseos alcanzados, los ciudadanos tendrán la ilusión de libertad y empoderamiento. Pero, en realidad, sus vidas, la información que consuman y las decisiones que tomen, estarán determinadas por algoritmos y plataformas controladas por élites corporativas y/o gubernamentales ‘unaccountable’ (que no rinden cuentas, ni son responsables ante los ciudadanos).

III.- La captura de medios en la era digital

Anya Schiffrin
Project Syndicate 
17 de agosto de 2017 
Traducido y glosado por
Lampadia

La edad de censores redactando físicamente los periódicos, prácticamente, ha terminado. Pero la libertad de prensa sigue siendo muy vulnerable, incluso en las democracias desarrolladas, ya que los gobiernos y los intereses creados se involucran en una especie de control ‘soft’, que se asemeja a una captura regulatoria.

Los últimos años no han sido buenos para la libertad de expresión.

Los gobiernos de Polonia, Hungría y Turquía se han vuelto cada vez más autoritarios y, como los líderes en los Balcanes, China y Rusia, están cada vez más ansiosos por controlar el discurso público. En los Estados Unidos, también, el presidente Donald Trump intenta implacablemente desacreditar a los medios de comunicación, y su administración es inaccesible a la prensa.

Los economistas usaron el término “captura” después de la crisis financiera de 2008 para describir cómo los reguladores, que a menudo provenían de (y regresaban) a la industria que se suponía que debían supervisar, no controlaron el sector adecuadamente. La captura de medios funciona de la misma manera, con líderes políticos que son dueños directos de los medios de comunicación.

En una versión menos extrema que la de Erdoğan en Turquía, Trump ‘bullea’ a sus críticos, como CNN y The New York Times, alentando a otros, como el Wall Street Journal, a tratarlo favorablemente.

Tal captura de medios es vital para permitir que los gobiernos, especialmente aquellos que persiguen lo que podrían ser políticas impopulares, puedan mantener el apoyo público.

Así como la captura de medios configura las percepciones del público, también puede influir desarrollos económicos. La economista Maria Petrova sostiene que la captura de los medios puede alimentar la desigualdad, especialmente si los ricos‘los capturan’ (en lugar de los políticos, que a menudo pueden ser destituidos).

La captura de medios no es un fenómeno nuevo. Pero se suponía que el Internet debía liberarnos de él, al menos aquellos en países sin censura abierta online. A medida que cayeron las barreras de entrada, se creía que la proliferación de los medios de comunicación dificultaría su captura. Incluso si se capturaran algunos canales, los medios aún podrían ser un eficaz guardián, siempre y cuando haya diversidad suficiente. Esta expectativa se reforzó con la suposición de que una mayor competencia podría conducir a noticias de mayor calidad.

Pero lo opuesto puede haber sucedido. El aumento de los medios digitales hizo insostenibles los modelos comerciales de los medios de comunicación tradicionales. Los anunciantes migraron a Internet. Como resultado, los medios tradicionales han sufrido caídas abruptas en los ingresos y pérdidas de empleos en gran escala.

Los menores recursos socavaron la calidad de la prensa, los medios con problemas de liquidez, intentan atraer a audiencias más amplias. La necesidad de perseguir clics en sitios como Facebook, Twitter y Google erosionó la capacidad de los propietarios de medios más convencionales para desempeñar su función tradicional de garantizar la responsabilidad.

La disminución de ingresos de los medios, promovió otra forma clave de captura: cambió el incentivo de ser dueño de un medio de comunicación. Si un periódico no genera un rendimiento económico adecuado, el principal incentivo para comprar o gestionar uno, es lacapacidad de influir.

A medida que el panorama de los medios se preste a su captura, la responsabilidad política y corporativa solo disminuirá. Por eso es que el Centro de Asistencia Internacional de Medios acaba de publicar un nuevo informe que destaca el fenómeno y pide soluciones.

Los medios de comunicación libres y saludables son esenciales para una democracia que funcione bien. Si queremos protegerla, debemos defender la libertad de prensa, a toda costa.

IV. Los nuevos monopolistas

Mordecai kurz
Project Syndicate
22 de septiembre de 2017
Traducido y glosado por
Lampadia

Si bien las innovaciones en tecnología de la información han transformado la forma en que las personas viven, trabajan y se conectan, el patrón de crecimiento de la industria de TI ha contribuido a ampliar la brecha entre ricos y pobres. Abordarlo requerirá nuevos esquemas impositivos y la modernización de la legislación antimonopolio.

Durante más de 30 años en las economías avanzadas, particularmente en los Estados Unidos, la riqueza y la desigualdad de ingresos han aumentado, los salarios reales (ajustados a la inflación) han aumentado lentamente, y los jubilados han enfrentado caídas en las tasas de interés sobre los ahorros. Esto ha ocurrido mientras que las ganancias corporativas y los precios de las acciones han aumentado de forma pronunciada. Ahora, la investigación que realicé muestra que estos cambios fueron causados ​​principalmente por el aumento de la tecnología de la información (TI) moderna. [Una interpretación más realista que la adoptada por el populismo de los nuevos líderes de los países desarrollados].

La TI ha mejorado enormemente la vida de las personas. Pero, al permitir el aumento del poder de monopolio y al facilitar las barreras de entrada, el crecimiento de TI también ha tenido importantes efectos negativos económicos, sociales y políticos, incluida la proliferación de “noticias falsas”.

Una vez que una empresa innovadora establece el dominio, el tamaño se convierte en una ventaja. Estas ventajas de costo y economías de escala son casi imposibles de superar para los competidores.

Además, debido a que estas empresas obtienen su poder de la información, sus posiciones se ven mejoradas por su capacidad de utilizar la información privada de sus clientes como un activo estratégico.

Un ‘paper’ reciente, que mide los efectos económicos del poder monopólico, aproxima los niveles por encima de los cuales las ganancias o los valores de las acciones no son eventos puramente fortuitos, sino más bien un reflejo del poder del monopolio. Con estos niveles, mide el componente de monopolio del valor total de las acciones, lo que llama “riqueza monopólica”, y el de las ganancias o rentas monopólicas.

La siguiente figura muestra la riqueza monopólica como porcentaje del valor total del mercado de valores entre 1985 y 2015. No había riqueza monopólica en los años ochenta. Pero a medida que la industria de TI se desarrolló, la riqueza monopólica aumentó drásticamente; alcanzando el 82% del valor total del mercado de valores en diciembre de 2015.

En 1960, el porcentaje de todos los activos corporativos financiados con deuda era inferior al 20%. Para el 2015, esa participación había aumentado a aproximadamente 80%, lo que significa que la mayoría de los capitales, en poder de las corporaciones públicas de hoy en día, son propiedad de operadores bursátiles.

Como se muestra en la tabla siguiente, nueve de las diez empresas con mayor riqueza monopólica en diciembre de 2015, están relacionadas con TI, centrándose en las comunicaciones móviles, las redes sociales, retail online y las medicinas.

Los ingresos creados por empresas con poder monopólico se dividen en tres tipos: ingresos laborales, ingresos por intereses normales pagados al capital, y ganancias monopólicas. Los datos muestran que en la década de 1970 y principios de 1980, las gananciasmonopólicasfueron insignificantes. Pero desde 1984, la participación de las ganancias monopólicasha aumentado constantemente; alcanzó el 23% de los ingresos totales producidos por las empresas estadounidenses en 2015.

El aumento de la productividad y la acumulación de capital aumentan los salarios y el ingreso de capital, pero el poder monopólico reduce sus participaciones en el ingreso.

¿Por qué, entonces, el creciente poder de monopolio en el sector de TI hizo que los ingresos y la riqueza se concentraran en menos manos, lo que condujo a un aumento en el ingreso personal y la desigualdad de la riqueza?

Una parte de la respuesta es que el creciente poder de monopolio aumentó las ganancias corporativas y elevó drásticamente los precios de las acciones, lo que produjo ganancias que fueron disfrutadas por una pequeña población de accionistas y administradores corporativos.

Las innovaciones de TI exitosas han concentrado la riqueza en menos manos, a menudo más jóvenes.Esto no era cierto en el siglo XX, cuando las principales innovaciones en sectores líderes como los automóviles requerían grandes inversiones de capital de riesgo. Con más inversionistas, la riqueza creada se distribuía de manera más amplia.

Los efectos secundarios negativos de TI no se comprenden bien, y se necesita con urgencia una discusión pública sobre cómo regular el sector. Tres consideraciones son críticas. En primer lugar, debido a que la mayoría del poder monopólico basado en la tecnología, no viola las leyes antimonopolio existentes, la regulación de TI requerirá nuevas medidas. También se necesitan nuevos conceptos de interés público para regular los nuevos canales de información pública, como las redes sociales. En segundo lugar, será necesario adaptar los impuestos a la renta y al patrimonio que tengan en cuenta el poder monopólico de las empresas de TI. Y, en tercer lugar, las leyes destinadas a proteger la información privada, deberían reevaluarse, para garantizar que las empresas de TI sean incapaces de sacar provecho de su explotación y manipulación.

El público debe desarrollar una comprensión más profunda de los efectos económicos de TI, particularmente cómo las tecnologías que han mejorado las vidas de tantas personas están enriqueciendo las vidas de tan pocos.

Lampadia




Fake News o Rumores Insidiosos

Fake News o Rumores Insidiosos

Sebastiao Mendonça Ferreira
Centro Wiñaq
Para
Lampadia

A propósito de las últimas elecciones americanas el concepto de Fake News se ha puesto de moda. Sin embargo, el uso de Fake News, o noticias falsas, en español, es un recurso usado por los manipuladores desde hace muchos siglos, sólo que hoy las redes sociales y los celulares han hecho más fácil su propagación.

En 1475, en la ciudad de Trento, el cura Bernadino Feltre en un sermón acusó a la comunidad judía del asesinato de un niño desaparecido. Ello desencadenó una ola de violencia y saqueo en contra de los judíos. La ola se propagó por la región durante semanas a pesar de los esfuerzos de los gobernantes para frenarla. A lo largo de todo el medievo los rumores fueron responsables del asesinato de miles de personas acusadas por plagas, terremotos, brujerías, herejías, etc.

En la edad moderna, , o rumores insidiosos, se han vuelto importantes instrumentos de actores políticos, especialmente de los grupos anti-sistema, como un mecanismo para generar actos de protesta o descalificar a personas e instituciones. Actualmente, las Fake News son extensamente utilizadas por las fuerzas políticas que buscan movilizar a la población en base a sus sentimientos, temores y resentimientos, con el propósito de lograr objetivos que no serían posibles si la toma de decisiones de la población se diera sobre informaciones verdaderas. Pasaremos a describir un caso de la aplicación de Fake News en el contexto de las industrias extractivas en Perú.

Mercurio en los caños de Cajamarca

Después del derrame de mercurio en Choropampa (2 de junio del 2000), la población de Cajamarca quedó muy temerosa de que el problema de intoxicación ocurrido en la carretera se repitiera en la ciudad. El accidente asoció la actividad productiva de la empresa Yanacocha con el mercurio, dando la impresión (falsa) de que Minera Yanacocha utilizaría el mercurio en sus procesos productivos como lo hace la minería aurífera artesanal.[i]El razonamiento tácito que se generó a partir de esa impresión fue: Si Yanacocha utiliza agua y mercurio, entonces el agua de la ciudad puede estar contaminada con mercurio.

En los meses que siguieron al accidente de Choropampa se propagó,en la ciudad de Cajamarca y en sus alrededores,una ola de rumores acerca de aguas contaminadas por mercurio metálico: muerte de truchas en la Posada del Puruay, agua con mercurio en la cuadra 8 del Jirón José Sabogal, una profesora de la urbanización Horacio Zeballos que dijo haber encontrado mercurio en el lavadero de su cocina, un profesor universitario en la Urbanización Amauta que afirmó que el agua de su casa salía con mercurio, etc.[ii][iii]Un ex-trabajador de Yanacocha llegó a afirmar que tosía mercurio, aún sin tener idea de cómo el mercurio, en su forma metálica y líquida, podría haber llegado en su garganta.[iv]

Análisis químicos y toxicológicos posteriores negaron todos esos rumores, pero la falta de evidencias fácticas ha sido presentada por las organizaciones hostiles a la minería como prueba de la parcialización de las instituciones públicas hacia la empresa. La táctica de los promotores de noticias falsas es clara: si una institución técnica la descalifica, hay que descalificar la institución y mantener la vigencia de la insidia.

Con el tiempo, el temor fue bajando y la ola de rumores sobre hallazgos de mercurio en el agua ha ido disminuyendo.[v] Sin embargo, la idea de la contaminación ha quedado grabada en la mente de la población, y una encuesta del 2016 encontró que no menos del 60% de la población de la ciudad de Cajamarca creía que su agua estaba contaminada por la minería. El hecho que la empresa de agua de la ciudad realice un monitoreo permanente de la calidad del agua que distribuye, y asegure que no existe tal contaminación, no revierte el impacto de los rumores insidiosos de los años anteriores.

Los rumores insidiosos y su propagación

Estos rumores no son hechos aleatorios, provienen de una acción realizada con una intención expresa. Es un evento mediático creado por alguién y para algo. Estos surgen de una persona o una organización interesada en afectar la imagen de una empresa, gobierno o personalidad. Puede originarse en una mala interpretación de un hecho o ser la invención de una historia.

Sin embargo, para propagarse el rumor insidioso necesita estar en sintonía con los temores y sentimientos de la población. Para poder propagarse, tiene además que basarse en las creencias de la población, tiene que activar estereotipos preexistentes en la mente de las personas, y tiene que conectar esas creencias y estereotipos por medio de la imaginación. 

Los rumores insidiosos no necesitan pruebas, necesitan indicios que los hagan creíbles. Nadie ha confirmado que el ex-trabajador de Yanacocha tosía mercurio metálico (si se hubiera confirmado el hecho, sería algo tan excepcional que volvería noticia en las publicaciones científicas de todo el mundo), pero si alguén lo dice en primera persona ello se vuelve creíble. La clave para el éxito de un rumor no es basarse en hechos sino en tener elementos de credibilidad. Si un periódicou ONG anti-minera lo publica, se le hace aún más creíble.

Para gravarse en la memoria, el rumor insidioso necesita ser parte de una narrativa. Para que funcione, necesita contar una historia que suene conocida y creíble. Para que sea creíble que el mercurio esté saliendo por los caños de agua de la ciudad, tiene que existir, en la mente de la poblacion, una empresa minera que usa mercurio, que no se interesa por la calidad del agua de los cajamarquinos y que, por ganarse unos dólares más, estédispuesta a violar sus protocolos ambientales. Se necesita además que la empresa de agua, SEDACAJ S.A., sea produndamante incompetente y/o corrupta, incapaz de detectar el mercurio metálico en el agua, y dispuesta a falsificar la información brindada a la ciudadanía y a los órganos públicos. No se necesita mucha imaginación para inventar esas historias, si uno ingresa a los sites de las ONG anti-mineras va encontrar esta narrativa desarrollada en detalle. En realidad, ellas difunden rumores insidiosos (fake news) en sus páginas como parte de sus actividades regulares.

Para propagarse, la noticia falsa necesita replicadores, es decir, necesita medios, organizaciones, periodistas y “expertos” que lo difundan como verdadero. Esos replicadores funcionan además como fedatarios de las ‘verdades mentirosas’, de que las versiones creadas en base a la fantasía son más reales que los hechos mismos. Si esas organizaciones y personas se presentan como ambientalistas, la propagación del rumor adquiere la aparencias de seruna acción de significado ético y hasta valiente.Si además los propagadores de los rumores reciben donaciones de los grupos de la cooperación contrarios al desarrollo del Perú, la propagación de rumores se vuelve una actividad económica rentable. Muchos de los reportes técnicos y reportajes elaboradas por ONG anti-mineras buscan dar credibilidad a rumores (intoxicación con metales pesados, intoxicación por polvo de camiones, etc.). Estos replicadores generan una oferta de rumores para la sociedad.

Sin embargo, el eslabón más importante de la cadena de propagación de rumores es el público, es decir, la demanda. Para que el público propague una noticia falsa, esta tiene que apoyarse en actitudes y emociones preexsitentes en dicho publico. Los sentimientos y resentimientos acumulados son el combustible de los rumores.Si esos sentimientos y resentimientos son suficientemente fuertes, la presentación de evidencias en contra del rumor no es suficiente para revertir ni frenar su propagación.

Las noticias falsasproducidas por la anti-minería tienen dos funciones principales: inducir a la población a involucrarse en conflictos, y servir de prueba de que su narrativa contraria a la minería tiene elementos de verdad. Una tercera función, no descartable, es inducir a la población a votar por candidatos anti-mineros para que los “protejan” de las empresas mineras y la minería. Los rumores anti-mineros pueden elegir alcaldes, gobernadores y hasta congresistas. En el Perú, producir rumores insidiosos es una actividad políticamente rentable.

La neutralización de los rumores

Como los rumores se propagan en consonancia con los sentimientos, estereotipos y creencias de la población, puede ser muy difícil su neutralización. Probar que el rumor es falso no es suficiente, se requiere una reinterpretación del problema y una nueva historia.

Huang (2014),[vi] basado en la experiencia china, sugiere que las respuestas deben ser ágiles, tener evidencias vivas, ofrecer una explicación alterna y convincente y, en lo posible, basarse en una fuente independiente y creíble. Además, no deben responder solo al rumor sino también a los sentimientos, temores y prejuicios que están subyacentes al él.

Analizando el uso de Fake News en la política americana, Berinsky (2012) del MIT, confirma muchas de las ideas de Huang, pero además alerta que en algunos casos, los intentos de corregir los rumores terminan por reforzarlos. Lacoff (2015)[vii]razona en la misma línea y considera que la neutralización de una narrativa requiere una reinterpretación del problema (reframing), una forma distinta de entender el problema, y el desplazamiento de la agenda hacia otros temas. Es decir, para neutralizar un rumor no es suficiente brindar información que muestra su falsedad, es necesariosalir de la lógica del rumory desplazar el debate hacialos temas que los rumores buscan ocultar.

La capacidad de las personas para cuestionar un rumor insidioso depende mucho de la complejidad que tiene la explicación alternativa. Para que una explicación funcione ella no debe superar el nivel de complejidad que cada segmento del público esté familiarizado y debe basarse en los conocimientos e informaciones con que las personas dispongan con anterioridad. No puede basarse en muchos nuevosconocimientos, sino básicamente reinterpretar lo que la población ya conoce. En la lucha contra los rumores, las explicaciones simples y directas ganan sobre los razonamientos largos y complejos.

En el Perú, los anti-mineros ya tienen una extensa batería de rumores insidiosos que utilizan en forma sistemática para desencadenar conflictos: aparecimiento de aguas blancas en los manantiales, contaminación de aguas por metales pesados, contaminación por nitratos, muerte de truchas, muerte o enfermedad de animales, intoxicación por polvo de camiones, etc. Todos ellos se basan en algún hecho que haya ocurrido alguna vez,en cualquier contexto, en alguna actividad minera en el país, y por ello son creíbles. Los rumores contra la minería constituyen una especie de arsenal mediático que despliegan cuando las circunstancias lo permitan.

La propagación de rumores es un componente fundamental de la tecnología de conflicto de los grupos anti-mineros. En todas las zonas mineras del país, cada vez que alguien desea desgastar una empresa minera, dañar su legitimidad, o promover un conflicto echa mano de algunos de los rumores insidiosos de su batería.

Es común que, en los noticieros que cubren los conflictos mineros, escuchemos cómo, esos rumores se propalan en la forma de explicaciones de los conflictos. Hasta en libros de conocidas instituciones de investigación social encontramos la dificultad de sus autores para filtrar los rumores y trabajar solamente con hechos verificables.

No debemos subestimar el poder destructivo de los rumores insidiosos por más ridículos que puedan parecer. Tampoco debemos aceptar que la población rural sea manipulada por grupos ideologizados ni por emprendedores destructivos. Quienes realmente deseen que la minería sea uno de los motores del desarrollo regional y que la institucionalidad democrática prevalezca, necesitan conocer los rumores que están siendo propalados en sus regiones y desarrollar mecanismos ágiles y efectivos de respuestaLampadia

[i] Los problemas de intoxicación con vapor de mercurio en la minería aurífera artesanal son graves, y conocidos en la cultura popular. Ese conocimiento, en forma analógica, reforzó la asociación entre la minería aurífera moderna y el mercurio.

[ii]Por tener una densidad muy alta, 13.6, casi el doble de la densidad del hiero (7.9), el mercurio no podría flotar en los métodos conocidos de procesamiento de agua potable y quedaría retenido en las pozas, debajo incluso de la arena de los desarenadores, ni puede ser conducido en tuberías de distribución. Sin embargo, los rumores sobre el mercurio en los caños domésticos fueron difundidos sin poner atención a esos “detalles” físicos.

[v]A diferencia de los métodos artesanales de la minería informal, el procesamiento de óxidos de oro de la minería moderna, como en Cajamarca, no utiliza el mercurio, sino el cianuro.El mercurio no es un insumo, sino un subproducto. Pero los difusores de los rumores tampoco se interesaron por esos hechos.

[vi]Huang, H. (2014). A war of (mis)information: The political effects of rumors and rumor rebuttals in an authoritarian country. British Journal of Political Sciences: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2131538

[vii]Lakoff, G. (2014). Don’t think of an elaphant. White River Junction, VT: Chelsea Green Publishing.

 




Los peligros de los Fake News

Hasta pocos meses, y en contadas ocasiones, hemos escuchado hablar de ‘relatos’ con los que gente comprometida con ciertas acciones políticas, mayormente de izquierda, pretendían reescribir la historia. Estos relatos, repetidos una y otra vez, creaban una suerte de ‘verdades’  falsas.

Un ejemplo a nivel internacional es el referido a los juicios de valor adscritos al llamado ‘Consenso de Washington’, supuesto manifiesto del ‘neoliberalismo’, que como puede apreciarse en el enlace, no contiene nada que justifique su actual representación política. En el Perú, tenemos varios ejemplos. Mencionaremos solo uno: ‘la minería exporta piedras y no tiene valor agregado. Sin embargo, la realidad es que nuestras exportaciones mineras tienen un alto valor agregado, el doble que las exportaciones de manufacturas (67% vs. 33%). No solo eso, como hemos indicado anteriormente, en el año 2012, un refinado de cobre solo hubiera generado un incremento de valor del orden del 14%. Y para producir refinados necesitaríamos ser intensivos en capital y en energía, y además, desplazar de los mercados a los actuales productores globales. Este relato se repite constantemente, incluso lo hace así el vice-rector de la PUCP.    

Recientemente se ha llevado el tema de los relatos al mundo de los medios de comunicación  con las llamadas ‘Fake News’, o noticias falsas. Que no son otra cosa que narraciones falsas creadas para los medios de comunicación, con el afán de distorsionar, moldear y manipular a la opinión pública.

La multiplicación de noticias falsas se hizo evidente durante la disputada campaña presidencial de Estados Unidos del año pasado, cuando numerosas historias políticas que contenían información inventada aparecieron en Internet. Con las redes social, tales seudo noticias, diseñadas para atraer dólares publicitarios o promover causas políticas, se pueden propagar más rápido que nunca.

Pero las noticias falsas tienen implicancias mucho más allá del mundo de la política. La comprobación de hechos y la importancia de las fuentes se vuelven aún más significativas para los conglomerados de medios tradicionales, mientras que las plataformas de medios sociales son acusadas cada vez más por la falta de sustento del contenido que se publica en sus plataformas.

Durante el período previo a las elecciones en Estados Unidos, aparecieron en las redes sociales, un sinnúmero de noticias falsas, algunas de las cuales llegaron a ser difundidas ampliamente entre el electorado. Un artículo dijo falsamente que el Papa había respaldado a Donald Trump, mientras que otro sugirió que altos funcionarios del Partido Demócrata estaban involucrados en una trampa de prostitución infantil, una conspiración conocida como “Pizzagate”, y que provocó un tiroteo en un conocido local de Pizzería en Washington.

Nunca se sabrá cuán grande fue el impacto de estas historias en las elecciones, pero fueron lo suficientemente prevalentes como para que los países de todo el mundo se hayan dado cuenta y hayan empezado a tomar medidas para combatir las noticias falsas.

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Fuente:  marketingdirecto.com

La semana pasada, un discurso falso exacerbó las tensiones sin precedentes entre Qatar y sus países vecinos. La agencia de noticias oficial de Qatar fue hackeada y publicó un reporte (falso) en el que citaba al jeque Tamim bin Hamad Al-Thani, gobernante del país, diciendo que Irán era una “potencia islámica que no puede ser ignorada”, entre otros comentarios inventados. Esto reavivó las subyacentes tensiones en la región y ha causado que varios países se retiren del Acuerdo de Doha.

El mes pasado, Alemania aprobó una ley en virtud de la cual las organizaciones de medios sociales podrían ser multadas por no eliminar contenido clasificado como noticias falsas. Facebook ha estado muy en desacuerdo con la ley, argumentando que “el proyecto de ley ofrece un incentivo para eliminar contenido que no es claramente ilegal cuando las redes sociales enfrentan una amenaza desproporcionada de multas”.

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Fuente:  twitter.com

La respuesta de Facebook condujo a una interesante discusión sobre qué determina que una noticia sea “falsa”. Si el 90% del contenido de un informe es correcto pero una línea es incorrecta, ¿debería invalidar todo el informe? ¿Es responsabilidad de una organización de medios sociales monitorear cada pieza de contenido que se comparte en su plataforma y juzgar la legitimidad de una fuente determinada?

Entonces, ¿quiénes son los culpables y qué se debe hacer para evitarlo? Hay muchos responsables por las noticias falsas, desde los creadores, hasta los distribuidores, los consumidores, la publicidad y los canales de comunicación que las apoyan. La industria de la tecnología, también, tiene un rol en esta batalla. Mientras que la propagación de la desinformación es anterior a Internet, ahora la comunicación de masas la ha vuelto virtualmente indistinguible y la información puede persistir y llegar a audiencias más grandes a través de sitios web, anuncios en línea, medios sociales y resultados de buscadores, a velocidades prácticamente infinitas.

Afortunadamente, muchos están tomando cartas en el asunto. Google, por ejemplo, ha hecho algunos cambios en sus servicios e iniciativas para frenar el flujo de noticias falsas en sus plataformas. Esto es una gran (y verdadera) noticia. Además, Google ha optado por eliminar el financiamiento en los sitios que alberguen/promueven noticias falsas de cualquier manera. Google no permitirá que dichos sitios anuncien en su plataforma.

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Fuente:  fotolia.com

Empresas como Google y Facebook ahora también están trabajando con empresas externas para calificar la información y su veracidad en sus plataformas. Facebook ha desarrollado una alerta de “contenido disputado”, que informa al usuario de que lo que está leyendo o está a punto de compartir puede no ser verdad. Google tiene una etiqueta de verificación de hechos que se muestra en los resultados de su motor de búsqueda para obtener información que puede ser cuestionable.

Facebook está dando a los miembros de la comunidad una herramienta para señalar las noticias que consideran falsas, similar a la forma en que las redes sociales permiten reportar contenidos abusivos. La desventaja es que, al igual que el contenido abusivo, las redes sociales se inundan con este tipo de informes y por lo tanto es muy difícil responder rápidamente. Además, hay personas que reportan noticias simplemente porque no están de acuerdo con ella, no porque sean falsas.

Sin embargo, el método más efectivo (y el más difícil de lograr) para evitar caer en estos Fake News es educar al público. Los medios tienen la obligación de ayudar al público a convertirse en consumidores más críticos de la información online. Los jóvenes de hoy en día viven en las redes sociales y son expertos en su uso, pero a menudo no son conscientes de su poder: el peligro de el mal uso de su información personal, su privacidad y su vida. Todos tenemos la labor de ayudarlos a superar esa brecha de conocimiento.

Las noticias falsas son uno de los mayores riesgos para todos nosotros así como la contaminación, el cambio climático, el terrorismo alrededor de los cuales se escriben ‘relatos’ y los Fake News, que están obstruyendo la verdad y están arriesgando la seguridad de todos nosotros. Lampadia